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CUATRO SIGLOS DE
SUBJETIVACIÓN. 1500 – 1900.
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CONSOLIDACION DE LA PRIVACIDAD:
INGLATERRA:
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para los paseos, la meditación, encuentros y conversaciones íntimas.
Surgen espacios públicos de variados orígenes y categorías, lugares de encuentro
independientes de las posiciones e identidades: son los Pubs, los Cafés. Reina así
entre desconocidos un régimen de libertad de opinión. Otra invención es el "club
masculino" que reúne personas seleccionadas en un clima de mayor intimidad y de
mayor expansión personal, que mediante el compromiso del "sigilo" garantiza para
todos la libertad de conciencia. En ambos casos planteados, las experiencias y
opiniones pueden ser expresadas con relativa autonomía en relación a reglas y
convenciones de la sociabilidad pública; siendo el anonimato en el primer caso, y la
intimidad en el segundo lo que garantiza la privacidad.
Valoración de la vida rural y sus actividades económicas, como las deportivas
(cacerías). Al campo, la naturaleza y los deportes se les reservaban un importante
papel como prácticas sanitarias, morales y psicológicas. Considerados remedios
para la melancolía, el tedio. Relacionado con esto se inventa un género de turismo
que tenía como objetivo el superar las dolencias antes mencionadas; planteando un
género de vida que libera de las convenciones cotidianas, abriendo un espacio a la
experiencia individual, subjetiva, privada.
La revolución burguesa y liberal en Inglaterra aseguró las condiciones propicias para una
cultura de lo privado, creando verdaderos dispositivos como formas de expresión, que
pueden ser expuestos de manera no contestataria; gestándose una peculiar alianza entre ley
y decoro, libertad y privacidad.
FRANCIA:
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dispositivos sociales en general, en las que se traducían los movimientos iluministas y
románticos, adquirían muy rápidamente una connotación política contestataria
El S. XVIII asistió al gran florecimiento de las "sociedades secretas" En estas sociedades,
más que en la propia familia la privacidad estaba garantida y era defendida contra
eventuales enemigos. Una de las más conocidas es la franco-masonería. Estas sociedades
condensan motivos iluministas y románticos. El "sigilo" era garantía de libertad de
conciencia, lugar donde las diferencias jerárquicas e individuales pierden validez, en que
las identidades públicas se disuelven, dejando lugar para una igualdad básica y para una
reconstrucción jerárquica nacida de las virtudes de cada uno .Se disuelven las identidades
públicas y emerge el horizonte del internacionalismo y del universalismo de la razón. Lugar
propicio para que madure y gane cuerpo la experiencia personal con todo su potencial de
crítica cultural y política El sigilo hace que estas sociedades adquieran un carácter esotérico
e iniciático, pasándose a valorizar lo "oculto" y al mismo tiempo, el "iniciado" adquiere un
status de iniciado, en tanto son los portadores de una ciencia exclusiva. Esto contribuyó a
reforzar los vínculos personales de solidaridad comunitaria y al mismo tiempo se elaboran
discursos racionalistas con las tendencias individualistas de la ilustración.
ALEMANIA:
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Kant, como representante del iluminismo es capaz de incorporar motivos (como la
espontaneidad del espíritu, la libertad, la autonomía), siendo fiel al punto de vista liberal.
Florece en Alemania una literatura para -científica volcada a "lo psicológico". El origen de
este género nace de investigaciones escrupulosas de movimientos afectivos, intelectuales,
volitivos, en el espacio interior.
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LA GESTACIÓN DEL ESPACIO PSICOLÓGICO. S XIX Liberalismo, Romanticismo,
Régimen disciplinar.
1) El S. XIX puede ser caracterizado con el apogeo del liberalismo como principio
organizador de la vida política y económica.
2) En el campo de las artes y la filosofía el S. XIX asistió al pleno desarrollo de los
movimientos románticos.
3) Y con Foucault (1971) este nuevo siglo puede ser identificado como el inicio de una
Sociedad caracterizada por el régimen disciplinar.
Se verá a continuación cómo estas tres formas de entender el S. XIX son legítimas
simultáneamente, aunque claro está en forma contradictoria. El espacio psicológico tal
como hoy lo conocemos nace y vive de la articulación conflictiva de estas tres formas de
pensar y practicar la vida en sociedad.
LIBERALISMO E INDIVIDUALISMO:
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J. Bentham (1784-1832) Plantea una visión de las ideas liberales que marca un nuevo
rumbo. Creador del utilitarismo, piensa en términos de eficacia, interés, utilidad. Sustituye
la creencia en la defensa de los derechos individuales, por el cálculo racional de felicidad.
El estado ya no tendrá los límites de sus antiguas funciones, sino que gradualmente irá
asumiendo funciones para intervenir en la sociedad. Se justifica la intervención del poder
público, para aumentar la felicidad global de la comunidad. El énfasis que con Locke se
ponía en la garantía de los derechos individuales, ahora se pone en las consecuencias. Las
pérdidas y ganancias en felicidad de cada individuo son las unidades básicas de cálculo (lo
que traduce una posición predominantemente individualista), lo que importa al final es
reunir la felicidad de cada uno en un balance colectivo que dará la suma total de la
felicidad. La suya es una versión racionalista, constructiva del liberalismo. Los individuos
como unidades básicas de acción son dejados libres para escoger entre castigos y
recompensas. El Estado no tiene una función coercitiva, su función es la de intervenir y
administrar a través del control de las privaciones y recompensas, libradas a los
comportamientos individuales, instaurando así una nueva modalidad de poder.
Una forma acabada y sofisticada de benthamismo será desarrollada en el S. XX por
B. F. Skinner con su “ingeniería comportamental”. Cabe recordar que Bentham fue capaz
de elaborar propuestas bastantes complejas de programación de las “contingencias
ambientales”, y fue el creador del “panópticon”, consagrado por Foucault (1977) como
emblema del régimen disciplinar. -El ojo del poder-
En este Estado las agencias educativas, sanitarias y militares asumen nuevas funciones,
además la familia deja de ser un espacio de libertad privada, para convertirse también en
una agencia disciplinadora destinada simultáneamente a individualizar y normatizar a los
niños, jóvenes y adultos. Por todo esto Bentham en la tradición liberal es una especie de
oveja negra.
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servicio de valores románticos.
Época en que las libertades individuales están siendo amenazadas por el fortalecimiento de
la sociedad, debido a la expansión del régimen disciplinar. La naturaleza humana no es una
máquina que pueda ser construida en conformidad con un modelo; es un árbol que precisa
crecer y desarrollarse de acuerdo con las tendencias de fuerzas interiores. Deseos e
impulsos forman parte del ser humano perfecto. Los impulsos fuertes lo someten a peligros
cuando no están convenientemente equilibrados; cuando un grupo de impulsos adquiere
intensidad, al mismo tiempo otros deben coexistir permaneciendo débiles e inactivos.
Impulsos fuertes es otra forma de nombrar la energía.
Encontramos en Mill una concepción de la naturaleza humana como deseante e impulsiva;
siendo inevitable que esta “energía” y concepción no-disciplinar del control de impulsos
nos lleve a pensar en S. Freud, así como Bentham nos evoca a Skinner.
El mayor mérito de “Sobre la Libertad” consiste en el valor testimonial, personal de un
filósofo que sufrió en carne propia el impacto de la disciplina utilitarista; que vio crecer las
fuerzas colectivas y los controles sociales, el peso de la administración burocrática, y que
intenta defender los espacios amenazados de la privacidad y de la libertad. Reconoce y
valora las diferencias individuales, reivindica la diversidad de los modos de vida, la libertad
de opinión y la tolerancia frente a las minorías.
Tocqueville (1805-1859) es nombrado como pionero en el estudio del individualismo
moderno. Plantea que el individualismo valora al individuo, le da status, le ofrece
responsabilidad y simultáneamente le trae más amenazas y desamparo. Observó tanto un
crecimiento de los espacios de individuación; así como también de las fuerzas y formas de
despotismo que van invadiendo progresivamente la privacidad. Está convencido de que el
desenvolvimiento de la economía y de la sociedad burguesa e industrial exigen mayores
intervenciones del Estado, más regulaciones, más administración. Lo más original y
revelador de su análisis es su tesis de una regulación completa de las existencias
individuales, que no es impuesta por el Estado (en atención a las demandas económicas y
políticas); sino más bien es solicitada por los individuos autónomos y libres. Individualismo
y centralización administrativa no son meros opuestos; liberalismo y régimen disciplinar
mantienen entre sí relaciones mucho más perversas de lo que podría parecer a simple vista.
Encima del hombre se eleva un poder inmenso tutelar que se encarga de garantir su placer
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y velar por su suerte; que trabaja con agrado para la felicidad del hombre, le provee
seguridad, conduce sus negocios, dirige su industria, regula sus sucesiones, divide las
herencias.
Las manifestaciones de este despotismo moderno fueron mayores en Europa Continental
debido a la no existencia de una tradición sobre las libertades individuales.
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consecuencia de un proceso de crecimiento y florecimiento de la personalidad con todo su
potencial de variación y que rehúsa subordinarse a los moldes de las representaciones
convencionales. Es típica en el romanticismo la temática de la doble o triple identidad. La
fuerza del romanticismo se nutría de su condición de marginalidad que le era destinada en
una sociedad que se pensaba predominantemente a partir de concepciones liberales, y que
comenzaba a organizarse bajo la égida del régimen disciplinar. Se sabe por ejemplo, que las
intervenciones estatales que buscan limitar la libertad de acción de los agentes económicos,
restringir el poder de autorregulación espontánea de los mercados y del trabajo, fueron
promovidos por políticos conservadores adheridos a las críticas románticas al liberalismo y
al individualismo clásico. Los avances en el orden administrativo responden a demandas de
ajuste del sistema económico y social por ellos propuestas. Las ideas e iniciativas colectivas
que emergían en el inicio y se expandían en la segunda mitad del S. XIX, tanto en las
fuerzas de la izquierda como de la derecha, se deben más al ideario romántico que a una
ideología tecnocrática. De esta manera romanticismo y disciplina se unen contra el
liberalismo, pero esta unión pasa casi siempre desapercibida. Esta unión puede reconocerse
en la personalidad carismática, capaz de ejercer control sobre los hombres, de movilizar sus
pasiones, de conquistar sus mentes, modelar sus creencias, de conducir sus acciones en la
política y en las artes, lo que caracteriza al “genio romántico”. Un ejemplo de ello es la
creación artística de Wagner, donde se concilian el orden y la pasión, que conquistan todos
los sentidos del público y conducen a emociones.
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