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EL APEGO
Autores
Fernández Samamé Nataly
Ly Salvador Cristina
Morante Montenegro Maribel
Sivincha Cubas Pierina
Ygnacio Junco Melissa
Docente
Chiclayo – Perú
2018
1. INTRODUCCIÓN A LA AFECTIVIDAD
EMOCIONES BÁSICAS
La alegría
Sin embargo, la alegría es uno de los sistemas que tiene el cuerpo para incentivar la acción.
Además, sirve de recompensa para aquellas conductas beneficiosas para uno mismo. Cuando
realizamos una acción que satisface una meta, es cuando se dispara la alegría, y gracias a ello
esa conducta se repetirá para volver a vivir esa sensación de placer. Es quizás el reforzados más
natural con el que contamos.
A nivel fisiológico nos encontramos con un aumento de la tasa cardíaca y un mayor ritmo
respiratorio. Además, en la química cerebral nos encontramos con una mayor liberación de
endorfinas y dopamina.
La tristeza y enojo
El miedo
Se manifiesta en el primer mes, al poner al niño hacia abajo. Los miedos más frecuentes:
ansiedad ante los extraños: aparece al 8º mes; depende de las características del niño, de la
forma en que el adulto se acerca al niño.
Angustia de separación: Aparece cuando la figura de apego se ausenta. Ambas se deben a los
logros del desarrollo cognitivo: El niño no distingue los rostros conocidos de los que no lo son,
poco a poco irá distinguiéndolos. No sabe que su madre sigue existiendo aunque no la vea, lo
irá entendiendo progresivamente.
Ansiedad ante los extraños: aparece al 8º mes, depende de las características del niño y de la
forma en que el adulto se acerca al niño.
– El niño no distingue los rostros conocidos de los que no lo son, poco a poco irá
distinguiéndolos.
– No sabe que su madre sigue existiendo aunque no la vea, lo irá entendiendo progresivamente.
DESARROLLO DE LA EMPATÍA
La empatía se podría definir como la habilidad de sentir con los demás, como la capacidad de
entender los pensamientos y emociones ajenas, de ponerse en el lugar de los demás y compartir
sus sentimientos. Posee gran importancia para un buen desarrollo emocional puesto que, en
primer lugar, supone el conocimiento de las emociones propias. Sin ello, no sería posible
identificar y reconocer las emociones ajenas.
La empatía juega un papel muy importante en la aceptación de normas y el respeto a los demás
y repercute en gran parte del repertorio de conductas sociales como las relaciones de pareja, de
amistad, actitud hacia desconocidos, etc. Por contra, la falta de empatía puede estar detrás de
problemas de agresividad, egoísmo, desconfianza, etc.
Pero cuando nos referimos a los niños, tenemos que tener en cuenta que esta habilidad se
aprende y se desarrolla; como padres podemos hacerles partícipes de nuestras emociones o
sentimientos, atender a sus emociones cuando nos las manifiesten, practicar en situaciones que
supongan el respeto a unas normas o que requieran la escucha y comprensión de los demás.
PSICOFISIOLOGÍA
La psicofisiología es la rama de la psicología relacionada con las bases fisiológicas de los procesos
psicológicos. Es una disciplina de la psicobiología y el objeto de estudio es el ser humano. El
objetivo de la psicofisiología es el estudio de la conducta y de los procesos que la organizan.
Concretamente, se trata del estudio de nuestros procesos somáticos y fisiológicos.
AFECTIVIDAD
La afectividad es aquella capacidad que tiene el individuo para reaccionar ante ciertos
estímulos ya sean del medio interno o externos y que se caractericen por los sentimientos y
emociones.
SINCRONÍA:
Primero, el apego es una necesidad biológica que todos los seres humanos tenemos (de
igual importancia que comer o respirar), esto quiere decir que los niños (y los adultos)
necesitan vivir vinculados a otras personas que los cuiden y los quieran.
En segundo lugar, el apego es importante porque es el “espacio vital de crecimiento del
niño”, es decir, que la calidad del apego que reciba el niño/a va a influir en cómo se
comportará y desarrollará en el futuro.
Finalmente, el apego es lo que da al niño un sentido de seguridad, autoestima,
confianza, autonomía y efectividad para enfrentar el mundo, de acuerdo a la calidad
afectiva que reciba de sus padres.
Teniendo en cuenta todas estas razones, es muy importante aclarar que el apego no incluye
todas las instancias de crianza y relación que se establecen con el niño/a. El apego se forma
específicamente en aquellos momentos donde ellos sienten o expresan algún malestar (sea
porque se sienten solos, están enfermos, se hicieron daño, etc.) y el modo cómo los padres
calman ese malestar.
De una forma más clara y directa es posible afirmar entonces que la calidad del apego que los
hijos establecen con uno está determinada por el modo como se suele calmar los diversos
malestares que pueden sentir o vivir. Si por ejemplo, un niño se cae, llora, y los padres lo retan,
o si a un bebé se lo deja llorar por mucho tiempo, o si se deja solo a un niño o niña por largos
periodos, entonces todos esos son modos que no calman al niño, sino que lo dejan con más
malestar (y por ende, son modos inadecuados de establecer apego). Por lo tanto, el apego es
una relación afectiva estable, duradera, íntima que determina en gran parte el desarrollo
presente y futuro del niño/a, y que se forma en los miles de momentos en donde un infante
expresa su necesidad de ayuda y lo que los padres hacen con ese malestar.
Desde este punto de
vista, inevitablemente surgen muchas preguntas e interrogantes sobre el modo más adecuado
de cuidar y calmar a los niños.
4. IMPLICANCIA DEL APEGO EN LA ADOLESCENCIA Y LA VIDA ADULTA.
Las psicopatologías, a través del conocimiento de la historia afectiva de los primeros años,
seguridad básica y los modelos internos; que incentiven a la persona a tomar ciertas decisiones
ya sean buenas o malas en su vida.
Cambios que van ligados a la figura de apego: el vínculo afectivo se desplaza de la madre al
grupo de iguales; amigos, compañeros de clase o de alguna actividad deportiva o lúdica de la
que son partícipes, es decir este va a originar una Imagen o copia del vínculo mantenido con la
figura primaria de referencia; en este caso la madre.
APEGO Y ADULTEZ:
Desde el punto de vista afectivo, la relación entre la pareja en la etapa adulta es la imitación y
reproducción de la relación entre el niño y su figura de apego.
Pero como en cada etapa de la vida hay diferencias que nos permiten reconocer a la persona
que las está pasando, el afecto también tiene una diferencia y la que encontramos es que la
relación de la infancia es asimétrica (uno cuida, otro es cuidado), mientras que en el adulto es,
o debería ser, simétrica.
El estilo o modo de amar que las personas desarrollaran en su vida ya adulta va a depender de
los estilos de apego construidos:
• Estilo de apego ansioso: darán como resultado relaciones dependientes, además de una
continua necesidad de confirmación de que es amado.
Casos en los que la persona, en su vida madura, realiza demandas continuadas a su figura de
apego (suele dirigirse a la pareja) sin situación amenazante o peligrosa objetiva, con el objetivo
de mantenerse cercana a esa figura y asegurarse que está próxima a ella y no le abandona.
5. TIPOS DE APEGO Y SUS MANIFESTACIONES PSICOLÓGICAS
El apego evasivo es el cual el niño no necesita a la madre para comenzar sus actividades, se
siente más seguro con extraños y no le hace mucho caso cuando esta se encuentra en la
habitación. Si la madre no se encuentra en la habitación no lloran o hacen alguna rabieta y
también es parte del desarrollo de los niños en ciertas etapas. Las emociones que se presentan
de manera más frecuente en este caso son el miedo y la angustia exacerbada ante las
separaciones, así como una dificultad para calmarse cuando el cuidador vuelve. Durante la
interacción con éste hay ambivalencia: enojo y preocupación, aunque la ausencia del cuidador
genera ansiedad. Es por ello por lo que los pequeños con este estilo de apego necesitan la
aprobación de los cuidadores y vigilan de manera permanente que no les abandonen. Exploran
el ambiente de manera poco relajada y procurando no alejarse demasiado de la figura de apego.
A diferencia de los dos antes mencionados el apego de oposición, el niño manifiesta una cercanía
a la madre, pero sin interactuar, es decir le gusta está cerca a la madre pero no realiza
actividades de recreación; pero cuando la madre sale se angustia y se pone ansioso causando su
llanto que continuara así regrese la madre. Esto ocurre porque el apego con el cuidado no ha
generado suficiente seguridad, con lo cual, el pequeño desarrolla una autosuficiencia
compulsiva con preferencia por la distancia emocional. Aunque la despreocupación por la
separación pudiera confundirse con seguridad, en distintos estudios se ha mostrado que en
realidad estos niños presentan signos fisiológicos asociados al estrés, cuya activación perdura
por más tiempo que los niños con un apego seguro.
El apego desorganizado es común en niños inseguros, se caracteriza por que ellos manifiestan
conductas contradictorias y evitan manifestar su apego a la madre cuando esta, también cuando
hay un extraño presente en la habitación se alejan de ella. Se trata del extremo contrario al
apego seguro. Ocurre, por ejemplo, en casos de abandono temprano, cuya consecuencia en el
niño es la pérdida de confianza en su cuidador o figura vincular, e incluso puede sentir
constantemente miedo hacia ésta.
La relación con nuestra familia durante los primeros años de vida constituye los cimientos sobre
los que vamos a construir nuestra personalidad y la forma de relacionarnos con los demás.
Muchas de las patologías que surgen en la adolescencia y la edad adulta, como adicciones,
trastornos alimenticios, dependencia emocional u obsesiones, tienen su origen en relaciones de
apego inseguro con la familia durante la infancia. La paradoja es que una conducta que surge
para reducir el malestar acaba con el tiempo produciendo dolor y ansiedad.
Cuando las relaciones de apego son de tipo inseguro, el cerebro del niño crea mecanismos
inconscientes de regulación que pueden dar lugar a emociones como miedo, frustración, rabia,
culpa o vergüenza y ser origen de patologías como depresiones, obsesiones, trastornos
alimenticios, dependencia emocional o adicciones.
Gracias al estudio de la psicopatología del apego se puede intervenir sobre los pacientes desde
diferentes ángulos, y de este modo atacar las patologías psicológicas desde la raíz, más allá de
los síntomas
Un buen número de estudios han mostrado resultados consistentes en la relación que las
interacciones con figuras de apego inconsistentes, poco confiables o insensibles tienen con el
desarrollo posterior de trastornos del estado de ánimo, la personalidad o incluso de tipo
psicótico.
En esta línea, los apegos inseguros (tanto en su versión ansiosa como evitativa) aparecen
asociados con la depresión, la ansiedad clínicamente significativa, el trastorno obsesivo-
compulsivo, el trastorno de estrés postraumático, las tendencias suicidas y los trastornos
alimentarios, así como una variedad de
trastornos de la personalidad (dependiente,
histriónico, esquizoide o evitativo).Algunas de las
características que denotan un aspecto
psicopatológico relacionado con el apego son:
• Desorganizado – desoreintado.
• Miedos / ansiedad.
• Síntomas disociativos.
• Falta de empatía.
• Los síntomas depresivos son más la consecuencia de un apego inseguro que al contrario.
• Los síntomas depresivos y el apego inseguro del adolescente son producidos por: