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POR: SAMUEL ARROYO
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Es bien sabido que la cultura y el arte son alimento para el intelecto y para el espíritu. El
arte hace que los hombres y las mujeres se engrandezcan y, en muchos casos, trasciendan
las fronteras de lo común para alcanzar la inmortalidad. Si nos damos tiempo de disfrutar
de las diversas expresiones artísticas no sólo tendremos una mayor sensibilidad, sino que
podremos se personas más sanas y felices.
Un estudio realizado en Noruega a más de 50 mil adultos, tanto hombres como mujeres,
reveló que aquellos que son aficionados a visitar galerías y museos o a asistir
a teatros y conciertos con cierta regularidad, son más sanos, menos ansiosos y tienden
menos a deprimirse que aquellos que nunca participan en actividad cultural alguna.
Pero quienes más se benefician con estas actividades, afirman los investigadores, son
los hombres que están interesados en las actividades receptivas, es decir en observar y
experimentar la cultura, más que en hacer o crear algo cultural.
Desde hace mucho tiempo se sabe que las actividades culturales pueden beneficiar a la
salud y prolongar la longevidad de los individuos; por lo que se incluyen en las políticas de
los gobiernos responsables, ya que saben que con esto pueden mejorar el bienestar de la
gente.
A pesar de eso, hasta hace poco no se había estudiado cuál era el impacto de esta
participación cultural en la salud y la satisfacción con la vida y si era más beneficioso para
los hombres o las mujeres. Los investigadores de la Universidad Noruega de Ciencia y
Tecnología, en Trondheim, utilizaron los datos del Estudio de Salud de Trondelag del
Norte llevado a cabo con 50,797 adultos de entre 20 y 80 años entre 2006 y 2008.
El estudio utilizó cuestionarios para determinar con qué frecuencia los participantes se
comprometían en actividades culturales y cuáles eran sus hábitos de estilo de vida, incluida
la actividad física y su estado de salud mental. El estudio incluyó un análisis clínico de los
individuos para registrar su estado de salud, su satisfacción con la vida y sus niveles
de ansiedad y depresión.
Las actividades culturales fueron clasificadas como creativas: en las que el individuo hace
una tarea para crear algo "cultural", por ejemplo, una clase de pintura o una clase
de piano; y receptivas: en las que el individuo recibe impresiones o experiencias culturales
sin tener que "crear", como ir a un concierto, una exposición de arte, el teatro o visitar un
museo.
El estudio tomó en cuenta factores como el ingreso y el nivel educativo de los participantes.
"Los resultados mostraron que, en general, tanto los hombres como las mujeres suelen
participar más en actividades culturales creativas que en actividades culturales receptivas"
dice el doctor Koenraad Cuypers, quien dirigió el estudio.
"Y el grado de participación se incrementa gradualmente desde los 20 hasta los 49 años y
posteriormente comienza a disminuir a medida que aumenta la edad".
Más cultura receptiva, mejor salud
Los resultados mostraron un vínculo entre la cantidad de tiempo que un individuo participa
en actividades culturales y su estado de salud y la forma como goza la vida.
Entre más cultura se experimenta, mayores los beneficios para la salud y el bienestar. "La
frecuencia de la participación cultural y el número de diversas actividades están
positivamente asociadas a una buena salud, una buena satisfacción con la vida, un menor
nivel de ansiedad y un menor nivel de depresión" afirma el doctor Cuypers.
Sin embargo, agrega, el estudio mostró los mejores resultados "entre los hombres que se
comprometen específicamente en las actividades culturales receptivas, más que creativas".
Es decir, los hombres que visitan galerías de arte, museos y van al teatro regularmente
tienden a gozar de una mejor salud, están más satisfechos con su vida y tienen niveles
menores de depresión y ansiedad, señala el investigador.
Los científicos no saben cuáles son los mecanismos que influyen en esta asociación, pero
creen que, tal como lo han mostrado estudios en el pasado, las actividades relajantes, como
escuchar música, leer, o ver una película, tienen un impacto positivo en el manejo
del estrés.
"Estos resultados indican que el uso de actividades culturales para la promoción de la salud
podría estar justificada" concluyen los autores.
Fuente: BBC Mundo
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