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HALLOWEEN

¿Bueno o malo?, depende de los ojos con que lo mires…

Al acercarse la fecha del 31 de octubre, cada año, la gente se dispone


de manera especial a la celebración del Halloween, una festividad
considerada por muchos como “noche de brujas”, de pactos
demoniacos y demás asuntos referidos a “Satanás”, símbolo religioso
del mal.

Sin embargo, tal festividad, lejos de ser la cosa horrenda que se le


atribuye, es más bien una celebración con características particulares
de culturas pasadas que se fueron adaptando al paso del tiempo. Los
inicios del Halloween, provienen de costumbres célticas, especialmente
de la celebración conocida como el “Samhain” (Samhain, deriva del
irlandés antiguo y significa “fin del verano”), una de las más
importantes celebraciones de la época pagana de su cultura, que hacía
alusión a la finalización de la temporada de las cosechas y el comienzo
del año nuevo Celta; según su creencia, se pensaba que para éste
cambio de año, se producía un acercamiento entre nuestro mundo y el
del mas allá, donde había la posibilidad de que espíritus (tanto
benévolos como malévolos) pasaran de uno a otro mundo, naturalmente
los ancestros familiares serían bien recibidos, mientras que los espíritus
dañinos pretendían ser alejados, razón por la cual se usaban mascaras
y trajes para simular la apariencia de espíritus malignos y así evitar ser
dañados; éstas, entre otras actividades y rituales eran parte de su
tradicional forma de asumir la despedida y llegada de cada año.
Posteriormente cuando Roma hace su invasión en tierras célticas; entre
otras, dicha festividad, fue asumida mezclándose con una celebración
romana, igualmente pagana, conocida como “la fiesta de la cosecha”,
en honor a Pomona (diosa de los árboles frutales). Sin embargo para la
época en la que la era cristiana tiene su auge, las festividades paganas
de los pueblos romanos e invadidos por los romanos, debieron ser
desaparecidas o suplantadas, al imponer la cristiandad como religión
monoteísta, frente a las iniciales costumbres paganas, por lo general de
una condición religiosa politeísta, sépase entonces, que al decir
pagano no se refería a algo malo o de connotación malévola o no
divina, si no que fue un término introducido por el imperio romano para
designar a quienes adoraban a otros dioses, rechazando la creencia
que ellos comenzaban a imponer de un solo Dios. Es así como, entre
muchas otras festividades paganas, la de “Samhain” <Célta>,
fusionada con la “fiesta de la cosecha” <Romana> (ambas costumbres
paganas), se intentó suplantar por una festividad cristiana conocida
como “día de todos los santos” siendo trasladada del 13 de Mayo al
1° de Noviembre, sin embargo nunca logró realmente su cometido,
cada una ocupó su respectivo lugar y mientras el 1° de noviembre se
sigue celebrando para las comunidades de creencia cristiana “el día de
todos los santos y difuntos”, la noche anterior, del 31 de Octubre, se
celebra el Halloween, nombre que nace precisamente como una
derivación de la expresión inglesa: “All Hallow’s Eve” que traduce
“Víspera de todos los santos”.

Para el siglo XVII, tras las inmigraciones irlandesas a Estados Unidos se


transmitieron versiones de sus tradiciones, difundiendo las costumbres y
ritos que les caracterizaba, como ha ocurrido con cualquier pueblo que
emigra de sus tierras llevándose consigo su cultura, hasta arraigarse a
la cultura estadounidense con el paso del tiempo, llegando incluso a
coger fuerza en las décadas de los 70 y 80’s gracias al cine y series de
televisión; siendo en nuestros días, una de las celebraciones mas
tenidas en cuenta en Estados Unidos y Canadá; en cuanto a los países
latinoamericanos, que mucho lo copian, también se reconoce la
festividad de Halloween, adoptando las características básicas e
imponiendo también sus propias tradiciones, coincidiendo con el
significado de cercanía del mundo de los vivos y el reino de los
muertos.

Hoy en día, la gente, cada quien, dependiendo de sus creencias, de


sus miedos internos, emociones, carencias, pensamientos e
implicaciones para su propia vida, aplica a fechas como esta, un
significado particular, relativizando los riquísimos factores culturales que
hacen parte de su historia, trasfigurando la verdadera identidad de las
costumbres tradicionales de los antepasados por costumbrismos de
índole satánica, provistos de una mentalidad fanática religiosa que
endemoniza las cosas que a su parecer atentan directamente contra la
idea que profesan.

“No hay verdad absoluta” la verdad es relativa según la versión que


cada uno obtiene a través de la experimentación de sus sentidos y la
adaptación mental que se adjudica a las impresiones que nos da la
vida, si pensamos positivo, vivimos positivo, todo lo contrario será
negativo; el cómo se asuma la festividad de Halloween, para nuestra
cultura y nuestra vida, depende de la forma de ver las cosas y de la
oportunidad que nos damos a nosotros mismos, de vivir como queremos
vivir.

Ps. Juan Pablo Díaz.

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