Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
JEFES TOXICOS
Cuando hablamos de Jefes Tóxicos me refiero a aquel que sin motivos razonables trata mal a sus
empleados. El factor “sin motivos razonables” nos permite distinguir un jefe tóxico de uno
explotador, tirano, o insolidario. Se puede ser un jefe explotador o tirano sin ser tóxico, pues
generalmente hay motivos empresariales para explotar o tiranizar a los empleados.
Jefe tóxico es aquel que trata mal a sus empleados gratuitamente, no hay una finalidad
económica o de ascenso empresarial, porque el maltrato es el fin en sí mismo: agresiones
verbales, desprecios, sarcasmo despiadado, descalificativos, humillaciones, miradas
amenazantes o invasivas, exceso de indiferencia, encomendar tareas impropias del puesto o que
no sirven para nada y un sinfín de acciones, por y para satisfacer su deseo de agredir a su
empleado, minar su autoestima y generarle estrés y ansiedad.
La relación de los superiores con los subordinados ha sido fruto de diversos estudios en el ámbito
laboral, y los psicólogos de las organizaciones se han interesado por esta relación por muchos
motivos, pero principalmente porque una buena relación entre los jefes y los empleados
aumenta la productividad y los resultados de la compañía. No menos importante es saber que,
aunque muchas empresas no presten la debida atención a este fenómeno, el estilo de liderazgo
de los superiores afecta al bienestar de los empleados. El bienestar de los empleados también
está íntimamente relacionado con los resultados dela empresa. Y, por eso, las organizaciones
deberían tener especial cuidado a la hora de valorar esta variable, porque el estrés y el malestar
laboral, entre otras causas, pueden ser fruto de una relación tóxica entre estos actores.
Los líderes transformacionales emplean niveles altos de comunicación para conseguir los
objetivos y aportan una visión de cambio que consiguen transmitir a los empleados. Son grandes
motivadores y aumentan la productividad de los trabajadores que están a su cargo. Con su
carisma causan un gran impacto sobre sus subordinados y se ganan la confianza, respeto y
admiración. Todo lo contrario que los jefes tóxicos.
Estos son los rasgos característicos de los jefes que han perdido su sentido de la equidad.