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BREVE HISTORIA dd.

HOMOSAPTHM
JEeniando Diez Martín

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Urja detallada reconstrucción a la luz de los conocimientos científicos


nlás actualizados del origen de nuestra especie, la única del género
Homo que sobrevive hoy en la faz de la Tierra.
f
BREVE HISTORIA DEL
HOMO SAPIENS

Fernando Diez Martín

nowtilUS
Tras cada hombre viviente se encuentran
treinta fantasmas, pues tal es la proporción
Colección: Breve Historia numérica con que los muertos superan a los
www.brevehistoria.com vivos. Desde el alba de los tiempos, aproxi-
madamente cien mil millones de seres
Título: Breve Historia del Homo sapiens humanos han transitado por el planeta Tie-
Autor: © Fernando Diez Martín rra. Y es en verdad un número interesante,
pues por curiosa coincidencia hay aproxi-
Copyright de la presente edición: © 2009 Ediciones Nowtilus, S.L. madamente cien mil millones de estrellas en
Doña Juana I de Castilla 44, 3 o C, 28027 Madrid
www.nowtilus.com
nuestro universo local, la Vía Láctea, así por
cada hombre que jamás ha vivido, luce una
Editor: Santos Rodríguez estrella en ese universo.
Coordinador editorial: José Luis Torres Vitolas
Director de colección: José Luis Ibáñez Arthur C. Clarke,
2001, Una odisea espacial
Diseño y realización de cubiertas: Onoff imagen y comunicación
Diseño del interior de la colección: JLTV
Maquetación: Claudia R.

Reservados todos los derechos. El contenido de esta obra está prote-


gido por la Ley, que establece pena de prisión y/o multas, además
de las correspondientes indemnizaciones por daños y perjuicios,
para quienes reprodujeren, plagiaren, distribuyeren o comunicaren
públicamente, en todo o en parte, una obra literaria, artística o cien-
tífica, o su transformación, interpretación o ejecución artística fijada
en cualquier tipo de soporte o comunicada a través de cualquier
medio, sin la preceptiva autorización.

ISBN-13: 978-84-9763-774-9
Fecha de edición: Octubre 2009

Printed in Spain
Imprime: Estugraf Impresores
Depósito legal: M-37506-2009
ÍNDICE
Capítulo 1:
Mito, religión y ciencia 13
La nada, los dioses y los hombres 13
Y creó Dios al hombre a su imagen 15
La luz de la razón 17
Carbón, zanjas y geología 21
Un viaje a bordo del Beagle 23
La evolución humana 26

Capítulo 2:
El origen está en África 29
El valle del "hombre nuevo" 29
En busca del eslabón perdido 32
La historia de un fraude 35
Una caja de sorpresas 37
¡Lo tenemos! 40
En el cielo con diamantes 43

Capítulo 3:
Huesos, cerebros y piedras 47
Los primeros 47
La diferencia del 1% 50
El primate bípedo 53
Huesos, llanuras abiertas y partos 55
Dientes, comida y sexo 58
El cerebro del animal cultural 59
Capítulo 4:
Todo empezó en la selva 65
Relojes moleculares 65
El Homo floresiensis 151
Retrato de un ancestro 67 Los primeros europeos:
La conjura de la Tierra 69 el Homo antecessor 155
Al este del Edén 74 El Homo heidelbergensis
Lejanos candidatos 78 y la conquista del frío 159
Las últimas ramas 163
Capítulo 5:
La marcha comienza 85 Capítulo 9:
Los árboles crecen, las raíces cambian 85 Los señores del hielo 165
En el país de los Afar 89 Unneandertal en el metro 165
El enredo de la evolución 91 Atrapados en la Europa glaciar 168
A la orilla de la sabana 94 El humano del frío 172
¿Así habló Zarathustra? 97 La técnica de supervivencia 176
Las cenizas de Lucy 99 ¿Trascendentes, solidarios
y simbólicos? El alma neandertal 180
Capítulo 6: El fin de los neandertales 185
En la orilla del lago Turkana 103
Ser o no ser 103 Capítulo 10:
¿Los primeros humanos? 107 El humano simbólico 189
El que está "al lado del hombre" 112 Dibujando un candelabro 189
Los talladores de piedra 115 Una nueva Eva y un nuevo Adán 192
Cuando los humanos no estaban solos 118 Crónicas del hombre sabio 195
Al borde de la extinción 198
Capítulo 7: Hacia el nuevo mundo 201
Un lugar llamado Nariokotome 123 Un Big-bang humano 205
El descubrimiento de Kamoya 123 El comportamiento humano moderno 207
Un recién llegado 127
El nuevo contrato 131 La magia del arte 215
La invención y su trama 133 De la caverna a la estación espacial 220
Un lenguaje para una sociedad 139 Epílogo:
El destino 141 El porvenir de la humanidad 225
Capítulo 8: Cronología de algunos acontecimientos
Primeros colonos 143 relevantes para la investigación
El humano viajero 143 de la evolución humana 237
¡Hacia el Este! El Homo georgicus
y el Homo erectus 147 Bibliografía sugerida y comentada 245
¿Un humano endémico?
Millones
de años
Árbol genealógico
Homo neanderthalensis Homo sapiens
1
Homo erectos

Paranthropus
boisei
Mito, religión y ciencia
1 _ Paranthropus
robustos
Sobre el origen del ser humano
Homo
rudolfensis •
2 -

P
Paranthropus
LA NADA, LOS DIOSES Y LOS HOMBRES
3 _ aethiopicus
En el principio solo existía Po, el vacío. No había luz,
ni calor, ni sonido, ni movimiento. Poco a poco, entre
Australopitecus
las tinieblas, surgieron las primeras y tímidas turbulen-
afarensis
cias, gemidos, y susurros que anunciaron el origen
Australopithecus pálido de la luz, que fue creciendo hasta que se hizo el
anamensis día. Después vinieron el calor y la humedad que, al
mezclarse, dieron paso a la sustancia y la forma. Con
Aixiipithecus ram/dus
el tiempo, aquellas formas apenas esbozadas se hicie-
j Ardipithecus kadabba ron concretas y surgieron la tierra y el cielo, personifi-
cados en la Madre Tierra y el Padre Cielo. Todos los
Orrorin
dioses, seres vivos, cosas, fenómenos naturales nacie-
i tugenensis ron del cálido contacto entre cielo y tierra.

El párrafo anterior relata el modo en el que la


compleja mitología de la lejana Polinesia explica el

I Sahelanthrupus
tchadensls origen del universo y de la vida. Aquí se presenta la
idea de un cosmos que se hace a sí mismo, que es la
causa y el motor de todas las cosas. Sorprendentemen-

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

te, los ingredientes básicos de este relato, es decir, el Y CREÓ Dios AL HOMBRE A SU IMAGEN
vacío primigenio, el trémulo movimiento inicial, el
nacimiento de las formas, del cielo y la tierra, de la El capítulo 1 del Génesis narra cómo el Dios de
divinidad suprema que se hace a sí misma (Pta para los judíos creó el mundo y los primeros seres huma-
los egipcios, Ta'aroa para los polinesios o Quetzalcóatl nos, Adán y Eva, a los que encomendó que crecieran,
para los aztecas, por ejemplo), así como los demás se multiplicaran, llenaran la tierra y la sometieran.
dioses y los seres, están presentes en muchas otras Yavé hizo a la mujer y al hombre a su imagen y
culturas del mundo antiguo, como las de Egipto, semejanza, por lo que el relato bíblico propone que
Grecia o India. Ya se trate del Po polinesio, el Nun de desde el inicio de su creación los humanos poseían
los antiguos egipcios, el Khaos de la Grecia clásica o completamente desarrolladas todas las capacidades
el Glan de la etnia bambara en Mali, este concepto mentales, culturales y morales que les otorgaban una
forma parte de los mitos creados por los hombres para total supremacía sobre los animales. Dios encomen-
explicar el origen del mundo que les rodea y darle daba a los hombres, además, una misión divina en la
sentido. Para una persona de nuestro tiempo, de la Tierra. El hombre ocupa, desde este punto de vista, la
trepidante sociedad tecnológica y la aldea global de la cumbre de la escala natural y el dominio de los seres
información, es igualmente sorprendente que esos creados exclusivamente para satisfacer sus necesida-
relatos míticos, pertenecientes al acerbo cultural de des justifica su papel diferente y único en el mundo
unos pueblos en los que ya no nos reconocemos, hecho por Dios. El Génesis también explica la diver-
presenten desconcertantes similitudes con la teoría del sidad racial y lingüística humana. Los tres hijos de
big bang, el modelo que la ciencia de nuestros días Noé y sus esposas, una vez finalizado el diluvio
utiliza para explicar la génesis del universo. universal, se expandieron por todo el orbe, dando
origen así a todas las razas y culturas conocidas. Dios
El ser humano, desde hace incontables generacio- creó por su propia voluntad todas las lenguas del
nes, ha perseguido ordenar la naturaleza y dar sentido a mundo cuando, para castigar a los hombres por la
su propia existencia. A lo largo y ancho de la historia, construcción de la Torre de Babel y con el objeto de
nuestra especie se ha servido de la mitología y de la confundirlos y dispersarlos, hizo que hablaran dife-
religión para, al fin de cuentas, hacer comprensible su rentes idiomas.
entorno. "El hombre es la medida de todas las cosas",
decía el filósofo griego Protágoras y, en verdad, las El relato del Génesis, pilar básico de las tres
religiones y sus ritos han servido para que el individuo grandes religiones monoteístas (el judaismo, el cris-
humano se presente a sí mismo frente a los poderosos, tianismo y el islamismo), ha influido muy significa-
a veces brutales, fenómenos de la naturaleza, frente a la tivamente en el pensamiento occidental sobre el
vida y la muerte o frente a la colectividad de la que origen y la diversidad humana durante cerca de dos
forma parte. En el afán por dotarse de un marco com- milenios. Los filósofos clásicos habían desarrollado
prensible, una de las preguntas esenciales que el ser ya la idea de que los humanos evolucionaron desde
humano se ha planteado a lo largo de su historia tiene formas animales. De particular importancia es la
que ver con su propio origen y naturaleza: ¿qué es el teoría atribuida al pensador Demócrito. Este filósofo
hombre?, ¿de dónde viene?, ¿cuál es su destino? griego defendió, a caballo de los siglos V y IV a.C,

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FERNANDO DIEZ MARTÍN

2
Parentesco escandaloso.
El origen está en África
Caricatura de Darwin
aparecida en la prensa
satírica británica en Los grandes hitos en la búsqueda
1871, el mismo año de la
publicación de El origen de nuestros ancestros
del hombre.

humana en El origen del hombre y la selección en rela- E L VALLE DEL "HOMBRE N U E V O "
ción con el sexo, publicado en 1871. Apoyándose en
los trabajos de Huxley, afirma que nuestro linaje En 1871, en el Origen del hombre, Darwin pre-
comparte un ancestro común relativamente reciente dijo que lo más probable era que nuestros ancestros
con los grandes simios. De entre ellos, el chimpancé es se encontrasen en África, porque es en este conti-
el que se le antoja más próximo a nosotros. La simplifi- nente donde viven los primates más parecidos a
cación apresurada de sus razonamientos llevó a nosotros (los chimpancés y los gorilas). Darwin
muchos a concluir que lo que Darwin estaba diciendo había tomado la idea del libro de Thomas Huxley
es que el hombre desciende del mono. Ante esta idea, Evidencias del lugar del hombre en la naturaleza,
la burla y el escándalo no se hicieron esperar en la publicado en 1863. Sin embargo, a finales del siglo
sociedad decimonónica europea. Muestra de ello son XIX todavía se conocían muy pocos fósiles huma-
las caricaturas de la época que retratan a un Darwin nos y, desde luego, ninguno de ellos era africano. En
con cuerpo de chimpancé, o la reacción de la esposa las tempranas fechas de 1830 y 1848 ya se habían
del obispo de Worcester: "¡Dios Santo, de los monos! descubierto los primeros en la Cueva de Engis
¡Esperemos que no sea verdad y, si lo es, confiemos en (Bélgica) y en la cantera de Forbes, en Gibraltar.
que no se sepa!" Desafortunadamente para esta dama y Aunque hoy sabemos que estos restos pertenecen a
para otros muchos, ya no había remedio posible. La neandertales, en aquella época suscitaron poco inte-
búsqueda de nuestros orígenes había comenzado. rés y pasaron rápidamente al olvido.
Todo cambió en agosto de 1856. Ese verano, un
puñado de hombres que trabajaban en las voladuras

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28
FERNANDO DIEZ MARTÍN

Breve historia del Homo sapiens


de la cantera de caliza abierta en el valle de Neander
{Neander-thal que, paradójicamente, significa 'el
valle del hombre nuevo'), cerca de la ciudad
alemana de Dusseldorf, se toparon con la entrada de
una pequeña cueva colgada en lo alto de un cañón.
La extracción de los sedimentos que tapaban la gruta \
permitió que los obreros comenzaran a encontrar
artefactos de sílex y huesos de animales en abundan-
cia. Entre todos esos fósiles se encontraban algunos
humanos, particularmente una bóveda craneal, que
parecían pertenecer al mismo individuo. Enterado
del hallazgo, el propietario de la cantera envió los
restos a Johann Cari Fuhlrott, profesor local de cien-
cias naturales, quien rápidamente se dio cuenta de
que los rasgos de los fósiles humanos eran "de una
naturaleza desconocida hasta entonces". Los restos
pasaron a manos del anatomista Hermann
Schaaffhausen, responsable de su presentación en
sociedad en un congreso de medicina celebrado en
Bonn, en febrero de 1857. El anatomista alemán
concluyó que, efectivamente, los restos humanos
eran de una gran antigüedad, como confirmaban los
restos de animales que aparecieron junto a ellos, pe-
ro se reservó con mucha prudencia el juicio sobre el
carácter fósil de los mismos.
En un momento en el que ni siquiera se había
publicado aún la teoría evolucionista de Darwin,
nadie estaba dispuesto a aceptar que pudiera existir
una especie humana extinta. Así, se propusieron las
más disparatadas explicaciones para semejante
hallazgo. El propio Schaaffhausen prefirió atribuir
los huesos a una raza humana salvaje anterior a los
pueblos celtas y germánicos. Otros vieron en ellos a Salvaje, idiota o cosaco enfermo.
un idiota patológico. La más imaginativa de todas La primera reproducción científica de la bóveda craneal
fue la del paleontólogo alemán Hermann von Meyer, hallada en el valle de Neander, publicada por
quien sugirió que se trataba de un cosaco mongol Johann Cari Fuhlrott en 1859.
que, en persecución de las tropas napoleónicas y

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

gravemente enfermo por el raquitismo, había hecho embargo, no compartía algunas de sus ideas. Hae-
un alto para descansar en la cueva, donde murió. ekel pensaba, por ejemplo, que eran los simios asiá-
Incluso Thomas Huxley, el gran defensor de Darwin, ticos (orangutanes y gibones), y no los africanos, las
influido por las tesis raciales (y racistas) del antropó- especies más próximas a los humanos. Así lo plasmó
logo estadounidense Samuel Morton, sostuvo con en su árbol genealógico de 1868, en el que mostraba
brío que el fósil de Neander era un "tipo humano explícitamente la conexión entre los simios asiáticos
inferior", similar al de los aborígenes australianos. y el "eslabón perdido", al que denominó Pithecan-
Fue el paleontólogo irlandés William King, alumno ihropus alalus, literalmente, 'el hombre-mono sin
de Charles Lyell, quien en 1863 bautizó al ejemplar habla'. Este ser era mitad simio y mitad humano, no
alemán con el nombre de Homo neanderthalensis. caminaba completamente erguido, su mandíbula era
Por primera vez, ocho años antes de la aparición de muy prominente y no conocía el lenguaje. Las pro-
El origen del hombre, se dará cabida dentro de la puestas de Haeckel eran pura teoría pero calaron en
clasificación de Linneo a un tipo humano no sapiens. unos discípulos, que ansiosos por confirmarlas y
El ejemplar de Neander-thal será la primera especie ganarse el reconocimiento de la ciencia, se lanzaron
fósil perteneciente a nuestro género reconocida por la a la búsqueda de ese grial de la evolución.
ciencia. Y ese fósil se encontraba en Europa. Eugéne Dubois, estudiante holandés de medi-
cina, fue uno de aquellos jóvenes entusiastas. En
1887, a la edad de veintinueve años y al no conse-
EN BUSCA DEL ESLABÓN PERDIDO guir fondos del gobierno holandés para organizar
una expedición a los trópicos, dejó su trabajo en la
A pesar de los prejuicios iniciales en los que se Universidad de Amsterdam y se alistó como médico
vio envuelto el fósil de Neander, la confirmación de en el ejército destinado en las Indias Orientales
la existencia de especies humanas fósiles anteriores holandesas (nombre colonial de la actual Indonesia).
a nosotros se produjo en 1866, con el descubri- Dubois estaba convencido, siguiendo las tesis de
miento, en la cueva belga de Naulette, de una nueva 1 laeckel, de que los primeros ancestros de los huma-
mandíbula de formas primitivas. El estudio compa- nos debían encontrarse en territorio asiático. Y a
rativo de este resto con las mandíbulas de un chim- pesar de viajar a la otra punta del mundo, de los
pancé y un humano moderno demostró el carácter peligros y miserias que vivió en su búsqueda, su
claramente humano del mismo. Paul Broca, funda- determinación pronto dio unos inesperados frutos.
dor de la Sociedad de Antropología de París y En agosto de 1891 uno de sus asistentes encontró un
cercano a las ideas evolucionistas, aseguró que la molar humano en el río Solo, cercano a la aldea de
mandíbula constituía un argumento anatómico de Trinil, en la isla de Java. Pronto vinieron una bóveda
peso a favor del darwinismo y que se trataba del craneal y un fémur extrañamente moderno. Dubois
primer eslabón de la cadena que conectaba a los se dio cuenta de que el hueso de la pierna demos-
humanos con los simios. traba que ese ser andaba erguido, aunque poseyera
El insigne biólogo alemán Ernst Haeckel era un cráneo a caballo entre los simios y el hombre.
simpatizante de la teoría de Darwin pero, sin Decidió llamarlo Pithecanthropus erectus, literal-

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

LA HISTORIA DE UN FRAUDE

A comienzos del siglo XX, el concepto del


eslabón perdido había cuajado en algunos círculos
Mitos del hombre-mono. científicos y sociales. Para entonces los descubri-
Retrato del Pithecanthropus mientos fósiles habían comenzado a florecer ya por
alalus (1894). La obra fue inedia Europa. Pero no en Gran Bretaña, el país que
encargada por uno de los había sido decisivo en el asentamiento de las teorías
rivales de Haeckel, evolucionistas y el desarrollo de la ciencia prehistó-
Rudolf Virchof, como crítica rica. Y eso, interpretado por algunos como una des-
a sus infundadas teorías. honra para la gloria británica, tenía que cambiar
No obstante, la imagen del como fuera. Entre 1908 y 1911, Charles Dawson, un
eslabón perdido influyó abogado y anticuario aficionado, descubrió los
durante décadas en restos de un cráneo y una mandíbula en la gravera
la interpretación del de Piltdown, al sur de Inglaterra. Estos fósiles llama-
registro fósil. ron la atención de Arthur Smith-Woodward, paleon-
tólogo del Museo Británico, quien vio en ellos
mente, 'el hombre-simio que anda erguido', también rasgos de una gran antigüedad y concluyó que
conocido como el hombre de Java. correspondían a uno de los primeros ancestros de los
El reconocimiento del hallazgo fue más dificul- humanos modernos. Lo bautizó con el nombre de
toso todavía que la aventura del descubrimiento. Eoanthropus dawsoni ('el hombre del alba de
Tras su publicación en 1893, su presentación en Dawson', una poética referencia a su lugar en el
Europa y el respaldo del propio Haeckel, muchos amanecer de la evolución humana). Mientras que el
científicos, aún reacios a las teorías evolucionistas, cráneo era grande y voluminoso (muy distinto a los
no podían aceptar que el eslabón perdido fuera tan ejemplares descubiertos en el valle de Neander y en
"simiesco". Algunos sugirieron incluso que se tra- Java), la mandíbula era muy primitiva. Esta combi-
taba de un ancestro gigante de los gibones. La dura nación, mitad humana (el cráneo) y mitad simiesca
batalla por la aceptación hizo mella en la personali- (la mandíbula) coincidía a la perfección con los
dad de Dubois, quien acabó irascible, desconfiado y postulados de numerosos antropólogos de la época,
paranoico, alejado de los círculos científicos y cada quienes, como ya hemos visto, se esforzaban en la
vez más extraño para su familia y amigos. búsqueda del hombre-mono.
El hallazgo de Dawson vino como anillo al
dedo para Arthur Keith, el anatomista británico más
reputado del momento, cuyas teorías sobre el esla-
bón perdido pronosticaban una combinación de
rasgos idéntica a la que presentaban los restos de
Piltdown. Keith defendió a capa y espada durante

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FERNANDO DTEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

décadas que esos fósiles, y no otros, correspondían a Conan Doyle, curiosamente, fue señalado por algu-
nuestro verdadero ancestro. Y en verdad, durante nos como partícipe de la misma), lo más importante
muchos años la mayor parte de los científicos acep- es que este vergonzoso suceso enturbió el progreso
taron de muy buen grado que nuestra evolución se en el estudio y comprensión de la evolución
había producido de esa forma, creando un ser mitad humana, atrasó notablemente el reconocimiento de
simio y mitad humano en la cadena de aconteci- otros fósiles verdaderos y distrajo a muchos ojos del
mientos. El hombre de Piltdown era el bálsamo ideal escenario más importante.
para los antropólogos bienpensantes del momento.
Era europeo, no podía ser de otro modo. Su cerebro,
incluso en la aurora de la humanidad, ya era tan UNA CAJA CON SORPRESAS
grande como el nuestro, a diferencia del de los nean-
dertales o los fósiles javaneses, cuya apariencia era En 1923, y con apenas veintinueve años de
escandalosamente bruta y primitiva. edad, Raymond Dart llegó a Sudáfrica para trabajar
Aunque, a decir verdad, la sospecha y la inves- como profesor de anatomía en la recién creada Uni-
tigación casi policial nunca estuvieron ausentes, hará versidad de Johannesburgo. El joven Dart, influido
falta esperar a 1953 para descubrir la impostura de por el estímulo científico de los descubrimientos de
Piltdown. Ese año, gracias al desarrollo de nuevas Piltdown, había llevado a cabo un estudio compara-
analíticas químicas, se denunció oficialmente que el tivo de los cerebros de humanos y chimpancés
hombre de Piltdown era, en realidad, un bonito durante su estancia en Inglaterra. La Universidad
puzzle confeccionado con el cráneo de un humano sudafricana fue un completo desencanto. Las instala-
moderno y la mandíbula de un orangután. Los ciones eran básicas, los medios técnicos casi inexis-
huesos habían sido tintados para darles una pátina tentes y no había ni siquiera una biblioteca de
similar a la de los verdaderos fósiles de animales medicina. Pero el brioso profesor australiano se puso
descubiertos en la gravera, lo que demuestra que manos a la obra y, entre otras cosas, animó a sus
detrás del engaño tuvo que haber un especialista en estudiantes a que buscasen fósiles de animales
paleontología ¿Quién o quiénes fueron los responsa- durante sus vacaciones de verano. La intención de
bles de semejante disparate? ¿Smith-Woodward, Dart era crear una colección didáctica y, para ello,
cuya ambición de notoriedad jamás hubiera podido prometió incluso una recompensa de cinco libras a
verse colmada con el estudio de los peces fósiles, su quien le llevase el fósil más interesante. A comien-
verdadero campo de estudio? ¿Keith, empeñado en zos del curso siguiente, una de sus alumnas, Jose-
hacer valer sus teorías? ¿Dawson, deseoso de colo- phine Salmonds, avisó a Dart de que había
car a Gran Bretaña en un lugar de referencia en la encontrado el cráneo fósil de un papión (un primate
paleontología mundial? ¿O quizás el eminente de medianas dimensiones) en la casa de unos ami-
geólogo William Solías, dispuesto a vengarse a todo gos, cerca de un sitio llamado Taung. El profesor,
precio de su rival Smith-Woodward? Aunque la educadamente, corrigió a la joven: imposible que
trama se nos antoje a la altura del famoso detective fuera un papión. Como muchos científicos de la
de ficción Sherlock Holmes (cuyo creador, Arthur época, Dart pensaba que África no podía haber sido

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

la cuna de los primates, el orden de mamíferos más


desarrollado. Al día siguiente, Josephine puso en
manos de su profesor el fósil, efectivamente, de un
papión. Sorprendido, Dart se puso en contacto rápi-
damente con el encargado de la cantera de roca
caliza de la que provenía el primate fósil. El capataz
se comprometió a enviarle a la mayor brevedad
posible los huesos que se estaban encontrando en
El primer
Taung.
australopiteco.
Y los fósiles llegaron en dos cajas a casa de Raymond Dart
Dart, justamente cuando se preparaba para la boda muestra al niño
de unos amigos que iba a tener lugar precisamente de Taung poco
allí. Su esposa y el mismísimo novio comenzaron a después de su
ponerse nerviosos cuando Dart, padrino en el enlace, presentación
se arremangó entusiasmado para echar un breve científica.
vistazo al envío. Esa evidente exaltación no estaba,
aunque parezca mentira, a la altura de lo que iba a
encontrarse en la segunda caja. El primero de los completa de un individuo infantil cuyos dientes de
restos que allí vio era un cerebro fosilizado en leche aún eran visibles en su mandíbula. El "niño de
caliza, tan completo que podían distinguirse con Taung", como popularmente se le conoce, contaba
claridad los vasos sanguíneos. Conocedor de pri- con apenas cuatro años de edad y no era ni un simio
mera mano de la anatomía cerebral, Dart se quedó ni un humano. Dart, sin haberse visto influido por
mudo ante el hallazgo. Rebuscó atónito entre los las presuposiciones del eslabón perdido, pronto
bloques de roca que llenaban aquella caja para comprendió que podía encontrarse ante uno de nues-
toparse, finalmente, con lo que parecía un fragmento tros ancestros. Al año siguiente, publicó sus descu-
craneal muy concrecionado (enmascarado por roca brimientos en la prestigiosa revista científica Nature,
caliza) que encajaba perfectamente con el cerebro en la que daba nombre a la nueva especie: Aus-
fósil. Tenía entre sus manos los restos de una cria- tralopithecus africanus, 'el simio africano del sur'.
tura dueña de un cerebro más grande que el de un Muchos científicos lo despreciaron como un simple
chimpancé pero mucho menos desarrollado que el mono que Dart no había sido capaz de reconocer,
de un humano moderno. Absorto en su estupefac- precisamente por tratarse de un ejemplar infantil. La
ción, súbitamente descendió a la realidad gracias a la influencia de Piltdown y el mito del eslabón perdido
impaciencia del novio: ¡había que apresurarse, los tenían demasiado peso y el niño de Taung presen-
invitados comenzaban a llegar! taba unos rasgos completamente opuestos a los espe-
El trabajo de limpieza de los fósiles fue largo y rados: un cerebro pequeño y una dentadura bastante
laborioso, pero en diciembre de 1924 Dart pudo moderna. Dart viajó a Inglaterra para hacer conocer
saber que, junto al pequeño cerebro, tenía la cara su interesante hallazgo pero recibió poca atención de

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

los especialistas, mucho más interesados por los llevado a cabo una expedición geológica y paleonto-
nuevos descubrimientos que se estaban produciendo lógica en la garganta de Olduvai, a las puertas de las
de China (el llamado "hombre de Pekín", en 1929) y inmensas planicies del Serengueti (norte de Tan-
que parecían confirmar nuevamente que los orígenes zania) y en la tierra de los maasai. Aunque Reck
de nuestro linaje se situaban en Asia. Dart, ajeno a la encontró abundantes restos de animales fosilizados
delirante caza del eslabón perdido y la ambición en una profundidad o grosor de unos 100 metros de
mediática, volvió desilusionado a Sudáfrica, dis- sedimentos visibles en los escarpes de la garganta, la
puesto a retomar sus quehaceres académicos habi- I Guerra Mundial frustró la continuidad de sus traba-
tuales. jos. En 1931, y en el transcurso de una visita a la
región acompañado por el propio Reck, Louis halló
hachas de mano de gran antigüedad. Esa, junto a
¡Lo TENEMOS! otras razones de tipo personal y académico, fue la
excusa perfecta para que decidiera alejarse de
A Louis Leakey, estudiante en Cambridge, le Europa. En 1935, junto con su segunda esposa,
advertían que se olvidase de una vez por todas de Mary, una joven arqueóloga aficionada, comenzó a
esa disparatada idea suya: "si lo que usted persigue trabajar en Olduvai. Y ese paisaje, a los pies del
es embarcarse en la búsqueda de nuestros primeros sobrecogedor cráter del Ngorongoro, se convirtió en
ancestros, no es en África, sino en Asia adonde el hogar científico de ambos durante el resto de sus
debería dirigir la mirada, tal y como, por otra parte, vidas. Allí se entregaron durante veinticuatro años a
señalan todas las evidencias". Leakey, ciertamente, la búsqueda de fósiles humanos. Su determinación
era un joven testarudo y no estaba dispuesto a tuvo escaso éxito porque, a pesar de hallar abundan-
dejarse convencer fácilmente. Hijo de unos misione- tes artefactos líticos y fósiles de mamíferos, no
ros anglicanos en Kenya, se había criado en plena consiguieron encontrar el tan ansiado ancestro
sabana africana junto a otros niños de etnia kikuyu, humano. La suerte cambió una fresca mañana del 17
interesado por la naturaleza y la prehistoria. Durante de julio de 1959.
sus años de estudiante en la elitista Universidad de Ese día, mientras Louis descansaba en el
Cambridge, Louis participó en una expedición del campamento aquejado de fiebre, Mary decidió salir
Museo Británico al territorio de Tanganyka (actual sola a explorar una vez más los recovecos de
Tanzania) en busca de dinosaurios fósiles. El viaje le Olduvai. Por fortuna, sus ojos se detuvieron en un
fascinó y decidió centrar sus pesquisas en el conti- hueso que sobresalía de la tierra. Mary no podía
nente africano, pues estaba convencido de que la creer lo que estaba viendo: incrustados en el sedi-
predicción de Darwin era cierta. mento pudo ver unos dientes y luego la mandíbula a
En 1929 comenzó a buscar en Kenia evidencias la que pertenecían. Enseguida reconoció al homínido
arqueológicas de culturas antiguas. En sus prolíficos que tanto tiempo había buscado y corrió al encuen-
años de estudiante, Louis tuvo la oportunidad de tro de Louis gritando "¡lo he encontrado!, ¡lo he
conocer al destacado paleontólogo alemán Hans encontrado!" Cuando el cráneo casi estuvo listo para
Reck, quien en la temprana fecha de 1913 había su estudio, los Leakey se toparon con una desilusión

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

cifrarse en torno a, los nada desdeñables, 600 mil


años. Por eso, cuando en 1961 un equipo de geólo-
gos estadounidenses aplicó un novedoso método de
datación en el estrato del que procedía el cráneo, un
violento terremoto sacudió a la comunidad cientí-
fica: su edad se acercaba a 1,8 millones de años,
¡tres veces más de lo supuesto!

EN EL CIELO CON DIAMANTES

La bomba de los Leakey fue el broche perfecto


¡Lo tenemos! de un cúmulo de evidencias que ya parecían incues-
Mary Leakey, junto a su esposo Louis, sostiene la mandíbula tionables: los nuevos fósiles sudafricanos descubier-
superior (maxilar) de Zinj, descubierta en la garganta tos por el paleontólogo británico Robert Broom
de Olduvai (Tanzania).
facilitaron que Dart y su niño de Taung recibieran
finalmente el reconocimiento merecido; el fin de la
engañifa de Piltdown acabó con el dañino mito del
inicial: evidentemente no se trataba de un fósil del eslabón perdido; Zinj y la confirmación de su gran
linaje Homo, tal y como tanto habían ansiado. Por el antigüedad envejecían inesperadamente la historia
contrario, disponía de una dentición y una mandí- de la evolución humana; finalmente, en 1964 Louis
bula muy poderosas que parecían una versión muy Leakey anunció, por fin sí, el descubrimiento en
robusta de aquellos australopitecus de Sudáfrica que, Olduvai del representante más antiguo de nuestro
en este momento, se conocían mejor. Efectivamente, género, el Homo habilis. La predicción de Darwin
al hallazgo de Taung le habían seguido otros impor- era ya una realidad innegable.
tantes descubrimientos producidos en las décadas de
1930 y 1940. Esta pequeña contrariedad puso sobre Comienza así una era dorada para la ciencia
la mesa una perspectiva inesperada. A diferencia de paleoantropológica. África, considerada ya la cuna
lo que los antropólogos pensaban, el rasgo que había de la humanidad, recibe equipos de investigación
iniciado el camino de la gestación de los humanos internacionales ávidos por realizar nuevos descubri-
no había sido un gran cerebro, sino la dentición y la mientos, por saber hasta qué momento del pasado
marcha bípeda. El ejemplar de Olduvai recibió el pueden rastrearse las huellas más antiguas de nues-
nombre de Zinjanthropus boisei, popularmente tros ancestros. Se había dado el pistoletazo de salida
conocido como Zinj (nombre dado por los árabes a de una febril carrera a la caza del fósil. En 1965, un
la región de África oriental) o el "cascanueces", y equipo dirigido por Bryan Patterson halla un resto
hoy día se inscribe dentro del género, paralelo al homínido en la desértica e inaccesible margen
nuestro, el de los parántropos. En el momento de su izquierda del lago Turkana (norte de Kenia). "El
hallazgo, los Leakey creían que su antigüedad debía fósil homínido más viejo hasta la fecha", afirmaría

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

Salvo los humanos, el resto de especies viven confi- PRIMATES


PROSIMIOS
nadas en las regiones tropicales de la Tierra. Tupaya
Grandes o pequeños, todos los primates compar- Lemuriformei] —wSm A Jk^LepHamur
timos una serie de rasgos básicos que nos identifican *
y agrupan: nuestras extremidades finalizan en cinco
dedos móviles con uñas protectoras; el dedo pulgar de Ayo-oye «5
^ r Lémur
la mano es oponible, lo cual facilita el agarre de las ¿T Cata
cosas; el acercamiento de los ojos hacia el frente de la
cara nos ha permitido el desarrollo de una visión este-
reoscópica (dos ojos viendo las mismas cosas a la vez Tars/formes
Ú< *
Lorísiformes

producen una imagen tridimensional); el volumen del Gálago


cráneo es grande, para acoger un cerebro relativa-
SIMIOS
mente voluminoso; y además, los cuidados materna-
Marikina Tttt
les más prolongados, la madurez sexual más tardía,
una mayor longevidad y un cerebro mayor permiten a
los primates una organización social bastante
compleja. El suborden de los simios apareció en
escena hace unos 35 m. a. La gran diferencia con los
prosimios es la pérdida de su capacidad para ver por
la noche, su mayor corpulencia y un cerebro todavía
más desarrollado. Los simios se dividen, a su vez, en
dos grandes grupos, los monos del Nuevo Mundo
(extendidos por América) y los monos del Viejo
Mundo (presentes en África y Asia). Dentro de estos
últimos situamos a la gran familia de los hominoides
o grandes simios. En el pasado, incluía multitud de
especies que se expandieron, desde África, por Eu-
ropa y Asia. Hoy el número de especies ha dismi-
nuido significativamente y solo contamos con cinco
representantes: gibones y orangutanes en Asia; gorilas
y chimpancés en África; y humanos.
El grupo de los grandes simios comparte una serie
de características anatómicas. De un primer vistazo, Clasificación de los representantes actuales del orden
resaltan la pérdida de la cola, un pecho plano, unos de los primates, el grupo de animales en el que
brazos largos y unas manos bastante hábiles. Estos nos incluimos los humanos.
aspectos sirvieron originalmente para el desarrollo de
un tipo de adaptación muy particular a la vida arbórea:

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

L A CONJURA DE LA TIERRA presente en la Cuenca del río Congo y en África


occidental.
En apariencia, nada catastrófico. Nada que pu- La superficie de la Tierra está formada por in-
diera perturbar a aquellos ancestros o que les aler- mensos fragmentos o placas que se desplazan lenta-
tara de la transformación que se avecinaba. Pero, de mente y a la deriva, chocando unos con otros o
hecho, ese momento había llegado. La poderosa e separándose entre ellos. Estas colosales fuerzas son
imparable maquinaria de la naturaleza hacía tiempo responsables del movimiento de los continentes, la
que se había puesto en marcha silenciosa pero sin formación de las cadenas montañosas (cuando dos
pausa y, aunque de forma imperceptible aún, acaba- placas chocan) o la apertura de grandes grietas
ría transformando el mundo que les era conocido y (cuando se separan). Hace unos 30 m. a. se inició
afectando a algunos de sus todavía lejanos e insos- una gigantesca fractura en la corteza terrestre
pechados descendientes. provocada por la separación entre las placas conti-
Un poco después del origen de los primates nentales africana y arábiga, justo a la altura de
(hace unos 50 m. a.), la Tierra había iniciado una África oriental. El resultado es la imponente cicatriz
nueva deriva hacia el deterioro del clima (en su larga del Gran Valle del Rift, que recorre más de 4.000
historia ya había vivido otras dos de mayor magni- kilómetros desde Etiopía (al norte) hasta Mo-
tud). Sin embargo, a partir de hace unos 7 m. a. se zambique (al sur). La formación del Gran Rift no ha
produjo un nuevo pulso, más marcado, de enfria- finalizado aún y llegará el día en el que el Cuerno de
miento global. La masa polar de la Antártida estaba África se desgaje del resto del continente. La frac-
en formación y, en el Ártico, los glaciares se exten- tura ha provocado la elevación de altas mesetas en
dían tímidamente. En realidad, la Tierra estaba los bordes del profundo valle y la intensa actividad
entrando en una evidente esquizofrenia climática, en geológica ha propiciado también la formación de
la que se alternaban cada vez más intensamente una larga cadena de volcanes que, con sus violentas
periodos de frío con otros más cálidos. Será el prelu- sacudidas, han expulsado una gran cantidad de
dio, moderado aún, de la posterior y todavía lejana rocas. Como consecuencia, se ha ido modelando una
Edad del Hielo moderna (de la que, al menos en barrera que, precisamente por su elevada altitud, ha
apariencia, nos hemos librado los humanos hace conseguido alterar la circulación de las masas de
poco más de diez mil años). En las latitudes ecuato- aire y bloquear la llegada de las lluvias procedentes
riales africanas, muy alejadas de los polos y mucho del oeste.
menos condicionadas por el frío, estos vaivenes Parecía, por tanto, que hace unos 7 m. a. el
provocaban una sucesión continuada de fases húme- destino o el azar se habían conjurado para poner a
das y áridas que, a su vez, fueron responsables de la prueba a nuestro protagonista. El muro del Rift no
expansión y el retroceso de las selvas tropicales. dejaba pasar las ansiadas lluvias al este del conti-
Desde hace 7 m. a. el denso bosque húmedo ecuato- nente y, por si fuera poco, el enfriamiento progre-
rial se ha fragmentado y reducido en múltiples sivo de la Tierra estaba permitiendo que la
ocasiones. En la actualidad, por ejemplo, solo está diferencia entre los periodos húmedos y secos fuera
cada vez más acusada. El resultado: la selva ecuato-

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

Una inmensa cicatriz.


El valle del Gran Rift recorre África oriental
de norte a sur, dividido en dos ramas, el rift
occidental y el oriental. Es el resultado de la
^MÉ separación de las placas africana y arábiga
que, en un lejano futuro, acabarán desgajando
este trozo del resto del continente.

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

rial acabaría volatilizándose de África oriental y su recuperada en los ricos yacimientos de África orien-
lugar sería ocupado por un bosque más aclarado que, tal no se ha documentado ni un solo resto fósil perte-
solo andando el tiempo, daría paso a una sabana neciente a los antepasados directos de los gorilas y
abierta. Y, acostumbrado al cálido resguardo de la los chimpancés (que, por otra parte, y de forma un
selva ecuatorial, la sabana no parecía ser lugar para lanto extraña, tampoco se conocen en otros sitios).
nuestro importunado ancestro. Además, la distribución actual de gorilas y chimpan-
cés se sitúa en las regiones occidentales y centrales
de África ecuatorial y no sobrepasa la frontera del
A L ESTE DEL EDÉN Rift.
Aunque la East side story ha sido desafiada en
Sabemos que aquel ancestro común vivía en el los últimos años por algunos hallazgos, ésta se
cinturón selvático que un día, sin solución de conti- alinea con algunos de los mecanismos más vigoro-
nuidad, conectaba la franja ecuatorial africana de sos que operan en la evolución de las especies: el
Este a Oeste. Esta estabilidad ecológica permitió aislamiento de poblaciones y los cambios en el habi-
también su equilibrio biológico durante muchos tat. Todos los seres vivos, incluidos los minúsculos
milenios. Sin embargo, suponemos que la barrera organismos unicelulares, dependen en gran medida
del Rift acabó fracturando la población inicial en del medio ambiente en el que se desarrollan. Cuando
dos. Los grupos que habían tenido la fortuna de se produce la transformación de su ecosistema sola-
encontrarse en su zona oeste siguieron gozando de mente tienen dos salidas posibles: o la extinción o la
las ventajas y el sosiego que les proporcionaba aquel adaptación a los nuevos retos (mediante la migra-
edén selvático al que estaban acostumbrados y que ción a zonas más parecidas a su ecosistema original
seguía siendo regado generosamente por las corrien- o, de forma más drástica, mediante la especiación).
tes marinas atlánticas. Serían los ancestros de los Si, además, el reto ecológico se ve subrayado por el
chimpancés. Aquellos a los que, por desgracia, la aislamiento reproductivo de la población, entonces
escisión les había encontrado en su zona oriental no la solución más drástica puede verse favorecida. La
corrieron la misma suerte. Serían los ancestros de fuerza de este proceso también acabó cazando a los
los primeros homíninos y del posterior género ancestros de los chimpancés, por ejemplo. La selva
humano. Esta teoría sobre el origen de nuestro húmeda en la que quedaron inicialmente confinados
proceso de especiación (cambio de dirección desde tampoco fue inmune al vaivén climático del conti-
una especie hacia otra), formulada en 1994 por el nente ni a su fracturación y retroceso. De hecho, la
paleontólogo francés Yves Coppens, recibe el distribución actual de éstos es la consecuencia
nombre de la East side story ('la historia del lado directa de los cambios,que ha sufrido desde entonces
este', un juego de palabras que hace referencia al la selva ecuatorial en África oriental y central.
musical de Broadway convertido en exitosa película En contra de lo que se pensó en un principio,
en 1961). A su favor se encuentra el hecho, incontes- los primeros homíninos no se encontraron súbita-
table hasta el momento, de que entre la abultada mente en medio de la sabana abierta y seca. Ese
colección de restos de animales fósiles y homíninos destino estaba guardado para sus descendientes.

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

Pero sí que se vieron envueltos en un medio que ya


no era el mismo, que estaba cambiando. Vieron
cómo lo que antes era una selva cerrada, ahora se
convertía simplemente en un margen arbolado de la
misma, menos denso, más abierto. Se encontraban
en una caja sin salida: de un lado, las zonas boscosas
(el recuerdo de su seguro y confortable habitat origi-
nal) estaban formadas por otro tipo de árboles y
arbustos; de otro, las planicies herbáceas de la
sabana avanzaban peligrosamente y acabarían La sabana africana, aquí en el cráter del Ngorongoro
ganando la partida. La sabana actual es un ecosis- (Tanzania), es un complejo ecosistema formado por parches
tema abierto formado por la asociación de grandes de bosques abiertos y llanuras de herbáceas en las que
praderas cubiertas por un gran manto de plantas pastan numerosas especies de herbívoros. Pero fue un medio
herbáceas y distintos tipos de árboles y arbustos de hostil para los homíninos debido a los peligrosos carnívoros,
pequeñas y medianas dimensiones. Los bosques de las drásticas diferencias estacionales y la oscilación de los
ribera jalonan los márgenes de los ríos y lagos mien- alimentos.
tras que, a medida que nos alejamos de las zonas
húmedas, las llanuras (salpicadas aquí y allá por durante todo el año y la cubierta arbolada ofrece
algunas acacias) se hacen protagonistas. Debido a la refugio), la sabana representa los peligros de los
gran riqueza de hierbas y plantas gramíneas (la carnívoros al acecho y las grandes extensiones abier-
familia de los cereales), la sabana es un paraíso para tas poco arboladas, la estacionalidad acusada, la
los mamíferos herbívoros (como las gacelas o las distribución dispersa de los alimentos vegetales y
cebras) que se alimentan del pasto y son muy abun- del agua y, finalmente, la obligación de moverse y,
dantes. Pero, precisamente por ello, la sabana acoge así, exponerse a innumerables riesgos a merced de
a grandes y peligrosos carnívoros (leones, leopardos los dictados de la naturaleza.
o hienas) que encuentran su sustento en los prime- Los investigadores suponen que la adaptación a
ros. En la sabana, las diferencias entre los periodos la marcha erguida debió constituir una adaptación-
húmedos y secos están muy marcadas, por lo que la respuesta a los cambios ecológicos que comenzaron
distribución de los recursos animales y vegetales a producirse en los márgenes cambiantes de la selva
cambia mucho a lo largo del año: en la estación en retroceso, precisamente las zonas en las que se
seca, los herbívoros migran hacia las reservas de encontraban las poblaciones ancestrales separadas
agua o pastos frescos y los alimentos vegetales ya de la rama que conduciría a los chimpancés. Es
(tubérculos, raíces y frutos) son escasos o están muy probable que esa nueva forma de desplazamiento
dispersos. Para los homíninos el avance de este estuviese alentada por la búsqueda de alimentos: los
nuevo ecosistema supondría un gran desafío a medio grupos situados al este del edén selvático pudieron
y largo plazo: frente a la estabilidad de la selva habituarse a la marcha erguida como una forma más
(donde los alimentos son constantes y abundantes eficaz de recoger los abundantes frutos de ciertos

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

arbustos de mediano porte que ahora comenzarían a cuenta, por tanto, de que el desconocimiento de este
abundar en los nuevos bosques abiertos y de transi- trascendental periodo para la evolución de nuestro
ción hacia la sabana. De esta forma no habrían linaje era aplastante: ¿cómo eran los antepasados de
tenido que combinar la marcha cuadrúpeda y bípeda Lucy?, ¿estábamos en condiciones de identificar con
al desplazarse de un arbusto a otro en busca de sus cierta seguridad las líneas más ancestrales de huma-
ansiados frutos y podrían recolectar muchos más al nos y chimpancés?, ¿era posible que el registro fósil
mismo tiempo. Esta hipótesis, propuesta en 1994 por hubiera podido conservar retazos de ese distante
el primatólogo estadounidense Kevin Hunt, se ve momento? Pronto surgieron equipos de investiga-
apoyada por las observaciones del comportamiento ción que, husmeando en sedimentos geológicos
de los chimpancés. Nuestros parientes, aunque de pertenecientes a ese periodo, se embarcaron en la
forma algo torpe, suelen utilizar la marcha erguida difícil aventura de contestar aquellas preguntas. Este
cuando están atareados buscando alimentos. reto ha sido, a la vez, una reñida carrera que ha
Finalmente, la marcha bípeda, perfeccionada a lo llevado consigo animadas controversias. Apenas
largo del tiempo, habría constituido una magnífica quince años después de que la caza diera comienzo,
ventaja para los homíninos, que acabarían uniendo contamos ya con algunos candidatos a hacerse con
su destino al de la exigente sabana abierta: habría el preciado título del homínino más antiguo.
permitido liberar las extremidades superiores para la Desgraciadamente, los fósiles recuperados son tan
talla de la piedra, para transportar alimentos desde escasos y parciales que el debate sobre su inclusión
las zonas más peligrosas a las más seguras, para o no en la rama ancestral de los humanos es muy
atenuar los efectos del Sol en las praderas desnudas vibrante y está completamente abierto. Esto es así
(la locomoción bípeda permite exponer menos porque los investigadores, deseosos de ser los descu-
superficie corporal a los rayos solares que la cuadrú- bridores de ese primer homínino (ninguno de ellos
peda), para disponer de una mayor visibilidad y muestra tanto entusiasmo por descubrir, por ejem-
control de los riesgos en las grandes extensiones de plo, un ancestro fósil de los gorilas), llevan al límite
herbáceas, o para responder con mayor eficacia a los su interpretación de los rasgos observados. Sin
trastornos ocasionados por la dispersión de los embargo, debido al dinámico proceso de especiación
alimentos. que suponemos se inició en torno a los 7 m. a., es
posible que algunas de las características que tien-
den a asumirse como exclusivas de los homíninos
LEJANOS CANDIDATOS fueran, en realidad, compartidas también con otros
géneros que nada tienen que ver con el linaje
Cuando los genetistas llegaron a la conclusión humano. La escasez y fragmentación de los fósiles
de que la divergencia entre los chimpancés y los no son, por tanto, buenos aliados para la reconstruc-
humanos se debió producir entre hace 7 y 5 m. a., ción de este trascendental periodo.
solo se conocían algunos dientes y fragmentos de La huella más antigua por ahora está consti-
huesos que, mal fechados, podían acercarse a los 4 tuida por un puñado de fósiles recuperados en 2001,
m. a. de antigüedad. Los paleoantropólogos se daban en unos sedimentos de entre 7 y 6 m. a. de antigüe-

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FERNANDO D I E Z M A R T Í N Rreve historia del Homo sapiens

wes EUROPA AFR.CA -""*"'"


iflOS ASIA
"H. o
neanderthatensis
r-,
j ¡

H. sapiens
1 H. heitelbergensis p «fttmíw

u
H. antecessor i—) j ¡ H- 'hresmosi;
W e^aster H. habílis p hnI S~\ f~l
2 a
H. gewgtctis j 1 A.^arlij i—11 1 H SrScfuS

3
Kenyanthropusp!atyops\^ i—I M-afr/canus
4 » anamensis O —Aoslralopimecus afatensis
ArtifpHhécus ramidu* •
5
Ardipithecus kattabba •
G ™ M Orrorin
^ fMflWfWfTSÍS
Satwlanthmpus tchadmsis H
7

Entre hace 7 y 5 m. a. se han descubierto tres géneros


distintos que pudieron pertenecer al grupo de los primeros
homíninos. La escasez y fragmentación de estos fósiles
plantean numerosas incógnitas sobre la naturaleza de
aquellos misteriosos seres y sobre su relación con otros
fósiles posteriores.
El cráneo deformado de Tumai (procedente del Chad) y
reconstrucción de los parajes frecuentados por nuestros
posibles ancestros. Estos seres habitaban entornos ricos en
humedad y bosques mixtos. Pero una lenta cuenta atrás se
había iniciado, la que impulsaba la transformación de los
ecosistemas africanos.

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Piorno sapiens

ancestro, el eslabón perdido entre los simios y los


humanos'. bahrelghazali. Es muy probable que los anamensis y
Sin embargo, nuestra perspectiva actual no es la los afarensis se solaparan en el tiempo y en el espa-
misma que en la década de 1970 ¡Y eso no es solo cio. Coincidiendo con el declive de la estirpe de
debido a que algunos investigadores dudan de la Lucy, el género australopiteco experimenta una
condición femenina de Lucy! Los descubrimientos importante expansión hacia África del sur. Es en esta
de nuevas especies adscritas a los australopitecus región donde, entre hace 3 y 2,4 m.a., se sitúa la es-
han complicado y enriquecido nuestra imagen de su pecie Australopithecus africanus (el famoso niño de
mundo. Hoy estamos al corriente de que este género Taung y sus compañeros). De hecho, a juzgar por el
de primates bípedos prosperó durante casi dos millo- vacío dejado en África oriental durante ese medio
nes de años (entre hace 4,2 y 2,5 m. a.) y que supuso millón de años, parecería que estos bípedos se
la primera gran expansión conocida de nuestra rama hubieran esfumado definitivamente del Rift. Debido
evolutiva. Sabemos que estuvo compuesto por un a ese hueco, el inesperado descubrimiento en 1999
abundante séquito de especies distintas que se de una nueva especie en la actual Etiopía de hace 2,5
habían extendido, desde el Cuerno de África, hacia m. a. se celebró con el ilustrativo nombre de Austra-
el sur y el centro del continente y que todas ellas lopithecus garhi ('sorpresa', en lengua afar). Final-
habían sobrevivido en medio de los irremediables mente, el año 2001 fue testigo de un inusual
cambios ecológicos que, cada vez con más virulen- hallazgo: un cráneo bastante completo, aunque frac-
cia, estaban afectando al mapa africano. turado en múltiples trozos, también en el lago Tur-
kana. Este homínino, por su cronología (en torno a
Un panorama tan distinto al propuesto hace 3,5 m.a.), vivió de lleno en la era de los australopite-
treinta años hace que no esté tan claro quién, de cos. Sin embargo, sus descubridores piensan que no
entre tan floreciente diversidad de especies, dio paso forma parte de esa estirpe y ha sido incluido en un
a los primeros humanos. Por lo que hoy sabemos, el género diferente que recibe el nombre de Kenyan-
representante más antiguo de los 'simios del sur' es thropus platyops (el 'hombre de Kenya de cara pla-
el Australopithecus anamensis (el 'australopiteco del na').
lago') que vivió en las inmediaciones del lago Tur-
kana (Kenya) hace algo más de 4 m. a. Un poco más La larga era de los australopitecus no es, por
recientes son los primeros fósiles de la famosa espe- tanto, el raquítico arbusto que hace unos treinta años
cie Australopithecus afarensis, que vivió en un am- parecía. Ahora es un fornido árbol que sustenta a dos
plio sector del Gran Rift (desde Etiopía hasta géneros distintos {Australopithecus y Kenyantrho-
Tanzania) durante cerca de un millón de años (entre pus) y a cinco especies diferentes dentro del grupo
hace 3,9 y 3 m.a.). Hace unos 3,5 m. a., los australo- de los australopitecos {anamensis, afarensis, bahrel-
pitecos habían salido del Cuerno de África y los ghazali, africanus y garhi). Este complejo tapiz
encontramos en Chad (muy cerca del lugar en el que complica las cosas: ¿cómo se relacionan unas espe-
apareció aquel posible ancestro llamado Sahe- cies con otras?, ¿cómo, en fin, se reconstruye la tí-
lanthropus), en una nueva variante regional que mida rama que dio paso a los humanos?
conocemos con el nombre de Australopithecus

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

E N EL PAÍS DE LOS A F A R

El triángulo de Afar, en pleno corazón del Gran


Rift africano, forma una extensa y seca depresión
que se extiende por el centro de Etiopía. Es la tierra
de los afar, el pueblo nómada que habita estos para-
jes inhóspitos y calurosos. Pero también es justo
decir que Afaria es la tierra del australopiteco más
célebre, el A. afarensis. Aunque seconocen restos de
este homínino en otras zonas de África oriental, de
aquí procede la colección más rica: por supuesto
Lucy (con una edad de 3,2 m. a.), pero también la
llamada 'primera familia' (los fósiles de un total de
trece individuos diferentes) y los magníficos restos,
recientemente descubiertos, de un ejemplar infantil
de apenas tres años de edad al que se ha apodado
con el inapropiado nombre de 'la hija de Lucy' (esta
niña habría sido más bien su bisabuela, puesto que
es algo más vieja que aquélla). En definitiva, esta
abundancia de fósiles hace del afarensis el australo-
piteco más estudiado y mejor conocido de todos
cuantos enumeramos hoy en día.
El A. afarensis tenía un cráneo relativamente
pequeño que contenía un cerebro mayor que el de un
chimpancé actual: un promedio de 430 ce. A pesar
de ello, y debido a que su masa corporal es parecida
a la de los chimpancés, el índice de encefalización
de los afarensis era solo ligeramente superior al de
La era australopiteca aquéllos. Sin embargo, los datos que tenemos del
Entre hace 4,2 y 2,4 m. a., África fue el hogar de un ramifi- interior del cráneo permiten saber que ciertas áreas
cado grupo de homíninos, que incluía dos géneros distintos cerebrales mostraban ya una mayor complejidad.
(Kenyanthropus y Australopithecus). Dentro del segundo Parece que esta especie gozaba de un importante
conocemos hoy hasta cinco especies distintas {anamensis, desarrollo de las zonas del cerebro relacionadas con
afarensis, bahrelghazali, africanus y garhí) el dominio del medio físico, las capacidades senso-
¿Quién de todos estos simios bípedos cedió riales (vista, oído y olfato) y las incipientes relacio-
el testigo a los primeros humanos? nes sociales. Las zonas relativas al aprendizaje y a la
capacidad para el lenguaje están, por el contrario,

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

estatura!) y pesarían 30 kg. Estas importantes varia-


ciones en la talla de machos y hembras denotan la
existencia de un significativo dimorfismo sexual en
el seno de la especie.

E L ENREDO DE LA EVOLUCIÓN

Algunos de los rasgos más sorprendentes de los


australopitecos de Afar se encuentran en la parte
En Etiopía, el triángulo de Afar es la morada del pueblo inferior del esqueleto. La forma y las dimensiones
nómada del mismo nombre y de los australopitecus más de la pelvis de Lucy (corta y ancha), la curvatura de
famosos, los afarensis. Hoy en día es una inmensa extensión la columna vertebral y la disposición de la pierna se
de tierras casi desérticas pero plagadas de fósiles, como asemejan al caso de los humanos modernos. Por
éstas de Hadar (de donde procede Lucy). tanto, son evidencias claras de que estos australopi-
tecos andaban erguidos. Este dato se ve corroborado
todavía adormiladas. La cara de los afarensis, al por la posición del foramen magnum en la base del
igual que la del resto de australopitecos, se proyec- cráneo, más centrado que en los chimpancés. Sin
taba hacia adelante (como los chimpancés, pero de embargo, la gran longitud de sus brazos, sus largas
forma más atenuada, poseía un hocico prominente). manos curvadas y la articulación de la espalda dela-
Este rasgo recibe el nombre de prognatismo. A dife- tan que estaban habituados a suspenderse de los
rencia de lo que ocurre con los chimpancés, su árboles y que, por tanto, pasaba una buena parte de
mandíbula era poderosa, sus molares bastante gran- su tiempo en los medios boscosos. La curiosa
des (con unas raíces muy profundas) mientras que, mezcla de habilidades locomotoras del afarensis no
por el contrario, sus incisivos eran más discretos. deja de ser inquietante: se desenvolvían como pez en
Estos rasgos demuestran que la estructura dental y el agua en los árboles, pero podía marchar sobre sus
masticadora de los afarensis se había adaptado para piernas cuando se encontraba a ras del suelo ¿An-
triturar de forma vigorosa alimentos duros, más difí- daba ya con el mismo desparpajo que los humanos?
ciles de masticar que los alimentos incluidos en la No, probablemente no lo nacían. La estructura de la
dieta de los grandes simios. Debido a la abundante caja torácica y de la parte superior de la pelvis, junto
colección de huesos de las extremidades, sabemos a sus cortas piernas, hace suponer que los afarensis
que estos homíninos eran algo más grandes que los balanceaban mucho los brazos al andar y que sus
chimpancés actuales. Los machos tendrían una movimientos eran más inestables que los nuestros,
altura media de 1,4 m. y unos 45 kg. de peso, mien- precisamente porque su control del equilibrio corpo-
tras que las hembras medirían una media de 1,10 m. ral era menos sofisticado. Por lo tanto, es posible
(¡Lucy, en particular, no llegaba ni siquiera a esa que los afarensis solo pudieran caminar pequeñas
distancias a ras del suelo y que tuvieran serios

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

problemas para correr como nosotros lo hacemos. titubeante. Aquí tenemos el enigma del 'australopi-
Ante la alarmante presencia de un peligro inespe- teco del lago': la primera especie incluida en este
rado, la mejor solución para ellos habría sido encara- género, de la que desconocemos su capacidad ence-
marse a un árbol, probablemente a cuatro patas, tal y fálica, cuya dentición es más primitiva que la de sus
como lo hacen los simios actuales. compañeros de Afar, pero dueño de una marcha
Esta reconstrucción de las características bípe- bípeda más evolucionada y mejor adaptada a la vida
das de los A. afarensis entra en contradicción con el en las grandes llanuras que la de otros australopite-
sobrecogedor hallazgo de las huellas de homíninos cus más recientes ¿Tiene esto sentido? Sí, es una de
más antiguas conocidas, las de Laetoli (en Tanzania, las lecciones más importantes que la evolución
muy cerca de Olduvai). En este hermoso paraje, humana no cesa en enseñarnos y a la que ya nos
Mary Leakey excavó en 1978 el milagro arqueoló- hemos referido: frente a la imagen de un progreso
gico de un instante congelado en el tiempo: entre unilineal, atareado invariablemente en crear formas
muchas otras trazas de animales dispersas por este que van de lo simple a lo complejo, la realidad se
sitio, se habían conservado las pisadas fosilizadas, empeña en mostrarnos una abigarrada ramificación
en un tramo de unos 27 m., de dos homíninos de acontecimientos, un torbellino en el que los
(macho y hembra o adulto y niño marchando muy rasgos que hoy podríamos considerar modernos se
juntos, quizás protegiéndose uno a otro, por un lugar presentan cuando no los esperábamos y se esfuman
abierto y peligroso) que andaban erguidos hace 3,6 cuando contábamos con ellos. Así podríamos expli-
m. a. por las tierras de Laetoli. Las pisadas quedaron car, tal y como sugiere el paleontólogo estadouni-
impresas en las aún húmedas cenizas volcánicas dense Ian Tattersall, cómo la parte superior del
que, tras su rápido enfriamiento, dejaron constancia fémur humano se parece más a la de un chimpancé
de tan fugaz y, aparentemente, anodino viaje. Lo que a la de un A. afarensis ¿Juega con nosotros la
más llamativo de este hallazgo descansa en el hecho evolución, haciendo que nuestros ancestros pasaran
de que las pisadas muestran una estructura de la de un fémur simiesco a otro de rasgos afarensis
zancada bastante precisa, no muy lejana a las huellas para, finalmente, volver a adoptar la forma inicial en
que dejaría uno de nosotros sobre la arena de una fases posteriores? ¿O es que el A. afarensis no sería
playa. Semejante evidencia de una bipedestación un ancestro directo de la línea humana, en contra de
bastante moderna ha causado cierta controversia. lo que proponía el optimista Johanson? Convencidos
Los únicos restos fósiles hallados en Laetoli pertene- de ello, algunos investigadores consideran que el
cen al A. afarensis, lo que ha hecho suponer a más anamensis es mejor candidato para hacerse con la
de uno que las huellas no pueden corresponderse corona ancestral de los humanos y, por tanto, lo
con la vacilante marcha de este bípedo arborícola. incluyen en un nuevo y gráfico género llamado
Algunos investigadores miran a la especie A. Praeanthropus, el de los prehumanos. Otros, sostie-
anamensis que, a pesar de ser algo más antiguo y nen que ese papel debería concederse al otro género
poseer un cráneo y unos colmillos más simiescos ya existente en aquel momento, el Kenyanthropus.
que el suyo, presenta unos huesos de la pierna que Su cara sorprendentemente plana, su cerebro relati-
denotarían una marcha bípeda más firme y menos vamente desarrollado y sus pequeños molares (con

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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

mente un ritmo alternante de acusada estacionalidad


caracterizado por una galopante sequía. ¡La tierra no
acababa de estarse quieta! Los australopitecos debie-
ron afrontar un paisaje sumido en una constante
mutación y, tarde o temprano, habituarse a la sabana
desnuda. Hace 4 m. a., el 'australopiteco del lago'
vivía en un habitat de tipo mosaico, en el que se
fundían las áreas boscosas y las sabanas abiertas,
horizontes no demasiado resguardados por la protec-
ción de los árboles. Así, los huesos de animales
encontrados junto al anamensis incluyen monos que
vivían en los árboles y especies de antílopes habitua-
Las huellas fosilizadas de Laetoli (Tanzania) demuestran dos a pastar en la sabana. Sus parientes del país de
que hace 3,6 m. a. dos homíninos pasaron por aquellas los Afar disfrutaron de un clima cálido y más
tierras volcánicas. Las huellas denotan una marcha húmedo que el de la actualidad. En ese marco, vivie-
desenvuelta ¿Quiénes fueron sus dueños? Aquí una de las ron en sabanas húmedas, con abundantes bosques de
muchas reconstrucciones de la escena. ribera en torno a los arroyos y lagos. Lejos de los
puntos de agua, los árboles se hacían escasos y las
esmalte espeso, como el de los humanos) lo hacen, praderas de herbáceas tomaban el mando. Un
para algunos, candidato a ser el predecesor de los paisaje-mosaico de esta variedad incluía animales
humanos, lo que dejaría a la saga de Lucy atrás, muy diversos, entre los que los herbívoros (como los
como otra rama más del proceso evolutivo. En reali- antílopes, las gacelas y los bóvidos) rumiaban a sus
dad, no lo sabemos con certeza. anchas. Ó no tanto, porque una peligrosa tropa de
depredadores merodeaba al acecho: los leones y las
panteras que conocemos, junto al feroz tigre dientes
A LA ORILLA DE LA SABANA de sable o las hienas gigantes (ahora extinguidos).
Los afarensis debieron preferir no alejarse mucho
Ya era evidente, la selva se alejaba sin pausa del agua y de los árboles.
del suelo que pisaban nuestros protagonistas. Entre Pero los frágiles australopitecos tuvieron que
hace 4,2 y 2,5 m. a., la transformación de África adentrarse forzosamente en territorios más abiertos y
comenzaba a ser indudable. Hace 3,5 m. a., y en la más expuestos a los peligros, afanados en su
otra esquina del mundo, se formaba el istmo de búsqueda de alimentos. Ese debió ser el caso de la
Panamá, la unión de América del Norte y del Sur (o misteriosa pareja que marcaba el paso por las tierras
la separación de las aguas atlánticas e índicas) que del volcán Sadimán, en Laetoli. Y también el de los
reordenó los ritmos atmosféricos, al alejar las grupos que, muy pronto, iniciaron el alucinante viaje
corrientes cálidas del Ártico. Este acontecimiento desde África oriental hasta las lejanas tierras de
impulsó el engranaje de la^Edad del Hielo en las lati- Bahr-el-Ghazal ('el río de las gacelas', en árabe), en
tudes más norteñas y, en África, acentuó definitiva-

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

las inmediaciones del lago Chad. Si, como algunos herbáceas. Los grupos africanus estarían acostum-
investigadores sostienen, se trata de una variante brados a los parches boscosos aunque estarían mejor
regional salida del Cuerno de África, la presencia capacitados para abrirse paso en la sabana.
del A. bahrelghazali en África central hace 3,5-3 m.
a. (¡a 2.500 km. de distancia del Gran Rift!) solo
puede explicarse a partir de un itinerario en el que ¿Así HABLÓ ZARATHUSTRA?
estuvieran incluidas largas marchas por planicies
abiertas. Algo parecido debieron afrontar los grupos La obra maestra de ciencia ficción '2001, una
incluidos en la especie A. africanus. Debido a los odisea en el espacio', del genial cineasta estadouni-
problemas de datación de los yacimientos de Su- dense Stanley Kubrick, basada en una obra del escri-
dáfrica (todos ellos localizados en cuevas), no sabe- tor Arthur C. Clarke, arranca con un inesperado
mos con certeza cuándo comenzó la andadura de comienzo que hipnotiza al espectador: el amanecer
estos australopitecos, ni si éstos son el resultado de del hombre. Hace unos 4 m. a., un vasto paisaje
una migración desde África oriental. El impactante agreste y desértico es el hogar de unos seres simies-
descubrimiento de un esqueleto completo incrustado cos, podrían ser los primeros australopitecos, que se
en la roca caliza de las profundidades de la cueva de sustentan de alimentos vegetales, se disputan el agua
Sterkfontein (apodado con el nombre de little foot y con otras bandas hermanas, conviven pacíficamente
aún en proceso de lenta excavación) y otros restos con los herbívoros y, por la noche, se refugian en
recuperados en la cercana cueva de Jacovec podrían roquedos, al resguardo de las fieras salvajes que
acercarse hasta los 4 m. a., lo que haría más profun- aguardan escondidas en la oscuridad. Una vida, en
das las raíces de estos homíninos en suelo sudafri- fin, contenida por el miedo y el peligro. Una ma-
cano. De momento, se acepta que los africanus ñana, cuando la luz se despereza en esos breves pero
aparecen en el sur del continente hace unos 3 m. a., intensos amaneceres africanos, descubren inquietos
y se extinguen hace 2,4 m. a. Se asemejaban a sus un extraño monolito, de geometrías perfectas, apos-
congéneres los afarensis en sus capacidades locomo- tado en su territorio. La estructura ha sido colocada
toras (estaban mejor habituados a la marcha bípeda, allí por una inteligencia extraterrestre a la espera de
pero se movían bien por los árboles), aunque su forzar la evolución de aquellos simios. Y pronto
cráneo era menos simiesco (este es el rasgo de tendrá sus frutos: los anteriormente pacíficos y
mayor modernidad de los africanus, que ha servido temerosos primates descubren que pueden valerse de
a algunos especialistas para presentar su candidatura huesos como potentes armas para matar animales y
como ancestro más directo de los humanos moder- alimentarse de su carne, para matar a sus congéneres
nos), el volumen de su cerebro ligeramente mayor rivales y mostrar su liderazgo. La turbadora compo-
(440 ce), sus molares más desarrollados, y el dimor- sición de Richard Strauss, la obertura de Así habló
fismo sexual más atenuado. Por lo que sabemos, los Zarathustra, enmarca la reconstrucción de ese
paisajes sudafricanos de hace 3 m. a. eran más primer acto de la obra humana: la violencia, inocu-
áridos que los que frecuentaban los afarensis: una lada por aquellos seres venidos de fuera, ha sido el
combinación de bosques con extensas praderas de motor del vertiginoso progreso que nos ha llevado a

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

la conquista del espacio y a la creación de inteligen-


cias artificiales. Junto a larvas, huevos e insectos, quizás cazaban
La película se proyectó por primera vez en algunos mamíferos de pequeño porte cuando la
1968. Para elaborar su guión Kubrick devoró toda suerte les acompañaba y quizás, también, se aprove-
suerte de publicaciones científicas e intentó plasmar chaban de la carroña dejada atrás por los carnívoros.
escrupulosamente los conocimientos de la época. Es La estructura de su dentadura (que muestra siempre
más que probable que llegaran a sus oídos las teorías unas muelas bastante desarrolladas) y la robustez de
propuestas por Raymond Dart, plasmadas en sus su mandíbula señalan que los vegetales duros del
escritos entre 1949 y 1957. Dart pensaba que los subsuelo formaban parte importante de su alimen-
australopitecos de Sudáfrica eran fieros depredado- tación. Las huellas de desgaste observadas en sus
res que se habían servido de huesos, dientes y cuer- esmaltes así lo confirman. Los australopitecos po-
nos de animales para atacar a sus presas. Una seían unos fuertes molares para triturar toda suerte
grabación de la época muestra a un veterano Dart en de raíces, tubérculos, bulbos y granos que, al
la cueva de Makapansgat, explicando muy gráfica- masticarse, favorecían la abrasión de los dientes
mente a la cámara (con una intensa expresión de con las partículas de tierra que contenían. Los
ferocidad en su rostro) cómo los abundantes fósiles australopitecos, a diferencia de otros primates de
de animales descubiertos en este yacimiento habrían su entorno, estaban bien adaptados a la búsqueda
servido de eficaces garrotes (los huesos largos de los de alimentos ocultos bajo la tierra (seguramente
antílopes) o mortales punzones (los grandes colmi- ayudados de palos para escarbar y rudimentarios
llos) para sus actividades de carnicería. Se mostraba, artefactos), lo que indica un buen conocimiento
pues, a un violento australopiteco experimentado en y aprovechamiento de los recursos que ofrecía el
las artes de una rudimentaria tecnología que, gracias entorno mixto de bosque y pradera.
a ello, había logrado despuntar hasta convertirse en
humano.
Hoy sabemos que las cosas fueron muy distin- LAS CENIZAS DE LUCY
tas. Las acumulaciones de huesos de animales depo-
sitadas en el interior de las grutas sudafricanas son, En el complejo mundo que habitaban los
en realidad, las presas de los felinos, como el leo- australopitecos, precisamente aquél que acabaría
pardo. Los congéneres del niño de Taung eran sim- convirtiéndose en una sabana seca, la vida no era
plemente unos trofeos relativamente fáciles para los sencilla. Estos bípedos titubeantes debían dedicar
temibles depredadores africanos. Debido a que co- una buena parte de su vida a conocer su entorno, a
nocían muy bien la osadía de deambular por la aprender todo lo necesario para encontrar los recur-
sabana herbácea, pasaban buena parte de su tiempo sos vitales para su existencia, muchos de ellos ocul-
en las cintas boscosas de ribera. De hecho, la dieta tos bajo tierra. Su vida debió ser generalmente corta,
de los australopitecos era fundamentalmente vegeta- no yendo mucho más allá de la treintena. De hecho,
riana, aunque bastante diversificada. Consumirían la muerte alcanzó a Lucy cuando apenas había
las frutas y las hojas de los árboles que habitaban. entrado en la edad adulta. Los australopitecos vivían
en grupos compuestos por varias docenas de indivi-

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens
El niño de Taung.
Este excepcional grisácea. Una serie televisiva recrea la muerte de
fósil, que conserva Lucy arrollada por una corriente de agua, ante la
toda la cara y el espantada e impotente mirada del que parece ser su
molde petrificado compañero. Quizás, demasiada imaginación. Los
del cerebro, perte- australopitecos debieron vivir en grupos en los que
nece a un ejemplar la competencia sexual todavía estaba bastante
infantil del Austra- marcada y en los que todavía no había cristalizado el
lopithecus modelo social de familia. Eso llegaría más tarde.
africanus, la especie La saga de los australopitecos consiguió sobre-
que habitaba África vivir durante un largo periodo de tiempo, casi dos
del sur hace 3 m. a. millones de años. Y eso fue un gran logro, puesto
y que, bautizada por que mostraron una gran destreza para encontrar su
Raymond Dart, lugar en la convulsa época que les tocó vivir.
inauguraba la Constituyeron un grupo heterogéneo en el que,
extensa familia de probablemente, estemos incluyendo homíninos bas-
los australopitecos. tante distintos entre sí. Al filo de los 3 m. a. y en
África oriental estuvieron acompañados por sus
dúos que vagaban de bosque en bosque, de una vecinos los parántropos (otros homíninos de los que
fuente de agua a otra, internándose a veces en las hablaremos en el capítulo siguiente) y hasta algunos
planicies cercanas. El empobrecimiento de su medio de los más recientes, como la sorpresa del Australo-
en la estación seca provocaba la dispersión de los pithecus garhi, pudieron asistir como testigos privi-
grupos cuando los alimentos se hacían más escasos. legiados al misterioso nacimiento de las primeras
Los vínculos sociales debieron tener cierta impor- especies que hoy incluimos en el género Homo.
tancia en aquella sociedad. En los australopitecos, la También fueron espectadores, quizás copartícipes,
diferencia de talla entre machos y hembras es más del alba del comportamiento tecnológico. Pero en su
acusada que la que observamos en los chimpancés larga andadura bajo el cielo africano, cuando todo
actuales, aunque la diferencia en los colmillos era parecía avanzar hacia nuevos derroteros, ellos
más atenuada (los colmillos muy grandes en los apenas cambiaron. Su cerebro permaneció casi
machos son característicos de las sociedades de intacto, poco mayor que el de un chimpancé, y sus
primates con machos dominantes que controlan sus formas de vida fueron las de siempre. Se desvane-
harenes). Es, por tanto, probable que existieran algu- cieron, no sabemos el porqué, y se llevaron consigo
nos lazos especiales entre machos y hembras. El los secretos de su estirpe: ¿Quién, de entre todos
imaginario contemporáneo, por ejemplo, se ha ellos, cedió el testigo a los primeros humanos?
encargado en repetidas ocasiones de reconstruir la
escena de Laetoli con una pareja de australopitecos,
con evidentes connotaciones familiares o afectivas,
que camina sobre un manto volcánico de arena

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6
En las orillas del
lagoTurkana
Los primeros humanos y los parántropos

SER O NO SER
Hace 2,8 m. a. se produjo un rebrote en el dete-
rioro del clima y el inicio de la Edad del Hielo
moderna: la alternancia de prolongados periodos de
frío glaciar y aridez (en los que las masas de hielo
polares se hacían muy extensas) con otros de tregua
(cuando las temperaturas eran mucho más benignas).
En las regiones ecuatoriales este vaivén climático
trajo consigo la expansión de las praderas herbáceas
de sabana. En aquel momento, embosque húmedo
que un día cubrió el Cuerno de África era ya un
lejano recuerdo. El mismo lago Turkana que un
millón de años antes había estado poblado de bos-
ques, marismas y praderas húmedas, ahora y a causa
de la sequía, vio cómo se reducía su extensión y se
ampliaban las alfombras desnudas de árboles y
cubiertas de hierbas. Este drástico cambio del pai-
saje conllevó una importante renovación de las espe-
cies de mamíferos: los caballos de tres dedos

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

(conocidos con el nombre latino de Hipparion)


fueron sustituidos por los actuales (Equus), de un
solo dedo; salvo los babuinos, todas las especies de
monos que vivían en las sabanas húmedas se extin-
guieron; la región del Gran Rift se pobló de nuevas
especies de herbívoros que estaban mejor adaptadas
a las extensas planicies. Asistimos pues a un intenso
lavado de cara en África oriental: la definitiva
implantación de la sabana seca condenó a muchas
especies de mamíferos a la extinción, pero también
propició la aparición de otras nuevas. Es en este
contexto de transformación de la fauna en el que
debemos situar el ocaso de los australopitecos y el
origen de dos nuevos géneros en el seno de los
homíninos: los parántropos y los primeros humanos.
Ambos se adaptaron a la vida en la sabana (incre-
mentaron su cerebro, la talla corporal o las habilida- EUROPA ÁFRICA
ASIA

des bípedas) y ambos gozaron de un gran éxito en [ | M sapiens

ese nuevo escenario. • H. nekMborgensis

'Di" 0"
Una de las cuestiones más controvertidas de H. gooroiens Homo
A- babreighazah | ,
este trascendental momento de nuestra historia tiene Kenyanthropus ptatyop-
.— f_J
i
i A africanas
\Atistralopitttecus, afarcnst
que ver con los primeros representantes del género Ar mmtíus O
Homo. Ya sabemos que la especie más antigua de Aróipilliccus kadabba F 1
humanos fue presentada en sociedad en 1964 por
Louis Leakey y los anatomistas Phillip Tobías y Sahetenthropus tctiaúensia I

John Napier a partir de diversos fósiles descubiertos


en la Garganta de Olduvai. Puesto que estos nuevos Renovación de especies.
restos parecían más refinados que los del famoso Hace 2,8 m. a., coincidiendo con un nuevo pulso de aridez,
Zinj (el primer parantropo descubierto en África la expansión de la sabana y una intensa renovación de las
oriental, en 1959), Leakey y sus colegas se atrevie- especies animales que poblaban África, surgen dos nuevos
ron a bautizar esta nueva especie, no sin provocar un géneros en el seno de los homíninos: los parántropos y los
gran revuelo en la comunidad científica, con el primeros humanos. Ambos representan sendos ejemplos
nombre de Homo habilis. El 'hombre hábil', a pesar formidables de respuesta a los cambios ecológicos.
de disponer de un cerebro más pequeño de lo que
entonces se aceptaba para cualquiera de nuestros
congéneres fósiles, se ganó a pulso su título de
humano, esencialmente por su capacidad para elabo-

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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

rar artefactos de piedra. Al menos, eso era lo que


pensaba Louis Leakey y esa fue la gran razón de
peso para entronizar a este primate como el primer
humano de derecho sobre la faz de la Tierra. Mo-
mento memorable, sin duda: aquí estaba el humano
más antiguo, aquél que había cruzado el gran rubi-
cón, la frontera que le separaba irremediablemente
de sus simiescos ancestros. Momento muy difícil
también, el de interpretar a partir de un puñado de
fósiles dónde se hallaba la linde entre lo no humano La garganta de Olduvai.
y lo humano. Esta impresionante cicatriz a las puertas de las llanuras del
Más allá de rompecabezas filosóficos, la figura Serengueti (al norte de Tanzania) fue el lugar de trabajo de los
del H. habilis fue finalmente aceptada y en los años Leakey durante años. Allí descubrieron fósiles del
siguientes muchos otros fósiles recogidos en África Paranthropus boisei y del Homo habilis, y excavaron algunos
oriental y del sur fueron situados dentro de esta espe- yacimientos arqueológicos míticos.
cie. Sin embargo, pronto quedó claro que el 'hombre
hábil' se había convertido en un cajón de sastre en el cerebro más grande y una dentición más robusta) y,
que se situaban convencionalmente los fósiles perte- manteniendo el nombre originalmente asignado, el
necientes a uno de los periodos más delicados y Homo habilis (con un cráneo más grácil pero con un
complejos de toda la evolución humana: aquél que cerebro más pequeño). Sin embargo, con dos espe-
hace de puente entre los australopitecos (decidida-
mente simiescos y casi contemporáneos) y el Homo cies dentro del género Homo, el galimatías se acen-
ergaster (incontestablemente humano y algo más túa. Solamente una de ellas puede ser el ancestro de
reciente). Esta situación ha producido enconadas los humanos posteriores y, francamente, la elección
controversias sobre la verdadera identidad del H no es sencilla.
habilis. Hoy en día muchos sospechan que este grupo
de homíninos está más cerca de los australopitecos
que de nosotros y que, por lo tanto, debería despojár- ¿LOS PRIMEROS HUMANOS?
sele del título de humano. Pero, en la práctica, quizás
por falta de decisión o atrevimiento, pocos lo hacen. Actualmente, la mayor parte de investigadores
Por otro lado, y para complicar aún más las cosas, los acepta la separación en dos ramas distintas de los
investigadores se han dado cuenta de que los fósiles primeros fósiles adscritos al género Homo. Sin em-
incluidos originalmente en esta especie son tan varia- bargo, no todos coinciden a la hora de incluir tal o
dos y dispares entre sí (este particular cajón de sastre cual resto en una de las dos especies, lo que ensom-
ha servido para mezclar de todo, y todo muy diverso) brece aún más nuestro conocimiento sobre este
que, en realidad, deberían agruparse en, al menos, periodo. Ambos grupos fueron contemporáneos,
dos especies distintas: el Homo rudolfensis (con un aunque los rudolfensis podrían haber aparecido lige-

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

ramente antes. El Homo rudolfensis ('el hombre del Esa arquitectura craneal más refinada, sin embargo,
lago Rodolfo', el nombre colonial con el que era co- es dueña de un cerebro más pequeño que el de los
nocido el lago Turkana, en Kenya) vivió en el Gran rudolfensis: 600 c e , lo que significa una disminución
Rift entre hace 2,5 y 1,9 m. a. Se trata de un homí- media de unos 100 ce. A pesar de todo, la evolución
nino que, sorprendentemente y en poco tiempo, ha encefálica del habilis respecto a los australopitecos
conseguido hacerse con un cerebro medio de 750 es igualmente considerable. Hace algo más de 2 m.a.,
c e , notablemente mayor que el de los australopite- por tanto, algunos homíninos, los que incluimos en el
cos: ¡los africanus, pocos miles de años antes apenas seno de nuestro género, habían iniciado un particular
disponían de una capacidad de 440 c e ! Sin em- camino de desarrollo cerebral, que ya no se frenaría
bargo, y recordando a aquéllos, aún conserva ciertos en lo sucesivo ¿Y qué causa provocó el inicio de este
rasgos de robustez en la cara y, sobre todo, en los extraño proceso? En realidad no lo sabemos. Un
dientes. Su rostro es grande, ancho y plano, mientras cerebro grande acarrea un problema considerable
que sus molares (grandes, con un esmalte grueso y para su portador: se trata de un órgano mastodóntico
con raíces profundas) recuerdan más a los parántro- que necesita ingentes cantidades de energía para
pos contemporáneos que a los humanos más recien- funcionar (en nuestro caso, el cerebro consume el
tes. Apenas sabemos nada sobre su cuerpo. Los 20% de toda la energía que producimos). Y eso signi-
escasos fósiles de las extremidades (brazos y pier- fica más comida (de buena calidad) y, claro está, más
nas) que han sido atribuidos a esta especie sugieren riesgo para hacerse con ella. Cuando Leakey y sus
que pudo ser más corpulento y estilizado que el colegas estudiaron las huellas cerebrales impresas en
habilis. el interior de los restos craneales, estaban convenci-
El Homo habilis, por su parte, vivió en África dos de que el Homo habilis ya tenía desarrollada el
oriental y del sur entre hace 2 y 1,4 m. a. Las caracte- área de Broca (la zona del cerebro que, entonces, se
rísticas físicas que hicieron situar al habilis dentro creía responsable del lenguaje). Hoy sabemos que
del género humano proceden fundamentalmente de esta zona no es la única región cerebral que inter-
su cráneo, bastante más moderno en comparación viene en el habla, pero este hecho pone de manifiesto
con el de los australopitecos. La bóveda craneal se que los habilis disponían ya de un cerebro mejor
acerca más a nuestra característica forma de globo, organizado que el de sus ancestros: los hemisferios
mientras que la cara no se proyecta tanto hacia izquierdo y derecho comienzan a dar signos de espe-
delante como en el caso de aquéllos (el prognatismo cialización (nuestra característica asimetría cerebral),
facial es más moderado). La cara de los habilis se lo que está vinculado con la mejora de las operacio-
hace más grácil (no tan masiva como la de los austra- nes de tipo manual. El cerebro del habilis estaba
lopitecos o incluso los rudolfensis) porque su estruc- capacitado también para afrontar una mayor comple-
tura dentaria se hace más pequeña y las muelas, por jidad en las relaciones con el medio natural y con sus
ejemplo, reducen su tamaño. Esta reducción de los congéneres.
dientes sugiere que los habilis tuvieron un régimen El hombre hábil parecía más humano a fuerza
alimenticio más variado que el los australopitecos, en de contemplar la forma de su cráneo y de sus dientes
el que no era necesario masticar tanto los alimentos. o de intuir los avances que comenzaban a producirse

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

sugieren unos brazos largos, unas piernas cortas y


unas manos y pies aún adaptados para trepar. Sin
embargo, y a pesar de esa querencia arborícola, otros
rasgos del aparato locomotor señalan que eran mejo-
res bípedos que los australopitecos.
El hombre del lago Rodolfo y el hombre hábil,
aunque a la inversa, muestran una asociación de
características que contradicen algunas de las princi-
pales ideas preconcebidas sobre cómo debió produ-
cirse la evolución de nuestro linaje: que un cerebro
grande (signo inequívocamente humano) debería
Cráneos del Homo rudolfensis (izquierda) y del estar ligado a una cara y una estructura dental cada
Homo habilis (derecha). Mientras que los primeros eran vez más refinadas. Ni el rudolfensis ni el habilis
dueños de un cerebro más grande y de una dentición más confirman que las cosas ocurrieran de ese modo. Así
tosca, los segundos poseían una cara más grácil, pero a costa pues, ¿en el seno de quién de ellos se produjo la
de un menor tamaño encefálico. evolución hacia los humanos posteriores? Si hace-
mos hincapié en el desarrollo cerebral y en algunos
en su cerebro, claramente en la línea de lo que se
fugaces datos sobre el esqueleto del cuerpo, nuestro
esperaba para nuestros primeros congéneres. Por
candidato puede ser el rudolfensis. Si, por el contra-
eso, cuando en 1987 y en Olduvai se descubrieron
rio, apoyamos la reducción de los dientes y la cara,
los 302 fragmentos pertenecientes al esqueleto de un
deberíamos decantarnos por el habilis. Recien-
ejemplar habilis de apenas 1 m. de estatura, los in-
temente, algunos investigadores han creído encontrar
vestigadores se quedaron atónitos: este individuo
la clave de este titubeante dilema: el descubrimiento
tenía unos brazos demasiado largos: ¡su longitud
de un fósil de la especie H. habilis en el lago
suponía el 90% de las piernas! El cráneo y la cara
Turkana, con una edad sorprendentemente moderna
podrían asemejarse a los humanos, pero ¡las propor-
(1,44 m. a.) muestra que esta especie fue contempo-
ciones corporales de los habilis parecían ser más
ránea del Homo ergaster (del que nos ocuparemos en
simiescas incluso que las de Lucy! Ciertamente, las
el capítulo siguiente) durante cerca de medio millón
características del cuerpo del H. habilis son el argu-
de años. Esto haría muy difícil que los habilis hubie-
mento principal para deshancar a estos homíninos de
ran podido ser los ancestros de los humanos posterio-
nuestro género. Y es que, aunque la información no
res. La pregunta sigue en el aire: ¿fue entonces el
es muy completa, sabemos que el cuerpo de los
rudolfensis o, como algunos proponen, otra especie
hábiles representa una extraña mezcla de caracteres
de humano aún desconocida?
arcaicos y evolucionados. Por un lado, se asemeja al
de los australopitecus: con una talla poco mayor que
la de aquéllos, estos primeros humanos aún estaban
bastante habituados a la vida en los árboles, como

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

E L QUE ESTÁ ' A L LADO DEL HOMBRE' también presentes en África del sur, a través de la
especie Paranthropus robustus (el robusto descubierto
Cuando en 1959 Mary Leakey corría feliz hacia por Broom), que vivió en los mismos parajes que los
su campamento tras el descubrimiento del primer australopitecos sudafricanos, entre 2 y 1,5 m. a.
homínino de Olduvai (el cráneo apodado 'cascanue- Pero, ¿qué hace diferentes a los parántropos?,
ces' o 'Zinj', que hoy día incluimos en la especie Pa- ¿por qué los situamos en un sendero alternativo y
ranthropus boisei), hacía ya veinte años que se habían paralelo al seguido por el linaje humano? Este género
descubierto los primeros parántropos en Sudáfrica. En es un ejemplo magnífico de especialización extrema:
1938 un joven estudiante halló varios dientes fósiles todo su cráneo está diseñado para hacer de su mandí-
en la cueva de Kromdraai que puso en manos del bula una formidable máquina trituradora de alimentos.
paleontólogo escocés afincado en Sudáfrica Robert Los parántropos poseían las mandíbulas más potentes
Broom. Éste, en los años siguientes, no solo realizó de todos los grandes simios conocidos. Los músculos
numerosos hallazgos que daban un más que necesi- que controlan la masticación (los llamados temporales
tado apoyo a las reclamaciones africanas de Raymond y maseteros) estaban hiperdesarrollados en estos
Dart, sino que definió el nuevo género y especie homíninos y, por tanto, los huesos a los que se acopla-
Paranthropus robustus. Parántropo significa literal- ban esos músculos tan fornidos debían tener una
mente 'al lado del hombre', y, ciertamente, este género robustez equivalente. Así, en los parántropos el hueso
llevó a cabo la mayor parte de su andadura al lado de de la mejilla (el arco zigomático) era muy grande,
las primeras especies adscritas al género Homo, evolu- mientras que los ejemplares masculinos presentaban
cionando en paralelo a aquellas y desarrollando una una cresta ósea espectacular en la parte superior del
adaptación alternativa e igualmente original a los retos cráneo. Los parántropos utilizaban poco sus dientes
ambientales que fueron comunes a su tiempo. La rama incisivos y caninos y, por tanto, éstos eran bastante
que condujo a los parántropos comenzó su desarrollo pequeños. Sin embargo, sus muelas eran gigantescas,
casi al mismo tiempo que la de los humanos, hace con unas raíces enormes y cubiertas de un esmalte
unos 2,8 m.a., como si los nuevos desafios ecológicos espeso: por ello, a los parántropos se les conoce como
hubieran propiciado dos respuestas posibles en el seno los 'megadontes' o los 'dientes grandes'. Los gorilas,
de los australopitecus. En esa fecha situamos a la de talla mucho mayor, no poseen unos molares más
primera especie conocida dentro de este género, el desarrollados que los suyos. Los homíninos megadon-
Paranthropus aethiopicus, que vivió en África oriental tes, en fin, eran verdaderos molinos andantes.
hasta hace unos 2,2 m. a., más o menos cuando en la A pesar de esta robustez exagerada del cráneo y
misma zona del Gran Rift surge la especie Pa- la mandíbula, los parántropos disponían de un de-
ranthropus boisei (el cráneo de 'Zinj' y otros muchos sarrollo cerebral bastante notable. Los boisei, la espe-
ejemplares que reciben el nombre en honor de un cie más robusta e hiperespecializada de todas,
mecenas que financió generosamente las investigacio- poseían un promedio de 550 c e , no muy por debajo
nes de los Leakey). La andadura del P. boisei fue muy de los habilis (de hecho, algunos ejemplares superan
larga, algo más de un millón de años, hasta su extin- el promedio de estos primeros humanos). Sin
ción hace cerca de 1 m. a. Los parántropos estuvieron embargo, a lo largo de más de un millón de años, el

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

LOS TALLADORES DE PIEDRA

Tras el legendario descubrimiento del cráneo


perteneciente al P. boisei en la Garganta de Olduvai,
en febrero de 1960 los Leakey emprendieron la
laboriosa tarea de excavar el lugar en el que se
descubrió el fósil, con la esperanza de encontrar
nuevos restos de aquel homínino. Ese objetivo no se
cumplió, pero el yacimiento, conocido con las siglas
FLK (las iniciales en inglés del korongo -'barranco',
en suahili- de Frida Leakey) se ha convertido en un
hito de la arqueología africana. Mary, en una tarea
titánica y ejemplar para la época, excayó cuidadosa-
Reconstrucción de un Paranthropus boisei, mente una extensión de más de 300 m^ y en el nivel
la especie que compartió África oriental con 22 (el que se correspondía con el fósil de Zinj)
los primeros humanos. encontró una impresionante acumulación de huesos
de animales y piedras talladas. Mary Leakey, tras el
estudio detallado de las colecciones de éste y otros
P. boisei apenas experimentó cambios en la dimen- conocidos yacimientos de la Garganta, fue la pri-
sión de su cerebro. Su cuerpo no se había desarro- mera arqueóloga en caracterizar los vestigios más
llado en consonancia con su espectacular cráneo (no remotos del comportamiento tecnológico, cuyo ori-
más de 1,5 m. de estatura y unos 50 kg. de peso en gen se fechaba entonces en 1,9 m. a. y que son co-
los machos), sus dimensiones son poco mayores que nocidos como el complejo 'olduvayense' (la primera
las de los australopitecus y, como ellos, aún mante- fase tecnológica de la Edad de la Piedra).
nían importantes diferencias de talla entre los dos
sexos. Teniendo en cuenta, pues, la relación entre el Hoy en día, los albores del comportamiento
cuerpo y el cerebro, el índice de encefalización de los tecnológico se han envejecido considerablemente,
hasta hace 2,6 m. a. En esta fecha están datados los
parántropos no dista mucho del de las primeras espe- primeros yacimientos arqueológicos documentados
cies del género Homo. De hecho, algunos cálculos en las inmediaciones del río Gona, en las tierras etío-
sugieren que el P robustus, la especie del sur, supe- pes de Hadar. A partir de ese momento, los artefactos
raba en este aspecto al H. rudolfensis. Los huesos de tallados ya no abandonarán los sucesivos pasos de la
las extremidades pertenecientes a los megadontes son evolución humana: somos incapaces de imaginarnos
escasos, por lo que no podemos reconstruir con deta- desprovistos de nuestra compleja cultura material,
lle las características de su locomoción. Aunque esto es, de la tecnología. Pero, ¿en qué consisten esos
conservaban aún ciertas aptitudes para trepar a los primeros artefactos tallados en piedra? Aparen-
árboles, la mayor parte de investigadores acepta que temente se trata de algo muy sencillo: el astuto artesa-
eran bípedos habituales, mucho mejor adaptados a la no selecciona un buen canto (núcleo) al que golpea
marcha erguida que los australopitecus.

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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

con otro (percutor); a continuación, el impacto reite-


rado sobre el núcleo produce fragmentos (lascas) con
filos cortantes; y, finalmente, las lascas afiladas y los
cantos servirán a su dueño como magníficos utensi-
lios para fracturar los huesos (y acceder a las partes
blandas y ricas en grasa del interior) o cortar la carne
de los herbívoros muertos en la sabana.
En realidad, la puesta en marcha de este proceso
es un logro más complejo de lo que parece a simple
vista, con unas consecuencias decisivas para la
evolución humana. La capacidad tecnológica de los
chimpancés, pese a ser considerable, no llega ni El complejo olduvayense (que recibe su nombre de los
siquiera hasta ahí. Kanzi, un famoso bonobo que ha primeros artefactos de piedra de Olduvai) consiste en la
sido entrenado durante años en la talla de la piedra, fracturación intencionada de cantos para obtener lascas con
muestra importantes limitaciones en el control de filos cortantes. Uno de estos primitivos utensilios
todo el proceso. Por eso, Kanzi más que tallar piedra procedente del yacimiento etíope de Gona.
(y obtener buenas lascas con buenos filos), la desmo-
rona. Los artefactos líticos de Gona muestran ya en única excepcionalidad con que contaban nuestros
su total desarrollo unas habilidades que no están al homíninos para encontrar su sitio en el voraz mundo
alcance de Kanzi: la capacidad de seleccionar los de la sabana y sobrevivir. Pero, ¿quién o quiénes
mejores cantos (con formas más apropiadas) de los fueron los primeros artesanos de la piedra? A pesar
mejores tipos de roca (las más manejables), la pose- de que el único homínino asociado con los artefactos
sión de un agarre firme y decidido, la selección de encontrados en el FLK de Olduvai era el P. boisei, la
los puntos de impacto más apropiados para golpear autoría fue finalmente atribuida al H. habilis: es
(la zona del canto que mejor puede fracturarse) y la comprensible que así fuera, recordemos la rotunda
coordinación eficaz entre la vista y las manos. Todo afirmación de Louis Leakey cuando decía que sólo
eso supone la puesta en marcha simultánea de una 'los hombres hacen los artefactos'. Ciertamente, los
serie de operaciones manuales y espaciales lo sufi- rasgos físicos de Zinj no parecían tener mucho de
cientemente complejas como para necesitar de un humanos. Hoy en día, nuestra perspectiva sobre la
importante desarrollo cerebral. Esas humildes piedras identidad de aquellos protagonistas ha cambiado,
muestran que el motor del cerebro estaba en marcha puesto que algunos prejuicios se han desvanecido.
y que no pararía ya de rugir, estimulado por la cada Damos por sentado que los rudolfensis y los habilis
vez más compleja elaboración de artefactos. producían instrumentos líticos. Pero, dado que hay
El descubrimiento de la tecnología fue un acon- quien sugiere que estas especies estarían mejor
tecimiento revolucionario, uno de los grandes hitos acomodadas dentro de los australopitecos, ¿qué nos
de la humanidad, puesto que los artefactos de piedra empuja ahora a pensar que los primeros talladores
se convirtieron en una ventaja decisiva, quizás la debían ser forzosamente humanos?, ¿qué nos impide

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

sospechar que los parántropos pudieran haber produ-


cido, por ejemplo, los vestigios líticos conservados para el consumo de los alimentos más duros (gramí-
en el FLK? En realidad, nada. Los fósiles de la neas, frutos secos y, particularmente, las raíces,
mano atribuidos al H. habilis y al P. robustus mues- bulbos y tubérculos de muchas plantas de sabana).
tran que ambas especies poseían las cualidades Las estrías de sus dientes muestran que los parántro-
morfológicas apropiadas para acometer con éxito la pos consumían este tipo de alimentos en grandes
talla de cantos. Es posible, incluso, que distintas cantidades, muy abundantes durante la estación
especies dentro de los tres géneros en liza compar- seca. Es seguro que, al menos, disponían de una
tieran esa capacidad. Sí, los tres géneros, porque tecnología básica (asistida de palos y piedras) para
conviene recordar que por estas fechas todavía acceder a los bienes del subsuelo. Y no podemos
sobrevive una tardía especie de australopiteco, el A. descartar que utilizaran artefactos de piedra para
garhi. La 'sorpresa' del garhi no solo reside en su facilitar el consumo de carne. Los parántropos
reciente cronología o en la particular mezclar de tenían un régimen alimenticio oportunista, por lo
rasgos físicos que presenta (un poco de los A. que no debieron hacer ascos a una cierta variedad de
afarensis y otro poco de los P. boisei). Resulta ricas viandas (abundantes insectos, frutos tiernos y
pasmoso confirmar que la vinculación directa más carne). Sin embargo, su condición de 'molinos
antigua que tenemos entre un homínino y los arte- andantes' les otorgaba una ventaja única e intransfe-
factos de piedra procede, sí, así es, ¡del A. garhü rible: en el consumo de los alimentos más duros eran
los reyes de la sabana, no tenían competidores. Ese
detalle aseguró su larga supervivencia, puesto que en
momentos difíciles o de carestía de alimentos,
C U A N D O LOS HUMANOS NO ESTABAN SOLOS podían refugiarse en recursos que, quizás, solo ellos
podían encontrar, que eran demasiado duros para
Los parántropos y los humanos anduvieron un otras mandíbulas o difíciles de digerir por otros estó-
buen trecho juntos, más de un millón de años magos.
afanándose por sobrevivir en la misma tierra abra-
sada. Hace 1, 9 m. a., el Homo rudolfensis, el Homo ¿Y qué lugar les correspondía a los primeros
habilis, el Paranthropus boisei y los primeros repre- humanos? Tenían pocas opciones para encontrar un
sentantes de la nueva especie Homo ergaster lugar original en el peligroso juego de la superviven-
frecuentaban las sabanas que se extendían a orillas cia. Sus hermanos los parántropos habían encon-
del gran lago Turkana. No sabemos cómo se relacio- trado ya unas buenas cartas (al menos lo fueron
naban todas estas especies, pero lo cierto es que no durante mucho tiempo). ¿Y ellos, qué iban a comer
pudieron ser ajenas entre sí. Se piensa que convivie- en ese mundo de herbívoros, depredadores y avispa-
ron en cierta armonía porque todos ellos habrían dos 'cascanueces'? ¿Se conformarían con frutas,
conseguido encontrar un lugar propio en la sabana. bayas, insectos y pequeños animales? ¿Podría eso
Los parántropos no se convirtieron en formidables mantenerles vivos en los duros momentos de aridez
megadontes por casualidad: la especialización en la sabana? ¿Podría eso satisfacer las necesidades
extrema de su aparato masticador estaba diseñada de un voraz cerebro en expansión? Solo había una
salida posible: poner toda la carne en el asador de la

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

tecnología. Y nunca mejor dicho. La sabana estaba sostienen que estas evidencias demuestran que los
repleta de carne: restos de cebras, antílopes o gace- homíninos de hace 2 m. a. habían recogido las partes
las, muertos por la sequía, la falta de pasto o, sobre más ricas en carne de algunos animales muertos en
todo, convertidos en despojos abandonados por los las inmediaciones del lago y las habían transportado
carnívoros. Los grandes felinos, por ejemplo, tras a un lugar más seguro, al resguardo de los grandes
saciarse dejaban aún partes muy nutritivas de sus felinos, para consumirlas tranquilos. Los primeros
presas: los cantos podían servir para romper los humanos, junto a una variada lista de alimentos
huesos o los cráneos de animales y hacerse con vegetales, debieron sobrevivir gracias a largas bati-
alimentos poco accesibles (la médula ósea o el cere- das en busca de carne, que conseguían cazando
bro); las afiladas lascas podían ser potentes aliados (cuando tenían esa fortuna) animales de pequeño
para, con rapidez, cortar tendones y desarticular tamaño, pero también disputando con otros fieros
algunas partes ricas en carne. Con unos dientes tan carnívoros los animales muertos que encontraban a
pequeños (insignificantes comparados con los de los su paso: ¡Y eso requería de mucho arrojo! Como las
grandes carnívoros), la capacidad de producir instru- praderas abiertas, los lugares más propicios para
mentos cortantes de piedra les habría dado una encontrar la ansiada carne eran también los lugares
ventaja salvadora: la tecnología se convertiría en sus más peligrosos (los encuentros con los grandes
dientes y colmillos y les permitiría la osadía de depredadores eran más previsibles), transportaban su
competir con los temibles carnívoros por los mismos alimento hacia zonas más seguras (los artefactos de
recursos: la carne. piedra fueron decisivos para agilizar sus labores de
carnicería). Ese comportamiento, originalmente un
¿Eran estos primeros humanos astutos cazado- simple acto reflejo de supervivencia, acabaría te-
res o temerosos carroñeros? El yacimiento de FLK niendo una importancia decisiva: el traslado de los
en Olduvai ha sido también una referencia para trozos de carne a refugios para compartirlos con el
intentar responder a esta pregunta. La impresionante grupo será la semilla de la complejidad social que
concentración de piedras talladas y huesos de anima- nos define.
les en las cercanías de un gran lago (hoy inexistente)
muestran que los homíninos podrían haber sido El espectáculo de diversidad en el lago Turkana
responsables de la acumulación y el consumo de debió ser sobrecogedor. Bandas de humanos y pa-
animales (entre los que se encuentran especies tan rántropos empeñados en la supervivencia y tallando
variadas como la jirafa, el elefante, el hipopótamo, con éxito su historia a través de incontables genera-
la cebra o el búfalo). Muchos huesos presentan ciones. Ambos linajes se revelan, en fin, como resul-
huellas de haber sido fracturados violentamente con tados únicos y magníficos de la caótica historia
cantos y muestran marcas de corte producidas con evolutiva de los homíninos. Justo es reconocer que
artefactos afilados. Algunos destacados especialis- ambas líneas, parántropos y humanos, fueron igual-
tas, como el estadounidense Henry Bunn o el espa- mente excepcionales. Desgraciadamente, los prime-
ñol Manuel Domínguez-Rodrigo (quien en la ros acabaron apagándose. Quizás, lo que en un
actualidad dirige una nueva ronda de investigaciones principio fue su salvación, acabó convirtiéndose en
en este mítico yacimiento y en otros de Olduvai), su condena: esa hiperespecialización física pudo

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FERNANDO DIEZ MARTÍN

7
Un lugar llamado
Hace 1,9 m. a., las inmediaciones del lago Turkana, en
Nariokotome
Kenya, estaban frecuentadas por distintos tipos de homíni- El salto hacia el Homo ergaster
nos: H. rudolfensis, H. habilis y R boisei ¿Cómo se relacio-
naban todas estas especies entre sí? ¿Cuál era su lugar en el
engranaje de la sabana?

terminar siendo poco flexible ante un nuevo e ines-


EL DESCUBRIMIENTO DE KAMOYA
perado zarpazo de la naturaleza. Y la evolución
esculpe a martillazos una regla de oro: hay que
El 23 de agosto de 1984, Richard Leakey (el
adaptarse o hay que morir. Los humanos lo supieron hijo de Louis y Mary, a quien ya conocemos) y el
muy bien. paleontólogo estadounidense Alan Walker viajaban
en avioneta desde Nairobi, la capital de Kenya, hasta
la orilla oeste del lago Turkana. El día antes, Leakey
había recibido una llamada por radioteléfono de
Kamoya Kimeu avisándole del descubrimiento de
un fragmento de un cráneo, poco mayor que una
caja de cerillas, en una cárcava cercana al río Nario-
kotome. A pesar de tratarse de un hallazgo aparente-
mente anodino, habían decidido viajar hasta el lugar
y unirse al resto del equipo: en estos casos, nunca se
sabe.
El keniano Kamoya Kimeu es uno de los descu-
bridores de fósiles más célebres y, sin duda, con más
suerte. Tras trabajar con los padres de Richard
Leakey en Olduvai, se convirtió en la mano derecha
de este último en todas sus expediciones y en el

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123
FERNANDO DÍEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

.^%~ym'

%
El joven Turkana.
Este esqueleto casi
completo, descubierto
en Nariokotome
(Kenya), es uno de
los hallazgos más
espectaculares de la
historia de la
paleoantropología.
Pertenece a un chico
que vivió hace
1,5 m. a. y que
formaba parte de la
especie
Homo ergaster.

125
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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

de todos, merece formar parte indiscutible y defini-


descubridor de algunos de los restos fósiles más tiva del género Homo, del linaje exclusivo de los
importantes. En esta ocasión, una vez que el campa- humanos. Ciertamente, Kamoya Kimeu tenía moti-
mento en el Nariokotome estaba montado, dando así vos para estar orgulloso de su buena fortuna.
comienzo la campaña de investigación de ese verano
en el lago Turkana, Kimeu había decidido ocupar el
tiempo libre de aquel domingo dándose un paseo por UN RECIÉN LLEGADO
el mismo barranco achicharrado y polvoriento que
ya había inspeccionado una y otra vez en años ante- Con el inicio del Cuaternario (el último periodo
riores. Y esta vez, su tenacidad tuvo recompensa. geológico, que cubre la mayor parte de la Edad del
Tras la llegada de Walker y Leakey y la confir- Hielo), hace 1,8 m. a. se produjo un nuevo repunte
mación de que, efectivamente, el fósil pertenecía a de aridez y de expansión de la sabana abierta en
un humano, el equipo comenzó la ardua tarea de África. Esta fecha coincide también con el origen de
cribar todo el sedimento del entorno en el que se la nueva especie Homo ergaster ('el hombre trabaja-
había producido el hallazgo. Esta labor es habitual dor'), que se expandió a lo largo y ancho del conti-
en estos casos y con ella se persigue la caza minu- nente africano durante un largo periodo de tiempo,
ciosa de todos los restos fósiles que pudieran encon- hasta hace cerca de 1 m. a. El H. ergaster supuso un
trarse en el lugar, por enmascarados que se cambio drástico respecto a los homíninos que exis-
encuentren en el terreno o por minúsculos que sean. tían hasta entonces: los parántropos (los 'grandes
También es muy tediosa: largas horas bajo el dientes' trituradores de alimentos duros que casi
ardiente sol africano, mascando polvo y expri- lograron sobrevivir hasta los últimos días de los
miendo al máximo los ojos para no perder un solo ergaster) y los primeros representantes del género
detalle de aquel microcosmos de granos de arena, Homo (los rudolfensis y los habilis, tan poco
pequeñas piedras y, si hay suerte, insignificantes convincentes para muchos que su inclusión en nues-
huesecillos. Pero esa tarea tan pesada dio sus resul- tro propio género sigue causando intensas diatribas).
tados. Lograron encontrar nuevos huesos del cráneo Frente a esos homíninos, los ergaster representan
magníficamente conservados que solo eran el prelu- algo radicalmente nuevo, un cambio de rumbo im-
dio de uno de los descubrimientos más espectacula- previsto y asombroso: un ser cuyas proporciones
res de toda la historia de la paleoantropología: el corporales son definitivamente modernas, que ya no
esqueleto casi completo (150 fragmentos óseos que necesita refugiarse en los árboles, que domina con
suponen cerca del 80%) de un joven que vivió hace maestría la vida en la sabana, que es un diestro caza-
1,5 m. a. en aquél remoto lugar. Este chico es mun- dor, un inventor, un trotamundos. Es difícil ver en
dialmente conocido como el "muchacho de Tur- estas nuevas gentes un vínculo firme con los discuti-
kana". Tanta riqueza de restos fósiles, que según dos humanos anteriores, tan simiescos en algunos
Alan Walker "aturdía la mente", ha aportado una in- aspectos. El Homo ergaster parece haber nacido
formación enciclopédica sobre la especie a la que repentinamente, parece ser un recién llegado venido
este joven pertenecía, el Homo ergaster. El H. er- de ninguna parte.
gaster es, además, el primer homínino que, ajuicio

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens
Antones E U R O P A ÁFRICA ASIA
le años I—>
El cráneo del joven de Nariokotome tiene una
D
H. neanderthalensís D H
' sa
P'en8 H. ftotesiens
P. mbustus

~\H habüis forma claramente humana. Ese aire de modernidad


H.gewgictís Homo rudo/fens/s |
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l A garfil
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ijParanfftropus
se ve subrayado por el hecho de que su aparato
A buhmlgtiazalí
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|_J aetftiopJcws masticador (y con él, la cara) se reduce mucho y se
Kenyanthropus platyops
i—i (Zj i
j
I * alrícanus
lAustralopüttecus afarensis
aleja de las grandes dentaduras que mostraban los
A. anamensis L-J
Ar. ramidtis C 3
rudolfensis y, cómo no, los parántropos. Además, el
Ardipittieciis kadabba i i
. Onotin
H. ergaster fue el primer humano que desarrolló una
C ' ttjgenensis
nariz como la nuestra, saliente. Su cerebro habría al-
Sahdanthmpu* tchadvnsis j ¡
canzado un volumen de 900 c e , lo que revela un
incremento nada desdeñable respecto a los primeros
humanos, aunque tampoco espectacular. Dado que
lo que verdaderamente se desarrolla en el ergaster es
su cuerpo, su índice de encefalización no es mucho
mayor que el de los primeros representantes del
género Homo. El gran impulso cerebral de los huma-
nos tardará aún algún tiempo en aparecer. Sin em-
bargo, el cerebro del ergaster muestra que las áreas
de Broca y de Wernicke (implicadas en la produc-
ción y comprensión del lenguaje) están bien marca-
das, de la misma forma que se observa la
potenciación de las zonas corticales del cerebro (el
tejido nervioso que cubre su parte exterior) y la pro-
fundización de la asimetría cerebral. El ergaster no
se define precisamente por un gran cerebro pero, a
pesar de todo, dentro de él se estaban comenzando a
El recién llegado producir algunos importantes cambios cognitivos.
El Homo ergaster vivió en África oriental y del sur entre El principal asombro del chico de Turkana se
hace 1,8 y 1 m.a. Es la primera especie considerada encuentra en las características y proporciones de su
plenamente humana: su cuerpo tiene proporciones cuerpo: en lo esencial, similares a las del Homo
modernas, su marcha esfirmey su mundo social complejo. sapiens. Era sorprendentemente alto, pues ya medía
Es el inventor de una nueva tecnología, el achelense, que se 1,6 m. Algunos investigadores han estimado que po-
documenta por primera vez en yacimientos arqueológicos dría haber alcanzado una altura de 1,8 m. en la edad
como los aquí señalados con una estrella. adulta y habría rondado los 70 kg. de peso ¿Pero qué
edad tenía? Si consideramos que el modelo de de-
sarrollo de los ergaster podía haber sido análogo al
de los humanos modernos (y que el chaval de Nario-
kotome se encontraba a las puertas de la adolescen-

128 129
FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

cia, a punto de dar el "estirón" que nos caracteriza), partir del H. ergaster cuando los humanos pierden la
podríamos atribuirle una edad de entre 11 y 12 años. mayor parte del pelo corporal, desarrollan las glán-
Algunos investigadores señalan, sin embargo, que dulas sudoríparas y adquieren su particular sistema
las pautas de desarrollo de esta especie se encontra- de regulación térmica: la reducción de la tempera-
ban a caballo entre los australopitecus y nosotros y tura corporal a través de la evaporación. Todos estos
que su edad real sería, por tanto, de unos 8 ó 9 años. elementos se unieron para dotar a esta especie de
Un cuerpo tan desarrollado como el suyo a los ocho una resistencia sin precedentes para acometer largas
años solo se explica con un crecimiento más rápido y duras marchas a través de la sabana.
que el nuestro.
Frente a los homíninos anteriores, que aún
conservaban ciertas aptitudes para trepar a los árbo- E L NUEVO CONTRATO
les, el ergaster muestra la pérdida definitiva de ese
vínculo ancestral con la vida en la selva. La anato-
mía de este humano posee una locomoción plena- El chico de Turkana muestra una reorganiza-
mente eficaz, diseñada tanto para cubrir grandes ción del cuerpo de acuerdo con una bipedestación
distancias como para correr. Pero, como si de un similar a la nuestra. Por tanto, Alan Walker, el estu-
concienzudo atleta se tratara, el cuerpo del ergaster dioso de este joven fósil, presentaba una reconstruc-
también experimentó una destacada transformación ción de su pelvis con rasgos modernos: con forma de
fisiológica. Los humanos modernos que viven en cuenco y muy estrecha en su base. Este diseño, a
regiones tropicales tienden a poseer una elevada pesar de servir de maravilla para andar y correr, es
estatura. Una mayor superficie corporal facilita la muy poco práctico para traer hijos al mundo. La
pérdida de calor y la refrigeración. Este es el caso, combinación "fatal" de una pelvis moderna y un
por ejemplo, de los maasai de Tanzania y Kenya, o cráneo relativamente grande pondría en evidencia
de los dinka que habitan el sur de Sudán. Las estili- que en el H. ergaster los partos eran ya más dificul-
zadas proporciones del joven de Turkana son simila- tosos que en los homíninos anteriores. Y el hecho de
res a las de los miembros de estas etnias y sugieren que los nacimientos sean complicados no es más que
que su cuerpo se había adaptado para soportar la punta de un gran iceberg con extensas implicacio-
temperaturas muy altas: tan tórridas entonces como nes y exigencias de tipo social.
las actuales en esta árida región. La verticalidad de En todos los simios actuales la duración de la
su tronco (ya con forma cilindrica y no de embudo, gestación es proporcional al tamaño del cerebro. En
como ocurre con chimpancés y australopitecus) los chimpancés la gestación dura unos ocho meses y
aseguraba que los rayos solares tocaran la menor los recién nacidos se desenvuelven por sí mismos
superficie posible de su cuerpo, la cabeza y la con cierta rapidez. Ateniéndonos al mismo principio,
espalda. Por si fuera poco, la aparición por primera en los humanos, con un cerebro que es más de tres
vez de unas cavidades nasales protuberantes permi- veces el de un chimpancé, el embarazo debería durar
tía humedecer el aire en su camino hacia los pulmo- más de un año, ¡pero solo dura nueve meses! Los
nes y, así, refrigerar el cerebro. Suponemos que es a humanos hemos desarrollado una particularidad
excepcional, según la cual en un momento crítico de

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens
Con nacimientos
más complicados y sobrevivir sin la ayuda y el cuidado de sus padres. La
un periodo de aparición de la infancia obligó, en un momento dado
desarrollo más de nuestra evolución, a una reorganización profunda
prolongado de los de las relaciones entre mujeres y hombres. Los hijos
hijos, las mujeres y humanos eran tan costosos que los progenitores
los hombres ergaster debieron abandonar el individualismo anterior (cada
se ven obligados a cual se busca su sustento y el hijo es "el problema"
establecer vínculos de la madre) y basarse en alianzas cooperativas. Por
cooperativos entre tanto, si querían asegurar la descendencia, los dos
ellos para sacar progenitores debían colaborar para hacer frente a la
adelante una prole gran carga que supone un hijo tan dependiente. Eso
cada vez más significa que el hombre dejó de ser simplemente 'el
dependiente. Es el que engendra' y se convirtió en 'el padre': creando
origen de la unos vínculos estables con la madre y el hijo, partici-
estructura familiar pando en el cuidado y la manutención del retoño.
humana. Como contrapartida a esa dedicación cooperativa, el
padre tenía asegurada en la madre una compañera
nuestra evolución nos hemos visto obligados a sexual más o menos exclusiva durante un tiempo
restringir la gestación a esos escasos nueve meses. determinado. Ese parecía ser un buen "trato" y es la
Más allá de tal periodo, el parto sería traumático y la base de lo que la antropóloga estadounidense Helen
especie se vería avocada a la extinción. Este es un Fisher llamó el 'contrato sexual', el modelo que
claro ejemplo, entre otros, de que la evolución no regula no ya la reproducción, sino la estructura social
obedece a un minucioso plan de perfección. Bien al humana. Y es que nuestro comportamiento sexual (y
contrario, es imperfecta y genera improvisadas con él, el reproductivo) es bastante particular.
"chapuzas" como ésta: para ser bípedos y disponer Mientras que en nuestros parientes cercanos, las
de grandes cerebros, ha sido necesario que nuestros hembras solo están disponibles sexualmente en su
retoños nazcan mucho antes de lo que sería normal y periodo de celo (que llamamos el estro), nuestra
nos hemos visto obligados a tener infancia (el especie ha superado esas limitaciones instintivas de
periodo de desarrollo necesario para compensar la la hembra y está preparada para el sexo en cualquier
inmadurez del feto) y a que ésta sea, además, muy momento. Somos una especie sexual, con un perma-
prolongada. Esta fase es también decisiva para nues- nente deseo sexual. Y eso se lo debemos a las muje-
tro aprendizaje, porque en ella se transmite una gran res: su disposición constante para el sexo ha
cantidad de información social y se asientan muchas estimulado también la excitación sexual permanente
pautas culturales que nos harán falta durante toda del varón. Y es solamente de esa forma cuando al
nuestra vida. hombre le podía compensar el intercambio de sexo
La larga infancia es un rasgo único de los huma- por una colaboración intensa en el cuidado y la
nos. Hasta los 5 ó 6 años un niño sapiens no puede manutención de la cría.

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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

pie talla de cantos para obtener lascas afiladas. Pero


Esta compleja red de vínculos sexuales privile- hace 1,6 m. a. el ergaster fue responsable de una
giados entre un hombre y una mujer constituye la invención original: el hacha de mano o bifaz. El
unidad básica de la reproducción, el cuidado y la bifaz es el resultado del proceso minucioso de talla
educación de los hijos. Es el germen de la estructura de un canto o una gran lasca en sus dos caras (de ahí
familiar nuclear. Los investigadores creen que éste su nombre), de tal modo que el resultado final pre-
se puso en marcha con el H. ergaster: en esta espe- senta un filo cortante en buena parte de su contorno.
cie ya existiría algo parecido a lo que llamamos El hacha de mano constituye el artefacto más repre-
infancia y, por tanto, mujeres y hombres crearían sentativo del segundo gran complejo tecnológico,
alianzas cooperativas destinadas al cuidado de los conocido como el achelense (el nombre viene del
hijos. Seguramente no se trataba de parejas monóga- yacimiento francés de Saint-Acheul, donde en 1872
mas pero sí de unidades de reproducción y educa- se descubrieron los primeros bifaces). Los más anti-
ción, al menos, con intereses comunes temporales. guos yacimientos achelenses se han documentado en
Sin embargo, el reciente descubrimiento en la región distintos puntos de África oriental, en el lago
etíope de Gona de una pelvis bastante completa atri- Turkana (Kenya), Gona (Etiopía) o el lago Natrón
buida a una mujer ergaster pone en apuros la inter- (Tanzania), entre otros.
pretación tradicional. La pelvis muestra un canal del
parto más ancho del supuesto hasta el momento para La excepcionalidad del achelense y de las ha-
esta especie y muestra que su periodo de desarrollo chas de mano que lo caracterizan es múltiple. Pri-
era mucho más rápido que en los humanos moder- mero, se trata de la tecnología más exitosa y
nos. Que la infancia de los ergaster debió ser más arraigada de toda la Prehistoria. Para confirmarlo
corta que la nuestra y el crecimiento más rápido, es solo nos basta decir que acompañó a los humanos
algo que algunos investigadores venían señalando durante casi un millón y medio de años, se extendió
antes de este último descubrimiento. Ahora bien, por tres continentes (de África a Europa y Asia) y, a
esta especie ya estaba mostrando (en coherencia con lo largo de todo ese inmenso tiempo y espacio,
los cambios físicos y otros culturales) las bases formó parte del utillaje de, al menos, cinco especies
cooperativas entre ambos sexos y, con ello, haciendo humanas diferentes. A pesar de los cambios formales
saltar la espita de la unidad social básica de los que esta tecnología fue adquiriendo (los bifaces se
humanos: la familia. hacen cada vez más refinados y más pequeños), sus
principios básicos permanecieron inalterados
durante todo ese periodo. Segundo, la elaboración de
estos objetos conlleva una complejidad importante,
L A INVENCIÓN Y SU TRAMA acorde con un desarrollo intelectual notable. Los
bifaces adoptan distintas formas finales que se repi-
Cuando los primeros miembros de la especie H. ten una y otra vez. Esas siluetas son completamente
ergaster aparecieron en la escena evolutiva, se artificiales (en forma de lágrima, de almendra, de
servían de la misma tecnología para desenvolverse triángulo, de óvalo), lo que demuestra que el arte-
en la sabana que las otras especies humanas que sano ergaster estaba plasmando sobre la piedra (de
habitaban África oriental: el olduvayense, o la sim-

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

Los bifaces o hachas de muy diversas, con recursos bien distintos), tal y
mano son utensilios como hacen los grandes cazadores. Sabemos que
tallados en sus dos caras estos humanos aumentaron significativamente el
que presentan un consumo de carne y que mejoraron la calidad de su
resistente filo en buena dieta. La forma de la pelvis del chico de Narioko-
parte de su contorno. tome muestra que sus intestinos se habían reducido,
Sirvieron para múltiples lo cual solo podría producirse cuando los alimentos
tareas. Para producir estas que llegan al estómago fueran mejores y más fáciles
formas simétricas y de digerir. Es posible que esto se consiguiera, en
regulares, los artesanos parte, gracias al consumo de alimentos cocinados.
ergaster necesitaron poner Conocemos algunos yacimientos muy antiguos
en marcha algunas reglas (fechados hace 1,5 m. a.) que podrían señalar la
geométricas complejas, existencia de una relación "amistosa" entre el H.
cuyo conocimiento ergaster y el fuego, el conocimiento de sus propie-
pasaron de generación en
dades y su aprovechamiento. Sin embargo, la capa-
generación.
cidad tecnológica para su conservación y producción
vendría más tarde (hace unos 0,8 m. a.) de la mano
forma planificada y deliberada) unos diseños que ya de otras formas humanas posteriores.
estaban presentes previamente en su cabeza y que, Ayudado de su nuevo instrumental de piedra (de
además, éste era capaz de repetirlos de forma siste- grandes dimensiones y con resistentes filos simétri-
mática. Estos rasgos indican que el tallador ache- cos y rectilíneos), el H. ergaster hallaría mayor faci-
lense estaba obligado a seguir determinadas reglas lidad para descuartizar grandes animales, como los
geométricas complejas si quería obtener una de esas hipopótamos o los elefantes y acceder a una abun-
hachas de mano (caracterizadas por la simetría de dante cantidad de carne. El secreto del éxito de estos
sus lados, los filos rectilíneos y regulares o el adel- bifaces se basa en que servían para múltiples fines y
gazamiento de sus dos caras). Todos estos rasgos
indican que el ergaster tuvo, por fuerza, que ser due- que, por tanto, formarían el equipamiento ideal de un
ño de unos recursos mentales más sofisticados que humano que, como el ergaster, estaba acostumbrado
las especies anteriores de humanos (o, al menos, fue a moverse mucho por amplios territorios. En una
capaz de ponerlos en práctica con sus creaciones larga batida fuera del campamento y dedicada a la
pétreas). búsqueda de recursos, el bifaz podía servir a la vez
La invención del hacha de mano fue una para actividades de carnicería, como remanente de
respuesta al nuevo lugar que el H. ergaster había materia prima (en caso de internarse en zonas donde
alcanzado en la sabana. Mejor adaptado para sobre- no hubiera buenas rocas para tallar) o para la recolec-
vivir en los parajes áridos, para desplazarse con rapi- ción de vegetales y el trabajo de la madera. Esta
dez de un sitio a otro, el ergaster amplió mucho su última actividad parece haber sido la tarea que lleva-
territorio de explotación (incluyendo en él zonas ron a cabo los ergaster que habitaron en las inmedia-
ciones del sobrecogedor lago Natrón (Tanzania), uno

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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

UN LENGUAJE PARA UNA SOCIEDAD

La mayor parte de los estudiosos asumen que


los ergaster ya llevaban a cabo relaciones cooperati-
vas entre hombres y mujeres para el cuidado de la
prole y piensan que eso se basaba en lo que hemos
llamado un "contrato" social y sexual, lo cual signi-
fica la necesidad de negociación y regulación entre
ambas partes. También tenemos motivos para creer
que, junto a la incipiente estructura familiar, vivían
en una sociedad bastante cohesionada, con indicios
Los grupos ergaster también vivieron en las inmediaciones de solidaridad entre sus miembros. Uno de los
del lago Natrón, una región inhóspita y remota situada en el hallazgos más impresionantes que podría confirmar
norte de Tanzania. Aquí dejaron algunos de los yacimientos esta última idea proviene del esqueleto de una mujer
achelenses más antiguos que se conocen, las huellas de ergaster hallado en 1973, también por Kimeu en el
largas partidas lejos de las orillas del lago, destinadas a lago Turkana, y fechado en 1,7 m. a. Los huesos de
explorar y aprovechar un amplio territorio. esta mujer adulta presentaban una severa deforma-
ción producida por una enfermedad que se llama
de los rincones más agrestes y hermosos de todo el hipervitaminosis A (un exceso de esta vitamina en el
Rift, a los pies del misterioso volcán Oldoinyo le cuerpo) y que, en su etapa final, resulta tremenda-
Ngai (la montaña sagrada de los maasai, morada del mente penosa. La enferma pudo haber contraído esta
dios del cielo Ngai). Hace 1, 5 m. a. los H. ergaster dolencia por comer el hígado de un carnívoro y
frecuentaron las orillas del lago Natrón y dejaron sabemos que, sorprendentemente, ¡vivió semanas o
constancia de ello en algunos de los yacimientos incluso meses antes de morir! Teniendo en cuenta
achelenses más antiguos conocidos. Los bifaces de que este mal acaba postrando al dolorido enfermo,
uno de estos sitios (localizado en un árido paraje que inmóvil y febril, ¿cómo hubiera podido esta mujer
los maasai llaman Lepolesi) muestran trazas micros- sobrevivir todo ese tiempo sola en medio de la
cópicas de restos vegetales en sus filos (los llamados sabana?, ¿cómo no morir rápidamente, vulnerable en
fitolitos) y demuestran que los esgaster se aventura- su agónico padecimiento, sin el cuidado y ía alimen-
ban en las zonas más alejadas del lago provistos de tación de sus congéneres, sin formar parte de un
hachas de mano para, entre otras cosas, llevar a cabo grupo que se preocupara por ella y la atendiera?
trabajos relacionados con la madera (¿quizás para la Estos huesos deformes y enfermos nos enseñan algo
elaboración de rudimentarias lanzas aptas para sus excepcional: que el altruismo, la camaradería y la
actividades de caza?). Muchos fascinantes secretos compasión, pudieron formar parte ya del comporta-
sobre la función de estos objetos y el comporta- miento social del H. ergaster. En esa sociedad con
miento territorial del H. ergaster aguardan ocultos en vínculos estrechos entre individuos (fueran para el
el impresionante paisaje, a veces oníricamente lunar, cuidado de la prole o de los enfermos), sus miem-
del lago Natrón.

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

bros eran también capaces de transmitir de genera- ¿Acaso un puñado de gritos y sonidos pudieron ser
ción en generación el saber de una cultura material suficiente como vehículo de transmisión de sus
compleja: el novedoso achelense, que requería de conocimientos tecnológicos o sus negocios sociales?
reglas geométricas bastante sofisticadas y, por tanto, Hay investigadores que piensan que no. Para ello
difíciles de aprender. La cuidada elaboración de bi- debió hacer falta un lenguaje articulado, por elemen-
faces se convirtió en el elemento cultural más dis- tal que fuera, basado en la combinación de signos
tintivo de los grupos ergaster, quizás en una de las gesruales y acústicos.
muestras más claras de identidad grupal.
Teniendo en cuenta todos estos aspectos que
emergen del comportamiento de los H. ergaster, EL DESTINO
¿cómo eran capaces de comunicar la riqueza de
nociones abstractas que podemos deducir de su vida El chico de Nariokotome tenía toda una vida
social y su acervo cultural? La vida en sociedad por delante, aún era joven. Pero a su edad ya estaba
necesita de un medio de comunicación que sea curtido y, en más de una ocasión, había acompañado
capaz de explicar los vínculos, las obligaciones, los a los suyos en las largas exploraciones lejos de las
deberes, que pueda relatar los acontecimientos del orillas del inmenso lago, allí donde las cintas de
pasado, los fenómenos situados en otros lugares, o vegetación que jalonan los ríos y arroyos se iban
que pueda explicar cuestiones conceptuales (como la haciendo cada vez más insignificantes y donde las
elaboración de un bifaz). Estamos hablando del grandes praderas abiertas, salpicadas de las monóto-
lenguaje, que va más allá de la comunicación nas acacias y de su raquítica sombra, se hacían eter-
animal. ¿Contaban ya los ergaster con esta poderosa nas. Por eso, cuando en esta ocasión, el grupo
herramienta? El joven de Noariokotome poseía unas decidió emprender una nueva batida, el muchacho
vértebras con una apertura pequeña, lo que quiere estaba preparado: para echarse a andar apenas le
decir que el número de nervios que circulaban por su hacían falta algunas de las hachas de mano que ya
médula espinal era menor que en nuestro caso. era capaz de tallar con bastante soltura. Sus filos
Algunos de estos nervios controlan los músculos del servirían para lo necesario, y cuando se gastasen,
tórax e intervienen en la respiración. Con una respi- siempre podría reavivarlos con unos cuantos golpes
ración menos eficaz que la nuestra (con menos certeros. Atareado en los preparativos e inquieto por
terminaciones nerviosas que la controlen), los inves- el viaje, apenas pensó en el malestar que desde hacía
tigadores han sugerido que el ergaster no podría algún tiempo le importunaba. Coincidiendo con la
hablar con la misma complejidad con que nosotros caída de su muela de leche estaba sintiendo un dolor
lo hacemos. Sin embargo, el hecho de que esta espe- intenso en su mandíbula que, enrojecida, estaba
cie no estuviera capacitada para disponer de una infectándose: los restos de la antigua raíz estaban
vocalización tan rica como la nuestra, no quiere dificultando la erupción de la nueva muela. El joven
decir que no pudiera servirse de otros sistemas no podía sospechar que aquél sería su último viaje,
lingüísticos funcionales que le sirvieran para trans- que no volvería a ver jamás a los que quedaban
mitir toda la gama de conceptos de su mundo social atrás, en el lago, ni a adivinar las grandes manchas

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FERNANDO DIEZ MARTÍN

rosas que, en la lejanía, coloreaban las bandadas de


flamencos.
Y ahí estaba, solo, en un remoto paraje que le
era extraño, lejos de la cálida mirada del lago. Tras
un encuentro con aquellos fieros carnívoros, el
grupo se había dispersado y, en su aturdida espan-
8
tada, había perdido a sus compañeros. Al principio
creyó que su debilidad era fruto del miedo, luego
comprobó que su desconcierto no se disipaba. Al
contrario, cada vez se sentía más desazonado, tenía
Primeros colonos
fiebre y sentía escalofríos. La infección de la muela
le había producido un envenenamiento de la sangre
(lo que ahora llamaríamos septicemia) que, fatal-
mente, acabaría con su vida. El tiempo pasaba como La expansión humana hacia Asia y Europa
en un sueño y el joven marchaba desorientado y sin
rumbo alguno. Agotado, junto a una laguna, se
desplomó en el agua y lentamente se sumió en un
coma profundo. En su irremediable camino hacia la
muerte, aún tuvo tiempo de revivir la imagen de E L HUMANO VIAJERO
aquél horizonte ardiente, con un intenso color rosa,
los flamencos. No hubo tiempo de más, no podía En el capítulo anterior definimos al Homo er-
sospechar que en aquel momento, en aquel preciso gaster como un trotamundos. Con un cuerpo esbelto
instante, algunos congéneres suyos estaban ya muy y una marcha completamente moderna, este humano
lejos de aquellos espacios que vislumbraba en su estaba capacitado para cubrir largas distancias. Y así
delirio febril. Su aliento final en aquel solitario debió ser, porque parece que el inmenso suelo afri-
lugar, que tanto tiempo después recibiría el nombre cano no tardó en hacerse pequeño para nuestro
de Nariokotome, coincidía con la alucinante odisea protagonista. Al poco tiempo de la aparición del
de otros humanos. Eran los primeros colonos, aque- ergaster, nos encontramos ya a los primeros huma-
llos cuyos ojos verían lugares jamás imaginados por nos fuera del continente que había sido testigo en
el desafortunado chico de Turkana. exclusividad del origen y la evolución de los homí-
ninos durante cerca de cinco millones de años. Hace
1,7 m. a. se registran las primeras migraciones
humanas fuera de África, dejando atrás el escenario
en el que aún vivían los humanos arcaicos (el H.
rudolfensis y el H. habilis, que aún sobreviviría
hasta hace 1,4 m. a.) y los parántropos (el P robus-
tas y el P. boisei, cuyos últimos representantes se
extinguirían hace 1,2 m. a.), en una época en la que

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

aún no se había producido la revolución tecnológica mismas. Durante la mayor parte de la Edad del Hie-
del achelense. Esta rápida salida parece una necesi- lo la constante y drástica sucesión de periodos fríos
dad imperiosa por emprender el viaje y conquistar y templados, húmedos y áridos, de hielos y deshie-
nuevos territorios. Quizás la de viajero fuera una los supuso que existieran momentos en los que el
cualidad innata de ese primer representante incon- desierto del Sahara se redujo a la mínima expresión
testable del género Homo. Lo cierto es que, a partir (durante los pulsos húmedos y cálidos) o que algu-
de entonces, los humanos no dejaron de emigrar y nas barreras marinas desaparecieran (con el retro-
moverse a sus anchas por todo el Viejo Mundo ceso de los océanos durante los periodos glaciares,
(África, Asia y Europa). cuando el agua se concentraba en los polos y no
No sabemos a ciencia cierta si las primeras sali- llegaba hasta el mar). Estos cambios constantes de
das humanas fuera de África forman parte ya de una desiertos que desaparecen, tierras que emergen, ríos
voluntad consciente por expandirse o, por el contra- que se convierten en fronteras infranqueables o
rio, deben entenderse como parte de los mismos valles que hacen vadear cómodamente grandes
fenómenos biológicos que han afectado a otras cordilleras, por ejemplo, iban dirigiendo el rumbo de
muchas especies animales. Los mamíferos se embar- aquellos intrépidos colonos. También fueron expul-
can en complejos ciclos migratorios producidos por sando a otros animales. Los movimientos de sístole
una causa primordial (la búsqueda de alimentos) y y diástole que sucesivamente experimentaba el gran
dos razones preferentes. La primera es el cambio de desierto del Sahara provocaron que algunas especies
los ecosistemas: o bien el habitat al que está habi- africanas (leopardos, leones o elefantes) acabasen
tuada la especie se degrada y es necesario buscar llegando, en distintas oleadas, a Europa y Asia y
otro alternativo que sustente sus necesidades o, por conquistando esos territorios en periodos de clima
el contrario, surgen nuevos entornos propicios para benigno ¿Llegaron los humanos a su destino
su desarrollo. La segunda es el aumento demográ- siguiendo los flujos migratorios de estos animales,
fico: si crece la población, los mismos alimentos algunos de ellos presas potenciales? A nuestros ojos
deben ser entonces repartidos entre un mayor las distancias recorridas pueden parecer increíbles:
número de individuos, lo que supone una mayor grupos que se embarcan en un impresionante viaje
competencia y un peligro para la supervivencia del que les conduce desde el extremo de un continente
grupo. hasta los confines de otro. Sin embargo, si miramos
Sea cual sea la causa, la respuesta es siempre la con otros ojos (no con la inmediata escala temporal
misma: una parte de la población debe iniciar un a la que estamos tan acostumbrados), las distancias
viaje hacia ninguna parte. El azar, a través de los se nos antojan más accesibles: apenas diez kilóme-
corredores abiertos (los pasos más transitables, las tros de desplazamiento por generación hubieran
autopistas de los ríos y los valles) y las barreras que bastado para que diez mil generaciones después
impiden el paso (el mar, las montañas y los desier- (esto es, unos veinte mil años más tarde) los grupos
tos), se encargará de dirigir a los viajeros hacia un que inicialmente se encontraban en Tanzania hubie-
destino siempre cambiante, puesto que las puertas ran llegado a la isla de Java, en Indonesia, al otro
que se abren y las que se cierran nunca son las lado del mundo.

144 145
FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

Pero he aquí lo maravilloso del proceso y lo


K Í ^ ^ ^ H | ^ ^ ^ ^ H H j | j J ^ | R l f m ) georgfcus ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ V í
que hace que las migraciones sean uno de los facto-
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^H^H|MnH^vvnra|^^^^^^^^KM*iwiw
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res que más han influido en la evolución humana y
en la formación de las diferentes especies que han
ido floreciendo dentro de nuestro género: diez mil
j^^^^^^^^^^^^^^^^B^H^^ Narmada^^f f | B * generaciones después, veinte mil años más tarde,
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vías de comunicación y barreras trastocadas, los
^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ m á o , Etiopía
^ ^ ^ ^ ^ ^ V
Sunda ' ' > ¿ ^ J T —
Homo J W : í i i ^ fS - • * * > ^ ^ , .
once mil kilómetros que separan Tanzania de Java
acabarían convirtiéndose en una gran distancia
de aftas EUROPA ÁFRICA ASIA evolutiva, la que hacía que el grupo viajero termi-
1
nara aislándose y separándose del grupo matriz y,
2 —
<í, M H.e/paste/-!
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por tanto, convirtiéndose en una nueva y distinta
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H, geórgicas
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Homo rudolfensrs 1 A gar/w
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especie humana. Esto, como tendremos oportunidad
3 - . - * • bahrelghazal!
r—i 1 [
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j A. africanus de ver, ocurrió varias veces a lo largo de nuestra
4 _ _._ i Kenyanthroptis platyops
A. anamensis L_J
\_jAustralopUhecus afarvnsis ;
historia evolutiva.
Ar. ramkius C 3
5
Ardipithocua kadabba 1
6
; '—' tugenensSs '•'

7 _ [ Sahelanthropus tctwdensis í | ¡ H A C Í A EL E S T E !
E L HOMO GEORGICUS Y EL HOMO ERECTUS
El humano viajero
Hace 1,7 m. a. se documentan las primeras salidas humanas Por lo que hoy sabemos, la primera gran oleada
fuera de África, en un conjunto de oleadas que darán como migratoria condujo a los humanos rumbo Este, hacia
fruto las nuevas especies: H. georgicus, H. erectus, el Lejano Oriente, en un viaje que pudo producirse a
H. antecessor y H. floresiensis. Los humanos que través de dos rutas posibles desde el Rift: siguiendo
se quedaron en el continente africano evolucionaron el Nilo y llegando al corredor levantino (Palestina e
hacia la especie H. heidelbergensis que, hace Israel) o superando el mar Rojo a través del estrecho
500 mil años, inició otra nueva migración que une el Cuerno de África con la península
hacia Europa. Arábiga y que, en aquella época, era transitable.
Sabemos que el corredor levantino jugó un papel
muy destacado como puerta de acceso a Eurasia
porque el Homo ergaster ya se encontraba allí hace
1,5 m. a.
Sin embargo las trazas de un viaje anterior se
han hallado en la región del Cáucaso, en la actual
Georgia, cerca del mar Negro. En el año 1991,
cuando un grupo de arqueólogos llevaba a cabo una
excavación en la ciudad medieval de Dmanisi nadie

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

podía sospechar ni en los más delirantes y surrealis- fácil aceptar la posibilidad de que el género humano
tas sueños que allí mismo, debajo de los muros de la sea originario de Asia porque no hay constancia de
impresionante ciudadela georgiana, esperaba oculto un solo ancestro probable en ese continente (similar
uno de los mayores bombazos paleoantropológicos a los australopitecos africanos). Por el momento se
de las últimas décadas: las incontestables huellas de acepta como la opción más probable que los huma-
la primera salida humana fuera de África, a las puer- nos alcanzaron el Sureste Asiático (quizás formando
tas de Europa. Desde entonces, Dmanisi no ha parte de la misma oleada migratoria de Dmanisi)
parado de estar en boca de todos. Y no es para hace cerca de 1,5 m. a., fecha a la que podrían
menos: con la heladora antigüedad de ¡ 1,7 m. a.! los corresponder los ejemplares más antiguos del Homo
hallazgos de restos humanos (cráneos y mandíbulas erectus en la isla indonesia de Java.
en perfecto estado) e instrumentos de piedra no han Pero, ¿quién es el H. erectus? En el capítulo 2
parado de sucederse. En un primer momento los recordábamos la épica historia del médico holandés
investigadores pensaban que los humanos de Eugéne Dubois quien, en 1891 y empeñado en
Dmanisi formaban parte del H. ergaster. Sin em- confirmar las ideas del alemán Ernst Haeckel sobre
bargo, estudios más exhaustivos han permitido asig- el eslabón perdido, tuvo la fortuna de descubrir los
nar finalmente los restos a la nueva especie Homo restos del Pitecanthropus erectus ('el hombre-simio
georgicus, puesto que presentan unas características que anda erguido'), cerca de la aldea de Trinil, en
sorprendentemente intermedias entre los habilis y Java. Esta especie, de la que con posterioridad se
los ergaster. Así pues, tenemos a un humano más encontraron muchos más restos en Indonesia y en
arcaico que el ergaster típico de Turkana (una altura China, es conocida en la actualidad como el Homo
que no supera 1,5 m. y apenas entre 700 y 800 ce. de erectus y vivió en el Lejano Oriente entre hace unos
masa cerebral), que no conoce la innovación tecno- 1,6 m. a. y 40 mil años. Muchos investigadores pien-
lógica del achelense (emprendió su viaje antes de san que los H. erectus no son otra cosa que los
que se produjeran los primeros bifaces), pero que descendientes asiáticos de los emigrantes H. ergas-
hace 1,7 m. a. ya se encuentra a cinco mil kilómetros ter quienes, una vez llegados al Lejano Oriente y en
del Gran Rift, dirección Este. función de la lejanía y la separación de poblaciones,
En los últimos años, algunos investigadores han desarrollaron ciertos rasgos específicos que los dife-
propuesto que los primeros colonos estaban presen- rencian de sus parientes africanos. Las diferencias
tes ya en el Lejano Oriente en momentos muy anti- entre el H. ergaster y el H. erectus son más bien
guos, hace casi 2 m. a. Estas fechas tan altas han sutiles, tanto que algunos investigadores prefieren
revitalizado de nuevo la vieja idea de que el origen no hacer distinciones e incluyen a todos dentro del
de los humanos pudiera encontrarse en Asia. Sin H. erectus (este nombre es anterior al de ergaster y,
embargo, aunque estas evidencias fueran confirma- siguiendo una regla tradicional en las clasificaciones
das (han sido muy criticadas y, hoy por hoy, su acep- de las especies, el nombre más antiguo tiene siempre
tación es motivo de gran controversia) seguirían preferencia). En todo caso, los erectus eran dueños
haciendo muy improbable la candidatura asiática de un esqueleto robusto, tanto en lo que respecta a
como crisol de la humanidad: hoy por hoy no es su cuerpo como, sobre todo, su cráneo: ¡el hueso de

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

un gran éxito en todo el resto del Viejo Mundo ¿Está


esto demostrando que los emigrantes que llegaron a
suelo asiático emprendieron su viaje antes de la
invención del achelense y que, ajenos a los avances
técnicos africanos, sobrevivieron en el Lejano
Oriente con una simple tecnología de cantos tallados
y lascas? Ciertamente, así debió ser ya que los erec-
tus fueron capaces de sobrevivir durante más de un
Reconstrucción de un grupo de H. erectus en el importante millón de años en el Lejano Oriente sirviéndose de
yacimiento chino de Chukutien. Esta especie, presente en humildes lascas cortantes.
Indonesia y China entre 1,5 m. a. y 40 mil años,
es descendiente de los H. ergasler que salieron de África y
que, una vez llegados al Lejano Oriente, desarrollaron ¿ U N HUMANO ENDÉMICO?
ciertos rasgos específicos que los diferencian de sus EL HOMO FLORESIENSIS
parientes africanos.
El H. erectus, la forma asiática del H. ergaster
la bóveda craneal de estos humanos medía más de africano, había conseguido expandirse y sobrevivir
un centímetro de espesor! Con un promedio de 1000 largo tiempo en el Lejano Oriente, no solo en Asia
c e , disponían de una capacidad encefálica algo continental (la actual China), sino en Java, una tierra
superior a la de los ergaster, mientras que la protu- que hoy en día es una isla perteneciente al archipié-
berancia ósea que recubría sus ojos (el llamado toro lago indonesio ¿Cómo pudieron llegar los humanos
supraorbital) era más prominente. a este lugar? ¿Acaso disponían ya de medios de
Al igual que los ergaster (no en vano son muy navegación? Cuando los humanos emprendieron su
parecidos), los erectus eran perfectos bípedos, salida de África, la Tierra se encontraba inmersa en
desarrollaron una vida social compleja, un modelo la Edad del Hielo, en la que periodos de máximo frío
de comunicación acorde con aquélla y, con el y extensión de los glaciares se alternaban con otros
tiempo, acabaron dominando el fuego. Sin embargo, de temperaturas similares a las actuales. En esas
el H. erectus nunca elaboró la tecnología propia del fases glaciares, en las que el agua se quedaba atra-
achelense y, así pues, los bifaces están ausentes del pada en los polos, el nivel del mar descendía, el
Lejano Oriente. De hecho, el límite de expansión de actual mar de la China desaparecía y lo que hoy es el
estos utensilios marca una frontera muy bien defi- archipiélago indonesio pasaba a ser una gran exten-
nida que se para en las regiones orientales de Asia y sión de tierra emergida y unida al sureste asiático
que recibe el nombre de la "línea Movius" (en honor continental, la llamada plataforma de Sunda. En esos
al antropólogo estadounidense que reconoció este momentos, los humanos podían circular libremente
fenómeno). Este hecho llama poderosamente la aten- de Java o Borneo al norte de China, por ejemplo.
ción, puesto que las hachas de mano experimentaron Sin embargo, durante los máximos glaciares
algunas islas de este archipiélago nunca se unieron a

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Breve historia del Homo sapiens

la plataforma de Sunda y, por tanto, siempre mantu- descubridores del cráneo original y de los nuevos
vieron su carácter insular. Este es el caso de la hallazgos que se han ido sucediendo (partes de otros
pequeña isla de Flores, separada de la plataforma de seis individuos) señalan que, a pesar de su minús-
Sunda por un profundo canal que nunca, ni en los culo tamaño, el H. floresiensis muestra rasgos
momentos de mayor descenso de los niveles mari- inequívocamente humanos: la proporción y forma
nos, se unió al continente. Este aislamiento insular del cráneo, la dentición, la cara o la estructura de las
ha favorecido el desarrollo de una fauna endémica piernas. Además, debido a su pequeña estatura, el
(propia del lugar y que no se encuentra en ningún índice de encefalización de estos humanos no habría
otro sitio del planeta) compuesta por el dragón de diferido mucho del de los erectus que vivían en el
Komodo, la rata gigante de Flores o, ya extinto, un continente.
tipo de estegodón enano (género de elefante propio Como es de suponer, semejante hallazgo ha
de las regiones asiáticas). Tenemos constancia, a provocado una gran discusión sobre el origen y el
través de los abundantes instrumentos de piedra significado del enigmático humano de Flores.
hallados en algunos yacimientos arqueológicos, de Algunos han sugerido que los hallazgos se corres-
que los primeros humanos llegaron a esta isla hace ponden con un grupo de humanos modernos micro-
cerca de 800 mil años y que, para ello, tuvieron que cefálicos (esto es, enanos). Sin embargo, el equipo
sortear unos 19 km. de aguas abiertas, a bordo de de investigadores australianos que lo descubrió
algún tipo de embarcación rudimentaria. propone que el hombre de Flores no es más que un
ejemplo más del mismo endemismo y aislamiento
La isla de Flores obtuvo cierta fama en los biológico que observamos en otras especies anima-
círculos paleoantropológicos precisamente por les de la isla. Así, tras su llegada a Flores hace 800
poseer la evidencia más antigua de superación de mil años, el H. erectus habría iniciado un lento
obstáculos marinos por parte de los humanos. Nadie camino de especialización morfológica y de rees-
se esperaba que esa fama fuera ampliamente supe- tructuración de sus rasgos físicos, propiciado por las
rada en 2004. Ese año los medios de comunicación condiciones medioambientales de la isla (aisla-
expandieron como la pólvora un hallazgo científico miento, escasez de recursos y de competidores). Nos
sin precedentes: el descubrimiento de los restos de encontraríamos, pues, ante un pequeño humano de
un humano perteneciente a la nueva especie Homo pleno derecho (apodado el "hobbit", recordando a
floresiensis que, a pesar de formar parte de nuestro los seres de la saga de Tolkien), cuyos rasgos físicos
género, apenas superaba el metro de estatura y serían el resultado extremo de un proceso de espe-
disponía de unos escasos 380 ce. de capacidad ence- cialización y aislamiento insular pero que poseerían
fálica (¡menos que un Australopithecus afarensis o un comportamiento equiparable al de sus ancestros
un chimpancé!). ¿Dónde quedaba ahora el tan erectus. Habrían dispuesto de una tecnología similar
maltratado Rubicón cerebral (la frontera que, recor- a la de aquellos, como lo demuestran los artefactos
demos, utilizaban los investigadores para separar lo de piedra descubiertos junto a sus restos, y habrían
humano de lo que no lo era)? ¿Cómo es posible que sobrevivido gracias a la caza cooperativa de anima-
un ser de esas características, con un cerebro como les como el estegodón o el dragón de Komodo.
una manzana, pueda ser considerado humano? Los

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152
FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

¿Indicarían estas leyendas que los floresiensis sobre-


vivieron en esta florida isla hasta momentos incluso
históricos? No lo sabemos, pero lo cierto es que aún
quedan demasiadas incógnitas abiertas sobre esta
misteriosa especie.

Los PRIMEROS EUROPEOS:


EL HOMO ANTECESSOR

Los europeos nos hemos preguntado insistente-


Con apenas 1 m. de estatura y un cerebro menor que el de mente quiénes fueron los primeros pobladores de
un chimpancé, el H. floresiensis constituye un endemismo nuestro continente, de este lugar que vio nacer la
propio de un ecosistema insular con escasos contactos con el teoría de la evolución y la ciencia prehistórica a
continente. Los grupos erectus que llegaron a la isla de finales del siglo XIX. En la década de 1990 se inició
Flores acabaron adoptando esta insólita apariencia. un encendido debate sobre esta cuestión. Algunos
Una de las cuestiones más espectaculares sobre investigadores defendían, a partir de un puñado de
el H. floresiensis es su antigüedad o, mejor dicho, su yacimientos arqueológicos dispersos por todo el
'modernidad'. Este enigmático humano estaba vivo continente, que Europa había visto la llegada de los
hace 18 mil años, 170 milanos después de la apari- primeros humanos en un momento muy antiguo,
ción del H. sapiens en África, unos 20 mil años cercano a los 2 m. a. Fue la llamada 'hipótesis de la
después de que éste llegase a Java y apenas 4 mil Europa vieja'. Las críticas no se hicieron esperar y
años antes de que pintase los magníficos frescos que surgieron especialistas que señalaban lo endeble de
adornan la cueva cántabra de Altamira. Es la especie esta propuesta: en Europa no existían fósiles huma-
fósil que ha sobrevivido hasta momentos más nos anteriores al medio millón de años y los yaci-
recientes. Sin duda los floresiensis y los humanos mientos en los que se apoyaba esa teoría eran muy
modernos (que llegaron a la isla entre hace 40 y 30 problemáticos. Por el contrario, otros investigadores
mil años) compartieron el espacio durante un largo proponían que, debido a las difíciles condiciones
periodo de tiempo. Desde un punto de vista arqueo- climáticas que sufrió nuestro continente durante la
lógico, perdemos la pista al hombre de Flores hace Edad del Hielo, éste había permanecido vacío hasta
unos 12 mil años. Quizás se extinguieron con otros hace unos 500 mil años. Fue la llamada 'hipótesis de
animales de la isla, que desaparecieron justo en ese la Europa joven', que pareció confirmarse cuando en
momento. Pero quizás vivieron más tiempo. El 1994 se publicaba en una prestigiosa revista cientí-
folklore local de la isla habla de la existencia de fica el descubrimiento de una tibia humana datada
unos hombrecillos, los Ebu Gogo, que vivían en precisamente en esa fecha y procedente del sur del
cuevas, eran peludos y disponían de un lenguaje. Reino Unido. Ese fósil parecía haber correspondido
al primer europeo. Pero la alegría de los investigado-

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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

de Homo antecessor. Posteriormente, otros restos


res británicos y de los defensores de la Europa joven hallados en Italia (en un lugar llamado Ceprano) se
duró poco. Ese mismo año se iniciaba un terremoto han incluido en esta misma especie. En el año 2008
científico en la burgalesa sierra de Atapuerca, por se dieron a conocer los hallazgos fósiles atribuidos
entonces ya conocida por los espectaculares descu- también al H. antecessor procedentes de la Sima del
brimientos que se estaban realizando en la Sima de Elefante, muy cerca de la Gran Dolina, y que con
los Huesos. La investigación científica en Atapuerca una edad de 1,2 m. a. son los más antiguos restos
era, para entonces, ya muy veterana. En 1976 Tri- humanos encontrados en Europa hasta la fecha.
nidad de Torres, interesado por el estudio de osos
fósiles, había descubierto unos restos humanos en la Por lo que hoy sabemos, el Homo antecessor
Sima de los Huesos. Acudió con sus hallazgos al llegó a nuestro continente hace 1,2 m. a. y fue capaz
antropólogo Emiliano Aguirre quien, desde 1980, de sobrevivir en este territorio a lo largo de varios
dirigió todas las excavaciones. A partir de 1990, cientos de miles de años. Durante algunos años exis-
Aguirre cede el testigo a los actuales co-directores: tió un gran debate internacional sobre el origen y el
José María Bermúdez de Castro, Juan Luis Arsuaga significado de esta especie. Sus descubridores pro-
y Eudald Carbonell. pusieron que se trataba de un tipo humano proce-
dente de África, el último ancestro común de las dos
A finales del siglo XIX, con motivo de la cons- ramas que condujeron a los neandertales en Europa
trucción de un ferrocarril minero, se abrió una gran y a los Homo sapiens en África. Hoy se tiende a
cicatriz en las entrañas de la sierra de Atapuerca, un aceptar que los primeros europeos no son semejante
promontorio calizo situado en las inmediaciones de ancestro común y que, en realidad, llegaron de Asia,
Burgos y repleto de cuevas, algunas fósiles y otras
aún activas (como la Cueva Mayor, la cavidad a la descendientes del H. erectus: poseían una capacidad
que pertenece la Sima de los Huesos). Esta cicatriz, encefálica y una estatura similares a sus parientes
conocida como la Trinchera del Ferrocarril, permitió asiáticos (1000 ce y 1,7 m.). Se trataría de una
que salieran a la luz secciones de antiguas cuevas oleada migratoria que, junto a otros animales y hace
cegadas completamente por sedimentos. En 1994 y algo más de un millón de años, emprendió la marcha
en una de esas cuevas cegadas de la Trinchera, cono- a través de los corredores naturales hacia el extremo
cida como la Gran Dolina, los trabajos arqueológi- occidental de la gran masa de tierra que llamamos
cos alcanzaron un nivel que dio completamente la Eurasia. Una vez allí, el antecessor sobrevivió en los
vuelta a lo que entonces se pensaba sobre los prime- refugios meridionales de Europa (las penínsulas
ros europeos. En el llamado Estrato Aurora del nivel Ibérica e Itálica, por ejemplo), donde los periodos
6 (fechado en unos 800 mil años), los arqueólogos glaciares no eran tan rigurosos como en el norte del
hallaron, junto a abundantes artefactos de piedra y continente y donde la diversidad biológica era más
huesos de animales con marcas de corte producidas propicia para la supervivencia. Sin embargo, acaba-
con instrumentos cortantes, un total de ochenta fósi- ron extinguiéndose y no participaron en los aconte-
les humanos pertenecientes a seis individuos que cimientos evolutivos posteriores.
formaban parte de una especie humana desconocida Los antecessor, al igual que las poblaciones
hasta el momento y que fue bautizada con el nombre humanas del Lejano Oriente con las que se les rela-

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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

EL HOMO HEIDELBERGENSIS
cionan, no producían bifaces y, tanto en Gran Dolina Y LA CONQUISTA DEL FRÍO
como en la Sima del Elefante, los objetos de piedra
encontrados son simples cantos tallados y lascas Mientras todo esto estaba pasando, ¿qué ocurrió
cortantes. El H. antecessor guardaba, sin embargo, con los humanos que se quedaron en África? ¿Cuál
un secreto. Los huesos humanos, al igual que los fue su destino? En tiempos de los ergaster conoce-
otros animales presentes en el yacimiento, mostra- mos una gran expansión hacia el este que se inició en
ban evidentes marcas de corte que han permitido la temprana fecha de hace 1,7 m. a., cuando los
demostrar que llevaron a cabo prácticas caníbales en ergaster eran aún unos recién llegados sobre la faz de
el interior de su refugio cavernario. El canibalismo, la Tierra. Ese viaje desembocó en los H. erectus que,
que volveremos a ver en otros momentos y especies aislados en Asia, no participaron en los avatares
humanas posteriores, debió tener un fin puramente evolutivos que se sucedieron en otras partes del Viejo
gastronómico y representa la evidencia más antigua Mundo. Tampoco lo hicieron sus probables descen-
de este comportamiento en nuestro género ¿Las dientes, los H. antecessor, primeros ocupantes de
bandas humanas comían a los miembros de su Europa que, con el tiempo, languidecieron.
propio grupo (niños y jóvenes, en este caso) o de
grupos rivales?¿Hacían esto habitualmente o se Los H. ergaster siguieron su particular aventura
vieron empujados a ello en momentos de carestía? en las sabanas africanas del sur y del este, se exten-
La importancia de la sierra de Atapuerca, un entorno dieron hasta el Próximo Oriente y hasta las tierras
ecológico e histórico excepcional, milagrosamente del norte de África. Con el paso del tiempo, sus
conservado hasta nuestros días, radica en lo gran- restos fósiles son cada vez más escasos y su rastro se
dioso de los tesoros que esconde: una riqueza apabu- va desvaneciendo poco a poco hasta desaparecer
llante y difícil de digerir en tan poco espacio. Los hace algo menos de 1 m. a. Luego, casi el silencio,
restos fósiles son excepcionalmente abundantes, un periodo oscuro con muy pocas y muy dispersas
mucho más de lo que habitualmente suele ocurrir. evidencias fósiles, en el que apenas intuimos que la
Los secretos arqueológicos de la Gran Dolina y de la evolución humana está gestando un nuevo proceso
Trinchera del Ferrocarril no han sido más que intui- de cambio. Hace 600 mil años los restos fósiles
dos hasta el momento. Allí aguardan escondidos los reaparecen y lo hacen con novedades significativas,
datos que nos ayudarán a reconstruir la biografía de encarnando una nueva especie.
estos primeros europeos. Pero por si esto fuera poco, El famoso cráneo etíope de Bodo (que, al igual
Atapuerca es mucho más aún: ¡todavía no hemos ha- que los antecessor burgaleses pudo haber sido objeto
blado de la Sima de los Huesos! de canibalismo), con una edad de algo más de 600
mil años, es el primer ejemplar firmemente adscrito a
una nueva especie, descendiente de los ergaster, el
Homo heidelbergensis (el nombre hace referencia a
la ciudad alemana de Heidelberg, cerca de la cual se
encontraron los primeros fósiles adscritos a esta
especie en el año 1907). Entre los demás fósiles afri-

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

canos de este periodo cabe citar el cráneo de Broken Mayor, una cavidad que cuenta con más de medio
Hill (Zambia) que, descubierto en 1921 y apenas kilómetro de recorrido. En lo más oscuro de sus
tenido en cuenta en la época, tiene el honor de haber profundidades encontramos un pequeño pozo
sido el primer fósil humano descubierto en suelo afri- llamado la Sima de los Huesos, una de las joyas más
cano, anterior al legendario hallazgo del niño de espectaculares de la paleoantropología europea: en
Taung. Uno de los rasgos más importantes del H. los sedimentos de este pequeño recinto, fechados en
heidelbergensis es su desarrollo cerebral: disponía de 400 mil años y junto a huesos de otros animales, se
una masa encefálica media de unos 1.250 c e , consi- han recuperado más de 5.000 fósiles perfectamente
derablemente más que su ancestro ergaster y conservados y de todas las partes del cuerpo (incluso
bastante parecida a la de los humanos modernos ¡Por los pequeños huesecillos del oído) pertenecientes a
fin, se había dado el esperado salto de la encefaliza- una treintena de individuos heidelbergensis de
ción! El heidelbergensis era muy corpulento y, los ambos sexos y de todas las edades. Jamás, en ningún
ejemplares masculinos pudieron llegar a disponer de otro lugar del mundo, se ha recuperado una colec-
una altura de hasta 1,8 m. y 100 kg. de peso. ción tan rica y tan diversa de una población humana
Con esas características, y pertrechado con la fósil. Jamás antes los investigadores han podido
misma tecnología achelense heredada de sus ances- hacerse con la instantánea de una sociedad ancestral
tros, hace 500 mil años el H. heidelbergensis se lanzó tan amplia ni sumergirse en sus entresijos.
a la conquista del mundo, ocupando la mayor parte de Cuando los heidelbergensis llegaron a Europa
Europa (también las zonas más norteñas) y llegando se encontraron con una naturaleza dura y exigente a
incluso hasta la India. En nuestro continente son muy la que pronto se adaptaron. En medio de la Edad del
abundantes los restos fósiles atribuidos a esta especie Hielo, las condiciones eran muy distintas a las africa-
(desde Gran Bretaña hasta Grecia, pasando por nas: el clima mucho más frío, los inviernos largos,
Francia o Alemania). Los yacimientos arqueológicos las horas de luz escasas y los recursos vegetales muy
achelenses, las huellas de su vida cotidiana (sus acti- inestables debido a la acusada estacionalidad que
vidades de caza, de producción de bifaces y otros caracteriza a estas latitudes ¿Quién podía confiar en
utensilios de piedra y de madera, su ir y venir por las alimentarse de frutas, bulbos o gramíneas en los
arterias fluviales en busca de alimento) son inconta- inhóspitos fríos invernales? Para asegurar su supervi-
bles a lo largo y ancho de toda Europa. Las zonas
altas de los valles fluviales españoles, por ejemplo, vencia debieron apoyarse en el recurso más seguro,
están llenas de pistas de su paso. Si las huellas del la carne, y convertirse, por tanto, en grandes cazado-
humano de Heidelberg (tanto fósiles como culturales) res. Sus actividades cinegéticas fueron muy comple-
son muy abundantes, existe un lugar donde la riqueza jas, como lo atestigua el impresionante hallazgo en
de restos es más que abrumadora: la Sima de los un yacimiento alemán de tres lanzas de madera de
Huesos, en la sierra de Atapuerca. más de dos metros de longitud, perfectamente traba-
jadas para convertirlas en sofisticadas armas arrojadi-
No muy lejos de la Trinchera del Ferrocarril zas que, a modo de las jabalinas actuales, sirvieron
(donde, como vimos, se habían hallado los restos de en elaboradas tácticas de caza. Los heidelbergensis
los primeros europeos) se sitúa la llamada Cueva vivían en pequeñas bandas muy móviles, que deam-

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

bulaban de un sitio a otro, por extensos territorios, en L A S ÚLTIMAS RAMAS


pos de la supervivencia. En los momentos álgidos de
los rigores glaciares, cuando las masas de hielo polar No sabemos qué impulso llevó a los heidelber-
devoraban Alemania o Gran Bretaña y un extenso gensis a iniciar la aventura que, hace medio millón
manto de suelo helado e inerte cubría la mayor parte de años, les condujo de África a Europa. No sabe-
del espacio no ocupado por los glaciares, estos mos si ese viaje estaba ya animado por el deseo
humanos descendían hacia los refugios meridionales, pionero de llegar más allá, de conquistar otras tie-
más resguardados y con más oportunidades. rras, de conocer otros mundos. Quizás fue un acon-
La organización necesaria para vivir en la Europa tecimiento meramente accidental. Quizás, como en
fría solo pudo producirse en un contexto de cohesión otras ocasiones anteriores, esta vez los humanos se
social intensa, cuyos lazos debieron forjarse en torno a vieron embarcados en una corriente colectiva de
la cotidianeidad de la vida doméstica: es a partir de especies animales que migraban. Puede que estuvie-
ahora cuando contamos con evidencias firmes del sen fustigados por la escasez o por el exceso de
control del fuego, de la elaboración de hogares y de la población en el Gran Rift. Lo cierto es que ese acon-
construcción de estructuras de habitat. Con una capa- tecimiento estaba llamado a ser de gran importancia
cidad encefálica similar a la de los humanos actuales, para la posterior historia de la humanidad. Sin
la complejidad de su estructura neuronal debió estar a pretenderlo, los curtidos colonos que dejaron atrás el
la altura de la gran expansión cerebral que se inicia suelo africano y se adentraron en los inmensos
con él. Sabemos que el aparato fonador de los heidel- bosques, las imponentes montañas y los profundos
bergensis no distaba mucho del nuestro y asumimos, valles europeos estaban dando inicio a la última fase
por tanto, que la riqueza de su lenguaje debía incluir conocida de la evolución humana, la última gran
una mayor diversidad de sonidos que en especies ante- ramificación de este maravilloso y complejo
riores. El salto neuronal que se intuye en los heidel- proceso. Los grupos heidelbergensis que conquista-
bergensis también debió implicar un comportamiento ron la fría Europa, influidos por el clima, las condi-
simbólico: ahora se distinguen las primeras manifesta- ciones de vida y el aislamiento, desembocaron en los
ciones artísticas (trazos geométricos, bifaces refinados, neandertales, el humano extinto más cercano a
controvertidos esbozos antropomorfos) que podrían nosotros: nuestro alter ego, el otro lado del cristal al
estar mostrando ya un interés estético y la existencia que tanto hemos mirado, con el quedante nos hemos
de unos códigos abstractos en el seno de su entramado comparado. Los que quedaron en África se convir-
cultural ¿Tenían los heidelbergensis un sentido de la tieron en los que aún quedamos, los Homo sapiens.
trascendencia? El equipo de Atapuerca cree que sí. A
pesar de lo controvertido de su propuesta, piensan que
la acumulación de tantos individuos humanos en la
Sima de los Huesos no es más que el primer signo de
enterramiento colectivo de la humanidad y que el
hermoso bifaz de vivos colores allí descubierto consti-
tuye la primera ofrenda a los muertos.

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9
Los señores del hielo

El mundo de los neandertales

UN NEANDERTAL EN EL METRO

En 1939 el antropólogo estadounidense Car letón


Coon presentaba en su libro The races ofEurope una
reconstrucción insólita de un neandertal descubierto
años antes en el yacimiento francés de La Chapelle-
aux-Saints. La imagen presentaba a un individuo bien
afeitado, peinado y vestido a la occidental (con ameri-
cana, corbata y sombrero) que, de este modo y según
Coon, habría pasado completamente desapercibido en
medio del trasiego urbanita de nuestro tiempo. Esta
representación fue muy original en aquella época,
puesto que se trataba de una de las primeras ocasiones
en las que se mostraba a un neandertal humanizado.
Así, habría podido moverse libremente por el frené-
tico metro de Nueva York, tal y como aseguraron a
mediados del siglo XX convencidos los antropólogos
William Straus y Alee Cave. Sin embargo, hasta
entonces la visión de esta estirpe no podía haber sido
más opuesta a la aquí mostrada.

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FERNANDO DTEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

Los neandertales fueron los primeros humanos de Paleontología, concordaba según Boule con el
fósiles descubiertos, antes incluso de la publicación primitivismo de la industria de piedra asociada a esta
de las teorías de Darwin. En los años que siguieron especie (las bastas manos de los neandertales parecían
al hallazgo del valle alemán de Neander, en 1859, se incapaces de ningún tipo de refinamiento). Todo ello
mezclaron los prejuicios etnocéntricos de la Europa demostraría que el H. neanderthalensis carecía de
decimonónica con la incertidumbre y el desconoci- cualquier "preocupación estética o moral" y que en él
miento. No en vano, la prehistoria aún estaba en dominaban las "funciones puramente vegetativas
pañales y los rasgos que presentaban aquellos fósiles sobre las cerebrales". En las representaciones que en la
resultaban extraños. Esta confusión hizo que los época se hacían de los neandertales, los rasgos de
neandertales fueran vistos como unos seres conve- animalidad aparecen subrayados (ferocidad en el
nientemente alejados de nosotros, bien por el tiempo rostro, denso pelaje recubriendo todo el cuerpo, bruta-
(el individuo de Neander se interpretó como un lidad), extinguiendo sin vacilación todo amago de
salvaje anterior a los pueblos germánicos), por la posible humanidad.
superioridad racial (como miembro de una "raza Tras la II Guerra Mundial, la percepción de esta
inferior") o bien por una tara o anormalidad abe- especie basculó como un péndulo desde el mito de la
rrante (como un idiota o un enfermo patológico). brutalidad animal hasta una consentida humanidad.
Uno de los ejemplos más célebres de la imagen El ciudadano neandertal embutido en su traje y
que la ciencia mostraba de estos humanos a comienzos corbata y entregado a los quehaceres de la vida
del siglo XX vino a raíz de la explosión de descubri- moderna que aparece en el libro de Coon es un
mientos que en esas fechas se precipitaba en Francia. preludio de ese radical cambio. A pesar de todos
Entre todos aquellos hallazgos, en 1908 se encontró un estos avatares, de haberlo disfrazado de feroz simio
esqueleto casi completo de un hombre enterrado en caníbal o de discreto estadounidense de clase media,
una cueva de la pequeña población de La Chapelle- el hombre enterrado en la gruta de La Chapelle-aux-
aux-Saints, en el centro del país. Este mismo individuo Saints seguía siendo el mismo: un anciano cuyos
era precisamente el que, 31 años después, Coon vesti- huesos estaban gravemente deformados por la artri-
ría de impecable ciudadano neoyorquino y el mismo tis y otras dolencias, que tras su muerte había sido
que, entre 1911 y 1913, fue objeto de un prolijo estu- enterrado y que pertenecía a una especie humana tan
dio abordado por el eminente paleontólogo francés distinta y, al mismo tiempo, tan increíblemente
Marcelin Boule, el primero de semejante complejidad cercana a la nuestra. Esta misma mezcla es la que
que se llevó a cabo sobre un neandertal. La completa nos ha resultado tan inquietante y tan fascinante a la
descripción de Boule estaba decididamente dirigida a vez y es la que ha hecho a los neandertales, su
mostrar a una criatura indudablemente simiesca: mundo y el misterio de su ocaso, merecedores de un
encorvado, hosco, fornido, la cabeza inclinada, la cara particular interés, casi hipnótico, casi obsesivo. Es
prominente (evidentes signos de su retraso mental), las por ello por lo que su figura es clave para compren-
piernas arqueadas, los pies desproporcionados... en der la historia de la paleoantropología. En ellos, los
fin, ¡un bruto prehistórico recién salido de la animali- primeros humanos fósiles conocidos para la ciencia,
dad! Esta descripción física, publicada en los Anales hemos reflejado los distintos intereses ideológicos,

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

los neandertales clásicos, que ya muestran todas las


características propias atribuidas a la especie H.
neanderthalensis. Esta evolución fue gradual (algu-
nos rasgos neandertales aparecen ya en los heidelber-
gensis de Atapuerca, por ejemplo) y estuvo azuzada
por el clima, las barreras ecológicas y el aislamiento
de poblaciones. Así pues, los ancestros heidelbergen-
sis acabaron desembocando en la nueva especie
neanderthalensis precisamente porque, empeñados
en perpetuarse en esos territorios, debieron adaptarse
a los no pocos desafíos impuestos por la Edad del
En 1909 y siguiendo las indicaciones del paleontólogo Hielo en las norteñas tierras de Europa.
Marcelin Boule, el ilustrador Frantisek Kupka representó así
al neandertal de La Chapelle-aux-Saints: un ser simiesco, La Edad del Hielo moderna es la culminación
peludo y temible que, a las puertas de su caverna, de un proceso lento y constante de enfriamiento de
está rodeado de los huesos y cráneos resultantes de su la Tierra. Ese proceso traía la repetida sucesión de
comportamiento caníbal. ciclos glaciares, de aproximadamente cien mil años
de duración cada uno. Cada ciclo estaba formado
religiosos y políticos que, en cada momento, han por un largo periodo de enfriamiento, en el que los
influido en los estudios de la prehistoria. Ellos han hielos polares iban ganando terreno hacia el sur, las
sido, y siguen siendo en nuestros días, el arquetipo temperaturas descendiendo y los paisajes haciéndose
del primitivismo prehistórico, caricaturizados hasta más inhóspitos hasta llegar a un punto álgido (el
la extenuación, quizás para situarnos en una cómoda llamado máximo glaciar, con condiciones extremas
posición de superioridad desde la que observar el en muchas zonas del continente), y por un corto
misterio de la evolución humana y el lugar en el periodo de deshielo (llamado interglaciar), con
mundo que tal proceso nos concede. Quizás, para condiciones ambientales similares a las que vivimos
sentirnos seguros contemplando la "enorme" brecha en la actualidad. Este proceso estaba salpimentado
que separa al 'otro' del 'nosotros'. con múltiples y breves pulsos de cambio de direc-
ción climática: en medio del progresivo enfria-
miento, por ejemplo, podían darse súbitos periodos
ATRAPADOS EN LA EUROPA GLACIAR más benévolos. La Edad del Hielo fue responsable
de una gran inestabilidad ecológica que se haría
Los neandertales son los descendientes directos particularmente evidente en Europa.
de los H. heidelbergensis que, hace unos 500 mil Cuando los heidelbergensis llegaron al con-
años, habían llegado a Europa procedentes de África. tinente europeo, los ciclos glaciares estaban en su
Aquellos colonos fueron poco a poco adaptando sus máximo apogeo y sus efectos en el medio ambiente
rasgos físicos hasta finalmente, hace unos 200 mil eran muy drásticos. Los periodos interglaciares
años, convertirse en lo que los investigadores llaman permitían una rápida expansión de los humanos y la

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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

colonización de buena parte del continente, en su


mayoría poblado por extensos bosques caducifolios
repletos de vida animal. Eso duraba relativamente
poco, unos 10 mil años. Después, comenzaba la lenta
pero inexorable marcha hacia el eterno invierno. En
los momentos de máximo frío glaciar, una imponente Los neandertales ocuparon Europa durante los momentos
e infranqueable muralla de hielo se comía el norte de álgidos de la Edad del Hielo. En este continente hallamos la
Europa, convirtiendo toda esta zona en desiertos pola- mayor parte de sus yacimientos y restos fósiles. Hace algo
res. Inmediatamente al sur de esa barrera inerte, se más de 100 mil años se expandieron hacia el Próximo
extendía un inmenso manto de estepas heladas y casi Oriente (donde se encontraron por primera vez con los
desnudas de toda vida (la llamada tundra glaciar, un sapiens), Asia central e incluso la lejana Siberia.
ecosistema inexistente en la actualidad), inhabitable
para los humanos y solo soportable para algunas plan- cuerpo al reloj glaciar y se convirtieron en los nean-
tas y animales muy adaptados. La tundra glaciar se dertales, unos humanos totalmente especializados
extendía desde el sur de Gran Bretaña e Irlanda para sobrevivir en la Europa de las glaciaciones.
(unidas, en esos momentos, al continente por una También podemos comprender la dureza que destila
vasta planicie), hasta la mayor parte de Francia y ese plan vital y el mérito de la supervivencia, en esas
Europa Central. En las grandes cordilleras (los Alpes, condiciones, de una estirpe que probablemente nunca
el Cáucaso y también los Pirineos), los glaciares sumó más de 15 mil almas.
descendían hacia los valles, levantando poderosas Los neandertales fueron una especie eminente-
barreras y desgajando las poblaciones humanas en mente europea. Uno de los yacimientos más especta-
grupos que se aislaban durante largo tiempo en las culares de todos los hallados en Europa, una especie
zonas refugio del continente, principalmente situadas de Atapuerca de los neandertales, se encuentra en la
en las penínsulas del sur y algunos reductos galos. En cueva asturiana de El Sidrón, fechado hace unos 43
la península Ibérica, por ejemplo, los extensos y ricos mil años. Allí, dentro de una pequeña sala, los traba-
bosques atlánticos y mediterráneos que existían en los jos científicos que se están acometiendo (dirigidos
periodos cálidos daban paso en los momentos fríos a por un amplio grupo de especialistas, entre los que
monótonas estepas herbáceas. Solo los refugios (las se cuentan los prehistoriadores Javier Fortea y
áreas costeras, las solanas de las cadenas montañosas Marco de la Rasilla o el paleontólogo Antonio
o algunos valles profundos) permitían conservar un Rosas), se han topado por el momento con los restos
microclima capaz de mantener masas arboladas en las de nueve neandertales que están revolucionando
que la vida era más diversa. Teniendo en cuenta este nuestro conocimiento sobre esta especie. Hace unos
panorama, podemos comprender fácilmente cómo
unas poblaciones que estaban condenadas regular- 100 mil años, estos humanos salieron de Europa y se
mente a emprender impresionantes ciclos migratorios expandieron hacia áreas más o menos cercanas. En
hacia los refugios meridionales y a desgajarse y el Próximo Oriente, se instalaron en la región levan-
aislarse en grupos pequeños acabaron adaptando su tina (en Israel y Siria, donde, a su llegada, se encon-
traron por primera vez con los sapiens) y arribaron a

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

Cráneo voluminoso fllHHI^^H • Cráneo voluminoso


los Montes Zagros, en el Kurdistán iraquí (donde se lugo, ancho, bajo ^ ^ ^ ^ B ^ i j R ^ I S corto, ancho, alto
halla la cueva de Shanidar). Más al Este, en Asia ^^^^K'^S
Central, encontramos su rastro en la cueva de
Teshik-Tash (Uzbekistán) e incluso, todavía más Tronco ancho ^ f f S g p 339 9 Tronco con
*m costillas más
hacia oriente, en la región siberiana del Altai. Por el
IÍÉÍ
I ^ ^ ^ ^ ^ H Iv^áLSliu I curbadas
contrario, nunca se adentraron en tierras africanas.
Pelvis grande B ^ £ ^ ^ ^ B ^ W [
Un buen ejemplo de ello lo constituye el hecho de con pubis grácil B U I ^ j E i J

HOP
H Pelvis con
que, a pesar de su cercanía con la península Ibérica, Antebrazo corto 5 ^ ^ F ^ | í P K 2 ^ |H pubis corto
3 Antebrazo largo
jamás cruzaron el estrecho de Gibraltar. Mano grande | i ^ H ^ ^ ^ ^ V ú
y fuerte I ^ ^ B ^ ^ ^ ^ V m E É ^ B U ^ B I 2 Mano grácil

EL HUMANO DEL FRÍO Rótula grande B ^ B Ü j ^ B F 1


y espesa ^ ^ S ^ B , M
nema corta ^ ^ ^ S ^ ^ H l l 1 Pierna larga
El cuerpo neandertal es una adaptación • | respecto al muslo

perfecta a las condiciones ambientales extremas de Pie grande ^ ^ ^ ^ 9 j h ^^ffgU


^^^^^^^^^Bt^Bbv ^ 9 Pie grácil
temperatura, humedad e insolación que azotaban a
Europa durante la Edad del Hielo. Los neandertales
eran más pequeños que los sapiens (con una altura
media de 1,65 m.), aunque mucho más fuertes y Un cuerpo para el frío
robustos (pesaban entre 80 y 90 kg.), con una La morfología de los neandertales era una adaptación
perfecta a las condiciones ambientales extremas
potente musculatura que nada tendría que envidiar a de temperatura, humedad e insolación que azotaban a
los forofos actuales del físico-culturismo: en ellos, Europa durante la Edad del Hielo. Menos esbeltos que
las inserciones de los músculos con unos huesos los sapiens, eran dueños de una gran fuerza y musculatura,
muy gruesos y robustos están muy marcadas, lo que que observamos en sus huesos.
pone en evidencia la masividad de su cuerpo. Su
tórax era muy voluminoso y en él se situaban unos Algunos de los rasgos más característicos de los
potentes pulmones. La parte terminal de sus extre- neandertales se encuentran en su cráneo y en su cara.
midades (antebrazos y piernas) eran proporcional- Su bóveda craneal era muy voluminosa y alargada,
mente bastante cortas, lo que daba un aire a su albergando un cerebro con una capacidad media en
silueta un tanto achaparrada, menos esbelta que en el torno a los 1.600 c e , un 15% mayor que el de los
caso de los sapiens de la época, venidos de climas humanos modernos (cuyo promedio se estima en
cálidos. Esta morfología corporal les permitía con- unos 1.350 ce). De hecho, el cerebro neandertal más
servar mejor el calor y supone el mismo tipo de grande jamás registrado procede de la cueva israelí de
adaptación física a los climas fríos que observamos Amud y alcanza los 1.750 ce. Sin embargo, debido a
en algunos humanos modernos que habitan las zonas que su cuerpo era más musculoso y fuerte que el
árticas (como los esquimales y los lapones, que nuestro, el índice de encefalización de los neanderta-
apenas superan 1,5 m. de altura).

172 173
FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

les es ligeramente inferior al de los sapiens. La cara, los sapiens muestran en sus respectivos genomas, por
particularmente alrededor de la nariz y las órbitas, tanto, diferencias sustanciales que, según indica el
sobresalía y estaba bastante proyectada hacia delante, reloj molecular, pueden remontarse hasta hace unos
con una frente más corta e inclinada que la nuestra 600 mil años, momento en el que las ramas que
(que es alta y vertical). Por debajo de ésta se sitúan conducirían a ambos linajes comenzaron a divergir.
dos grandes protuberancias óseas que rodean las órbi- Con posterioridad, se ha podido extraer material gené-
tas oculares. La nariz de los neandertales era muy tico de otros ocho yacimientos diferentes repartidos
grande, saliente y ancha, a juzgar por la gran apertura por toda Europa (entre los que se encuentra el español
nasal que observamos en su cara. Finalmente, su de El Sidrón y otros de Francia, Bélgica, Italia,
barbilla apenas estaba esbozada. La prominencia de la Croacia y Ucrania). Todos estos estudios confirman la
cara media se expresaba también en el avance de sus existencia de, al menos, tres mutaciones genéticas
arcadas dentales, tan proyectadas hacia adelante que originales que no se observan en los sapiens y que
entre los últimos molares y el fondo de la mandíbula constituirían características propias neandertales.
había un amplio hueco. Sus incisivos eran llamativa- Además, subrayan la existencia de variaciones regio-
mente grandes, mucho más que los de los sapiens: es nales significativas entre la población neandertal euro-
posible que su desarrollo se debiera a que los utiliza- pea, algo perfectamente esperable para una historia
ban como una tercera mano, por ejemplo, para agarrar demográfica tan compleja y tortuosa como la de estos
las pieles mientras las trabajaban. humanos, repetidamente aislados unos de otros en
Ciertos caracteres neandertales están muy arrai- refugios diferentes durante los máximos fríos.
gados genéticamente y aparecen muy pronto en el Desde aquellas reconstrucciones de principios
desarrollo del individuo. La estructura del oído interno del siglo XX en las que se presentaba a unos seres
neandertal, por ejemplo, es distinta a la nuestra y es la peludos, fieros y simiescos, los neandertales han ido
prueba de un sendero evolutivo que se separó de la cambiando de cara a medida que los prejuicios sobre
rama de los sapiens hace relativamente bastante su estatus humano han ido desvaneciéndose. Sin
tiempo. A pesar de que aún conocemos una minúscula embargo, muchos de los lugares comunes sobre su
parte del genoma neandertal (el 0,03%, en concreto), apariencia se han repetido hasta nuestros días. La
en los últimos años estos estudios están experimen- película El clan del oso cavernario (basada en la
tando una evolución vertiginosa. En 1997, el genetista novela del mismo nombre de la escritora estadouni-
sueco Svante Páábo obtuvo la primera secuencia del dense Jane Auel), en la que se narran las vicisitudes
genoma neandertal, a partir de muestras de ADN mito- vividas por una niña huérfana sapiens recogida por
condrial (el material genético presente en las mitocon- un grupo de neandertales, ejemplifica muy bien los
drias, que se hereda exclusivamente a través de la prejuicios raciales y etnocéntricos que han afectado
madre) obtenidas del individuo fósil de Neandertal I nuestra visión de las cosas. La joven y esbelta heroí-
(el primero identificado, en 1856). Estas investigacio- na sapiens tiene la tez muy clara, es rubia y luce
nes demostraron que la variación genética neandertal unos llamativos ojos azules, mientras que los miem-
se alejaba claramente del rango esperando para una bros del clan de acogida son bastante peludos, con
población de humanos modernos. Los neandertales y ojos y pelo oscuros, rechonchos y algo patizambos.

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

en los momentos de máximo glaciar, el recurso más


abundante y seguro era la carne. Estos humanos eran
grandes consumidores de carne y de grasa animal, y
probablemente se hallaban situados en la cúspide de
los carnívoros europeos de su tiempo. Los neanderta-
les, por tanto, eran grandes cazadores, dedicados a
abatir las especies animales más abundantes de las
regiones que habitaban: sobre todo herbívoros grega-
rios (cuyos movimientos estacionales se guían por
pautas ancestrales) como el caballo, el bisonte o el
reno. En zonas escarpadas también cazaban cabras
¿Pelirrojos y pecosos? montesas. No hay ningún dato que sugiera que practi-
Al habitar en regiones frías y poco soleadas, los caban una caza menos organizada socialmente que la
neandertales poseían la tez, el pelo y los ojos claros. de los sapiens. En algunos yacimientos se ha obser-
Nada parecido a los primeros sapiens quienes, llegados de vado cómo establecían campamentos breves durante
las regiones ecuatoriales, eran mucho más oscuros de piel. el otoño, destinados a la caza colectiva y especiali-
zada con el objeto de hacerse con excedentes alimen-
Pero nada más contrario a la realidad sobre su tarios en previsión de los rigores invernales.
apariencia, por cierto. Los neandertales, herederos de Como buenos depredadores, se adaptaban
grupos humanos instalados durante milenios en las perfectamente a los recursos disponibles en cada
frías y escasamente soleadas tierras de la Europa de lugar y en cada momento. Mientras que en las regio-
las glaciaciones, poseían una piel poco pigmentada, nes norteñas solo era posible abastecerse de carne,
mientras que los primeros sapiens que llegaron a en los refugios más meridionales llevaron una dieta
Europa procedentes de África debían ser mucho más mucho más variada, que incluía pescado, marisco,
oscuros que aquéllos. Muy recientemente, el equipo frutas o vegetales de todo tipo. A buen seguro, cono-
de El Sidrón, en un trabajo liderado por el biólogo cían bien las técnicas de conservación de alimentos
molecular Caries Laluela Fox, ha confirmado esta (el ahumado, por ejemplo). Los grupos neandertales
realidad al demostrar que el gen de la pigmentación debieron vivir periodos de escasez muy duros y difí-
MC1R está presente en algunos individuos: éstos eran ciles que les condujeron por arduos caminos. Las
de tez muy clara, pelirrojos y, posiblemente, pecosos. huellas del hambre y la inanición están presentes a
menudo en sus patologías óseas. Como ocurre con
otras especies humanas, no escasean las evidencias
L A TÉCNICA DE LA SUPERVIVENCIA de comportamiento caníbal entre ellos. En El Sidrón,
al igual que en otros sitios franceses, algunos huesos
Para hacer funcionar un cuerpo tan poderoso, los y fragmentos del cráneo presentan impactos produ-
neandertales necesitaban una ingente cantidad de calo- cidos con piedras para extraer la médula ósea o el
rías al día. En las regiones septentrionales, sobre todo cerebro. ¿Este comportamiento estuvo producido

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FERNANDO DÍEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

por el hambre y la escasez o, por el contrario, debe dentro del llamado Paleolítico medio. Es curioso que
ligarse con prácticas rituales o funerarias? el tránsito desde el achelense (la producción de gran-
Los neandertales llevaban una vida nómada, en des bifaces que se perpetuó durante casi 1,5 m.a.)
grupos familiares más o menos extensos, siguiendo los hacia el Paleolítico medio se produce más o menos de
pulsos de la naturaleza. Sin embargo, su vida social se forma simultánea en dos escenarios y con dos protago-
veía empobrecida de vez en cuando, en los momentos nistas diferentes: los neandertales en Europa y los
en los que las poblaciones se aislaban y las posibilida- sapiens en África. Ese proceso convergente de innova-
des de relación con otros grupos se veían reducidas ción muestra hasta qué punto ambas especies compar-
significativamente. Para sus asentamientos, que en tieron semejanzas en un momento dado de su
general eran poco duraderos y de tipo estacional, selec- respectiva historia. El Paleolítico medio se caracteriza
cionaban los mejores emplazamientos y los más próxi- por la desaparición de aquellas grandes hachas de
mos a los recursos alimenticios: en cuevas y abrigos mano (los neandertales, en ocasiones, siguieron produ-
colgados en farallones rocosos, desde los que se domi- ciendo algunos bifaces de muy pequeñas dimensiones)
naban las vías de paso y circulación de animales; o en y su sustitución por una variada gama de pequeños
los fondos de valle, más resguardados de las inclemen- instrumentos tallados sobre lascas: las llamadas raede-
cias del tiempo. Utilizaban huesos, maderas, pieles y ras (que, como su nombre indica, se utilizaban para
piedras para construir estructuras de habitación en sus raer piel o cortar carne), los denticulados y las mues-
asentamientos al aire libre, como cabanas y paravien- cas (eficaces en el trabajo de la madera) o las puntas
tos, o para acondicionar las cuevas que ocupaban. Su (que, engarzadas en los extremos de astiles de madera
espacio doméstico aparece compartimentado para servirían como eficaces lanzas). Uno de los avances
servir a distintas funciones: las áreas de taller, de técnicos más característicos de este momento está
cocina, los basureros y los hogares, los focos preferen- constituido por la llamada "técnica levallois" de talla
tes de vida social y comunitaria. Uno de los yacimien- (el nombre hace referencia al suburbio parisino en el
tos peninsulares más importantes para rastrear la que este método se documentó por primera vez). Esta
estructuración del espacio doméstico en el mundo técnica implica una compleja secuencia de operacio-
neandertal se encuentra en el barcelonés abrigo Ro- nes sobre un núcleo con el objetivo de obtener lascas o
maní, cuyas tareas de investigación están dirigidas por puntas cuya forma está predeterminada antes de
Manuel Vaquero y Eudald Carbonell. Sabemos que los desgajarlas. Dado que estas lascas son muy finas y que
neandertales completaban su desarrollo antes que su forma está prevista de antemano, la talla levallois es
nosotros y es probable que la dureza de la vida, funda- un modo muy eficaz de aprovechar al máximo la
mentalmente en los periodos glaciares, obligaba a toda materia prima disponible (el pedernal o los cantos
la comunidad, incluidas mujeres y niños, a participar rodados de cuarcita, por ejemplo). La técnica levallois
en las arriesgadas partidas de caza: son abundantes los requiere que el artesano posea en su cabeza un
individuos que muestran fracturas de huesos y otras esquema conceptual bien estructurado de las operacio-
heridas traumáticas producidas en estos lances. nes técnicas y motoras que se han de realizar. La inno-
vación del Paleolítico medio no es sino un ejemplo de
Los neandertales eran maestros talladores de la hasta qué punto los humanos de este momento habían
piedra. Los arqueólogos sitúan sus saberes técnicos

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

sapiens. Las tumbas neandertales más antiguas


provienen del Próximo Oriente: hace unos 120 mil
años en la cueva de Tabun (en el Monte Carmelo,
Israel). Cuando los neandertales emprendieron su
expansión hacia la región levantina, se encontraron
con los sapiens, que ya estaban instalados allí: fue el
primer encuentro entre ambas especies que, en esta
región, se prolongó cerca de 50 mil años. Algunos
Los neandertales eran expertos talladores de la piedra. autores han señalado que el comportamiento funera-
Elaboraban toda una gama de instrumental para sus
quehaceres cotidianos, como las puntas para sus lanzas. rio de los neandertales no es más que una emulación
Desarrollaron la técnica levallois, un complejo sistema de de lo que éstos observaban en los sapiens. Como
explotación de cantos destinado a producir cuidadas lascas veremos, no es éste el único caso en el que todo
cuya forma ya estaba prevista antes de su obtención. atisbo de humanidad neandertal se explica como un
simple mimetismo, una copia, una repetición mecá-
desarrollado ya sus capacidades cognitivas y cerebra- nica de lo observado en los sapiens. Sin embargo,
les, en las que la planificación y la previsión forman sabemos de la existencia de enterramientos neanderta-
parte de las distintas esferas de la vida: tecnología, les en Europa hace 60 mil años, mucho antes de la
economía, utilización del territorio, organización llegada del H. sapiens a este continente.
social o comportamiento lingüístico y simbólico. ¿Quiénes enterraron antes a sus muertos, los
neandertales o los sapiens? No lo sabemos con
certeza y quizás no tenga tanta importancia. Pero de
¿TRASCENDENTES, SOLIDARIOS Y SIMBÓLICOS? nuevo es curioso constatar, al igual que hacíamos con
ÉL ALMA NEANDERTAL la tecnología, cómo ambas especies compartieron
ciertos comportamientos culturales durante un buen
Cuando en agosto de 1908 los sacerdotes Bardon trecho de su particular andadura. Pero, ¿cuál era el
y Bouyssonie descubrieron el esqueleto casi completo sentido de semejantes prácticas? ¿Son estas eviden-
de aquel individuo neandertal de la Chapelle-aux- cias trazas del alma neandertal, de una preocupación
Saints, repararon en el hecho de que el anciano estaba espiritual? El comportamiento funerario es algo neta-
enterrado intencionalmente y supusieron que, por mente humano: en él se inscribe un sentido de consi-
tanto, los neandertales eran dueños de expresiones y deración por la persona individual y por su memoria.
sentimientos religiosos. Mucho se ha discutido sobre Ese respeto se muestra tanto al querer preservar el
la existencia o no de un comportamiento funerario cuerpo inerte de la acción de los animales, al predis-
entre esta especie. Hoy en día, cuando contamos con poner al difunto para la trascendencia (el viaje al más
un buen puñado de enterramientos neandertales (entre allá que algunos nativos americanos, por ejemplo,
los que se cuentan hombres y mujeres, niños y describen con la hermosa metáfora de "irse a coger
viejos), la mayor parte de especialistas reconocen que fresas") o al convocar a la comunidad unida en me-
estos humanos compartían esta particularidad con los moria del compañero que falta. Suponemos la exis-

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

pierna sana que, finalmente, se deformó. Pues bien,


este viejo sobrevivió largos años a los males que le
Honor a los aquejaban ¿Cómo es posible que hubiera soportado
muertos. la dura batalla de la vida nómada sin el apoyo y el
Los neandertales cuidado de su gente? ¿Cómo es posible que los
practicaron un neandertales no sintieran respeto por sus congéneres
claro si el individuo que acabamos de describir, a pesar de
comportamiento sus múltiples incapacidades físicas, fue objeto de
funerario dentro consideración tras su muerte, al ser enterrado?
de una sociedad La existencia de preocupación estética y compor-
que ejercía la tamiento simbólico en los neandertales ha suscitado
ayuda mutua. vivas polémicas. Algunos investigadores sostienen que
la producción artística, reflejo de las cualidades lingüís-
tencia de ritos ligados al enterramiento, aunque poco ticas, es la principal diferencia entre los neandertales y
sabemos de ellos: las evidencias que un día se inter- los sapiens. Ciertamente, muchas de las evidencias
pretaron como ofrendas florales en el enterramiento propuestas como manifestaciones artísticas en el
de un individuo neandertal de unos treinta años en ámbito neandertal son discutibles: los trazos esquemá-
Shanidar, por ejemplo, hoy son cuestionadas. ticos interpretados como posibles grabados en huesos y
Muchos investigadores defienden que los nean- piedras, o incluso el debatido fragmento de fémur de
dertales vivían en sociedades muy cohesionadas, oso interpretado como un posible instrumento musical,
basadas en el respeto por el individuo, en vínculos procedente del yacimiento esloveno de Divje Babé ¿Se
emocionales, la solidaridad y el apoyo a los miem- deleitaban con música los neandertales? Pudiera ser,
bros más débiles. Son abundantes los ejemplos de pero el hueso esloveno no parece ser la prueba más
individuos en cuyo cuerpo podemos leer la despia- contundente de su melomanía. Sin embargo, sabemos
dada dureza de aquella vida: con heridas muy graves que estaban familiarizados con el uso de colorantes (es
o con enfermedades y limitaciones físicas que, sin el difícil resistirse a ver en el ocre, más allá de su función
cuidado del grupo, no hubieran sido capaces de utilitaria, un valor simbólico y decorativo) y se intere-
resistir ni un asalto los desafíos del mundo en el que saban por recoger objetos o materiales curiosos
vivían. Son abundantes los casos de artríticos, sor- (piedras de vivos colores, fósiles, fragmentos de pirita).
dos, cojos, desdentados o con tremendas infecciones En un momento bastante tardío, hace unos 35 mil años,
bucales que, a pesar de todo, fueron capaces de so- cuando los sapiens ya habían comenzado su expansión
brevivir largo tiempo a sus desgracias físicas. El por Europa, conocemos la existencia de colgantes
ejemplo más sorprendente es el de un anciano de perforados o grabados en huesos de animales o en frag-
más de 40 años descubierto en la cueva kurda de mentos de marfil en el yacimiento francés de Arcy-sur-
Shanidar: sordo, tuerto debido a un golpe en el ojo, Cure. Estos objetos son pruebas de la ornamentación
con un brazo traumáticamente amputado, con una personal, pero se ha sugerido que los neandertales
pierna rota y arrastrándose dolorosamente sobre la reproducían el comportamiento observado en los

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens
Hace unos 35 mil
años, los neandertales miento de un hioides neandertal en la cueva israelí de
comenzaron a Kebara demostró que éste era virtualmente idéntico
elaborar ornamentos al de los sapiens. Los huesos del oído interno de los
a partir de dientes de heildebergensis de la sierra de Atapuerca, ancestros
animales o directos de los neandertales, muestran que la audi-
fragmentos de marfil, ción de esta especie era equiparable a la nuestra.
como éste procedente Audición y vocalización son elementos necesarios
del yacimiento para la producción de un sistema fonémico complejo.
francés de Arcy-sur- Por su parte, los estudios genéticos procedentes
Cure. ¿Un signo de nuevamente de El Sidrón muestran que los neander-
preocupación estética tales compartían con los sapiens el gen FOXP2, rela-
o la simple copia cionado con la capacidad del habla y el lenguaje. No
irreflexiva de lo visto sabemos a ciencia cierta hasta qué punto la vocaliza-
en sus vecinos ción de los neandertales era similar a la nuestra, pero
sapiens! parece ser que las posibles diferencias existentes
deberían verse más como soluciones peculiares de
sendos universos lingüísticos complejos.
sapiens, sin comprender su verdadero significado
simbólico. Como dice el paleoantropólogo francés
Pascal Picq, desde el descubrimiento de los neanderta- E L FIN DE LOS NEANDERTALES
les todo lo que hace referencia a la veracidad de su
cualidad humana ha sido constantemente cuestionado, Hay una pregunta que, como un fantasma, vuel-
como si los neandertales solo pudieran conseguir el ve una y otra vez a los humanos modernos desde
preciado galardón de su humanidad reflejándose en que éstos tienen constancia de la existencia de los
nosotros o emulando inconscientemente nuestro com- neandertales: ¿qué pasó con ellos? ¿Cómo y,por qué
portamiento. desaparecieron sin apenas dejar rastro? Éstos, a
Y, en este punto, llegamos al debate de los deba- través de sus ancestros heidelbergensis, habían sido
tes: ¿hablaban los neandertales?, ¿disponían de un los amos de Europa durante casi medio millón de
lenguaje articulado complejo? Hasta no hace mucho años. Pero llegó un día en que su mundo se vio
tiempo se pensaba que la posición de su laringe, más llamado a cambiar súbitamente, sin remedio posible.
elevada que la nuestra, impedía a esta especie la Hace unos 50 mil años la especie Homo sapiens,
producción de un lenguaje vocal como el nuestro. La que hasta entonces (y salvo por su presencia en el
estructura de su aparato fonador se suponía, por Próximo Oriente) se había mantenido misteriosamente
tanto, distinta y se sugería que su hueso hioides (que dentro de los límites africanos, comenzó su conquista
conecta la laringe con los músculos de la lengua y del mundo. Los neandertales, en su expansión hacia el
permite la articulación de los sonidos vocálicos) Próximo Oriente, ya habían tenido la oportunidad de
debería ser diferente al de los sapiens. El descubri- familiarizarse allí con estos otros humanos. ¿Tendrían

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

noticia entonces los grupos europeos de la existencia algún modo, la sangre neandertal corre por nuestra
de estos extraños parientes? ¿Intuirían que pronto venas? Si existieron este tipo de relaciones, debieron
dejarían de estar solos en sus dominios? Hace unos 40 ser esporádicas e inapreciables, dado que los estudios
mil años, los neandertales aún se extendían desde del ADN no delatan la existencia de intercambios
Portugal hasta el Cáucaso, en un amplio territorio que genéticos entre ambas especies.
conocían y dominaban desde incontables generacio- Aunque la vida cotidiana pudo incluir toda
nes. Entonces, oleadas de sapiens comenzaron a aden- suerte de situaciones, a largo plazo la historia entre
trarse en Europa, avanzando desde el Este, lo que neandertales y sapiens tuvo un único desenlace.
provocó que ambas humanidades se encontraran de Podemos intuir el desarrollo de los acontecimientos a
nuevo. ¿Cómo fue semejante acontecimiento?, ¿qué través de la particular geografía arqueológica. Ésta se
sensaciones produciría a unos y a otros el asomarse a muestra como una danza en la que los dos bailarines
los ojos de unos seres tan iguales y tan diferentes a la realizaran pasos de sobra conocidos y ensayados: los
vez?, ¿qué descubrirían en sus respectivas miradas? sapiens comienzan a expandirse desde el Este hasta el
Desde ese primer encuentro europeo hasta el fin centro de Europa, los neandertales a retraerse hacia
de los neandertales pasaron nada menos que ¡12 mil algunos enclaves periféricos como la península
años!, un largo periodo en el que las dos especies Ibérica, el Cáucaso o los reductos franceses. La
vivieron en similares parajes, cazaron presas simila- pujanza de los sapiens se hace más vigorosa por todo
res, aprovecharon los mismos recursos y sufrieron los el territorio, mientras que los enclaves neandertales
mismos vaivenes climáticos. Ese tiempo debió ser comienzan a apagarse poco a poco, como velas a las
suficiente para conocerse y habituarse a la cultura y que les falta el combustible: primero las montañas
los modos de vida de los otros. La interpretación orientales, después los paisajes galos, los enclaves
tradicional dice que es ahora cuando los neandertales, mediterráneos. Mientras aún se masca el olor al humo
en un fenómeno de aculturación (cambio cultural de la extinción en esas zonas, una llama titubeante
propiciado por la influencia de otro pueblo), copian todavía se mantiene erguida en la península Ibérica,
los avances tecnológicos y los comportamientos artís- cada vez más empujada hacia el sur hasta que, hace
ticos de los sapiens. Otros, más osados, piensan que unos 24 mil años (en esta fecha se data el yacimiento
los sapiens también habrían reproducido parte de la más reciente atribuido a esta especie, en Gibraltar), la
sabiduría neandertal. Los contactos pudieron incluir fuerza de la resistencia se agota y se hace la penum-
momentos de hostilidad, de indiferencia o de estrecha bra eterna en la memoria de los neandertales.
relación. En el yacimiento portugués de Lagar Velho Nuevamente, ¿qué pasó con ellos? No lo sabemos
(valle de Lapedo, en el norte del país) se ha encon- y probablemente nunca lleguemos a saberlo: se lleva-
trado una muestra de lo que podría ser un ejemplo de ron el secreto consigo para siempre. Hace años algunos
hibridación entre ambas especies: un niño sapiens investigadores propusieron que los belicosos sapiens
que, años después de la extinción neandertal, presenta los habrían exterminado, en el primer gran genocidio
algunos rasgos físicos que observamos exclusiva- de la historia de la humanidad. No hay evidencias
mente en aquéllos ¿Hubo contactos sexuales entre arqueológicas de semejante desastre. Hoy en día supo-
miembros de ambas especies? ¿Significa eso que, de nemos que debió existir todo un cúmulo de factores

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FERNANDO DIEZ MARTÍN

que influyeron en los acontecimientos: la capacidad de


los sapiens para explotar de forma más eficaz los recur-
sos, su mayor flexibilidad social y cultural y su predo-
minio tecnológico debieron favorecer una pujanza
demográfica que, indirectamente, fue fatal para los
neandertales. Éstos, en grupos cada vez más aislados,
10
empobrecidos genéticamente y replegados en un
comportamiento más atávico, acabaron extinguiéndose.
El humano simbólico
* * *

Hace unos 24 mil años, lo que queda de un El origen del Homo sapiens
raquítico clan familiar malvive agotado en los acanti-
lados de la cueva gibraltareña de Gorham, en el
extremo más meridional de Europa, al borde del mar
y de la nada. El cansancio del grupo no es físico, no
en vano ellos son los orgullosos señores del hielo, los DIBUJANDO UN CANDELABRO
aguerridos cazadores que un día dominaron estas
tierras, en las que ahora sólo son sombras. La debili- La primera noticia del descubrimiento de un
dad es espiritual, existencial, una opresión que es humano moderno fósil data de la temprana fecha de
capaz de inmovilizar el cuerpo, de entumecer los 1823, cuando Charles Darwin no era más que un
músculos, como si un caballo recién abatido cayera adolescente de catorce años. Entonces, en una cueva
con todo su peso y por sorpresa encima de su distraí- del suroeste del Reino Unido, un sacerdote halló un
do cazador. Es el cansancio que está detrás de la esqueleto que atribuyó a una mujer (quizás una pros-
angustia de intuir, sin saber a ciencia cierta, que están tituta romana, dedujo el avispado mosén, a juzgar
solos, que son los últimos supervivientes de entre los por las vistosas joyas que reconoció junto a los
suyos. El viento azota violentamente el cuerpo con restos) que pronto sería conocida como 'la Dama
un sabor salino que viene del sur, del otro lado del roja'. En realidad, se trataba del enterramiento de un
mar, de las tierras que nunca tendrán ánimo de explo- muchacho de hace unos 28 mil años cuyos huesos se
rar. Demasiado agotados para emprender un nuevo habían enrojecido gracias a la presencia de ocre en
viaje tras las manadas, hacia los fértiles valles, como el ajuar que lo acompañaba en su viaje al más allá.
antaño. La angustia va creciendo a medida que el Sin embargo, el hallazgo más célebre se llevó a cabo
crepitar de la última hoguera encendida va apagán- en 1868, en el abrigo de Cro-Magnon, en la Dordoña
dose y las brasas sumen en una roja penumbra, simi- francesa. Allí se descubrió una sepultura que conte-
lar al ocre con que embadurnan a sus muertos, los nía los restos de cuatro individuos adultos y un niño
rostros silenciosos de los allí congregados. que mostraban unos rasgos físicos, en lo fundamen-

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

tal, similares a los nuestros y que habían sido ente- no se interesan por esas pequeñas diferencias: la
rrados con sofisticados artefactos de piedra y objetos variación genética de toda nuestra especie es minús-
de decoración personal. Nacían, a partir de entonces, cula si la comparamos con la observada en una
para el imaginario de los europeos, los "cromaño- población chimpancé, por ejemplo. Sin embargo,
nes", nuestros antepasados prehistóricos, nuestros algunos investigadores siguen considerando que el
iguales salidos del salvajismo y las cavernas. modelo multirregional, también llamado la hipótesis
Aunque hubo quien pensó entonces que los del 'candelabro' (por la particular forma que su
Homo sapiens se habían originado en Europa, las representación gráfica muestra), sigue siendo válido
veleidades eurocentristas se fueron disipando tras el para explicar el origen de los humanos modernos.
descubrimiento de otros fósiles sapiens en distintas Según ellos, las bases de nuestra especie se asenta-
partes del globo y tras la confirmación (sobre todo a ron hace unos 2 m. a., cuando se registran los
partir de la década de 1930) de que muchos aspectos primeros procesos migratorios fuera de África hacia
decisivos de la evolución de los humanos modernos las distintas regiones del Viejo Mundo. Los grupos
habían tenido lugar fuera del ámbito europeo. Durante humanos asentados en esos territorios fueron evolu-
buena parte del siglo XX se aceptó la idea de que cionando de forma independiente y continuada en
nuestra especie había surgido de forma más o menos las distintas fases de transición que ya conocemos
independiente en las distintas regiones del Viejo pero, sin embargo, manteniendo una importante
Mundo, a través de la evolución local de los represen- unidad biológica (a través de un flujo genético
tantes del género Homo allí asentados. Así, se llegó a constante entre poblaciones que se movían mucho
suponer que los actuales europeos serían los descen- y, por tanto, compartían sus genes) que les permitió
dientes directos de los neandertales, mientras que los desembocar a todos en lo que somos actualmente, el
asiáticos lo serían del Homo erectus y los africanos Homo sapiens. La hipótesis del candelabro, sin
del Homo ergaster. Esta concepción multirregional embargo, cuenta con firmes detractores: ¿cómo es
del origen del Homo sapiens tuvo la tentación, en el posible que poblaciones tan distantes geográfica-
marco del gran interés que los estudios raciales susci- mente y tan menguadas numéricamente fueran
taban en la antropología de finales del siglo XIX y capaces de mantener la unidad biológica necesaria
principios del XX, de apoyarse en presupuestos racis- para converger en los humanos modernos? Eso
tas, afortunadamente hoy denostados, y justificarlos requeriría un trasiego constante de grupos de un
señalando que las diferencias morfológicas que obser- lado a otro del Viejo Mundo, que permitiera mante-
vamos en los humanos se basarían en su particular ner la unidad genética entre Europa e Indonesia,
historia evolutiva: las razas actuales hundirían su ¡separadas por más de 10 mil km. de distancia!
origen en especies prehistóricas diferentes. Tanto los pujantes avances de la biología molecular
como los datos arqueológicos con que contamos
Hoy en día sabemos que los rasgos raciales, son los obstáculos más graves con los que se ha
meras adaptaciones superficiales a los condicionan- topado esta hipótesis.
tes del medio ambiente, no han jugado ningún papel
biológico de relevancia en la historia evolutiva de
nuestra especie y, por tanto, los paleoantropólogos

190 191
FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

U N A NUEVA EVA Y UN NUEVO A D Á N


(este continente mostraba la mayor variación genética
de toda la humanidad) y que, siguiendo el reloj mole-
La alternativa al modelo multirregional está cular, debería remontarse hasta hace unos 200 mil
constituida por la llamada hipótesis monogenista, años. Esto significa que las características genéticas de
según la cual todas las poblaciones humanas actua- la población humana actual pueden rastrearse hasta un
les descienden de una única población original loca- punto común, rápidamente personificado por los
lizada en África y, posteriormente, extendida por medios de comunicación en la famosa Eva africana.
todo el mundo. Esta teoría, en lo fundamental defen- En realidad, la mentada Eva ha producido no poca
dida por la mayor parte de investigadores, es cono- confusión entre el gran público. Lógicamente, nuestra
cida también como la hipótesis del 'Arca del Noé', protagonista no era la única mujer viva hace 200 mil
de la 'Eva mitocondrial' o 'africana' o de la 'salida años, otras tuvieron también sus descendientes. Sin
de África' (Out of África, emulando el título inglés embargo, entre todas ellas, solo el ADN mitocondrial
del libro autobiográfico de Karen Blixen y del film de nuestra Eva fue lo suficientemente afortunado
de Sydney Pollack que fueron traducidos al caste- como para perpetuarse, a través de una larga línea de
llano como Memorias de África). madres e hijas, hasta el presente. Todas las demás
En 1987 la publicación de la hipótesis de la cadenas se habrían modificado o extinguido. El
'Eva africana', depurada y mejorada posteriormente, modelo de la salida de África supone, por tanto, que
se convirtió en una bomba mediática de gran enver- las otras especies humanas que habían ido conquis-
gadura. Un grupo de investigadores había compa- tando el Viejo Mundo en distintas oleadas migratorias,
rado el ADN mitocondrial de poblaciones humanas evolucionando aisladamente en esos territorios, se
procedentes de distintas regiones del mundo. Este habían extinguido y habían sido reemplazadas final-
ADN se encuentra, como su nombre indica, en las mente por las oleadas de Homo sapiens que, poco a
mitodrondrias (unos orgánulos que se encargan de la poco, fueron expandiéndose por todos los confines del
producción de la energía necesaria para el desarrollo globo. Si esos grupos hubieran participado en la gesta-
de la célula) y se transmite exclusivamente por vía ción de los humanos modernos, tal y como la hipótesis
materna. El ÁDN que se encuentra en las mitocon- multirregional sostiene, nuestra Eva africana sería
drias es muy útil a los genetistas, dado que muta y se mucho más antigua. El reloj molecular del Homo
hereda con facilidad y, por tanto, trasmite de forma sapiens no dice nada de eso, ni tampoco lo hacen los
fiable los cambios que se producen en los genes. cada vez más completos estudios sobre el genoma
Así, cuando leemos este ADN en un individuo y lo neandertal, como vimos en el capítulo anterior.
comparamos con el de otros, podemos ver sus varia-
ciones y reconstruir los vínculos genéticos, uniendo Mientras los investigadores escudriñaban el
los hilos de una complicada madeja para producir un ADN mitocondrial y se esforzaban por depurar sus
gigantesco árbol genealógico. procedimientos de análisis, otros grupos comenzaron
a interesarse por otras partes del genoma, en concreto
Pues bien, la comparación de todas esas muestras por el ADN que se encuentra en el cromosoma Y,
señalaba que todo el ADN humano procede de una transmitido de generación en generación entre hom-
secuencia ancestral única que se situaría en África bres. Los resultados de este estudio demostraron que

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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

MODELO MULTIRREGIONAL
O DEL CANDELABRO
MÓLDELO MONOGENISTA
O DE LA EVA AFRICANA
veintiuna de las veintisiete variaciones del cromo-
Asia África Europa Asia África Europa soma Y proceden de África y llegaron a la conclusión
de que es en ese continente donde, hace unos 70 mil
años, vivió el hombre que poseía el cromosoma Y
/} ancestral de todos los hombres actuales: es la teoría
del 'Adán cromosómico'. Todas las estimaciones si-
túan a nuestro Adán ancestral en una fecha bastante
posterior a la Eva mitocondrial ¿Por qué ocurre esto?
No lo sabemos con certeza, pero la genética molecu-
we/ lar nos informa de que las trazas más antiguas del
ADN sapiens se conservan en las mitocondrias y no
en el cromosoma Y. En todo caso, la genética parece
demostrar una y otra vez que nuestros protagonistas
Hace 2 m.a.
Salida de África
Homo ergaster/ereclus
bíblicos tuvieron su Edén en África.
Otro instrumento de gran interés para rastrear el
Generación
EVA origen de los humanos modernos, casi tanto como
I
los estudios de ADN, está constituido por los análi-

lili
i o n
* • ? • W sis lingüísticos. En la actualidad contamos con más
2 c s é « • • •
3 * • • • •
de 6.000 lenguas vivas en todo el mundo, clasifica-
das genéticamente en función de sus semejanzas
(fonética y vocabulario, por ejemplo). Es curioso
• • ""• # • • • • j» f constatar que el árbol genealógico de las lenguas
O « 0 # # • • 3 «0 vivas dibuja una silueta análoga a la del ADN mito-
! condrial: la mayor diversidad lingüística de todo el
?9 Q o j^é t'é é >
R 1*1 ©
mundo se encuentra en África y es allí, por tanto,
donde puede rastrearse la raíz madre de todas las
c. • • • • • • • • •
lenguas que se han conservado: los grupos humanos
• • • • • • • • • • • se desplazan de un sitio a otro llevando consigo sus
genes, pero también sus lenguas.
Existen dos hipótesis sobre el origen del Homo sapiens: la
que considera una evolución continuada en diferentes partes CRÓNICAS DEL HOMBRE SABIO
del Viejo Mundo (el modelo del 'candelabro') y la que lo
sitúa exclusivamente en África (la 'Eva africana'). Esta ¿Qué nos dice el registro fósil de todo esto, de
segunda es la más aceptada. Eva no fue la única mujer viva estas genealogías impresas en nuestros cromosomas
hace 200 mil años, momento en el que el reloj molecular o en nuestras palabras? Al final del capítulo 8, antes
sitúa su existencia, pero sí la única que ha perpetuado su de dejar momentáneamente de lado al continente
ADN mitocondrial hasta el presente.

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194
Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

cual se conservaron las mitocondrias de nuestra Eva


grande del mundo, con más de 100 km. de longitud) ancestral y el cromosoma Y de nuestro Adán primi-
y la explosión fue de tal fuerza que la erupción piro- genio) que, tras la recuperación demográfica que
elástica lanzó rocas que llegaron hasta la India. Esta siguió a aquella erupción, estuvo preparada para
erupción provocó un invierno volcánico, con una conquistar el mundo. Por lo que sabemos, ese salto
bajada drástica de las temperaturas medias de la debió acontecer hace unos 60 o 50 mil años.
Tierra, que se prolongó durante cerca de un milenio
y diezmó las poblaciones humanas y animales de
distintas partes del globo, hasta dejarlas en un punto H A C I A EL NUEVO MUNDO
crítico de supervivencia. Esto es lo que los especia-
listas llaman un cuello de botella demográfico. El Los Homo sapiens pudieron llegar al Lejano
desastre llevó a nuestra especie al borde del abismo. Oriente, a las tierras emergidas de Sunda (la plataforma
Para comprender las proporciones de semejante formada por el archipiélago indonesio y el sureste asiá-
catástrofe natural, podemos señalar que la erupción tico continental que ya conocemos) poco después de
del volcán Tambora (en la isla indonesia de esa fecha. Allí pudieron haberse encontrado con los
Sumbawa), acontecida en 1815, produjo una densa últimos representantes del Homo erectus (que vivieron
nube volcánica que tapó el sol durante dos días, en Java hasta hace unos 30 mil años) y con el Homo
llevó las cenizas hasta Europa, arrasó cosechas, floresiensis. Desde Sunda los humanos modernos,
expandió epidemias, alteró el clima y causó miles de ayudados por medios de navegación complejos, que les
muertes. Pues bien, el desastre de Tambora fue un permitieron sortear durante varios días las peligrosas
juego de niños comparado con el de Toba. aguas abiertas, descubrieron por primera vez la gigan-
No sabemos cómo afectó la catástrofe provoca- tesca plataforma de Sahul (las tierras emergidas que, en
da por el Toba a los últimos descendientes del Homo los momentos de máximo descenso de las aguas oceá-
erectus, ni si sus efectos tuvieron consecuencias nicas, unían Australia, Nueva Guinea y Tasmania).
importantes en la suerte que corrieron posterior- Ninguna otra especie humana se internó antes en las
mente los neandertales. En todo caso, el antropólogo tierras de Sahul, que se mantuvieron siempre separadas
estadounidense Stanley Ambrose sugiere que los de Sunda por una infranqueable franja oceánica de
efectos se hicieron sentir con virulencia en el conti- entre 30 y 90 km. Ese aislamiento secular de las tierras
nente africano y la especie Homo sapiens, por tanto, australes han propiciado que la mayor parte de su fauna
sufrió un drástico estrangulamiento demográfico: la sea endémica: como el ornitorrinco o distintas especies
mayor parte de los grupos fueron borrados del mapa de marsupiales, como el canguro o el koala. No sabe-
y solo se salvaron del desastre aquellos situados en mos con certeza cuándo se inició la conquista humana
los refugios tropicales. Los estudios genéticos, tanto de Australia: algunos yacimientos muy controvertidos
los relacionados con el ADN mitocondrial como con sugieren una llegada muy antigua (¡hace unos 100 mil
el cromosoma Y, permiten sugerir que los humanos años!) que contradice profundamente la interpretación
actuales descendemos de una pequeña población convencional sobre la expansión del Homo sapiens. No
inicial (quizás un grupo que tuvo la fortuna de sería descabellado pensar que el desembarco austra-
sobrevivir al cataclismo de Toba y en el seno del

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200
FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

liano pudiera producirse en torno a los 60 mil años, lo Si el origen del poblamiento humano en Aus-
que supondría que una oleada migratoria hacia el tralia es objeto de un animado debate, la conquista de
Lejano Oriente ya estaba en marcha antes del desastre América se ha convertido en uno de los capítulos de
de Toba. En todo caso, los sapiens ya estaban presentes mayor controversia en la Prehistoria de nuestra espe-
en Australia hace 40 mil años, en un momento en el cie: ¿cuándo y cómo llegaron los primeros humanos a
que el clima era sustancialmente más húmedo que el tierras americanas? Eurasia y América se encuentran
actual. Los restos fósiles de los primeros australianos separadas actualmente por el estrecho de Bering, un
muestran una considerable variabilidad física que algu- pequeño salto marítimo de apenas 85 km. Sin em-
nos investigadores han querido interpretar como la bargo, durante el último periodo glaciar, el descenso
evidencia de que este territorio vivió distintas oleadas del nivel marino permitió la emergencia de un puente
migratorias que aportaron poblaciones diferentes. Otra terrestre que conectaba Siberia y Alaska a través de
posibilidad es que semejante diversidad morfológica un paisaje estepario abierto, seco y helado que recibe
pueda explicarse debido a la gran extensión de esta el nombre de Beringia. Las condiciones de vida en
isla-continente. Australia fue la plataforma de salida estas regiones del círculo polar ártico debieron ser tan
para una formidable aventura que se inició hace unos extremas para los humanos de la Edad del Hielo, que
35 mil años, la que llevó a los humanos a iniciar una los primeros sapiens parece que solo empezaron a
carrera de expansión marítima a lo largo de numerosos frecuentar las regiones siberianas más orientales hace
archipiélagos del Pacífico, como Melanesia (Nueva unos 27 mil años. Es a partir de ese momento en el
Bretaña y Nueva Irlanda) o las Molucas. que algunos de esos grupos, quizás siguiendo los
Mientras que la oleada migratoria más antigua movimientos de las manadas de mamuts, atravesaron
parece ser la del Lejano Oriente y la región de Sahul, las puertas de Beringia y entraron en el inmenso
los grupos sapiens comenzaron su incursión en paraíso americano: verdaderamente un nuevo mundo
Europa hace unos 40 mil años. En esas fechas encon- descubierto por aquellos curtidos pioneros. La inter-
tramos yacimientos arqueológicos adscritos al com- pretación convencional sugiere que esa ola migratoria
portamiento del 'hombre sabio' en Europa oriental y debió producirse hace unos 12 mil años (cuando la
central para, cinco milenios más tarde, hallarlos en la última glaciación comenzaba a desvanecerse), justo
mayor parte del continente. Ese proceso de expan- cuando las condiciones ambientales en Beringia pare-
sión hacia occidente de los sapiens coincidió, como cen algo más benignas: los puentes terrestres se hicie-
sabemos, con el lento repliegue de los neandertales ron más estables y la desolación de las estepas
hacia sus refugios periféricos para, algo más de 10 congeladas se vio alterada por el crecimiento de abri-
mil años después, desaparecer de la faz de la tierra. gos forestales. Esa fecha coincide, además, con los
Los sapiens europeos tuvieron que afrontar una gran yacimientos arqueológicos más antiguos descubiertos
prueba: el envite de la última glaciación que, en su en Alaska. A partir de ese punto, siguiendo siempre la
momento más álgido (hace entre 23 y 16 mil años), hipótesis tradicional, los sapiens descendieron hacia
provocó una de las sacudidas de mayor frío y desola- el sur por los corredores abiertos entre las masas
ción de toda la Edad del Hielo. glaciares hasta, una vez liberados de los hielos, conti-
nuar una rápida expansión que les hizo llegar a Tierra

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

del Fuego hace 11 mil años. El primer complejo


arqueológico americano conocido es la cultura UN BIG-BÁNG HUMANO
Clovis, que se extiende, a partir de hace unos 11 mil
años, por buena parte de Norteamérica. En la década La magnífica película En busca del fuego, diri-
de 1930 se pensaba sin duda que la cultura Clovis gida en 1982 por Jean-Jacques Annaud y basada en
representaba la huella de los primeros americanos, de el libro homónimo de los hermanos Rosny, relata la
los que descendieron todos los demás. peripecia de tres miembros de la tribu de los ulam
(supuestamente unos neandertales) que, tras la
En los últimos años, sin embargo, no ha cesado pérdida del fuego que conservaban pero no sabían
la aparición de evidencias más antiguas que esta producir, se lanzan a un viaje en su busca. Tras
cultura arqueológica. Algunas de ellas provienen de numerosos avatares y peligros, los viajeros encuen-
Norteamérica y están fechadas en torno a los 20 mil tran al pueblo ivaka, que conoce el arte de producir
años, aunque las más sorprendentes se encuentran en el anhelado bien que tanto estiman. Los ivaka son
América del Sur: ¿cómo es posible, si las oleadas muy distintos a los ulam, en ellos hay algo especial
migratorias entraron por Beringia, que los yacimien- que aparece bien marcado en su apariencia: el gusto
tos más antiguos de toda América puedan situarse por la pintura corporal y la ornamentación personal
ahora en Brasil, por ejemplo? Esa desconcertante que exhiben es una clara muestra de la complejidad
pregunta es jaleada por algunas propuestas muy social y cultural de su mundo. Los ivaka, no es difí-
discutidas, como es el caso del yacimiento brasileño cil sospecharlo, son sapiens.
de Pedra Furada (¡para el que se ha propuesto la Y es que si algo caracteriza al hombre sabio, más
escalofriante datación de 50 mil años!) o de las allá de algunos rasgos físicos muy distintivos, es su
huellas humanas encontradas recientemente en la comportamiento, en ciertos aspectos completamente
localidad mexicana de Valsequillo (¡fechadas en 40 original y distinto a lo visto en todas las especies huma-
mil!). El caso de Monte Verde, en el sur de Chile, es nas anteriores. La explosión de la complejidad cultural,
particularmente interesante. Datado en más de 12 una metamorfosis que parece haber experimentado en
mil años (anterior a la cultura Clovis, por tanto), se exclusiva el Homo sapiens, es lo que se ha llamado la
trata de un campamento estable magníficamente gran revolución o big-bang del comportamiento
conservado, en el que se ha podido reconocer nume- humano moderno. Muchos piensan que este aconteci-
rosas estructuras de habitación, hogares, abundantes miento (con implicaciones sociales, culturales y cogni-
restos vegetales, huesos de mastodonte, cuerdas y tivas) es de mayor trascendencia que los otros tres
cuero. Una presencia humana relativamente antigua grandes avances del proceso de la evolución humana
en América, al menos desde hace unos 20 mil años, (el origen de la tecnología, la anatomía moderna y la
podría estar confirmando que la ocupación de este expansión cerebral). Algunos investigadores opinan
continente pudo producirse a lo largo de diferentes que el comportamiento moderno apareció en nuestra
oleadas. La genética molecular y lingüística, en todo especie de forma repentina y relativamente tardía (hace
caso, tienden a confirmar que los colonos sapiens unos 50 mil años) y que pudo estar relacionado con
entraron por Beringia, dada la similitud con las una mutación genética de origen neuronal producida en
poblaciones siberianas. una pequeña población de sapiens africanos. Según

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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

esta perspectiva, por tanto, la anatomía moderna y el


comportamiento moderno aparecieron separados por
casi 150 mil años de diferencia y el ejemplo paradig-
mático de este comportamiento aparece en el registro
arqueológico europeo (relacionado con los complejos
tecnológicos que llamamos del Paleolítico superior).
Esta perspectiva supone que la causa de la exitosa colo-
nización de todo el mundo es precisamente el desarro-
llo de esta modernidad. Otros, por el contrario, están
persuadidos de que el comportamiento humano mo-
derno constituye una construcción gradual de largo re- Los humanos modernos desarrollaron los complejos tecno-
corrido y que los rasgos que lo caracterizan fueron lógicos del Paleolítico superior, basados en la producción de
apareciendo de forma paulatina desde el origen afri- láminas, la diversificación de un utillaje lítico cada vez más
cano de la especie. Desde este punto de vista, anatomía pequeño, el desarrollo de armas compuestas y la utilización
y comportamiento estarían bastante solapados y, por masiva del hueso o el asta para producir otros utensilios y
elementos decorativos.
tanto, podemos rastrear los elementos que determinan
la modernidad en el registro arqueológico africano E L COMPORTAMIENTO HUMANO MODERNO
desde hace casi 200 mil años. El debate sigue comple-
tamente abierto pero cada vez surgen más evidencias Entre las innovaciones tecnológicas ligadas
indicando que la particularidad de nuestro comporta- tradicionalmente al Paleolítico superior (hace 50-12
miento es una compleja construcción que hunde sus mil años) cabe destacar el gran desarrollo experi-
raíces en momentos bastante antiguos de nuestra evolu- mentado por la técnica de talla laminar. Al igual que
ción como especie. en el caso de la talla levallois, los artesanos de la
Pero, ¿qué es lo que definimos como comporta- piedra ponen en marcha una serie de procesos muy
miento humano moderno? Tradicionalmente, los complejos de preparación de los núcleos para obte-
investigadores han caracterizado arqueológicamente ner de forma sistemática grandes láminas o minús-
las capacidades del Homo sapiens a través de la culas laminillas. Las láminas no son más que lascas
innovación tecnológica, la sofisticación económica, alargadas (al menos dos veces más largas que
la adaptación a todos los ecosistemas, la capacidad anchas) y muy finas que permiten una eficacia sin
previsora, el establecimiento de redes sociales y precedentes en el aprovechamiento de los bloques de
comerciales complejas y, particularmente, la creati- materia prima disponibles (fundamentalmente el
vidad cognitiva a través del lenguaje y el comporta- sílex o pedernal). Para llevar a cabo este cuidado
miento simbólico: ornamentación personal (como procedimiento de talla, se utilizan percutores llama-
símbolo de estatus o de identidad grupal), arte mobi- dos blandos (asta o madera) que incluso, en algunos
liar (desarrollo del gusto estético y artístico), arte periodos muy característicos del Paleolítico superior
parietal (como muestra de una preocupación mágica europeo (como el llamado solutrense, fechado entre
y religiosa) y ritos funerarios (trascendencia).

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

hace 22 y 18 mil años) sirven para llevar a cabo una concentrada en determinadas especies (el reno, el
talla por presión y, de este modo, obtener unos arte- ciervo, la cabra montes o el mamut en distintas regio-
factos de magnífica factura. Las láminas y los frag- nes de Europa o el bisonte en América). En algunos
mentos de lámina se transforman, mediante el ejemplos observamos cómo las partidas de caza
retoque de sus filos, en una gran variedad de artefac- debían estar constituidas por formidables empresas en
tos que, además, tienden a ser cada vez más peque- las que participaban numerosos cazadores, que no
ños y ligeros, hasta convertirse en verdaderos solo abatían las presas sino que las preparaban para su
microlitos (minúsculos artefactos de piedra). Este aprovechamiento. Estas cazas masivas demuestran
proceso recibe el nombre de leptolitización y está que las técnicas de conservación de carnes y pescados
relacionado con un avance técnico importante: como (ahumado, secado o incluso el congelado en las regio-
ocurría con los trillos de nuestra sociedad agraria nes heladas de Europa central) servían al almacena-
tradicional, los artefactos de piedra se convierten en miento de excedentes. Además, comenzamos a ver el
simples componentes recambiables de utensilios uso masivo de recursos costeros (abundantes molus-
compuestos y, por tanto, más complejos y duraderos. cos y pescados marinos) y, tal y como confirma el
En este momento se produce un gran avance de las desarrollo de los arpones, fluviales (con la pesca de
técnicas de caza y pesca, como demuestra la diversi- salmónidos). Los grupos sitúan sus campamentos
ficación de proyectiles y armas arrojadizas. Así, tanto en cuevas como al aire libre, en parajes desde
contamos con toda una variedad de puntas de sílex los que se dominan los recursos disponibles de caza,
que se engarzaban con cordajes o resinas en lanzas y pesca y recolección. En el primer caso, las actividades
con otros artefactos elaborados en materiales alter- domésticas se desarrollan en los vestíbulos de las
nativos a la piedra, como la madera, el hueso, el asta cuevas, allí donde aún llega la luz, mientras las salas
y el marfil (que, aunque presentes durante todo el más recónditas del entorno cavernario se dedican al
Paleolítico, parece que se hacen ahora imprescindi- desarrollo de las actividades rituales, artísticas y
bles en los equipos y armamentos). Este es el caso mágicas. Al aire libre, en zonas fluviales, conocemos
de los arpones, las azagayas (puntas de hueso) y los la existencia de toda suerte de construcciones: caba-
propulsores (artefactos elaborados en asta y que nas cimentadas sobre estructuras de piedra, tiendas en
servían para apoyar un venablo e imprimir con el forma de tipis (cubiertas con pieles sobre estructuras
brazo más fuerza en el tiro). Es probable que durante de maderas) o, en las regiones deforestadas (como en
este momento se desarrollaran el arco y las flechas las planicies ucranianas), casas elaboradas sobre
(que, en definitiva, es una variante más depurada del armazones de huesos de mamut. Los interiores de las
propulsor manual) o las hondas. zonas de habitación se acondicionan con espacios
domésticos en torno a los hogares (que se construyen
El magnífico desarrollo de los equipos técnicos, en cubetas, con canales de tiro y paravientos), los
dirigidos a ofrecer una mayor eficacia y diversifíca- basureros, las zonas de taller, las zonas de carnicería,
ción cinegética, no hace más que poner en evidencia junto a otros espacios rituales o simbólicos (los ente-
una creciente sofisticación en las formas de aprove- rramientos, pozos de ofrendas y tesoros). La construc-
chamiento de los recursos. La caza acabará hacién- ción de estructuras de combustión más complejas
dose muy especializada regionalmente y, por tanto,

208 209
f'F'!,'\:,\M[Nl D ü ' 7 \A, \i.vrÍN
Breve historia del Homo sapiens

E\ ¡lomo sapiens llevó a cabo complejas y especializadas


técnicas de caza, en las que se implicaba toda la comunidad.
Los grupos familiares se asentaban cerca de los recursos,
construían cabanas o habitaban las bocas de las cuevas,
conservaban sus alimentos excedentarios y formaban parte
de grandes redes sociales que unían a grupos muy distantes,
a través deí comercio y ía círcufaetón cíe iú

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211
FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

permite a los sapiens alcanzar temperaturas mucho red de comunicación a gran escala, es que las ideas
más elevadas con todo tipo de combustible (madera, también viajan y se comparten, formando amplias
hueso y turba, por ejemplo) que sirven no solo para comunidades de grupos sometidos a condiciones de
llevar a cabo diferentes técnicas de cocción de vida muy diferentes pero que, no obstante, compar-
alimentos, sino para pigmentar de rojo el ocre amari- ten las mismas ideas estéticas y los mismos códigos
llo y, hace unos 30 mil años, producir las primeras simbólicos: la elaboración de estatuillas femeninas,
figuritas de barro cocido. las famosas Venus del Paleolítico europeo, durante el
La mejora paulatina en las técnicas de caza y la complejo cultural llamado gravetiense (fechado entre
especialización depredadora se ha interpretado a hace 29 y 21 mil años), se extiende desde Francia
menudo en función del éxito demográfico, que acabó hasta Ucrania, uniendo bajo la misma convención
favoreciendo el incremento poblacional de estos artística (los mismos modos de expresión) y, por
primeros grupos sapiens. Poco sabemos de este tanto, la misma identidad cultural a las gentes situa-
aspecto, aunque las bandas de cazadores y recolecto- das a lo largo de más de dos mil kilómetros de entor-
res del Paleolítico superior debían estar compuestas nos ecológicos muy dispares.
por pequeños grupos que formaban clanes en asocia- La identidad cultural (a través de lenguas y
ciones familiares extendidas. Para favorecer el inter- sensibilidades religiosas distintas) y la complejidad
cambio y eludir la endogamia, los distintos grupos de la estructura social se desarrollan ahora hasta el
locales debían programar ciertos encuentros con extremo a través de los ornamentos personales. Si los
otros grupos vecinos, en los que se aprovecharía para neandertales ya habían sido capaces de mostrar este
establecer alianzas entre personas e intercambios de comportamiento de forma incipiente, éste se con-
bienes e ideas. Muchas de esas redes de interacción vierte ahora en un elemento imprescindible y recu-
social y comercial se hacen ahora muy densas y rrente de las sociedades sapiens. Los ornamentos
complejas, dado que sobrepasan el ámbito mera- corporales se desarrollan magníficamente a través de
mente regional y expanden sus tentáculos hacia terri- colgantes (conchas, dientes o fragmentos de hueso
torios muy distantes. Observamos la circulación de perforados), collares de cuentas de marfil, brazaletes
materias primas, de objetos y de técnicas entre zonas o botones. La abundante presencia de ocre en sitios
remotas entre sí: la obsidiana (una roca volcánica de de habitación y enterramientos permite suponer que,
textura similar al vidrio) era muy apreciada por sus junto a los motivos de ornamentación personal, proli-
magníficas cualidades para la talla y sus potentes feraron los motivos de decoración o pintura corporal,
filos y, por tanto, constituye un bien de intercambio los tatuajes o escarificaciones (la producción de cica-
que, en África por ejemplo, viaja distancias de más trices en la piel mediante cortes intencionados) que,
de 300 km.; rastreamos el formidable periplo de en definitiva, representan códigos del estatus social
algunas conchas de origen atlántico en las tierras (jefe, hechicera, chamán o curandera), el grupo tribal
interiores del continente; algunos tipos de puntas líti- al que pertenecen o las relaciones de parentesco.
Conocemos poco sobre la vestimenta de los primeros
cas muy característica se encuentran tanto en la grupos sapiens, aunque sabemos que debían disponer
región cantábrica como en las llanuras rusas. Lo más de técnicas avanzadas de confección y trabajo textil
impresionante de este trasiego, de esta primera gran

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

muestra representaciones de todo tipo de animales


(preferentemente herbívoros como caballo, bisonte,
mamut o ciervo, pero también depredadores, peces y
pájaros), junto a motivos crípticos o abstractos e
imágenes antropomorfas apenas esbozadas. Los
colorantes utilizados, como el óxido de manganeso
para el negro o el óxido de hierro para el rojo, se
mezclaban con agua o grasas animales para producir
las pinturas que se aplicaban con los dedos, pinceles
o mediante la técnica del soplado. En otros casos,
los dibujos se realizan mediante incisiones o repi-
queteados. Desde las pinturas de la Cueva Chauvet,
en el sureste francés (fechada en unos inesperados
31 mil años), hasta la famosa gran sala de policro-
mos de Altamira (de hace unos 12 mil años), aque-
llos artistas paleolíticos imprimieron en sus obras
toda una lección de arte: realismo, perspectiva, poli-
cromía, convenciones estilísticas, movimiento y
volumen (utilizando la topografía natural de las
paredes) que se muestran en distintas tradiciones
regionales y universos culturales. Todo ello puede
verse en la magnífica fuerza expresiva de los bison- Un arte para llevar.
tes y ciervos de la bóveda de Altamira. Algo Las manifestaciones de arte mobiliar son muy abundantes
sorprendente si tenemos en cuenta que los artistas y cuidadas a lo largo del Paleolítico superior, tal y como
debieron guiarse por una tenue luz y desarrollaron muestran estos ejemplos: una estatuilla esculpida en marfil
su trabajo desde una incómoda perspectiva (original- con cuerpo humano y cabeza de león (Hohlenstein-Stadel,
mente, el suelo de la cueva se encontraba a menos Alemania, 31 mil años); la famosa venus de Willendorf
de dos metros del techo). (Austria, 24 mil años); bastón perforado con grabados
¿Cuál es el significado del arte paleolítico, de de ciervos, caballos y motivos abstractos
un modo de expresión artística que posteriormente (El Pendo, Asturias, España, 12 mil años).
veremos en otros pueblos de cazadores y recolecto-
res del mundo entero? Suponemos que este arte es la
expresión de rituales mágicos o religiosos relaciona-
dos con el mundo espiritual, la propiciación de los
recursos ofrecidos por la naturaleza (la caza, princi-
palmente) y el contacto con el más allá. Los lugares
con arte rupestre se consideran verdaderos santua-

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FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

ríos de referencia para la comunidad durante genera- primera. Otras especies humanas habían disfrutado
ciones. El hecho de que muchos paneles estén ya de muchas otras. Pero sí fue especial. El proceso
compuestos por la superposición de dibujos a lo de transformación climática afectó a un poderoso
largo de mucho tiempo indica la vigencia de estos hombre sabio: con innumerables avances técnicos,
enclaves como referente en la vida espiritual de los con sociedades muy estructuradas, con redes de
grupos humanos. Estos lugares debieron ser, ade- intercambio extensas, con economías más eficaces,
más, testigos de ceremonias oficiadas por los cha- con el poder del símbolo, el único representante vivo
manes, los intermediarios entre el mundo humano y del ya viejo género Homo se atrevió a dar un salto
el de los dioses y los antepasados. La turbadora que lo cambiaría por completo y sin remedio: tras un
representación antropomorfa de la cueva francesa de breve periodo de transición (llamado Mesolítico)
Trois-Fréres (con grabados y pinturas del periodo dominado por los retos de la transformación climá-
magdaleniense, hace entre 18 y 12 mil años) muestra tica, acabaría dejando su ancestral modo de vida,
a un humano con cabeza de reno: ¿una divinidad o una economía de caza y recolección que lo había
un chamán en trance? No lo sabemos, pero la sustentado desde sus orígenes, para embarcarse en
imagen trae a nuestra cabeza un mundo de celebra- una nueva economía productora. Es el origen del
ciones mágicas y religiosas, apoyadas por la música Neolítico: el sedentarismo, el inicio de los poblados
y la danza (han llegado hasta nosotros flautas ante- estables, de la agricultura y la ganadería.
riores a los 30 mil años), propias de un humano que Las comunidades cazadoras asentadas en el
se ha convertido ya en un ser eminentemente simbó- Próximo Oriente hace unos 12 mil años que practican
lico. la recogida del trigo salvaje para su almacenamiento,
acabaron domesticando diversos tipos de cereales,
legumbres y animales (el perro, el primero de ellos) y
D E LA CAVERNA A LA ESTACIÓN ESPACIAL habitando en poblados agrícolas compuestos por
casas de adobe, como Jericó en Palestina, o Cayónü,
El último periodo glaciar llegó a su fin hace 10 en la península de Anatolia, en los que también se
mil años. Nuevamente, como había ocurrido antes inició la cría de cabras y ovejas. Hace 6.200 años, la
en tantas ocasiones, el retraimiento de los hielos y la ciudad de Catal Hüyük, en la actual Turquía, ocupaba
subida de las temperaturas trajeron consigo una ya trece hectáreas y acogía cerca de 10 mil personas.
drástica reorganización de los ecosistemas: los Este nuevo modelo de vida se extendió en oleadas
bosques templados se expandieron hacia el norte y, progresivas por Europa y también se impuso, de
con ellos, se llevaron las estepas frías y los renos. manera independiente desde el fin de la Edad del
Los caballos desaparecieron de América del Norte: Hielo, en Nueva Guinea, América o China.
solo volverían con los españoles en una fecha tan La domesticación de la naturaleza, con la subsi-
reciente como finales del siglo XV, hace poco más guiente producción cerámica y metálica, permitió,
de 500 años. Esta primavera climática, el periodo con el tiempo y el aumento de la riqueza y el exce-
interglaciar que teóricamente debería finalizar algún dente, el desarrollo de los primeros estados comple-
día con el inicio de una nueva fase glaciar, no fue la jos dirigidos por élites políticas y religiosas. Estas

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Epílogo
El porvenir de la humanidad

La obra maestra del cineasta japonés Akira Kuro-


sawa, el film Dersu Uzala, narra la relación de amis-
tad que se fragua a comienzos del siglo XX entre el
capitán ruso Vladimir Arseniev y Dersu Uzala, un
cazador mongol de la taiga siberiana. La película,
que se recrea de forma casi mística en los imponen-
tes y vírgenes paisajes naturales, trata en definitiva
del contacto humano y de la amistad entre dos
personas pertenecientes a mundos antagónicos, pero
también de cómo la civilización y el progreso aca-
ban llegando a los confines del mundo para transfor-
mar sin remedio el equilibrio de la naturaleza.
Kurosawa planteó esta película desde la convicción
desencantada de que la modernidad y la civilización
han ido fagocitando el medio natural y todas las for-
mas de vida tradicional que viven en armonía con él:
no en vano, la obra comienza con Arseniev bus-
cando sin éxito la tumba de su amigo Dersu, pocos
años antes situada en lo que aún era un bosque
inmaculado y ya confundida en el frenético trasiego

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

de un aserradero que deglute la taiga con una voraci-


dad que no muestra remordimientos. prehistóricos y primitivos actuales, los humanos se
Y ciertamente, parece ser así. En verano de han embarcado en un proceso de degeneración cons-
2007 saltó a los medios de comunicación la escanda- tante pilotado por los excesos de la civilización)
losa noticia de que los magnates del petróleo saudi- alcanza su máximo ejemplo en el famoso mensaje
tas habían puesto una elevada suma de dinero en del jefe nativo americano Seattle al gobernador del
manos del gobierno de Tanzania para hacerse con las territorio del actual estado de Washington (en el
tierras ancestrales de los últimos hadza del lago noroeste de Estados Unidos). Existen distintas
Eyasi y utilizarlas en sus particulares safaris cinegé- versiones de dicho discurso, presentado verbalmente
ticos. Los hadza o hadzabe son uno de los últimos en 1854, pero la que se ha hecho más famosa (un
pueblos de cazadores y recolectores que quedan en precioso alegato conservacionista) tiene probable-
el planeta Tierra. Empobrecidos, menguados y mente poco de autenticidad. Los ideales ecologistas
agonizantes ya, el gusto por la cacería africana de un del siglo XX han hecho de Seattle o de Dersu Uzala
puñado de multimillonarios excéntricos sería, sin dos ejemplos de ese mundo perdido, esa arcadia
duda, el golpe de gracia para la desaparición de un feliz, definitivamente transformado en otro más
pueblo que difícilmente supera ya las mil almas áspero y gris, el que se muestra en el mítico film de
viviendo en comunidades tradicionales. Al menos Godfrey Reggio, Koyaanisqatsi (1982), o en el im-
por ahora, gracias a la presión de organismos inter- pactante Baraka, de Ron Fricke (1992). Es como si
nacionales, los petrodólares se han retirado del se tratase de dos universos irreconciliables: la so-
proyecto pero, hay que reconocerlo con tristeza, los ciedad tecnocientífica de nuestros días (el máximo
hadza y otros pueblos similares ya no son de este exponente antropocéntrico de los alardes culturales
mundo. Desde el comienzo del fin de la economía del Homo sapiens) avanzando y desarrollándose a
cazadora-recolectora, a finales del Paleolítico, los costa de una naturaleza cada vez más degradada y
pueblos que han seguido practicándola se han abatida.
quedado atrás, reducidos en los lugares más míseros Aquel jardín del Edén prehistórico a buen segu-
y apartados del planeta. Ya no hay sitio para ellos. ro no fue nunca tan ideal. La historia de la evolución
Nuestra visión occidental, enmarcada a menu- de nuestra especie es, a menudo, una crónica brutal,
do en una perspectiva idílica, tiende a mitificar la de constante lucha, adaptación y pérdida. Nuestra
relación entre las sociedades depredadoras humanas propia especie vivió una clara competencia con otros
(la mayor parte de las prehistóricas) y la naturaleza. humanos, que acabaron perdiendo la batalla y extin-
Kurosawa hace de Dersu Uzala y su mundo un guiéndose. Sabemos también que la expansión glo-
magnífico ejemplo del mito del 'buen salvaje' del bal experimentada por el Homo sapiens tuvo cierta
pensador suizo del siglo XVIII Jean-Jacques Ru- influencia en la desaparición de muchas de las espe-
sseau: el hombre en estado natural es un ser puro, no cies de grandes mamíferos durante la Edad del
perturbado aún por las complicaciones de nuestra Hielo. Sin embargo, aunque los humanos de econo-
compleja sociedad. Esta visión primitivista (según la mía cazadora-recolectora pudieran haber influido del
cual desde la Edad de Oro inicial, la de los pueblos algún modo en su entorno, su capacidad de transfor-
mación fue minúscula si la comparamos con lo

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227
FERNANDO DIEZ MARTÍN Breve historia del Homo sapiens

ocurrido en los últimos 10 mil años de economías han producido en la historia de la vida sobre el
productoras y de estados complejos. El tímido inicio planeta Tierra. Ésta sería, por tanto, la sexta extin-
de la agricultura y de una vida sedentaria y urbana ción, no motivada, como en casos anteriores, por la
dio paso a una carrera espectacular: la manipulación deriva continental, el cambio climático o el impacto
vegetal, la domesticación de especies animales en de un asteroide (la causa del fin de los dinosaurios
detrimento de las que aún viven en estado natural, el hace 65 millones de años: la llamada quinta extin-
crecimiento demográfico, la consiguiente necesidad ción, seguramente la más popular de todas), sino por
de nuevas tierras arables, el empobrecimiento de el Homo sapiens. Se estima que de aquí a 2050 se
suelo... un ente informe que ha crecido de forma habrán perdido el 50% de las especies que actual-
exponencial y que, paralelo a los cambios económi- mente pueblan el planeta. Entre ellas, y en inminente
cos, sociales, culturales y tecnológicos, nos ha traído peligro de extinción, están nuestros parientes vivos
hasta el presente. más cercanos, los grandes simios antropomorfos
¿Y cuál es el presente?, ¿en qué punto de su ya (gibones, orangutanes, gorilas y chimpancés). La
larga andadura sobre la faz de la tierra se encuentra deforestación, la alteración ecosistémica, la pobreza
el Homo sapiens? En 1972, y a instancias del Club y la presión demográfica están llevando a estas espe-
de Roma (un grupo internacional de pensadores, cies al borde del exterminio ¿Ahora que estamos
políticos y científicos interesados en reflexionar casi solos, ahora que han desaparecido todas las
sobre el futuro de nuestro planeta y nuestra especie), demás especies humanas, podemos afrontar con
se publicó un informe denominado Los límites del dignidad un futuro en el que no estén nuestros
crecimiento, en el que ya se advertía de que si nues- parientes? ¿Qué legado de pobreza dejaremos a
tra sociedad industrial seguía con su ritmo de creci- nuestros hijos si ya no están ellos, aquéllos tan
miento demográfico, explotación de recursos y cercanos evolutivamente a nosotros, aquellos que
degradación de los ecosistemas, pronto se alcanzaría pueden enseñarnos tanto sobre nosotros, sobre ese
y superaría la capacidad del planeta, dando paso al lejano mundo del que venimos y que hemos dejado
colapso de nuestra sociedad. Otros trabajos han atrás para siempre? Es en este contexto de urgencia
seguido la estela de aquel informe inicial, como los en el que la labor de grupos como el Proyecto Gran
de 1992 y 2004, en los que se constata que hemos Simio se convierte en una necesidad imperiosa que
traspasado con creces esos límites y se augura que transciende con mucho el mero interés animalista y
cada vez resultará más difícil arreglar el imponente adquiere tintes estrictamente morales.
agujero que estamos creando. El informe sobre la
Evaluación de los ecosistemas del milenio, de 2005, Solo las cifras de nuestro nivel de impacto
hace hincapié en alguno de los principales proble- sobre un planeta que desgraciadamente no es plano
mas que la raza humana encara en nuestros días: el sino redondo y, por tanto, limitado, son suficiente-
impacto sobre el planeta ha conseguido alterar su mente reveladoras: somos ya más de 6.800 millones
biodiversidad de forma colosal e irreversible, de seres humanos abarrotando un espacio en el que
causando la extinción masiva de especies, solo los recursos (energía, alimentos y agua dulce) están
comparable a las cinco grandes extinciones que se esquilmados. Los combustibles fósiles están casi en
rojo (como en los indicadores de los vehículos que

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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

Huxley?): actúan como si el mundo en el que vivi-


abarrotan nuestras autopistas) y no tenemos ninguna mos, nuestra mastodóntica estructura postindustrial
alternativa tecnológica que nos ofrezca un nivel y tecnocientífica, fuera inmutable, estuviera llamada
energético equiparable al que nos da el petróleo: a perpetuarse tal y como está. Esa falacia irreal,
¡nuestra sociedad está llamada a asfixiarse en su quizás una forma masiva de autoengaño, usa en
propio envoltorio de plástico! La sobreexplotación muchas ocasiones una válvula de escape (la llamada
está causando una evidente mejora material y econó- conciencia ecológica) para afrontar la gran contra-
mica, aunque fatalmente fugaz y pasajera, a una dicción a la que se enfrenta la humanidad en nues-
pequeña porción de individuos, aquellos que se tros días: el modelo tecnocientífico en el que nuestra
encuentran en el llamado 'Primer Mundo'. Resulta sociedad se ha instalado es precisamente el que nos
incómodo decirlo, pero la opulencia de unos pocos está conduciendo al abismo, a nuestro propio suici-
por sí sola es la causa del más que evidente deterioro dio como especie. Esta contradicción ha sido magis-
del planeta. En otras palabras, es materialmente tralmente expuesta por el filósofo francés Edgar
inviable extender el absurdo nivel de vida consu- Morin, quien también ha señalado con gran acierto
mista en el que vivimos a todos los habitantes de la que la conciencia ecológica, publicitada en nuestros
Tierra: ¡9.000 millones en 2050! El modelo, mien- días como un producto más (como aquella fruta para
tras pueda seguir adelante, será intrínsecamente beber procesada hasta el extremo que compramos
injusto y desequilibrado. Como en la célebre novela con gusto), a menudo pretende inculcarnos una pers-
de Aldous Huxley, Un mundo feliz, las elitistas so- pectiva paternalista, según la cual nosotros somos
ciedades alfa (aquellas en las que el consumidor quienes nos encargamos de 'cuidar' y 'proteger' la
tiene el privilegio de adquirir en los estantes de su naturaleza cuando, en realidad, dependemos comple-
supermercado un carísimo recipiente de plástico en tamente de ella y estamos dirigidos por ella. He aquí
forma de pera con un líquido en su interior que sabe probablemente la razón por la que treinta años de
a pera como alternativa a la fruta real, ¡ejemplo políticas ambientalistas y de desarrollo sostenible no
perfecto del sinsentido al que hemos llegado!) nece- han tenido los frutos esperados.
sitan de las sociedades ypsilon o subdesarrolladas.
En este ritmo de consumo, todos no podemos ser Esa construcción mental que nos lleva a pensar
alfa: el sueño de que los ypsilon logren serlo es que el mundo en que vivimos es inmutable se ve
irreal y está muriendo cada día en los cayucos que actualmente desafiada por uno de los grandes retos
arriban a nuestras costas. de nuestros días, el fantasma del cambio climático.
Los informes sobre el calentamiento terrestre produ-
Y, sin embargo, a pesar de los informes y del cido por la actividad humana, los modelos que
evidente desastre ambiental que persigue al Homo sugieren una subida excepcional de las temperaturas
sapiens de comienzos del siglo XXI, la mayor parte medias planetarias y un cambio climático masivo
de los voraces consumidores de nuestro mundo (ese causado por las emisiones incontroladas de CO2,
Homo urbanus que, mayoritariamente ya en nuestros son objeto de debate. No todos los investigadores
días está hacinado en monstruosas megalópolis) se están de acuerdo en los efectos que la acción
aferran a una suerte de fantasía irreal y cómoda- humana puede llegar a tener sobre el devenir climá-
mente anestésica (¿el soma de nuestro admirado

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

tico del planeta, pero lo cierto es que gracias a este contingencias imprevistas en la que las especies se
tema, la opinión pública tiene la posibilidad de encuentran en permanente competencia. Y, cierta-
comprender que vivimos en un planeta en constante mente, es siempre en medio de esta marabunta
cambio. Causas aparte, la historia de la Tierra ha donde la evolución ha actuado. Tal y como hemos
estado inmersa en un vaivén climático sin fin. Más visto a lo largo de este libro, la aventura humana (al
recientemente, durante la Edad del Hielo, todas las igual que la aventura de la vida) ha estado guiada
especies del género Homo han tenido que adaptarse por la fuerza de la transformación medioambiental y
a dramáticos cambios en los ecosistemas del mundo la adaptación: la que llevó a aquellos simios a
entero. En este periodo, la alternancia de etapas nacerse bípedos y, posteriormente, adentrarse en el
glaciares e interglaciares ha estado dirigida por los mundo hostil de la sabana, la que llevó a los repre-
ciclos de Milankovitch que, descubiertos por el sentantes del género Homo a expandirse por todo el
astrónomo serbio que les da nombre, están sujetos a Viejo Mundo, la que nos hizo el primate cultural que
los cambios sucesivos de algunos parámetros orbita- somos. Si los humanos estamos esculpidos, pues,
les terrestres. Actualmente nos encontramos en uno por la evolución, si somos el resultado de esa fuerza
más de los periodos interglaciares de la Edad del y no el objetivo final y más perfecto de un mundo
Hielo que, si no hubiera habido la más mínima inci- establecido por un ser superior o por la propia natu-
dencia humana en el efecto invernadero, finalizaría raleza (el creacionismo y su cara más amable, la
igualmente en otro cambio climático más. Cualquier teoría del diseño inteligente, siguen desgraciada-
escenario, por tanto, nos aleja de esa suerte de espe- mente de actualidad), tendremos que asumir con
jismo de estabilidad. La cuestión en este caso no coherencia que hoy y ahora estamos sujetos a ella.
está tanto en acabar asumiendo que la naturaleza no Por un lado debemos sortear el siempre acechante
nos permitirá mantener sin cambio alguno nuestro peligro de la extinción, ¿acaso, como el resto de
mundo actual sino, sobre todo, en la siguiente especies que pueblan el planeta, no está el Homo
pregunta: ¿dispone nuestra sociedad, un monstruo sapiens sometido a esa posibilidad? ¿Acaso no estu-
gigantesco y torpe (constituido por urbes imposibles, vimos ya, cuando apenas comenzados a dar nuestros
tecnología carísima e infraestructuras gigantescas) pasos como especie, al borde de la desaparición?
de la flexibilidad suficiente para adaptarse a los ¿Acaso no hay serios motivos para pensar que el
cambios que se avecinen? ¿Tendremos la misma momento crítico en el que nos encontramos inmer-
capacidad de respuesta ante esos retos que ya tuvie- sos, esta sexta extinción augurada por muchos, no
ron nuestros antepasados sapiens o los neandertales? puede asestarnos un zarpazo mortal y definitivo?
Que vivimos en un planeta en constante cambio Por otro lado debemos ser conscientes de que,
y regeneración es más que evidente: cambios de los mientras nuestra especie siga existiendo, nuestro
ciclos climáticos, erupciones volcánicas masivas, camino evolutivo deberá continuar, no ha acabado
ciclos solares, impactos de meteoritos, tectónica de todavía. La evolución humana está en construcción,
placas, alteración de las corrientes oceánicas... Este la humanización de nuestra especie sigue adelante.
no es un mundo fijo, es una verdadera carrera de Mucho se ha especulado sobre cuáles serán los
obstáculos, una gymkhana nocturna cargada de siguientes cambios físicos que experimentará el

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Breve historia del Homo sapiens
FERNANDO DIEZ MARTÍN

único, aunque no excepcional, junto a tantos otros


Homo sapiens en el futuro, aunque es muy probable caminos únicos, ha necesitado correr lo más posible
que estemos más cerca de transformaciones de tipo en una carrera permanente, sin meta a la vista. Como
neuronal que de nuevas reorganizaciones de nuestro ya ocurrió tantas veces en la historia de la Tierra, sea
físico. Nuestra especie ha sobrevivido hasta el
presente precisamente porque ha tenido la magnífica cual sea el destino del animal cultural que somos los
capacidad de adaptarse a los cambios. Y esa adapta- humanos, como seguirá siendo en el futuro, la vida
ción ha sido de tipo biológico pero también, y quizás se mantendrá inmersa en esa frenética carrera para no
con más ímpetu, de naturaleza cultural: el 'hombre moverse de donde está.
sabio' ya se vio empujado un día al desarrollo de una
revolución mental sin precedentes que hizo de él un
ser eminentemente simbólico. Esa vertiente com-
pleja de la cultura, una forma de comprender el
mundo y presentarse ante él, se convirtió antaño en
un instrumento poderoso de adaptación y supervi-
vencia. Son muchos los que opinan, desde distintos
ámbitos de pensamiento, que las siguientes fases del
proceso de humanización, azuzadas seguramente por
los grandes retos de la situación actual, deben estar
guiadas por una nueva revolución intelectual, un
nuevo avance en nuestra comprensión del mundo,
que nos lleve esta vez al desarrollo de una verdadera
conciencia global: la que haga sentir a todos los
individuos parte activa de una única especie (ámbito
social) integrada y dependiente del organismo natu-
ral que es el planeta Tierra (ámbito ambiental). Los
ingredientes de esa conciencia global de la especie
humana están ya presentes en muchas de las refle-
xiones actuales sobre nuestro porvenir, como en los
conceptos de coevolución, complejidad, postdesa-
rrollo o decrecimiento.
En el cuento del escritor británico Lewis Carroll
A través del espejo y lo que Alicia encontró allí (que
siguió al famoso Alicia en el país de las maravillas),
la Reina Roja advierte a una extrañada Alicia de que
en su país hace falta correr todo cuanto uno pueda
para permanecer en el mismo sitio. Y, efectivamente,
la gran aventura humana que surgió como un camino

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

CAMPBELL, Bernard. Ecología humana. Salvat,


Barcelona, 1996. COPPENS, Yves y PICQ, Pascal. Los orígenes de la
Una obra muy original, magníficamente plante- humanidad. Espasa, Madrid, 2004.
ada y elaborada. Campbell lleva a cabo un Este trabajo constituye una verdadera enciclo-
repaso del proceso de evolución humana utili- pedia de la evolución humana. Se trata, pues,
zando como hilo conductor los diferentes de un compendio de toda la información actual
ecosistemas que los homíninos fueron poco a sobre este tema que, además, está muy bien
poco dominando. También tiene una interesante ilustrado. Consta de dos tomos. El primero de
vertiente etnográfica, dado qué^ejemplifica las ellos (De la aparición de la vida al hombre
adaptaciones ecológicas con grupos de cazado- moderno) narra los distintos episodios y pasos
res y recolectores actuales. El autor demuestra del proceso evolutivo. El segundo (Lo propio
hasta qué punto nuestro recorrido evolutivo por del hombre) profundiza en los rasgos del
el planeta Tierra ha dependido, y depende aún, comportamiento humano, comparado con lo
de nuestro entorno. que conocemos sobre los primates y, en particu-
lar, los simios superiores.
CERVERA, José, ARSUAGA, Juan Luis, BER-
MÚDEZ DE CASTRO, José María y CARBO- DAWKINS, Richard. El gen egoísta. Salvat,
NELL, Eudald. Atapuerca. Un millón de años. Barcelona, 2000.
Editorial Complutense, Madrid, 1998. Un texto que en su día fue polémico (salió a la
Este libro es una magnífica guía (cargada de luz en 1976), dado que con él Dawkins plantea
fotos, dibujos e ilustraciones) para iniciarse de que los individuos no somos más que meras
forma completa y detallada en los yacimientos, máquinas de transmisión de los genes. Un libro
los hallazgos, las labores y técnicas de trabajo que nos presenta magistralmente una forma
de campo que el equipo de investigación está original de contemplar los mecanismos de la
llevando a cabo en el complejo arqueo-paleon- evolución.
tológico de la Sierra de Atapuerca, uno de los DIAMOND, Jared. El tercer chimpancé. Origen y
lugares más importantes de la Prehistoria futuro del animal humano. Debolsillo, barce-
mundial. lona, 2008.
COPPENS, Yves. La rodilla de Lucy. Los primeros Este ensayo repasa el recorrido que ha separado
pasos hacia la humanidad. Tusquets, a los humanos de los chimpancés a lo largo de
Barcelona, 2005. su evolución y plantea los riesgos de su futuro.
El paleoantropólogo francés más reputado, co- DIEZ MARTÍN, Fernando. El largo viaje. Arqueolo-
director del equipo que descubrió a Lucy, gía de los orígenes humanos y las primeras
ofrece, cómo no, su particular narración del migraciones. Bellaterra, Barcelona, 2005.
famoso hallazgo, sus conocimientos sobre el Del mismo autor que el presente libro, esta obra
proceso de evolución humana e interesantes presenta de forma detallada los conocimientos
datos sobre la historia de los primeros descubri- que la paleoantropología actual ofrece sobre los
dores de fósiles. orígenes de la humanidad. A partir del trinomio
biología-cultura-ecosistema, el autor repasa los

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

lenguaje? ¿Qué es la cultura y hasta qué punto


principales acontecimientos de nuestra historia constituye un rasgo eminentemente humano?
evolutiva en África y, en menor medida, en el FOUTS, Roger. Primos hermanos. Lo que me han
resto del Viejo Mundo para, seguidamente, enseñado los chimpancés acerca de la condi-
llevar a cabo una síntesis sobre los principales ción humana. Ediciones B, Barcelona, 2000.
procesos migratorios de los primeros humanos. Esta personalísima obra narra la larga relación
DOMÍNGUEZ-RODRIGO, Manuel. El primate entre Fouts y Washoe, una chimpancé proce-
excepcional. El origen de la conducta humana. dente del programa espacial de Estados Unidos.
Ariel, Barcelona, 1997. Se trata de una impactante biografía, de una
Este concienzudo ensayo repasa de forma breve y narración íntima y cargada de emotividad, en la
sintética los aspectos más destacados del proceso que se presenta la fascinante aventura de
de humanización y de los rasgos que definen el Washoe en su dominio del lenguaje de signos.
comportamiento humano: desde la bipedestación, El libro y su experiencia cuestionan la supuesta
la subsistencia, el comportamiento social hasta la incapacidad de los simios superiores para el
inteligenciada religión o el lenguaje. desarrollo de un modo de lenguaje relativa-
DOMÍNGUEZ-RODRIGO, Manuel. El origen de la mente complejo.
atracción sexual humana. Akal, Madrid, 2004.
Trabajo, en la siempre rigurosa línea del autor, GÁNDARA, Diego. Darwin. Vida, pensamiento y
que profundiza en la construcción del particular obra. Planeta DeAgostini, Barcelona, 2007.
comportamiento sexual de los humanos, basado Un magnífico repaso a la trayectoria vital y
en la ausencia de periodos de celo y en una científica de Charles Darwin, acompañado por
atracción sexual permanente. Este comporta- una abundante y cuidada selección gráfica.
miento es el armazón sobre el que se construye GUILLEN-SALAZAR, Federico. Existo, luego
la estructura social humana. La importancia de pienso: los primates y la evolución de la inteli-
esta obra no estriba sólo en que trata un proceso gencia humana. Áteles Clásica, Madrid, 2005.
de gran trascendencia sino en que cubre una Primatólogos españoles presentan sus conclu-
carencia bibliográfica en lengua castellana, ya siones sobre sus investigaciones relativas al
que escasean los estudios monográficos sobre estudio cognitivo de los primates (inteligencia
esta cuestión. social, autoconciencia, lenguaje, cultura) y su
relación con el origen y evolución de la inteli-
DUNBAR, Robin. La odisea de la humanidad. Una gencia humana. Este interesante libro es un
nueva historia de la evolución de la raza ejemplo de hasta qué punto nuestros parientes
humana. Crítica, Barcelona, 2007. más cercanos pueden ayudarnos a comprender
Una narración del proceso de hominización que las claves de nuestra propia evolución.
intenta dar respuesta a muchas de sus cuestio-
nes principales: ¿Qué es lo que nos hizo distin- GOODALL, Jane. A través de la ventana. Treinta
tos a otras especies que pueblan el planeta? ¿La años estudiando a los chimpancés. Salvat,
mente es algo humano o un rasgo de la psicolo- Barcelona, 1990.
gía animal? ¿Cómo y por qué surgió el

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FERNANDO DIEZ MARTÍN
Breve historia del Homo sapiens

Una de las grandes damas de la primatología


presenta una detallada y accesible narración de un estudio detallado sobre la naturaleza del
la vida cotidiana de los chimpancés, de su Homo neandethalensis y su relación con nues-
estructura social y, en definitiva, su comporta- tra especie.
miento. Sus conclusiones beben de su amplia LEAKEY, Richard y LE WIN, Roger. La sexta extin-
experiencia de campo en el estudio de nuestros ción. Tusquets, Barcelona, 1997.
parientes vivos más cercanos. En esta obra los autores lanzan una dramática
reflexión sobre el futuro de la vida y de nuestra
JOHANSON, Donald y EDEY, Maitland. El primer especie. Leakey y Lewin opinan que nos encon-
antepasado del hombre. Planeta, Barcelona tramos inmersos ya en la sexta extinción, la
1990. desaparición masiva de especies causada por
A través de la narración de los acontecimientos los humanos. Ese maltrato de los ecosistemas,
científicos que siguieron al descubrimiento de si no tomamos conciencia de su gravedad,
Lucy, los autores llevan a cabo una interesante acabará pasando factura a nuestra propia espe-
inmersión en el mundo de la paleoantropología. cie y causando la extinción del Homo sapiens.
A pesar de que en algunos aspectos el libro está Una documentada reflexión sobre los peligros
anticuado, la descripción biográfica de todo lo que acechan a la vida en la Tierra y una llamada
relacionado con el hallazgo de Lucy sigue de atención al lector de una realidad incómoda
presentando un gran interés documental. pero evidente: en contra de lo que creemos, los
LASHERAS, José Antonio (coordinador). Redescu- humanos no somos tan excepcionales. Estamos
brir Altamira. Turner, Madrid, 2003. también sujetos al curso de la evolución y, por
El primer ejemplo de arte prehistórico descu- tanto, podemos desaparecer como tantas otras
bierto y uno de los más importantes yacimien- especies lo han hecho.
tos del Paleolítico superior europeo, la Cueva LEWIS-WILLIAMS, David. La mente en la caver-
de Altamira, se presenta en este libro a la luz de na. Akal, Madrid, 2005.
los últimos conocimientos sobre la historia de
los descubrimientos, el yacimiento arqueoló- Magnífico libro que trata de reconstruir la evo-
gico, su contexto ecológico, sus hallazgos y las lución y las características de la mente del
importantes manifestaciones artísticas. El inte- Homo sapiens a través de la interpretación del
resante texto se acompaña con abundantes ilus- significado del arte prehistórico. De forma sen-
traciones de gran calidad cilla y directa, el autor desmenuza los conoci-
mientos actuales sobre las manifestaciones
LALUEZA FOX, Caries. Genes de neandertal. artísticas de nuestros ancestros, las hipótesis
Síntesis, Madrid, 2005. sobre su significado y trata de revelar sus prin-
De la mano de un experto en la materia, este cipales incógnitas. Una forma original de aden-
libro presenta un recorrido ameno, directo y trarse en el mundo del arte prehistórico desde
riguroso sobre los últimos avances de la biolo- una perspectiva poco convencional.
gía molecular aplicada a los neandertales. A LEWIN, Roger. Evolución humana. Salvat, Barcelo-
través de los estudios genéticos, Lalueza aborda na, 1994.

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