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La cárcel de Tocorón, ubicada en el estado Aragua, conocida por ser el hogar de “El Niño
Guerrero” y ahora por ser más que una cárcel, una pequeña ciudad en la que los privados de
libertad no son controlados por el Estado, sino por los llamados “líderes negativos” que tienen
más poder de fuego inclusive que los guardias.
Jesús Medina / Dólar Today
Esta investigación conllevó a la detención de un corresponsal italiano, Roberto Di Matteo, otro
de origen Suizo, Filippo Rossi y del reportero grafico venezolano, Jesús Medina Ezaine; en
dicha cárcel por orden del director del penal, Rigoberto Fernández, quien tras permitirles
pasar, los detuvo y acusó de “intentar ingresar equipos audiovisuales para desprestigiarnos en
el mundo“.
Pese a que los corresponsales le habían advertido antes de ingresar que llevaban consigo
equipos audiovisuales y este les diera permiso de entrada, Fernández los detuvo para que
posteriormente el Director Nacional de Prisiones llagara con cámaras de video para grabarlos
y fotografiarlos. Sin embargo un fiscal del Ministerio Público advirtió a ambos funcionarios que
la detención era ilegal, “el día de mañana estarán en libertad, porque no han cometido ningún
delito, así que esta detención no procede“.
Posteriormente fueron entregados al destacamento de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB)
dentro de Tocorón, cuyos efectivos no estaban de acuerdo con la detención, y en ese lugar el
director de la cárcel les ofreció dejarlos en libertad a cambio de 50.000 euros, hecho que
rechazaron inmediatamente los corresponsales.
Jesús Medina Ezaine