Sei sulla pagina 1di 17

Capítulo

44

Gestión de la psiquiatría
Stephen Rachlin, M.D.
Stuart L. Keill, M.D.

Los gestores de la psiquiatría suelen disfrutar con para ocupar plazas administrativas. Como conse-
su trabajo y con las ventajas que éste comporta en cuencia el vacío creado suele cubrirse con perso-
cuanto a autonomía, poder y desarrollo personal. nal menos cualificado
Estas gratificaciones derivan del dominio de las ha- La consideración de los aspectos de gestión de
bilidades y conocimientos que constituyen el arte sistemas en relación con la enfermedad psiquiá-
y la ciencia de la gestión psiquiátrica. ¿Por qué trica no es nueva (Keill, 1981). En el Libro de Jere-
existe entonces una tendencia a menospreciar la mías del Antiguo Testamento se proporciona una
gestión, a verla como una actividad mundana de descripción de los planes de Sofonías (630 A.C.)
papeleo y a dejarla en manos de otros, incluso aun- para colocar en cautiverio y tratar a los «hombres
que no estemos de acuerdo con su quehacer?. locos y profetas». Posteriormente, Nabucodonosor
Se pueden identificar varios motivos interrela- (609 A.C.) se benefició del concepto de «asylum»
cionados. En primer lugar, los psiquiatras jóvenes, tras su episodio psicótico. En la Inglaterra del siglo
especialmente aquellos que realizan la residencia, XIV el Hospital de Bethlehem (origen del término
tienden a estar más preocupados e interesados en «bedlam» manicomio en inglés), que había empe-
el cuidado del paciente. Buscan curarlo, o disfru- zado como un claustro de religiosos, amplió su mi-
tan enseñando a otros. Durante su formación como sión al cuidado de pacientes psiquiátricos. En el
psiquiatras, sus modelos han sido los supervisores siglo XVI, el brillante filósofo y gestor Thomas More
clínicos, y han identificado a los ejecutivos, gene- recomendaba en su «Apología» que para mejorar la
ralmente más distantes, con las organizaciones o efectividad del tratamiento de dicho hospital se de-
sistemas que dirigen, cuyo funcionamiento no bería «golpear y corregir» a los pacientes». En el
suele ser el óptimo. mismo siglo en España, Juan Ciudad instituía una
Tras su formación los psiquiatras pueden co- organización dedicada a prestar ayuda a las perso-
menzar su carrera profesional con responsabilida- nas mentalmente enfermas (con instalaciones saté-
des como dirigir una sala, una clínica u otros pro- lite a todo lo ancho de Europa Occidental), que asu-
gramas que requieren experiencia administrativa, mió la responsabilidad de la formación de aquellos
pero como no se les ha enseñado, carecen de co- que eran considerados profesionales de la salud men-
nocimientos y experiencia, y encuentran las tare- tal. En 1783, Benjamin Rush, el único psiquiatra que
as de gestión poco reforzantes y cargadas de difi- firmó la Declaración de Independencia, fundó la pri-
cultades, convenciéndose de que no están hechos mera unidad psiquiátrica de un hospital general en

1511
1512 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

el Pennsylvania Hospital. En el siglo XIX, Pinel en Otra fuente de formación son las organizaciones
Francia, Tuke en Inglaterra, y Amariah Brigham dedicadas a la educación y formación de clínicos
acometieron grandes reformas de los programas de gestores: el American College of Mental Health Ad -
asistencia de pacientes psiquiátricos. Estos indivi- ministration, al que se accede por elección y englo-
duos, con el apoyo público de Dorothea Dix, uno ba cuatro profesiones clínicas (trabajadores sociales,
de los primeros consumidores revolucionarios, hu- enfermeros, psicólogos y psiquiatras), y la Ameri -
manizaron los principios organizativos de los pa- can Association of Psychiatric Administrators, que
cientes con trastornos psiquiátricos. En el siglo XX, como la American Psychiatric Association (APA)
Clifford Beers prosiguió la educación de los fun- nació de una red de antiguos directores de hospita-
cionarios federales y estatales como defensor de los les estatales, está abierta a los psiquiatras interesa-
pacientes y de la salud mental. dos en el tema y posee varias delegaciones locales.
La introducción de las profesiones de trabajo so- Finalmente, también puede obtenerse información
cial y terapia ocupacional por Adolph Meyer, y el en los diversos simposios, talleres de trabajo, pu-
perfeccionamiento del concepto de comunidad te- blicaciones y conferencias que se presentan en los
rapéutica por Harry Stack Sullivan contribuyeron encuentros bianuales que patrocina la APA.
a la creciente complejidad y organización multi- Silver y colaboradores (1990), mediante datos de
modal del tratamiento del paciente psiquiátrico. una encuesta, demostraron que los psiquiatras en
Aunque estos pioneros influyeron en el desa- posiciones de liderazgo sentían la necesidad de for-
rrollo de los servicios clínicos psiquiátricos, hace mación en gestión, pero que rara vez la recibían, y
relativamente poco tiempo que se ha implantado que con frecuencia, habían llegado a su puesto gra-
un principio formal director de la gestión de estos cias a la confianza puesta en ellos por otras habi-
programas. El escaso interés en estos temas se de- lidades profesionales. Desde ese punto de vista los
muestra por la prioridad que nuestros dirigentes aspectos más importantes del desarrollo profesio-
universitarios manifiestan por aprender y enseñar nal eran el entrenamiento directo y los factores de
las habilidades, estrategias e intervenciones nece- personalidad (por ej., creatividad, inteligencia, alta
sarias para mejorar los sistemas que prestan asis- energía, perseverancia y tolerancia de la ambigue-
tencia psiquiátrica. Este es todavía uno de los prin- dad). También consideraron muy importante el
cipales retos de la gestión psiquiátrica. haber tenido una relación de tutor, especialmente
Aún a riesgo de que se nos acuse de chauvinis- durante la residencia.
tas, insistimos en que sean los propios psiquiatras Durante los últimos 40 años, la APA ha estruc-
quienes asuman específicamente la responsabili- turado su sistema de acreditación de la gestión psi-
dad de crear y dirigir las estructuras necesarias para quiátrica. Bajo los auspicios del Commitee on Ad -
los programas psiquiátricos, puesto que por nues- ministrative Psychiatry, el proceso comienza con
tros conocimientos científicos básicos y clínicos, la evaluación de la educación, adiestramiento y ex-
estamos en la mejor posición para inspirar y lide- periencia. En enero se realiza un examen escrito
rar los sistemas de asistencia en salud mental. Pero de 2 horas y, para quienes lo superan, se efectúa
evidentemente no basta con tener capacidades in- otro oral de 4 horas poco antes de la reunión anual
natas para asumir el papel gestor, se necesita for- de mayo. Cientos de psiquiatras ya han consegui-
mación y experiencia. do su acreditación.
Los exámenes escritos y orales cubren cuatro
áreas genéricas. La teoría administrativa detalla as-
pectos de personal, gestión de estructuras y otros as-
EDUCACIÓN Y FORMACIÓN pectos relacionados. Dado que no existe una única
teoría organizativa coherente, Kraft (1983) elaboró
La mayoría de los gestores psiquiátricos no tienen un resumen de lo que se conoce, junto con biblio-
una titulación en administración hospitalaria, pú- grafía para guiar al lector sobre los clásicos del tema.
blica o empresarial, aunque algunos han completa- Se pueden encontrar lecturas adicionales en el tra-
do programas Magister en Salud Pública con mu- bajo de Shafritz y Hyde (1987), pues estos aspectos
chos componentes administrativos. En casi todas no se discutirán posteriormente en el capítulo. La
las universidades se programan cursos individuales gestión de la asistencia psiquiátrica incluye mate-
para aprender los conceptos básicos de la gerencia, rias como asistencia gestionada, revisión de su uti-
pero si se tiene mayor interés se ha de acudir a los lización, y seguros de calidad, entre otros, a los que
«minicursos» de administración psiquiátrica de nos referiremos más tarde. El capítulo 43 de Lamb
nivel medio que periódicamente se imparten en mu- de este manual trata de la psiquiatría comunitaria.
chas ciudades, y que suelen anunciarse en revistas La tercera sección, gestión fiscal, que incluye entre
y diarios profesionales. En cualquier caso el auto- otros aspectos como presupuestos y fuentes de in-
estudio es un suplemento, pero no un sustituto. gresos, se discutirá posteriormente.
GESTIÓN DE LA PSIQUIATRÍA 1513

EL GESTOR COMO LÍDER persona es al mismo tiempo un gestor intermedio


para el funcionario ejecutivo jefe, el decano, el co-
misionado u otros, a los cuales ha de rendir cuen-
El gestor en psiquiatría se enfrenta a numerosas tas. Se requieren habilidades innatas para poder
tareas. Barton y Barton (1983) establecieron que el hacer malabares con estos roles y responsabilida-
administrador psiquiátrico debía ser capaz de pla- des muchas veces contrapuestas. Las personas en
nificar, organizar, ordenar su plantilla, dirigir, su- posiciones ejecutivas al igual que todos nosotros,
pervisar, comunicar, innovar y representar; y ca- forman parte de un sistema abierto que interactúa
racterizaron el liderazgo por las capacidades de con otros sistemas, pero además se enfrentan al
decidir, dar prioridades, resolver conflictos, coor- reto de gestionar los numerosos intercambios que
dinar el trabajo ajeno, agilizar la finalización de existen entre estas fronteras.
tareas, motivar a la plantilla, utilizar prudente- Antes de acabar esta sección, hemos de señalar
mente el poder, y delegar autoridad en otros. nuestra firme convicción de que todo aquel que
Mucho se podría hablar de estas habilidades, pero ocupa una posición de liderazgo tiene que partici-
nosotros sólo nos extenderemos brevemente sobre par activamente en sus asociaciones profesionales,
algunas de ellas. pues no basta con que comparta su experiencia y
Antes de seguir adelante, intentaremos distin- pericia con sus colegas, debe compartirla también
guir, de acuerdo con Talbott (1987), los conceptos con el resto de personas relacionadas con el mundo
relacionados de gestión, administración y lideraz- de la psiquiatría, a fin de que el paciente se bene-
go. La gestión es un proceso manual, diseñado para ficie de los avances de la asistencia sanitaria.
mantener a la organización suavemente en marcha.
Se refiere, en líneas generales, a aquellas personas
Habilidades y estilos administrativos
que ocupan puestos de «gestión intermedia» y se
preocupa por los procedimientos. La administración La personalidad y estilo del individuo que dirige y
debe entenderse como una función más amplia, que organiza afecta su forma de hacer y el rendimien-
se ocupa de supervisar y realizar tareas ejecutivas, to. Las plantillas suelen adaptarse a los estilos y
y se preocupa de la política y de que las tareas de la rasgos de su líder, pero si éstos son extremos pue-
organización se realicen adecuadamente. den aparecer problemas. Marcos y Silver (1988) se-
El liderazgo, por el contrario, implica dirigir (no ñalaron que la mayoría de ejecutivos de nuestra
solamente aconsejar directrices), con algo de com- profesión valoran por igual el trabajo y las relacio-
ponente visionario. El papel de líder incluye pro- nes interpersonales necesarias para su desempeño,
mover y proteger los valores de la organización, y pues en esencia, tomar decisiones participativa-
para su supervivencia y crecimiento, implicar, ins- mente significa buscar el apoyo de aquellos que tie-
pirar y fomentar al resto de la plantilla. Repitien- nen que realizar las tareas.
do un dicho frecuente, el administrador hace co- Medio bromeando Talbott y Keill (1980) crea-
rrectamente las cosas, mientras que el líder hace ron una tipología de los directores hospitalarios es-
las cosas correctas. El líder efectivo no se concen- tatales, que se podría ajustar fácilmente a los psi-
tra en los problemas del día a día, sino que delega quiatras ejecutivos de cualquier organización.
este trabajo en sus subordinados, a quienes ayuda Estos autores delinearon siete personajes, con sus
a desarrollar sus responsabilidades adicionales. motes, tal y como sigue:
Menninger (1992) añade que el líder debe dirigir
de una forma clara y coherente. Es esencial que sepa • El santo: «Intenta hacerlo como yo lo hago»
comunicarse y resolver conflictos, pues la incerteza • El recto: «Júzgame por mis publicaciones»
y la pérdida de control conducen a una moral baja. • El marginado lunático: «¿Qué cruzada acome-
Debe conseguir que los individuos de su organiza- temos esta semana?
ción estén al tanto y de acuerdo con los objetivos • El abuelito: «Sabes que yo sé más que tú, así que
globales de su trabajo, y tengan la sensación de que ... haz lo que yo digo».
su contribución es importante. El lider debe recor- • El de la vieja guardia: «Los tiempos pasados fue-
dar el mensaje de Lipton y Loutsch (1985) acerca del ron mejores» y «Deberíamos ir más lentos, com-
poder (que dice que éste sólo tiene un carácter ne- pañeros»
gativo cuando se utiliza de una forma no construc- • El pasota: «No pasa nada; no te preocupes,
tiva) y cumplir con la resposabilidad propia de su nunca pasa nada»
puesto, aplicándolo planeada y racionalmente cuan- • El cínico: «¿Qué es lo último que han hecho
do exista alguna inestabilidad en la organización. esos locos gobernantes?».
Para la plantilla de un servicio clínico, su di-
rector o jefe de servicio o departamento pueden re- A estas alturas, el lector ya se habrá identificado a
presentar «la oficina principal», pero esa misma sí mismo, y a sus colegas. Cuando estos persona-
1514 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

jes se presentaron por primera vez, la amplia au- res. Como gestor colegiado debe desarrollar, con el
diencia de administradores psiquiátricos comenzó personal de primera línea, estructuras de informa-
a cuchichear numerosos ejemplos para cada tipo. ción y realimentación continuas, y otras de reso-
Pero seguro que hay más. lución de problemas. Con este abordaje además de
Aunque, por supuesto, cada individuo es dife- modelar la interdependencia y colegiabilidad pro-
rente en personalidad y estilo, algunos rasgos co- fesional, se suelen conseguir inesperadas eleva-
munes caracterizan a los líderes efectivos. La re- ciones de la moral y la productividad, puesto que
lación existente entre la plantilla y su supervisor, los miembros de la plantilla acaban «poseyendo»
como ocurre en toda relación positiva, se basa en el programa, algo que inicialmente puede requerir
la confianza y el respeto mútuos. El líder debe mos- mucho tiempo, pero que a la larga, por sinergia, re-
trar un comportamiento íntegro y ético, debe com- compensa ampliamente la inversión.
prometerse con los objetivos de la organización, ha Se debe inculcar en la plantilla un auténtico
de volcarse en las necesidades y derechos de los pa- concepto de colaboración, esto es, de compromi-
cientes y tiene que reconocer el valor de las acti- so con una meta común, además del de coopera -
vidades de su personal. Los miembros de una plan- ción o voluntad de ayudarse los unos a los otros.
tilla trabajan con más seguridad cuando creen en La colaboración significa compartir una preocupa-
la fiabilidad del líder y en sus intenciones de bus- ción responsable por el futuro, por ello las estruc-
car los recursos necesarios para que lleven a cabo turas departamentales encargadas de la comunica-
su trabajo. Toda promesa debe ser respetada, y si ción continuada sobre planificación, asistencia al
se viola explicada. Toda ejecución del trabajo so- paciente y otras funciones deberían fomentar este
bresaliente ha de ser valorada, y si es deficiente re- concepto de posesión compartida de los programas
chazada. y los problemas.
Los administradores deben tomar sus decisio- El optimismo, otra cualidad importante que de-
nes en el momento oportuno. Muchas decisiones fine el liderazgo, significa mantener expectativas
del día a día pueden tomarse rápida y fácilmente, positivas ante el cambio, incluso en momentos de
puesto que los errores pueden enmendarse, pero las retroceso, y debe ser experimentado por el personal.
decisiones importantes requieren más datos y de- El líder competente confía en sus capacidades y
liberaciones, incluyendo las opiniones de aquellos no le amedrenta, sino más bien saluda, el que al-
a quienes afectan. Se debe intentar mantener un guno de sus subordinados sea más competente que
equilibrio entre la necesidad de información y la él en muchas actividades, pues sabe que no se
oportunidad de tomar la decisión; no por nada se puede ser un experto en todas las áreas, sino que
dice que «La oportunidad la pintan calva». siempre se debe estar aprendiendo y buscando la
Las decisiones y acciones del líder tienen cre- experiencia de otros para su programa.
dibilidad cuando están arraigadas en un amplio
cuerpo de conocimientos sobre los aspectos clíni-
cos del tratamiento psiquiátrico, los sistemas de
PLANIFICACIÓN
rehabilitación, las necesidades de pacientes y fa-
milias, las deficiencias de los recursos, la comuni- Planificar es quizá la función más importante de un
dad, las fortalezas y debilidades del desempeño de líder organizador. La planificación asegura la vitali-
los miembros de su plantilla y de la efectividad del dad y el crecimiento de la empresa, y conduce ine-
programa. vitablemente a cambios, puesto que si los servicios
El gestor psiquiátrico eficiente debe tener con- no aumentan ni se mejoran se corre el riesgo de que
ciencia de su propia conducta y motivaciones, de pierdan su pertinencia. La planificación conlleva un
su dinámica, de su influencia sobre otros y del uso alto potencial de frustración, dado que sólo acaban
que hace de los fenómenos de transferencia y con- traduciéndose en programas reales un porcentaje de
tratransferencia. En las relaciones laborales tam- buenas ideas. Se requiere un esfuerzo significativo
bién se puede utilizar el autoentendimiento para para aceptar que se siga suministrando el trata-
corregir las distorsiones perceptivas y de valora- miento a aquellos pacientes que necesitan una asis-
ción de las situaciones, de forma que se puedan for- tencia adicional tras una restricción o reducción par-
mular estrategias de acción racionales, y así evitar cial de un programa propio.
tomas de posición y luchas en las que todo el El punto de partida de todo proceso de planifi-
mundo sale perjudicado. cación es el desarrollo de un informe de la misión,
El supervisor, además de enseñar, dirigir y pro- en el que las acciones de cada subdivisión reflejen
porcionar un modelo a imitar a la plantilla, debe los objetivos del cuerpo principal. Un elemento bá-
solicitarles periódicamente información sobre las sico para modelar el futuro de la organización es el
necesidades de los pacientes y sobre cómo mejorar plan estratégico, que por definición es a largo
los servicios que se ofrecen a enfermos y familia- plazo, con frecuencia 5 años, y aporta las líneas ge-
GESTIÓN DE LA PSIQUIATRÍA 1515

nerales de actuación. Los presupuestos, que se dis- El siguiente paso es la iniciación, el punto en el
cutirán en otra sección, deben concordar con el cual se crea la estructura real. Se trata de un pe-
plan estratégico y pueden rechazarse si no es así. ríodo especialmente reforzante, en el que la plan-
Todo plan estratégico es cambiable, lo único que tilla se va excitando y entusiasmando, a medida
permanece intacto es la dirección. que los directores la seleccionan y entrenan. Se
Los cambios pueden estar motivados por in- modifican viejas formas y aparecen tanto apoyos,
fluencias internas y externas. Los cambios de las en parte por difusión de la información a los ser-
leyes estatales sobre salud mental, las modificacio- vicios interesados en colaborar, como cierta resis-
nes en los requerimientos de los organismos ins- tencia al cambio, dada la presencia de un nivel de
pectores, las demandas comunitarias, y la disponi- satisfacción conocido y familiar. Estas resistencias
bilidad de financiación para proyectos especiales son deberían estar previstas y aceptadas como una di-
ejemplos de influencias externas. Los estímulos in- námica natural, y conducir al desarrollo de estra-
ternos incluyen, entre otros, la contratación de tegias de resolución, en las que el debate de las di-
nuevo personal con intereses especiales (o el desa- ferencias es fundamental, a fin de que todos los
rrollo de tales habilidades por el personal existen- grupos puedan de alguna manera «poseer» y pa-
te), una crisis en las unidades o programas existen- trocinar el proyecto. Los esfuerzos invertidos en
tes, y la llegada de un nuevo líder. Las principales conseguir el consenso suelen pagar buenos divi-
barreras para una planificación efectiva son la falta dendos en moral de la plantilla.
de recursos, sea en dinero o en plantilla, y las res- En la fase de manejo se vigila el programa, su
tricciones reguladoras o la falta de disponibilidad de funcionamiento continuado, y su grado de éxito o
otros apoyos; el proceso también se ve afectado por fracaso. En esta etapa se toman muchas decisiones
el tipo y número de la plantilla, puesto que su ins- clínicas y administrativas, se resuelven dificulta-
tauración influye en todos los individuos, pero no des previstas e imprevistas, y en la que hay que cui-
todos pueden formar parte de un plan de desarrollo. dar los sentimientos como medio de limar friccio-
nes y aumentar la eficiencia. La solución a los
Un ciclo de planificación frecuentes e importantes retos organizativos re-
quiere grandes habilidades, sobre todo para desa-
Una forma útil y simple de entender y describir rrollar forums de comunicación continuada entre
cómo se planifica es mediante un acrónimo (DIME) el personal, para airear las diferencias y los con-
que la mayoría de nosotros utilizamos como regla flictos en una atmósfera distendida, y para cono-
mnemotécnica para recordar la secuencia de pla- cer los distintos puntos de vista y crear acuerdo.
nificación en cuatro etapas (Diseño, In i c i a c i ó n , El proceso de evaluación en realidad se inicia
Manejo y Evaluación) que se aplica tanto a nuevos ya en la fase de manejo, y durante él se toman
programas como a la modificación de otros ya exis- notas, se recogen datos, se equilibran los recursos
tentes. y se emiten informes. Con la evaluación y análisis
La primera etapa, el diseño, incluye el estudio de esta información se obtiene una medida de la
de los objetivos generales, la medida de los recur- efectividad y eficiencia del programa en el mo-
sos disponibles, y la elaboración de un borrador del mento actual, se pueden realizar juicios continua-
plan que resulte equilibrado. En esta fase se debe dos de la gestión y anticipar la evolución futura. El
tener en cuenta que las necesidades de los pacien- programa debería mantenerse o expandirse si se
tes y de la comunidad cambian, y que es básico de- están cumpliendo los objetivos, se está atendien-
terminar a quien afectará el programa, dado que do a los pacientes, el dinero va llegando, y la moral
planificar para un sólo individuo corre el grave ries- de la plantilla es buena; pero si se encuentran de-
go de fracasar por falta de apoyos. El equipo en- ficiencias, dependiendo de su naturaleza, puede ser
cargado de valorar las necesidades y los recursos aconsejable que el grupo de diseño realice cambios,
disponibles o previstos debería estar integrado, por entre los cuales están el perfeccionamiento del tra-
tanto, por una representación grupal de la planti- bajo de alguna parte del personal, la modificación
lla, tanto de profesionales como paraprofesionales; de la ratio profesional/pacientes, el aumento o dis-
de los potenciales usuarios de los servicios; de las minución del promedio de estancia, y la mejora de
organizaciones defensoras de usuarios, y de todos la comunicación con los usuarios o clínicos. El
aquellos a quienes pudiera afectar el programa. El ciclo continúa con la búsqueda de nuevas técnicas
plan que emane de este proceso tiene grandes po- y el aliento de la creatividad.
sibilidades de aprobarse si está en consonancia con En nuestra época es poco realista esperar que
los objetivos generales recogidos en el plan estra- una organización aislada que se dedica a la salud
tégico del borrador, y tanto la financiación (exis- mental sea capaz de atender completamente a
tente o adicional) como la plantilla parecen ade- todos los pacientes, pues nadie puede tener todos
cuadas. los recursos necesarios para el espectro completo
1516 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

de necesidades de pacientes ambulatorios y hospi- tilla, las técnicas de contratación, factores de segu-
talarios con tratamientos a corto y largo plazo. La ridad vital, los derechos de los pacientes, los con-
coordinación, cooperación y colaboración entre las troles de calidad, la responsabilidad fiscal, y toda la
diferentes entidades es, por tanto, imprescindible documentación importante sobre lo que se está ha-
y debe ser independiente de la forma de auspicio, ciendo en las historias clínicas individuales. Nunca
público y/o privado, o las necesidades y priorida- debe subestimarse el papel central que estos aspec-
des que tengan. Dado que las decisiones que una tos juegan en todos los tipos de certificación y acre-
organización toma de forma aislada repercuten ditación. Otros requerimientos posibles son el por-
sobre las otras, los acuerdos interorganizativos centaje de usuarios que provienen de ciertas áreas
deben obligar a cada parte a ajustarse en un deter- geográficas, que tienen bajos ingresos o que provie-
minado grado. nen de determinados grupos étnicos. Las visitas eva-
Los problemas potenciales deberían definirse y luadoras, que suelen practicarse cada dos o tres años
resolverse en negociaciones abiertas, en las que la si no se han descubierto graves deficiencias, pueden
confianza en el nivel ejecutivo sea la base del pro- depender de varios niveles gubernamentales, tantos
ceso. Nosotros creemos que el futuro nos deparará como contribuyan financieramente, todos ellos in-
más interacción incluso entre las diversas organi- teresados en asegurarse de que los fondos públicos
zaciones asistenciales en interés de la continuidad se utilizan correctamente.
del cuidado del paciente. Estas visitas evaluadoras locales suelen identi-
ficar los fallos y áreas problemáticas del servicio.
Pero la adversidad puede tener ventajas si permite
RESPONSABILIDAD reclutar aliados para corregirla, o el fallo es de tal
magnitud que motiva y moviliza apoyos adminis-
Las instituciones implicadas en la asistencia de la trativos adicionales así como los recursos necesa-
salud mental, como cualquier otro servicio públi- rios para su corrección. Es evidente que pueden
co, están sometidas y son responsables ante los po- aparecer tensiones cuando los valores y priorida-
deres gubernativos. El cuerpo legislador dicta las des del equipo evaluador difieren de los de la plan-
leyes por las que se gobiernan hospitales, clínicas, tilla local: a ningún equipo asistencial le resulta
y similares, y regula las titulaciones profesionales; agradable que lo dejen «al descubierto», sentirse
el poder ejecutivo, a través de sus departamentos en una posición defensiva y tener que dar explica-
estatales y/o locales de higiene y salud mental, pu- ciones, por ello una de las prioridades del psiquia-
blica regulaciones legales que controlan muchos tra gestor debe ser mantener una comunicación di-
aspectos del tratamiento psiquiátrico; y finalmen- námica que alivie las fricciones.
te el poder judicial determina la forma en que rea- Si el psiquiatra ejecutivo, desconcertado por un
lizamos nuestro trabajo, algo que nunca olvidare- aparente fallo de entendimiento de los aspectos clí-
mos si somos lo suficientemente desafortunados nicos, adopta una postura crítica y contraria al
como para estar sometidos a un pleito. En la prác- equipo evaluador, todo serán desventajas para el
tica los jueces son los instrumentos últimos de programa y la plantilla. Colocarse en una posición
control, quienes interpretando el significado de antagónica frente a individuos poderosos y bien in-
leyes y reglamentos influyen directamente en tencionados sólo puede conducir a conflictos, en
nuestra práctica. Una práctica en la que nos vemos los que nadie gana y cuya víctima final siempre es
obligados diariamente a emitir informes referen- el paciente. Suele ser más efectivo intentar enten-
tes a diversos aspectos de nuestros sistemas para der y apreciar la posición y punto de vista del vi-
todo tipo de individuos y grupos. sitante, de forma que éste puede apreciar la preo-
cupación del administrador psiquiátrico sobre los
aspectos clínicos, con los consiguientes beneficios
Responsabilidad hacia el gobierno
para el programa.
Los directores de los programas son responsables,
según quien auspicie la institución, ante los fun-
Responsabilidad hacia la comunidad
cionarios municipales, estatales o federales, quie-
nes a su vez tienen la responsabilidad estatutaria Durante muchos años, tanto usuarios como clíni-
de aprobar y otorgar (o denegar) las licencias de las cos han percibido que los principales sistemas de
instituciones o sus componentes, tanto al inicio asistencia sanitaria de este país eran de la comuni-
como a lo largo de su funcionamiento. Para obte- dad y estaban en la comunidad. Esta visión resulta
ner la certificación gubernamental, y con ella la fi- especialmente útil para el programa, educativa para
nanciación, se ha de superar un proceso de eva- la plantilla y significativa para el ejecutivo cuando
luación externa que revisa el funcionamiento se trabaja con usuarios y defensores interesados e
global de la institución, la configuración de la plan- informados, y es además consistente con la filoso-
GESTIÓN DE LA PSIQUIATRÍA 1517

fía norteamericana de que los individuos deben psiquiátricas., y que los periodistas suelen utilizar
participar en la toma de decisiones de aquello que para aumentar la venta de sus diarios o ascender
les afecta. La tendencia actual se orienta a la co- en su carrera como «reporteros en acción». Resul-
municación abierta entre el público, los sistemas ta esencial, por tanto, que el gestor psiquiátrico
de asistencia sanitaria y el gobierno. mantenga una relación mutuamente respetuosa
Una forma cómoda de iniciar el diálogo es a tra- con las figuras clave de los medios de comunica-
vés de grupos sofisticados como la Alliance for the ción, no sólo como un subterfugio defensivo, sino
Mentally Ill u otras asociaciones de salud mental también para hacer pública la visión de la profe-
locales o estatales. Estos grupos tienen una verda- sión psiquiátrica respecto a controversias genera-
dera dedicación a la causa de la mejora de los ser- les, e influir positiva y constructivamente sobre
vicios de salud mental y pueden servir para que la las cifras de financiación dedicadas a la mejora de
plantilla mejore su conocimiento de la miríada de programas. Es importante que el gestor adquiera
problemas que afectan a pacientes y familiares. experiencia en el manejo con los periodistas, que
También son útiles para patrocinar reuniones in- pueden tener prioridades distintas a las nuestras,
formativas en la comunidad y para influir sobre los pero cuyas buenas intenciones y valores éticos pue-
legisladores respecto a incrementos de las ayudas dan desembocar en alianzas importantes para la
a los servicios clínicos. Las discrepancias entre los mejora de los programas de nuestros pacientes.
grupos comunitarios y el personal profesional sobre
objetivos, métodos y prioridades son inevitables,
Estrategias de influencia
pero las tensiones creadas por distintos puntos de
vista pueden ser vigorizantes y su discusión bene- La política, como el poder, no es una palabra sucia,
ficiarnos mútuamente. Los programas psiquiátri- es simplemente una estrategia para influir sobre
cos pueden salir fortalecidos y mejorados si se aso- otros. Algo importante para poder ayudar a mejo-
cia la capacidad de la comunidad para articular sus rar los sistemas de asistencia de nuestros pacien-
necesidades y deseos, con el conocimiento, las ha- tes, siempre y cuando se haga de una forma ho-
bilidades y la dedicación de los profesionales. Esta nesta, con unos objetivos claros, racionalmente
sinergia se ve potenciada cuando se reconoce que planificados e ideológicamente coherentes. Las ha-
existe una mutua interdependencia: la comunidad bilidades políticas son unos recursos legítimos que
precisa de programas profesionales diestros, y los pueden y deben ser pulidos y utilizados, al igual
programas a su vez necesitan los recursos de la co- que otros atributos, en la dirección de un progra-
munidad. ma. Necesitamos influir, entre otros, sobre los po-
La mayoría de las organizaciones, como hospi- deres gubernamentales, tanto el ejecutivo como el
tales y otras instituciones de asistencia sanitaria, legislativo, sobre las organizaciones sindicales, los
están regidas por directores, administradores, ge- grupos profesionales y médicos, los consumidores,
rentes o gobernadores, nombrados o elegidos entre los medios de comunicación, los órganos acredita-
los miembros más relevantes de la comunidad para dores, nuestros jefes inmediatos, y sobre el cuerpo
servirla, en función de su capacidad, instrucción y de interventores (Keill, 1991). El psiquiatra en ad-
habilidad administrativa. Si los programas que di- ministración debe ser fiel a sus normas profesio-
rigen no son públicos pueden tener, además, una nales y éticas, y no devenir tan políticamente pre-
responsabilidad significativa en incrementar los ocupado como para perder su ideología y sus
fondos. Si son instalaciones subvencionadas por el habilidades clínicas.
gobierno son responsables adicionalmente ante La «política» implica la utilización del poder para
otro funcionario elegido o nombrado. El respeto conseguir metas, lo cual implica, por definición, en-
mutuo, junto con una comunicación abierta y con- frentarse a situaciones adversas, enfrentarse a otros
tinuada, pueden proveer los mayores beneficios a programas o individuos que competirán legítima e
los pacientes. inevitablemente por los mismos recursos, espacios,
financiaciones y personal. El psiquiatra comprome-
tido con la mejora de la asistencia de los pacientes
Resposabilidad hacia los medios de comunicación
utilizará sus habilidades, energías, talentos y recur-
La prensa, la radio y la televisión no sólo influyen sos en la mejora de los sistemas de asistencia e in-
en el público, sino también en las figuras guber- fluirá positivamente en el desarrollo de programas,
namentales, por lo que pueden tener un poderoso incluso desde la oposición. La salud mental es sólo
efecto sobre los programas psiquiátricos. La po- una de las múltiples preocupaciones sociales de los
blación suele estar interesada en los avances ocu- funcionarios públicos y legisladores, al igual que el
rridos en el manejo de los problemas psiquiátricos ejecutivo jefe de un hospital es responsable de mu-
o de otro tipo, pero también en los escándalos, un chos departamentos, además del de psiquiatría. No-
riesgo potencial de muchas instalaciones públicas sotros llamamos «política» a la influencia satisfac-
1518 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

toria sobre los demás que consigue dar prioridad a por tanto las metas y objetivos de la organización
nuestras necesidades, e implica, por ejemplo, con- y es una evidencia de que los recursos son finitos.
vencer a los líderes hospitalarios de que inviertan El plan global es quien dirige el presupuesto, y no
dinero en mejorar la plantilla de una unidad hospi- al revés.
talaria en lugar de construir un nuevo estaciona- Según Warren (1992) el presupuesto es, además,
miento; puede significar convencer a un grupo co- un documento político que equilibra prioridades
munitario local para que apoyen el desarrollo de una rivales y establece un escenario para su implanta-
clínica satélite en un nuevo barrio; o aliarse con ción. Tiene también una función supervisora.
otros para convencer al gobernador y al comisiona- Durante su ejecución puede estudiarse la dis-
do estatal de la necesidad prioritaria de incluir va- tribución real de los fondos y compararse con la
rios millones de dólares en el presupuesto estatal de prevista de forma que cualquier variación encon-
salud mental. trada actúa como un mecanismo de realimentación
La evaluación de la oposición es particular- para los directores del programa que pueden reali-
mente importante en estos procesos. El conoci- zar correcciones «en el fragor de la batalla».
miento de su fortaleza, estructura, estilo, recursos El administrador tiene la responsabilidad de ase-
y vulnerabilidad marcar la diferencia entre el éxito gurarse de que los recursos se están usando de una
y el fracaso. Puesto que una de las preocupaciones forma responsable y obediente, esto no significa
básicas y legítimas de los funcionarios estatales que tenga un contable, pero sí ha de ser capaz de
que podrían proporcionar financiación adicional tratar con la división financiera y entender su len-
para un programa psiquiátrico es la economía y los guaje.
costes, una estrategia apropiada podría ser enfati- Hay varios tipos de presupuestos operacionales,
zar la forma en que el programa realmente ahorra- todos los cuales comparten una orientación futu-
ría dinero al eliminar duplicaciones y aumentar la ra, aunque unos más brillantes que otros. Las en-
base de impuestos. Esto no significa que se haya tidades gubernamentales suelen funcionar con una
de abdicar de la perspectiva humanista, sino ayu- asignación de techo fijo, o suma global, que per-
dar al funcionario estatal a satisfacer sus priorida- mite al ejecutivo cierta flexibilidad para traspasar
des, al tiempo que nosotros intentamos hacer lo dólares de un propósito a otro, siempre y cuando
propio con las nuestras. no se exceda del límite prefijado. Por contra, el pre -
Es importante racionalizar los recursos que uti- supuesto de ítem lineal u objetual especifica una
lizamos para influir. Debemos seleccionar unos cantidad para cada gasto particular, y quizá tam-
cuantos objetivos de importancia, y rehuir la disi- bién para cada nivel del escalafón del personal en
pación de energía que se produce cuando nos des- la agencia. Este es un método obviamente rígido
plegamos en demasiados frentes. La planificación que hace recaer toda la autoridad sobre los gastos
estratégica de la influencia aumenta nuestro poder en el cuerpo financiero.
e imagen, pero sobre todo eleva nuestra capacidad Un presupuesto programático, también conoci-
de ayuda a los pacientes y sus familias para que re- do con las siglas PPBS (sistema presupuestario de
ciban todo el cuidado que se merecen. planificación programada, planning programming
budget system), define lo que se ejecutará en cada
unidad o división; es un proceso complicado que
PRÁCTICAS FISCALES genera una estructura semejante a una matriz en
la que se contienen los objetivos dispuestos en uni-
La parte del león de los gastos de toda organización dades de ejecución medibles. Un presupuesto de
sanitaria es la cuenta de personal, cuyo porcenta- base cero requiere que se prevean todos los gastos
je puede variar según el tipo de servicios que se del año; todas las peticiones (incluyendo el salario
ofrezcan, hasta representar el 80% de los desem- del gestor psiquiátrico ) deben estar justificadas en
bolsos anuales. Este componente incluye los sala- detalle, todas las prioridades especificadas, no se
rios de la plantilla más el coste de los comple- puede dejar nada en el aire, cada dólar está, lite-
mentos. Otros costes son el alquiler, servicios de ralmente mirado y requetemirado. Finalmente está
portería, viajes, correos, teléfono, servicios públi- el presupuesto incremental, que simplemente ajus-
cos, etc. El mecanismo utilizado para supervisar ta hacia arriba o abajo el del año previo, depen-
estos gastos es el presupuesto. diendo de la demanda de servicios y su utilización,
los costes de vida, y cuestiones similares; es un pre-
supuesto que requiere escasa creatividad.
El presupuesto
Otros conceptos importantes son los distintos
El presupuesto es ante todo un plan financiero, que tipos de costes. Los costes fijos, de los que los sa-
nace y está en consonancia con el plan estratégico larios son un ejemplo, son aquellos que permane-
y las afirmaciones globales en él contenidas. Apoya cen independientemente del volumen de los ser-
GESTIÓN DE LA PSIQUIATRÍA 1519

vicios producidos. En contraste, los costes varia - El gobierno federal también ha sido un servicio
bles son directamente proporcionales a la produc- de asistencia médico-quirúrgica y psiquiátrica para
ción. En cirugía, por poner un ejemplo que no sea poblaciones selectas a través de servicios como,
de nuestro campo, los costes de los suministros au- por ejemplo, el Indian Health Service o el Public
menta a medida que se realizan intervenciones. Health Service, o por medio de instalaciones mili-
Los llamados costes de paso variable, son sólo re- tares y centros médicos del Department of Vete -
lativamente proporcionales al volumen de pro- ran Affairs.
ducción, como ocurre con el mantenimiento de las En la actualidad Washington, D.C. (y Baltimo-
instalaciones. re, donde tiene su cuartel general la Social Secu -
Finalmente, pero sin alejarnos del contexto an- rity Administration) asigna una cantidad signifi-
terior, todas las instituciones tienen tantos costes cativa de dinero para financiar programas dirigidos
directos y los costes indirectos. Los costes direc- a los ancianos, los pobres y la población discapa-
tos se originan por el funcionamiento de los pro- citada, a través de los programas Medicare y Me -
gramas, como los salarios y los suministros, mien- dicaid, creados en, 1965 por enmiendas a la ley de
tras que los costes indirectos incluyen los gastos seguridad social. Medicare fue instituido original-
de mantenimiento y de servicios públicos necesa- mente para facilitar asistencia médica a los ancia-
rios pero no específicos del programa, que también nos (personas mayores de 65 años), que recibían sus
deben colocarse en el presupuesto (la forma más pensiones de jubilación. La parte A de Medicare,
frecuente es por unidades o divisiones). Con fre- sufragada por los impuestos, paga los costos del tra-
cuencia los directores de servicio no se ponen de tamiento hospitalario, y la parte B, opcional y pa-
acuerdo con los demás respecto a las asignaciones gada en parte por los beneficiarios, cubre, entre
que les corresponden, pues ninguno de ellos quie- otros, la asistencia médica y las necesidades de
re ser considerado un «gran gastador». asistencia domiciliaria. Este programa reembolsa
La construcción de una nueva instalación, la re- el tratamiento hospitalario (a menos que se reali-
habilitación global de una vieja, o la adquisición ce en instalaciones federales) pero con un «tope»
de un equipamiento suelen considerarse de forma para la estancia gratuita en hospitales psiquiátri-
separada en un presupuesto de capital. cos. El apoyo a la asistencia psiquiátrica ambula-
Una vez que el presupuesto está preparado debe toria fue escaso desde el principio; a diferencia de
ser sometido a la aprobación de una autoridad su- otros servicios sanitarios en los que el usuario sólo
perior, de un cuadro de directores, de una entidad pagaba el 20% de los gastos, en la asistencia psi-
gubernamental, o quizá de todos, dependiendo del quiátrica el máximo anual permitido era mezqui-
tipo de instalación. Hasta ahora sólo hemos ha- no y además estaba sometido a un pago parcial del
blado de los gastos, pero ésto es sólo la mitad del 50%. Las personas discapacitadas menores de 65
cuadro, también hemos de hablar de los ingresos. años con historial laboral pueden percibir el Sup -
El ejecutivo, o el funcionario financiero con quien plemental Security Disability Income, y además
esté trabajando, debe tener cuidado de no caer en el Medicare, al formar parte de uno de los escasos
la trampa de ahorrar dinero reduciendo la planti- grupos definidos.
lla si, de hecho, un programa genera más reembol- Medicaid, por otra parte, es un programa de me-
sos de lo que cuesta su funcionamiento. cenazgo federal en asociación con varios estados. En
líneas generales el gobierno federal paga la mitad de
los costes, y los estados (y a veces los municipios)
Financiación de los servicios
se hacen cargo de la otra mitad, pero la proporción
La asistencia a la salud mental se ha financiado exacta varía dependiendo de la salud relativa, o de-
tradicionalmente a través de hospitales y clínicas ficiencia de ella, de las arcas de los estados. Todos
regidas y poseidas por los gobiernos estatales, así los beneficiarios de la asistencia pública pueden ac-
como mediante ayudas a otras agencias para asis- ceder a Medicaid, así como aquellos cuyos ingresos
tir a pacientes psiquiátricos. Los enfermos físicos estén por encima de los requeridos para los pagos de
no gozan de un sistema similar tan bien desarro- bienestar pero insuficientes para sufragarse los cui-
llado, aunque durante algunos años han existido dados médicos, y que se conocen como «médica-
los hospitales municipales y las casas de caridad. mente indigentes». El nivel de ingresos requeridos
En la actualidad muchos sistemas estatales están para la participación, así como la gama de beneficios
disminuyendo sus prestaciones, en parte como ofrecidos, varía de estado en estado y es el resulta-
consecuencia de la desinstitucionalización, pero do de las decisiones discrecionales de los políticos.
todavía facilitan una enorme cantidad de asisten- Medicaid también tiene exclusiones especiales en
cia directa y pueden formar parte de los tipos de cuanto a la psiquiatría: no sufraga los tratamientos
sistemas de cooperación y colaboración descritos psiquiátricos hospitalarios de adultos menores de 65
anteriormente en la sección de planificación. años, aunque los hospitales generales pueden ser
1520 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

reembolsados por esta asistencia; los hospitales te. El tradicional seguro de indemnizaciones hono-
psiquiátricos de asistencia gratuita, las instalacio- rarios-por-servicio realiza sus pagos después de haber
nes estatales, y las clínicas habilitadas psiquiátri- prestado la asistencia y presentarle la factura. Al-
cas pueden recibir fondos federales sólo para pa- gunos planes prospectivos, sin embargo, ponen lí-
cientes ingresados menores de 21 años y mayores mites máximos respecto a qué se pagará y a qué pre-
de 65; las tarifas que se ofertan a los médicos sue- cio; por ejemplo, muchas organizaciones prepago de
len ser tan bajas que los que están en ejercicio pri- mantenimiento de la salud limitan el tiempo de in-
vado no pueden permitirse el aceptarlas, sea la asis- greso hospitalario a 30 días al año y el número de vi-
tencia intra o extrahospitalaria. Las personas que sitas ambulatorias a 20. El servicio receptor es per-
están crónicamente discapacitadas y reciben el sonalmente responsable del balance. Para regular
Supplemental Security Income también están in- estos tipos de operaciones, muchos estados han de-
cluidas en el Medicaid. cretado estatutos que ordenan cubrir ciertos servi-
La realidad es que las instalaciones psiquiátri- cios hasta determinados niveles, pero desgraciada-
cas han terminado por depender en gran medida de mente para nuestros pacientes, los niveles definidos
estas fuentes de ingreso, y que prácticamente todas en tales preceptos pueden ser inadecuados. Los gru-
las entidades de salud están apoyadas por múlti- pos autoasegurados están, por prioridad federal,
ples fuentes de renta pública. Dorwart y colabora- exentos de tales mandatos estatales.
dores (1992) tras hacer esta observación continúan
enumerando cómo debe gestionarse la mezcla de
Control del coste
fondos privados y autorizaciones públicas para ase-
gurar la viabilidad financiera. Los aseguradores co- La sociedad en general, y los funcionarios electos,
merciales, entre los cuales Blue Cross es el mayor, en particular, hace tiempo que vienen expresan-
cubren a muchos trabajadores y sus dependientes do su preocupación acerca del coste de la asis-
por medio de contribuciones del patrón, ahora tencia sanitaria y el porcentaje del producto na-
complementadas al alza mediante descuentos en cional bruto que consume. En respuesta a esta
la nómina de los empleados. El Federal Employe - preocupación, la Health Care Financing Admi -
es Health Benefits Program asiste a los funciona- n i s t r a t i o n (el brazo del gobierno cargado con la
rios federales, mientras que las necesidades sani- responsabilidad del funcionamiento y regulación
tarias de las familias de los militares y los retirados federal de los programas autorizados) desarrolló
son cubiertas por el Civilian Health and Medical el sistema de pago conocido como DRGs (D i a g -
Program for the Uniformed Services. Y finalmen- nostic Related Groups o grupos diagnósticos re-
te, algunos patrones se autoaseguran, otros pocos lacionados) para la asistencia en hospitales fi-
están lo suficientemente sanos para hacer lo nanciados por Medicare. Todas las enfermedades
mismo, y un gigantesco número de norteamerica- se clasifican así en uno de los varios cientos de
nos no tienen ningún tipo de seguro. Decir que este categorías diagnósticas, y se paga una cantidad
último grupo es de autopago es un eufemismo de fija para el tratamiento hospitalario de dicha en-
no-pago, o un camino hacia la bancarrota cuando fermedad, con ciertas concesiones por complica-
se necesitan grandes cuidados. ciones o comorbilidad. Si un hospital trata exito-
Cada plan o programa de seguros tiene diferen- samente a un paciente por menos de la cifra de
tes niveles de beneficio, que crea a cualquier ge- dólares especificada, disminuyendo sus días de es-
rente o administrador del programa una matriz des- tancia por ejemplo, digamos que se queda con el
concertante para cualquier reembolso. Una agencia cambio. Pero si los costes superan lo que se le
obtiene beneficios cuando es capaz de maximizar paga, la institución es responsable de la diferen-
su interés por pacientes bien asegurados. Sólo cia. Al paciente no se le pasa factura.
como un ejemplo, si se tienen planes de expandir Este esquema es extremadamente difícil de im-
un servicio geriátrico ambulatorio, no estaría de plantar para los pacientes psiquiátricos, dado que
más recordar que Medicare paga muy poco por los el diagnóstico sólo sirve para explicar una peque-
servicios psiquiátricos ambulatorios, aunque los ña parte de la variabilidad de recursos consumidos
recientes cambios han aumentado substancial- o de los días de estancia. Los hospitales psiquiá-
mente el techo anual y permitido el reembolso del tricos (al igual que las clínicas de rehabilitación y
80% de los servicios de asistencia médica facilita- los hospitales infantiles) quedan totalmente fuera
dos (típicamente psicofarmacológicos). Con todo, de estos mecanismos de pago prospectivo. Las uni-
el reembolso de Medicare por los pacientes ingre- dades psiquiátricas de un hospital general pueden
sados es en la actualidad adecuado para la mayoría solicitar una exención, pero se someten a una vi-
de los hospitales. sita local anual para asegurar el seguimiento de las
Para complicar todavía más el cuadro, el pago condiciones de participación impuestas previa-
se puede realizar prospectiva o retrospectivamen- mente por la Health Care Financing Administra -
GESTIÓN DE LA PSIQUIATRÍA 1521

tion. El proceso de esta supervisión suele delegar- que el período que «el comercio aguantará» no es
se en las agencias estatales. mucho. Un método frecuente de reducir gastos del
Los mismos médicos no están inmunes al fer- seguro es aumentando la base deducible anual que
vor tasador del gobierno, quien ha articulado un el individuo y su familia deben pagar de su bolsi-
complicado grupo de reglas, entre las cuales se llo antes de que la compañía reembolse los gastos.
cuentan factores tales como la cantidad de trabajo Adicionalmente, y esto ocurre también con fre-
profesional implicado, la complejidad del procedi- cuencia en la asistencia psiquiátrica, se puede au-
miento o de la decisión médica a tomar, los costes mentar el pago compartido de aquellos gastos de
locales, las tasas de los seguros por malpraxis, etc., los cuales el asegurado es personalmente respon-
para generar un grupo de valores que multiplica- sable, lo cual se consigue simplemente aumen-
dos a su vez por una cantidad financiera específi- tando el porcentaje de coparticipación en los gas-
ca, dan como resultado una serie de cifras conoci- tos o disminuyendo la cantidad máxima que se
das como Resource Based Relative Value Scale. reembolsará por visita médica.
Muchos de nuestros colegas están descontentos de El análisis de la utilización de los servicios tiene
los resultados, en parte porque, una vez más, los una larga historia, en parte como una forma de con-
códigos de reembolso no reflejan adecuadamente trol de los gastos. Inicialmente se desarrolló para
todas las variables, particularmente la gama y di- Medicare, aunque ahora se aplica a todos los paga-
versidad de servicios que generalmente ofrecemos dores y pacientes, y es necesario para la acredita-
a nuestros pacientes. ción hospitalaria. La ejecución de este análisis
Es obvio que tanto los individuos como los es- puede ser prospectiva (esto es, certificación de pre-
tablecimientos desean un rápido retorno al traba- admisiones), concurrente (mientras el paciente está
jo. Es lamentable que cuando un asegurador deja hospitalizado), o retrospectiva (tras el alta). Sirve
de pagar lo que debería, al ejecutivo no le quede para asegurar que el tratamiento está indicado y
otro remedio, si quiere mantenerse a flote, que au- que la asistencia se ha prestado de una manera efi-
mentar las tarifas que carga a otros pagadores. Este ciente. El consenso existente señala que este mé-
fenómeno, conocido como traslado de costes, es todo por sí solo ahorra muy poco dinero.
frecuente en la industria, pero tiene que acabar en Durante los años 90, y probablemente más allá,
algún momento, porque los bolsillos no son un «la práctica de la psiquiatría ha sido transformada
pozo sin fondo. En la actualidad estamos casi a por aquellos que pagan la factura» como sabiamen-
punto del bloqueo del traslado de costes. te apunta Sharfstein (1992, pág. vii). La utilización
Los gestores psiquiátricos podemos salir ade- de recursos, que estaba férreamente vigilada por
lante de una forma algo extraña a nuestra forma- aquellas terceras partes pagadoras, como las compa-
ción y experiencia: mediante la comercialización ñías aseguradoras, ahora también lo está por las lla-
de nuestros servicios, algo que cada vez presenta madas cuartas partes (compañías que, bajo contrato,
mayor importancia. Los grupos de usuarios, los controlan la utilización de servicios médicos con el
aseguradores y cualquier otro pagador deben co- fin de aprobar, denegar o supervisar el cuidado ofre-
nocer cual es el uso apropiado de los servicios que cido a los beneficiarios). Se ha creado un sistema de
ofrecemos (a lo cual se les debe alentar), tanto ge- asignación caso-por-caso que se conoce como ges -
nerales como especializados, a fin de maximizar tión de la utilización (de servicios médicos).
nuestros recursos y evitar el «tiempo muerto». Cuando esta gestión se realiza en coordinación
con una selección de instituciones, clínicos e in-
dividuos, surge la llamada gestión asistencial
GESTIÓN ASISTENCIAL (American Psyhchiatric Association, Committee
on Managed Care, 1992). La forma más férrea de
La contención de los gastos no es tan sólo una prio- control la ejerce la HMO (health maintenance or -
ridad de los métodos de subvención de la asisten- ganization u organización para el mantenimiento
cia sanitaria patrocinados por el gobierno, sino que de la salud). Las personas que se adhieren a ella
casi se ha convertido en una obsesión nacional. Los como miembros pagan una cantidad predetermi-
aseguradores privados y otros pagadores están pre- nada, y la organización se hace responsable de
ocupados por el aumento continuo de los costes de todos los cuidados y tratamiento necesarios, am-
los seguros sanitarios. Una de las principales ra- bulatorios, hospitalarios, quirúrgicos, psiquiátri-
zones para este incremento es la disponibilidad de cos, etc. La HMO es una entidad de riesgo finan-
tecnología cara, pero, también el crecimiento del ciero, por lo que si gasta más de lo ha obtenido por
número de personas necesarias para ofrecer la asis- sus cuotas, debe absorber la diferencia.
tencia y el aumento de sus salarios. Los patrones Una segunda forma, más poderosa y que cuesta
están contrariados por lo mucho que deben pagar un poco más que la HMO, pero que sin duda es
por la asistencia médica de sus empleados, y por- menos cara que el sistema tradicional de honora-
1522 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

rios-por-servicio, es la PPO (preferred provider or - gunos consideran que esto es rentable, pero otros
ganization, u organización de asistencia preferen- piensan que es simplemente «rizar el rizo».
te). Sus subscriptores deben recibir todos sus ser- La gestión asistencial conlleva la posibilidad de
vicios médicos de un grupo restringido de denegar una asistencia. Si el clínico no sigue las lí-
profesionales y deben ser atendidos en hospitales neas directrices o los procedimientos contractua-
concertados cuando necesiten ingresar; si acuden les el gestor negará la asistencia. Esta decisión se
a otros servicios ajenos a la red deberán pagárselo puede apelar, pero tendrán que demostrarse cir-
de sus bolsillos. En ambos tipos de acuerdos suele cunstancias excepcionales para tener éxito. Lo más
haber un médico de asistencia primaria que actúa frecuente es una denegación clínica, en la que el
como «compuerta» que autoriza o deniega la deri- revisor (que puede ser un profesional con bagaje en
vación a los especialistas y al hospital. Si alguien salud mental pero que probablemente no sea un
acude a sus centros por su propia cuenta puede dar psiquiatra) muestre su desacuerdo con alguno de
lugar a que no se le reembolse en absoluto, o en los aspectos del tratamiento, basándose en un pro-
todo caso una cantidad muy pequeña. tocolo escrito. El clínico, al apelar, puede sumi-
Pero esto sólo es el principio. Los certificados nistrar documentación adicional, detallar el plan
de preadmisión en la gestión asistencial ofrecen una de tratamiento, y explicar más ampliamente las ra-
evaluación inicial de los servicios que se solicitan, zones para la intervención elegida, y así probable-
tanto del lugar (hospital, consulta) como de la in- mente se consulte con un psiquiatra. Sólo a un co-
tensidad de la demanda. Respecto al tratamiento, lega se le debería permitir (en un mundo ideal)
debe constar la duración y las modalidades particu- tomar la última decisión.
lares que hayan de usarse. Incluso así puede que sólo A estas alturas el lector puede estar preguntán-
se autorice una evaluación inicial para la planifica- dose por qué querría alguna institución o médico
ción de un tratamiento. Sólo suelen aprobarse aque- formar parte de la gestión asistencial. ¿Por qué
llos procedimientos que son coherentes con el plan estar de acuerdo con la gestión de la utilización de
de tratamiento, y a continuación se programan re- servicios, con las limitaciones para derivar pa-
visiones adicionales a intervalos cortos. Los gastos cientes, y con el uso limitado de hospitales y con-
más caros, como un ingreso, se estudian con mayor sultores?. La respuesta es decepcionantemente
intensidad, pero esto no libra de los formalismos a simple: en una palabra, supervivencia. A medida
la asistencia ambulatoria. que cada vez más entidades se mueven en la di-
Mientras el paciente sigue el tratamiento hay rección de la gestión asistencial, quedan menos pa-
revisiones periódicas. Cuando éste es en forma de cientes que no estén cubiertos por un plan u otro.
ingreso hospitalario las revisiones pueden ocurrir Los hospitales no ganan dinero con las camas va-
cada pocos días y rara vez exceden de la semana, cías, y los terapeutas no obtienen honorarios de las
aunque en los casos psiquiátricos pueden alargar- horas huecas. Poco a poco los pacientes que uno
se a razón de una cada 10 sesiones, por ejemplo. En tiene se van pasando a la gestión asistencial, a me-
estas revisiones se examina el plan de tratamien- dida que sus patrones o aseguradores muerden el
to, sus actualizaciones y modificaciones, los cur- señuelo de la contención del gasto.
sos diarios e incluso los resúmenes y formularios Otra forma dolorosa con la que las compañías con
creados por terceras y cuartas partes. El clínico gestión asistencial ahorran dinero es a través de los
debe demostrar que se progresa hacia las metas del procedimientos de reembolso. Aunque todavía exis-
tratamiento y que, independientemente de la mo- te el sistema de honorarios-por-servicio, los hono-
dalidad del tratamiento, el pacientes avanza rápi- rarios reembolsados casi siempre cuentan con un
damente en la dirección de cumplir los criterios de descuento respecto a lo cargado por quien presta la
alta. Algunas organizaciones inspectoras ofrecen asistencia (hospitales o profesionales). Este des-
un «gerente de casos» para ayudar en este proceso, cuento a veces es bastante escalonado, pero en otras
pero muchos de nuestros colegas creen que esto es puede tener un máximo relativamente bajo.
una intrusión inútil en la relación médico-enfer- Otro método de pago, como ocurre en la HMO,
mo. es la capitalización, en el cual se paga periódica-
Con vistas a asegurarse la aprobación del trata- mente y con antelación una cantidad prefijada a
miento el clínico debe demostrar la «necesidad mé- cambio de que se ofrezcan todos los servicios ne-
dica»; lo cual significa que el tratamiento debe ser cesarios a una población de pacientes especificada.
adecuado y esencial para la evaluación y/o trata- Para acabar de aligerar el billetero numerosas com-
miento de la enfermedad, debe proporcionar una es- pañías con gestión asistencial retienen una parte
peranza razonable de mejorar el estado del pacien- de los pagos, por ejemplo el 10%, hasta que ha fi-
te, y debe estar acorde con las normas aceptadas de nalizado el período de contrato (generalmente un
la práctica psiquiátrica (American Psychiatric As - año). El que le quiten a uno este dinero depende de
sociation Committee on Managed Care, 1992). Al- las prácticas fiscales globales de la empresa con-
GESTIÓN DE LA PSIQUIATRÍA 1523

tratante y de uno mismo. En cualquier caso, si la profesional o una organización sepa lo que acepta-
empresa con gestión asistencial sufre un colapso rá y aprobará una compañía de gestión asistencial
financiero total, el psiquiatra continúa siendo res- si ésta se guarda la información, a menudo como
ponsable del tratamiento del paciente (American un asunto secreto. La respuesta a esta petición es
Psychiatric Association Committee on Managed que, si ellos publicaran sus normas, las entidades
Care, 1992). de asistencia «entrarían en el juego» y adecuarían
sus informes a los requerimientos. Una excepción
honrosa es la compañía Preferred Health Care
Problemas asociados a la Gestión asistencial
(1990), a cuyos procedimientos y protocolos clíni-
Estos comentarios conducen naturalmente a la dis- cos es fácil acceder.
cusión de otros problemas asociados con la gestión Se ha forzado a los hospitales a expandir sus de-
asistencial, y son una legión. El primer autor de partamentos o divisiones de análisis de la utiliza-
este capítulo ha investigado por doquier la forma ción de servicios, simplemente en respuesta a las
en la que los sistemas legales han respondido a al- demandas y peticiones de terceras y cuartas par-
gunos de los obvios conflictos que se han ido pre- tes, sin que ello haya supuesto mayores reembol-
sentando (Rachlin, 1992). Hasta ahora ha habido sos para el hospital. Melnick y Lyter (1987) añaden
sólo unos cuantos casos, pero parece que los clíni- que los requerimientos adicionales de rellenar for-
cos no están eximidos de responsabilidad por la mularios y hacer resúmenes o el mero esfuerzo de
evolución adversa que pudiera resultar de las li- escribir creativamente, restan tiempo y energía
mitaciones económicas. Continuamos siendo com- para otras actividades, como prestar asistencia a
pletamente responsables de nuestras decisiones clí- los pacientes.
nicas, que deben tomarse en consideración del Finalmente, está la particularmente injusta vul-
máximo beneficio de nuestros pacientes. nerabilidad de los servicios del sector público fren-
Los aseguradores continuarán manteniendo una te a las actividades de contención del gasto del sec-
norma legal de buena fe y buen hacer, y serán lla- tor privado (Rachlin, 1992; Tischler, 1990). Por
mados a realizar sus revisiones responsablemente, poner un ejemplo, si el personal de una instalación
y de acuerdo con los estándares aceptados. Los pro- privada estima indicado proseguir una hospitaliza-
fesionales, sin embargo, deberán mantener un es- ción, pero la compañía de gestión asistencial no está
tándar más alto, el de la ética. Esto condiciona la de acuerdo y rechaza pagar, las opciones de la ins-
responsabilidad del psiquiatra de no abandonar a talación son continuar el tratamiento con las signi-
su paciente, sino continuar ofreciéndole la asis- ficativas pérdidas financieras que ello implica, o in-
tencia necesaria, al menos hasta que se pueda lo- tentar concertar un traslado a los hospitales de
grar un acuerdo aceptable, incluso aunque no se titularidad gubernamental. No es difícil suponer que
prevea reembolso alguno. esta última opción es la que más frecuentemente se
Una abogada llamada Sanders (1991), recuerda toma. Desde la barrera ambulatoria, ¿Qué pasa
que no ha habido ningún intento serio de regula- cuando el paciente necesita psicoterapia adicional
ción global de la gestión asistencial, que asegure y la entidad de gestión asistencial no piensa reem-
que no se impida el acceso de los pacientes a los bolsarla porque no cumple con los criterios diag-
necesarios servicios de salud. Especula que esto se nósticos o el número máximo de visitas aprobado
debe, en parte, al apoyo histórico, alentado legis- ya se ha cubierto? ¿Pueden mandarse simplemente
lativamente, a la gestión asistencial bajo la supo- a las clínicas públicas? Seguramente no les gustará
sición de que representa una contención efectiva la responsabilidad de hacerse cargo de personas cuyo
de los gastos. seguro se ha agotado. Hemos de estar al tanto, tam-
Algunos estados (y algunos municipios) han le- bién, de las limitaciones del sector público, cuya
gislado fórmulas de control de diversos aspectos plantilla no es que esté enferma, pero sí padece un
de la gestión asistencial. Entre ellas están la pu- apoyo financiero inadecuado por parte del gobierno,
blicación de protocolos, el requerimiento de que el cual a su vez está encorsetado por la economía.
las revisiones las efectúe un médico de la misma ¿Cómo acabará todo?
especialidad, procesos de apelación específicos,
prohibición de que el pago a las cuartas partes de-
penda del porcentaje de dinero que le hayan «aho-
CONTROL DE CALIDAD Y MEJORAS
rrado«a las compañías aseguradoras, y la obliga-
ción de consultar con el médico que trata al Pese a las restricciones fiscales ya menciona-
paciente antes de denegar el pago. das, los pacientes y los pagadores desean saber que
Respecto a la primera fórmula mencionada an- el tratamiento que reciben es de alta calidad, o al
teriormente, la publicación de protocolos, todos menos profesionalmente aceptable. La ética de la
estaremos de acuerdo en que resulta difícil que un medicina no nos exige menos a los psiquiatras.
1524 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

Realmente, por unos centavos, no podemos privar nocido es el de 10 pasos, desarrollado por la Joint
a nuestros pacientes de los cuidados más distin- Commission on Accreditation of Healthcare Or -
guidos, les debemos un equilibrio justo, que sin ganization, que esquematizamos en la Tabla 44-1,
embargo puede ser difícil de conseguir (o incluso y cuyas características describe Taylor (1992).
de definir). El proceso de asegurar la calidad se Nadie debe pretender legítimamente ser capaz de
orienta, parcialmente, hacia esta meta. realizarlo todo de golpe. Hay muchas cosas que un
En la actualidad la evaluación de la calidad departamento puede querer supervisar, como la
forma parte de la cultura norteamericana. Es un re- práctica psicofarmacológica o las altas voluntarias.
querimiento no sólo de terceras y cuartas partes, Pero, como máximo, deberían supervisarse de
sino de prácticamente toda agencia reguladora o forma continuada dos aspectos de la asistencia,
acreditadora con la que entremos en contacto. quizá con dos indicadores por cada uno de ellos. Lo
No ha sido una entidad estática, ha padecido prudente es cambiar a otros aspectos en el mo-
una serie de modificaciones a lo largo de los años mento que esta supervisión no detecte problemas.
que la han obligado a evolucionar. Como se men- Uno no debería alentar la perseverancia ciega, ni
cionó anteriormente, el análisis de la utilización intentar mejorar la asistencia de los pacientes sin
de servicios fue posiblemente la primera fase de la atender a los problemas. Tales actitudes convier-
gestión de calidad, que reconociendo la necesidad ten el proceso en un papeleo inútil.
de recursos para la asistencia sanitaria, buscaba su
eficiencia. Las organizaciones inspectoras, inte-
Cambios evolutivos
gradas por colegas, aparecieron en escena por man-
dato federal no sólo para asegurar la calidad del tra- Una tendencia clara en el proceso de garantizar la
tamiento que financian nuestros impuestos, sino calidad es que se efectúe lejos de la evolución que
también para intentar contener los gastos. se está supervisando, esto es, ¿Está Vd., realmen-
Para entender las garantías de calidad es preci- te ofreciendo un alto nivel de asistencia?. Mirin y
so aprender un nuevo vocabulario. Fauman (1989) Namerow (1991) arguyen que pese a las dificulta-
y Wilson y Phillips (1992) nos han facilitado va- des de diseño e implantación, los estudios de evo-
liosos diccionarios e información varia sobre este lución son esenciales para que podamos modificar
proceso. Con el término asistencia de calidad se nuestra práctica clínica, pues nos permiten saber
indica que la evolución ha sido óptima al utilizar qué modalidades son esenciales, cuales son útiles,
los recursos disponibles de una forma apropiada, y cuales son inefectivas. Pese a que son muchas las
que las organizaciones sanitarias cumplen explíci- variables relacionadas con el tratamiento y que el
ta o implícitamente unos estándares, y que el tipo sistema de asistencia mental es complicado, Mirin
de instalación y tipos de servicios han sido rele- y Namerow se preguntan si el futuro no vinculará
vantes para el diagnóstico del paciente y sus nece- los reembolsos con los datos de evolución. Pero,
sidades clínicas. Los estándares, por su parte, son dicho sea de paso, lo que debería mirarse no es tan
principios establecidos que se esperan o exigen y sólo el estado clínico de los pacientes, sino sus re-
que pueden medirse. Las normas son medidas cua- laciones interpersonales, su capacidad para fun-
litativas o cuantitativas de aspectos prácticos. La cionar en sociedad y su calidad de vida.
combinación de estándares y normas producen Kinzie y colaboradores (1992) nos ofrece un útil
unos criterios que se utilizan para emitir juicios de relato de cómo aplican las tradicionales conferen-
la calidad de la asistencia, y que definen lo opor- cias sobre mortalidad-morbilidad a la psiquiatría.
tuno del tratamiento. Estos criterios han de ser di- Otorgan a estas sesiones una función de gestión de
lucidados por los profesionales, a partir de la ex- riesgos, un aspecto que incumbe a la subdivisión
periencia y la bibliografía, y aplicados por colegas de mejora de la calidad; en ellas se identifican y
una vez que el análisis se haya iniciado. Los crite- analizan las potenciales responsabilidades legales
rios pueden atañer a la estructura (¿Tiene la insti- con el objetivo de prevenirlas, y se desarrollan ac-
tución sanitaria los recursos y mecanismos apro- ciones para combatirlas, preferentemente antes de
piados?), al proceso (¿Cómo se está prestando la que sean archivadas. Kinzie y sus colaboradores re-
asistencia?) o a la evolución (¿Cuales han sido los visaron las muertes, complicaciones médicas prin-
resultados para el paciente?). En realidad casi nadie cipales, restricciones y reclusiones, medias de es-
«visita» las estructuras; es una quimera. tancia excesivas, reingresos prematuros, intentos
de suicidio y actos violentos, y presentaron las pri-
meras 100 evoluciones indeseables. Un gran nú-
El abordaje en 10 pasos
mero de estos acontecimientos podrían haber sido
La garantía de calidad se aplica a la plantilla mé- evitados. Los autores acaban recordando que éste
dica, a las amplias funciones hospitalarias, y a los es sólo uno de los componentes de su programa
clínicos y servicios de apoyo. El modelo más co- global.
GESTIÓN DE LA PSIQUIATRÍA 1525

TABLA 44-1. PARADIGMA EXPANDIDO DE GARANTÍA DE CALIDAD EN 10 PASOS


Paso Explicación
1. Asignación de responsabilidades para la Esto normalmente recae sobre el/la médico que es jefe, presidente o
supervisión y evaluación de actividades. director del servicio clínico.

2. Delinear el alcance de la asistencia. ¿Cuales son los principales servicios ofrecidos, a qué pacientes se
atiende, quién los atiende, y donde?
3. Identificar los aspectos más importantes En concreto, ¿Donde hay una oportunidad para mejorar?. Los puntos de
de la asistencia. partida sugeridos son aquellas intervenciones que ya se ofrecen en
alto volumen, aquellas que se sabe que tienen un alto riesgo, y aquellas
hacia las que se sabe o piensa que se tendrán que implantar.
4. Identificar los indicadores relacionados Se reconocen y se apuntan para un posterior estudio. Poseen un
con dichos aspectos asistenciales. predeterminado nivel y/o patrón de asistencia o evolución. Los
resultados adversos se incluyen en este paso.
5. Establecer umbrales para la evaluación Nada es perfecto, pero ¿Qué porcentaje de desviación es aceptable?.
relacionados con los indicadores. Este nivel predeterminado nivel de ejecución debería ser realista, no
el techo máximo. Los «sucesos centinela», como el suicidio y otros
acontecimientos graves, se revisan al nivel máximo (100%).
6. Recoger y organizar los datos. La mayoría de éstos, por supuesto, serán internos, pero algunas
medidas pueden obtenerse de organizaciones de análisis semejantes y de
agencias gubernamentales. El departamento debe revisar y evaluar
sus datos.
7. Evaluar la asistencia cuando se alcancen Esto puede significar voltear los casos problemáticos de cualquier
los umbrales. estirpe (un clínico específico, un grupo diagnóstico, un tipo de
paciente particular)
8. Emprender acciones para mejorar la Debe prepararse y documentarse un plan de acción correctivo. Este
asistencia podría incluir, si lo inadecuado es el nivel de conocimientos,
educación continuada interna o externa, o si el sistema es débil,
cambios de política y procedimientos. Las actitudes individuales y
los problemas de conducta se tendrán que manejar mediante consejo o
con sanciones disciplinarias.
9. Valorar la efectividad de las acciones y No es necesario añadir que, si el problema no se ha resuelto, se
documentación de las mejoras. necesitarán nuevas acciones. La supervisión debe afectar a un período
de tiempo suficiente para poder apreciar el cambio.
10. Comunicar la información relevante a la En función de las circunstancias, los resúmenes pueden dirigirse
organización responsable del programa también al comité médico ejecutivo, al funcionario ejecutivo jefe y
de garantía de la calidad. al cuadro de mandos hospitalario.

El estado de Carolina del Sur, una excepción, ha estas pautas pueden reducir las variaciones en los
instaurado un programa global de garantía de cali- tratamientos y mejorar la calidad, no aseguran una
dad con una oficina centralizada, independiente de menor utilización o una disminución de los gas-
la división de servicios clínicos, y responsable (ade- tos. Estas pautas se están desarrollando por el go-
más de las oficinas de garantía de calidad indivi- bierno federal, investigadores y sociedades de es-
duales de cada instalación) de los 10 hospitales y pecialidades médicas, incluyendo a la APA.
17 centros de salud mental comunitarios que con- Aunque algunos médicos objetan que en realidad
trola el gobierno estatal (Evans y col., 1992). Se en- son «recetarios» para el tratamiento de pacientes,
carga del análisis y supervisión de sucesos adver- debe quedarnos claro que si nosotros no desarro-
sos, de la revisión de la calidad de la asistencia, de llamos nuestras propias pautas, otros vendrán que
monitorizar los estándares clínicos y los cuidados nos las impondrán.
de los pacientes, y de los derechos de los pacientes En el horizonte vemos un movimiento que se
e intercesión. dirige a la gestión total de la calidad, que consiste
Un aspecto relacionado con todo este trabajo es básicamente en la revisión de la utilización de ser-
el desarrollo de las pautas clínicas prácticas (tam- vicios y la garantía de la calidad (como hemos dis-
bién conocidas como parámetros prácticos), que se cutido), más mejoras de calidad continuas. Este
definen como estrategias detalladas y recomenda- nuevo elemento, que se basa en las técnicas de ges-
ciones para el tratamiento de las enfermedades tión de calidad industrial, se utilizó por primera
(American Hospital Association, 1992). Aunque vez en Japón durante la post-guerra, con el objeti-
1526 TRATADO DE PSIQUIATRÍA

vo de valorar absolutamente todos los procesos y tienden la enfermedad mental y su tratamiento


servicios que afectaban la satisfacción y evolución desde un entrenamiento extensivo y sus propias
de los pacientes (Taylor, 1992). experiencias de primera mano como clínicos. La
El proceso de mejora de la calidad intenta dar otra habilidad básica, la del entendimiento pro-
una amplia perspectiva del sistema global, en lugar fundo de las relaciones interpersonales, ya forma
de centrarse en las anormalidades de médicos in- parte del bagaje profesional del psiquiatra.
dividuales. Existe por tanto un escaso énfasis en el Existen aspectos rutinarios en la posición del ges-
suceso ocasional y poco frecuente, y máximo en tor de la psiquiatría, pero es un pequeño precio que
los problemas comunes. Idealmente las mejorías hay que pagar por la excitación y desafíos que nos
deberían implantarse antes de que aparecieran los deportará el futuro. Hay que reconocer el proseli-
problemas. Aunque no resulte fácil de entender, el tismo cuando se ve, sin embargo nuestra creencia
proceso de mejoría de la calidad es un intento in- es que el ejercicio de los que hemos delineado como
terdepartamental e interdisciplinario de integrar líderes es al menos tan intenso como afrodisíaco
oportunidad, efectividad y eficiencia. como pueda serlo cualquier otra actividad profesio-
La misma Joint Commission on Accreditation nal. La influencia en la forma en la que se realizan
of Healthcare Organizations (1992) desarrolló el los tratamiento es una aplicación tan valiosa de las
proceso en «paso de cebra» para mostrar la forma habilidades clínicas como cualquier otra y tiene el
en la que se puede mejorar continuamente la cali- claro potencial de marcar una diferencia real en
dad desde el modelo en 10 pasos (descrito previa- nombre de nuestros prójimos, los hombres y muje-
mente). El nuevo proceso de evaluación y supervi- res afligidos por la enfermedad mental.
sión es vigilado por los líderes de la organización
(y no por los departamentos o servicios), y se con-
vierte en el aparato superior que delinea el alcan- BIBLIOGRAFÍA
ce de la asistencia, que identifica las prioridades,
American Hospital Association: Clinical practice guide-
y que enumera las funciones clave. Un equipo de lines: an awareness paper for hospitals. Chicago, IL,
expertos, que no han de estar necesariamente vin- American Hospital Association, Division of Quality
culados a la disciplina o el departamento, identifi- Resources, 1992
ca los indicadores y establece los niveles que indi- American Psychiatric Association, Committee on Man-
can la necesidad de una evaluación intensiva. Los aged Care: Utilization Management: A Handbook for
líderes buscan a continuación métodos de mejoría, Psychiatrists. Washington, DC, American Psychiatric
Association, 1992
establecen prioridades, asignan equipos para la eva-
Barton WE, Barton GM: The psychiatrist-administrator, in
luación de la asistencia al paciente, se aseguran que Psychiatric Administration: A Comprehensive Text for
las mejorías se mantienen a lo largo del tiempo, y the Clinician-Executive. Edited by Talbott JA, Kaplan
dan publicidad a la información según las necesi- SR. New York, Grune & Stratton, 1983, pp 179–185
dades. Este proceso está claramente destinado a Dorwart RA, Chartock L, Epstein S: Financing of ser-
que la mejora continua de la calidad sea un requi- vices, in Textbook of Administrative Psychiatry. Edit-
sito para la acreditación. ed by Talbott JA, Hales RE, Keill SL. Washington, DC,
American Psychiatric Press, 1992, pp 313–346
Evans ON, Faulkner LR, Hodo GL, et al: A quality im-
CONCLUSIONES provement process for state mental health systems.
Hosp Community Psychiatry 43:465–469, 1992
Fauman MA: Quality assurance monitoring in psychia-
Esperamos que el material de este capítulo pueda try. Am J Psychiatry 146:1121–1130, 1989
servir como punto de partida para que los lectores Joint Commission an Accreditation of Healthcare Orga-
mejoren sus conocimientos de gestión psiquiátri- nizations: Hospital Accreditation Survey Preparation
ca. Los temas que hemos tratado son aquellos que, 1992. Oakbrook Terrace, IL, Joint Commission on Ac-
a nuestro juicio, han de ser entendidos por todos creditation of Healthcare Organizations, 1992
Keill SL: Recurring issues in psychiatric administration:
aquellos que están implicados en algún aspecto de a 3,500-year perspective. Journal of the American As-
la psiquiatría tal y como se practica en la asisten- sociation of Psychiatric Administrators 4(1):6–7, 1981
cia organizada. El capítulo no comprende todos los Keill SL: Strategies of influence: the psychiatrist-executive as
aspectos, y se aconseja a los que estén interesados a political being, in Administrative Issues in Public Men-
que lean los capítulos de este manual previamen- tal Health (New Dir Ment Health Serv No 49). Edited by
te mencionados, así como las lecturas sugeridas Keill SL. San Francisco, CA, Jossey-Bass, 1991, pp 79–89
que ofrecemos al final del capítulo. Kinzie JD, Maricle RA, Bloom JD, et al: Improving qual-
ity assurance through psychiatric mortality and mor-
A medida que la asistencia de los servicios de bidity conferences in a university hospital. Hosp Com-
psiquiatría y los sistemas organizativos subyacen- munity Psychiatry 43:470–474, 1992
tes se vuelven más complejos, resulta cada vez más Kraft AM: Behavioral and organizational theories, in Psy-
esencial ser guiados por quienes realmente en- chiatric Administration: A Comprehensive Text for
GESTIÓN DE LA PSIQUIATRÍA 1527

the Clinician-Executive. Edited by Talbott JA, Kaplan improvement model, in Manual of Psychiatric Quali-
SR. New York, Grune & Stratton, 1983, pp 123–133 ty Assurance: A Report of the American Psychiatric
Lipton AA, Loutsch E: A reconsideration of power in psy- Association Committee on Quality Assurance. Edit-
chiatric administration. Hosp Community Psychiatry ed by Mattson MR. Washington, DC, American Psy-
36:497–503, 1985 chiatric Association, 1992, pp 69–77
Marcos LR, Silver MA: Psychiatrist-executive manage- Tischler GL: Utilization management of mental health
ment styles: nature or nurture? Am J Psychiatry services by private third parties. Am J Psychiatry
145:103–106, 1988 147:967–973, 1990
Melnick SD, Lyter LL: The negative impacts of increased Warren SJ: Budget, in Textbook of Administrative Psy-
concurrent review of psychiatric inpatient care. Hosp chiatry. Edited by Talbott JA, Hales RE, Keill SL.
Community Psychiatry 38:300–303, 1987 Washington, DC, American Psychiatric Press, 1992,
Menninger WW: Hope and morale: critical elements in pp 287–312
organizational function. Paper presented at the annu- Wilson GF, Phillips KL: Concepts and definitions used in
al meeting of the American Psychiatric Association, quality assurance and utilization review, in Manual of
Washington, DC, May 1992 Psychiatric Quality Assurance: A Report of the Amer-
Mirin SM, Namerow MJ: Why study treatment out- ican Psychiatric Association Committee on Quality
come? Hosp Community Psychiatry 42:1007–1013, Assurance. Edited by Mattson MR. Washington, DC,
1991 American Psychiatric Association, 1992, pp 23
Preferred Health Care: The PHC Manual: Clinical Proto-
cols and Procedures. Wilton, CT, Preferred Health
Care Ltd, 1990
Rachlin S: The psychiatrist-administrator in the eco- LECTURAS RECOMENDADAS
nomic crossfire, in American Psychiatric Press Re-
view of Clinical Psychiatry and the Law, Vol 3. Edited
by Simon RI. Washington, DC, American Psychiatric Barton WE, Barton GM: Mental Health Administration:
Press, 1992, pp 209–218 Principles and Practice. New York, Human Sciences
Sanders SJ: Regulating managed care plans under current Press, 1983
law: a radical reversion to established doctrine. Hofs- Feldman S (ed): The Administration of Mental Health
tra Law Review 20:73–116, 1991 Services, 2nd Edition. Springfield, IL, Charles C
Shafritz JM, Hyde AC (eds): Classics of Public Adminis- Thomas, 1980
tration, 2nd Edition. Chicago, IL, Dorsey Press, 1987 Greenblatt M (ed): Anatomy of Psychiatric Administra-
Sharfstein SS: Foreword, in Utilization Management: A tion: The Organization in Health and Disease. New
Handbook for Psychiatrists. Washington, DC, Amer- York, Plenum, 1992
ican Psychiatric Association, 1992, p vii Keill SL (ed): Administrative Issues in Public Mental
Silver MA, Akerson DM, Marcos LR: Critical factors in Health (New Dir Ment Health Serv No 49). San Fran-
the professional development of the psychiatristad- cisco, CA, Jossey-Bass, 1991
ministrator. Hosp Community Psychiatry 41:71–74, Levinson D, Klerman G: The clinician-executive and the
1990 clinician-executive revisited. Administration in Men-
Talbott JA: Management, administration, leadership: tal Health 3:52–67, 1972
what’s in a name. Psychiatr Q 58:229–242, 1987 Talbott JA, Kaplan SR (eds): Psychiatric Administration:
Talbott JA, Keill SL: A typology of state hospital direc- A Comprehensive Text for the Clinician-Executive.
tors, in State Mental Hospitals: Problems and Poten- New York, Grune & Stratton, 1983
tials. Edited by Talbott JA. New York, Human Sci- Talbott JA, Hales RE, Keill SL (eds): Textbook of Admin-
ences Press, 1980, pp 88–105 istrative Psychiatry. Washington, DC, American Psy-
Taylor D: The Joint Commission quality assessment and chiatric Press, 1992

Potrebbero piacerti anche