Sei sulla pagina 1di 4

APROXIMACIÓN A LA TEORÍA CUÁNTICA

Gabriel Triana Beltrán


Profesor de Química
Departamento de Ciencias Básicas
Universidad Los Libertadores

Algunos acontecimientos históricos en el estudio de la estructura de la materia

En nuestra clase de Química se han destacado los progresos alcanzados por la ciencia a
través del tiempo, tanto en la física como en la química. Ahora es preciso destacar que
durante la segunda mitad del siglo XIX y a lo largo del siglo XX, se dieron
descubrimientos y avances de protuberante importancia. Los abordamos con relevancia por
cuanto tan significativos logros científicos repercutieron en el desarrollo de la química y
cambiaron la interpretación de la naturaleza.

Una consecuencia directa de aquellas investigaciones fue la demostración que hizo Max
Planck, al comprobar que la energía no es continua, sino que se manifiesta en estados
múltiples (o paquetes discretos llamado “cuantos”), principio corroborado por la llamada
“constante de Planck”. Así mismo, en los primeros años del siglo pasado, surgió otra
consecuencia científica: la teoría de Albert Einstein acerca de la naturaleza de la luz (es
decir, el origen de la teoría de la relatividad y la explicación del efecto fotoeléctrico), teoría
que confirmó que la luz tiene al mismo tiempo naturaleza ondulatoria y corpuscular,
hipótesis propuesta por Louis de Broglie, y asunto que se comenzó a discutir desde el siglo
XVII en la época de Isaac Newton.

Dentro de estos progresos de la ciencia que se dieron en el empate de los siglos XIX y XX,
no puede omitirse el descubrimiento del electrón como la partícula fundamental para
interpretar las propiedades de la materia. Antecedente significativo para este logro fue el
invento de los tubos de descarga, invención de William Crookes en 1875, instrumentos que
generan rayos catódicos. Joseph J. Thomson en 1897 demostró que los rayos catódicos se
mueven en línea recta, tienen carga negativa, son desviados por campos electromagnéticos,
producen sombras definidas, y son capaces de impulsar pequeñas aspas. Con estas
demostraciones, Thomson hizo el descubrimiento experimental del electrón, la unidad
fundamental de carga. Este trascendental descubrimiento resultó evidente con el modelo
atómico que en 1913 propuso Niels Bohr, por cuanto sus investigaciones lo llevaron a
considerar que los electrones de un átomo se encuentran en regiones específicas a
diferentes distancias del núcleo, y además, intuyó que los electrones giraban en órbitas
alrededor del núcleo, en forma semejante como los planetas giran alrededor del sol. El
primer trabajo de investigación que Bohr publicó en este campo, se refería al átomo de
hidrógeno que describió con un solo electrón girando alrededor del núcleo relativamente
pesado. Para ese logro aplicó el concepto de “cuantos” de energía, propuesto en 1900 por
Planck.

Bien interesante resulta ser el siguiente suceso histórico: el carácter ondulatorio del electrón
lo demostraron experimentalmente dos grandes hombres de ciencia: Clinton Davisson y
George Thomson, independientemente en 1927, confirmando de esta manera la hipótesis de

1
Broglie mencionada líneas arriba. Pero George Thomson era hijo de J.J. Thomson,
resultando la curiosa circunstancia que el padre descubrió que el electrón es una partícula y
el hijo, años más adelante, comprobó que el electrón se comporta como una onda.
Curiosidades de la historia de la ciencia.

La mecánica cuántica describe con mayor precisión el átomo.

El modelo planetario de los átomos de Bohr recibió seria contraposición en 1924 cuando
uno de sus discípulos, el alemán Werner Heisemberg, pudo concluir sus investigaciones
con el siguiente Principio de Incertidumbre: “es imposible conocer simultáneamente la
posición y la velocidad (energía) de un electrón”. Si el electrón se comporta como
partícula, debería ser posible establecer de manera exacta su ubicación; pero si es una onda,
como años atrás lo había propuesto Louis de Broglie, entonces no se puede conocer su
ubicación precisa.

A partir de la hipótesis de la dualidad del electrón, cabe destacar el valioso aporte del
célebre matemático austriaco Erwin Schrödinger, quien dedujo una famosa ecuación
matemática que al resolverla describe el comportamiento del electrón, y de cuya resolución
se comprueba que de los niveles de energía, el más externo es el de mayor energía. Pero lo
más importante de la teoría cuántica es que con ella se explica que no es posible encontrar
un electrón en una posición precisa del espacio, (como se proponía en el modelo inicial de
las órbitas de Bohr), sino que solo se puede determinar la probabilidad de encontrar un
electrón en cierta región determinada, llamada “orbital”. Por esto se repite en los textos que
“orbital” es la región del espacio atómico donde es más probable encontrar un electrón.

En 1913, el físico danés Niels Bohr, cuando estudiaba el espectro de luz del hidrógeno, hizo
una gran contribución al conocimiento científico, en particular al de la estructura atómica.
Demostró el siguiente principio: “La energía del electrón está cuantizada, es decir,
restringida o limitada a ciertos valores”. Y agregaba Bohr: “La variación de energía del
electrón ocurre al pasar de un nivel de energía a otro, en forma brusca e instantánea”.

Cabe destacar también que Bohr pudo confirmar el espectro de hidrógeno así: “Existen en
el átomo varios niveles de energía y el menor de ellos se llama estado fundamental.
Cuando un electrón pasa de un nivel de mayor energía a otro de menor energía, (por
ejemplo del segundo al primero) se emite un cuanto de energía en forma de luz a una
determinada frecuencia o longitud de onda”. En síntesis, Niels Bohr contribuyó
significativamente al conocimiento de la estructura del átomo con dos comprobaciones: A)
Al verificar los niveles cuantizados de la energía de los electrones. B) Al demostrar que el
espectro de luz se debe a la radiación de pequeños incrementos de energía (los cuantos de
Planck) cuando los electrones pasan de un nivel de energía a otro.

En consecuencia, a diferencia de las órbitas en el modelo inicial de Bohr que quedaban


determinadas por su distancia al núcleo atómico, en la teoría cuántica, de manera más
precisa los orbitales quedan definidos por cuatro números cuánticos que se denominan:

1. Número cuántico principal, n, que puede valer 1, 2, 3, 4, 5, 6, o 7. (Niveles de


Energía). Describe el tamaño.
2
2. Número cuántico secundario, l, que vale entre 0 y n-1, siendo n el número cuántico
principal. El número cuántico secundario describe la forma.
3. Número cuántico magnético, m, que indica la orientación en el espacio.
4. Número cuántico llamado spin, s, el cual describe el movimiento del electrón sobre
su propio eje. (Spin positivo si gira en un sentido y spin negativo si gira en sentido
contrario).

Toda posible combinación de los tres números cuánticos, n, l, y m, originan un orbital.

De acuerdo con los fundamentos de la teoría cuántica, se puede calcular la energía de cada
orbital, por cuánto ésta aumenta con el número cuántico principal n. Dentro de un mismo
número cuántico principal, la energía de los orbitales aumenta con el valor de l, el número
cuántico secundario. Los números cuánticos magnético, m, y spin, s, no afectan la energía
del orbital.

Algunos autores consideran que los números cuánticos equivalen a las “coordenadas” de un
electrón, pues lo caracterizan totalmente. Wolfgang Pauli dedujo el Principio de Exclusión
cuyo enunciado es: “en un orbital no pueden existir más de dos electrones, que deben
diferenciarse en sus números cuánticos, por lo menos en el spin”.

En virtud de lo anterior se deriva que en cada orbital no pueden existir más de dos
electrones, y éstos siempre tienden a ocupar orbitales separados. En cada nivel de energía
hay 1 orbital “s”, 3 orbitales “p”, 5 orbitales “d” y 7 orbitales “f”. Por consiguiente, el total
de electrones en los respectivos orbitales es el siguiente: 2 electrones en orbitales “s”; 6
electrones en orbitales “p”; 10 electrones en orbitales “d” y 14 electrones en orbitales “f”.

Cabe aclarar entonces, que de acuerdo con los postulados teóricos de la mecánica cuántica
arriba expuestos, con los principios de “Incertidumbre” y de “Exclusión”, y retomando el
significado de la Ecuación de Schrödinger, de cuya resolución se determina el orden de
niveles y subniveles (orbitales) de energía en el átomo, es decir, la forma como se
superponen los niveles de energía en el átomo; para efectos prácticos basta considerar en la
siguiente tabla el orden en el que los electrones van llenando los orbitales de energía:

ORBITAS NIVEL DE ORBITALES


(BOHR) ENERGÍA
K 1 1s
L 2 2s 2p
M 3 3s 3p 3d
N 4 4s 4p 4d 4f
O 5 5s 5p 5d 5f
P 6 6s 6p 6d 6f
Q 7 7s 7p 7d 7f

Nota: El orden de niveles y subniveles de energía, debe leerse en “zig-zag”, comenzando


por 1s, así: 1s→2s →2p →3s →3p →4s →3d →4p →5s → 4d →5p →6s →4f
→5d→6p→ 7s →5f →6d →7p…

3
La mecánica cuántica ondulatoria se puede aplicar a átomos y a moléculas al explicar la
formación del enlace químico (unión entre átomos).

La teoría cuántica comprueba de manera adecuada muchas propiedades atómicas y


moleculares de la materia. Pero adicionalmente, con esta teoría se pasa de una visión
determinista del átomo a una visión en la que el movimiento de los electrones no se puede
representar con una trayectoria, sino de manera probabilística.

Bibliografía

Asimov, I. (1985). Breve historia de la química. Introducción a las ideas y conceptos de la


química. Alianza editorial.
Burns, R. (2003). Fundamentos de Química. Pearson Educación. México.
Hein, M. Arena, S. (2001). Fundamentos de química. Thomson Editores S.A. México.
Sánchez del Río, C. (2004). Los principios de la física en su evolución histórica. Instituto
de España.

Sitios Web

Los avances de la química y su impacto en la sociedad: htpp:/www.losavancesdelaquímica.


com/
Educación química: htpp:/educaciónquímica.wordpress.com/
Año Internacional de la Química (CSIC): http://www.química2011.es//

Potrebbero piacerti anche