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Reflexiones en torno a un curso de Innovación de la Administración

JOSE ALONSO GONZALEZ SOLANO


Noviembre de 2018

Consideraciones preliminares

Un programa de estudios es una apuesta disciplinar que se expresa en un currículo. Seguro


en esto hay total acuerdo. El ejercicio de construcción del currículo de un programa, por lo
tanto, debiera reservar espacios estratégicamente seleccionados para alentar y divulgar el
esfuerzo teórico por fortalecer y ampliar el horizonte epistémico de la disciplina en juego.

El caso de la administración resiste miradas de mayor sigilo en este propósito habida cuenta
que su corpus teórico siempre ha estado asociado al pragmatismo de la eficiencia y
productividad; soslayando la importancia y necesidad de otros espacios del conocimiento
desde los cuales se nutre más que su discurso su compleja realidad práctica. Podría decirse
que incluso, hoy por hoy, el pensamiento administrativo se halla revisando cuando no
reformulando su objeto de estudio. Es que es una sociedad más global, son unas ciudades
más dinámicas, son unos individuos más críticos y conscientes de su papel, son unas
estructuras organizativas más rizomáticas, son unos productos más diseñados, más
tecnológicos, en suma estamos en una realidad que suma complejidades a cada paso y a
cada minuto, es la dialéctica espacio – tiempo la que hoy caracteriza la tarea de pensar la
administración como ciencia, como arte, o como praxis cotidiana.

Así lo leemos en “Argumentación administrativa” (Hood, Jackson, 1997:9)

“El énfasis en los principios administrativos desdeña el significado y esencia de


lo que son la sociedad y el Estado moderno. La vida de la administración (…)
se inscribe en lo que es la sociedad, hacia dónde se dirige, qué medios requiere
para conseguir su desarrollo y bienestar y cuál es la misión de un Estado para
asegurar las condiciones de vida de la comunidad. En esta complejidad es
donde se explican las tareas de la administración”

Si bien la obra de los profesores Hood (London School of Economics) y Jackson (Universidad
de Sydney) tiene como punto focal la administración pública, la problemática de ésta y la
administración de empresas se halla perfectamente conectada desde la esencia de sus
postulados, al final ambas buscan lo mismo: el logro de objetivos con el mejor uso de los
recursos disponibles.

No sería un despropósito afirmar que la administración ha estado sumida en una suerte de


reduccionismo conceptual y por lo tanto de determinismo práctico cuando por ejemplo se
plantea que: la administración es toma de decisiones y manejo de recursos en un circuito

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racional de funciones corporizadas. Bastante alejada de las irracionalidades de la dinámica
social. Pero, también considerar que sus actividades están siempre permeadas por la
racionalidad y la eficiencia del objetivo económico sin presencia de valores culturales,
intereses políticos y los objetivos de vida y bienestar colectivo. Que sus logros son producto
de un ejercicio endógeno que poco considera las condiciones externas que más de las veces
dan vida y energía adicional a la organización contemporánea en el desarrollo de su misión.
Sin duda que la administración de empresas de la que hoy nos ocupamos es otra; es una
con mayores pretensiones de hacer parte del gran evento global de la vida.

Innovación de la Administración vs innovación administrativa

Utilizando la metáfora del enfrentamiento deportivo, pero sobre todo de la confrontación


conceptual justificamos el por qué el curso debe denominarse Innovación de la
Administración. Para ello resulta de destacada utilidad los enunciados expresados en el
subtítulo anterior.

El currículo contemporáneo de administración de empresas debe garantizar en alguno(s) de


sus momentos el abordaje crítico y sensible de su pensamiento. Esto es, el ejercicio
exhaustivo de sus bases discursivas que le den sustento epistémico a la disciplina y permitan
que ella no quede reducida a un arsenal de metodologías y procedimientos para el logro de
la eficiencia y la productividad.

No se trata solo del pensamiento administrativo per se, sino de la posibilidad de plantear
aperturas conceptuales que redunden en una dinámica de encuentro con otras disciplinas
que propicie el dialogo multi, inter y transdiciplinario. Por todo ello la inclusión del término
Innovación resulta oportuna y coherente en línea con este objetivo.

De lo que se trata es de INNOVAR en torno a la administración como discurso y como


práctica. La administración como ciencia, como pensamiento, como discurso. En tanto la
noción de Innovación administrativa nos conduce semántica y de facto a la gestión, la
operación, la realización; sin mayores esfuerzos por alentar el análisis y comprensión de los
fenómenos actuales que hacen de la realidad social, económica, política, cultural y ecológica
un caleidoscopio sin precedentes en la vida del hombre.

En conclusión

Las ligerezas semánticas pueden deslumbrar en el momento, pero de lo que se trata es de


ser coherentes con las necesidades de formación de un pensamiento divergente y critico a
través del estudio y práctica de la administración. La sentencia es simple: si queremos una
nueva y mejor sociedad, debemos alentar el gusto y compromiso por el estudio y
comprensión de las múltiples realidades que caracterizan el mundo actual.

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