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ANTONIO STECHER **
Universidad Diego Portales, Santiago, Chile
RESUMEN
Este artículo presenta la perspectiva teórico-metodológica del Análisis
Crítico del Discurso, y dentro de ésta, el modelo tridimensional de discur-
so desarrollado por Norman Fairclough. Se destaca el modo en que dichos
enfoques pueden enriquecer el campo de la investigación psicosocial sobre
el trabajo en América Latina, arrojando luces sobre las dimensiones discur-
sivas de los procesos de reestructuración productiva y flexibilización laboral
implementados en diversos países de la región. Se argumenta que a pesar
del importante desarrollo y renovación de dicho campo en América Latina
en la última década, aún es escasa la incorporación de las herramientas
conceptuales del análisis del discurso, lo que ha dificultado el estudio de
las emergentes modalidades de uso del lenguaje que caracterizan al nuevo
capitalismo.
Palabras clave autor
Análisis Crítico del Discurso, Norman Fairclough, investigación psicosocial, trabajo,
América Latina.
Palabras clave descriptor
Fairclough norman, critica e interpretación, análisis del discurso, cambio social.
ABSTRACT
This article presents the theoretical-methodological perspective of critical
discourse analysis and, within this, a three-dimensional framework of dis-
course developed by Norman Fairclough. We note the way in which these
*
El presente artículo fue elaborado en el marco approaches can enrich the field of psychosocial research on work in Latin
de mi participación en el Programa de Estudios de America, shedding light on the discursive dimensions of the productive
Doctorado en Psicología Social, del Departamento
de Psicología Social, de la Universidad Autónoma de
restructuration and work flexibilization processes implemented in diverse
Barcelona. Agradezco a Conicyt (Chile) y a countries of the region. We argue that, in spite of the important develop-
la Fundación Carolina (España) cuyas becas han ment and renewal of this field in Latin America over the last ten years, the
permitido mi participación y afiliación a dicho incorporation of the conceptual tools of discourse analysis remains scarce,
programa y departamento. Agradezco, a su vez, los thereby hindering the study of the emerging modalities of the use of language
aportes de Lupicinio Iñiguez quien comentó versio- that characterize the new capitalism.
nes preliminares de este trabajo. Key words author
**
Universidad Diego Portales (Chile)-Facultad de Critical Discourse Analysis, Norman Fairclough, Psychosocial Research, Work, Latin
Psicología. Programa de Estudios Psicosociales del America.
Trabajo. Vergara 275, Santiago-Chile. Key words plus
Correo electrónico: antonio.stecher@udp.cl Fairclough Norman, Criticism and Interpretation, Discourse Analysis, Social Change.
UNIV. PSYCHOL. BOGOTÁ, COLOMBIA V. 9 NO. 1 PP. 93-107 ENE-ABR 2010 ISSN 1657-9267 93
A NTONIO S TECHER
ción de metodologías cualitativas, buscando rom- poder propios de las sociedades modernas (Baritz,
per con modelos empiricistas basados en relaciones 1961; Pulido-Martínez, 2004; Rose, 1996). Por
entre variables operacionalizadas y cuantificables otro lado, se plantea la necesidad de ir más allá de
que han caracterizado los desarrollos hegemónicos los límites del campo disciplinar, desarrollando pro-
de la psicología del siglo XX (Danzinger, 1996; Ger- yectos interdisciplinares o transdisciplinares que,
gen, 1996). Este desplazamiento ha implicado un reuniendo los aportes de diversas ciencias sociales,
cambio de interés desde la búsqueda de leyes uni- permitan abordajes más integrados y complejos del
versales y abstractas del comportamiento laboral mundo del trabajo. Estos 5 ejes, que en ningún caso
que permitirían controlar y ajustar las respuestas de constituyen una descripción exhaustiva, permiten
los sujetos a las demandas de la organización, hacia dar cuenta de algunas de las características de este
la exploración de los sentidos, identidades, relatos emergente territorio de nuevos abordajes psicoso-
y prácticas cotidianas que definen las experiencias ciales del mundo laboral, dentro de la psicología
situadas, múltiples, heterogéneas y contradictorias latinoamericana
de los sujetos que trabajan. Experiencias y prácticas Uno de los aspectos llamativos de estos re-
condicionadas y determinadas por los contextos cientes desarrollos es la relativamente escasa uti-
sociohistóricos y los marcos organizacionales en lización de los recursos teórico-metodológicos del
que se insertan, pero, al mismo tiempo, capaces de ámbito del análisis del discurso. Salvo algunas
recrear, resistir y transformar, hasta cierto punto, H[FHSFLRQHV*DUFtD &DUYDMDO3XOLGR
dichas condicionantes. En cuarto lugar, estos de- 0DUWtQH]3XOLGR &DUYDMDO
sarrollos se caracterizan por asumir, más o menos Román, 2008; Sisto, 2005; Vargas, Aragón, Rivera
explícitamente, una sensibilidad crítica que lleva a 7UHYLVL\DOLJXDOTXHHQHOFDVRGHORV
explorar y cuestionar las diversas formas de explo- actuales desarrollos de la sociología del trabajo en
tación, enajenación, sufrimiento, malestar y con- América Latina (Antunes, 2001; Battistini, 2004;
trol que caracterizan la organización del trabajo en 'HOD*DU]D7RGDUR <ixH]ORTXH
las sociedades capitalistas contemporáneas. Dicha predomina a nivel de los diseños cualitativos de
perspectiva crítica supone, a su vez, un esfuerzo por investigación es la lógica del análisis (cualitativo)
visibilizar las prácticas y posibilidades de resistencia de contenido, en que se busca extraer a través de
de los sujetos que trabajan, así como por construir procesos de codificación sucesiva (habitualmente
un conocimiento que contribuya a desnaturalizar inspirados en la Grounded Theory) los principales
y revertir los procesos de precarización, desregu- temas o significados de un texto, el que, más que
lación, desigualdad y mercantilización que son como un tópico en sí mismo, se ve como un recur-
presentados por la retórica neoliberal como apolí- so para acceder a ciertos aspectos de la realidad
ticos, naturales e inevitables (Fairclough, 2000a). VRFLDO3RWWHU :HWKHUHOO3UHYDOHFHDVt
En quinto lugar, este conjunto de producciones en muchos de estos estudios, una consideración
suponen una problematización de la historia, los del lenguaje como mecanismo de representación o
discursos y los límites de la psicología. Por un lado, expresión de la realidad objetiva, social o subjetiva,
se plantea la necesidad de visibilizar el rol consti- prestándose menos atención al discurso en tanto
tutivo de los saberes y prácticas psicológicas en la forma de acción y práctica social que tiene un rol
organización (post)industrial del trabajo, el modo constitutivo en los procesos de construcción del
en que las prácticas discursivas psi (tanto en la conocimiento, regulación de las relaciones socia-
línea taylorista como en la línea de las relaciones les y configuración de las identidades (Fairclough,
humanas) han contribuido a la producción de -DZRUVNL &RXSODQG,xLJXH]
formas de conocimiento, disciplinamiento y sub- Martín, 2001; Parker, 1992; Wetherell, 2001).
jetivación laboral funcionales a los requerimientos Como señalan Iñiguez y Antaki (1994 en Iñiguez,
de la empresa y del capital, o más ampliamente, 2003) hablar de discurso es hablar de “un con-
consustanciales a la operatoria de los diagramas de junto de prácticas lingüísticas que mantienen y
1 Por Estudios Sociales del Trabajo en América Latina nos referi- 2 Van Dijk (2003a) propone la nominación de “Estudios Contempo-
mos en general a la producción global de las ciencias sociales de ráneos del Discurso”, en vez de la generalmente utilizada “Análisis
la región sobre la temática laboral. Dentro de ese campo, y como del discurso”, para dar cuenta de que el campo “No sólo incluye
un subcampo específico, ubicamos a los estudios psicosociales “análisis”, sino también “teorías”, “aplicaciones”, “crítica” y otras
del trabajo, los cuales están vinculados fundamentalmente a la dimensiones de investigación…” (p. 12). En este trabajo usamos
Psicología Social y a la Psicología del Trabajo y las Organizaciones. indistintamente ambas denominaciones.
empírico de los usos del lenguaje, hablado o escrito, que a lo largo del siglo XX -de Gramsci al marxismo
en sus contextos (macro y/o micro) sociales espe- cultural inglés, pasando por los trabajos de las dis-
FtILFRV&DOVDPLJOLD 7XVyQ,xLJXH] tintas generaciones de la Escuela de Frankfurt y de
Taylor, 2001; Thompson, 1984; Wetherell, 2001). Althusser- destacó la centralidad de la cultura y las
El surgimiento y consolidación de este campo de formas simbólicas en los procesos de dominación
los estudios contemporáneos del discurso -donde característicos de las sociedades capitalistas, así co-
convergen los aportes de diferentes disciplinas tales mo en las posibilidades de subvertir y resistir dichas
como la lingüística, la antropología, la psicología, relaciones de poder (Fairclough, 1992; Fairclough
la sociología, la filosofía, las ciencias de la comu- :RGDN$VXYH]ORVWUDEDMRVGHOFtUFXOR
nicación (Iñiguez, 2003; Van Dijk, 2003a)- es una de Bakhtin, así como algunas de las reflexiones de
expresión más del creciente interés de la ciencias Foucault sobre el orden del discurso y las formacio-
sociales y humanas por discutir e investigar el lugar nes discursivas son también parte de los orígenes
del lenguaje en la vida social, destacando su carác- WHyULFRVGHO$&')DLUFORXJK :RGDN
ter de acción y práctica social, así como sus efectos Sin embargo, como red y campo de investiga-
productivos y constitutivos a nivel de los saberes, ción articulado y relativamente institucionalizado
las interacciones y las subjetividades que definen en torno a la etiqueta de ACD, la perspectiva del
la especificidad de un particular ordenamiento so- Análisis Crítico del Discurso es más bien reciente.
FLRKLVWyULFR-DZRUVNL &RXSODQG,xLJXH] Como señala Ruth Wodak (2003), es a inicios de
2003; Martín, 2001). los años 90 cuando surge el ACD como tal, a par-
Es dentro de este amplio y heterogéneo3 campo tir de un simposio realizado en Amsterdan en que
de los Estudios del Discurso —el cual, por cierto, es participaron Teun Van Dijk, Norman Fairclough,
una de las expresiones del desarrollo a lo largo del Gunther Kress, Theo Van Leeuwen y Ruth Wodak,
siglo XX, primero en la filosofía y posteriormente los que sin duda pueden ser considerados como los
en las Ciencias Sociales, de lo que se ha venido a fundadores y los autores más importantes y recono-
denominar el “giro lingüístico” (Rorty, 1990)— cidos dentro del campo del ACD.4 Hoy en día, el
donde debemos situar la perspectiva del Análisis ACD es una perspectiva consolidada y legitimada
Crítico del Discurso (ACD). dentro del campo de los Estudios del Discurso, y es
El ACD tiene como antecedente directo e posiblemente el enfoque de Análisis del Discurso
inmediato los desarrollos de la denominada Lin- que más desarrollo ha tenido en América Latina
güística Crítica, la que desde los años 70 en Gran (Berardi, 2003; Bolívar, 2004; Magalhaes, 2005;
Bretaña se interesó por estudiar, con herramientas 0RUDOHV &RUWH]3DUGR %XVFDJOLD
analíticas propiamente lingüísticas, las relaciones gracias, en gran medida, a la presencia permanente
entre lenguaje, poder y control social (Fowler, de Van Dijk en distintos países de la región (Martín
.UHVV+RGJH 7UHZ(QWpUPLQRVPiV :KLWWDNHU
amplios el ACD tiene sus raíces y se nutre del de- Algunos de los principales postulados teóricos
sarrollo del denominado marxismo occidental, el del ACD son los siguientes: en primer lugar, se
caracteriza por desarrollar una teorización que
releva la relación dialéctica entre el discurso y las
3 Se trata de un campo donde coexisten enfoques muy diversos en
términos de sus filiaciones disciplinares, sus ámbitos de investiga-
ción, los tipos de datos privilegiados, las perspectivas lingüísticas
en que se sustentan, así como de los presupuestos ontológicos, 4 Hay que señalar que, si bien en esta sección el foco de nuestro
epistemológicos y ético-políticos que orientan la investigación argumento está puesto en aquellos elementos compartidos dentro
(Iñiguez, 2003; Martín, 2001; Van Dijk, 2000; Wetherell, 2001). del ACD, no es menos cierto que dentro de dicho campo existen
Algunos de los enfoques más importantes desde la perspectiva distintos sub-enfoques con sus particularidades teóricas y meto-
de las ciencias sociales son: La Sociolingüística interaccional, la dológicas, siendo quizás los más destacados el enfoque cognitivo
Etnografía de la comunicación, el Análisis de la conversación, la de Van Dijk, el método histórico-discursivo de Wodak, la perspec-
Psicología (social) discursiva, las Aproximaciones foucultianas, tiva semiótica social de Kress y Van Leeuwen y la perspectiva de
las Perspectivas Bakhtinianas y el Análisis crítico del discurso cambio sociocultural y cambio discursivo de Fairclough (Martín
,xLJXH]-DZRUVNL &RXSODQG:HWKHUHOO :KLWWDNHU
estructuras sociales, dando cuenta del modo como supone un compromiso explícito con los sujetos
el discurso, en tanto que práctica social histó- sociales más desfavorecidos, así como un interés
ricamente situada, es, por un lado, modelado y por generar formas de conocimiento que contri-
determinado por las macro y micro estructuras buyan a la democratización y emancipación de la
en las que está inserto, al mismo tiempo que, por sociedad. Se trata, así, en la tradición de la teoría
otro lado, contribuye activa y creativamente a crítica (Leyva, 2005), de generar un saber que más
la construcción, sostenimiento y transformación que limitarse a constatar lo dado y reificar el orden
GHORUGHQVRFLDO)DLUFORXJK :RGDN(Q existente, sea capaz de visibilizar las (legitimadas)
segundo lugar, el ACD se caracteriza por plantear injusticias (opacadas) contradicciones y (natura-
que el discurso es una de las dimensiones de la vida lizadas) desigualdades del presente, abriendo así
social, pero que ésta última, en ningún caso, puede nuevas posibilidades de autocomprensión y acción
reducirse al lenguaje o más en general a la semio- social para los sujetos sociales (Habermas, 1990;
sis. Lo discursivo es un momento de la vida social Martín, 2001). Este espíritu crítico es lo que está
que incide en los otros momentos o elementos no en la base del interés del ACD por estudiar, no sólo
discursivos, al mismo tiempo que es modelado por las formas en que el discurso contribuye a sostener
HVWRV~OWLPRV&KRXOLDUDNL )DLUFORXJK las relaciones de dominación, sino también el modo
Van Dijk, 2003b; Wetherell, 2001). El desafío en que a través del discurso se abren posibilidades
teórico es, en este punto, “evitar el error de sobre- de resistencia (contradiscursos, discursos alter-
enfatizar tanto la social determinación del discurso, nativos) ante los marcos culturales hegemónicos.
por un lado, como la construcción de lo social en En quinto y último lugar, es posible señalar que el
el discurso, por otro lado. Lo primero convierte al ACD posee una identidad disciplinar caracterizada
discurso en un mero reflejo de una realidad social por la mixtura de un poderoso anclaje en la tradi-
más profunda, lo segundo cae en un idealismo que ción lingüística, por un lado, con una muy fuerte
piensa al discurso como la fuente única de lo social” vocación transdiciplinar, por otro lado. La mayoría
(Fairclough, 1992, p. 65). En tercer lugar, y en lo de los principales exponentes del ACD provienen
que es quizás la característica más conocida del del campo de los estudios del lenguaje, y hay un
ACD, éste se caracteriza por estudiar especialmen- fuerte y minucioso uso de los recursos analíticos de
te las relaciones entre lenguaje y poder, buscando la lingüística en esta perspectiva del Análisis del
relevar el modo en que el discurso juega un rol Discurso. Como diría Fairclough (1992), se trata
central en los mecanismos de dominación y control de un análisis del discurso con una potente orien-
social característicos de las sociedades capitalistas tación textual y lingüística. Sin embargo, junto a
FRQWHPSRUiQHDV)DLUFORXJK :RGDN este fuerte arraigo en las teorías y las estrategias
Van Dijk, 1993). Como escribe Wodak (2003), el analíticas de la lingüística, el ACD se caracteriza
objetivo central del ACD es estudiar “ya sean éstas por una importante vocación transdisciplinar, pues
opacas o transparentes, las relaciones de domina- entiende que abordar las complejas relaciones en-
ción, discriminación, poder y control, tal como se tre lenguaje y sociedad requiere el aporte de diver-
manifiestan a través del lenguaje. En otras palabras, sos saberes y teorías. Uno podría entender el ACD
el ACD se propone investigar de forma crítica la como el esfuerzo de articular en una perspectiva de
desigualdad social tal como viene expresada, se- investigación multidisciplinar los recursos teórico-
ñalada, constituida, legitimada, etc., por los usos analíticos de la lingüística, junto a los diversos de-
del lenguaje (es decir en el discurso)” (p. 19); o en sarrollos de la teoría social que a lo largo del siglo
palabras de Van Dijk (2003b), el foco del ACD es XX han buscado problematizar críticamente las
“el estudio crítico de la reproducción discursiva de diversas articulaciones entre la cultura, el lenguaje
la dominación en la sociedad” (p. 151). En cuarto y la dominación. Como escribe Van Dijk (2003b)
lugar, y estrechamente vinculado a lo anterior, el “el ACD debería ser esencialmente diverso y mul-
ACD se caracteriza por un espíritu crítico, lo que tidisciplinar. (…) El ACD puede realizarse en, o
combinarse con, cualquier enfoque y subdisciplina del discurso5-DZRUVNL &RXSODQG&RPR
de las humanidades y las ciencias sociales” (p. 144). hemos señalado, los nuevos núcleos de investiga-
De esta breve caracterización del ACD pode- ción psicosocial del trabajo en América Latina,
mos destacar tres aspectos que dan cuenta de la han tendido a priorizar un tipo de abordaje que se
fecundidad de esta perspectiva para los nuevos centra en los contenidos de los textos analizados,
estudios psicosociales del trabajo. Por un lado, se prestando menos atención a las funciones que éstos
trata de un enfoque que, si bien dedicado al análisis cumplen en el marco de los contextos de interac-
del discurso, no reduce la dinámica de la vida social ción específicos en que se han producido. El ACD,
a sus componentes discursivos o a sus microeventos así, puede ser un importante aporte en la línea de
conversacionales, como sucede, respectivamente, explorar el modo en que el lenguaje es movilizado
con ciertas perspectivas post- estructuralistas o en los espacios laborales como un recurso para la
etnometodológicas dentro de la teoría social en acción, esto es, la manera en que las personas, gru-
general, o al interior del campo del análisis del pos e instituciones persiguen en el trabajo ciertos
discurso, en particular. Esto es particularmente propósitos y efectúan ciertas acciones a través de
relevante para el campo de los Estudios Sociales las prácticas lingüística (Iñiguez, 2003).
del Trabajo en América Latina, donde en ocasiones En la siguiente sección, y partir de la presen-
se identifica el campo del análisis del discurso con tación del modelo tridimensional del discurso
un enfoque predominantemente discursivo o mi- desarrollada por Fairclough, buscaremos precisar
crointeraccional de los procesos sociales, y luego, y profundizar en las herramientas conceptuales
hecha esa asociación, se concluye que dicho estilo que ofrece la perspectiva del ACD, así como en la
de investigación no es pertinente para las temáticas utilidad de las mismas para la investigación psico-
sociolaborales, debido a que no permite abordar social sobre el mundo del trabajo.
adecuadamente las ineludibles dimensiones ma-
teriales y socioestructurales del mundo del traba-
jo. Por otro lado, se trata de una perspectiva que Norman Fairclough y el modelo
permite indagar y problematizar el modo como los tridimensional de discurso
discursos juegan un rol central en el sostenimiento
de las relaciones de dominación que caracterizan Dentro de la perspectiva general del ACD, el sello
los espacios laborales, lo que resulta afín al ímpetu característico del trabajo de Fairclough es su interés
crítico que caracteriza las nuevas líneas de inves- por desarrollar una teoría social crítica del discurso
tigación psicosocial que venimos comentando. que, a partir de la articulación de los estudios del
El ACD, así, puede ser un importante aporte a la lenguaje y los desarrollos de las ciencias sociales,
hora de iluminar las distintas modalidades en que oriente la investigación empírica sobre los cambios
el lenguaje es utilizado en los contextos de traba- contemporáneos en el discurso, entendidos como
jo para producir particulares representaciones,
formas de acción e identidades que contribuyen
a sostener relaciones de control y dominación de 5 Uno de los aspectos distintivos del análisis del discurso respecto a
ciertos grupos sobre otros. Por último, se trata de otras formas de investigación cualitativa es, justamente, la detalla-
da atención que presta a las propiedades lingüísticas (en un sentido
un enfoque especialmente interesado y abierto al amplio) del texto. Así, hacer análisis de discurso exige analizar
desarrollo de formas de trabajo interdisciplinar, “algunas de las detalladas estructuras, estrategias y funciones del
WH[WR\ODFRQYHUVDFLyQORTXHLQFOX\HODVIRUPDV²JUDPDWLFDOHV
pero que, al mismo tiempo, hace un uso riguroso pragmáticas, de interacción, estilísticas, retóricas, semióticas,
de las herramientas analíticas de la lingüística, las QDUUDWLYDVRVLPLODUHV²GHODRUJDQL]DFLyQYHUEDO\SDUDYHUEDOGH
los acontecimientos comunicativos” (Van Dijk, 2003b, p. 146).
que resultan fundamentales para llevar a cabo el Es sólo a través de este minucioso análisis del texto que es posible
tipo de análisis -funcionalmente orientado- del proponer y justificar una interpretación respecto a las funciones
lenguaje que caracteriza el campo de los Estudios y a los efectos discursivos que un determinado texto tiene en un
contexto micro o macro social específico (Antaki, Billig, Edwards
3RWWHU,xLJXH]
relaciones sociales, (ii) sistemas de creencias y co- más de los órdenes del discurso de carácter local,
nocimientos, e (iii) identidades sociales. es posible hablar, a un nivel más general, de un
En este primer nivel, el análisis del discurso su- orden del discurso de la sociedad, el que da cuenta
pone llevar a cabo un análisis lingüístico detallado de las relaciones y límites entre los órdenes locales
del texto (o los textos) dando cuenta del modo co- del discurso. Los órdenes del discurso son la faceta
mo sus distintos rasgos (gramaticales, fonológicos, discursiva del orden social, y sus componentes, sus
de vocabulario, de estructura global, de cohesión) límites, así como sus relaciones internas (entre las
producen efectos de sentido en los tres planos distintas prácticas discursivas que lo componen)
mencionados: (inter)acción, representación, iden- y externas (entre diferentes órdenes locales del
tificación (Fairclough, 2003a). discurso) se modifican al compás de los cambios
a nivel de los procesos sociohistóricos en los que
El discurso como práctica discursiva HVWiQLQVHUWRV&KLDSHOOR )DLUFORXJK
Es importante señalar que no existe una relación
Esta dimensión da cuenta del hecho de que todo lineal y mecánica entre un orden del discurso y los
evento discursivo debe ser pensado en términos de textos producidos al interior del dominio social es-
los procesos de producción que le han dado lugar, pecífico del que éste es parte. Este nivel del modelo
así como de los procesos de recepción/interpreta- teórico apunta justamente a dar cuenta de cómo
ción a los que se verá sometido en la trama social. los sujetos utilizan los recursos de un orden del
El foco de atención, acá, es el modo en que los discurso para configurar sus textos, y cómo en ese
sujetos producen e interpretan7 los textos a partir proceso, al mismo tiempo que reproducen dichos
de un conjunto de recursos discursivos socialmente patrones de prácticas discursivas, son capaces de
disponibles y relativamente estables que constitu- articular y recrear creativamente los mismos (Fair-
yen órdenes del discurso. Un orden del discurso es clough, 1995). En parte, esto es posible debido al
entendido como “un set ordenado de prácticas dis- hecho de que un mismo orden del discurso con-
cursivas asociadas con un particular dominio social tiene elementos diversos, complementarios y en
o institución (entrevista de trabajo, consulta médi- ocasiones antagónicos, y a que los sujetos pueden,
ca, clase escolar, conversación informal)” (Fairclo- hasta cierto punto, apelar a recursos discursivos
ugh, 1995, p. 12). Se trata de particulares formas de diferentes ámbitos (órdenes del discurso) en su
de usar el lenguaje para interactuar, representar e
identificarse en un dominio social específico.8 Ade-
y opiniones sobre distintos ámbitos de la vida social (el consumo
de los clientes, las dificultades de articular vida familiar y laboral,
la dirección de la empresa, etc.) y sobre el empleo de cajera en
7 Si bien la noción de práctica discursiva atiende a los procesos de particular (definiciones de ser cajera, valoraciones de ese empleo,
producción e interpretación, en general el foco del análisis y la comparaciones con otros puestos de un supermercado, etc.). Es
argumentación de Fairclough, como suele suceder en el campo importante distinguir este uso específico de la noción de discurso
de los Estudios del Discurso, está centrada en los procesos de en tanto representación, del “discurso” como categoría abstracta
producción. En atención a eso, en lo que sigue, nos focalizaremos general que alude al lenguaje en uso. Los estilos son formas rela-
en esa dimensión. tivamente estabilizadas de ser y actuar discursivamente, y dan
8 Las prácticas discursivas que componen un orden del discurso pue- cuenta del hecho que los sujetos al participar de una interacción
den ser clasificadas en tres tipos: (i) géneros, (ii) discursos y (iii) discursiva son posicionados de particulares maneras dentro del
estilos (Fairclough, 2003b). Los géneros son “formas socialmente campo de relaciones sociales, adquiriendo ciertas identidades
ratificadas de utilizar el lenguaje en conexión con un particular que dependen, hasta cierto punto, del particular modo de hablar,
tipo de actividad social” (Fairclough, 1995, p. 14). Dan cuenta del escribir, comunicarse. Así, por ejemplo, el negocio del supermer-
uso del lenguaje para el desarrollo y la coordinación de acciones. cado posiciona a particulares actores en la posición de clientes y
Así por ejemplo, la práctica social de trabajar como cajera en un cajeras, las que son identidades sociales que ocupan los sujetos y
supermercado supone un tipo de actividad que se caracteriza, que se caracterizan (junto a otros elementos) por una particular
entre otros aspectos, por interactuar discursivamente con los manera de utilizar el lenguaje (hablar primero o hablar después,
clientes de un modo regular y estabilizado (saludar, preguntar, utilizar el lenguaje para preguntar/demandar o para responder,
ofrecer, despedirse, etc.). Los discursos son formas estabilizadas utilizar un tono alto o un tono bajo de voz, etc.). Cada campo
de representar ciertos aspectos del mundo social, dan cuenta del social se caracteriza por un particular orden del discurso, esto es,
uso del lenguaje para configurar conocimientos y creencias acerca por una particular articulación de géneros (formas de actuar),
de la realidad. Así, por ejemplo, las cajeras en un supermercado discursos (formas de representar y conocer) y estilos (formas de
participan en la producción de representaciones, conocimientos ser) (Fairclough 2003a, 2003b).
praxis social. Dicho en otros términos, los sujetos comprender el modo en que un texto particular ha
sólo pueden producir textos a partir de recurrir movilizado específicos discursos, géneros y estilos
a los sets de convenciones (orden del discurso) y los ha articulado de un modo singular en sus ca-
que tienen disponibles y que están socialmente racterísticas semánticas, gramaticales y lexicales,
legitimados para ámbitos de acción específicos, produciendo de ese modo particulares efectos de
pero en ese uso concreto y situado del lenguaje, y sentido a nivel de los tres planos ya aludidos: (in-
producto del carácter abierto de todo evento, de ter)acción, representación e identificación.10
la capacidad reflexiva de la agencia humana y de
la heterogeneidad (inter e intra) de los órdenes del El discurso como práctica social
discurso, hay lugar para ciertos niveles de creación
e innovación. Este segundo nivel referido a las Esta tercera dimensión da cuenta de que todo
prácticas discursivas y al orden del discurso, jue- evento discursivo es parte de una práctica social
ga un rol central en el modelo tridimensional de (trabajar, enseñar, etc.) y está, como tal, inserto
Fairclough. Es este el nivel que permite establecer en un conjunto de situaciones, instituciones y
una mediación entre la estructura social y los textos macrocontextos que condicionan fuertemente los
como acontecimientos singulares. La estructura y usos del lenguaje. Dichas condicionantes deben
las relaciones sociales dominantes en un particular considerarse en diferentes niveles de abstracción:
momento histórico, dan lugar a la estabilización de el nivel concreto de la situación social en que el
particulares órdenes del discurso, los que condicio- evento discursivo ocurre (por ejemplo, la interac-
nan en los distintos dominios sociales los procesos ción entre una cajera y un cliente en un supermer-
de producción (e interpretación) de los textos por cado), el nivel institucional del cual la situación
parte de los actores sociales. De esta manera, es social es parte (por ejemplo, trabajo en el sector
posible dar cuenta del proceso de determinación comercio), y el nivel más amplio de la sociedad
de la estructura social sobre el uso del lenguaje a como un entramado de diversas estructuras polí-
partir de los órdenes del discurso. Pero al mismo ticas, económicas y culturales (por ejemplo, capi-
tiempo, y en la dirección opuesta, los sujetos pue- talismo global). Esta tercera dimensión del modelo
den bajo ciertas condiciones hacer usos creativos busca destacar que todo evento discursivo tiene
e innovadores de los recursos disponibles en uno efectos políticos e ideológicos, en la medida en
o varios órdenes del discurso, de ese modo incidir que es parte constitutiva de prácticas sociales que
y modificar ciertos aspectos de los órdenes del cotidianamente producen y sostienen (o transfor-
discurso, y a través de ello generar cambios en la man) las relaciones de dominación imperantes en
estructura social. una sociedad. La tesis de Fairclough, quien sigue
Esta segunda dimensión del discurso se corres- en este punto las reflexiones de Gramsci, es que el
ponde, en términos de análisis, con el análisis inter- poder de un grupo social se basa, en gran medida,
WH[WXDOeVWHVXSRQHUHDOL]DUXQGHWDOODGRDQiOLVLV en el establecimiento de una hegemonía cultural,
interdiscursivo buscando dar cuenta, justamente, lo cual supone la regulación de los discursos en
de cómo un determinado texto es el producto de distintos dominios de la vida social. El control de
la mezcla y combinación de distintos recursos dis- los discursos se logra a través de la estabilización
cursivos (géneros, discursos, estilos) estabilizados de particulares órdenes del discurso a los que los
en órdenes del discurso.9 La tarea del analista es
10 El plano de la interacción, la representación y la identificación a
nivel del texto, se corresponden, respectivamente, con los géneros,
9 Este nivel del análisis intertextual incluye, además del análisis discursos y estilos a nivel del orden del discurso. Así, por ejemplo,
interdiscursivo o de intertextualidad constitutiva, el análisis de es a través de la movilización y articulación de ciertos estilos que
intertextualidad manifiesta, el que busca dar cuenta del modo un texto produce efectos de sentido a nivel de las identidades
en que en un texto particular aparecen otros textos concretos sociales de los participantes en una interacción discursiva. Esta
con los que se dialoga, a modo de citas o reportes, o en forma de misma lógica se da para el caso de la interacción y los géneros, y
presuposiciones (Fairclough, 1992, 2003a). la representación y los discursos (Fairclough, 2003a).
sujetos no pueden sino acudir para actuar (discursi- como parte de procesos de lucha social, dentro de
vamente) en la vida social. Al apelar a esos órdenes una matriz de relaciones de poder” (Fairclough,
del discurso inscritos en el sentido común, los su- 1989, p. 163).
jetos movilizan, reproducen y naturalizan aquellas Este modelo tridimensional de discurso pro-
formas de acción, representación e identificación SXHVWRSRU)DLUFORXJK²TXHHVWDQWRXQPDUFR
que son funcionales a los grupos dominantes, y de FRQFHSWXDOFRPRXQPRGHORGHDQiOLVLV²SXHGHVHU
este modo participan del proceso de reproducción un aporte importante en el esfuerzo por indagar,
ideológica de la sociedad (Fairclough, 1989, 1992, desde una perspectiva crítica, el lugar del discurso
2000b). Sin embargo, no hay que olvidar que el en los procesos de cambio sociolaboral en América
poder y la hegemonía son siempre estabilizaciones Latina, permitiendo una mejor comprensión de
provisorias en el marco de diversas luchas socia- la nuevas hegemonías, formas de dominación y
les, estabilizaciones que pueden ser impugnadas, procesos de resistencia que caracterizan el mundo
resistidas e incluso transformadas a partir, entre del trabajo en la región. La Figura 1 sintetiza este
otros aspectos, de un cambio en los órdenes del modelo (Fairclough, 1989, 1992, 1995).
discurso de los distintos dominios de la vida social Este modelo conceptual y de análisis del dis-
(Fairclough, 1989, 1992, 1995). curso permite formular y orientar la investigación
Esta tercera dimensión del discurso se corres- psicosocial empírica en torno a un conjunto de
ponde, a nivel del análisis, con el desarrollo de un interrogantes tales como: ¿Cuáles son aquellas
análisis social explicativo que busca dar cuenta de prácticas discursivas, aquellos cambios en los usos
las condicionantes sociocontextuales de los even- del lenguaje, en que se expresan y sostienen los
tos discursivos bajo estudio, así como del modo en procesos de flexibilización laboral y reestructura-
TXHpVWRV²DSDUWLUGHODPRYLOL]DFLyQGHSDUWLFXOD- ción productiva ocurridos en las últimas décadas en
res formas de interacción, representaciones e iden- América Latina? ¿Qué nuevas representaciones del
WLGDGHV²SDUWLFLSDQGHORVSURFHVRVGHSURGXFFLyQ\ trabajo, la sociedad y los trabajadores, y qué nuevas
sostenimiento (o transformación) de las formas de modalidades de acción e identificación laboral ve-
dominación imperantes en un particular dominio hiculizan los diversos textos (orales, escritos) que
social. Este nivel del análisis exige “ver al discurso cotidianamente producen empresas, trabajadores,
FIGURA 1
Modelo tridimensional del discurso.
Fuente: Fairclough, 1989.
instituciones públicas, etc. y que circulan desde o man Fairclough, buscando destacar el modo en que
hacia los nuevos espacios del trabajo? ¿De qué ma- dichas perspectivas pueden contribuir al estudio
nera las nuevas prácticas discursivas que participan crítico del lugar del lenguaje en los procesos de fle-
de la transformación de las organizaciones y de la xibilización laboral y reestructuración productiva
experiencia de trabajo se tornan hegemónicas, in- ocurridos en la región. Sobra decir que la apuesta
visibilizando y deslegitimando formas alternativas de este artículo apunta, no al abandono de otras
de representación, acción e identificación laboral, formas de investigación cuantitativa y cualitativa
y contribuyendo a sostener las renovadas formas no discursivas, sino a un enriquecimiento de los es-
de dominación del capital sobre el trabajo? ¿Cuál tudios psicosociales del trabajo a partir de la incor-
ha sido el lugar del discurso psicológico en estos poración de los recursos teóricos y metodológicos
procesos de transformación sociolaboral? El ob- que ofrece el ACD, o más en general, el campo de
jetivo de este artículo, más que responder dichas los estudios contemporáneos del discurso.
interrogantes, ha sido visibilizar el modo en que Los argumentos acá presentados esperan con-
el ACD en general, y el modelo de Fairclough en tribuir al desarrollo, consolidación y articulación
particular, permiten formular este tipo de pregun- de los nuevos núcleos de investigación psicosocial
tas, ofreciéndonos un marco teórico-metodológico sobre el trabajo en América Latina, los que consti-
a partir del cual es posible explorar críticamente tuyen una oportunidad para el fortalecimiento de
éstos y otros aspectos relativos a las dimensiones una psicología sensible a los procesos históricos
discursivas de las actuales transformaciones (por de cambio sociocultural, interesada en visibilizar
cierto múltiples, heterogéneas y contradictorias) y problematizar las antiguas y nuevas formas de
del mundo del trabajo en América Latina. dominación, y comprometida con la democratiza-
ción de la sociedad.
Consideraciones finales
Referencias
En este artículo hemos dado cuenta del desarrollo
y consolidación en la última década de nuevos Antunes, R. (2001). ¿Adiós al trabajo? Ensayo sobre la
núcleos de investigación psicosocial sobre el tra- metamorfosis y la centralidad del mundo del trabajo.
bajo en América Latina. Estos desarrollos, si bien San Pablo: Cortez Editora.
heterogéneos y dispersos, comparten un conjunto $GNLQV/ /XU\&7KHODERXURILGHQWLW\
de lineamientos que permiten hablar de ciertas Performing identities, performing economies. Eco-
tendencias de renovación en dicho campo, las que nomy and Society, 2(4), 598-614.
siguen siendo por cierto marginales en relación con $OYHVVRQ0 .lUUHPDQ'7DNLQJWKHOLQ-
las tradiciones hegemónicas, de corte comporta- guistic turn in organizational research: Challenges,
mentalista y (neo)positivista, de la psicología del responses, consequences. The journal of applied
trabajo y las organizaciones. Hemos señalado, a su behavioral science, 36 (2), 136-158.
vez, que salvo algunas excepciones, estas nuevas $OYHVVRQ0 :LOOPRWW+,GHQWLW\UHJX-
producciones no han hecho un uso sistemático lation as organizational control: Producing the
de las herramientas conceptuales y analíticas que appropriate individual. Journal of Management
ofrece el campo contemporáneo de los estudios Studies, 39(5), 619-644.
del discurso, lo que constituye una debilidad no $QWDNL&K%LOOLJ0(GZDUGV' 3RWWHU-
menor a la luz de la importancia de las dimensiones Análisis del Discurso implica analizar: crítica de
discursivas en los recientes procesos de cambio so- seis atajos analíticos. Athenea Digital, 3, 14-35.
ciolaboral. En ese marco, el artículo ha presentado Baritz, H. (1961). Los servidores del poder: historia del uso
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