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Mundos Internos, Mundos Externos (Opinion)

Mundos Internos Mundos Externos es una película o documental interesante acerca


de la meditación, la naturaleza de la existencia, y la evolución espiritual. Se presenta
en 4 partes para que pueda ver en segmentos lo cual es bueno ya que la información
es densa. Las imágenes y la música fractal artística y el comentario sobre la
naturaleza, la mitología, la ciencia, la cultura, la física cuántica, la filosofía y la
religión mundial trae los temas juntos de una manera educativa e instructiva.

Existe un campo vibratorio que conecta todas las cosas. Se le ha denominado


Akasha, el OM primordial, la red de Joyas de Indra, la música de las esferas y miles
de otros nombres a través de la historia. Los antiguos maestros védicos enseñaban
Nada Brahma: el universo es vibración.

El campo vibratorio está en la raíz de todas las experiencias espirituales verdaderas


y de las investigaciones científicas. Es el mismo campo de energía que santos,
budas, yoguis, místicos, chamanes, sacerdotes y videntes han observado al
observar en su interior.

Muchos de los pensadores monumentales de la historia, como Pitágoras, Keppler,


Leonardo Da Vinci, Einstein, y Tesla, han llegado al umbral del misterio.

En la sociedad moderna, la mayoría de la humanidad ha olvidado esta sabiduría


antigua. Hemos incursionado demasiado lejos dentro del campo del pensamiento,
aquello que percibimos como el mundo externo de la forma. Hemos perdido la
conexión con nuestros mundos internos.

Este equilibrio que el Buda llamaba "El camino intermedio" y Aristóteles "El justo
medio", es el derecho inalienable de todo ser humano. Es la raíz común de todas
las religiones y el enlace entre nuestros mundos internos y externos.

Es la raíz común de todas las religiones y el enlace entre nuestros mundos internos
y externos.
Vida, libertad y la búsqueda de la felicidad. Vivimos nuestras vidas persiguiendo la
felicidad "por ahí" como si fuera una mercancía. Nos hemos convertido en esclavos
de nuestros propios deseos y ansias. La felicidad no es algo que pueda ser
perseguido o comprados como un traje barato. Esta es maya, la ilusión, el juego
interminable de la forma. En la tradición budista, Samsara, o el ciclo interminable de
sufrimiento se perpetúa por el deseo del placer y la aversión al dolor. Freud se refirió
a esto como el "principio del placer". Todo lo que hacemos es un intento de crear
placer, para tener algo que queremos, o para alejar algo que no es deseable que no
queremos. Incluso un organismo simple como el paramecio hace esto. A diferencia
de un paramecio, los seres humanos tienen más posibilidades de elección. Somos
libres para pensar, y ese es el meollo del problema.

Es el pensamiento acerca de lo que queremos que se ha salido de control. El dilema


de la sociedad moderna es que tratamos de entender el mundo, no en términos de
conciencia interna arcaica, sino por cuantificar y calificar lo que percibimos como el
mundo externo mediante el uso de los medios científicos y de pensamiento. Pensar
sólo ha llevado a pensar más y más preguntas. Tratamos de conocer las fuerzas
más interiores que crean el mundo y orientar su curso. Pero concebimos de esta
esencia como fuera de nosotros mismos, no como una cosa viva, inherente a
nuestra propia naturaleza. Fue el famoso psiquiatra Carl Jung, quien dijo: “el que
mira afuera, sueña uno que mira hacia adentro despierta.” No es malo el deseo de
ser despierto, ser feliz. Lo que está mal es buscar la felicidad fuera cuando sólo se
puede encontrar en su interior.

Luis Fernando Díaz Rodríguez

Licenciatura en Educación Básica con Énfasis en Educación Física


Recreación y Deporte.

Paradigmas Investigativos

Docente: Marcel Pardo

Código: 112215222

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