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Harold

1. ¿qué es el comité de Basilea?

s el principal organismo normativo internacional para la regulación prudencial


de los bancos y constituye un foro de cooperación en materia de supervisión
bancaria.

2. Antecedentes:

1975 El Comité fue establecido por los presidentes de los bancos centrales de
los once países miembros del Grupo de los Diez (G-10) en aquel momento.
Normalmente se reúne en el Banco de Pagos Internacionales (en inglés BIS, BPI
en español), Basilea, Suiza, donde se encuentra su Secretaría permanente, de
12 miembros. A sus reuniones plenarias, que se celebran cuatro veces al año,
asisten también representantes de la autoridad nacional supervisora cuando esta
función no recae en el banco central respectivo. El Comité se refiere a menudo
como el Comité del BPI, debido a su lugar de reunión. Sin embargo, el BPI y el
Comité de Basilea siguen siendo dos entidades distintas.
Los Acuerdos de Basilea

Los acuerdos de Basilea han evolucionado en función del ritmo de los


acontecimientos, siempre con el fin de reducir al máximo el endeudamiento de
las entidades financieras y garantizar la capacidad de respuesta ante el riesgo
operacionales, de crédito y de mercado.

Es importante indicar que, aunque estos acuerdos carecen de forma


jurídica, los documentos de Basilea han sido aprobados por los gobernadores y
supervisores de las mayores economías del mundo. Estos documentos giran en
torno a cuatro temas principalmente.

 Principios sobre la actividad transfronteriza y cooperación entre


supervisores.
 Medidas de adecuación del capital.
 Principios básicos.
 Gestión de riesgos y otros aspectos

1988 Basilea I
1996 Basilea II
2010 Basilea III
Luciana
Basilea I
Con el nombre de Basilea I se conoce al acuerdo publicado en 1988, en Basilea,
Suiza, por el Comité de Basilea, compuesto por los gobernadores de los bancos
centrales de Alemania, Bélgica, Canadá, España, EE.
UU., Francia, Italia, Japón, Luxemburgo, Holanda, el Reino
Unido, Suecia y Suiza. Se trataba de un conjunto de recomendaciones para
establecer un capital mínimo que debía tener una entidad bancaria en función de
los riesgos que afrontaba.
El acuerdo establecía una definición de «capital regulatorio» compuesto por
elementos que se agrupan en 2 categorías (o «tiers») si cumplen ciertos
requisitos de permanencia, de capacidad de absorción de pérdidas y de
protección ante quiebra. Este capital debe ser suficiente para hacer frente a los
riesgos de crédito, mercado y tipo de cambio.
Cada uno de estos riesgos se medía con unos criterios aproximados y sencillos.
El principal riesgo era el riesgo de crédito, y se calculaba agrupando las
exposiciones de riesgo en 5 categorías según la contraparte y asignándole una
«ponderación» diferente a cada categoría (0%, 10%, 20%, 50%, 100%), la suma
de los riesgos ponderados formaba los activos de riesgo.
El acuerdo establecía que el capital mínimo de la entidad bancaria debía ser el
8% del total de los activos de riesgo (crédito, mercado y tipo de cambio
sumados).
Este acuerdo era una recomendación: cada uno de los países signatarios, así
como cualquier otro país, quedaba libre de incorporarlo en su ordenamiento
regulatorio con las modificaciones que considerase oportunas.
El primer acuerdo de capital de Basilea ha jugado un papel muy importante en el
fortalecimiento de los sistemas bancarios. La repercusión de ese acuerdo, en
cuanto al grado de homogeneización alcanzado en la regulación de los
requerimientos de solvencia ha sido extraordinaria. Entró en vigor en más de 130
países.
https://es.wikipedia.org/wiki/Basilea_I
Basilea II
Se refieren a un conjunto de propuestas de reforma de la regulación
bancaria, publicadas a partir del 16 de diciembre de 2010.
Basilea III es parte de una serie de iniciativas, promovidas por el Foro de
Estabilidad Financiera (FSB, Financial Stability Board) y el G-20, para
fortalecer el sistema financiero tras la crisis de las hipotecas subprime.
Requisitos mínimos de capital
Constituye el núcleo del acuerdo e incluye una serie de novedades con
respecto al anterior: tiene en cuenta la calidad crediticia de los prestatarios
(utilizando ratings externos o internos) y añade requisitos de capital por el
riesgo operacional.
La norma de Basilea I, que exige
fondos propios > 8% de activos de riesgo , considerando: (riesgo de
crédito + riesgo de negociación+ riesgo de tipo de cambio)
mientras que ahora Basilea II considera: (riesgo de crédito + riesgo de
mercado+ riesgo de tipo de cambio + riesgo operacional)
El riesgo de crédito se calcula a través de tres componentes fundamentales:

 PD (Probability of Default), o probabilidad de incumplimiento.


 LGD (Loss Given Default), o pérdida dado el incumplimiento (también se
conoce como "severidad", indicando la gravedad de la pérdida).
 EAD (Exposure At Default), o exposición en el momento del
incumplimiento.
Habida cuenta de la existencia de bancos con distintos niveles de sofisticación,
el acuerdo propone distintos métodos para el cálculo del riesgo crediticio. En
el método estándar, la PD y la LGD se calculan implícitamente a través de las
calificaciones de riesgo crediticio publicadas por empresas especializadas
(agencias de rating) utilizando una serie de baremos. En cambio, los bancos más
sofisticados pueden, bajo cierto número de condiciones, optar por el método de
ratings internos avanzado (AIRB), que les permite utilizar sus propios
mecanismos de evaluación del riesgo y realizar sus propias estimaciones. Existe
un método alternativo e intermedio (foundation IRB) en el que los bancos pueden
estimar la PD, el parámetro de riesgo más básico, y utilizar en cambio valores
precalculados por el regulador para la LGD.
Hasta la fecha, muchas entidades bancarias gestionaban su riesgo crediticio en

función de la pérdida esperada, , que determinaba su nivel de provisiones


frente a incumplimientos. La nueva normativa establece una nueva medida, el
RWA, que se fija no en la media sino en un cuantil elevado de la distribución de
pérdida estimada a través de una aproximación basada en la distribución
normal.
El riesgo de crédito se cuantifica entonces como la suma de los RWA
correspondientes a cada una de las exposiciones que conforman el activo de la
entidad.
Dentro del riesgo de crédito se otorga un tratamiento especial a
las titulizaciones, para las cuales se debe analizar si existe una transferencia
efectiva y significativa del riesgo, y si son operaciones originadas por la entidad
o generados por otras.
El riesgo de negociación y el riesgo de tipo de cambio se siguen calculando
conforme a Basilea I.
El riesgo operacional se calcula multiplicando los ingresos por un porcentaje
que puede ir desde el 12% hasta el 18%. Existen 3 métodos alternativos para
calcularlo dependiendo del grado de sofisticación de la entidad bancaria.

el proceso de supervisión de la gestión de los fondos propios


Los organismos supervisores nacionales están capacitados para incrementar el
nivel de prudencia exigido a los bancos bajo su jurisdicción. Además,
deben validar tanto los métodos estadísticos empleados para calcular los
parámetros exigidos en el primer pilar como la suficiencia de los niveles de
fondos propios para hacer frente a una crisis económica, pudiendo obligar a las
entidades a incrementarlos en función de los resultados.
Para poder validar los métodos estadísticos, los bancos estarán obligados a
almacenar datos de información crediticia durante periodos largos, de 5 a 7 años,
a garantizar su adecuada auditoría y a superar pruebas de "stress testing".
Además se exige que la alta dirección del banco se involucre activamente en
el control de riesgos y en la planificación futura de las necesidades de capital.
Esta autoevaluación de las necesidades de capital debe ser discutida entre la
alta dirección y el supervisor bancario. Como el banco es libre para elegir la
metodología para su autoevaluación, se pueden considerar otros riesgos que no
se contemplan en el cálculo regulatorio, tales como el riesgo de concentración
y/o diversificación, el riesgo de liquidez, el riesgo reputacional, el riesgo de
pensiones, etc.
Para grupos financieros multinacionales se establecen Colegios
Supervisores que, bajo la coordinación del supervisor de la entidad matriz, se
encargan de la coordinación internacional de la supervisión del grupo financiero.

La disciplina de mercado
El acuerdo estableció normas de transparencia y exigió la publicación periódica
de información acerca de su exposición a los diferentes riesgos y la suficiencia
de sus fondos propios. El objetivo es:

1. La generalización de las buenas prácticas bancarias y su


homogeneización internacional.
2. La reconciliación de los puntos de vista financiero, contable y de la
gestión del riesgo sobre la base de la información acumulada por las
entidades.
3. La transparencia financiera a través de la homogeneización de los
informes de riesgo publicados por los bancos.
Inicialmente la información debe incluir:

 Descripción de la gestión de riesgos: objetivos, políticas, estructura,


organización, alcance, políticas de cobertura y mitigación de riesgos.
 Aspectos técnicos del cálculo del capital: diferencias en la consolidación
financiera y regulatoria.
 Descripción de la gestión de capital.
 Composición detallada de los elementos del capital regulatorio
disponible.
 Requerimientos de capital por cada tipo de riesgo, indicando el método
de cálculo utilizado.
El requisito inicial es que se publique al menos anualmente, aunque es previsible
que la frecuencia será mayor (al menos resumida) y a sus contenidos mínimos
se irá añadiendo la información que el mercado exija en cada momento.
https://es.wikipedia.org/wiki/Basilea_II
BASILEA III

Se refieren a un conjunto de propuestas de reforma de la regulación bancaria,


publicadas a partir del 16 de diciembre de 2010.

Basilea III es parte de una serie de iniciativas, promovidas por el Foro de


Estabilidad Financiera (FSB, Financial Stability Board) y el G-20, para fortalecer
el sistema financiero tras la crisis de las hipotecas subprime.

Fortalecimiento del capital


El acuerdo de Basilea III propone a los bancos aumentar sus reservas de
capital para protegerse de posibles caídas. El capital mínimo de calidad
(CET1, Common Equity Tier 1 por sus siglas en inglés), incluye las acciones
ordinarias y los resultados acumulados. El ratio de capital CET1 pasa del 2% al
4,5%, computado sobre el total de los "activos ponderados por riesgo". Este
ratio de capital mínimo debe ser mantenido en todo momento por el banco y es
uno de los más importantes.

El llamado Capital Tier 1 incluye, además de las acciones comunes y las


utilidades retenidas, las participaciones preferentes, híbridos de capital y deuda
sin pagar. El ratio de Capital Tier 1 mínimo pasa del 4% al 6% aplicable en
2015 sobre el total de los "activos ponderados por riesgo".4 Dicho 6% se
subdivide en el 4,5% de CET1 arriba mencionado, y el 1,5% extra de AT1
(Additional Tier 1).
En suma, el ratio mínimo de Capital Total (que incluye el Capital Tier 1, más el
denominado Capital Tier 2), asciende en total al 8% de los activos ponderados
por riesgo.
Respecto de los "activos ponderados por riesgo", se definen como la suma de
los activos del banco, ponderados según el riesgo que cada activo comporte de
acuerdo con las directrices de Basilea III. Por ejemplo: un préstamo al
consumo, sin ninguna garantía, tiene un peso del 100%; mientras que un bono
del estado, generalmente tiene un peso del 0% (por ejemplo, el bono alemán o
suizo)
Liquidez
Uno de los planes más importantes de la reforma de Basilea III es la
introducción de dos ratios de liquidez: el LCR (Liquidity Coverage Ratio) y el
NSFR (Net Stable Funding Ratio).7

 El LCR (Coeficiente de Cobertura de Liquidez) es una relación de un mes,


que tiene como objetivo requerir a los bancos mantener suficientes activos
líquidos de alta calidad para cubrir las salidas netas de efectivo durante un
período de 30 días. Su fundamento es el siguiente: los activos líquidos de
los que dispone una institución financiera (por ejemplo, bonos
gubernamentales y bonos corporativos) deben tener un valor mayor o igual
que las salidas potenciales de efectivo (por ejemplo, pagarés que expiran y
retiros de cuentas de depósito) de dicha institución. De manera matemática,
esto es:

Los activos que entran en la parte de Activos Líquidos, son tales que la
institución pueda fácilmente convertirlos en efectivo. Para efectos del
Coeficiente de Cobertura de Liquidez, éstos se separaron en dos tipos los
activos de nivel I y activos de nivel II. Los activos de nivel I, son activos muy
líquidos que no incurren en pérdidas, por precios inusuales a ser vendidos
en el mercado. Por esta razón se ponderan al 100%. Los activos de nivel II
son activos menos líquidos, que bajo un escenario de estrés pudiera ser que
se vendieran a precios menores que los de mercado, por lo que tienen un
ponderador menor que 100%
https://es.wikipedia.org/wiki/Basilea_III
Miriam
Funciones del comité de Basilea
• Establecer un foro apropiado para la discusión de los problemas
propios de la supervisión
• Coordinación de las responsabilidades de la supervisión entre las
autoridades encargadas de dicha función con el fin de asegurar una
supervisión efectiva a nivel mundial
• Señalamiento de estándares de supervisión relacionados con la
solvencia de las entidades financieras

Relaciones del comité de Basilea


Por otro lado el CB mantiene relaciones con otros organismos internacionales
entre los cuales contamos con el Comité de Estándares de Contabilidad
Internacional; el Comité de Prácticas de Auditoria Internacional; la Federación
Internacional de Contadores y la Cámara de Comercio Internacional. Asimismo,
con organismos de supervisión como el Grupo de Contacto de Supervisores de
la Unión Europea; el Grupo de Supervisores de OFFSHORE; la Comisión de
América Latina y el Caribe en Supervisión Bancaria e Inspección; el Grupo de
Supervisores del Caribe; el Grupo de los Estados Árabes y SEANZA17.
Finalmente, también mantiene activos contactos con el Centro de Estudios
Latinoamericanos (CEMLA); el Comité Ejecutivo del Sudeste Asiático y los
Bancos Centrales del Pacífico (EMEAP); Bancos Centrales del Sudeste Asiático
(SEACEN); la Asociación Asiática para la Cooperación Regional (SAARC) y Sur
África (SADC).
Principiso básicos de supervisión
rincipios básicos para una buena supervisión bancaria:

Los Principios Básicos, han sido utilizados en diferentes países como


referencia para evaluar la calidad de sus sistemas supervisores e identificar
medidas necesarias para conseguir un buen nivel de base en cuanto a
prácticas de supervisión.
La experiencia demuestra que las autoevaluaciones del cumplimiento de los
Principios Básicos en distintos países han resultado ser de utilidad para las
autoridades, en concreto para identificar deficiencias en el ámbito de la
regulación y supervisión y para establecer prioridades a la hora de subsanarlas.

La revisión de los Principios Básicos de Basilea constituye una razón de más


para que los países realicen dichas autoevaluaciones. Los Principios Básicos
también han sido utilizados por el FMI y el Banco Mundial en el contexto de su
Programa para la Evaluación del Sector Financiero (PESF) destinado a evaluar
los sistemas y prácticas de supervisión bancaria en diferentes países.

No obstante, desde 1997, la regulación bancaria ha experimentado cambios


significativos, los diferentes países han adquirido experiencia con la aplicación
de los Principios Básicos y se han hecho evidentes nuevos aspectos,
perspectivas y brechas en el ámbito de la regulación, que a menudo han dado
pie a nuevas publicaciones del Comité. Todo ello ha hecho necesario actualizar
los Principios Básicos y su Metodología de evaluación.

Como objetivo principal, se pretende mejorar la coherencia entre los Principios


Básicos y las correspondientes normas para valores y seguros, su la lucha
contra el blanqueo de dinero y la difamación de la transparencia. Sin embargo,
los principios básicos sectoriales están diseñados para ocuparse de los
principales riesgos y prioridades de supervisión, que varían según el sector en
cuestión, por lo que deben permanecer ciertas diferencias legítimas.
Principios básicos:
Según la web de "bancos de pagos internacionales", podemos encontrar los
siguientes principios básicos para dicha supervisión:

"Principio 1. Objetivos, independencia, potestades, transparencia y


cooperación: Todo sistema eficaz de supervisión bancaria debe contar con
atribuciones y objetivos claros para cada autoridad que participe en la
supervisión de los bancos contando cada una de ellas deberá contar con
independencia operativa, procesos transparentes, un buen gobierno
corporativo y recursos adecuados, y deberá hacerse responsable del
desempeño de sus funciones.

Principio 2.Actividades permitidas: Deben definirse claramente las actividades


que pueden desarrollar las entidades autorizadas a operar como bancos y
sujetas a supervisión, y debe controlarse en la medida de lo posible el uso de la
palabra “banco” como razón social.
Principio 3. Criterios para la concesión de licencias. La autoridad encargada de
conceder las licencias debe tener potestad para fijar criterios y rechazar las
solicitudes que no cumplan con las normas establecidas. Como mínimo, el
proceso de autorización debe evaluar la estructura de propiedad y el buen
gobierno del banco y del grupo al que pertenece, incluyendo la adecuación e
idoneidad de sus consejeros y altos directivos, su plan estratégico y operativo,
sus controles internos y gestión del riesgo, así como la evolución prevista de su
situación financiera, incluida su base de capital. Cuando el propietario u
organismo matriz del banco propuesto sea extranjero, deberá obtenerse el
consentimiento previo del supervisor del país de origen.

Principio 4. Cambio de titularidad de participaciones significativas: El supervisor


tiene potestad para examinar y rechazar propuestas para transferir
participaciones significativas o de control, tanto si se poseen de modo directo
como indirecto, en bancos existentes.

Principio 5. Adquisiciones sustanciales: El supervisor tiene potestad para


analizar, basándose en criterios prescritos, las adquisiciones o inversiones
sustanciales que realice un banco, incluida la realización de operaciones
transfronterizas, para confirmar que la estructura del grupo o de la empresa no
expone al banco a riesgos innecesarios ni obstaculiza la supervisión eficaz.

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