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LOS ATRIBUTOS DEL PENSAMIENTO HISTÓRICO

Algunos autores (historiadores) definen el pensamiento histórico como un conjunto de


procedimientos metodológicos que competen específicamente al ámbito de la Historia. El trabajo
histórico, como conocimiento científico, es:

1.- Es una construcción:

La Historia es un contructo humano acto de pretender conocer y comprender lo que fue. Para
que un pensamiento sea cultivado históricamente, tiene que ser disciplinado y no sólo instruido,
ya que, la cultura histórica no está constituida sólo por conocimientos actuales, sino también por
una toma de consciencia de la manera en que éstos son producidos, y por la capacidad de utilizar
operaciones cognitivas para poner el presente en perspectiva e iniciar un proceso argumentativo.
Los historiadores aprehenden con sus propias intenciones, motivos, contextos sociales y
culturales, una fuente que refleja las intenciones, motivos, contextos sociales y culturales de un
autor. Saben que en la narración existen vacíos que tendrán que llenar utilizando su
razonamiento y su propia creatividad para elevar el estatus de pruebas, de datos, los elementos de
respuesta a la problemática que habían creado a partir de sus situaciones, con objeto de dar
sentido por sí mismos al fenómeno humano que habían escogido. De este modo se integran a sí
mismo en la Historia, y lo hacen sobre todo mediante la reconstrucción narrativa de los contextos
de lo probable o lo posible, inferidos a través del análisis de las fuentes y la crítica de los
testimarios.

2.- Es Metódico:

Se fundamenta en el carácter científico de la Historia, pues el investigador sigue procedimientos,


desarrolla su tarea basándose en un plan previo y aporta pruebas que confirman que la materia
investigada no es errádica, sino que adquiere la categoría de conocimiento científico planeado.
Los historiadores se han puesto de acuerdo sobre unas normas y la utilización de métodos
complementarios para reunir y tratar los datos, aquello que Marc Bloch denominaba “el oficio del
historiador (Le métier de l’historieu). Este proceso, ha evolucionado. Así por ejemplo, se ha
pasado del impulso positivista del siglo XIX, en el que el método histórico tenía por objeto una
reconstrucción acumulativa y objetiva de los hechos que permitiese alcanzar una cierta verdad
universal. Pero la mayor parte de los historiadores, actuales comparten en un grado u otro una
característica que radica que todas las huellas del pasado pueden ser útiles para construir la
Historia, pero que deben ser evaluadas, situadas en sus contextos, validadas siguiendo un método
riguroso; se necesitan cuatros herramientas fundamentales de la construcción histórica necesario
para llevar a el análisis de las fuentes. El primer elemento es la lectura en profundidad. El
segundo es la heurística de la corroboración, a través de la cual el historiador confronta unas
fuentes con otras. El tercero es la heurística de indexación que consiste en identificar y evaluar la
fuente del documento. El cuarto es la heurística de contextualización, resitúa los hechos en su
contexto.

3.- Su Verificación:

Es posible mediante operaciones lógica que ponen a prueba la hipótesis planteadas. En efecto,
para aceptar o no las hipótesis planteadas. En efecto, para aceptar o no las hipótesis de trabajo se
ha de comprobar que explican realmente los hechos, por lo que se hace necesario contrastarlas
con la realidad empírica. Lo importante que la investigación histórica nunca puede darse como un
saber o pensamiento concluido.

4.- Es Sistémico:

Porque es una unidad ordenada; los nuevos conocimientos se integran en redes conceptuales
(estructuras cognitivas) donde se relacionan con los que ya existían. Es ordenado porque no es un
agregado de informaciones aisladas, sino un sistema de ideas conectadas entre sí.

5.- Es un saber unificado:

Porque no busca un conocimiento de lo singular y concreto, sino el conocimiento de lo general y


abstracto, o sea de lo que las cosas tienen de idéntico y de permanente.

6.- Es Universal:

Porque es válido para todas las personas sin reconocer fronteras ni determinaciones de ningún
tipo, no varía con las diferentes culturas.

7.- Es Objetivo:

Porque es válido para todos los individuos y no solamente para uno determinado. Es de valor
general y no de valor singular o individual. Pretende conocer la realidad tal como es, la garantía
de esta objetividad son sus técnicas y sus métodos de investigación y prueba, no pueda dudarse
de que el historiador entrega su interpretación personal en la Historia que es lento, con su criterio,
sino – y esto es fundamental – con sus pasiones, con sus odios, rencores, preferencias, simpatías,
afinidades, choques. La Historia objetiva no existe, y las que se han escrito en un tono neutral,
cuando la experiencia de la vida no es neutral, resultan libros aburridos, sin nervios, sin sangría, sin
vida, en una palabra, porque el historiador no ha vivido el pasado que relata, porque no ha sabido
resucitar desde su ángulo personal los sucesos del pasado, materia de la obra escrita, que han
quedado muertos en el cementerio infinito de las horas que se fueron.

8.- Es comunicable:

Mediante el lenguaje científico, que es preciso y unívoco, comprensible para cualquier sujeto
capacitado, quien podrá obtener los elementos necesarios para comprobar la validez de las teorías
en sus aspectos lógicos y verificables.

9.- Es racional:

Porque la ciencia histórica se conforma mediante procesos de implementación de la capacidad


reflexiva del historiador.

10.- El conocimiento científico:

Es provisorio porque la tarea de la ciencia histórica no se detiene, prosigue sus investigaciones


con el fin de comprender mejor la realidad de los fenómenos sociales. La búsqueda de la verdad
es una tarea abierta.

11.- La ciencia histórica:

Explica la realidad social mediante la comprensión e interpretación de los hechos y no por medio
de leyes, como sucede en las ciencias experimentales, pues se constituyen en una relación
constante y necesaria. La explicación en Historia es el descubrimiento de los acontecimientos, su
aprehensión, el análisis de múltiples vínculos que, de forma inextricable, se dan entre ellos en las
innumerables facetas de la realidad humana; y su trabazón con los hechos de otras épocas que le
anteceden y, también, con sus consiguientes, lo que posibilita adelantarse a los sucesos y
predecirlos.

12.- Es una interpretación crítica:

La Historia no es una entidad que exista independiente de su interpretación, como verdad que se
deba descubrir, sino una construcción sobre el pasado, de sus preguntas y esquemas por parte del
historiador. Se debe comprender que el trabajo del historiador consiste en la construcción
basándose en el análisis crítico y riguroso de las fuentes y de su validez.
13.- Es una continuidad:

La Historia debe mostrar la continuidad de la evolución vital, la eficacia de esfuerzo humano, la


exigüidad de todos nuestros actos particulares, individuales o colectivos. Como lo afirma el
famoso historiador francés Henri Pirenne “La Historia decía, es continua; no es, no puede ser otra
cosa que el estudio, la representación de la vida en su continuidad” 1

1
Verniers. L. “Metodología de la Historia. Editorial Losada S.A. Buenos Aires, 1962, 3ra. Edición.

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