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Cuadro clínico
Etiopatogenia
Diagnóstico
El examen más útil en la práctica es la biopsia de piel, que puede dar datos comunes a las
otras colagenopatías y propios de la esclerodermia: atrofia de la epidermis, y en la dermis,
engrosamiento de los haces colágenos con un infiltrado linfocitario entre ellos, la dermis
llega a tener un espesor más del doble de lo normal. Hay atrofia de los anexos de la piel
y alteraciones vasculares importantes: sus paredes se ven engrosadas y su luz estrecha.
Hay formación de fibras colágenas nuevas.
También se indicará una serie esofagogastroduodenal y un tránsito esofágico para ver las
repercusiones sobre estos órganos y exámenes generales para conocer otras afecciones.
Pronóstico
La forma localizada terminará con atrofia, el problema es estético, sobre todo cuando
asienta en la cara, como la esclerodermia en golpe de sable o la hemiatrofia facial. Las
bandas en las extremidades pueden impedir el crecimiento del miembro actuando como
una brida inextensible que hay que cortar. En la variedad sistémica progresiva el
pronóstico siempre es malo, es progresiva aun cuando parece en ocasiones que se detiene
por meses en su evolución, pero terminará inmovilizando al paciente o con su vida cuando
se afecta el riñón o el aparato cardiovascular, pero todo ello a muy largo plazo, en años;
mientras tanto agota toda posibilidad de una vida normal para estos infortunados
pacientes debido a que no existe un tratamiento efectivo.
Algunos autores afirman que el pronóstico puede ser menos malo cuando la enfermedad
se inicia con esclerodactilia pero, en cambio, la evolución es más lenta e invalida más al
paciente.
Tratamiento
No existe ningún medicamento efectivo en estos casos. Los corticosteroides que son de
utilidad en las otras dos colagenopatías, aquí sólo son de ayuda en las fases iniciales de
la enfermedad; sin embargo, pueden atrofiar más la piel y disminuir la esclerosis en las
formas localizadas. Por vía sistémica también son de utilidad en fases iniciales de la
esclerodermia generalizada.
La fototerapia es otro recurso con el que se cuenta en la actualidad para tratar la esclerosis
cutánea, sobre todo en la modalidad UVA asociada a psoralenos orales. El mecanismo
aparente de esta forma de fototerapia es inducir apoptosis y favorecer la actividad de la
colagenasa I. El metotrexato es un recurso utilizado para casos de evolución rápida; sin
embargo, deben considerarse sus efectos hepatotóxicos.
Hay reportes recientes del uso del calcitriol en el tratamiento de la esclerosis sistémica
progresiva, pero debe tenerse cuidado con los niveles de calcio. La fisioterapia es menos
útil que en los casos de dermatomiositis, pero también es recomendable.
En resumen, no existe un tratamiento ideal, por lo que resulta en cierto modo la peor y
más triste de las enfermedades difusas del tejido conjuntivo.
Siempre se han mencionado hechos de paso entre estas tres enfermedades y la asociación
con otras de la misma familia, como el síndrome de Sjögren, la artritis reumatoide. Así
se hablaba de esclerodermatomiositis, poiquilodermatomiositis y de asociaciones entre
lupus eritematoso y dermatomiositis en los que el diagnóstico no era sencillo hacia alguna
de estas enfermedades.
Los síntomas comunes son el fenómeno de Raynaud, edema persistente de las manos,
dedos gruesos, acroesclerosis y artritis; puede haber alopecia, fotosensibilidad, signo de
Gottron. El ataque visceral es poco frecuente.
El dato más importante para individualizar esta entidad y separarla de los llamados
síndromes de sobreposición: esclerodermatomiositis, lupus+dermatomiositis, es el
hallazgo de anticuerpos contra ribonucleoproteína a titulaciones altas: más de 1:100 000;
factor alto, pero fluctuante. Estos casos responden bien a la prednisolona a dosis bajas:
20 a 40 mg/día.
Síndrome de Sjögren