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ANTICOLONIAL Y LIBERTARIA:
UN CAPÍTULO DE LA GUERRA
DE MANCO INCA
Por: Hernán Amat Olazábal.
De Tampu a Lima
No debió ser muy numeroso el ejército con el que partió Quizu Yu-
panqui desde Tampu, sede por entonces del cuartel general de Manco Inca.
La crónica india consigna que lo acompañaron “doce capitanes con mil
indios” (Guaman Poma, 1993: I, 302). Eso seguramente en referencia a los
nobles cuzqueños que con él partieron de Tampu. Aunque pocos, ellos iban
a mostrar una valentía digna de todo encomio.
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Triunfos incaicos en la Sierra Central
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do la puna de Pariaccacca, hubiese encontrado a los españoles muy desmo-
ralizados. Pero les dio tiempo para rehacerse, lo cual fue a todas luces un
error, porque Pizarro pudo hacerles frente con más de quinientos soldados
españoles, otros tantos guerreros negros y miles de “indios amigos”.
Al cabo, Quizu Yupanqui dispuso una ofensiva por tres frentes, or-
denando que “los Huancas, Angares, Yauyos y Chauircos entrasen por el
camino real de los llanos, que es Pachacámac... y el Quizu Yupanqui en-
trase port Mama a salir a Lima el río abajo, y los de Tarama, Atavillos,
Huánuco y Huaylas viniesen por el camino de Trujillo, que también es de
llanos. Y con esta orden divididos cercaron a Lima una mañana, y embis-
tiendo luego pelearon con los españoles valerosamente” (Murúa, 1987:
242). El ataque se emprendió en los últimos días de agosto de 1537 (Gui-
llén, 1994: 292).
De todas formas, el ímpetu de los orejones fue tal que cuando esta-
ban a un paso de proclamar victoria total, sucedió una tremenda desgracia
que cambió la suerte de la batalla. Valeroso hasta la temeridad, Quizu Yu-
panqui había dejado sus andas, y combatía a pie, atrevidamente, cuando
un certero disparo de arcabuz lo tendió en tierra, hiriéndolo de muerte: “Si
la fortuna no les fuera favorable a los españoles.. aquel día se concluía la
guerra asolando Lima. Pero andando en lo más trabado de la batalla, le
dieron a Quizu Yupanqui un arcabuzazo en la rodilla, lo cual fue causa
que, sintiéndose herido, se retirasen” (Murúa, 1987: 242).
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La versión de Guaman Poma difiere en varios detalles, si bien coin-
cide en destacar el heroísmo del general incaico: “Quizu Yupanqui, que
corría como un gamo y que de puro ligero traspasaba por debajo de los
caballos; peleando saltó por una acequia de agua de Lati, en la ciudad de
Lima, y cayó, luego le lanceó y lo mató el dicho capitán Luis de Ávalos de
Ayala” (Guaman Poma, 1993: I, 302). Muy probablemente, Quizu Yupan-
qui, cargado por sus leales, fue conducido en retirada hacia Ate, donde
debió tener otro percance.
Ironía de la historia
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Reafirmación de la rebeldía incaica
Larga fue la agonía del líder libertario pues exhaló el último suspiro
en Chinchaycocha, no sin antes exhortar a sus fieles que prosiguiesen en la
lucha: “Quizu Yupanqui hizo (que) le llevasen a Bombon, y de allí se fue
con todo su ejército a Chinchaycocha, donde murió de la herida” (Murúa,
1987: 243). Sus leales seguidores, ahora comandados por Illa Topa y Puyo
Willka, lo enterraron en un lugar que permaneció secreto, comprometién-
dose ante su tumba a no cejar en la guerra a muerte contra los españoles.