Documenti di Didattica
Documenti di Professioni
Documenti di Cultura
PROFESOR
RODOLFO ANDRÉS CORREA VARGAS
1
SMITH, Adam. La riqueza de las naciones. Citado por: Gutierrez, Germán. Ética y economía en
Adam Smith y Friedrich Hayek. San José : Editorial Departamento Ecuménico de Investigaciones
(DEI). 1998. p. 93.
Las ocupaciones que el hombre ejecuta dentro de la división social del trabajo se
configuran a partir del uso deliberado de dos elementos: su capital, en primer
lugar; y su fuerza de trabajo, por otra parte. Ambos tienen, dentro de las relaciones
económicas, igual relevancia. Smith esgrime que el Estado no puede entrometerse
bajo ninguna justificación en el ámbito decisorio del sujeto por dos motivos: es
imposible desde todo punto de vista que el cuerpo político ni mucho menos una
persona natural pueda introducirse en el fuero interno de un sujeto para alterar sus
intereses o para interferir en su comportamiento; en segundo lugar, y tal vez el
argumento más importante, porque con ello el Estado estaría en una
extralimitación de sus funciones, pues siendo una institución política con vocación
policiva y mínima, garantiza únicamente la vida de los asociados, el derecho a la
propiedad privada y la facultad de cada individuo de celebrar contratos. En
consecuencia, todo intento por parte del Estado de inmiscuirse en los asuntos de
los particulares sería contraproducente, puesto que irrumpir arbitrariamente en los
deseos de las personas llevaría a un trastorno del funcionamiento de la división
social del trabajo, lo que equivaldría a atar la “mano invisible” que lleva el control
del mercado, generando con ello, según arguye Smith, el empobrecimiento de los
individuos y de las naciones, producto de la torpe intervención del cuerpo político,
cuando ha sido la no intromisión de éste el hecho que ha posibilitado el superávit
en los países. Germán Gutiérrez así lo expresa:
“Si la división social del trabajo, aquella prodigiosa construcción no intencional humana, ha
permitido multiplicar la capacidad del trabajo y a las naciones civilizadas un nivel de vida
mucho mayor al de las épocas anteriores, ello es una de las pruebas de que la economía
dejada a sus propias leyes, lo que Smith llama un estado de ‘libertad natural’, es más
efectivo que cualquier intento bien intencionado de dirigirla.”2
3
PECES-BARBA, Gregorio. Curso de derechos fundamentales. Teoría general. Madrid : Imprenta
Nacional del Boletín oficial del Estado. Primera reimpresión. 1999. p. 39.
4
Ibídem. p. 59.
BIBLIOGRAFÍA