Sei sulla pagina 1di 8

IMPORTANCIA DEL TERRITORIO EN EL DESARROLLO

INTRODUCCIÓN

Colombia es un país de diversidad, dotado de una extraordinaria belleza natural, hogar de


gente alegre, trabajadora y honesta, pero también es tierra de violencia, ignorante de su
propia riqueza, olvida fácilmente y acepta con rapidez los modelos y esquemas que se
implementan en otros países sin contar con la singularidad de nuestro territorio.
Es por eso que la comunicación globalizada que genera diversos fenómenos de
interacción entre las culturas de cada país y del mundo y procesos de mundialización
cultural y de integración simbólica, debe contribuir a la construcción de identidades en
nuestra región, con procesos o propuestas que impacten positivamente a la región,
comprendiendo el papel que tiene la cultura como espacio donde se logra una
comprensión de los modos de imaginar, pensar y actuar de nuestro país, mediante la
construcción de relatos que expresan nuestra nacionalidad y nuestras identidades
culturales.

Por lo anterior, este ensayo hablara acerca de los obstáculos en la construcción de


identidad que presenta Colombia en la actualidad y varias propuestas que, desde la
comunicación para el desarrollo se puedan implementar para reducir estas problemáticas
que impiden que se desarrolle una identidad desde los relatos locales y globales sin perder
su singularidad en una era que busca uniformar las culturas. Además, se expondrá la
importancia del desarrollo local como generadora de identidad y promotora de estrategias
que parten de factores endógenos donde los elementos del territorio entrar a delimitar y
enfocar las propuestas de desarrollo.

Obstáculos en la construcción de identidad

Colombia está llena de originalidad, es fuerte, única y posee lenguajes potentes; pero, las
personas de este país se han convencido a sí mismas de que son carentes, que no tienen
nada que aportar al mundo más allá de relatos de violencia que son utilizados para
estereotipar a la nación. Según William Ospina en “Colombia en el planeta”:
“Colombia parece haber perdido la memoria, parece haberse extraviado en su
territorio, como esos personajes de Rivera a los que se tragó la selva, y parece
haber perdido toda confianza en sí misma, hasta el punto de no creer que haya
aquí ninguna singularidad, ninguna fortaleza original para dialogar con el
mundo” (Ospina, p. 4)

Pero, Colombia debe de creerse a sí misma; los demás países saben que esta nación tiene
mucho que aportar y, es por eso, que el mundo quiere hacernos partícipes de los procesos
que se están gestando y quieren seguir conociendo la diversidad cultural que es rica en
nuestra tierra; pero tenemos que pensar mejor de nuestra singularidad para compartirla
con el mundo, pues a partir del encuentro con el otro, es cuando fortalecemos nuestra
identidad, “porque un país sólo se puede relacionar con el mundo desde la perspectiva de
su originalidad”

“Colombia necesita convertir hoy las agitadas circunstancias de su historia


reciente en intensos relatos y en cantos conmovidos, para que no se olviden los
dolores y los heroísmos de esta época tremenda, y para que el relato mismo sea
a la vez bálsamo y espejo, que nos permita dejar de ser las víctimas y empezar a
ser los transformadores de nuestra realidad” (Ospina, p.4)

Por otro lado, la exportación de culturas y la crisis en los valores identitarios


característicos de la era de la globalización, rompen con la dialéctica en la relación cultura
y comunicación en nuestro contexto. En la actualidad se realizan productos que mezclan
las culturas, pues seleccionan rasgos exclusivos de las diversas culturas dando paso a una
reestructuración social que representan la identidad Colombiana. Las industrias
culturales permiten que contenidos nacionales se consuman fuera de nuestras fronteras,
por lo cual produce significaciones por fuera del contexto cultural del país; que en la
actualidad ayudan a crear una imagen negativa gracias al manejo de la imagen de
Colombia en el exterior.

Igualmente, se carece de un lenguaje común.

“Mientras los colombianos no tengamos un lenguaje común para hablar de


nuestro territorio, y no tengamos un relato compartido de los mitos y de los
símbolos que nos unen, será muy difícil cumplir juntos las tareas que nos está
reclamando la historia” (Ospina, p.5)

Los símbolos patrios no nos une, no nos incita a reunirnos y construir relatos; por ejemplo,
en Estados Unidos, llevar la vadera es un signo de honor, todo el mundo sabe cuan
importantes son los símbolos patrios para ellos y representa una afrenta que alguien hable
mal de sus símbolos patrios; pero los colombianos no sentimos ese arraigo por nuestro
país, la bandera solo hondea en algunas casas cuando se celebra el día de la
independencia, pero no va más allá, y es aquí donde se demuestra un falta de identidad
cultural , porque la identidad cultural de un grupo humano supone un sentimiento de
pertenencia y de apego a un patrimonio.

Otro obstáculo que tiene la construcción de identidad es el dialogo que se gesta desde la
globalización, pues esta pretende que se dé una homogeneización de la cultura. Renée de
la torre expresa que “lo que caracteriza a la cultura contemporánea es la dialéctica entre
los procesos de homogeneización y los procesos de diversificación de los significados
sociales”. Pero lo cierto es que la globalización también nos nuestra que desea lo singular,
lo particular; como nos dice William Ospina, “cierta teoría superficial de la globalización
pretende que los países renuncien a toda singularidad para integrarse a una suerte de
carnaval de lo indiferenciado, pero la misma globalización nos enseña que el mundo
entero sólo dialoga con lo singular” (Ospina, p.14)

“Nadie nos puede enseñar a ser nosotros mismos, pero el mundo civilizado tiene
mucho que aprender del ejercicio de un país que explora su propio rostro, y
nosotros mucho qué descubrir de nuestra singularidad mientras dialogamos con
otras tradiciones y otras mentalidades” (Ospina, p.14)

Por lo anterior, se deben desarrollar propuestas en comunicación para el desarrollo en la


construcción de la identidad, porque, la comunicación genera fenómenos de interacción
entre las culturas de cada país y del mundo, procesos de mundialización cultural y de
integración simbólica, es por eso que desde este campo se pueden promover nuevas
narrativas y relatos, a partir de una construcción local y global, pues la comprensión de
lo nacional no se produce aislándolo de las heterogéneas realidades del afuera y del
adentro, se logra insertándose en la trama que se entreteje desde lo local con lo mundial.
Además, este diálogo nos permite conocernos a nosotros mismos, saber qué lugar
ocupamos en el mundo y por ende que finalidad desempeñamos.

Así mismo, desde el campo de la comunicación se puede trabajar con las comunidades
para lograr una mejor comprensión de nuestros modos de imaginar, pensar y actuar, pues
como fue expuesto anteriormente, los colombianos tenemos la tendencia a olvidar, a
perder la memoria en relación a quienes fuimos y somos. Por otro lado los relatos
mediáticos que se expresan en la globalización orquestan nuevas significaciones y
símbolos que no son propios de una construcción local, sino que son insertados desde los
relatos mass mediáticos a nuestra realidad cultural.

También, se pueden generar procesos de concientización de las trasformaciones


culturales que atraviesa nuestro país. Los colombianos poseemos una determinada forma
de ser en el mundo, unas creencias, valores, costumbres y modos de ser propios, pero
estamos expuestos a otros modos de ser que están creando una hibridación cultural y la
creación de identidades desarraigadas porque nuestros relatos están siendo sustituidos o
transformados ya que no pensamos que nuestros relatos sean significativos y aporten al
mundo. Todos los proceso a partir de la participación de los individuos y los grupos, para
construir nuestro ethos cultural y nuestras identidades colectivas. “La exigencia de
autenticidad, autonomía y participación de todos los sujetos, individuales y comunitarios,
en los procesos de reconocimiento, expresión y desarrollo de los valores que constituyen
sus respectivos ethos culturales.”(Pérez,1995)

El desarrollo local como promotora de identidad y procesos endógenos

El reconocimiento del papel del desarrollo local permite desarrollar procesos objetivos
enfocados en las necesidades y capacidades de las comunidades.

Para lograr un desarrollo local eficaz es necesario que todos los actores que
intervengan en el proceso se identifiquen y que conozcan los recursos con que
cuenta la comunidad para llevar a cabo el proceso, es importante que tengan bien
definidos los objetivos que van a lograr con el proceso y que tienen que estar
dirigidos a: mejorar de la calidad y el nivel de vida de los ciudadanos, reducir la
dependencia con el exterior, reforzar el espíritu colectivo, crecer y generar más
empleo, conservar el medio natural y desarrollar la cultura de la comunidad.
(Martínez, 2010, p. 1)

La finalidad del desarrollo local consiste en mejorar la capacidad del territorio de


planificar su futuro a partir de sus recursos endógenos, en donde la comunidad entra a ser
partícipes de los procesos que se generan dentro de la localidad, pero también toman
decisiones frente a los aspectos del sistema global, el cual posee unas dinámicas que retan
a las localidades desde todos los ámbitos; por esto se debe generar un equilibrio entre lo
glabal y lo local, ya que “el desarrollo local no es pensable si no se inscribe en la
racionalidad globalizante de los mercados… el desarrollo local es estimulado en todo el
mundo por la globalización y por la dialéctica global/local que ésta conlleva” (Boisier,
Sergio pág. 8).

“El “progreso” de la región debe entenderse como la transformación sistemática del


territorio regional en un sujeto colectivo” (Boisier, Sergio pág. 7). Un sujeto que posee
una pertenecía regional, una identidad; que es semejante al desarrollo descentralizado, ya
que en este el sujeto tiene un sentimiento de identificación y pertenencia, el cual es capaz
de incluir los intereses particulares en uno colectivo y tomar decisiones que no vienen de
agentes externos “se supone la configuración del territorio en cuestión como un sujeto
colectivo con capacidad para construir su propio futuro” (Boisier, Sergio pág. 15), un
sujeto que es consciente de su entorno y se apropia de su territorio y está inmerso en
procesos de territorialización.

Por lo anterior, la planificación territorial juega un papel fundamental en el tipo de


desarrollo al cual le apuestan las comunidades, con una participación activa y con una
visión clara y estratégica, como así lo expresa Cotorruelo Menta:

La planificación estratégica del desarrollo local se puede concebir entonces como


el proceso y cauce en el que aunar la participación de los principales actores
políticos, económicos y sociales de la comunidad, para elaborar un diagnóstico
compartido sobre las claves de su desarrollo competitivo, construir una visión
viable de su futuro común a largo plazo y seleccionar los objetivos y cursos
prioritarios de la consecuente actuación pública y privada.

Todo esto con el fin de que los recursos sean asignados de forma eficiente para lograr la
competitividad territorial, con una distribución equitativa que permita la cohesión social,
el equilibrio del entorno y la conservación del sistema productivo territorial (Cotorruelo
Menta), mediante estrategias que apunten al bienestar de la población, generando empleo
y potenciando el desarrollo que existe en el territorio.

Sin embargo, lo anterior no puede ser posible sin una descentralización, puesto que las
comunidades deben de tener la capacidad y el poder de decidir cuál es el tipo de desarrollo
que desean implementar, según la identidad, valores y tradiciones, como actores del
desarrollo; esto se logra creando formas específicas de regulación social así como “una
clara intersección entre desarrollo endógeno y descentralizado, puesto que el poder
transferido y también creado a partir de la descentralización es el que permite tomar
decisiones en relación a opciones de desarrollo y el que permite la apropiación parcial del
excedente a fin de realimentar el proceso de crecimiento in situ” (Boisier, Sergio pág. 15).

Además, el discurso del desarrollo que vende el Estado es de consumo, individualismo y


de privatización. El Estado tiene la idea de que el indicativo de riqueza es la acumulación
y esta se obtiene a través de los cambios estructurales de los países, los cuales son
desmedidos y realizados con la negación de la sociedad como sujetos activos
despojándolos de autonomía. La naturaleza es vista como un capital de inversión, la tierra
se privatiza por las grandes empresas nacionales y trasnacionales, que con los efectos de
la industrialización se desligan de los impactos sociales y ecológicos a favor del beneficio
individual.

El modelo económico que es regulado por la globalización empeora la condición de


dependencia, no solo hacia los países desarrollados, sino dentro de los países
subdesarrollados, las dinámicas implementadas por el capitalismo conducen a una cultura
donde los grandes se aprovechan de los más pequeños y, es así, como se promulga el
individualismo. En la relación desarrollados y subdesarrollados, los países cumplen cada
uno un rol, por un lado el dominante y por el otro el sumiso. El dominante es auto
generador y posee las ventajas económicas aportadas por reglas de la economía global y
el sumiso solo proveerá de recursos primarios al primero, solo obteniendo ganancias a
través del reflejo de otras economías.

CONCLUSIONES

Uno de los mayores obstáculos para que Colombia tenga identidad solida es la pérdida de
memoria, la facilidad del olvido que los ciudadanos tienen frente a los relatos que se
generan desde lo oral y lo escrito, pues no sé cree que los construcciones dialógicas que
se tienen en lo local tengo una significancia en lo global, y es por ello que Colombia no
se cree a ella misma y adopta métodos externos y apropia relatos que trasforman la
integración simbólica y las formas de integración. Se empieza a evidenciar una falta de
un lenguaje común que parta de un sentimiento de pertenencia y de apego a un patrimonio
que se ve eclipsado gracias a un proceso de homogeneización.

Por lo anterior, la comunicación debe lograr unir lo local y lo global para promover
nuevos relatos, realizar un trabajo de memoria para no olvidar quienes somos y como nos
vemos frente a otros y como los otros nos ven, pues es allí, en el ejercicio de reconocer la
alteridad, donde nos conocemos a nosotros mismos.

Se debe reconocer la importancia del desarrollo local, pues esta se basa en la


identificación y aprovechamiento de los recursos endógenos de una comunidad como sus
factores económicos, recursos sociales, culturales, territoriales, etc. Donde cada factor
incide en los procesos de desarrollo económico de una localidad. Por ello, el desarrollo
del territorio esta ligado a los factores endógenos con el fin de aprovechar el saber local
y su cultura para llegar a estrategias que verdaderamente sirvan para potenciar las
capacidades del territorio.
Cibergrafía

Ospina, William (s.f). Colombia en el planeta. Medellín, Antioquia.

Torre, Renée de la. Crisis o revaloración de la identidad en la sociedad


contemporánea. Nómadas.

Boisier, Sergio: Desarrollo (local): ¿de qué estamos hablando? Recuperado de:
http://uco.moodle.com.co/pluginfile.php/109639/mod_resource/content/1/Desarrollo_lo
cal_De_qu%C3%A9_estamos_hablando_Boisier.pdf

Romeo Cotorruelo Menta. Aspectos estratégicos del desarrollo local. Recuperado de


http://uco.moodle.com.co/pluginfile.php/41289/mod_resource/content/0/ASPECTOS_E
STRATEGICOS_DEL_DESARROLLO_LOCAL.pdf

Martínez Pérez, Yuvy (2010). ELEMENTOS SUSTANCIALES DEL DESARROLLO LOCAL,


Revista OIDLES - Vol 4, Nº 8. Recuperado de
http://www.eumed.net/rev/oidles/08/ymp.htm)

Potrebbero piacerti anche