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Los días 15 de octubre de 2012 y 13 de marzo de 2013, el abogado Jesús C. Rangel Rachadell
presentó diligencia por la cual solicitó pronunciamiento en el presente caso.
En reunión de Sala Plena del 8 de mayo de 2013, se eligió la Junta Directiva de este Tribunal
Supremo de Justicia, quedando la Sala Constitucional constituida de la siguiente manera:
Gladys M. Gutiérrez Alvarado, en su condición de Presidenta, Francisco Antonio Carrasquero
López, como Vicepresidente, y los Magistrados y Magistradas Luisa Estella Morales Lamuño,
Marcos Tulio Dugarte Padrón, Carmen A. Zuleta de Merchán, Arcadio Delgado Rosales y Juan
José Mendoza Jover; ratificándose en la ponencia a la Magistrada Carmen Zuleta de Merchán,
quien con tal carácter suscribe el presente fallo.
Realizada la lectura individual del expediente, esta Sala procede a dictar decisión, previas las
siguientes consideraciones:
DE LA SOLICITUD DE REVISIÓN
El abogado Jesús C. Rangel Rachadell esgrimió los siguientes argumentos como fundamento de
la solicitud de revisión:
´En este sentido, previa revisión de las actuaciones que cursan en autos no se
desprende que el Consejo Directivo de la Universidad Nacional Experimental de los
Llanos Occidentales Ezequiel Zamora ´UNELLEZ´, previo a la emisión de la
Resolución impugnada, haya sustanciado un procedimiento administrativo en el
que haya brindado la oportunidad a los ciudadanos Osmar Buitrago Rodríguez y
Clemente José Quintero Rojo, de participar en el mismo para conocer los cargos,
exponer sus alegatos y aportar cualquier tipo de elemento para su defensa,
evidenciándose del texto del acto administrativo impugnado –Acta N° 645,
Resolución N° CD 2004/253 de fecha 2 de julio de 2004- que se decidió declarar
dicha nulidad sin la anuencia de ninguno de los recurrentes, fundamentando su
decisión exclusivamente en lo aportado y expuesto por las mismas autoridades de
la referida Universidad – entre los cuales destaca dictamen del Consultor Jurídico
de la UNELLEZ – lo cual permite a este órgano Jurisdiccional constatar que existió
una violación, en sede administrativa, al derecho a la defensa y al debido proceso
de los recurrentes. Así se declara. (Subrayado por quien transcribe)´.
…/…
´Atendiendo a lo antes expuesto y visto el caso de autos, estima esta Corte que, en
el presente caso, si bien la Administración no sustanció como es debido un
procedimiento con miras a destituir al recurrente, éste expuso de manera efectiva –
a través del ejercicio oportuno de la presente querella- los alegatos y argumentos en
que funda su pretensión, haciendo desparecer así la situación de indefensión
originaria. Así se declara.
…/…
De acuerdo con la doctrina transcrita, en el caso que nos ocupa, la fuerza de la cosa
juzgada sólo ampararía la nulidad de la Resolución impugnada en lo que respecta a
la existencia del vicio formal relativo a la ausencia absoluta de procedimiento
administrativo; mas (sic) no ampararía la situación jurídica material sobre la cual
realmente recae la controversia. Sostener lo contrario podría conducir a convalidar
situaciones jurídicas contrarias al ordenamiento jurídico sustantivo, que resultaron
excluidas del control del juez, que se limitó a declarar la nulidad de un acto por
motivos formales; sacrificándose con ello en criterio de esta Corte, la justicia
material, real y objetiva, la cual está dirigida a satisfacer jurídicamente las
pretensiones que planteen las partes en un conflicto sometido al conocimiento del
Juez. (Vid Sentencia de fecha 8 de octubre de 2007, Caso: Ircia Meradri Milano
Rodríguez vs la Alcaldía Del Municipio Juan Gernán Roscio Del Estado Guárico,
dictada por esta Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo).
Expuestas los anteriores fundamentos, este órgano Judicial considera necesario a fin de
garantizar el cumplimiento de derechos y principios fundamentales que rigen nuestro
ordenamiento jurídico, proceder a la revisión de las demás circunstancias del caso que
nos ocupa, a fin de determinar si puede esta Corte resolver sobre el fondo del asunto, y
dar así cabal cumplimiento al mandato contenido en los artículos 26 y 257 de la
Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, evitando así un nuevo juicio
sobre el mismo tema de fondo, para satisfacer el derecho esencial a la tutela judicial
efectiva, en la búsqueda de la justicia material, valor supremo del orden jurídico
venezolano, consagrado en el artículo 2 de la Carta Magna vigente. Así se declara´”.
6. Que “[e]n contra de la anterior sentencia se interpuso apelación ante la Sala
Político Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, el 29 de julio de 2011, y
en fecha 30 de noviembre de 2011, la Sala Político Administrativa dictó sentencia
definitiva bajo el N° 01646, por la cual decidió lo siguiente:
´Por las razones antes indicadas, esta Sala Político-Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por
autoridad de la Ley, declara SIN LUGAR la apelación interpuesta por los
ciudadanos Osmar Buitrago Rodríguez y Clemente José Quintero Rojo contra la
sentencia N° 2009-01165 del 30 de junio de 2011, dictada por la Corte Segunda
de lo Contencioso Administrativo. En consecuencia se confirma el fallo
apelado.´”
7. Que “[l]os argumentos para dictar el fallo fueron los mismos de la Corte Segunda de lo
Contencioso Administrativo, por cuanto la Sala Político Administrativa razonó lo
siguiente:
Así, se considera que la única posibilidad que tiene una autoridad administrativa
para revocar un acto administrativo creador o declarativo de derechos a favor de
particulares, una vez firme, es que el mismo sea un acto administrativo viciado de
nulidad absoluta, pues de lo contrario si se tratase de un acto anulable infectado de
nulidad relativa sería irrevocable, si éste crea o declara derechos a favor de
particulares´
Bajo esa misma línea de pensamiento, la Sala Constitucional en sentencia N° 360 del
24 de marzo de 2011, precisó lo siguiente:
10. Que “[n]o obstante, cabe acotar que el uso de la mencionada potestad no se traduce,
como pretenden los recurrentes, en la imposición de una sanción, sino en el
reconocimiento de un acto ilegal que debe ser anulado, con lo cual resulta inapropiado
referirse como sustento de la apelación al criterio establecido por la Sala Constitucional
en su sentencia N° 1.073 del 31 de julio de 2009 y el cual se vincula con el ejercicio de la
potestad sancionatoria de la Administración Pública”.
11. Que “[e]s necesario detenernos en este punto, por cuanto la Sala Político
Administrativa asevera que la potestad revocatoria ´no se traduce, como pretenden los
recurrentes, en la imposición de una sanción, sino en el reconocimiento de un acto ilegal
que debe ser anulado´. Continúa la Sala Político Administrativa exponiendo que el
´criterio establecido por la Sala Constitucional en su sentencia N° 1.073 del 31 de julio de
2009… se vincula con el ejercicio de la potestad sancionatoria de la Administración
Pública´ y da a entender que si se trata de la aplicación de una potestad revocatoria el
criterio citado no es vinculante, y que la aplicación de la potestad revocatoria de la
Administración Pública ´no se traduce, como pretenden los recurrentes, en la imposición
de una sanción”.
14. Que “[e]sta sentencia citada arriba, declaró inconstitucional otra sentencia de la Corte
Segunda de lo Contencioso Administrativo basada en el criterio del autor César Cierco
Seira, por cuanto la parte a la cual se le afectará sus derechos debe tener conocimiento
de la existencia de un procedimiento administrativo abierto en su contra, y al no haberse
procedido asó (sic) se le violenta su derecho a la defensa y al debido proceso”.
15. Que “[e]sta sentencia que solicitamos se Revise (sic) incurre en un grotesco error de
interpretación de la norma constitucional, sobre el que la Sala Constitucional ya se ha
pronunciado en las sentencias citadas, revocando la fundamentación basada en el
criterio del autor César Cierco Seira”.
16 Finalmente solicitó “que declaren con lugar el recurso de revisión interpuesto y que, en
consecuencia, anulen la aludida sentencia N° 01646, de la Sala Político Administrativa de
fecha 30 de noviembre de 2011, por cuanto quebranta el artículo 49 de la Constitución
de la República Bolivariana de Venezuela al ratificar la sentencia de la Corte Segunda de
lo Contencioso Administrativo, y permitir que sin procedimiento previo – cualquier
denominación que se le quiera atribuir, sea sancionatorio o revocatorio- que garantice el
derecho a la defensa de nuestros representados mediante su convocatoria al proceso en
el que se revocó su derecho al Escalafón como Profesor Universitario, y los condena a
sufrir perjuicios económicos mediante descuentos a sus pensiones”.
II
Mediante decisión del 30 de noviembre de 2011, la Sala Político Administrativa del Tribunal
Supremo de Justicia, señaló lo siguiente:
“Pasa esta Sala a resolver el recurso de apelación interpuesto por los recurrentes contra la
sentencia dictada el 30 de junio de 2009 por la Corte Segunda de lo Contencioso
Administrativo, que declaró sin lugar el recurso de nulidad intentado por los ciudadanos Osmar
Buitrago Rodríguez y Clemente José Quintero Rojo, contra ´…el Acta N° 645, Resolución N° CD
2004/253 de fecha 2 de julio de 2004, PUNTO N° 3, dictado por el Consejo Directivo de la
Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales ‘Ezequiel Zamora’ – UNELLEZ…´,
mediante la cual se ´…REVOCÓ los Ascensos de Profesores Titulares de los ciudadanos OSMAR
BUITRAGO y CLEMENTE QUINTERO ROJO…´. (Sic)
Por lo tanto, estimó el apoderado judicial de los apelantes que el Tribunal A-quo incurrió en un
error de apreciación cuando consideró que las violaciones a los derechos a la defensa y el
debido proceso de los accionantes podían ser subsanadas u obviadas.
De manera que, no habiendo sido objeto de apelación los restantes planteamientos realizados
en la sentencia de fecha 30 de junio de 2009, emanada de la Corte Segunda de lo Contencioso
Administrativo, se aprecia que la controversia se centra en lo siguiente:
c. Si tales violaciones son subsanables y con ello se encontraba el A-quo habilitado para entrar
a conocer los restantes vicios invocados en el marco del recurso de nulidad intentado ante la
Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo.
´…una de sus manifestaciones más importantes es la potestad revocatoria, que no es más que
la posibilidad de poder revisar y corregir sus actuaciones administrativas y, en consecuencia, la
facultad para extinguir sus actos administrativos en vía administrativa.
Por otro lado, la potestad declaratoria de nulidad que está prevista en el artículo 83 eiusdem,
autoriza a la Administración para que en cualquier momento, de oficio o a instancia del
particular, reconozca la nulidad absoluta de los actos por ella dictados.
Así las cosas, observa esta Sala que si bien la norma antes referida consagra la posibilidad de la
Administración de revisar en cualquier momento de oficio o incluso a solicitud de particulares
los actos por ella dictados, esa facultad debe ejercerse siempre y cuando se detecte alguno de
los vicios de nulidad absoluta señalado taxativamente en el artículo 19 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos.´. (Vid. sentencia N° 01107 del 19 de junio de 2001, caso:
Virgilio Elías Velásquez, reiterada en decisión N° 00687 del 18 de junio de 2008, caso: Ángel
Domingo Utrera, así como sentencia SPA N° 581 del 17-6-10)´.
Así, se considera que la única posibilidad que tiene una autoridad administrativa para revocar
un acto administrativo creador o declarativo de derechos a favor de particulares, una vez
firme, es que el mismo sea un acto administrativo viciado de nulidad absoluta, pues de lo
contrario si se tratase de un acto anulable infectado de nulidad relativa sería irrevocable, si
éste crea o declara derechos a favor de particulares.
Bajo esa misma línea de pensamiento, la Sala Constitucional en sentencia N° 360 del 24 de
marzo de 2011, precisó lo siguiente:
Asimismo se aprecia que, tal como lo señaló la decisión recurrida, los actos administrativos
contenidos en la Resolución CD 95/538 de fecha 05/10/1995, Acta Nº 457 Ordinaria, Punto Nº
36 y en la Resolución CD 95/0284 de fecha 24/05/1995, Acta Nº 452 Ordinaria, Punto Nº 49,
crearon derechos subjetivos a favor de los ciudadanos Osmar Buitrago Rodríguez y Clemente
José Quintero Rojo, ya que –se reitera- con dichos actos administrativos les fue otorgado un
ascenso a los recurrentes.
De manera que habiendo establecido estos actos (ascensos) derechos subjetivos a favor de los
accionantes, resultaba necesario determinar si como garantía concreta aplicable al caso de
autos, el Consejo Directivo de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales
Ezequiel Zamora “UNELLEZ” procedió a la sustanciación de un procedimiento administrativo
previo a su revocatoria y en el marco del cual se les permitiera a los querellantes ejercer de
manera oportuna su derecho a la defensa, a los fines de desvirtuar el posible vicio de nulidad
que se le atribuyó a los actos administrativos antes mencionados.
Al respecto se constató de la revisión del expediente que, tal como lo indicó la Corte Segunda
de lo Contencioso Administrativo, en el presente caso no se desprende de los elementos
traídos a juicio que el Consejo Directivo de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos
Occidentales Ezequiel Zamora “UNELLEZ”, previo a la emisión de la Resolución impugnada,
haya sustanciado un procedimiento administrativo en el que se haya brindado la oportunidad
a los ciudadanos Osmar Buitrago Rodríguez y Clemente José Quintero Rojo, de participar en el
mismo para conocer los cargos, exponer sus alegatos y aportar cualquier tipo de elemento
para su defensa.
Por el contrario, se evidencia del texto del acto administrativo impugnado (Acta N° 645,
Resolución N° CD 2004/253 de fecha 2 de julio de 2004) que se decidió declarar dicha nulidad
sin la presencia de ninguno de los recurrentes, fundamentándose la decisión administrativa
exclusivamente en lo aportado y expuesto por las mismas autoridades de la referida
Universidad, entre los cuales destaca dictamen del Consultor Jurídico de la UNELLEZ.
De ahí que coincide esta Sala con la interpretación realizada en la sentencia objeto del
presente recurso de apelación, con relación a que existió una violación al derecho a la defensa
y al debido proceso de los recurrentes.
No obstante, resta determinar si consecuencia de dicha afirmación, lo procedente era declarar
la nulidad del acto recurrido, en lugar de entrar a decidir sobre los restantes vicios que
sustentaron el recurso de nulidad planteado por los apelantes ante la Corte Segunda de lo
Contencioso Administrativo.
En efecto, es menester destacar que, a juicio del Tribunal A-quo, una ´…decisión que anule el
acto administrativo impugnado basada en razones procesales o formales no solventaría en
modo alguno la presente controversia, pues no se estaría pronunciando este Órgano
Jurisdiccional sobre el tema de fondo, esto es, sobre la legitimidad de los ascensos otorgados a
los recurrentes luego de haber obtenido el beneficio de la jubilación…´.
Asimismo se advierte, que la decisión recurrida después de examinar los alegatos y defensas
expuestos por los accionantes concluyó que su pretensión de fondo (nulidad de la revocatoria
de los ascensos por su supuesta ilegalidad) era improcedente, con lo cual estimó inútil la
reposición del procedimiento administrativo, ya que ello no conduciría a un análisis distinto al
previamente emitido por el Consejo Directivo de la Universidad Nacional Experimental de los
Llanos Occidentales Ezequiel Zamora ´UNELLEZ´.
Tal interrogante ha sido abordada en precedentes oportunidades por esta Sala, pudiendo
citarse al efecto la sentencia N° 2106 del 27 de septiembre de 2006, en la cual se estableció
que la mencionada finalidad consiste en ´…el restablecimiento de situaciones jurídicas-
subjetivas lesionadas por la actividad administrativa, conforme a lo establecido en el artículo
259 del Texto Constitucional…´, siendo por tanto evidente ´…su carácter subjetivo derivado del
principio de la universalidad del control y de integralidad de la tutela judicial efectiva…´, lo cual
además ha sido precisado por la Sala Constitucional, entre otras decisiones, en sentencia N° 93
del 1° de febrero de 2006, donde adicionalmente se interpretó que los tribunales con
competencia contencioso-administrativa deben dar cabida a todo tipo de pretensión que
tenga como origen una relación jurídico-administrativa, independientemente de que la
ilegalidad derive de un acto, hecho u omisión, y sin que sea óbice la inexistencia de medios
procesales especiales respecto a determinada actuación, reconociéndose así un sistema
abierto de pretensiones a proponerse ante la referida jurisdicción.
Lo anterior resulta relevante ya que en situaciones como la presente, es decir, en las cuales la
pretensión de los accionantes no se limita a solicitar la nulidad del acto administrativo por
razones formales o procesales, sino que paralelamente se apoya en razones de mérito que
redundan en su ilegalidad, este Órgano Jurisdiccional considera que una verdadera tutela de la
pretensión subjetiva involucrada, debe conducir al estudio de todos los aspectos formulados
en la instancia, a fin de determinar si la inobservancia de tales garantías procesales justifica la
reposición del procedimiento administrativo o incluso la nulidad del acto.
Tal ponderación resulta obligatoria en situaciones como la analizada donde más allá del
derecho subjetivo de los accionantes existe un interés colectivo perseguido por la actividad
administrativa y el cual no está exento de protección.
En efecto, no debe perderse de vista que el fondo de la controversia involucra, entre otros
elementos a ser sopesados, la posible existencia de un daño patrimonial a los intereses de la
Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora ´UNELLEZ´ y
con ello la exposición de bienes afectos a un servicio público como lo es la educación, ya que,
como se destacó en las líneas que anteceden, la revocatoria impugnada se basó en la
existencia de unos ascensos otorgados ilegalmente a profesores jubilados de la mencionada
Casa de Estudios.
Por lo tanto, considera la Sala que resultaba obligatorio plantearse, como en efecto lo realizó
el A-quo, si la inobservancia del procedimiento legalmente establecido justificaba la
revocatoria del acto recurrido o si por el contrario, un interés superior involucrado justificaba
que se evitara la reposición del procedimiento administrativo y con ello se procediera a
determinar si la pretensión de fondo de los recurrentes era procedente.
Tal planteamiento, a juicio de esta Alzada, debía resolverse en sentido afirmativo, entre otras
razones, debido a que, como se indicó antes, la nulidad del acto impugnado podía traducirse
en un daño patrimonial para la Universidad autora de la decisión recurrida, la cual es un ente
prestador de un servicio público como es la educación.
De manera que lo anterior aunado a la circunstancia de que los accionantes pudieron invocar
en el marco del presente recurso contencioso administrativo de nulidad los mismos alegatos
que serían reproducidos en sede administrativa, de ser repuesto el procedimiento
administrativo, es lo que conduce a establecer que resulta inútil la señalada reposición y más
aún la declaratoria de nulidad del acto administrativo impugnado y en consecuencia, se
confirma el pronunciamiento que a ese respecto realizó la Corte Segunda de lo Contencioso
Administrativo. Así se decide.
Por último, visto que la apelación de la sentencia de fecha 30 de junio de 2009, dictada por la
Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo se circunscribió al punto antes analizado, es
por lo que esta Sala declara sin lugar la misma y en tal virtud confirma el citado fallo en los
términos expuestos en la presente decisión. Así finalmente se declara.
IV
DECISIÓN
Por las razones antes indicadas, esta Sala Político-Administrativa del Tribunal Supremo de
Justicia, administrando justicia en nombre de la República y por autoridad de la Ley, declara
SIN LUGAR la apelación interpuesta por los ciudadanos Osmar Buitrago Rodríguez y Clemente
José Quintero Rojo contra la sentencia N° 2009-01165 del 30 de junio de 2011, dictada por la
Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo. En consecuencia se confirma el fallo
apelado”.
III
DE LA COMPETENCIA
Debe esta Sala determinar su competencia para conocer la presente solicitud de revisión y al
respecto observa que, conforme lo establece el cardinal 10 del artículo 336 de la Constitución,
la Sala Constitucional tiene atribuida la potestad de “revisar las sentencias definitivamente
firmes de amparo constitucional y de control de constitucionalidad de leyes o normas jurídicas
dictadas por los tribunales de la República, en los términos establecidos por la ley orgánica
respectiva”.
Asimismo, la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia dispone en el artículo 25,
cardinales 10 y 11, lo siguiente:
“Artículo 25. Son competencias de la Sala Constitucional del Tribunal Supremo de Justicia:
(…)
10. Revisar las sentencias definitivamente firmes que sean dictadas por los tribunales de la
República, cuando hayan desconocido algún precedente dictado por la Sala Constitucional;
efectuado una indebida aplicación de una norma o principio constitucional; o producido un
error grave en su interpretación; por falta de aplicación de algún principio o nomas
constitucionales.
11. Revisar las sentencias dictadas por las otras Salas que se subsuman en los supuestos
señalados en el numeral anterior, así como la violación de principios jurídicos fundamentales
que estén contenidos en la Constitución de la República, tratados, pactos o convenios
internacionales suscritos y ratificados válidamente por la República, o cuando incurran en
violaciones de derechos constitucionales…”.
Visto que en el caso de autos se solicitó la revisión de una sentencia dictada por la Sala Político
Administrativa del Tribunal Supremo de Justicia, esta Sala Constitucional declara su
competencia. Así se declara.
IV
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR
En tal sentido, la Sala Político Administrativa, actuando en segunda instancia, ratificó sentencia
dictada por la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo, la cual declaró sin lugar el
recurso contencioso administrativo ejercido por quienes ahora solicitan la revisión
constitucional, con respecto a un acto administrativo dictado por el Consejo Directivo de la
Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora, que revocó
una decisión anterior que les confería el rango de Profesores Titulares y ordenaba calificarlos
nuevamente como Profesores Asociados, toda vez que el ascenso supuestamente les fue
conferido una vez que ya se encontraban jubilados.
Para ello, la Sala Político Administrativa se apoya en el siguiente criterio: el vicio de nulidad de
un acto administrativo dictado en ausencia de procedimiento es convalidable desde la
perspectiva del derecho a la defensa si se comprueba que el particular, luego de dictada la
decisión que le afecta, pudo ejercer posteriormente los recursos administrativos y
contenciosos administrativos, subsanando así cualquier vulneración vinculada a las fallas
cometidas por la Administración sobre este aspecto.
Por su parte, los ciudadanos Osmar Buitrago Rodríguez y Clemente José Quintero Rojo,
quienes ahora solicitan la revisión, denuncian que el criterio adoptado tanto por la Corte
Segunda de lo Contencioso Administrativo como por la Sala Político Administrativa de este
Supremo Tribunal contraría lo dispuesto en la sentencia núm. 1073 dictada el 31 de julio de
2009 por esta Sala Constitucional (caso: José Manuel Argiz Riocabo y Hjalmar Jesús Gibelli
Gómez). En dicha decisión, se asentó el veredicto de que los actos administrativos que afectan
derechos fundamentales no pueden ser dictados sin haberse realizado el respectivo
procedimiento que permita la participación del afectado, sin que ese daño constitucional
pueda considerarse posteriormente reparado por los recursos administrativos ni
contenciosos administrativos.
La Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo juzgó que, si bien el particular que fue
sancionado en sede administrativa no fue debidamente notificado, esa deficiencia la subsanó y
convalidó el mismo perjudicado con su participación en sede judicial. Esta Sala Constitucional
rechaza categóricamente semejante argumentación, toda vez que el derecho a la defensa y
debido procedimiento son inviolables.
En el caso de autos, el hecho de que el ciudadano Manuel Argiz Riocabo haya actuado durante
las dos instancias del juicio de nulidad, no implica que el vicio de nulidad absoluta por la
ausencia de notificación haya sido subsanado. Sobre la convalidación en sede judicial de los
vicios acaecidos en sede administrativa la Sala, en veredicto n.° 431/04 que se reitera, se
pronunció de la siguiente manera:
‘Luego del examen de los recaudos existentes en el expediente remitido a esta Sala, se observa
que el Instituto Nacional de Parques (INPARQUES) en sus actuaciones no parece tener claro,
que en un procedimiento administrativo que se inicie contra un particular, para que pueda
tener plena validez las decisiones que allí se tomen, el mismo debe hacerse conforme a la ley.
En tal sentido, la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos en su artículo 48, señala que
el procedimiento se inicia a instancias de parte o de oficio. En caso de que se abra de oficio, la
autoridad administrativa ordenará la apertura del expediente y notificará a los particulares
cuyos derechos subjetivos, o intereses legítimos, personales y directos pudieran resultar
afectados, concediéndoles un plazo de diez días para que expongan sus pruebas y aleguen sus
razones.
Es evidente que esta actividad, debe desarrollarse previamente a la decisión que se tome, para
permitir al particular, indicar y probar a la administración sus razones y sus defensas, y una vez
oído y revisado sus argumentos así como las pruebas por él aportadas, poder tomar una
decisión conforme a derecho, otro proceder ocasiona la violación del derecho a la defensa,
porque se le impide al presunto infractor demostrar sus razones y también se viola el debido
proceso, porque se alteran las reglas procedimentales establecidas legalmente sin
conocimiento del interesado.
El hecho de que, una vez sancionado el particular, sin ser oído, y que, al ser notificado pueda
recurrir ante las autoridades competentes, no subsanan ni convalidan las faltas cometidas que
hagan nulos o anulables los actos dictados con prescindencia de procedimiento.
Este parece ser el caso en estudio, a PROCONCE DOS C.A, se le ha rescindido un convenio
suscrito por ella con INPARQUES, sin que aparezca en autos, que para tomar tal decisión que
además conlleva una sanción, se haya oído y notificado debidamente a la parte afectada.
Al tomarse una decisión, sin que la otra parte del convenio tuviera conocimiento de que existía
un procedimiento administrativo abierto en su contra, evidentemente que se le ha violentado
su derecho a la defensa y al debido proceso, razón por la cual la Sala comparte totalmente el
criterio de la Corte Primera de lo Contencioso- Administrativo, de considerar violado con la
Resolución Nº 002, con la cual se decidió la rescisión del convenio suscrito el 4 de octubre de
1996, el derecho a la defensa de la accionante y así lo decide’.
De lo precedente, la Sala concluye que por cuanto quedó comprobado que el ciudadano
Manuel Argiz Riocabo, propietario del 75% del inmueble sobre el cual recayó una orden de
demolición y multa, no le fue notificado el procedimiento administrativo que terminó con la
orden de demolición y sanción de multa, se configuró una violación a sus derechos a la defensa
y debido procedimiento que no resulta convalidada con su actuación en sede judicial”.
Sobre este punto, esta Sala ha considerado que el derecho a la defensa y al debido proceso
tienen plena prevalencia en todo procedimiento administrativo, sin que pueda entenderse de
modo alguno que el retiro de las posibilidades para ejercer esa defensa, y menos, dictar actos
en ausencia total de procedimiento, puedan solventarse con la intervención posterior del
particular, ante los tribunales de la jurisdicción contencioso de la materia.
Aclarado lo anterior, la Sala debe señalar con base en sus principios jurisprudenciales, que la
teoría de la “convalidación” de los actos administrativos dictados sin mediación del
procedimiento administrativo exigido por la ley, o con plena negación de la intervención del
interesado, no se comparecen de modo alguno con los principios fundamentales que
condicionan el derecho a la defensa y al debido proceso.
No puede entenderse por subsanado un daño constitucional por el solo hecho de realizarse
una posterior participación del administrado si la Administración in audita altera pars dicta un
acto que de por sí ya es generador de gravamen, el cual se encuentra viciado de nulidad
absoluta desde un principio debido a que el afectado no pudo presentar, en su debido
momento, elementos relevantes en contra de la decisión, omisión que determina la nulidad
absoluta y reputa su inexistencia conforme lo dispone el artículo 19.4 de la Ley Orgánica de
Procedimientos Administrativos, que prevé dentro de esa causal, aquellos proveimientos
dictados, precisamente, en ausencia de procedimiento.
En ese caso, el daño se hace aún más notable cuando se profiere la decisión administrativa sin
haberse llevado la tramitación procedimental correspondiente, pues no solo se hacen
nugatorias las primeras oportunidades de defensa –que no pueden ser saneadas mediante una
intervención posterior por cuanto se le ha anulado de por sí la primera oportunidad para la
defensa-; sino que se conforma un acto en el cual no se encuentra antecedido por las razones
y las pruebas -los motivos del acto- sobre las cuales se conoce la causa que fundamenta el por
qué se justifica la alteración de la situación jurídica del particular. Este elemento (la
motivación) también forma parte de los derechos analizados, por cuanto es inherente al
debido proceso que toda decisión –judicial o administrativa- debe estar precedida de las
razones de hecho y derecho, debidamente constatables en su procedimiento correspondiente,
que permitan conocer las causas que dieron origen al acto administrativo o a la conclusión
arrojada en la sentencia judicial.
Por tanto, a partir del momento en que se dicta un acto administrativo írrito en ausencia
absoluta de procedimiento y sin la participación del administrado cuando a éste no se le ha
emplazado, genera una vulneración constitucional del derecho a la defensa y al debido
proceso en los términos establecidos en los artículos 26 y 49 de la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela; determinando una inmediata contravención a la norma fundamental
que no puede ser reparada mediante intervenciones posteriores del propio afectado. Su
obligatoria y tardía intervención por razones ajenas a su voluntad no pueden modificar, de
modo alguno, ese daño que previamente se le ha ocasionado, tanto por la ausencia forzada de
defensa como por la consecuencia derivada de los efectos perniciosos de un acto
administrativo dotado de ejecutividad y ejecutoriedad desde el primer momento de su
promulgación cuya nulidad absoluta se encuentra prevista en el referido artículo 19.4 de la Ley
Orgánica de Procedimientos Administrativos.
En lo que concierne al criterio señalado por la Sala Político Administrativa del cual afirma que
no resulta válido anular el acto administrativo por ausencia de procedimiento si se han
ejercido las vías procesales consecuentes por ser una reposición inútil, debe señalarse que de
encontrarse el acto administrativo sometido al control del juez contencioso administrativo,
éste no puede reponer el procedimiento nuevamente a la vía administrativa, sino que debe
proceder a declarar la nulidad del acto en sí sin mayores consideraciones por así requerirlo el
artículo 19.4 de la Ley Orgánica de Procedimientos Administrativos. Por ende, le está vedado
emitir órdenes para el reinicio de la vía administrativa, por cuanto no está dentro de sus
potestades subsanar las fallas cometidas por la Administración, sino anular éstas cuando se ha
generado un daño a los derechos de los administrados.
Por tanto, esta Sala Constitucional concluye que el criterio de la “subsanación” del vicio de
ausencia absoluta de procedimiento por el ejercicio posterior de la vía administrativa y de los
recursos contenciosos administrativos no tiene asidero en los principios procesales previstos
en los artículos 26 y 49 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, y así se
declara.
Aunado a lo anterior, es de señalar que la parte solicitante de la solicitud de revisión denunció
el vicio de ausencia de procedimiento ante la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo
(tribunal que conoció en primera instancia de la causa) cuando recurrió del acto; incluso, al
momento de ejercer el recurso de apelación ante la Sala Político Administrativa invocó el
criterio de esta Sala Constitucional como único alegato para la impugnación del fallo ante la
segunda instancia, el cual fue obviado por la sentencia del tribunal superior cuando dicho
alegato era un aspecto de análisis obligatorio por parte de esa Sala, generando,
adicionalmente, la nulidad de ese fallo por el vicio de incongruencia negativa como motivo por
el cual opera la nulidad de una decisión declarada así por el control que se ejerce mediante la
revisión constitucional.
En efecto, esta Sala, en varias sentencias, ha reiterado el deber de los jueces de que motiven
adecuadamente sus decisiones, ya que lo contrario -la inmotivación y la incongruencia- atenta
contra el orden público, hace nulo el acto jurisdiccional que adolece del vicio y, además, se
aparta de los criterios que ha establecido la Sala sobre el particular. Al respecto, esta
Juzgadora señaló:
Fallos judiciales sin juzgamientos (motivación) atentan contra el orden público, y siendo éste el
vicio que se denuncia en la solicitud de amparo, considera la Sala, que debe examinar la
sentencia para calificar si realmente hay falta de motivación. (sentencia de esta Sala n.°
150/2000, caso: José Gustavo Di Mase Urbaneja).
Ahora bien, la exigencia de que toda decisión judicial deba ser motivada es un derecho que
tienen las partes en el proceso, el cual no comporta la exigencia de un razonamiento judicial
exhaustivo y pormenorizado de todos los aspectos y perspectivas que las partes puedan tener
de la cuestión que se decide, sino que deben considerarse motivadas aquellas resoluciones
judiciales que vengan apoyadas en razones que permitan conocer cuáles han sido los criterios
jurídicos esenciales que fundamentaron la decisión.
Así las cosas, la incongruencia activa se presenta, ante la resolución de la pretensión por parte
del juez, incumpliendo la obligación de actuar de manera coherente en relación con los
términos en que fue planteada dicha pretensión, generando con su pronunciamiento
desviaciones que suponen modificación o alteración en el debate; en cambio, la inmotivación
deviene por incongruencia omisiva, por el incumplimiento total de la obligación de motivar, y
dejar por ende, con su pronunciamiento, incontestada dicha pretensión, lo que constituye una
vulneración del derecho a la tutela judicial, siempre que el silencio judicial no pueda
razonablemente interpretarse como desestimación tácita. (Sentencia de esta Sala n.°
4.594/2005, caso: José Gregorio Díaz Valera).
Siendo así, esta Sala considera necesario anular la sentencia 01646 dictada el 30 de noviembre
de 2011 por la Sala Político Administrativa de este Tribunal Supremo de Justicia. Asimismo, por
razones de seguridad jurídica, esta Sala también anula la sentencia núm. 2009-01165 dictada el
30 de junio de 2011 por la Corte Segunda de lo Contencioso Administrativo. Así se decide.
Finalmente, esta Sala debe establecer una consideración adicional atendiendo a lo dispuesto
en el artículo 35 de la Ley Orgánica del Tribunal Supremo de Justicia, el cual, dispone:
Efectos de la revisión
Se hace referencia a la disposición normativa por cuanto esta Sala encuentra suficientemente
cumplidos los supuestos de hecho de la norma, toda vez que lo expuesto en el presente fallo
hace operativa de pleno derecho declarar la nulidad del acto administrativo contenido en “…el
Acta N° 645, Resolución N° CD 2004/253 de fecha 2 de julio de 2004, PUNTO N° 3…” dictado
por el Consejo Directivo de la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales
Ezequiel Zamora –UNELLEZ- mediante la cual revocó los ascensos al grado del escalafón de
Profesor Titular a los ciudadanos Osmar Buitrago y Clemente Quintero Rojo; determinado
como ha sido el reconocimiento por parte de los tribunales que conforman la jurisdicción
contencioso administrativa que dicho proveimiento fue dictado en ausencia absoluta de
procedimiento. Por tanto, se anula dicho acto administrativo, razón por la cual, se ordena a
dicha Universidad que asigne nuevamente a los mencionados ciudadanos el grado de Profesor
Titular dentro del escalafón universitario, situación en la que se encontraban al momento en
que se dictó el acto administrativo impugnado. Así se decide.
Se ordena la referencia del presente fallo en la página web de este Tribunal Supremo de
Justicia, a los fines de su publicitación. Así se establece.
DECISIÓN
Por las razones expuestas esta Sala Constitucional, administrando justicia en nombre de la
República y por autoridad de la ley, declara:
PRIMERO: HA LUGAR la revisión constitucional interpuesta por los ciudadanos Osmar Buitrago
Rodríguez y Clemente José Quintero Rojo.
SEGUNDO: ANULA la sentencia núm. 01646 dictada el 30 de noviembre de 2011 por la Sala
Político Administrativa de este Tribunal Supremo de Justicia.
TERCERO: ANULA la sentencia núm. 2009-01165 dictada el 30 de junio de 2011 por la Corte
Segunda de lo Contencioso Administrativo.
La Presidenta,
Vicepresidente,
Los Magistrados,
Ponente
El Secretario,
Exp.- 12-0481
CZdM/