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La psicología positiva y sus aportes al

Coaching de vida

La psicología positiva y sus aportes al coaching de vida

De acuerdo a la Psicología Positiva el éxito, la abundancia y las mejores cosas de la vida


sólo se consiguen con esfuerzo, enfoque y desarrollando cualidades individuales como la
perseverancia, la disciplina, la gratitud, la diligencia, el coraje, el optimismo y la pasión por
lo que se hace, entre otras. Y también retoma el concepto milenario de Areté (Excelencia)
que nació en la antigua Grecia que sostenía que: el fortalecimiento del Carácter, la
constancia de Hábitos y el desarrollo de Virtudes eran uno de los caminos más efectivos
para mejorar la calidad de vida y desarrollar el potencial de los hombres a mediano y largo
plazo.

La felicidad, el éxito y el bienestar son aspiraciones humanas naturales, durante siglos se


han explorado varios y diversos caminos para alcanzarlas. Hoy en día, existe una ciencia
que tiene por objeto lograr nuestro funcionamiento óptimo como seres humanos y
estudiar formalmente aquellas cosas que hacen que la vida valga la pena vivirse, esa
ciencia es la Psicología Positiva.

La Psicología Positiva es una rama de la Psicología que se encarga del estudio científico de
la felicidad y el éxito; también busca promover los factores que se requieren para lograr
nuestro proceso de realización humana o “Flourishing” a nivel individual, social y
organizacional. Su misión como lo dice el Dr. Martin Seligman -su fundador-, es investigar
y poner al alcance de los adultos “funcionales” los elementos que les permitan lograr vidas
más plenas y carreras más productivas. Aunque la Psicología Positiva fue lanzada hace
poco más de una década, tiene sus raíces en el trabajo de William James en el S. XIX, en
la Psicología Humanista del S. XX y en el trabajo de filósofos ancestrales como Platón y
Aristóteles 382 AC.

De acuerdo a la Psicología Positiva el éxito, la abundancia y las mejores cosas de la vida


sólo se consiguen con esfuerzo, enfoque y desarrollando cualidades individuales como la
perseverancia, la disciplina, la gratitud, la diligencia, el coraje, el optimismo y la pasión por
lo que se hace, entre otras. Y también retoma el concepto milenario de Areté (Excelencia)
que nació en la antigua Grecia que sostenía que: el fortalecimiento del Carácter, la
constancia de Hábitos y el desarrollo de Virtudes eran uno de los caminos más efectivos
para mejorar la calidad de vida y desarrollar el potencial de los hombres a mediano y largo
plazo.

El ser feliz y el lograr la plenitud en la vida, requiere de un compromiso personal y un


trabajo continuo, como lo dice la siguiente cita:
“Siempre creí que una vida de calidad, gozo y sabiduría eran mis derechos humanos por nacimiento y que se me
otorgarían automáticamente con el paso del tiempo. Jamás sospeché que tendría que aprender cómo vivir – que
existen disciplinas y formas específicas de ver el mundo y que tendría que manejarlas con maestría antes de poder
despertar a una vida sencilla, feliz y sin complicaciones” – Dan Millman autor de “Way of a Peaceful Warrior”.

Redefiniendo los paradigmas de Éxito y Felicidad


Durante muchos años la fórmula de Felicidad que hemos adoptado en el mundo occidental es: Trabaja duro para
lograr el éxito (financiero, profesional, personal, material) y entonces es cuando alcanzarás la felicidad. Las
investigaciones nos aseguran que funciona al revés, y que en realidad lo más importante para nuestro bienestar es
aprender a ser feliz en el proceso; a lo que Shawn Achor –CEO de Goodthinking, Inc- llama Positividad en el
Presente: donde la calidad del viaje es tan importante como el destino.

Al vivir en positivo cultivamos nuestra felicidad en el presente y por añadidura incrementamos considerablemente
nuestras posibilidades de éxito en las diferentes esferas de nuestras vidas. A continuación mencionamos algunos
datos que sustentan este nuevo enfoque y que resaltan las ventajas de la positividad:

El cerebro en estado positivo eleva su inteligencia, creatividad, niveles de energía y es 31% más productivo que si
está en estado neutro o negativo. Lo que se conoce como “la ventaja de la felicidad”, ya que no sólo te hace sentir
mejor, sino que activa los centros de aprendizaje de tu cerebro y te permite adaptarte al mundo de una manera
distinta.
Se ha descubierto que la mejor manera de predecir el éxito laboral o escolar es a través de la actitud. El IQ
solamente puede predecirlo el 25% de las veces y el nivel de optimismo puede hacerlo hasta un 75% de las veces.
Las investigaciones demuestran que nuestra felicidad depende en un 10% de lo que ocurre en el mundo externo y
un 90% en la manera en como nosotros procesamos aquello que está ocurriendo; en otras palabras, depende en
buena medida de nosotros y de nuestras elecciones.
Las aportaciones de la Psicología Positiva al Coaching y al Desarrollo Humano
Estamos viviendo el nuevo paradigma de Integración Vida-Trabajo en donde el hacer lo que uno ama, el aplicar las
fortalezas personales en nuestra ocupación, el definir nuestro propósito de vida y el alinear nuestras prioridades se
han convertido en un importante componente de nuestro bienestar y realización. Es por esto que en años recientes
el Coaching se ha movido del campo profesional al campo personal ofreciendo nuevas alternativas de desarrollo para
alcanzar el Éxito, el Bienestar y la Felicidad en los ámbitos personal, laboral o familiar.

No puede haber crecimiento profesional o familiar si no existe a su vez un crecimiento personal dentro de nosotros.
El ser humano es una sola entidad que interactúa en diferentes contextos; el tipo de persona que estamos “siendo”’
siempre se manifestará en todos nuestros actos y acciones. Es por esto, que la mayor aportación de la Psicología
Positiva al Coaching y al Desarrollo Humano es brindarnos herramientas científicamente comprobadas que nos
ayudarán a convertirnos en la mejor versión de nosotros mismos al permitirnos trabajar en:

Nuestro Bienestar Emocional: al aprender a identificar nuestras emociones, las causas y acciones que las generan,
para poder gestionar los estados emocionales que nos acerquen al éxito y a la felicidad.
Nuestro sentido de Competencia y Logro: al permitirnos identificar y desarrollar nuestras fortalezas, intereses y
pasiones. Y lo más importante, ponerlos en práctica al aprender a través del Coaching como generar planes y
acciones específicas para alcanzar nuestras metas, objetivos y sueños.
Nuestra necesidad de Conexión: al aprender a desarrollar y mantener relaciones positivas y constructivas a un nivel
íntimo, familiar, social, organizacional y comunitario.
Nuestra afirmación de Autonomía: al declararnos los únicos responsables de la calidad de nuestra vida y de las
consecuencias de las decisiones que tomamos para nuestro crecimiento y desarrollo individual.
Nuestra búsqueda de Trascendencia: al permitirnos definir nuestra misión de vida y la manera en que queremos
construir nuestro legado para realizar nuestra contribución única al mundo.
Fuentes:

FLOURISH: A visionary new understanding of Happiness and Well-Being – Martin E.P Seligman.
POSITIVE PSYCHOLOGY: A practical Guide – Bridget Grenville Cleave.
THE HAPPINESS HYPOTHESIS- Jonathan Haidt.
The HAPPINESS ADVANTAGE - Shawn Achor.
POSITIVITY – Barbara Fredrickson.

COACHING Y PSICOLOGÍA POSITIVA


Planteamos a continuación las características de este nuevo enfoque del coaching desde un
área tan consolidada y prestigiosa como es la psicología positiva. En Hodgson & Burque
|Coaching Coruña unimos la solidez de la psicología positiva a través del atractivo del
coaching

¿Qué es el Coaching?

Un coach es un profesional capacitado que apoya a sus clientes en avanzar hacia sus
objetivos y metas. Lo hace mediante un proceso de clarificación de intenciones, una
planificación realista y apoyando a sus clientes mediante el uso de herramientas
fortalecedoras que les ayudan a tener éxito

¿Qué es la Psicología Positiva?

En 1998 nace una nueva rama de la psicología cuyo objetivo es estudiar científicamente el
funcionamiento óptimo del ser humano. A partir de entonces se comienzan a investigar a
aquellas fortalezas que nos ayudan a vivir mejor y a alcanzar un mayor bienestar personal o
laboral
Desde entonces la psicología positiva se ha convertido en una disciplina consolidada de la
psicología que dedica una cantidad enorme de recursos a la investigación e identificación
de aquellos puntos fuertes que nos hacen estar bien en la vida.

Psicología Positiva y Coaching

Muchos coachers no suelen ser psicólogos, pero si nos fijamos se basan de manera
inconsciente en los principios de la psicología positiva en el trabajo que realizan. A través
de una serie de herramientas, un coacher normalmente apoya a sus clientes mediante la
identificación y toma de conciencia de sus cualidades fundamentales y como pueden
aprovecharlas para sobresalir en las actividades que lleven a cabo. El proceso puede variar
en función del coacher y su enfoque filosófico personal, pero el resultado final es el
mismo, el objetivo es plantearse preguntas tales como ¿Qué es lo importante para mí?
¿Cuáles son mis puntos fuertes?, y en última instancia, ¿Cómo puedo aprovechar mis
puntos fuertes para obtener un mayor éxito en mi vida?

La psicología positiva no es lo mismo que el coaching. La psicología positiva es un área de


la psicología que aporta una serie de herramientas que un coacher puede utilizar con un
cliente para lograr un mayor éxito en su vida. Una magnifica base para el coaching,
fundamentada y consolidada.
Coaching desde la psicología positiva

Adquirir nuevas habilidades y fortalezas psicológicas, aumentar nuestra motivación,


superar obstáculos, lograr fluir en nuestro trabajo, alcanzar las metas soñadas o hacer las
transiciones y los ajustes necesarios para triunfar en la vida. Estos son algunos de los
objetivos del coaching positivo, que a diferencia de otros tipos de coaching o terapia utiliza
los principios de la Psicología Positiva.

Desde este tipo de coaching se desarrollan las fortalezas de una persona (en lugar de gastar
enormes cantidades de tiempo tratando de corregir las deficiencias), convirtiéndose en un
enfoque más eficaz, agradable y productivo para la persona. Al ayudar a identificar y
desarrollar nuestras fortalezas nos reforzamos, aprendemos a afrontar problemas y crisis y
trabajamos en alcanzar nuestras metas con mayor efectividad. Y lo más importante de todo,
disfrutaremos tanto del viaje como de nuestro destino.

El coaching desde la Psicología Positiva es un enfoque que nos ayuda a trabajar en nosotros
mismo de manera eficaz y a construir un repertorio de actitudes y de conducta para trabajar
en nuestro objetivo. Un trabajo que se complementa con eficaces herramientas como el
eneagrama o la consolidación de actitudes y hábitos más eficientes. Aquí tenemos algunos
de las fortalezas psicológicas que trabajamos desde el coaching positivo.

 Coraje, hacer frente a nuestros miedos y tomar los riesgos necesarios es


indispensable para tener éxito en nuestras metas
 Optimismo, creer en nuestro futuro en nuestra mayor fuerza
 Persistencia, el desarrollo de la paciencia, la disciplina y la resistencia son claves
para tener éxito
 Vivir el presente, vivir cada día al máximo, base de nuestro bienestar
 Entusiasmo, lograr y mantener altos nivel fuerte de pasión y excitación en todo lo
que hagamos nos llevará más lejos en nuestros objetivos
 Resiliencia, recuperarse de las adversidades graves es parte de nuestro desarrollo
 Inteligencia interpersonal, construir relaciones sanas llenas de empatía y
asertividad y en donde premie la filosofía de vida, ganar-ganar, algo indiscutible
para nuestra victoria pública
 Fluir, disfrutar siendo más eficientes en nuestro trabajo, una ecuación más que
posible
 Creatividad, elemento indiscutible para poder alcanzar nuestras metas
 El “Flourishing”, vivir con un óptimo nivel emocional, construyendo fortalezas
individuales, desarrollando un bienestar personal y adquiriendo una capacidad de
afrontamiento ante situaciones críticas.
 Perspectiva, una fortaleza cognitiva que envuelve la conceptualización y el uso del
conocimiento y experiencia dándole sentido, tanto para uno mismo como para los
demás

¿Conocemos nuestras fortalezas psicológicas básicas? ¿Sabemos cómo usarlas para lograr
aquellos cambios importantes que nos gustaría hacer? ¿Sabemos cuáles son aquellas
actitudes vitales que nos favorecen y cuales nos están bloqueando?
Las emociones en un proceso de
Coaching
7 ABRIL, 2016

Nuestro mundo reside en el estado de ánimo en que estamos.


Cuando cambia nuestro estado de ánimo, el mundo cambia con él.
E. Chirinos

Como comentaba en anterior artículo sobre qué es coaching y cómo funciona


un proceso de coaching personal, los dominios principales a explorar en una
sesión de coaching son: el lenguaje (qué es lo que digo), la emoción (cómo
lo digo) y la corporalidad (cómo está mi cuerpo cuando me expreso)

Estos tres aspectos se influyen constantemente entre sí de forma que es


elección nuestra usar cualquiera de ellos para modificar los otros dos.

La importancia de las emociones


En general dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo a desarrollar
diversas habilidades que nos posibilitan ejercer los distintos roles que
desempeñamos a lo largo del día, pero nos olvidamos en muchos casos de
la más importante, transversal en todas las áreas: la competencia emocional.

Somos seres fundamentalmente emocionales y es de vital importancia


que aprendamos a gestionar nuestras emociones, las cuales nos aportan
datos sobre cómo nos relacionamos con nosotros mismos, con nuestro
entorno y en general, sobre cómo evoluciona nuestro “proyecto de vida”.

No obstante, no siempre resulta fácil entender su mecanismo ni manejarlas


en nuestro acelerado día a día.

Etimológicamente “emoción” proviene del latín exmovere, movimiento de


adentro hacia afuera. Podemos decir que las emociones son reacciones o
respuestas a un determinado estimulo, ya sea externo o interno como puede
ser un recuerdo o una idea .

En nuestro a veces difícil camino de búsqueda de equilibrio y bienestar, es


importante ser conscientes de las emociones que nos habitan.

Tengamos presente que las emociones sencillamente ocurren, no las generamos


voluntariamente, pero lo que sí depende de nosotros es estar atentos para reconocer que
emoción experimentamos en cada momento, integrar la información que nos
proporciona y poner en marcha estrategias que nos faciliten canalizarlas de
forma adecuada.

Las emociones pueden ser fugaces o perdurar en el tiempo, ser leves o


intensas, agradables o desagradables pero en cualquier caso, siempre
movilizan energía y condicionan al cuerpo para que se adapte a determinadas
circunstancias o se enfrente a situaciones específicas. Tengamos en cuenta
que las emociones están íntimamente conectadas con nuestra salud, por lo
que una buena gestión redundará sin duda en una vida más saludable

Toda emoción cumple una función: La de evaluar mi organismo si lo que


sucede en el exterior me gratifica o frustra y la posibilidad consiguiente de
buscar una salida. Por tanto nos indica el grado de interacción en el medio
siempre y cuando estemos en contacto con ellas. No existen por definición
emociones positivas o negativas, sino que es la gestión de cada emoción lo
que en todo caso le dará esa connotación

El espacio de respeto absoluto, confidencialidad y confianza de un proceso


de coaching, es un lugar idóneo para permitir que nuestras
emociones aparezcan, escucharlas, identificarlas, incorporar la información
que nos ofrecen y convertirlas en nuestras aliadas.

Las emociones van y vienen constantemente y están siempre presentes en cualquier tipo de
relación (personal, social, profesional). Hay quien las vive como un obstáculo
pensando que la solución pasa por ejercitar una mente fría y racional
mientras que otros, por el contrario, permiten que las emociones asuman el
control de sus vidas.

Aquí reside nuestro gran reto. No se trata de evitarlas ni tampoco de dejar


que nos arrastren sino de poder entender cada emoción, comprender su
propósito en el momento adecuado y pasar a la acción de forma efectiva y
coherente con nuestro objetivo.

Se trata de hallar el punto de equilibrio necesario realizando un trabajo en


equipo entre razón, emoción y acción. De esta manera evitaremos
la incomoda sensación en la que en ocasiones nos sumimos cuando
pensamos de una determinada manera pero sentimos algo distinto y en
algunos casos acabamos emprendiendo una acción que no está acorde ni con
lo pensamos ni con lo que sentimos.

El concepto de Inteligencia Emocional, fue un término difundido mundialmente


a raíz de la publicación del famoso libro de Daniel Goleman, “Inteligencia
Emocional” publicado en 1995, y se refiere a la capacidad humana de sentir,
entender, controlar y modificar estados emocionales propios y ajenos
Las claves para su óptimo desarrollo pasan por desarrollar la Inteligencia
Interpersonal, que implica la capacidad de establecer relaciones con otras
personas y la Intrapersonal, referida al conocimiento de uno mismo .
Desde este punto de vista, ser inteligentes emocionalmente implica manejar
lo mejor posible cinco habilidades, las cuales tienen mucho que ver con el
coaching:
1. Conocimiento de las propias emociones. Conciencia de uno mismo. Si no contamos con
ella nos resultará muy difícil ponernos en marcha o hacerlo en la dirección correcta.
2. Control de las emociones o autorregulación: Dar una respuesta adecuada a la emoción que
estoy experimentando. Este aspecto tiene mucho que ver con cómo expresamos lo que
sentimos sin herir al otro, con nuestra forma de comunicar.
3. Automotivación. Se trataría de observar de que manera me adapto a lo que siento y voy
tomando decisiones en función de lo que realmente me conviene para lograr mi bienestar y
alcanzar mis objetivos. Si me mantengo en esa dirección mi motivación será alta, pero si soy
consciente de que no estoy en esa línea y a pesar de ello no hago nada para cambiar la
situación, me estaré boicoteando a mí mismo y generando sufrimiento innecesario.
4. Empatía: reconocimiento de las emociones de los demás: Tener presente que cada uno
tenemos nuestras emociones y ser capaces de captarlas, volviendo a nuestro estado emocional
sin sentirnos arrollados por las emociones del otro ni ser nosotros los que arrastremos al otro
hacia nuestra emoción.
5. Habilidades o destrezas sociales
En este complejo y retador proceso de mejorar nuestra inteligencia
emocional, la metodología coaching puede adquirir un papel protagonista.
Mediante el proceso de acompañamiento, la persona podrá adquirir ese
mayor autoconocimiento, tomar conciencia, comprender y gestionar sus
emociones construyendo si fuera necesario espacios emocionales más
adecuados para el logro de sueños y la consecución de sus objetivos,
proporcionándole una vida con más armonía y tranquilidad.

El éxito está al final de la flecha que apunta al blanco escogido. El arco que nos impulsa con
precisión al objetivo anhelado, es la emoción que sentimos al desear intensamente alcanzar
esa diana.

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