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HUACA DE LA LUNA

El mundo de los moches estaba regido por un calendario ceremonial que


emulaba el ciclo de la naturaleza, las estaciones, el movimiento de los
astros y los principales fenómenos naturales, como el inicio de la época de
lluvias, los solsticios, equinoccios y eclipses de sol y luna. En la Huaca de La
Luna los sacerdotes y gobernantes Moches celebraron las principales fechas
de este calendario ceremonial, adornando esta pirámide con bellos frisos y
altorrelieves multicolores.

La pirámide

Descripción:

La Huaca de la Luna, junto a la Huaca del Sol y la Zona Urbana Monumental


forman el conjunto Huacas de Moche, el principal centro urbano y capital de
la antigua nación Mochica que se desarrolló en el valle de Moche entre el
año 50 d.C. y el 650 d.C.

La Huaca de La Luna es una pirámide escalonada que tiene un patio


delantero cercado por un grueso muro, un sector anexo y múltiples
construcciones en su sima a la que se accedía por una larga rampa.

Reconstrucción tridimencional computarizada de Huaca de La Luna y las


partes que la forman.
Los arqueólogos que han estudiado por largos años este sitio arqueológico
han determinado que los mochicas tenían un modelo establecido para el
diseño de las pirámides ceremoniales, el que consiste en una pirámide (la
Plataforma I) con un amplio espacio delantero cercado por un muro (Plaza
1). Al lado derecho una larga plataforma (Anexo). Para llegar a la cima de la
pirámide una larga rampa (Rampa Principal). En la cúspide, una plataforma
(Nivel Alto) que cobija al altar, el lugar más sagrado de todo el conjunto, y
un patio (Nivel Bajo). Este mismo modelo es posible verlo en otro
importante sitio de la cultura Moche, como es el Complejo Arqueológico El
Brujo (valle de Chicama, al norte de Huaca de La Luna)(Uceda y Tufinio
2003).

La complejidad en la construcción, observable en este monumento, se debe


a la variedad de ceremonias celebradas en este edificio lo que explica la
presencia de muchos otros ambientes, como la Terraza 1 y 2, los patios 2 y
3, la Plataforma 2, la Plataforma 3, entre otros que complementan el
modelo básico de Pirámide + Plaza + Anexo.

Huaca de La Luna y el camino ceremonial

Después de muchos años de investigación los arqueólogos Santiago Uceda y


Ricardo Morales del proyecto arqueológico Huaca de La Luna han llegado a
conocer que esta pirámide no estuvo dedicada a este astro, sino al dios de
las montañas: Aiapaec. Los antiguos peruanos relacionaban a objetos de la
naturaleza (como cerros, piedras o ríos) como poseedores de voluntad
divina. Los cerros eran los proveedores del agua, muy necesaria para la
agricultura. El Cerro Blanco, sobre cuya falda esta Huaca de La Luna, era la
montaña sagrada de los moches.

La Huaca del dios de la Montaña (Huaca de La Luna) tiene plazas, patios,


rampas y pirámides, todas muy necesarias para las ceremonias en honor a
esta divinidad. Muchos de los ambientes de esta huaca estaban decorados
con hermosos frisos de muchos colores. Las imágenes en los muros tenían
relación con los ritos y ceremonias practicados en dichos lugares.
Dibujo de un combate entre guerreros moches. Iconografía dibujada sobre
cerámica de esta cultura.

El agua es escasa en la desértica costa peruana. Sin embargo los estrechos


río, que descienden raudos desde las alturas de los andes, irrigan fértiles
valles en avenidas estacionales. Pero este equilibrio es precario en los
andes, pues los años de abundante agua son sucedidos por otros de
escasez total. Es por eso que para los moches era muy importante predecir
el comportamiento del agua, sujeto a la "voluntad" del dios de la montaña.
Por eso los moches consultaban oráculos, hacían adivinaciones y
ofrendaban sacrificios para de ese modo mantener el orden y la venida del
agua.

Lo primero era hacer una ceremonia adivinatoria en donde los chamanes


(brujos) consultaban, usando coca u otro alucinógeno, cual será la voluntad
del dios y que tipo de ofrendas exigirá. El dios de la Montaña pedía
sacrificios humanos. En las pampas desérticas próximas a Moche se
realizaba una batalla, los prisioneros serán sacrificados. Los que caían
capturados eran despojados por sus captores de todas sus armas y ropa.
Luego eran llevados desnudos y amarrados a la gran plaza delantera (Plaza
1) donde eran presentados ante los sacerdotes y el soberano. Un friso sobre
la fachada de la pirámide representa este momento.
Subían a la cima de la pirámide por una larga rampa. Luego eran llevados a
una pequeña habitación en el patio trasero, en la cima de la pirámide, allí
eran adoctrinados por mujeres como una preparación para el sacrificio.
Luego de varios días eran sacados al patio en donde serán degollados. Este
patio está decorado con frisos donde destaca, al centro el rostro del dios de
las montañas. En el nivel más alto de la fachada de la pirámide está
también la imagen, en cuerpo entero, del dios de la montaña: aiapaec,
también conocido como "el degollador" pues es frecuentemente
representado con un tumi (cuchillo) en una mano y una cabeza cercenada
en la otra (Uceda y Tufinio 2003).

La sangre vertida por el sacrificado era depositada en una copa, y


presentada al gobernante moche que esperaba de pie sobre un altar. El
Curaca (gobernante) moche ofrendaba esta sangre al dios de la montaña
(Uceda y Tufinio 2003).
Friso en el patio del Nivel Bajo de la Plataforma 1 en Huaca de La Luna,
representa al dios Ai Apaec.

Desde la gran plaza delantera era posible ver lo que sucedía sobre el altar.
Por eso esta parte del ritual debió ser una ceremonia pública con la
concurrencia de gran cantidad de personas que observaban desde la plaza.

En otros momentos, otros tipos de sacrificios eran exigidos. En una plaza de


la parte alta un peñasco ha sido dejado (Plaza 3a), asemejando una
maqueta del Cerro Blanco, que está a su espalda. Sobre este peñasco los
sacrificados eran desmembrados, en alusión a la muerte por
despeñamiento, un ritual practicado por los moches. Numerosos esqueletos
encontrados en este lugar corroboran esta práctica (Uceda y Tufinio 2003).

Por varios siglos los moches celebraron el calendario ceremonial y


ofrendaron sacrificios al dios de la montaña, manteniendo de ese modo el
orden del universo.

El Recinto Ceremonial

Se ubica en una esquina de la Plaza 1. Sobre sus muros están


representados en alto relieve muchas y muy complejas escenas de la
mitología mochica. Por ser un hallazgo reciente aún no se ha descifrado lo
que estos dibujos cuentan. Pero sobre esos muros se pueden ver escenas
de pesca con redes, a los Perros Sin Pelo del Perú o animales y aves con
atributos divinos. Los arqueólogos que estudian este recinto consideran que
en este ambiente se prepararon las ceremonias que se realizaron en la
plaza. El Recinto Ceremonial consta de dos ambientes, un cuarto con techo
a dos aguas y delante de éste un espacio techado, también a dos aguas,
ambos sobre una pequeña plataforma. Una rampa era la vía de
comunicación con la plaza.

El Recinto Ceremonial, ubicado en una esquina de la Plaza 1. Sobre sus


paredes está representado el "Calendario Ceremonial".

La Plataforma 1, cronología y renovación

La mayor estructura en Huaca de La Luna es una gran pirámide escalonada


conocida como la Plataforma 1. Su aspecto actual, volumen y altura es el
resultado de un largo proceso social y muchos proyectos constructivos que
los arqueólogos han nombrado "renovación del templo" (Uceda y Tufinio
2003).

La Plataforma 1 de Huaca de La Luna pasó por al menos 6 grandes


reconstrucciones identificadas como Edificio A, el más moderno y construido
sobre el precedente, llamado Edificio B, quien a su vez fue construido sobre
el Edificio C y así sucesivamente con los siguientes: Edificio D, Edificio E y
Edificio F, el más antiguo. Cada uno de éstos edificios hizo a la Plataforma 1
ganar en volumen a lo ancho, largo y alto. Sin embargo estos grandes
cambios no significaron una transformación en los patrones o modelos
arquitectónicos anteriores (pirámide + plaza + anexo). Así, cada edificio
nuevo era una re-edición del anterior (Uceda y Tufinio 2003).
Colección de fotos de frisos en Huaca de La Luna.

En las culturas antiguas del Perú fue una tradición muy arraigada la
veneración a los ancestros y por ende a los muertos, donde la muerte
significaba la renovación de la vida y por ello, enterrar al difunto era como
sembrar una semilla para que germine. Esto se aplicó no solo a las
personas, sino también a ciertas construcciones consideradas sagradas.
Ejemplo muy antiguos de esta tradición han sido descubiertos por los
arqueólogos en los sitios de Caral (2900 a.C.), La Galgada (2400 a.C.) y
Kotosh (2000 a.C.) entre otros. Estos edificios eran cuidadosamente
desmontados en parte y sus habitaciones rellenadas prolijamente para
luego construir nuevos edificios sobre ellos. A este proceso se le ha llamado
"entierro ritual". Los arqueólogos de Huaca de La Luna consideran que si
dichos entierros rituales de los templos (o las pirámides) fueron con la
finalidad de construir nuevos edificios pero similares en forma y contenido a
los anteriores, entonces es una renovación y por ello prefieren usar el
término "renovación del templo".

La renovación de templo significó no solo la renovación de la arquitectura,


expresada en plazas, patios recintos, rampas y plataformas, si no también
en la renovación del ritual y ceremonial que dicha arquitectura contiene y
representa. Las renovaciones no fueron producto del azar o eventualidades
catastróficas, pues su ejecución debió demandar de mucha planificación así
como del tiempo suficiente para acopiar la energía (trabajo) y los recursos
(materiales) para su ejecución. Los trabajos de construcción del edificio A y
C, por ejemplo, demandaron el uso de alrededor de 4 millones de adobes y
160 mil días/hombre de trabajo (Uceda y Tufinio 2003). Según opinión de
los arqueólogos de Huaca de La Luna, esta renovación debió ser parte de
una calendario ritual de largo plazo (Uceda y Tufinio 2003)
Línea de tiempo que relaciona a la cultura Moche con los estilos alfareros y
la Huaca de La Luna con sus respectivas fases constructivas.

Las labores de renovación del templo debieron tomar muchos meses de


trabajo, tiempo durante el cual se debió clausurar temporalmente las áreas
donde se realizaban las remodelaciones, y por tanto de debieron suspender
temporalmente, también, las ceremonias que en esos ambientes se llevaron
a cabo. Pero, parece, que esto no era posible (detener o suspender, aunque
sea temporalmente el calendario ritual), así que, mientras duraron los
trabajos en la Plataforma 1, las ceremonias debieron realizarse en otro
ambiente. Los arqueólogos creen haber encontrado este sitio. Es una
plataforma ubicada al oeste de la Plataforma 1 llamado Edificio Menor, que
presenta salas con columnas y patios con relieves representando las
mismas imágenes que los presentes en Huaca de La Luna.

TÉCNICAS Y MATERIALES CONSTRUCTIVOS


Toda la pirámide y los muros de este edificio fueron hechos usando
"adobes" (ladrillos de barro secados al sol). Para levantar las plataformas y
todo tipo de grandes estructuras sólidas los mochicas usaron la técnica del
"bloque de adobe tramado" (BAT) el que consiste en levantar bloques
formados por la superposición de muchas capas o hileras de adobes
ordenados en sentidos diferentes. La base de estas columnas mide varios
metros por lado y su altura muchos más. El aumento del volumen de las
pirámides se logró mediante el adosamiento y superposición de los BAT.
La Huaca de La Luna está construida con ladrillos de barro crudo (adobes)
organizados en Bloques de Adobes Tramados (BAT).

http://huacasdemoche.net/huacadelaluna.html

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