Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
R60
1 Corintios 2:16 Porque ¿quién conoció la mente del Señor? ¿Quién le instruirá? Mas nosotros tenemos la mente de Cristo.
INTRODUCCIÓN
Nosotros como humanidad tenemos una mente racional. En el principio, no era la mente
como la que tenemos en este tiempo, ya que en el principio Adán cuando estaba en el
huerto, tenía una mente extraordinaria. En este sentido podemos decir que aún los
animales tenían una mente más desarrollada que la actual, ya que de alguna manera se
comunicaban con otros seres, pero la creación fue sujetada a vanidad por la caída del
hombre (Ro 8:29-30)
Ejemplo de esto, vemos como la serpiente pudo comunicarse con Eva y ella no se
sorprendió, dejando ver que era algo normal (Gn. 3:1). Entonces apareció el pecado y
vino a desmoronar esa mente extraordinaria, dejándonos con una mente limitada, pero
el Señor en este tiempo quiere restaurarnos por completo.
DESARROLLO
La plenitud de esa restauración, no se dará en esta carne, sino cuando seamos glorifi-
cados, transformados, mutados. La Biblia nos enseña que todos seremos transforma-
dos, y eso implica nuestro cuerpo completo (1 Co. 15:51). Y es interesante que esta
transformación inicia cuando dice que nosotros debemos ser transformados mediante la
renovación de nuestra mente (Ro. 12:2).
La mente sirve para percibir todo el entorno, por medio de los sentidos e intelecto,
siendo influenciada por lo que percibe y recibe, lo visible, lo que escucha, pero aún más
complejo es que puede ser influenciada aún por mensajes subliminales (es aquella in-
formación que nuestra mente percibe pero sin darse cuenta de ello) que se reciben por
cualquier tipo de medio de comunicación. Por ello es necesario que se de un proceso
de restauración el cual finalizara cuando tengamos la mente de Cristo, veamos a conti-
nuación cuales son:
CONCLUSIÓN
Debemos estar agradecidos con la misericordia del Señor que ha hecho un pacto con
nosotros que estábamos alejados de sus pactos y promesas, y aun así escribiendo sus
leyes en nuestra mente (He. 10:16). Por tal razón, por medio de la Palabra podemos ir
evolucionando en nuestra forma de pensar, buscando agradar a Dios, y aborrecer todo
aquello que aborrece el Señor, sabiendo que la venida del Señor esta pronta y su galar-
dón con Él.