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Comentario de hechos

Pastor Isaías Oviedo

Hechos 1:1-26

1.1 El libro de Hechos continúa la historia que Lucas empezó


en su Evangelio; abarcando los treinta años posteriores a la
ascensión de Jesús. En este corto período, la iglesia se
estableció y el evangelio de salvación se llevó por el mundo,
inclusive a la capital del Imperio Romano. Los predicadores,
gente común con debilidades y limitaciones, fueron
revestidos de poder por el Espíritu Santo para difundir las
buenas noticias al "mundo entero" (17.6). Por Hechos
aprendemos sobre la naturaleza de la Iglesia y también a
cómo revertir el mundo.

1.1 El primer libro de Lucas fue su Evangelio. Lo dedicó


también a Teófilo, nombre que significa "uno que ama a
Dios". (Véase nota a Luk_1:3.)

1.1ss Los versículos 1 al 11 son el nexo entre los hechos


narrados en los Evangelios y los que marcan el comienzo de
la iglesia primitiva. Jesús pasó cuarenta días enseñando a
sus discípulos, los que experimentaron un cambio total.
Antes de esto discutieron unos con otros, abandonaron a su
Señor y uno de ellos (Pedro) incluso negó que le conocía.
Después de una serie de reuniones con el Cristo resucitado,
los discípulos hallaron la respuesta a muchas de sus
preguntas; llegaron a convencerse en relación con la
resurrección, aprendieron del Reino de Dios y la fuente de su
poder: el Espíritu Santo. A través de la lectura de la Biblia
podemos sentarnos junto al Cristo resucitado en su escuela
de discipulado. Creyendo en El recibimos el poder del
Espíritu Santo y nos convertimos en personas renovadas. Al
reunirnos con otros cristianos en su Iglesia podemos tomar
parte en su obra aquí en la tierra.

1.1-3 Lucas dice que los discípulos fueron testigos


presenciales de todo lo sucedido a Jesucristo, su vida antes
de la crucifixión y los cuarenta días posteriores donde les
enseñó más acerca del Reino de Dios. Todavía en la
actualidad hay personas que dudan de la resurrección de
Jesús. Pero El se apareció a sus discípulos en muchas
ocasiones luego de su resurrección, probando que estaba
vivo. Note el cambio que la resurrección hizo en la vida de
los discípulos. Durante el momento de su muerte estaban
temerosos, desilusionados e incluso temían por sus vidas.
Luego de la resurrección dejaron de temer y arriesgaron todo
por esparcir alrededor del mundo las buenas noticias acerca
de El. Enfrentaron prisiones, castigo físico, rechazo y
martirio, pero nunca comprometieron su misión. Estos
hombres no hubieran arriesgado su vida por algo que fuera
un fraude. Sabían que Jesús resucitó de la muerte y la
iglesia primitiva se encendió con su entusiasmo para
proclamar la noticia a otros. Es importante saber que
podemos confiar en su testimonio. Veinte siglos después,
todavía podemos tener la certeza de que nuestra fe se basa
en hechos.

1.3 Jesús explicó que con su venida se inauguró el Reino de


Dios. Al ascender a los cielos, el Reino de Dios
permanecería en los corazones de todos los creyentes
mediante la presencia del Espíritu Santo. Pero el Reino de
Dios no se desarrollará por completo hasta que Jesús venga
de nuevo a juzgar a todas las personas y a quitar todo lo
malo del mundo. Antes de que esto suceda, los creyentes
deben ocuparse en proclamar el Reino de Dios alrededor del
mundo. El libro de Hechos narra cómo empezó esto.
Nosotros debemos continuar el trabajo que la iglesia
primitiva comenzó.

1.4 La Trinidad es una descripción de la relación única del


Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. Si Jesús hubiera
permanecido en la tierra, su presencia física habría limitado
la difusión del evangelio, ya que físicamente solo podría
estar en un solo lugar al mismo tiempo. Después de su
ascensión podría estar presente espiritualmente en todo
lugar a través del Espíritu Santo. El Espíritu Santo se envió
de manera que Dios estuviera con sus seguidores y en ellos
después que Jesús ascendió al cielo. Su Espíritu los
reconfortaría y guiaría a la verdad, permaneciendo en ellos
las palabras de Jesús, dándoles las palabras oportunas y
llenándolos con poder (véase Juan 14-16).
1.5 En Pentecostés (2.1-4) el Espíritu Santo estuvo a la
disposición de todos los que creyeran en Jesús. Nosotros
recibimos el Espíritu Santo cuando recibimos a Jesucristo. El
bautismo del Espíritu Santo debe entenderse a la luz de su
obra total en los cristianos.
(1) El Espíritu Santo marca el comienzo de la experiencia
cristiana. No podemos pertenecer a Cristo sin su Espíritu
(Rom_8:9); no podemos estar unidos a Cristo sin su Espíritu
(1Co_6:17); no podemos ser adoptados como sus hijos sin
su Espíritu (Rom_8:14-17; Gal_4:6-7); no podemos estar en
el cuerpo de Cristo excepto por el Espíritu (1Co_12:13).
(2) El Espíritu es el poder de nuestra nueva vida. Empieza el
largo proceso de una vida de cambios para asemejarnos
más a Cristo (Gal_3:3; Phi_1:6). Cuando recibimos a Cristo
por la fe, empezamos una relación personal e inmediata con
Dios. El Espíritu Santo obra en nosotros para ayudarnos a
ser como Cristo.
(3) El Espíritu une comunidades cristianas en Cristo
(Eph_2:19-22). Todos pueden experimentar el Espíritu Santo
y El obrar a través de todos (1Co_12:11; Eph_4:4).

1.6 Durante los años de ministerio de Jesús sobre la tierra,


los discípulos se preguntaban continuamente sobre su
Reino. ¿Cuándo vendrá? ¿Cuál sería su papel? Desde el
punto de vista tradicional, el Mesías sería un conquistador
terrenal, que libraría a Israel de Roma. Pero el reino al que
se refería Jesús era uno espiritual, establecido en los
corazones y vidas de los creyentes (Luk_17:21). La
presencia y el poder de Dios permanecen en los creyentes
en la persona del Espíritu Santo.

1.6, 7 Como otros judíos, los discípulos vivían disgustados al


verse sometidos al Imperio Romano. Querían que Jesús
liberara a Israel del poder romano y que luego llegara a ser
Rey. Jesús explicó que Dios el Padre establece el tiempo en
que deben ocurrir los hechos a nivel personal, nacional o
mundial. Si usted quiere cambios y ve que Dios no los hace
de inmediato, no se impaciente. Confíe en el tiempo de Dios.

1.8 El poder del Espíritu Santo no lo limita la energía


ordinaria, involucra valor, entrega, confianza, conocimiento,
habilidad y autoridad. Los discípulos necesitarían de todo
esto para cumplir con su misión. Si usted cree en Jesucristo,
puede experimentar el poder del Espíritu Santo en su vida.

1.8 Jesucristo prometió a los apóstoles que recibirían el


poder para ser testigos después que recibieran el Espíritu
Santo. Note el proceso: (1) recibieron el Espíritu Santo; (2)
les dio poder; y (3) fueron testigos con resultados
extraordinarios. Nosotros a menudo tratamos de invertir el
orden y testificamos dependiendo de nuestro propio poder y
autoridad. Testificar no es mostrar lo que podemos hacer por
Dios, sino mostrar y decir lo que Dios ha hecho por nosotros.

1.8 Jesús instruyó a sus discípulos para que fueran testigos


a las personas de todas las naciones acerca de El
(Mat_28:19-20). Pero se les dijo que debían esperar antes la
venida del Espíritu Santo (Luk_24:49). Dios tiene una labor
importante que quiere que usted haga en su nombre, pero
debe desarrollarla por el poder del Espíritu Santo. A menudo
nos gusta cumplir con la tarea, aunque esto signifique ir
delante de Dios. Pero algunas veces la espera es parte del
plan de Dios. ¿Está esperando y escuchando las
instrucciones completas de Dios o se antepone a sus
planes? Necesitamos el tiempo y el poder de Dios para ser
en verdad eficaces.

1.8 Este versículo describe una serie de círculos


concéntricos. El evangelio se esparce, geográficamente,
desde Jerusalén hasta Judea y Samaria, y por último se
ofrecería a los gentiles en otras partes de la tierra. El
evangelio de Dios no ha llegado a su destino final si alguien
en su familia, en su centro de trabajo, su colegio o su
comunidad no ha oído acerca de Jesucristo. Asegúrese de
contribuir, de alguna manera, al círculo de esparcimiento del
mensaje del amor de Dios.

1.9 Fue importante para los discípulos ver ascender a Jesús.


Luego no tendrían ninguna duda de que Él era Dios y que su
morada está en el cielo.

1.9-11 Luego de su resurrección, después de estar cuarenta


días con sus discípulos (1.3), Jesús ascendió al cielo. Dos
ángeles anunciaron a los discípulos que un día Jesús
volvería de la misma forma en que se fue: corporal y
visiblemente. La historia no es casual ni cíclica, está en
movimiento hacia un punto específico: la venida de Jesús
para juzgar y ejercer autoridad sobre la tierra. Nosotros
debemos estar listos para esta venida sorpresiva (1Th_5:2),
no parados "contemplando los cielos", sino trabajando con
ardor en difundir el evangelio de manera que otros sean
capaces de recibir las grandes bendiciones de Dios.

1.12, 13 Después de la ascensión de Cristo al cielo, los


apóstoles regresaron de inmediato a Jerusalén y se
reunieron para orar. Jesús les dijo que el Espíritu Santo
vendría sobre ellos dentro de no muchos días, de manera
que tenían que esperar en oración. Cuando usted enfrente
una tarea difícil, una decisión importante, un dilema confuso,
su primer paso debe ser orar por el poder y la dirección del
Espíritu Santo. No se apresure en el trabajo ni espere que
salga como debe. De todos modos, su primer paso debe ser
orar a fin de que el poder del Espíritu Santo le guíe.

1.13 Un "zelote" quizás signifique cualquier celoso de la Ley


judía. Tal vez los zelotes eran los de un partido político
radical que trabajó para derrocar al gobernador romano de
Israel a través de la violencia.

1.14 Los hermanos de Jesús están ahora con los discípulos.


Durante la vida de Jesús, no creyeron que El era el Mesías
(Joh_7:5), pero su resurrección debió convencerlos. La
aparición especial a Jacobo, uno de sus hermanos, debió
haber tenido un significado especial que influyó en su
conversión (véase 1Co_15:7).

1.15-26 Esta fue la primera reunión de negocios de la iglesia.


El pequeño grupo de once creció hasta convertirse en más
de ciento veinte. El tema principal fue nombrar a un nuevo
discípulo o apóstol, como les llamaron a los doce. Mientras
los apóstoles esperaban, hacían lo que podían: oraban,
buscaban la dirección de Dios y se organizaban. Esperar a
Dios para trabajar no significa sentarse sin hacer nada.
Debemos hacer lo que podamos, mientras podamos,
teniendo cuidado de no adelantarnos a Dios.

1.16, 17 ¿Cómo pudo alguien estar a diario con Jesús y


traicionarlo? Judas recibió el mismo llamado y enseñanzas
como todos los demás. Pero decidió rechazar las
advertencias de Cristo, así como también sus ofrecimientos
de misericordia. Endureció su corazón y se unió a los
enemigos de Jesús en un complot para traicionarlo. Hasta el
final no se arrepintió y, por último, se suicidó. A pesar de que
Jesús predijo que esto sucedería, esa fue la decisión de
Judas. Los privilegiados que están cerca de la verdad, no
están necesariamente comprometidos a ella. Si desea más
información acerca de Judas, véase su perfil en Marcos 14.

1.18 Mateo dice que se ahorcó (Mat_27:5), Hechos dice que


se cayó. La explicación tradicional es que cuando Judas se
ahorcó la rama se rompió, Judas se precipitó en tierra y su
cuerpo se reventó.

1.21, 22 Fueron muchos los que siguieron a Jesús en forma


constante durante su ministerio en la tierra. Los doce
apóstoles formaron parte de su círculo íntimo, pero otros
tuvieron igual nivel de amor y entrega.

1.21-25 Los apóstoles tuvieron que buscar a un creyente que


ocupara el puesto vacante de Judas Iscariote. Bosquejaron
un criterio específico para hacer la elección. Cuando se
eligieron los "finalistas", los apóstoles oraron pidiendo a Dios
que los guiara en este proceso de selección. Esto nos da un
buen ejemplo de cómo actuar cuando debemos tomar
decisiones importantes.
Hay que determine un criterio lógico basado en la Biblia,
examinar las alternativas y orar pidiendo sabiduría y guía en
busca de una decisión sabia.

1.26 Los discípulos llegaron a ser apóstoles.


Discípulo significa seguidor o aprendiz, y apóstol significa
mensajero o enviado.
Estos hombres tienen ahora una designación especial para
esparcir las buenas nuevas de la muerte y resurrección de
Jesús.
Un viaje a través del libro de hechos

Empezando con un breve resumen de los últimos días de


Jesús en la tierra con sus discípulos, su ascensión y Matías,
el que ocupó el lugar que dejó Judas Iscariote, Lucas aborda
enseguida su tema: la difusión del evangelio y el crecimiento
de la iglesia. El Pentecostés, célebre por el derramamiento
del Espíritu Santo (2.1-13) y el discurso poderoso de Pedro
(2.14-42), fue el inicio. Luego la iglesia de Jerusalén
comenzó a crecer cada día mediante el testimonio audaz de
Pedro y Juan y el amor de los creyentes (2.43-4.37). La
iglesia naciente no estaba exenta de problemas, sufrió
oposición externa (resultando en prisión, castigo y muerte),
engaño y quejas internas. A los creyentes judíos de habla
griega los eligieron para ayudar en la administración de la
iglesia a fin de liberar a los apóstoles para la predicación.
Los primeros diáconos elegidos fueron Esteban y Felipe, de
ellos Esteban fue el primer mártir de la Iglesia (5.1-8.3).
En lugar de frenar al cristianismo, la oposición y la
persecución sirvieron como catalizadores para su difusión.
Los creyentes llevaron el mensaje por donde huían (8.4).
Muy pronto hubo convertidos en toda Samaria e incluso en
Etiopía (8.5-40).
En este momento, Lucas nos presenta a un joven judío,
celoso defensor de la Ley, que intenta liberar al judaísmo de
la herejía de Jesús. Pero en el camino a Damasco, al tratar
de capturar a los creyentes, Saulo se convierte, confrontado
personalmente por el Cristo resucitado
9.1-9. Mediante el ministerio de Ananías y la recomendación
de Bernabé, Saulo (Pablo) fue bien recibido en el
compañerismo y enviado a Tarso para su seguridad (9.10-
30).
Mientras tanto, la iglesia continuaba prosperando en toda
Judea, Galilea y Samaria. Lucas se refiere a su predicación y
a cómo sanó a Eneas en Lida y a Dorcas en Jope (9.31-43).
Mientras estuvo en Jope, Pedro entendió a través de una
visión que él podía llevar el evangelio a los "inmundos"
gentiles. Pedro así lo entendió y fielmente le predicó a
Cornelio que se convirtió, junto a su familia, en creyente
(capítulo 10). Esta fue una noticia estremecedora para la
iglesia en Jerusalén, pero cuando Pedro narró los hechos,
alabaron a Dios por su plan de que todas las personas
escucharan las buenas nuevas (11.1-18). Esto impulsó a la
iglesia a un círculo mayor, el mensaje se predicó a los
griegos en Antioquía, donde Bernabé fue para animar a los
creyentes y halló a Pablo (11.20-26).
Para complacer a los líderes judíos, Herodes se unió en la
persecución de la iglesia en Jerusalén, dio muerte a Jacobo
(hermano de Juan) y puso en prisión a Pedro. Sin embargo,
Dios liberó a Pedro que caminó desde su prisión hasta una
reunión de oración en la casa de Juan Marcos donde se
intercedía por él (capítulo 12).
Aquí Lucas traslada su enfoque al ministerio de Pablo.
Enviado por la iglesia de Antioquía para un viaje misionero
(13.1-3), Pablo y Bernabé llevaron el evangelio a Chipre y al
sur de Galacia con gran éxito (13.4-14.28). Debido a que la
controversia judío-gentil todavía ardía con lentitud y con no
pocos gentiles respondiendo a Cristo, amenazó con dividir la
iglesia. De manera que se convocó un concilio en Jerusalén
para establecer normas con relación a los cristianos gentiles
a la luz del Antiguo Testamento y sus leyes. Luego de oír a
ambas partes, Jacobo (hermano de Jesús y líder de la iglesia
en Jerusalén) resolvió el problema y envió mensajeros a las
iglesias para informar la decisión (15.1-31).
Después del concilio, Pablo y Silas predicaron en Antioquía.
Luego salieron con rumbo a Siria y Cilicia, mientras que
Bernabé y Marcos navegaron hacia Chipre (15.36-41). En
este segundo viaje misionero, Pablo y Silas pasaron por
Macedonia y Acaya, estableciendo iglesias en Filipos,
Tesalónica, Berea, Corinto y Efeso, antes de regresar a
Antioquía (16.1-18.21). Lucas también se refiere al ministerio
de Apolos (18.24-28).
En el tercer viaje misionero Pablo y sus compañeros
arribaron a Galacia, Frigia, Macedonia y Acaya, animando y
enseñando a
Mientras estuvo en Jerusalén, una turba furiosa acosó a
Pablo en el templo y lo pusieron bajo custodia y protección
del tribuno romano (21.17-22.29). Ahora vemos a Pablo
como prisionero y en proceso ante el concilio judío (23.1-9),
el gobernador Félix (23.23-24.27), Festo y Agripa (25.1-
26.32). En cada caso, Pablo testifica con firmeza y claridad
de su fe en el Señor.
Debido a que apeló a César, lo enviaron a Roma para el
proceso final de su caso. Pero en el camino, una tormenta
destruyó la nave y los tripulantes y prisioneros debieron
nadar para llegar a la orilla. Aun en estas circunstancias,
Pablo predicó de su fe (27.1-28.11). Al final, el viaje continuó
y Pablo llegó a Roma donde vivió en una casa alquilada y
bajo custodia, mientras aguardaba el juicio (28.11-31).
Lucas finaliza Hechos en forma abrupta, con las estimulantes
palabras de que Pablo tenía la libertad en su cautiverio de
hablar tanto a visitantes como a su guardia "predicando el
reino de Dios y enseñando acerca del Señor Jesucristo,

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