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Ávila Johnson, Ana Perla

Siglos de Oro I.

Petrarca en la poesía
La poesía amorosa de Petrarca se caracteriza por ser sonetos en endecasílabos que
hablan de un encuentro amoroso con una amada idealizada, donde puede haber rechazo
y sufrimiento junto con quejas del amante porque su amada no lo ama, al igual que
influencias del amor cortes y del neoplatonismo. Así como gran importancia a la
ubicación temporal, el nombre de la amada y los ojos como motivo de amor, la naturaleza
para expresar dolor y el fuego como sinónimo del amor.
En este trabajo, tenemos cuatro poetas que imitaron el estilo de Petrarca y sus
tópicos con tal de exaltar la figura del poeta.
En el poema de Garcilaso “De aquella víspera pura y excelente” tenemos
elementos Petrarquista en que se trata de un encuentro amoroso, no especifica el día, ni
el momento, sólo sabemos que sucede. Del poema de Petrarca “Fue el día en que sol
palidecieron” tenemos que Garcilaso retoma el tópico de hablar de los ojos de la
enamorada y de la mirada, porque para él el amor se produce por medio de las miradas

De aquella vista pura y excelente


salen espíritus vivos y encendidos,
y siendo por mis ojos recebidos,
me pasan hasta donde el mal se siente; (Garcilaso)

cuando, hallándome yo desprevenido,


vuestros ojos, señora, me prendieron. (Petrarca)

Ambos hablan de los ojos, como motivo de encender algo dentro el amado.
También, Garcilaso al mencionar a los espíritus que salen, se rescata un facto del
neoplatonismo en el que se pone como más importante el amor espiritual que el carnal,
los espíritus son los que se emocionan y encienden el alma.
Cada verso trata de un mismo tema en ambos poetas: el primero habla del
principio del encuentro, el segundo de cómo se va formando el amor, el tercero sobre la
desilusión y el ultimo la culminación del encuentro.
En el poema de Juan de la Cueva “Fue mi alma en su dulce prisión puesta”
tenemos el rechazo amoroso, también reflejado por Petrarca en su poema, al final de
ambos poemas tenemos:

aquí tuvo principio mi quebranto,


aquí cautivó Amor mi pensamiento
de aquella que jamás me da sosiego. (De la Cueva)
Ávila Johnson, Ana Perla
Siglos de Oro I.

pero, a mi parecer, no quedó honrado


hiriéndome de flecha en aquel caso
y a vos, armada, no mostrando el arco. (Petrarca)

Ambos al principio nos ubican temporalmente, Petrarca nos dice que sucede un
viernes santo y de la Cueva que sucede en la fiesta de la Cruz.
Un elemento Petrarquista es describir la tristeza con elementos de naturaleza, de
la Cueva lo hace sutil al decir que “en aqueste deleite mi tormento, y en tal descanso se
encendió mi fuego.” Comparando estados de ánimo con agua y fuego.
La antítesis formada en el segundo cuarteto es importante ya que pone a la
multitud como feliz, alegre mientras el yo poético sufre por amor, para resaltar el dolor
del rechazo:

En este alegre día fue mi llanto,


en aqueste deleite mi tormento,

El fuego es un vital recurso en la poesía petrarquista y en de la Cueva tenemos en


uno de los versos: y en tal descanso se encendió mi fuego.
Al igual, conserva la misma estructura que Petrarca al primero ubicarnos
temporalmente y ocupar el ultimo terceto para el desenlace amoroso que aunque este no
salió bien, el yo poético sigue perseverando.
Dávalos y Figueroa retoma elementos petrarquistas en su poema “Penando que
ocupaba fuerza y arte” desde el inicio al idealizar a la mujer:

Amor, oh hermosísima señora,


en no sufrir desorden como agora
que sufre a mi bajeza desearte,

Y al poner al amador como motivo de sufrimiento por la amada.


Al igual retoma la mirada como creación del amor:

desarmado de aviso osé mirarte:


mas cruel, que nunca se está un hora,
luego desde tus ojos, donde él mora,
me pasó el corazón de parte a parte

Considerar el amor como un juego y que al final obtienes un premio, proviene del
amor cortés mismo que retoma Petrarca en su poesía y que en este poema es descrito.
Lope de Vega en su poema “Era la alegre víspera del día” describe el encuentro
amoroso, más pasional que Petrarca, pero igual nos ubica temporalmente en “la alegre
víspera del día que la que sin igual nació en la tierra”.
Rescata el elemento del cuerpo como cárcel del alma del neoplatonismo y
menciona a los ojos como motivo de ardor y amor:
Ávila Johnson, Ana Perla
Siglos de Oro I.

cuando Amor me enseñó la vez primera


de Lucinda en su sol los ojos bellos,
y me abrasó como si rayo fuera.

Y la mención de Cupido en Lope de Vega y en Petrarca está presente con el apodo


de “Amor”.
Evocación del nombre de la amaba es igual otro elemento petrarquista, Petrarca
en su poema lo pone sutilmente en un juego d palabras con el aura y Laura, Vega la
menciona:

cuando Amor me enseñó la vez primera


de Lucinda en su sol los ojos bellos,

El sufrimiento y la locura del amante es descrita como una lucha entre el consejo
y la razón que destierran a la vanidad que guía al apetito.

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