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Creciendo a la imagen de Cristo

Crecimiento: Desarrollo espiritual individual y corporativo hasta


alcanzar madurez y semejanza de Cristo nuestro Señor.

Juan 15:1 “Yo soy la vid verdadera, y mi Padre es el labrador”

Hace algún tiempo estudiando el recorrido que hace el alimento me


sorprendía realmente como a partir del ingreso a la boca realiza un
maravilloso recorrido por nuestro cuerpo hasta que sus partículas más
pequeñas son capaces de pasar desde nuestro intestino a todo el
torrente sanguíneo y finalmente llegar a todas nuestras células para
darnos la energía , vitaminas, y sales minerales que necesitamos para
todas nuestras funciones. En los niños particularmente los alimentos
que se consumen determinan e influyen potentemente en el
crecimiento no solo en términos de estatura sino además en términos
de desarrollo cerebral, de la vista y de todo el cuerpo. Porque cuando
hablas del cuerpo humano no esperas que te crezca solo la cabeza,
solo las manos o solo las piernas. El crecimiento y desarrollo llega a
todo el cuerpo y cuando no es así hablamos de algo que no está
funcionando bien. El tema es el siguiente Dios ha decretado en el
planeta que los seres vivos crezcan y se desarrollen y cuando no lo
hacen algo no esta bien, algo falta, en el cuerpo la alimentación, en las
plantas puede que sea el agua

Jesús realizó esta maravillosa declaración referente al Padre, a su


Padre.

El labrador, el agricultor que trabaja de tal forma la tierra que hace que
la planta, el arbol pueda tener tales condiciones que puede dar
abundante fruto, un fruto agradable, un fruto duradero, un fruto que
permanezca, un fruto que alimente a otros, un fruto que se multiple por
sus semillas. Cuando La Biblia habla de fruto en el creyente hace
referencia a varias cosas; un carácter transformado a la imagen de
Cristo (paz, amor, mansedumbre, templanza, gozo) , una vida santa,
una vida de servicio, una vida de adoración, una vida de madurez
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espiritual, una vida de fé, una vida de amor a Dios, una vida constante,
una vida de entrega.

Ahora, Esta labor es exclusivante del Padre, el crecimiento, el trabajo


y la obra para que podamos llevar fruto, El Señor es el labrador, no es
el esfuerzo humano la causa principal del fruto, es la obra del Padre
en su iglesia, no cremos que el Señor es un Dios que se cansa o para
de trabajar en su iglesia. El Padre trabaja, Cristo trabaja, el Espiritu
Santo trabaja, el único Dios verdadero trabaja en su iglesia, día y
noche para hacer de nuestras vidas, de la vida de la iglesia una vida
llena de frutos, porque esto trae gloria a su nombre en el mundo.

Cuando venimos a Cristo venimos con un carácter distorcionado, una


fe raquítica, una concienci a manchada, Entonces Dios comienza a
perfeccionar nuestra vida, de tal forma de hacer de nosotros personas
cuyos frutos se multiplique al treinta, sesenta y ciento por uno.

Dios no quiere que durante veinte años asistamos a la iglesia, con el


mismo carácter, con los mismo vicios, con el mismo odio, con los
mismo temores, con la misma inconstancia. Dios quiere hacernos
crecer. La pregunta más importante en este punto es ¿Cómo lo hace
Dios? ¿Cómo lo hace el Padre para que nuestra vida sea fructífera?

1) La disciplina. ¿Ha disciplinado a su hijo?

¿Qué es la disciplina? Es todo el accionar de Dios en la vida de sus


hijos con el fin de perfeccionarlos y llevarlos a ser como Cristo.
Hebreos 12.

5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige,


diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
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Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo. m
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Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo
es aquel a quien el padre no disciplina?
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Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido
participantes, entonces sois bastardos, y no hijos.
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Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos
disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho
mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?
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Y aquéllos, ciertamente por pocos días nos disciplinaban como a
ellos les parecía, pero éste para lo que nos es provechoso, para que
participemos de su santidad.
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Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de
gozo, sino de tristeza; pero después da fruto apacible de justicia a los
que en ella han sido ejercitados.

El Padre disciplina, nuestro Padre nos corrige, nos instruye, y no como


muchas veces lo hacemos nosotros con nuestros hijos, sino de acorde
a su perfección, para nuestro provecho, para que llevemos mucho
fruto.
¿Quiénes participan de esta disciplina? La respuesta esta en el
versículo 8 “ todos hemos sido participes”. ¿ disciplina Dios solo
algunos? ¿Solo a los que han caído en pecados graves? La respuesta
es NO. Dios disciplina, educa, instruye a todos sus hijos. Es muy
preocupante que no veamos la disciplina en nuestras vidas.
Somos imperfectos, inclinados al mal, necesitamos de la disciplina de
Dios para vivir una vida más recta.
Puede que esta disciplina llegue en medio de un pecado que no has
querido abandonar y estés viviendo las consecuencias, estés
experimentando temores nocturnos, falta de gozo,
Puede ser que esta disciplina llegue en un momento de quietud y
calma, a través de una situación complicada, donde te das cuenta que
no tenias la fe que decias tener.
Puede ser que esta disciplina te despoje de un bien material, ´para
que entendamos que solo Cristo es nuestro gozo.}
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Puede ser que esta disciplina se manifieste en no tener trabajo, en


una puerta que se ha cerrado y que no hay forma.
Puede ser que estes sufriendo las consecuencias de un carácter
explosivo, y estas avergonzado por lo que dijiste o por lo que hiciste.
Puede ser que estes experimentando las consecuencias de haber
tomado una decisión equivocada y apresurada sin consultar a Dios.
De alguna forma Dios a sus hijos los depura, trata con sus
imperfecciones y cuando estamos a punto de creernos perfecto,
Dios nos expone a situaciones donde vemos nuestra necesidad
de Dios y de su obra y gracia en nosotros.
No importa lo que estes viviendo si eso te ha llevado a correr a los
pies de Dios para ser socorrido, es que la disciplina esta teniendo sus
efectos la buena noticia es que nuestra Padre es infinitamente
misericordioso y si aflige también se compadece de nosotros segun la
multitud de sus misericordias. Nuestro Padre no es indiferente a
nuestro dolor, a nuestra aflicción, pero sabe que sin ella no podremos
ser transformados a su imagen y participar de su santidad. La prueba
es el medio a través del cual nos volvemos más pacientes, más
humildes y más concientes de nuestra necesidad y dependencia de
Dios. Hermano el no quiere destruirte con su disciplina, el no quiere
aniquilarte, espera un poco más, humillado ante El y su salvación
nacera como el sol en el horizonte de la mañana.

2) El crecimiento dentro del cuerpo. Dios ha ordenado que el


crecimiento se produzca en la comunión del cuerpo
Colosenses 2: 18-19)
18
Nadie os prive de vuestro premio, afectando humildad y culto a
los ángeles, entremetiéndose en lo que no ha visto, vanamente
hinchado por su propia mente carnal,
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y no asiéndose de la Cabeza, en virtud de quien todo el cuerpo,
nutriéndose y uniéndose por las coyunturas y ligamentos, crece
con el crecimiento que da Dios.
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Efesios 4:18-19
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para que ya no seamos niños fluctuantes, llevados por doquiera
de todo viento de doctrina, por estratagema de hombres que para
engañar emplean con astucia las artimañas del error,
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sino que siguiendo la verdad en amor, crezcamos en todo en
aquel que es la cabeza, esto es, Cristo,
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de quien todo el cuerpo, bien concertado y unido entre sí por
todas las coyunturas que se ayudan mutuamente, según la
actividad propia de cada miembro, recibe su crecimiento para ir
edificándose en amor.

1.- Ambos pasajes nos hablan del crecimiento del cuerpo de


Cristo. Atención hable de cuerpo. El Señor obra en una dimensión
personal, pero también obra en una esfera corporativa. No es que el
Señor diga bueno este año obraré en mi hijo Miguel y este otro año
haré crecer a mi hijo Ignacio. Cada trato personal está vinculado a lo
que Dios está haciendo en el cuerpo, en su cuerpo. Estos pasajes se
refieren a un crecimiento del cuerpo, todos juntos. Esta no es una
carrera personal, no es una carrera contra el hermano como se da en
medio de gente que no conoce a Cristo, cuando uno se alegra todos
nos alegramos, cuando alguien se entristece todos nos entristecemos,
cuando alguien tiene necesidad, todos debemos ser parte de cubrir
esa necesidad, ese es el sentido de familia. La envidia y el orgullo no
tiene ningún espacio para el cuerpo, la mano no compite contra el pie,
o el ojo contra la nariz. El Señor a cada uno le otorga un don y un
lugar en el cuerpo que no puede ser reemplazado.
2.- Este crecimiento se ve estancado cuando como cuerpo no
estamos sujetos a la autoridad de Cristo, sino que seguimos otras
filosofías, otras falsas enseñanzas, estratagemas, doctrinas
engañosas. Ambos pasajes anteriormente a la idea del crecimiento
nos hablan del error. En efesios nos señala que no seamos niños
fluctuantes llevados de aquí para allá por otras enseñanzas falsas y
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Colosenses nos invita a que no nos dejemos influenciar por aquellos


que tienen una enseñanza basada en la mentira, en visiones, en
practicas religiosas de abnegación, en cosas que no han visto. No
puede haber crecimiento, si hay error, si hay engaño, si hay doctrina y
orden humano
esto está directamente relacionado con el concepto de Cristo como
cabeza, en este caso autoridad. Que Cristo sea la cabeza de la iglesia
significa que solo el tienen autoridad para nutrir y dar ordenes a su
cuerpo que como nosotros. El Pastor, los diaconos, los lideres, el
predicador no son la cabeza de la iglesia. No tienen autoridad ni la
capacidad para otorgar un don, ni para ordenar el cuerpo o para
nutrirlo. eso le pertenece a Cristo. “el mismo constituyo”. De efesios
11, es el reflejo del accionar de Cristo como cabeza de su cuerpo.
Nosotros somos solo administradores y colaboradores en el edificio de
Dios. Hermanos es un problema grave, fatal, el hecho de que la iglesia
no se nutra de Cristo, no le honre como la cabeza. Cuando la
autoridad que le pertenece a Cristo la toman los hombres comienza
sentirse la muerte espiritual. Mucha gente está empoderada en sus
pequeños reinos, haciendo lo qiue bien les parece dentro de las
congregaciones, y no obedeciendo a la cabeza. Colosenses 2:19 dice
“no haciéndose de la cabeza” osea no afirmándose, aferrándose,
sosteniéndose de Cristo, de sus enseñanzas. Lo mismo dice Efesios
“Cristo cabeza, De quien todo el cuerpo…..recibe . Cristo es la
autoridad, es la cabeza del cuerpo. ¿Qué te nutre mi hermano? ¿Será
Cristo? ¿De que estas tomado? ¿te nutre, te sostiene Cristo? ¿o te
sostiene una tradición, una religión, un instrumento musical? Si no te
nutre Cristo, si no esta tomado de Cristo cualquier ola, doctrina, placer
te llevara lejos del cuerpo, lejos de Cristo. Cuando la iglesia esta
tomada de Cristo, Cristo es su autoridad única, nutriéndose de ella,
entonces hay crecimiento espiritual.
Unidos y ligados. Colosenses “ uniéndose por las coyunturas
y ligamentos” y Efesios “coyunturas que se ayudan
mutuamente, según la actividad propia de cada miembro,
recibe su crecimiento para ir edificándose en amor.
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Este pasaje nos plantea que el crecimiento es consecuencia de estar


unidos, con un encaje perfecto de ligamentos y coyunturas que se
ayudan mutuamente.

Las coyunturas y ligamentos son esas partes del cuerpo que encajan
de forma perfecta con otras partes del cuerpo, que lo unen, lo
conectan, le dan armonía, para que mi mano izquierda no se vaya
para el Norte y mi mano derecha se vaya al sur. Estan coyunturas y
kliogamentos se ayudan mutuamente para estar unidas y tener
actividad y recibir crecimiento juntas. Porque al darle unidad al cuerpo,
todo el cuerpo puede recibir los nutrientes.
Esta maravillosa analogía de la unidad del cuerpo nos enseña algunos
principios fundamentales en la iglesia que es el cuerpo de Cristo.
1.- El crecimiento que Dios quiere es del cuerpo “De quien todo el
cuerpo, bien concertado y unido recibe su crecimiento. Mi hermano
esta no es una competencia contra tu hermano, no estamos en
tinieblas como para que queramos perjudicar a nuestros hermanos o
competir con ellos. Porque el Señor le ha dado tal unidad al cuerpo
que si tu hermano no crece, no creas que podras crecer y ser el super
hombre o mujer de la iglesia.
2.- Las coyunturas se ayudan mutuamente, según la actividad de cada
miembro, esto nos habla de de la ayuda, edificación muta que recibe
cada hermano por la actividad propia de cada miembro, osea el don, la
gracia que Dios derrama en cada hermano al impartirla al hermano se
va produciendo un crecimiento hermoso. El Señor ordena de tal forma
su cuerpo, que no sobrea nada hermano, el Señor no engendra
cuerpos con malformaciones, el Señor ordena su cuerpo, no temas por
las habilidades de tu hermano, no creas que es una competencia,
asegúrate de que el don, la gracia que Dios te ha dado sea usada de
tal forma que el cuerpo pueda recibir su crecimiento. Tengamos una
mentalidad de cuerpo, desechemos la envidia, la contención, la
competencia, somos un cuerpo…yo puedo tener un don maravilloso,
pero soy una pequeña parte del cuerpo, lo que a mi me falta mi
hermano lo posee, pero todos somos un cuerpo..
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Vivimos en un mundo individualista, donde cada ser humano


compite con el otro, cada persona corre su propia carrera, a
nadie le importa mucho lo que pase con el otro. Todos intentan
vivir para si mismos, crecer para si mismos.
En la iglesia no debe ser asi. Nos necesitamos para crecer. Yo
quiero que usted crezca hermano, porque si usted crece yo y mis
hijos van a crecer, si las tias de la escuela dominical crecen en
sabiduría, mis hijos van a ser edificados. Si mis hermanos que
predican crecen en la gracia de Dios, cuando yo este débil y
hambriento Dios los usara a ellos, cuando este necesitado, mis
hermanos con su don de servicio me ayudaran. Somos un cuerpo
y debemos ser humildes para reconocer nuestra necesidad del
hermano. El orgullo no me deja recibir la ayuda del otro.
Un día le dije a un hermano, hermano yo quiero regalarte esto y
me dijo no no no…no se trata de mendigar…hermanos el Señor
nos va exponer a tales momentos en que necesitemos de
nuestros hermanos, no somos un conjunto de soldados peleando
cada uno en ejércitos diferentes, tenemos un Señor en común, y
un enemigo en común. Ama a tu hermano, valóralo, reconoce, la
gracia, reconozcámonos unos a otros, y el Señor ira haciéndonos
crecer a su imagen. La idea es llegar a ser como cristo.

1) Creciendo contemplando a Cristo.


2 de Corintios 3:18Pero nosotros todos, con el rostro descubierto,
contemplando como en un espejo la gloria del Señor, estamos siendo
transformados en la misma imagen de gloria en gloria, como por el
Señor, el Espíritu.

Este pasaje nos revela que al contemplar la gloria de Cristo vamos


siendo transformados en la misma imagen de gloria en gloria, de un
nivel de semejanza de Cristo a otro nivel de semejanza de Cristo.
Cada vez que conocemos más a Cristo nos parecemos más a él.
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La naturaleza del hombre le lleva a ser como aquel a quien


admira. Esto requiere una búsqueda constante del Señor, a
través de la oración y la lectura, no con el fin de sentirme un
teólogo, sino con el fin de conocerle, porque a medida que le
conozco soy transformado. Una perspectiva pobre de Cristo se
reflejara en una vida practica podre y con una lentitud enorme en
el proceso de transformación, pero una perspectiva rica de la
gloria de Cristo, de sus perfecciones morales, de su carácter, de
su gracia, de su justicia, de su compasión de su poder, la sola
contemplación maravillándonos de eso nos irfa transformando.

Dios es el labrador. El está trabajando, el está obrando hermano


hermana, en nuestra vida. No seamos rebeldes, abandonemos
toda posición que le pertenece a Dios para que el sea quien
trabaje en su iglesia.

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