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“EL DORADO” de la Iglesia

Cuando llegaron los conquistadores a lo que hoy se conoce como el continente Americano,

no solo se deslumbraron de la belleza de sus paisajes y de sus mujeres, sino del oro que

poseían los indígenas. El valor que le dieron a este metal fue económico, lo que está

relacionado íntimamente con el poder, algo que se distanciaba de la apreciación por parte

del nativo. Al conocer las grandes cantidades del precioso metal se inicia una fiebre por

conseguirlo, lo que generó grandes expediciones y despliegues de ejércitos y de

“cazadores de fortuna”, creando un ambiente codicioso hasta llegar a las fantasías como

el preciado tesoro del dorado.

La historia nos enseña que la mirada diferente de los conquistadores valoró de otra forma

la riqueza existente en las Américas, propició un movimiento social de grandes

magnitudes, lo que sirvió de ayuda para fortalecer varios reinos entre ellos nuestra “madre

patria”. Pero esta historia ¿qué relación guarda con el laicado en la Iglesia Católica?

El concilio vaticano II muestra su atención al estado de los fieles laicos diciendo:

Con el nombre de laicos se designan aquí todos los fieles cristianos, a excepción de los

miembros del orden sagrado y los del estado religioso aprobado por la Iglesia. Es decir,

los fieles que, en cuanto incorporados a Cristo por el bautismo, integrados al Pueblo de

Dios y hechos partícipes, a su modo, de la función sacerdotal, profética y real de Cristo,

ejercen en la Iglesia y en el mundo la misión de todo el pueblo cristiano en la parte que a


ellos corresponde.1

Entendiendo el laicado consiste en personas que guardan la fe cristiana en la Iglesia

Católica pero que viven normalmente en la sociedad y que sus comportamientos son de

una u otra manera influenciados por el pensamiento cristiano, se puede encontrar en las

diferentes áreas de la sociedad personas que han sido grandes exponentes en diferentes

disciplinas del saber, las cuales han manifestado de forma clara su adhesión a la fe

cristiana.

Para citar algunos ejemplos en el campo de la genética nos podemos encontrar con el

médico genetista estadounidense Francis Sellers Collins, conocido y ampliamente

valorado en el mundo científico por su liderazgo en el proyecto del Genoma Humano. Es

director del National Institutes of Health (NIH) en Bethesda, Maryland. Collins en su

libro The Language of God: A Scientist Presents Evidence for Belief expresa con claridad

su creencia en que Dios es la Fuente de toda la vida y como en la existencia de la vida se

expresa la voluntad de Dios2.

Como presidente y fundador de The BioLogos Foundation3, promueve un discurso sobre

la relación entre ciencia y religión, donde la creencia del cristianismo puede conciliarse

con la aceptación de la evolución y la ciencia, especialmente a través de la promoción de

la idea de la evolución teísta4.

Sus trabajos han sido de gran reconocimiento, no solo por parte del mundo científico sino

1
Conc. Ec. Vat. II: Cons. Lumen Gentium, n. 31.
2
The Language of God: a Scientist Presents Evidence for Belief. Francis S. Collins. Simon and Schuster,
2006. ISBN 0-7432-8639-1. p.203
3
http://biologos.org/about
4
Dios mantiene la creación permanentemente y sus propiedades incluidas la evolución de los seres vivos.
también para la Iglesia. Por su destacado desenvolvimiento en el campo científico el Papa

Benedicto XVI en el año 2009 nombró a Collins miembro de The Pontifical Academy of

Sciences5.

Otro personaje a mencionar, se encuentra en el campo de la economía. Es el español José

Raga, quien ha sido uno de los economistas que ha contribuido a la modernización de la

economía de su país. Siendo profesor universitario de amplia trayectoria, siempre ha

mostrado fuertes convicciones católicas6. Hacia el año 2001 fue nombrado Académico de

The Pontifical Academy of Social Sciences78, muchos de sus trabajos están enfocados

hacia la promoción de la justicia y los derechos humanos, entre ellos manifiesta una lucha

clara contra el aborto.

Estos personajes son una muestra del laicado católico, quienes desde sus diferentes

especializaciones dan un aporte en el mundo. Estos y muchos más trabajan arduamente y

tienen grandes reconocimientos a nivel mundial, pero de ellos poco se sabe; debido a que

no se conoce o se tiene poco influencia en sus áreas, se presenta una distancia que no ha

permitido integrarlos de un modo más formal con la actividad de la Iglesia.

En nuestro país se conocen varias personalidades, entre estos se puede destacar al

procurador general de la nación Alejandro Ordoñez, quien es frecuentemente mencionado

en los medios de comunicación del país debido a su actividad política que integra, en

5
La Pontificia Academia de las Ciencias es de alcance internacional, multi-racial en su composición, y no-
sectaria en la elección de sus miembros. El trabajo de la Academia incluye seis grandes áreas: ciencias
básicas, ciencias y tecnología de los problemas globales, ciencia de los problemas del mundo en desarrollo,
política científica, bioética, epistemología,
http://www.vatican.va/roman_curia/pontifical_academies/acdscien/index_sp.htm.
6
https://www.ucv.es/uhora_0.aspx?id=2405
7
La Academia Pontificia de Ciencias Sociales fue creada por Juan Pablo II el 1 de enero de 1994, con
el Motu Proprio "Socialum Scientiarum", "con el objetivo de promover el estudio y el progreso de las
ciencias sociales, económicas, políticas y jurídicas, y de lo que ofrece la Iglesia a los elementos que puede
utilizar en el estudio y el desarrollo de su doctrina social" (art. 1). - http://www.casinapioiv.va/
8
http://www.pass.va/content/scienzesociali/en/academicians/ordinary/raga.html
muchos casos, junto con sus manifiestas convicciones religiosas, siendo estas punto de

referencia para la toma de decisiones en su campo laboral; independientemente de que

tan acertadas sean, muestra la influencia que estas tiene en su vida. Así también, está el

presidente de la Universidad La Gran Colombia José Galat Noumer9, quien dirige un

programa en el canal Tele Amiga10 donde se aborda temas sobre la fe.

Por otra parte, nacieron movimientos desde la experiencia de vida laical. Quienes

sintieron una llamada especial por Dios a vivir su fe de forma radical, no por eso

haciéndose consagrados en una institución religiosa o del clero eclesial. Como es el caso

del Movimiento de los Focolares fundado por Chiara Lubich en el año 1943. Ha llegado

a 182 países, con el objetivo claro de abrir vías de diálogo ecuménico hasta ese entonces

nunca practicadas. Donde se acogen a fieles de otras religiones y personas sin una

referencia religiosa11. En sus inicios como movimiento laical, comprende en la actualidad

distintos ámbitos y ramas: jóvenes, niños, adultos, sacerdotes, consagrados, matrimonios,

en distintas áreas profesionales como educación, salud, economía, política, artes, etc 12.

Con sus múltiples y variadas obras, asocia en sus filas a cientos de profesionales de todas

las áreas para prestar un servicio profesional en pro del bienestar de las personas que

alcanzan sus obras. Resalta de forma especial el proyecto de economía de comunión que

pretende el desarrollo económico de carácter solidario en el que se involucran cientos de

empresas de todos los continentes13. Con lo anterior podemos encontrar movimientos

laicales que no solo tienen fuerza eclesial sino también social; pues el impacto de la fe no

solo se reduce a la celebración del culto o a una tarea evangelizadora, sino que produce

un impacto real en el mundo en que vivimos.

9
http://www.ugc.edu.co/
10
http://www.teleamiga.com/index.php/canal-virtual/category/un-cafe-con-galat
11
http://www.focolares.org/
12
Ibid
13
http://www.edc-online.org/es/quienes-somos/que-es-la-edc.html
De igual manera se puede evidenciar de forma especial los diferentes grupos de oración,

en su mayoría que están identificados con la corriente de la renovación carismática

católica o las famosas comunidades eclesiales de base, que son espacios de acogida y

fraternidad para muchas personas que andan buscando con quién animarse y acompañarse

no solo en su fe, sino también las dificultades de la vida, ya que en muchas ocasiones se

palpa la carencia o indiferencia de pastores, hombres y mujeres consagrados, religiosos,

religiosas o presbíteros en este campo.

Con este breve diagnóstico, en la actualidad se puede ubicar al laicado, desempeñando un

papel real de cristiano en una sociedad abierta a una pluralidad de pensamientos y

conocimientos, que busca soluciones a las diferentes problemáticas en las que vive. La

cual no se convence con discursos, sino con hechos reales que busquen siempre a la

persona en su ser de persona y no por sus convicciones religiosas o de pensamiento. La

tarea del laico es la de no solo ser fermento de la fe que profesa, sino también ser agentes

de cambio social que intervengan en los diferentes sectores procurando ante todo el

bienestar y el progreso de los pueblos. Se puede ver que hay muchos laicos que aunque

influyan o no en sus área de trabajo; con sus convicciones religiosas, muestran una clara

evidencia de como la fe no solo se reduce a las manifestaciones en los templos o sitios de

celebración del culto. Por tal razón la Iglesia está llamada a no seguir buscando “el dorado”

que tenemos a nuestro lado, sino a crear canales de comunicación que sean puentes de

diálogo, que manejen el mismo lenguaje de aquellos laicos presentes en la vida de los

pueblos; esto con el fin de coordinar e integrar de forma más significativa nuevas formas

de laicado, que tenga nuevos y mayores alcances en la sociedad.

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