Sei sulla pagina 1di 3

Valentina Gonzáles

Brenda Sepúlveda
Francesca Masia
Adolfo Rosas

Trabajo 1:
En la Loa se representa dramáticamente, y para un público asistente a la liturgia, el conflicto
moral y teológico entre los personajes alegóricos Occidente y América, por una parte y por
otra, Celo y Religión. En la acción de la obra se desarrolla, en una primera instancia, el culto
al Dios de las Semillas por parte de Occidente y América. De este ritual herético se desprende
la acción principal de dicha representación: el conflicto religioso entre la Religión, como
figura dominante, incluso de Celo, y Occidente y América.
En primera instancia, Música, personaje también alegórico, introduce el ritual al Dios de las
Semillas y a los personajes Occidente y América quienes agradecen a su deidad la fertilidad
de la tierra y lo que ésta les provee. La tangibilidad de los frutos de su culto es la base de su
credulidad, la que confirman con el sacrificio humano.
Posteriormente, Celo, exhortado solapadamente por Religión, pretende subyugar a Occidente
y América basándose en lo profano de su ritual. Religión, siempre piadosa, no se implica
directamente en el conflicto. “CELO: Tú a ese lado te retiras / mientras vengo tus agravios”
(vv. 86-7).
Celo declara la guerra a Occidente y América, con el fin de eliminar la herejía de estos. Sin
embargo, Religión, piadosa, intercede de tal forma que evita el asesinato de Occidente y
América, con el pretexto de servir América más viva que muerta. “RELIGIÓN: Sí, porque
haberla vencido / le tocó a tu valentía, / pero a mi piedad le toca / el conservarle la vida: /
porque vencerla por fuerza / le tocó; mas el rendirla / con razón, me toca a mí, / con suavidad
persuasiva“(vv. 210-17). Esto causa la confusión en los personajes principales. La
impulsividad de Celo lo lleva a matar a América y Occidente, pero es intervenido por la
bondad de Religión quien se encarga de esclarecer que América sirve más como cristiana
católica que como hereje. Dentro de esta intervención se desenvuelve un conflicto teológico,
en donde Occidente se resiste a creer en el Dios de Religión, pues no lo puede ver, tocar ni
sentir como al Dios de las semillas.
Finalmente se realiza un vuelco de creencias por parte de Occidente y América, pues se
someten o más bien son convencidos por este Dios que se muestra imperceptible para los
personajes principales.
Las implicancias simbólicas de las acciones de la Loa de Sor Juana se configuran desde la
americanidad, ya que la situación presentada expone los conflictos religiosos y culturales
existentes en el contexto histórico. El entramado religioso, como convergencia, presente en
la obra, convoca tanto a la unidad América-Occidente (como continuo identitario “indígena”)
como a las identidades de Celo y Religión. Sin embargo, esta convergencia no está exenta de
una estructura de poder explícita, siendo Religión y Celo encubridoras del culto de Occidente
y América.
Al momento de poner énfasis en las construcciones de Sor Juana Inés de la Cruz, nos
encontramos con un villancico cristiano que presenta dos lenguas.. En primer lugar, español
indígena como se presenta en la siguiente cita: "Cantemo, pilico, / que se va las Reina, / y
dalemu turo / una noche buena" (vv. 33-6). Y, en segundo lugar, una lengua indígena,
propiamente tal: "In moayolque mochtin, / huel motilinizque; / tlaca amo, tehuatzin /
ticmomatlaníliz" (vv. 90-3).
Luego de lo anterior, es posible evidenciar de manera clara la heterogeneidad que existe
dentro de la obra. Esto, además, lo podemos situar en México, puesto que en su catedral se
reúnen distintas culturas al momento de realizar festividades religiosas cumpliendo con el
objetivo principal de la religión que es unificar.
Como podemos apreciar, ambos textos se encuentran bajo el manto de la religión, siendo
representados al momento de realizar la misa. La Loa, con la inclusión de personajes
alegóricos, dota a la religión de ciertas características para que sea vista como misericordios
y preocupada por la salvación de los herejes Occidente y América. Dichos aspectos asociados
a la religión, no fueron así como se plantea en la representación, puesto que toma el proceso
de conquista y lo muestra como un proceso benevolente y pactado, es decir, la religión es
capaz de guiar a las personas pecadoras de América y Occidente, además de hacer cambiar
su parecer sólo por obra divina, dejando de lado la violencia que Celo proponía. “RELIGIÓN:
Occidente poderoso, / América bella y rica, / que vivís tan miserables / entre las riquezas
mismas: / dejad el culto profano / a que el Demonio os incita. / ¡Abrid los ojos! Seguid / la
verdadera doctrina / que mi amor os persüade” (vv. 100-8).
Y en un segundo lugar, tenemos el villancico, del cual cabe destacar la mixtura de culturas
que contextualizamos en el templo de México, donde se mezclan distintos grupos étnicos,
generando una especie de heterogeneidad cultural, al unir varios registros, donde
participaban desde los grupos más altos de la sociedad colonial, hasta los grupos más bajos,
que en la obra de Sor Juana Inés se representa al poner ambas lenguas: castellano indígena
e indígenas. Este rasgo, al igual que el tema y las acciones de la Loa, dan cuenta de un
momento histórico; la cristiandad como imposición y, finalmente, sincretismo, con la
cultura e identidad americana.

Potrebbero piacerti anche