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11/8/2018 Øtro Lacan

No hay relación textual.

González, Diego Hernán.

Resumen:

Es sabido, por la gran mayoría, que el psicoanálisis da importancia a eso que se llama
“sexualidad”, cualquiera que abra la obra de Freud, dará cuenta que la sexualidad, está
ubicada como elemento etiológico en la causación de las afecciones psíquicas. Ahora bien, en
Lacan, esto que llamamos sexualidades, y que estaría puesto en primer plano, se plantea
como problemático ¿primer plano de qué? ¿de un modelo teórico o de una práctica? es decir,
para que la sexualidad o la falta de ella se establezca, ¿de dónde partimos? ¿de un hecho
anatómico, de la experiencia o de un hecho significante, escritural? Será a partir de
responder estas preguntas, que intentaremos leer, desde el discurso analítico, las nuevas
escrituras, que dan cuenta de cómo en la actualidad se plantea resolver textualmente el
axioma “no hay relación sexual que pueda escribirse.”

Palabras claves:

Textualidad – sexualidad – escritura – género – discurso analítico -

Parece necesario replantearse de manera radical las construcciones ontológicas de la


identidad[1].

Introducirnos en el complejo tema de las sexualidades o mejor dicho de las textualidades,


como intentaremos desplegar a lo largo de este trabajo, sin pretender acabar rápidamente la
cuestión, aunque nos dan quince o veinte minutos para acabar, lo cual quizás pueda dejarnos
a ambos satisfechos si sabemos aprovechar el tiempo, como decía, introducirnos no es cosa
sencilla, pq el asunto para el psicoanálisis de Lacan, es que las textualidades, es del discurso,
de la escritura, del desciframiento de lo que se trata, en definitiva del significante
matematizado por Lacan, por eso, discurso, síntoma y cuerpo, aunque de este último, una vez
que nos posicionemos en el discurso analítico, no es de lo que se va a tratar de ahí en más o
en menos, dependiendo del todo y del no todo, es decir de la función fálica, del sujeto del
inconsciente puntual y evanescente, de la castración del Otro, no entendida como la falta de
pene (Freud) sino como la posibilidad que se establece al habilitarse el significante de la falta
en ese Otro que da como efecto la operación simbólica de corte que recae sobre un objeto
imaginario.

Quiero advertirles que a lo largo de este trabajo voy a ir trayendo reiteradas citas de Lacan,
para que ustedes puedan escuchar en donde se apoya mi argumentación que intento que sea
seria, es decir, que haga serie y a través de la repetición serial podamos arribar a algún
concepto que despeje la cuestión que les voy a ir proponiendo.

Antes de avanzar, quiero retomar una pregunta planteada en la introducción del trabajo que
dice:
https://www.facebook.com/notes/lic-diego-hern%C3%A1n-gonz%C3%A1lez/no-hay-relaci%C3%B3n-textual/525050911242299/ 1/9
11/8/2018 Øtro Lacan

Para poder plantear el axioma “No hay relación sexual que pueda escribirse” ¿de dónde
partimos? ¿De un hecho anatómico o de un hecho discursivo?

Quiero comenzar entonces con una cita del seminario 20, clase 4, de 1973, en las pág. 15 -17
versión RRP.

“Toda dimensión del ser se produce por algo que está en el hilo, en la corriente del discurso
del amo…

¿Cómo, cómo volver, si no es por un discurso especial, a lo que yo podría avanzar de una
realidad prediscursiva?

No hay ninguna realidad prediscursiva, cada realidad se funda y se define por un discurso. Y
es precisamente por eso que importa que nos demos cuenta de qué está hecho el discurso
analítico y no desconocer lo que sin duda no tiene en él más que un lugar, un lugar limitado,
a saber que en él se habla de lo que el verbo cojer enuncia perfectamente, en él se habla de
cojer, quiero decir del verbo y allí se dice que eso no anda.

No hay la más mínima realidad prediscursiva, los hombres, las mujeres y los niños, no son
más que significantes…”[2]

Importa que nos demos cuenta que para el discurso analítico no hay realidad prediscursiva,
en él se habla, se escribe y se lee y también se habla de cojer, y se enuncia que eso no anda,
pero no anda, repite y hace síntoma no porque no se pueda coger, aunque esa impotencia
pueda presentarse, pero puede presentarse porque hay discurso, entonces es de significantes,
letra, escrituras de lo que está hecho el discurso analítico.

Lacan plantea que la sexuación (no la sexualidad sino la sexuación, pq eso se debe producir)
plantea que la sexuación para el parletre (retengan este concepto), eso no se produce a partir
de un hecho anatómico, sino a partir de un hecho lógico escritural, a partir del cual, Lacan
intenta establecer la diferencia entre dos posiciones, dicha escritura es generalmente
conocida como las fórmulas de la sexuación.

Las mencionadas fórmulas juegan con la función fálica, tratan de ubicar elementos que
existan o que caigan todo o no todo bajo dicha función.

Entonces, para ir despejando la cuestión surge una pregunta:

¿Qué es el falo? ¿Cómo entender la función fálica?

Hay muchas citas en donde Lacan despeja de que se trata el falo y la función que cumple.

https://www.facebook.com/notes/lic-diego-hern%C3%A1n-gonz%C3%A1lez/no-hay-relaci%C3%B3n-textual/525050911242299/ 2/9
11/8/2018 Øtro Lacan

En el escrito que data del 9 de Mayo de 1958 llamado La significación del falo, en escritos 2,


en la página 657, Lacan nos dice:

“El falo aquí se esclarece por su función. EL falo en la doctrina freudiana no es una fantasía
(…) No es tampoco como tal un objeto (…) Menos aún es el órgano, pene o clítoris (…) Pues el
falo es un significante (…)

Pues es el significante destinado a designar en su conjunto los efectos del significado (…)”[3]

En la clase 4, del 17 de Febrero de 1971, del Seminario XVIII, que lleva por título De un 
discurso que no sería del semblante, Lacan plantea:

“El falo, no designa, no designa en absoluto el órgano llamado pene con su fisiología, ni
tampoco la función que podemos atribuirle con alguna verosimilitud, como siendo la de la
copulación.”[4]

En la clase 8, del 13 de Marzo de 1973, del Seminario XX, que lleva por título Otra vez, Lacan
plantea:

“Este Φ, que también se encarna en el S1 por ser, entre todos los significantes, aquel que,
paradojalmente, al no desempeñar más que el papel de la función en el ΦX, es justamente ese
significante del cual no hay significado.”[5]

En primer lugar, creo que hemos escuchado decir a Lacan en tres momentos distintos de su
enseñanza (años 58, 71 y 73) que el falo no es el pene, no hay que confundirse ni dejarse
confundir en este punto, lalengua viene antes que el pene entre en escena, quizás haya que
encontrar otra forma de nombrarlo, dado que aún se arrastra en el decir de los analistas, la
confusión freudiana de asimilar falo con pene. Estoy escribiendo un trabajo en donde
propongo llamar a la función fálica función unoes, pero dejemos eso para otro encuentro,
simplemente lo dejo planteado como tema.

Continuemos, Lacan dice que el falo se encarna en el S1, se encarna en un significante, del
pene y del clítoris nada se ha dicho aún, quiero hacerles además notar que lo importante ahí
no es el S, sino el número 1, que es lo que permite distinguirlo de otro, por ejemplo del S2,
entonces cabría preguntarnos aquí ¿Por qué utiliza el número para establecer la diferencia?
¿Por qué el número 1? Lo que nos lleva a preguntarnos ¿Qué es un número?

Ustedes saben, a partir del matemático Gottlob, Frege (Fundamentos de la aritmética) que la
existencia es correlativa a la aparición del conjunto 0 que cuenta como cardinal 1 siendo a su
vez la negación del conjunto vacío, es decir, la negación del conjunto que tiene por definición
conceptual no ser idéntico a sí mismo.

Voy a tratar de explicar brevemente la regla lógica de producción de conjuntos que da como
resultado la creación de los números naturales, a partir del concepto de lo no idéntico a sí
mismo a lo idéntico a sí mismo, es decir, el paso de la no identidad a la identidad.
https://www.facebook.com/notes/lic-diego-hern%C3%A1n-gonz%C3%A1lez/no-hay-relaci%C3%B3n-textual/525050911242299/ 3/9
11/8/2018 Øtro Lacan

Partimos de la definición conceptual de lo inexistente que sería: todo objeto no idéntico a sí


mismo. Este concepto produce el conjunto vacío, dado que no existe ningún objeto no
idéntico a sí, por eso el conjunto es vacío, porque no subsume ningún objeto, a este conjunto
vacío se le asigna el número cardinal 0. Cardinal quiere decir el número de elementos que
subsume el conjunto no idéntico a sí mismo.

Por lo tanto tenemos al conjunto vacío:

Definición: No idéntico a sí mismo. (No identidad, X±X)

Extensión: No subsume ningún objeto. (inexistencia)

Cardinal: 0

A partir de aquí, si seguimos con la regla lógica de producción de conjuntos, el único


conjunto posible de formular es el equivalente con el cardinal del conjunto vacío, es decir con
el número 0. Este movimiento lógico, crea entonces el primer objeto, al subsumir dentro del
conjunto cero el primer cardinal, el número 0.

Tenemos entonces ahora el conjunto 0:

Definición: Idéntico a sí mismo. (Identidad, 0=0)

Extensión: subsume el primer objeto 0. (existencia)

Cardinal: 1

El concepto idéntico a sí mismo, crea el conjunto 0 al subsumir como objeto al cardinal 0 del
conjunto vacío, creando de esta manera el cardinal 1, portador de identidad, el conjunto 0 es
idéntico a 0, idéntico a sí mismo, será entonces a partir del concepto de identidad que
comienza la existencia.

Debemos notar, que de esta forma lógica conceptual, se ha fundamentado el número y la


existencia a partir de los conceptos no idéntico a sí mismo e idéntico a sí mismo y no se ha
recurrido a ninguna experiencia, a ningún cuerpo ni a ningún hecho anatómico todavía.

Podemos decir que, con la aparición del concepto lo no idéntico a sí mismo y lo idéntico a sí
mismo surge la posibilidad de la diferencia y el fundamento de toda la lógica aristotélica
conformada por tres principios, a saber: el principio de no contradicción, el principio de
identidad y el principio de tercero excluido.

Recordemos ahora nuevamente la frase de Lacan citada anteriormente:

https://www.facebook.com/notes/lic-diego-hern%C3%A1n-gonz%C3%A1lez/no-hay-relaci%C3%B3n-textual/525050911242299/ 4/9
11/8/2018 Øtro Lacan

“Este Φ que también se encarna en el S1, por ser entre todos los significantes, aquel que,
paradojalmente, al no desempeñar más que el papel de la función en el ΦX, es justamente
ese significante del cual no hay significado …”[6]

¿Por qué dice paradojalmente?

No sé cómo leen paradojalmente ustedes, pero lo que voy a proponer es que el 1 que encarna
a la función fálica, porta en si la paradoja de ser no idéntico a sí a la vez que 
idéntico a sí, ya que no desempeña más que la función de establecer la diferencia al poseer
identidad, pero a la vez, conserva la función de establecer la falta en ser que deviene de la
inexistencia a través del concepto de lo no idéntico a sí mismo.

La paradoja entonces es que el significante de todos los significantes en tanto no idéntico a sí


mismo, es no todo un significante, dado que surge de la no identidad consigo mismo. Pero al
encarnarse como cardinal 1 y plantearse como idéntico a sí, abre la puerta a la posibilidad de
la diferencia y a la no contradicción.

Entonces el problema no se ubica en el elemento existente o en el elemento que cae no todo


bajo la función fálica, el problema no es la x en las fórmulas de la sexuación, el problema se
plantea entonces en la función fálica misma al postularse como encarnación del 1, del S1, es
decir, al prponerse en el 1 la paradoja de ser idéntico a si y no ser idéntico a sí al mismo
tiempo.

Inexistente Φ función fálica

Podemos ejemplificar esto que estoy proponiendo con una cita en Escritos 2, Subversión del 
sujeto…, pág. 800 que dice:

“¿Que soy yo? Soy en el lugar donde se vocifera que el universo es un defecto en la pureza del
no ser. Y esto no sin razón, pues de conservarse, ese lugar hace languidecer al ser mismo. Se
llama gozo y es aquello cuya falta haría vano el universo.”[7]

Si se conservase la pureza del no ser, no habría posibilidad de existencia, pero por que se
vocifera, es decir porque hay decir, la pureza del no ser se mancha, se crea lo idéntico a sí
mismo y la posibilidad del gozo.

¿Qué soy? Parletre: porque hay decir es que hay ser, identidad, existencia. Este neologismo
de Lacan creado en 1974 es muchas veces traducido, o mal traducido como ser hablante,
quiero que noten que esa traducción invierte completamente lo que Lacan va proponiendo y
sosteniendo a lo largo de su argumentación teórica.

Nótese además que también de aquí podemos sacar la fórmula de la pulsión para Lacan,
($˂˃D) -eco en el cuerpo del hecho de que hay un decir-

https://www.facebook.com/notes/lic-diego-hern%C3%A1n-gonz%C3%A1lez/no-hay-relaci%C3%B3n-textual/525050911242299/ 5/9
11/8/2018 Øtro Lacan

¿Cómo podría establecerse entonces la diferencia si en el significante dejase de operar la


función fálica, a saber, lo que habilita el principio de identidad y el de no contradicción?

La cuestión de las sexualidades comienza a partir de aquí, es decir, en la posibilidad de


establecer la diferencia entre una cosa y otra, diferencia que como vengo argumentando, no
se relaciona con el organismo, con nada que tenga que ver con vaginas ni penes.

Las nuevas formas de escribir en los llamados lenguajes inclusivos dan cuenta del problema
que estoy intentando plantear.

En la clase 3, del 12 de Enero de 1972, del Seminario XIX, que lleva por título …O Peor, Lacan
plantea:

“Al comienzo, que haya el hombre y la mujer – es la tesis de donde parto hoy- es antes que
nada asunto del lenguaje. El lenguaje es tal que para todo sujeto hablante o es “el” o es “ella”.
Es el principio del funcionamiento del género, femenino o masculino.

Que haya el hermafrodita, será solo una ocasión de jugar con mayor o menor ingenio a hacer
pasar en la misma frase el él y el ella.

No se lo denominará “eso” en ningún caso, salvo para manifestar así algún horror de tipo
sagrado, no se lo pondrá en neutro. Dicho esto, el hombre y la mujer, no sabemos lo que
son.”[8]

Para el psicoanálisis, por lo menos el de Lacan, la cuestión de las sexualidades es una


problemática habilitada a partir de la escritura, a partir del conjunto significante, a partir de
la problemática que abre el significante, apoyado en el fundamento en que porque hay
concepto que funda conjuntos es que aparece la posibilidad de la identidad y la diferencia,
una vez más, esto no tiene nada que ver con vaginas y penes.

Fíjense entonces en donde se establece la posibilidad de la diferencia y la identidad, la


diferencia y la identidad es textual y a partir de allí es que se puede establecer cualquier tipo
de diferencia, incluida la sexual, que no deja, para el discurso analítico, de ser textual. La 
identidad no es más que la repetición de la diferencia intentando escribirse.
Pero para que esto se produzca es necesario que se hable, es decir que se signifique.

Ahora bien, el psicoanálisis no está exento de la problemática de atribuir sentido o


significación a los conceptos que propone, más allá que estos estén apoyados en cuestiones
lógico-matemáticas.

Por ejemplo, la función fálica identificada con el 1, que supuestamente no tendría significado,
estaría, cuando cae toda sobre la x, ubicando en las fórmulas de la sexuación el lado hombre y
lo que cae no todo bajo de dicha función quedaría del lado mujer, ¿Por qué? Es decir, ¿es que
se vuelve a identificar falo con hombre?

https://www.facebook.com/notes/lic-diego-hern%C3%A1n-gonz%C3%A1lez/no-hay-relaci%C3%B3n-textual/525050911242299/ 6/9
11/8/2018 Øtro Lacan

Y aún si se dice, que no es con el hombre y la mujer, sino con lo masculino y lo femenino, o
con lo macho y lo hembra ¿Por qué la función del 1 se identificaría a lo masculino y lo que cae
no todo bajo la función del 1 identificaría lo femenino? No hay nada que lo respalde.

¿Cómo decir entonces lo que es ser mujer, hombre, si lo que estamos proponiendo no tiene
relación con el organismo? ¿Qué es lo que daría entonces la definición?

Lacan dice “no se lo denominará eso”, no se denominará el género en neutro y esto es lo que
voy a proponer que no sucede cuando nos encontramos con el lenguaje llamado inclusivo,
por ejemplo, cuando se escribe con la letra x. Actualmente la letra x transformada en letra e,
dado que la x no se podía pronunciar. La letra x, en lo que se trata, marca en un lugar, en
donde en lo que debería identificar al género a partir de la letra sea a u o, como vacío, se
postula por lo tanto al género como una incógnita, o por lo menos una suspensión en lo que
se refiere a la posición del género en el texto. Por ejemplo cuando se enuncia: les
compañeres, nosotres, etc.

Estos lenguajes, de alguna manera, ponen también en cuestión el significado, los nombres
que los operadores lógicos del psicoanálisis ha arrastrado desde Freud a Lacan, a saber:
Nombre del padre, deseo de la madre, castración y falo.

Si para el psicoanálisis de Lacan, es de la función y campo del significante que se trata y dado
que para que haya parletre es al recibir su mensaje de forma invertida desde el Otro, va a ser
ahí, en una anterioridad lógica a toda posibilidad de connotación individual, donde el sujeto
barrado va a ser ubicado, representado por un significante frente a otro significante.

Pero, como decíamos, si para el psicoanálisis se trata de operadores lógicos, letras


algebraicas, ¿Por qué se los denomina todavía del padre, de la madre, castración y falo?

Considero que ha llegado el momento de avanzar por la vía que Lacan indicó y depurar las
connotaciones que dichos operadores han arrastrado a lo largo de las épocas del padre.

Es más, habría que preguntarse ¿Por qué seguir sosteniendo desde el discurso analítico que
las sexualidades tiene un papel preponderante en la causación de las afecciones psíquicas?

Si alguna vez se supuso que en el discurso analítico se hablaba de coger y de que eso no
andaba, no es porque no se cogiera, sino porque no se sabía que el punto nodal era que no
hay relación textual que pueda escribirse, no hay relación no entre vaginas y penes sino entre
lo que se dice y lo que eso significa, entre lo que se dice y lo que se oye.

Sin el significante, no hay causa material del gozo de la parte del cuerpo, el gozo se produce al
corporizar un organismo de manera significante, pero también es por el significante que se
puede hacer alto al gozo, Lacan nos advierte que no es del organismo de lo que se trata sino
que la causa primera y última del gozo es formal, proviniendo de una gramática de la cual no
sabemos ni siquiera que está inscrita y menos aún en que lenguaje, eh ahí el nudo de la
cuestión desde el cual deviene todo el problema.
https://www.facebook.com/notes/lic-diego-hern%C3%A1n-gonz%C3%A1lez/no-hay-relaci%C3%B3n-textual/525050911242299/ 7/9
11/8/2018 Øtro Lacan

El papel que juega el cuerpo en este discurso del psicoanálisis es aportar sensibilidad y
responder a la turbación que recibe del significante por el hecho de que hay un decir de un
Otro, la identificación a la asignación dependerá entonces del modo en como ese organismo,
luego devenido cuerpo, sea tomado por el significante y responda a los tipos ideales que las
posibilidades gramaticales habilitan para el parletre, sea x, e, a u o.

Si no hay relación sexual es porque no hay relación textual, las lesbianas, gays, bisexuales,
tráns y hétero son algunos de los modos posibles de situarse ante esta imposibilidad de
escribir como tal la relación textual, poco importa si se tiene vagina o pene ni como eso se
use, en todo caso, lo que nos podría importar desde el discurso analítico, es como al asumir la
posición deseante habilitada a partir de una repartición lógica formal del todo y del no todo,
eso puede hacer síntoma, puede repetir incesantemente al querer inscribirse.

Bibliografía:

o Badiou, A. Cassin, B. (2011) No hay relación sexual. Amorrortu.

o Butler, Judith. (2007) El género en disputa. Editorial Paidós.

o Frege, G. (1975) Fundamentos de la aritmética. Barcelona. Editorial Laia.

o Krymkiewicz, M. (2016) El uno de Frege. 

o Lacan, J. (1978) El Psicoanálisis en su referencia a la relación sexual. Versión Crítica.


Ponte, R.R

o Lacan, J. (1992) El Seminario. Libro 9. Versión Crítica. Ponte, R.R

o Lacan, J. (1971) El Seminario. Libro 19. Versión Crítica. Ponte, R.R.

o Lacan, J. (1972-3) El Seminario. Libro 20. Versión Crítica. Ponte, R.R.

o Lacan, J. (1992) “La significación del falo”. En escritos 2. Buenos Aires. Ed. S.XXI

o Lacan, J. (2009) “Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente 


freudiano”. En: Escritos 2. Buenos Aires. Ed. S.XXI

o Lorey, I. (2017) Disputas sobre el sujeto. Ediciones La Cebra.

o Sánchez, José Fernando. (2016) Lacan con las matemáticas. Letra Viva

González, Diego Hernán

https://www.facebook.com/notes/lic-diego-hern%C3%A1n-gonz%C3%A1lez/no-hay-relaci%C3%B3n-textual/525050911242299/ 8/9
11/8/2018 Øtro Lacan

diego_hernang@yahoo.com.ar

Lic. En psicología por la UNMdP, Residente de 3er año del Hospital Interzonal de Agudos,
ensayista.

[1] Butler, Judith. “El género en disputa” Ed Paidós. Pág. 59.

[2] Lacan, J. El Seminario 20, Versión Crítica. Ponte, R.R.

[3] Lacan, J. La significación del falo. Escritos 2. Editorial S. XXI.

[4] Lacan, J. El Seminario 18, Versión Crítica. Ponte, R.R.

[5] Lacan, J. El Seminario 20, Versión Crítica. Ponte, R.R.

[6] Lacan, J. El Seminario 20, Versión Crítica. Ponte, R.R.

[7] Lacan, J. Subversión del sujeto y dialéctica del deseo en el inconsciente freudiano, Pág.


800. Ed. S.XXI

[8] Lacan, J. El Seminario 19, Versión Crítica. Ponte, R.R.

https://www.facebook.com/notes/lic-diego-hern%C3%A1n-gonz%C3%A1lez/no-hay-relaci%C3%B3n-textual/525050911242299/ 9/9

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