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Valentina Gómez Vargas

Pontificia Universidad Javeriana


Desarrollo Procesos Cognitivos
Presentado a: María Rocío Abello Correa
12 de Marzo 2018

Reseña: “Sensación y Percepción”- Margaret W. Matlin y Hugh J. Foley

Capítulo 14: “Desarrollo perceptual”

Contexto:

“Sensación y Percepción” 3ª edición es un texto elaborado por los autores


Margaret W. Matlin y Hugh J. Foley originalmente en 1996. In grosso modo, esta obra
es una propuesta conceptual en la que se tratan temas sobre los procesos
sensoriales, perceptivos y psicológicos del ser humano. “Sensación y Percepción” es
un libro dirigido sobre todo a la comunidad de investigadores y estudiantes de
psicología que desean ampliar y ahondar en su conocimiento sobre dichos procesos,
sin embargo, esto no es un impedimento para que público externo a estos grupos no
pueda leer y comprender estos planteamientos.

Asimismo, si se analiza el contexto histórico en el que se elaboró dicha obra es


posible entrever el gran interés que existía y existe dentro de la comunidad psicológica
de darle una explicación, racional y coherente a los diversos procesos psicológicos
(entre ellos el perceptual y el sensorial) del ser humano, un claro ejemplo de lo anterior
es precisamente la obra de Margaret W. Matlin y Hugh J. Foley, en la que es posible
decir que el objetivo principal es: describir y proporcionar al lector de una mirada
integral y completa sobre los procesos sensoriales pasando por una mirada biológica
(relativa a la neurofisiología) y llegando a la cognición perceptiva del entorno.

Síntesis:

Específicamente, el Capítulo 14 de esta obra trata el “estudio del desarrollo


perceptual en niños” (Matlin, M. W., Foley, H. J, 1996, p. 452). Para ello, la lectura (y
para efectos de este resumen) esta síntesis está dividida en partes: 1) La visión en la
infancia, 2) La audición en la infancia y 3) La visión y la audición en el adulto maduro
y en el anciano.

Antes de iniciar la síntesis, es válido hacer ciertas aclaraciones hechas por los
mismos autores en materia de sensopercepción: 1. El estudio sobre el desarrollo
perceptual enfrenta problemas metodológicos de fondo que se necesitan resolver; 2.
Gracias a estudios recientes se pudo transformar la cosmovisión que se tenía sobre
la percepción del niño, por lo que ahora se cree que el niño si es capaz de percibir el
mundo de manera coherente; 3. Existe una fuerte interdependencia entre los
diferentes sistemas fisiológicos y psicológicos que contribuyen al desarrollo de la
percepción del niño; 4. Finalmente, la interacción activa del niño con su
medioambiente se presentará como benéfica para su desarrollo sensoperceptual.

1. Visión en la infancia:
El desarrollo de la visión en la infancia no es sólo un proceso único y marginado,
sino que por el contrario aquí se puede ver la interconexión y complementariedad
entre los diferentes sistemas, ya que, comprende: las capacidades visuales,
percepción de la forma, percepción de la distancia y del movimiento, la constancia y
la percepción del color. Las capacidades visuales se refieren a la habilidad de la
agudeza visual del bebé, la cual (gracias a un estudio empleando el método de
preferencia), se sabe que se desarrolla durante el primer año de vida de infante. La
percepción de formas se refiere “a las formas que capturan la atención del niño,
especialmente estímulos parecidos a caras” (Matlin, M. W., Foley, H. J, 1996, p. 458),
en este apartado se explica que los bebés si son capaces de distinguir formas y caras,
teniendo en cuenta 3 patrones de preferencia: 1. prefieren patrones curvilíneos, 2.
prefieren patrones concéntricos y 3. prefieren diseños con orientaciones múltiples a
diseños con todas las líneas en la misma orientación. La percepción de la distancia y
el movimiento en los bebés fue comprobada, a partir de los experimentos de Gibson
y Walk (1960) en la que, debido a un abismo visual se pudo demostrar que los bebés
discriminan entre la profundidad y lo superficial (Matlin, M. W., Foley, H. J, 1996, p.
459). La constancia se refiere a la regularidad del bebé al ver reiteradamente la misma
figura (relativo al método de condicionamiento), cara u objeto, hasta el momento se
ha encontrado dos tipos de constancia la de forma y de tamaño. Finalmente, la
percepción del color es la capacidad del bebé de discriminar los colores, en este caso
fue Bornstein, Kessen y Weiskopf (1976) que emplearon el método de la habituación
para demostrar que los bebés si realizan un tipo de categorización de colores.

2. La audición en la infancia:
La audición en un bebé es sorprendentemente superior al de un adulto, puesto
que, poseen umbrales auditivos más elevados a los adultos, y gracias a esto, pueden
discriminar fonemas similares, categorizando así los diferentes sonidos. Los, autores
también resaltan la correspondencia entre las voces y las caras, es decir, la
diferenciación que realiza el bebé entre las voces de hombre y mujer o entre una voz
extraña y la voz de su madre.

3. La visión y la audición en el adulto maduro y en el anciano:


Los estudios que abordan la temática de la visión y la audición en el adulto maduro
y en el anciano no son muy extensos, por lo que, para muchos investigadores los
ancianos y sus problemas degenerativos de percepción pueden no ser una prioridad,
sin embargo, los estudias que si alcanzan a abordar dicha temática develan los
problemas sensoperceptivos que se dan a raíz de los problemas auditivos y ópticos.
Las enfermedades como la presbicia o la presbiacusia pueden causar
respectivamente dificultad en la agudeza visual o dificultad en percibir el habla.

Comentario crítico y conclusión:

Evidentemente el texto de Margaret W. Matlin y Hugh J. Foley es interesante e


integral en toda su propuesta, puesto que, logra verdaderamente converger los
procesos fisiológicos con aquellos psicológicos, además el texto es realmente
digerible para aquellos que no pertenecen directamente o no se están desempeñando
en el campo de la psicología.

Personalmente creo que el texto y sobre todo el capítulo 14 trata de mitigar y de


apaciguar uno de los debates más grandes dentro de la psicología evolutiva y del
desarrollo: si el desarrollo psicológico del individuo es puramente cognitivo o si por
otro lado es biológico. Sin embargo, los autores logran converger muy bien en el
momento de explicar dichos procesos, ya que, si bien es cierto se necesita de la
cognición y de la memoria en ciertos casos (como en el del método de habituación),
existen otros casos en los que (a diferencia de cómo lo plantean psicólogos como
Alan Sourffe) es necesario una reacción biológica primaria. Precisamente, es aquí
donde es posible dilucidar el carácter complementario de todos los procesos
anteriormente mencionados, ya que, uno no puede funcionar sin el adecuado
desarrollo de otro (y viceversa).

La lectura también da cuenta de factores que antes no se habían considerado y


que pueden llegar a influir en el desarrollo perceptual del bebé. Por un lado, se
encuentra el auto-conocimiento por parte del bebé de su propio cuerpo, si bien es
cierto este factor puede llegar a sonar muy simple y banal, Alan Sourffe lo categoriza
como una de las capacidades del bebé (dentro de la segunda mitad del primer año)
de organizar el contexto situacional, puesto que, desde este momento el bebé
empieza a tener conciencia de sí mismo, a ubicarse en espacio y tiempo y a entender
que es un ser diferente a su cuidador (2000). Esta perspectiva también trae a colación
la relación que existe entre el vínculo seguro (entre el bebé y su madre o en ciertos
casos su cuidador) y el desarrollo sensoperceptivo del bebé desarrolla, sin embargo,
¿Por qué es relevante esta relación?, concretamente esta relación no sólo responde
a la asociación de la voz-cara que realiza el bebé, sino que, el vínculo seguro le va a
proporcionar al bebé una base exploratoria segura para que éste pueda desarrollar
sus capacidades cognitivas y a la postre, perceptuales.

A modo de conclusión, la sensación y/o la percepción no son procesos ajenos


que se dan en el vacío, sino que, por el contrario, dependen de toda una maquinaria
psicológica y biológica del individuo (o en este caso del bebé). La interdependencia y
la complementariedad son características claves para el adecuado desarrollo
perceptual y sensorial del bebé, ya que, sin éstas existiría discontinuidad e
incoherencia en cómo el ser humano percibe su entorno y ulteriormente su realidad.

Bibliografía:

- Matlin, M. W., Foley, H. J. (1996). Sensación y Percepción. México. PRENTICE


HALL HISPANOAMERICANA, S.A.
- Sourffe, A. (2000). Desarrollo emocional. La organización de la vida emocional
en los primero años. México. Oxford University Press Mexico, S.A. de C.V.

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