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CURACAVÍ COLLEGE

Dep. Filosofía y Psicología


Prof. Francisco Loyola B.

El Racionalismo
Las expresiones «racionalismo» y «racionalista» datan —al menos— del siglo XVII y reciben diversos
significados, siendo quizá el más extendido el siguiente: «Racionalismo: Doctrina de los que no
reconocen como fuente de conocimiento más que la razón, rechazando, por tanto, la revelación y
la fe». Sin embargo, para los historiadores de la filosofía posee un sentido más restringido:
Racionalismo es la corriente filosófica iniciada por Descartes y cuyos rasgos principales son los
siguientes:

1.° Confianza en la razón humana de forma plena. La «razón» es la única facultad que puede
conducir al hombre al conocimiento de la verdad. «Razón» se opone, pues, no a fe-revelación, sino
a los sentidos, la imaginación y la pasión, que son considerados como engañosos. El poder de la
razón radica en la capacidad de sacar de sí misma las verdades primeras y fundamentales —llamadas
ideas innatas—, a partir de las cuales, y por deducción, es posible obtener todas las demás, y
construir el «sistema» del mundo: la razón es una facultad sistemática y coincide con la realidad.
Reaparece así el postulado de Parménides: lo mismo es el pensar y el ser. La confianza en la razón
es tal que se acepta su valor sin previa crítica; es, como dirá más tarde Kant, una razón dogmática.
Es conocida la frase de Pascal: «No hay por qué oponer la razón y la fe: la razón es también dogma
de fe»

2.° Búsqueda de un nuevo método Descartes comienza su Discurso del método diciendo: «La
facultad de juzgar bien y de distinguir lo verdadero de lo falso, que es propiamente lo que llamamos
"buen sentido" o "razón", es por naturaleza igual en todos los hombres; por lo tanto, la diversidad
de nuestras opiniones no procede de que unos sean más racionales que otros, sino tan sólo de que
dirigimos nuestros pensamientos por caminos distintos, y no consideramos las mismas cosas. No
basta, ciertamente, tener un buen entendimiento: lo principal es aplicarlo bien». Por ello, el paso
siguiente al reconocimiento del valor de la razón es el encontrar un método adecuado de
razonamiento. Ya Bacon (Novum organum, 1620) había acusado al método silogístico de Aristóteles
de valer únicamente para exponer las verdades ya conocidas, pero no para descubrir nuevas
verdades y ampliar el conocimiento. Se trata, pues, de encontrar un método de descubrimiento. Y
el modelo de este método se encuentra en el método matemático. Los racionalistas, pues, quieren
proceder del mismo modo que los matemáticos, de tal manera que el sistema filosófico construido
posea la misma evidencia y necesidad que un sistema matemático. El modelo perfecto es, para ellos,
los principios de geometría de Euclides: se tratará, en filosofía, de establecer —al modo de los
geómetras— unas definiciones (construidas a priori por la razón) y unos axiomas de los que pueda
deducirse con evidencia y necesidad un sistema filosófico cerrado y completo.

3.° Visón del mundo mecanicista. Subjetividad y realidad Aceptan la visión científica del mundo
vigente en el siglo XVII: el mecanicismo. El mundo es una máquina para cuya explicación no son
precisas ni las formas substanciales, ni las «cualidades ocultas», ni la ordenación finalística de los
aristotélicos. Basta recurrir a partículas de materia extensa y a causas eficientes (que no son sino
movimientos que dan lugar a otros movimientos), todo ello según las leyes de la mecánica.
Descartes se dejó seducir por esta explicación, y la extendió incluso a los cuerpos animados
(animales, cuerpo humano). Pero dejó aparte el alma humana —substancia pensante—, haciendo
de ella un mundo independiente. El Universo queda fraccionado en dos mundos: la máquina y el
pensamiento. Y el pensamiento queda encerrado en sí mismo. El pensamiento medieval era
profundamente objetivista y realista: el hombre es un ser volcado hacia un mundo de cuya realidad
es imposible dudar. Ahora, en el siglo XVII, triunfa un subjetivismo que ya apuntaba en el
Renacimiento: el hombre es un ser vuelto sobre sí mismo, que no conoce directamente sino su
propio pensamiento. Las cosas son sólo conocidas en las ideas, no directamente en sí mismas. Por
ello, es posible dudar de su existencia. La realidad del mundo ya no es evidente: ha de ser deducida.
Por supuesto, la no-evidencia de la existencia del mundo se refiere únicamente a una no-evidencia
filosófica. Por esta razón, el problema del conocimiento se convierte en el problema fundamental
de la filosofía moderna. O, por lo menos, en el problema previo a cualquier otro problema. Sin
embargo, la tesis racionalista de la identidad entre razón y realidad permite a Descartes y a los
cartesianos construir una doctrina racional sobre la realidad, basada en el concepto de substancia.
«Substancia» es, pues, la primera idea «innata», de la que todo derivará por un estricto proceso
deductivo.
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Prof. Francisco Loyola B.

Actividad

Después de haber leído y subrayado las ideas principales del texto realiza el siguiente mapa
conceptual.
Racionalismo
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