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elevado del conocimiento, el entendimiento. El siguiente esquema, tomado de
la página 48 del libro La imagen es el mensaje, del año 1987, muestra la
estructura dentro de la que se desarrolla el presente escrito:
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relativo al objeto en la medida que este se presenta de diferentes formas, como
es el color, la textura, el olor, etc (cfr. Verneaux, 1967, pág. 53).
SENTIDOS EXTERNOS
Para Tomás de Aquino los sentidos externos son órganos receptores que
adaptan el estímulo recibido para transmitirlo a los sentidos internos,
específicamente al sentido común, sin almacenar en ellos información alguna
(cfr. Verneaux, 1967, pág. 57).
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externos, ya sea por un solo sentido, que es el per se propio, o por varios de
los sentidos, que es el per se común (cfr. Verneaux, 1967, pág. 55); y los per
accidens que son los mismos per se pero que los relacionamos o le damos un
valor distinto al realmente captado por los sentidos (cfr. Verneaux, 1967, pág.
54). Ejemplo de esto podemos decir que al escuchar el sonido vibratorio de
una aparato de odontología, más comúnmente llamado fresa (per se) lo
relacionamos con dolor en los dientes (per accidens) y nos parece sentir ese
dolor.
SENTIDOS INTERNOS
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dentro de las relaciones que mantiene con su contexto propio (cfr.
Verneaux, 1967, pág. 65).
Este también siente el acto propio de los sentidos, como el sentir que
se está viviendo, función que no puede hacerla ningún sentido propio
(cfr. Verneaux, 1967, pág. 66). Al igual que los sentidos externos no
almacena información, sino que los datos son procesados a su modo y
transmitidos a los otros sentidos internos.
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A manera de enfermedad la imaginación puede sufrir dos situaciones,
una es la ilusión que consiste en la evocación de una imagen, que no
coincide con la realidad, ante una sensación presente; la otra es la
alucinación que es una imagen viva y precisa sin un objeto existente
(cfr. Verneaux, 1967, pág. 70).
Esta razón es una especie de percepción rápida que detecta los per
accidens, es decir, esos contenidos que no han sido objeto de otros
sentidos, discerniendo más allá de lo que aparentemente dicen las
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imágenes. Propio de este sentido es distinguir las intenciones que en
lenguaje coloquial se denominan como la malicia indígena que poseen
las personas, siendo una especie de instinto natural. En los animales
se llama estimativa, y un ejemplo claro de este sentido lo podemos ver
cuando un animal corre ante otro animal porque siente que se
encuentra en situación de peligro. En las personas este sentido se llama
cogitativa y es básicamente la misma estimativa sumada con la
inteligencia racional (cfr. Verneaux, 1967, pág. 71).
Una vez que se ha pasado por el proceso sensitivo se llega al proceso del
intelecto o entendimiento.
ENTENDIMIENTO
Es el destinatario de la información que el objeto que ha trasmitido a los
sentidos. No es simplemente un receptor de información, sino que se
encuentra disposición de recibir cualquier información (cfr. Castillo, El
audiovisual, 1988, pág. 83). Su función como tal es conocer la verdad del
objeto, lo que es en sí. En este se realiza la adecuación con el objeto (cfr.
Castillo O.P., 1987, pág. 82).
El entendimiento presentan dos funciones o divisiones: el entendimiento
agente y el posible.
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esencia de la naturaleza de las cosas, creando sus propios conceptos
para poder conocer la verdad (cfr. Castillo, El audiovisual, 1988, pág.
84).
LA VERDAD
Para Tomás de Aquino “mientras que la verdad es tenida por los sentidos,
únicamente es conocida por el entendimiento, solamente él puede conocer su
correspondencia con las cosas” (Segura, 1991, pág. 273). En este proceso se
puede destacar tres momentos en el cual el hombre conoce la realidad, conoce
que conoce y se conoce.
1. EL HOMBRE CONOCE
Se puede afirmar que la verdad está en el entendimiento y en los sentidos,
aunque no de la misma manera. Pues en el entendimiento está como
consecuencia del acto del entendimiento y como conocida por él. Pero,
también, la verdad está en los sentidos como una consecuencia del acto de
ellos, o sea, en tanto que el juicio de los sentidos se refiere a la cosa tal como
ella es; pero no está en los sentidos como conocida por ellos, pues aunque los
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sentidos juzgan de las cosas con verdad, no conocen la verdad que juzgan; y
aunque los sentidos conocen que ellos sienten, no conocen su naturaleza, y
por consiguiente tampoco conocen la naturaleza de su acto, ni la adecuación
a la cosa, ni la verdad de ellos (cfr. Segura, 1991, pág. 273).
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veritativa esencial del conocimiento intelectual: “únicamente conoce la verdad
el entendimiento que sobre sí mismo reflexiona” (cfr. Segura, 1991, pág. 279).
3. EL HOMBRE SE CONOCE
Es la última instancia del conocimiento, ya que en Tomás se parte desde el
objeto o realidad externa para poder llegar al sujeto, quien es la misma persona
que está conociendo (cfr. Segura, 1991, pág. 294). Al comprender que conoce,
el ser humano descubre una de sus múltiples capacidades, identificándose y
profundizando en el conocimiento de la realidad que él mismo es.
También se plantea que esta teoría puede servir de faro que ilumine nuevos
esquemas y formas de pedagogías más adecuadas a nuestro proceso de
conocimiento.
BIBLIOGRAFÍA
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Castillo, J. G. (1988). El audiovisual. Caracas: Dominicos Venezuela.
Segura, C. (1991). La dimensión reflexiva de la verdad. Una interpretación de
Tomás de Aquino. Pamploa: Eunsa.
Verneaux, R. (1967). Filosofía del hombre. (L. Medrano, Trad.) Barcelona:
Herder.
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