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RESUMEN: Este ensayo tiene el propósito de explicar las causas del surgimiento del

existencialismo, además de las postulaciones hechas dentro de este para la recuperación

del rol del ser en el mundo, todo esto basado en los estudios de diferentes autores como

Karl Jaspers, Martin Heidegger, Soren Kierkegaard, Martin Buber y Jean Paul Sartre.

El existencialismo no se trata solo de un movimiento filosófico, sino que representa una

profunda reacción contra el proceso de disolución del ser humano […] se valora como un

enorme esfuerzo del hombre contemporáneo por recuperar el valor de la persona frente a

los procesos de despersonalización. (Gonzalez, 2005, pág. 101)

Durante el siglo XIX y luego de la revolución industrial, los diferentes inventos y las

maquinas se apoderaron de una sociedad donde el ser humano vivía y trabajaba para su sustento,

la mano de obra era muy importante ya que los individuos eran los fabricantes y

comercializadores directos de productos y artículos que suplían las diferentes necesidades de la

época. Es importante aclarar que la revolución industrial aportó una parte importante y

fundamental para el desarrollo de la idea de progreso, pero no dejo de ser un detonante para la

sustitución del trabajo humano por el de las maquinas. Es aquí donde reiteramos que la

concepción del ser humano se ha desfigurado y como lo afirma López (2005) “el existencialismo

se levanta como una protesta frente a la ruina del hombre” (pág. 102).

Es a partir de estas premisas que diferentes autores desde la perspectiva existencial se han

interesado en estudiar la concepción de los seres humanos y “reflexionar desde la perspectiva del

autor que es su objeto y no desde la posición del espectador […] asi recuperan la individualidad

y la singularidad del hombre”. (Gonzalez, 2005, pág. 102)


Martin Heidegger resalto la importancia de la ontología del ser al que llamo DASEIN. <<Ser

ahí>>.

La existencia humana está sujeta a situaciones, arrojada en el mundo de la vida, inmersa

en la mundanidad del mundo, viviendo un aquí y un ahora, que le permita alcanzar su

plena realización histórica, en la lucha por realizarse. Y esto porque para Heidegger lo

verdaderamente importante es comprender cómo, de qué modo, de qué manera, con qué

modalidad, realiza el hombre sus vivencias y no tanto referirse a su contenido objetivo, al

qué de sus vivencias. (Villa, 2017, pág. 124)

El hombre no puede ser entendido como un objeto o una cosa arrojado en el mundo, sino

como un ser, que cumple una función dentro del mismo y que se construye con los otros, con las

cosas del mundo y sobre todo con el ser mismo.

Partiendo, tal como lo hizo Kierkegaard, de encontrarse primeramente a sí mismo. Cada

quien debe tomar conciencia de su yo personal. Luego desde esta perspectiva debe verse

cuál es el papel de cada quien en la sociedad a la que pertenece. (Alarbid, 2008, pág. 120)

Es aquí donde mencionamos una de las dimensiones trabajadas por estos autores y que es

importante para la construcción del ser, considerando que este es por naturaleza un ser social y

que su esencia se ira construyendo individualmente pero también a medida que se relaciona con

el otro. Dentro de esta dimensión se encuentra un filósofo y escritor llamado Martin Buber citado

por González (2005) afirma que “el individuo es un hecho de la existencia en la medida en que
se edifica con vivas unidades de relación” además de la importancia que tenía para él “la

presencia sustancial del otro como única posibilidad de acceso al ser”.

Su objeto central, no lo constituye ni el individuo ni la colectividad, sino el ‘hombre con

el hombre’. Únicamente en la relación viva podremos reconocer inmediatamente la

esencia peculiar del hombre […]. La ciencia filosófica del hombre, que abarca la

antropología y la sociología, tiene que partir de la consideración de este objeto: el hombre

con el hombre (Bolaños, 2010, pág. 14).

Es en esta dimensión social del ser humano donde aparece uno de los elementos vitales

para que esa relación hombre con el hombre se presente a la que Martin Buber llamo principio

dialógico y que más adelante Karl Jaspers un psiquiatra y filósofo le complementa afirmando que

“la existencia se da únicamente como comunicación que permite el darse cuenta de que se es, yo

soy únicamente en comunicación”. (Gonzalez, 2005, pág. 116)

Dentro de esta concepción social se encuentra también la historicidad y los elementos culturales

del lugar donde este desarrolle su existencia; “Todos nos movemos, entonces, en determinados

ambientes y estamos sujetos a sus particularidades, a sus exigencias. Somos seres situados

existencialmente.” (Gonzalez, 2005, pág. 121)

Así mismo los autores, en el transcurso del existencialismo resaltaron la importancia de

la libertad como un ideal para la construcción de la existencia del ser.

Dentro del estudio de esta premisa un filosofo y escritor francés, Jean-Paul Sartre citado por

Gonzalez, (2005) afirmo que “el ser humano es lo que hace, el ser humano es el conjunto de sus

actos […] cada ser humano es lo que quiere ser. El hombre es libre de elegir, pero debe aceptar

la responsabilidad de sus actos”.


Ser libre significa poder tomar decisiones a pesar de los condicionamientos familiares,

educacionales, económicos, religiosos, culturales, políticos o de cualquier tipo; al no ser

determinantes estos condicionamientos, las decisiones conllevan una completa y absoluta

responsabilidad que recae en el ser humano y en nadie más que en él (Peña, 2015, pág.

22)

Esto, de igual forma no quiere decir que el ser posea una libertad total; el existencialismo

entiende la libertad como una constante decisión donde las opciones son limitadas y

proporcionadas por el presente donde el ser fue arrojado para descubrir su esencia a partir de sus

actos, decisiones y vínculo con los individuos.

Finalmente el existencialismo como corriente filosófica aparece con el fin de rescatar el

papel del ser en el mundo, que en algún momento se tenía en el olvido, haciendo tangible los

factores que le ayudan a descubrir su esencia y su sentido de vivir, permanecer y trascender con

el fin de construir su propia existencia.


Bibliografía

Alarbid, S. (2008). El hombre de hoy desde el concepto de Soren Kierkegaard. Revista de Artes y
Humanidades UNICA, 9(22), 117-131. Obtenido de
https://www.redalyc.org/articulo.oa?id=170118859007

Bolaños, R. F. (2010). Elementos de alteridad y convivencia social a partir de la filosofia dialogica de


Martin Buber. Obtenido de https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5973024.pdf

Gonzalez, L. (2005). La cara humana de la psicologia. Manizales, Caldas: Universidad de Manizales.

Peña, C. P. (Diciembre de 2015). Libertad en el existencialismo, en la psicologia humanista y en la


psicologia transpersonal: analisis de similitudes y diferencias . Obtenido de
http://repositorio.uchile.cl/bitstream/handle/2250/143800/Memoria%20final.pdf?sequence=1

Villa, A. E. (2017). Heidegger y su concepto de mundo.

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