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El Nacionalsocialismo (nazismo)

El Nacionalsocialismo es la ideología en la que se sustentó el Partido


Nacionalsocialista Obrero Alemán, (NSDAP) guiado por su líder, Adolf Hitler y
que gobernó Alemania entre el 30 de enero de 1933 y el 20 de mayo de 1945. Su
objetivo era crear un Estado (Tercer Reich) socialista con conciencia
nacionalista, destacándose principalmente en temas como la raza y la herencia
cultural.

Aunque el nacionalsocialismo fue derrotado militarmente después de la


Segunda Guerra Mundial, aún existen muchas organizaciones que profesan esta
ideología.

Orígenes

Hitler llegó a convertirse en líder indiscutible del movimiento nacionalsocialista


y finalmente en Führer del Tercer Reich. Nos situamos en el tiempo
inmediatamente anterior al surgir del Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán
- (NSDAP), el cual tiene su origen en una de tantas asociaciones (bund) en las
que el pueblo alemán tendía a organizarse de forma natural. En este caso se
trataba de la Germanenorden (la Orden de los Germanos), fundada el 12 de
marzo de 1912, que también incorporaba La liga del Martillo y otros grupos de
carácter nacionalista y antijudío.

En mayo de 1914, la Germanenorden (GO) convocó a todas las asociaciones


nacionalistas germánicas a un congreso, con el objetivo de crear una sociedad
secreta que pudiera hacer frente al poder mundial del judaísmo. En agosto, los
miembros de la GO eran ya varios millares, afiliados a centenares de logias en
las cuales las ideas de Guido von List y Lanz von Liebenfels eran apreciadas
tanto por su investigación de la antigua tradición aria como por su
antijudaísmo.

En 1913 Rudolf von Sebottendorff se afilia a la Germanenorden, convirtiéndose


en responsable de su sección bávara. Con él encontramos al joven Walter
Nauhaus, estudioso de las tradiciones esotéricas, y a otros exponentes de
aquella cultura pangermanista en la cual se daba tanto el ocultismo como la
investigación histórica en la línea de List, buscando la cultura aria original para
contraponerla al poder mundial judío, en el cual veían la mayor amenaza, como
corruptor legendario de la raza aria, la cual había venido degenerando desde el
final de la Edad de Oro. Por este motivo, la logia realizaría una labor de
información y propaganda racial con demostraciones científicas de la
decadencia provocada por la mezcla con otras razas.

Sebottendorff afirmó que las obras de List y Liebenfels "eran un inestimable


patrimonio de datos digno de tenerse en cuenta, a pesar de su mística a
ultranza" y sostuvo que Philipp Stauff, conocido por sus investigaciones rúnicas,
había reunido en la Asociación de los seguidores de List a los auténticos
discípulos de éste. La logia berlinesa de la Sociedad Guido von List se escindió
y en 1912 Stauff y sus colaboradores entraron a formar parte de la
Germanenorden (GO). Por tanto, disponemos de un respaldo documental sólido
para afirmar que, desde esas fechas, la GO tenía en su interior guías como
Stauff, Nauhaus, Sebottendorff y otros que aprobaban y practicaban las
enseñanzas de List y Liebenfels.

Las ceremonias importantes se realizaban durante los solsticios, como era


costumbre entre los antiguos germanos, y el emblema de esta sociedad incluía
una esvástica, según las enseñanzas de la ariosofía. Los adeptos de la GO
llevaban asimismo un anillo rúnico; el mismo anillo de poder –diseñado por Karl
Willigut, conocido como "Weisthor", el consejero-mago del Reichsführer SS
Heinrich Himmler. El 18 de agosto de 1918 la logia bávara de la GO cambió
oficialmente su nombre por el de Sociedad Thule, como cobertura para las
actividades políticas. En este contexto, Thule Bund significa el regreso a la
mítica Edad de Oro en lo que esta sociedad consideraba la zona de origen de la
civilización aria. Las ceremonias de iniciación reclamaban la mítica patria
nórdica y ligaban el ritual masónico con la religiosidad wotánica solar, algo
evidente en los símbolos de la esvástica y en la imagen de Odín-Wotan que
reproducían los pliegos oficiales de la logia.

Entre los invitados de la Sociedad Thule a dictar conferencias encontramos a


personajes que habrían de jugar un papel clave en el Partido NS, como Alfred
Rosenberg, articulista del "Muenchener Beobachter" (el periódico de la
Sociedad Thule que se transformaría en el Völkischer Beobachter, órgano oficial
del Partido Nacionalsocialista), o al futuro ministro de cultura, Dietrich Eckart,
maestro espiritual de Hitler. Otro miembro destacado de esta sociedad era
Rudolf Hess, estudioso de esoterismo, gran amigo de Hitler y también de Hans
Frank, que sería el futuro gobernador de Polonia en 1939.

Pero, ¿cómo llegó Hitler a la Sociedad Thule y al Partido NS?. Después de


combatir en la Primera Guerra Mundial, donde, como hemos detallado, sería
condecorado con la Cruz de Hierro de Primera Clase, y ser herido en las
trincheras, regresó a Munich, donde trabajó como informador de la policía
militar, interesada en reunir información sobre algunos grupos que operaban en
dicha ciudad. Con este objetivo, en septiembre de 1919, el futuro Führer
participó en una reunión del Partido Obrero Alemán (Deutsche Arbeiterpartei)
(DAP), el Partido de los Trabajadores Alemanes y pantalla política de la Orden o
Sociedad Thule, fundado el 5 de enero de ese mismo año en una cervecería de
Munich por Anton Drexler, miembro de la Sociedad Thule.

Hitler quedó vivamente impresionado por las ideas del nuevo partido –que
estaban en perfecta sintonía con las suyas– y presentó a sus superiores un
informe favorable. Volvió a visitar el grupo y se inscribió en el mismo como
afiliado número 7. Poco tiempo después asumía la presidencia y la organización
acabó adoptando el nombre de Partido Nacionalsocialista Obrero Alemán
(NSDAP).

Doctrina

Para poder describir, de forma neutral y sin prejuicios ideológicos, las


definiciones y conceptos de una doctrina, se debe remitir a las fuentes
primarias de dicha doctrina y no a la propaganda que se opone a ella. Sólo
después de una descripción formal, se puede elaborar una crítica de la
doctrina.

Para los nacionalsocialistas, su doctrina es más que una ideología social,


política y económica: es una forma de vida y una forma holística de ver e
intepretar el mundo.

Como toda cosmovisión, en el nacionalsocialismo existe una parte esencial y


una parte accesoria. La parte esencial es inalterable, se compone de aspectos
espirituales: valores y principios inmutables, universales e inherentes a la toda
humanidad. La parte accesoria está compuesta por los aspectos materiales: los
sociales, políticos y económicos, y puede ser modificada de manera práctica
con el fin de adaptarse a las circunstancias del tiempo y el espacio.

Proacción y afirmación, no reacción ni negación

Toda ideología, digna de ser llamada como tal, se fundamenta en la proposición,


la proacción y la afirmación, nunca en la reacción y la negación. Esto significa
que para fundamentar su existencia, el nacionalsocialismo no depende de
elementos ajenos o externos; no necesita negar nada para afirmarse a sí misma,
lo que realiza por medio de sus valores esenciales, los cuales son valores de
amor y no de odio. Citando los principales:

*/ La conservación y protección de la raza blanca, de su cultura y de sus


tradiciones.
*/
El respeto a la vida, a la Naturaleza y a sus leyes, estudiadas por las ciencias
naturales

La oposición del nacionalsocialismo a distintos elementos ajenos, como el


marxismo, el neoliberalismo, el sionismo o el homosexualismo, se debe a que
éstos afectan directa y negativamente los valores que defiende el
nacionalsocialismo. La propaganda que se opone al nacionalsocialismo sólo ha
difundido la característica reactiva del nacionalsocialismo haciéndola ver como
su única razón de ser, mientras que sólo es una característica circunstancial y
secundaria.

Solidaridad de clases.

Admitiendo la realidad de las clases sociales y de la necesidad de su existencia


para la economía, el nacionalsocialismo en lugar de luchar por la abolición de
las clases, lo cual considera una utopía impracticable, adopta un socialismo
participativo en oposición a la concepción marxista y la lucha de clases.

En el aspecto social, el nacionalsocialismo no intenta obrar


revolucionariamente en una lucha fraticida en la que una clase se impone a la
otra, sino que, hermanando a todos los miembros de la sociedad, reúne las
fuerzas de la nación en un todo único y orgánico; holístico y sinérgico, para de
este modo obtener una cohesión social sin fisuras; una unidad nacional basada
no en una religión, ni en una igualdad artificial y ficticia de las clases, sino sólo
en la realidad de la raza.

Para el nacionalsocialismo no existen clases altas ni bajas, superiores o


inferiores, ni tampoco clases opuestas, sólo existen clases con diferentes
habilidades sociales, interdependientes, partes de un todo, cuyas diferencias se
aprovechan para hacer funcionar a una nación. Las diferencias entre las clases
sociales son cualitativas y no cuantitativas, todos los oficios y profesiones son
importantes para el desarrollo de la nación.

Conciencia racial

Para el nacionalsocialismo, esta fuerte cohesión social se obtiene sólo


mediante una sociedad racialmente homogénea, una unidad basada en la
identidad racial, en la que no existen divisiones por razones de religión, clase
social o de género. Para ello la sociedad en su conjunto debe poseer la
capacidad de reconocer, mediante el estudio científico, la existencia de las
razas y de sus diferencias y de admitir que la raza es un elemento importante
que determina el desarrollo físico, mental y espiritual, no sólo de una nación,
sino del ser humano en su propio ser individual. A esto se le llama conciencia
racial.

La raza es una realidad biológica, al igual que las especies. No es una


construcción sociocultural como afirma el negacionismo de la raza, del mismo
modo en que no es una construcción sociocultural la realidad biológica de los
géneros masculino y femenino en la especie humana, tal como lo afirman ya las
pseudoteorías pro-homosexualistas. La propaganda desea desnaturalizar las
condiciones del ser humano, haciendo que cualquier cosa que en realidad está
determinado por la Naturaleza, sea parte de una doctrina relativista que todo lo
reduce a construcciones socioculturales.

Del mismo modo que ocurre con las clases sociales, para el nacionalsocialismo
las diferencias entre las razas son cualitativas y no cuantitativas, esto es,
ninguna raza es superior o inferior a las demás. Atentar contra la diversidad
racial es atentar contra la Naturaleza, de modo que cualquier intento de
suprimir la autodeterminación de una raza para su libre desarrollo es ir contra la
Naturaleza.

No existe un conflicto inherente entre las razas. Los conflictos raciales ocurren
sólo cuando una raza invade el espacio vital de otra, violando su identidad
fundamental. Las doctrinas que promueven el multirracialismo o
multiculturalismo en realidad no están a favor de las razas, sino que atentan
contra su existencia y conservación provocando un gradual etnocidio. Una
manera de destruir a las razas es negar su existencia. Por ello el
nacionalsocialismo reconoce la existencia de las razas y respeta su derecho
natural a existir y a vivir dentro de su propio espacio vital.

Economía

En los comienzos del régimen nacionalsocialista, Robert Ley intentó, a imitación


del fascismo, organizar corporativamente el Frente del Trabajo, pero ante las
protestas de Alfred Rosenberg, el corporativismo fue abandonado por el
Führerprinzip.

En realidad, el Tercer Reich no modificó la estructura económica de la


República de Weimar, sino que se limitó a intervenirla. Por lo demás, la
economía dirigida nacionalsocialista no sigiuió doctrina alguna, su único objeto
era aumentar la productividad al servicio de la sociedad, pues cualquier
sistema económico que fuese adoptado, independientemente de su origen o de
sus dogmas teóricos, era valorado de acuerdo a sus resultados en la práctica.
De modo que puede decirse que la economía nacionalsocialista, era una
economía ecléctica, que tomaba de cada idea lo mas provechoso para la
sociedad.

Se llegó incluso a hacer obligatorio el consorcio de industrias. Resulta


interesante hacer notar que el Führerprinzip no fue introducido en el seno de los
consorcios, sino que continuó dirigiendo la mayoría. De esta manera, la
economía dirigida se combinó con la iniciativa de la empresa libre. El
capitalismo no fue suprimido, pero al contrario de lo que sucede actualmente
con el neoliberalismo, el capitalismo fue intervenido y puesto al servicio de la
comunidad.

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