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Evaluación final
Pedagogía
Ejemplos:
a) Cita en párrafo aparte:
10. Revisas una y otra vez que tu texto no presente errores ortográficos:
acentuación y puntuación. Cuidado con la coma que encabalga y con
aquella que no debe colocarse entre sujeto y verbo. Revisas que hayas
utilizado las mayúsculas pertinentes. Revisas que no haya errores
dactilográficos (los llamados “errores de dedo”).
11. Piensas que escribes para lectores más o menos inclinados a los
temas y problemas de tu área del conocimiento. No escribes para el
maestro únicamente.
12. Organizas correctamente las fuentes de información al final del
ensayo y de acuerdo con el modelo APA.
14. No olvidas escribir el Resumen (de 120 a 150 palabras) y las Palabras
clave (3 o 4).
Número de citas permitido
Las relaciones entre el diálogo y el ensayo son señaladas por el filólogo español
Rafael Lapesa:
b) Citas directas dentro de párrafo. Podrás incluir hasta tres no mayores a cuatro
renglones. Ejemplo:
La nota de una retórica del siglo XIX dice que el ensayo no tiene una clasificación
perfecta, “no cabe entre las obras imaginarias ni entre las didácticas y morales,
aunque participa de algunos de sus caracteres. En realidad, se reduce el ensayo a
una serie de divagaciones, las más veces de aspecto crítico, en las cuales el autor
expresa sus reflexiones acerca de un tema determinado, o sin tema alguno”
(Campillo y Correa, 1902: 88)
La parentela del ensayo con otras clases de textos ––la glosa, la carta, el diálogo, la
autobiografía, la prosa didáctica, el artículo de opinión, el estudio crítico, la
monografía, la crítica literaria, histórica, artística, etcétera–– ha hecho que la
definición del género sea imprecisa. Lo que deslinda al ensayo de otros géneros no
es tanto su brevedad o falta de aparato erudito, sino un rasgo propio que consiste
precisamente en lo que sugiere la palabra misma: ensayar, es decir, pesar, probar,
reconocer, examinar. ¿En qué consiste esta prueba que se hace? No se define el
ensayo por el objeto sobre el cual se escribe, sino por la actitud de quien lo escribe.
Se trata de una actitud de prueba, de examen, a veces de tentativa, de sondeo. Por
la manera de acercarse al objeto de sus reflexiones, el ensayo se aleja del discurso
oratorio, del tratado y del texto de corte académico, el cual exige rigor
metodológico y lenguaje formal; por el contrario, la informalidad, la visión
personalísima y la voluntad de crear un estilo de expresión grácil y sensible
caracterizan al auténtico ensayo (García Gual, 1994: 100).
Texto original
Por su mismo talante, el ensayo se distingue de la declamación retórica, del tratado doctrinal y de la
disertación académica o técnica. También por su tono, más informal y subjetivo. La perspectiva de
un yo, declarado con una simpática franqueza, distancia al ensayo de otras formas de prosa
didáctica, y va acompañada por una búsqueda de estilo personal.
García Gual, C. (1994). “Algunas consideraciones sobre los orígenes helénicos o helenísticos del
ensayo como forma literaria”, en Compás de letras. Monografías de literatura española 5.
Universidad Complutense de Madrid.
Espaciado, interlineado y sangría