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POLITICA PUBLICA DE VIVENDA Y HABITAT EN CIUDAD DE MEXICO

PAULA ANDREA RENGIFO RAMÍREZ

TRABAJO PRESENTADO AL ARQUITECTO ANDRÉS MEJIA

INSTITUCIÒN UNIVERSITARIA COLEGIO MAYOR DEL CAUCA

FACULTAD DE ARTE Y DISEÑO

LA CIUDAD LATINOAMERICANA
PROBLEMÁTICA

Según el Consejo de Evaluación del Desarrollo Social del Distrito Federal, el proceso de
crecimiento de la población en el Distrito Federal, en años recientes, se puede dividir en
tres grandes etapas. La primera, abarca de 1940 a 1980, donde el crecimiento fue
provocado por los flujos de migrantes de diversos estados del país; La segunda etapa, que
se inicia en la década de los ochenta, presentó dos tendencias; (1980-1990) donde la
población decreció a una tasa del -0.7 anual; la segunda tendencia (1990 y 2005), en que
el volumen de la población del D.F. comenzó a crecer nuevamente, La tercera etapa inicia
en 2005 y se extiende hasta el momento actual en que se observa una tasa de crecimiento
positiva siendo del 0.28% anualmente. Tomando en cuenta las proyecciones de población,
se estima que para el año 2030 será necesario construir 957 mil viviendas nuevas y realizar
1.1 millones de mejoramientos, situación que se debe al cambio en la estructura de
población por edades. La proporción de la población en edad de formar su propia familia es
muy numerosa, lo que propicia que la demanda de vivienda aumente. Por otra parte, poco
más del 70% de la población económicamente activa percibe ingresos de hasta cinco
salarios mínimos, lo cual limita la posibilidad de acceso a la vivienda privada y el acceso al
crédito. Dichas limitaciones afectan fundamentalmente a los jóvenes, jefes de familia y
personas adultas mayores. A esto su suma el hecho de que cada vez hay menos suelo apto
para vivienda en la ciudad y por lo tanto éste es más caro. Esto deriva en un incremento en
el precio de las viviendas, lo cual, aunado a otros factores como el aumento del desempleo,
complica el acceso a la vivienda para los sectores de población de menores ingresos.

El crecimiento desordenado de la estructura urbana complica el trazo de la red de


comunicaciones, lo que dificulta la conexión entre las áreas centrales con las de la periferia
e incrementa las distancias y los tiempos de transportación, consecuencia de un fenómeno
de sobre especialización en el uso de suelo, el cual hace evidente el claro dominio del uso
comercial y de servicios sobre los demás usos, por ello, la población se ha visto obligada a
establecerse en la periferia donde muchas familias viven en condiciones precarias y de
inseguridad. Se observa que, en los últimos años, la mayor parte del requerimiento de
vivienda de interés social para los sectores populares se ha estado ofertando en la periferia
y en los municipios conurbados: zonas con escaso equipamiento urbano y vial

Si bien la mayoría de la población del D.F. cuenta con acceso a los servicios básicos (agua,
luz y drenaje) todavía hay un 0.4% de viviendas que no cuenta con drenaje y un 0.2% que
no disponen de energía eléctrica. Aunque en términos porcentuales estas cifras son bajas,
en número absolutos se trata de 9,731 viviendas sin drenaje y 3,549 sin energía eléctrica.
Por otra parte, el 6% de las viviendas en el D.F. tiene un cuarto, lo cual implica que muchas
familias viven en condiciones de hacinamiento. Quienes enfrentan con mayor agudeza el
problema de la escasez de vivienda son los jóvenes. La incertidumbre que provoca entre
los jóvenes vivir en estas condiciones de precariedad incrementa el riesgo de que se
conviertan en generadores de violencia. La población indígena, en particular, es la que
experimenta mayores rezagos en el D.F. y es la que menos posibilidades tiene de acceder
a los servicios de salud y de poder contar con una vivienda digna.

Para amplios sectores de la población del D.F. las condiciones de vivienda se deterioran;
en especial la de aquellas personas en situación de pobreza o vulnerabilidad que no pueden
acceder a ningún tipo de financiamiento o apoyo para resolver sus necesidades
habitacionales. Durante décadas estos conjuntos habitacionales no recibieron apoyo
alguno por parte del gobierno de la ciudad, lo que los colocó en una ruta de paulatino pero
seguro deterioro.

ESTRATEGIAS, POLÍTICAS Y ACCIONES PROPUESTAS EN MATERIA DE VIVIENDA


EN EL PROGRAMA GENERAL DE DESARROLLO 2007-2012

Las líneas de política que se proponen en materia de vivienda: Se plantean estrategias


generales para mejorar las condiciones de vida y garantizar el acceso universal a más y
mejores servicios urbanos:

 Continuar con el mejoramiento del modelo de atención para la producción de


vivienda, con instrumentos tales como los cofinanciamientos y la promoción del
desarrollo socioeconómico del barrio.
 Buscar que la construcción de vivienda, desde su diseño, obedezca a criterios de
sustentabilidad.
 Regularizar las edificaciones y otorgar escrituras para garantizar la seguridad del
patrimonio habitacional de los habitantes del Distrito Federal.
 En la línea de Política de Vivienda y Hábitat se busca combatir, en especial, los
problemas asociados al deterioro de los barrios. Los beneficiarios reciben
principalmente apoyos consistentes en servicios para mejorar las áreas comunes,
así como la condición de las viviendas. La meta común de los programas de esta
 Incentivar la participación de los sectores social y privado en programas de vivienda
e inversión inmobiliaria, se promoverán sistemas de financiamiento y acceso
equitativo a créditos.
 Que el gobierno de la ciudad promueva la aplicación de esquemas financieros para
la adquisición de viviendas, con la corresponsabilidad de los beneficiarios para la
recuperación de créditos.
 Analizar y, en su caso, replantear la aplicación del Bando Dos para la construcción
de vivienda.
 Instrumentar nuevos mecanismos para la adquisición, remodelación y ampliación
de viviendas, con particular atención en generación opciones accesibles de crédito
a mujeres en condiciones de discriminación y mayor vulnerabilidad.
Cabe mencionar también el objetivo y la línea de política del programa comunitario de
Mejoramiento Barrial

Conseguir la apropiación colectiva de la ciudad y sus espacios públicos; garantizar su


accesibilidad y equipamiento, con atención prioritaria a las necesidades de las mujeres y
los grupos más vulnerables. De esta manera se recuperará el espacio público como
principal articulador de integración social y eje detonador de desarrollo e inversión. La
política asociada con este objetivo establece que:

Se emprenderá el rescate de espacios públicos y se diseñarán las estructuras de


participación para la realización de actividades culturales, deportivas, artísticas y
recreativas que dinamicen su utilización, mejorando los espacios urbanos y atendiendo a la
población de escasos recursos que habita en situación de riesgo o en vecindades en estado
de deterioro que requieren rehabilitación.

 Se implementaron 4 programas:

Programa Vivienda en Conjunto: está diseñado para apoyar la construcción de viviendas


en conjuntos habitacionales. Es el programa más importante en términos presupuestales.
Tiene diferentes bondades: optimiza el uso del suelo, favorece la conservación del medio
ambiente y fomenta que los involucrados se organicen

Programa Mejoramiento de Vivienda: Este programa ha mantenido niveles adecuados


de ejercicio del gasto y de cumplimiento de las metas, salvo en el año 2009 en que reportó
una reducción de casi el 20% en términos del presupuesto ejercido con respecto al
presupuesto originalmente propuesto. Un elemento clave de debilidad del programa es la
escasa participación ciudadana en la toma de decisiones en los órganos colegiados del
INVI, que se manifiesta en su interrelación con los demás componentes de las ROP (Reglas
de Operación de Programa).

Programa social para Unidades Habitacionales de Interés Social: tiene como propósito
mejorar el entorno físico y social de las unidades habitacionales, sobre todo las de interés
social. Los alcances propuestos por el programa tienen carácter universal, ya que está
diseñado para apoyar a todas las unidades habitacionales, dando preferencia a aquellas
que se encuentren en zonas de alta marginación. El programa tiene bien definida la
población objetivo, así como los apoyos que otorga.

Programa comunitario de Mejoramiento Barrial: El eje de acción de este programa es


mejorar los espacios públicos de pueblos, barrios y colonias de la Ciudad de México,
particularmente el de aquellos que muestren altos grados de conflictividad social y/o
degradación urbana y se encuentren en zonas de media, alta y muy alta marginación. En
la medida en que no se ha definido la unidad de atención (pueblo, barrio, unidad
habitacional) que cubrirá el programa, no se puede dimensionar la población objetivo, así
como tampoco los requerimientos y alcances reales del programa. Esta política es una de
los más ambiciosas, al procurar el apoyo para proyectos de recuperación de espacios
públicos con la participación activa de los beneficiarios, tanto en los espacios de aprobación
(Asamblea Vecinal), como en las instancias de gestión y evaluación.

LOS IMPACTOS ESPERADOS a partir de la operación de cada uno de los programas


considerados en esta línea son:

 Rescate y mejoramiento de espacios públicos.


 Mejorar las condiciones físicas de las unidades habitacionales.
 Mejorar las condiciones de vida y el entorno de la población que vive en las unidades
habitacionales, haciéndola más amigable, respetuosa, tolerante, sustentable, etc.
 Garantizar el derecho a la vivienda.
 Abatir los costos de vivienda.
 Fomentar la autoconstrucción.
 Reducir el costo de los créditos de vivienda.
 Mejorar la situación de la población que vive en condiciones de pobreza, priorizando
su atención.

RESULTADOS

Según la información proporcionada por la encuesta, los apoyos más recurrentes son, en
primer lugar, pintura de fachada y, en segundo lugar, arreglo de bombas de agua, drenaje
y tinacos, lo que sugiere que una buena proporción de las unidades habitacionales
beneficiadas son relativamente viejas. En general, la gente reconoce que el programa le ha
beneficiado, excepto dos personas que esperaban beneficios directos; el resto está de
acuerdo en que el apoyo del programa le ha permitido resolver de forma prioritaria los
problemas de agua, luz y seguridad y que, en términos generales, se ha beneficiado a la
unidad habitacional.

El 80% de los beneficiarios señaló que está muy satisfecho con los apoyos. Sólo el 1%
declaró no estar satisfecho. En todas las unidades habitacionales de las diferentes
delegaciones se observó un manejo adecuado de los recursos y los funcionarios
respondieron a las demandas de las unidades habitacionales seleccionadas para recibir
apoyos, excepto en la delegación de Iztapalapa. En esta delegación un grupo de vecinos
de una unidad habitacional mencionaron que la delegada les había retirado los beneficios
por no apoyarla. Sin embargo, este hecho no se puede generalizar, pero es un caso a tomar
en cuenta para futuros análisis. Con respecto al conocimiento de los vecinos respecto a
programas que otorgan apoyos en materia de vivienda, se encontró que se trata de
población muy informada.

No se detectaron irregularidades en la operación del programa. Sin embargo, de todos los


entrevistados, el 10% declaró que le pidieron dinero. Aunque dicho porcentaje es bajo, este
fenómeno no debería darse. Con todas las dificultades y limitaciones que implica operar el
programa social para Unidades Habitacionales de Interés Social Ollin Callan, con Unidad
en Movimiento, se puede concluir que éste juega un papel muy importante en el
mantenimiento de las unidades más deterioradas.

CONCLUSIONES

La necesidad de vivienda en el D.F. constituye una de las demandas básicas no satisfechas


para amplios sectores de la población. A estas necesidades se suman las derivadas de
problemas que agobian a las unidades habitacionales, tales como el deterioro físico de los
inmuebles a medida que transcurre el tiempo y los que surgen de la convivencia. Por otra
parte, la participación colectiva para mejorar los espacios públicos de pueblos, barrios y
colonias de la ciudad de México, particularmente de aquellos que muestren altos grados de
conflictividad social y/o degradación urbana, es también una tarea urgente.

El presupuesto asignado a los programas de vivienda reúne más del 10% del presupuesto
de los 70 programas instrumentados en 2009 por la administración central del distrito
federal. Sin embargo, se trata de una cifra que difícilmente podrá incidir en el abatimiento
del rezago habitacional.

Si bien los programas de hábitat y vivienda del gobierno del Distrito Federal son operados
por distintas instancias, los beneficios otorgados por los diferentes programas se
complementan. Hace falta, sin embargo, coordinar y planificar las acciones de manera
conjunta para contar con un modelo de acción bien articulado en materia de vivienda y
desarrollo urbano. La ausencia de un sistema de información estadística que permita
efectuar un seguimiento de los programas, aunado a las deficiencias o inexistencia de
indicadores de gestión y de resultados propuestos, son aspectos que merecen especial
atención. Contar con estos insumos permitiría mejorar la operación de los programas y
contar con elementos para evaluar el impacto de estos. Por ejemplo, en el caso de los
programas operados por el INVI, se sabe cuánto se gastó en la construcción de viviendas,
pero no está disponible la información sobre cuántas viviendas se financiaron, de qué
tamaño son las viviendas, a quiénes se benefició y en qué delegaciones. La necesidad de
información detallada también limita el alcance de evaluaciones de otros programas, como
el programa para el Mejoramiento de las Unidades Habitacionales; en esta evaluación no
fue posible contar con el detalle desglosado del presupuesto asignado por unidad
habitacional.

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