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Castillo Ingrid

Teoría conspiracional
de las sociedades,
entre el mito y la ciencia:
Los Juicios de Salem (1.692),
magia, fe y ciencia

Fundación Editorial El perro y la rana


Sistema Nacional de Imprentas
Capitulo Vargas

Colección Ensayo
Teoría conspiracional de las sociedades,
entre el mito y la ciencia:
Los Juicios de Salem (1.692), magia, fe y ciencia
© Castillo Ingrid
Colección Ensayo Nº 2
Libro Ensayo

© Para esta edición Fundación Editorial El perro y la rana


Sistema Nacional de Imprentas / Vargas
Depósito Legal: lf- 40220118003764
ISBN: 978-980-14-0455-2

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como objeto fundamental brindar una herramienta
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sistema se ramifica por todos los estados del país, donde
funciona una imprenta que le da paso a la publicación
de autores, principalmente inéditos.
Castillo Ingrid
Los Juicios de Salem (1692), magia, fe y ciencia 7
Lo importante es la legitimación de
los actos humanos por un modelo
extrahumano1

Soy un racionalista de un tipo espe-


cial. No estoy muy seguro de que mi
racionalismo sea aceptable para uste-
des, pero esto se verá luego.2

En apariencia, de acuerdo al planteamiento


hecho por los racionalistas críticos3, las teorías
conspiracionales son mitos. Pero ¿Qué es un mito?
Bueno, según su origen etimológico griego, un
mito es un relato o un cuento. Y más aún, nos
preguntamos ¿Qué es un cuento? Un cuento es
una narración, por lo general sin sustentación o
soporte científico teórico que le dé el sentido de
real o verdad a lo afirmado. Para los antropólogos
especialmente, los mitos son relatos propios de las
sociedades arcaicas o tradicionales.
Por ejemplo, para Mircea Eliade (2003), el
mito no es más que la reificación de la natura-
leza del ser, tiene que ver (muy vinculado con
el planteamiento jungiano en cuanto al mito y
1
Eliade, Mircea (2003). El mito del eterno retorno: arquetipos y
repetición.
2
Popper, K. Conjeturas y refutaciones: el desarrollo del conoci-
miento científico (1991: 156)
3
El racionalismo crítico es la corriente filosófica del pensamien-
to que intenta explicar la realidad a partir del método hipotético
deductivo, que plantea básicamente la aplicación de pasos para
lograr deducir la verdad. Karl Popper es uno de los máximos re-
presentantes, sino el máximo, sin embargo, se sugiere revisar los
antecedentes teóricos que además sirvieron de referente a Popper,
entre ellos a Inmanuel Kant.
Teoría conspiracional de las sociedades,
8 entre el mito y la ciencia:
el arquetipo, en especial dentro de la historia
de las religiones en sociedades pre modernas y
modernas) con lo intuitivo-imaginativo. Siendo
esto así, entonces lo conspiracional está estre-
chamente vinculado con lo emotivo y la movili-
zación de emociones colectivas, lo que en últi-
ma instancia garantiza la legitimidad del cuento,
así éste no sea verdad.
Pareciera entonces que nos estamos movien-
do en aguas turbias para las ciencias sociales que
pretenden explicar, interpretar o transformar rea-
lidades de una manera metódica, prístina, obje-
tiva o transparente, puesto que al hablar de tesis
conspirativas más bien estamos entre lo mágico y
lo científico, y los límites se pierden entre el ser
humano primitivo y el moderno y su conciencia
individual y el inconsciente colectivo.
Señala el sociólogo venezolano Hugo Pérez
en su trabajo titulado Teorías de la conspiración:
Entre la Magia, el Sentido Común y la Ciencia,
que es sabido que en nuestro mundo hay gente
poderosa que conspira y que a menudo logra sus
propósitos a través de mecanismos que quedan
poco claros para el resto de los miembros morta-
les4. Si partimos de la idea de que mediante re-
cursos retóricos es que se construyen esos mo-
delos cognitivos sin fundamento empírico más
que la fuerza de la palabra, entonces estamos
ciertamente, como ha señalado el autor citado:
frente a las teorías de la conspiración como dis-

4
Pérez Hugo (2003). Teorías de la conspiración: entre la magia, el
sentido común y la ciencia. Pág.8
Castillo Ingrid
Los Juicios de Salem (1692), magia, fe y ciencia 9
cursos cerrados y auto confirmatorios5. En esta
idea de retórica fantasmal, siempre están pre-
sentes dos condiciones a saber del ser humano:
la duda y la certeza a ciegas. Asimismo, señala
Pérez, que sólo hay dos caminos para resolver o
más bien refutar este agudo problema de desma-
dejar los discursos conspirativos (que rara vez
suelen tener éxito definitivo): 1) argumento sim-
plista y 2) argumento de la complejidad y que
el elemento central que da fuerza a las retóricas
conspirativas es la ausencia. Elemento último
éste, que ha sido especialmente abordado por
Karl Popper como veremos.
Para Popper (1991) en el texto Conjeturas
y refutaciones, específicamente en el capítu-
lo dedicado a las Fuentes del conocimiento y
la ignorancia, señala con respecto a las fuen-
tes de conocimiento grosso modo, que no es
igual ausencia que silencio pues, tal como lo
describiera Popper, la ausencia es ignorancia
y forma parte de la teoría conspiracional de
la ignorancia, mientras que el silencio es una
forma condicionada de tomar partido. En tal
sentido señala

Interpreta a ésta no como una mera fal-


ta de conocimiento, sino como la obra
de algún poder malévolo, fuente de
influencias impuras y perniciosas que
pervierten o envenenan nuestras men-
tes e instilan en nosotros el hábito de la
resistencia al conocimiento (1991:24)
5
Ibíd.: 8
De forma breve, nos planteamos ¿Si la fuente
viva de conocimiento es la observación, qué su-
cede con lo que no es posible observar? Y ¿Qué
hacer con lo que no cabe dentro de los paráme-
tros de lo racional? Popper estudió precisamen-
te las diferencias (que según el autor son menos
que las semejanzas) entre observación y razón,
igualmente habla de la supresión malévola (diría
intencionada) de la verdad manifiesta, que puede
ser opacada por falsas creencias o creencias erró-
neas que pueden llegar a sobrevivir en el tiempo.
Más aún Popper afirma que las teorías conspira-
cionales son mitos6.
Interesante es el planteamiento de responsabilidad
de las ciencias sociales que éste autor refiere en su
obra, la cual no puede girar en torno a teorías conspi-
racionales y cuyo origen raya en prácticas teístas

La teoría conspiracional de la sociedad es


justamente una variante de este teísmo, de
una creencia en dioses cuyos caprichos
y deseos gobiernan todo. Proviene de la
supresión de Dios, para luego preguntar:
“¿Quién está en su lugar?” Su lugar lo ocu-
pan entonces diversos hombres y grupos
poderosos, grupos de presión siniestros que
son los responsables de haber planeado la
gran depresión y todos los males que sufri-
mos. La teoría conspiracional de la socie-
dad se halla muy difundida, aunque con-
tenga muy poca verdad. Sólo cuando los
teóricos de la conspiración llegan al poder
6
Óp. cit: Cfr. Pág. 29
Castillo Ingrid
Los Juicios de Salem (1692), magia, fe y ciencia 11

se convierten en algo semejante a una teo-


ría que explica las cosas que ocurren real-
mente (un ejemplo de lo que he llamado
el “efecto edípico”). Por ejemplo, cuando
Hitler llegó al poder (1991:159-160)

Más aún, afirma que todas las situaciones so-


ciales cuentan con ciertas condiciones casi repe-
titivas. Como por ejemplo, las consecuencias no
deseadas. No hay en la certeza, en las situaciones
sociales problemas que ocupen las ciencias socia-
les, por el contrario, son las consecuencias no de-
seadas o inesperadas las que deben ocuparla, tal
como lo ejemplifica

La tarea real de las ciencias sociales es ex-


plicar esas cosas que nadie desea, por ejem-
plo, una guerra o una depresión económica
(…) Es misión de la teoría social, explicar
cómo surgen las consecuencias inesperadas
de nuestras acciones y qué tipo de conse-
cuencia se produce si la gente actúa de una
manera determinada (Ibíd.:161-162)

En fin, para culminar esta breve introducción


que daría fuerza a la idea de trabajo que hemos
desarrollado en el presente ensayo y explicar
precisamente las consecuencias de ciertas re-
tóricas y acciones de corte conspirativa en la
propia especie, asumimos el reto señalado por
el filosofo austro-alemán Karl Popper, en cuanto
a intentar reconocer que son las instituciones o
colectivos (diríamos también individualidades)
Teoría conspiracional de las sociedades,
12 entre el mito y la ciencia:

quienes crean un problema que debe ser resuel-


to a través del análisis de las acciones sociales,
así como el efecto de éstas acciones en el sentido
de si son no deseadas o quizás, menos afortuna-
das e inesperadas.
Castillo Ingrid
Los Juicios de Salem (1692), magia, fe y ciencia 13

Juicios de Salem (1692-1693)


Como podemos observar en parte de la historia
colonial de Nueva Inglaterra mejor conocida hoy
como Estados Unidos; la villa de Salem formó parte
del proyecto colonizador inglés, específicamente
de una de las trece colonias cuasi costeras, Mas-
sachussetts. Su característica en términos económi-
cos era interesante, pues según algunas referencias,
su actividad comercial estaba centrada en la agri-
cultura, de manera que dependía del clima. Igual-
mente, contaba con vastas extensiones de tierra que
habían entrado en controversia con las autoridades
de la colonia (Massaschussett Bay) por razones re-
ligiosas y con un personaje de por medio llamado
Williams Rogers (1600-1684), el anabaptista.

Williams se trasladó a Salem en el ve-


rano de 1633, siendo ayudante del pas-
tor Skelton. En agosto de 1634 (Skelton
había muerto) se convirtió en pastor,
entrando casi inmediatamente en con-
troversias con las autoridades de Mas-
sachusettes, lo que causó su expulsión
de la colonia al cabo de unos meses.
Fue destituido como pastor de la igle-
sia en mayo de 1635, en medio de la
controversia y de la oposición de las
autoridades de Massachusetts7.

Los ingleses trasladaron su tradición no solo cul-


tural, sino religiosa a las nuevas tierras ocupadas8. En
7
Iglesia Pueblo Nuevo. Historia de William Rogers.
8
Popper, en el texto consultado habla de la atmósfera y su vinculación
Teoría conspiracional de las sociedades,
14 entre el mito y la ciencia:

este sentido, el puritanismo guió en gran parte la con-


formación de las nuevas colonias por que la incerti-
dumbre de lo que encontrarían en las tierras recién
invadidas, les invitaba a radicalizar sus prácticas o
creencias religiosas contra los mitos, tanto como a
poblar la costa del territorio ocupado, pues entre la
resistencia de los pobladores originarios culturalmen-
te distintos y el temor presente, se vieron en la impe-
riosa necesidad de ser una extensa colonia costera.
Una de las consecuencias inesperadas o no deseadas
fue precisamente esa radicalización, que incluso, lle-
go a tornarse en fanatismo religioso en algunas comu-
nidades de colonos.
Es así, que a finales del siglo XVII se generó en la
villa de Salem un proceso de persecución y matan-
za contra quienes habían sido acusadas de brujas,
o de practicar la brujería, o de ser víctima de algún
hechizo. En su mayoría fueron mujeres. Pero ¿Dón-
de o cómo se inició este funesto proceso? ¿Qué tie-
ne que ver la condición de mujer de la mayoría de
las víctimas? ¿Qué papel juega la intolerancia y el
racismo en estos sucesos? Según el arqueo realiza-
do, el desencadenante cuenta con ciertos antece-
dentes históricos, vinculado a razones económicas,
legales, culturales y religiosas.
Curiosamente para 1647 se promulgó en las co-
lonias de Massachussets, Rodhe Island y Connec-
ticut, una ley que condena a muerte a toda aquella
persona que tenga cualquier práctica religiosa dis-

con la tradición, claro es útil para nuestro ejercicio pues confirma el


traslado de cultura y religión que trajo consigo efectos aparentemente
“no deseados” e “inesperados” (Cfr. Pág. 157).
Castillo Ingrid
Los Juicios de Salem (1692), magia, fe y ciencia 15

tinta, más exactamente, reza una de las fuentes


electrónicas consultadas, lo siguiente; La bruje-
ría está prohibida en esta colonia, la pena por su
práctica será inexorablemente la muerte. Igual-
mente se crea la figura del cazador de bruja o
witch finder. Como podemos observar, a pesar
de lo rudimentaria de la fuente, inferimos que
los argumentos son simplistas y sustentados en
creencias religiosas mas no en razones demos-
trables, pues ¿Qué entendemos por brujería? Y
más aún ¿Existe un ente malévolo que posee a
los seres humanos para hacer el mal? Lo anterior
legitima la construcción de retóricas discursivas
dominantes soportadas por el ejercicio del poder
con o sin intención. Y este ejercicio del poder
se nutre de la fuente de la ignorancia, entendida
ésta como algo negativo y ausencia de conoci-
miento9. Es entonces una acción bastante primiti-
va, e inclusive la ignorancia obligada. Es así que
uno de los autores consultados en cuanto al tema
mágico religioso, Dunham Barrows, nos plantea
la sospecha sobre los hechos y dichos en el caso
de los Juicios de Salem y señala lo siguiente:

Pero en el seno de la historia general se


movían deseos más familiares y trivial-
mente perversos: el deseo de adquirir
la propiedad, de proteger el poder ya
poseído, de satisfacer resentimientos
y de parecer importante a pesar de la
mediocridad. Se encontrarán estas las-
9
Popper Karl. Conjeturas y refutaciones. Pág. 23 y 28.
Teoría conspiracional de las sociedades,
16 entre el mito y la ciencia:

civias en toda casa de brujas, antigua


o moderna; y ellas constituyen el de-
signio total, aunque no sea el ambiente
total de la persecución10

Pareciera que más allá de las razones o sin ra-


zones religiosas y culturales, estaban las reales y
sentidas miserias humanas (asunto emotivo) y po-
derosas razones mercantiles y legales vinculadas a
la incipiente actividad económica de la villa.
Uno de los personajes más importantes en las
colonias inglesas era el religioso o el Reverendo.
En el caso del territorio de América del Norte, los
colonos ingleses implantaron la corriente más con-
servadora y ortodoxa del protestantismo. Es así que
emerge la figura del reverendo. En el caso de los
trágicos hechos de Salem, el Reverendo Samuel
Parris11 será el protagonista de mayor relevancia
conjuntamente con las jóvenes acusadoras y la es-
clava Tituba. Ésta última, sería la representación de
lo negado por parte del puritanismo de los colonos.
Una mujer, negra, esclava, practicante de rituales
mágicos religiosos diferentes, se ganó el estigma de
ser germen del mal, a tal efecto cito

Tituba creía en la práctica del mal. Ella


creía podía leer las manos, decir for-
tunas, y sabía mucho sobre el vudú y
10
Barrows Dunham. Heroes and heretics. Pág. 94. (Versión e-book)
11
Samuel Parris, es el reverendo o ministro que posee el epicentro de
los hechos sucedidos en Salem. Este ministro llega a la Villa de Salem
procedente del Caribe, específicamente de la isla de Barbados acom-
pañado por su familia y una esclava de nombre Tituba.
Castillo Ingrid
Los Juicios de Salem (1692), magia, fe y ciencia 17

la magia negra. Tituba también conta-


ba historias, historias que asombraron
a algunas muchachas de Salem. Estas
la llevarían al caos pues serían usadas
como prueba en el Juicio de Bruja de
Salem de 1692 (…) las primeras en
contar las historias serían Abigail y Eli-
zabeth Parris, hija y sobrina respectiva-
mente del reverendo Parris12

Las acusaciones que comenzaron los juicios a


más de doscientas personas e iniciaron una etapa
de terror, fueron hechas aparentemente en princi-
pio, por un grupo de niñas y luego se desencadenó
como efecto dominó la tesis de la sospecha sobre
todos y todas. Asimismo, las pugnas entre grupos
familiares (Putnam Vs Porter13) serían detonantes
de enfrentamientos y acusaciones sin fin. El centro
de las acusaciones sería la presunta presencia del
Mal en la aldea. Algunas niñas manifestaban ver
y oír lo que nadie más veía, sin embargo se les
creía y se generaba una especie de estado de crisis
colectiva, quizás por el terror y prejuicio que in-
fundía el hecho de ser víctima de un señalamiento
de tal naturaleza.

12
Oracle sinquest. Tituba la bruja negra de Salem. [en línea]. Texto
original: Tituba was believed to practice evil. She was believed to read
tea leaves and palms, tell fortunes, and know much about voodoo
and black magic. Tituba also told stories, stories that amazed some of
the girls of Salem. These stories would lead to the chaos of the Salem
Witch Trials of 1692. At first, the stories were only told to Abigail Wil-
liams and Elizabeth Parris (the daughter and niece of the Reverend).
13
Cfr. Pág. 31 del texto de Charles Upham.
Teoría conspiracional de las sociedades,
18 entre el mito y la ciencia:

Convocaron a jueces procedentes de Boston y


expertos en la cacería de bruja, uno de ellos presi-
dirá el proceso: William Stougthon14 en compañía
de vecinos de la localidad. Su severidad e implaca-
ble “justicia” no se hicieron esperar. Los Juicios se
constituyeron en largos procesos testimoniales de
tortura, sin mayor prueba que la moral, el estatus
social o reputación de los acusados/as y de los acu-
sadores/as. Inclusive el médico de la aldea some-
terá su juicio científico como testimonio de dichos
procesos, a la fe y lo intangible. Se trató, en estos
juicios y de forma expresa, de la dicotomía entre
la veracitas dei versus la veracita naturae fue la
epistemología falsa, la idea de verdad manifiesta,
que da origen a todo tipo de fanatismo15, se creyó
lo que se quería creer y se generó la creación o
recreación de hechos convenientes.
En fin, los jueces inquisitoriales fueron implaca-
bles con las y los enjuiciados y la verdad no era
la búsqueda. Contradictoriamente se usó uno de
los instrumentos más crueles de condena y tortura
usada por la iglesia católica para perseguir a los
herejes, el Malleus Maleficarum o el Martillo para
las bujas. Los juicios de Salem culminaron con una
serie de prácticas que atentaron contra las más
elementales normas de respeto humano, con pre-
14
The public mind was highly excited; and it was determined to make
the occasion as impressive, effective, and awe-striking as possible. An-
other “field-day” was to be had. On the 9th of May, a special session of
the Magistracy was held,—William Stoughton coming from Dorches-
ter, and Samuel Sewall from Boston, to sit with Hathorne and Corwin,
and give greater solemnity and severity to the proceedings (Upham
Charles. Salem Witchcraft. 1867. Pág. 75. Versión e-book)
15
Popper, Karl. Conjeturas y refutaciones. Pág. 28 y 29
Castillo Ingrid
Los Juicios de Salem (1692), magia, fe y ciencia 19

ocupantes prácticas misóginas y se sustentaron en


hechos contrarios al derecho a la vida como la Ley
de 1647, cuya orientación eminentemente religiosa
pasaba por la prohibición de cualquier práctica que
atentara contra la moral religiosa que profesaban.
Se condenó lo diferente en nombre de una verdad
universal y se escudaron las verdaderas razones de
tales acciones, en argumentos nada complejos y en
la retórica de la ignorancia y del miedo.
Irónicamente dos siglos y medio más tarde, sería
reconocido por parte del estado de Massachusset
que los juicios fueron un “error”. Y es que hay una
línea muy delgada entre la opinión y los pareceres del
común y el discurso científico. Hay que superar las
ilusiones del saber inmediato, como diría Pierre Bour-
dieu, para intentar alcanzar comprender la represen-
tación simbólica y común de la sociedad. Se trata de
superar o ir más allá de lo aparentemente evidente.

Testabilidad o refutación
de una tesis conspiracional
Extrema se tangunt16

Según Karl Popper (1991), existe un criterio que


de manera objetiva nos facilita la posibilidad de re-
futar o no una teoría científica. Se trata de la Testa-
bilidad. Siendo que la Testabilidad equivale a la re-
futabilidad. Pero hay grados de Testabilidad: algu-
nas teorías son más testables, están más expuestas
a la refutación que otras. Corren más riesgos, por
16
Axioma latino: los extremos se tocan.
Teoría conspiracional de las sociedades,
20 entre el mito y la ciencia:

decir así17. Igualmente señala el autor, que es posible


que una teoría deje de ser refutable sí y sólo sí realiza
afirmaciones muy generales. Sin embargo, para Hugo
Pérez (2009), el asunto va mas allá de la Testabilidad
popperiana y plantea la necesaria precisión de los ar-
gumentos simplistas o complejos como medio para la
refutación de una teoría conspiracional.

En conclusión, en los Juicios de Salem de 1692,


imperó la tesis inspirada en el realismo mágico reli-
gioso, los prejuicios étnico culturales, la presencia
del mal tanto como en la presencia de Dios, igual-
mente se práctico la retórica del miedo y el con-
trol del colectivo desde el principio indiscutible de
autoridad que no necesariamente fue sinónimo de
ecuanimidad ni de veracidad. Se creyó que el Mal
era verdad manifiesta, tanto como el Bien repre-
sentado por Dios. Se confirma entonces, desde la
revisión teórica, que ambas formas planteadas por
los autores antes señalados para refutar o testar una
teoría conspiracional, son complementarias. Aún
cuando se diría que ambas son extremas y guardan
características diferentes, que no necesariamente
antagónicas, pues se trata de analizar hechos so-
ciales complejos.

17
Ibíd.: Pág. 61.
Castillo Ingrid
Los Juicios de Salem (1692), magia, fe y ciencia 21

Consecuencias no deseadas
y nuestro análisis social
El hecho de ser la aldea de Salem, parte de un
proyecto colonizador generó como consecuencia
el traslado e imposición a los pobladores origi-
narios de una cultura, así como de una religión.
Lo que propició la ruptura epistemológica en el
sentido bourdieano18, es decir, creo la fisura entre
varias culturas involucradas en los hechos, unas
dominantes y otras dominadas que finalmente se
tradujo en la imposición, no sólo de modos de
vida, sino de prácticas religiosas. Es la evolución
o involución de nociones o conceptos.
La teoría conspiracional de la ignorancia cuya
esencia es la ausencia y los prejuicios, imperó en
la aldea de Salem en 1692 y generó, como conse-
cuencias no deseadas, pérdidas humanas y prácti-
cas contrarias a la vida.
La teoría conspiracional intencionada cuya
esencia es el silencio también imperó en Salem,
debemos recordar que participaron personajes
con ciertos poderes como familias, ministros y au-
toridades de gobierno que contaban con sus pro-
pios intereses.
Es imposible considerar que no existe, en este
ejemplo en específico, una rivalidad entre la cien-
cia y la realidad humana, entre lo comprobable y
18
Pierre Bourdieu, plantea en su texto El oficio del sociólogo (2002),
la ruptura epistemológica a partir de la relación entre comprobación
construcción y ruptura en las ciencias sociales. Se trata de ir más allá
de lo aparente y de superar las barreras de la rigidez metodológica.
Teoría conspiracional de las sociedades,
22 entre el mito y la ciencia:
lo intangible, entre lo verdadero y lo falso. Se
suscita entonces aquí la discusión en torno a lo
mítico y lo científico. En este sentido citamos un
extracto del texto de Pierre Bourdieu, el Oficio
del Sociólogo

Frente a algunas investigaciones


concebidas en función de las nece-
sidades de la causa lógica o meto-
dológica, no puede sino evocarse
con Abraham Kaplan, la conducta
de un borracho que, habiendo per-
dido la llave de su casa, la busca sin
embargo con obstinación, bajo la
luz de un farol, ya que alega que allí
se ve mejor19.

En ausencia de verdades objetivas se impuso


en el caso específico revisado, la retórica jerar-
quizada del poder.

19
Pierre Bourdieu (2002). El Oficio del sociólogo. Pág. 21.
Teoría conspiracional de las sociedades,
entre el mito y la ciencia:
Los Juicios de Salem (1.692),
magia, fe y ciencia

de Castillo Ingrid
se imprimió en la Imprenta de Vargas
adscrita al Sistema Nacional de Imprentas
de la Fundación Editorial El perro y la rana
durante los días 13 y 14 de enero de 2014.

Queda hecho el depósito de fe.

500 ejemplares

Colaboradores
Concejo del Municipio Vargas
La oficina para la conservación del Patrimonio Cultural y Natural

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