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[Delayed neurological syndrome following carbon monoxide poisoning]

Article  in  Revista de neurologia · August 2015


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4 authors, including:

Tato Vázquez Angelines Cruz


Hospital do Salnés University of Santiago de Compostela
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Manuel López-Rivadulla
University of Santiago de Compostela
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ORIGINAL

Síndrome neurológico tardío tras intoxicación


por monóxido de carbono
Manuel J. Vázquez-Lima, Cesáreo Álvarez-Rodríguez, Angelines Cruz-Landeira, Manuel López-Rivadulla

Introducción. La intoxicación por monóxido de carbono es la más frecuente en nuestro medio a consecuencia de la expo- Departamento de Toxicología;
sición a gases tóxicos. Los efectos de la intoxicación por monóxido de carbono no se limitan a la exposición aguda por- Universidad de Santiago de
Compostela (A. Cruz-Landeira,
que, tras la aparente recuperación de la intoxicación, pueden aparecer alteraciones neurológicas o del comportamiento. M. López-Rivadulla). Servicio
de Urgencias; Hospital de Verín
Pacientes y métodos. Se realizó un estudio de las intoxicaciones por monóxido de carbono en un área sanitaria de 80.000 (C. Álvarez-Rodríguez). Servicio
habitantes durante un período de 10 años. Posteriormente se hizo un seguimiento de estos pacientes y se valoró la apa- de Urgencias; Hospital do Salnés;
Vilagarcía de Arousa, Pontevedra,
rición de síndrome neurológico tardío (SNT) y su relación con diferentes variables en la exposición inicial al monóxido de España (M.J. Vázquez-Lima).
carbono, en el tratamiento administrado o en la gravedad de la intoxicación.
Correspondencia:
Resultados y conclusiones. Se observó que el 9,1% de los intoxicados por monóxido de carbono detectados en el área sa- Dr. Manuel J. Vázquez Lima.
nitaria de Salnés desarrollan el SNT, que es más frecuente en los pacientes con criterios analíticos de gravedad y muy poco Servicio de Urgencias. Hospital do
Salnés. Rúa Hospital, s/n. E-36619
probable en los que no los tienen. Los pacientes con SNT no expresaron manifestaciones clínicas ni analíticas diferentes a Vilagarcía de Arousa (Pontevedra).
los que no presentaron el síndrome; tampoco se observaron diferencias en relación con la terapia con oxígeno adminis-
E-mail:
trada. La tasa de SNT en el área sanitaria de Salnés entre 2002 y 2012 es de 0,84 casos por 100.000 habitantes y año. tvazlim@gmail.com
Palabras clave. Intoxicación. Monóxido de carbono. Síndrome neurológico tardío.
Aceptado tras revisión externa:
10.04.15.

Cómo citar este artículo:


Vázquez-Lima MJ, Álvarez-Rodríguez C,
Introducción clínicas de la intoxicación aguda se deben, por tan- Cruz-Landeira A, López-Rivadulla M.
to, a la hipoxia tisular causada por la ocupación de Síndrome neurológico tardío tras
intoxicación por monóxido de
Los servicios de urgencias tienen un papel relevante la Hb por el CO, con la consecuente disminución carbono. Rev Neurol 2015; 61: 153-8.
en la atención al paciente con intoxicaciones de todo del transporte de oxígeno. Los efectos tardíos se de-
© 2015 Revista de Neurología
tipo [1,2]. La intoxicación por monóxido de carbo- ben, sin embargo, a las alteraciones en la cadena
no (CO) es la más frecuente en nuestro medio como respiratoria mitocondrial [8,9] y a la liberación de
consecuencia de la exposición a gases tóxicos [3,4]. radicales libres intracelulares [10].
Tiene mayor incidencia en invierno y afecta tanto a Según el grado de intoxicación, el cuadro clínico
hombres como a mujeres, niños y adultos. Suele ocu- es variable, desde síntomas inespecíficos leves [11]
rrir en accidentes domésticos en relación con la com- hasta la muerte por afectación grave del sistema
bustión incompleta en estufas, calentadores, calde- nervioso central o del cardiovascular [7,12]. Las
ras o braseros, debido a un déficit parcial de oxígeno manifestaciones clínicas iniciales dependen del ór-
en el proceso de combustión. Una causa también gano diana afectado por la hipoxia. La afectación
frecuente de intoxicación se debe a la inhalación de del sistema nervioso central produce cefalea, ma-
humo de incendios, y la intoxicación por CO y por reos, sensación de inestabilidad y pérdida de fuer-
cianuro son las principales causas de muerte en es- za, síncopes y lipotimias, alteración del nivel de
tos casos [5]. Otras intoxicaciones están en relación consciencia, convulsiones, ataxia o alteraciones del
con la inhalación de gases de combustión de moto- comportamiento [13]. Las alteraciones cardiovas-
res de explosión, y también se han descrito intoxica- culares [14] incluyen palpitaciones, opresión torá-
ciones en el medio laboral, que representan en algu- cica, alteraciones del ritmo cardíaco y alteración is-
nos estudios hasta un 10% de los casos [6]. quémica cardíaca, sobre todo en pacientes con co-
La capacidad tóxica del CO depende, esencial- ronariopatía previa. Puede producirse parada car-
mente, de su unión a dos moléculas que contienen diorrespiratoria por hipoxia cardíaca o por altera-
el grupo hemo: la hemoglobina (Hb), que ve afecta- ción del tronco cerebral. Otros síntomas comunes
da su capacidad de transporte de oxígeno y causa son las náuseas, vómitos, diarrea, astenia, debilidad
hipoxia anóxica [7]; y los citocromos de la cadena y rabdomiólisis.
respiratoria mitocondrial, con el consiguiente blo- Los efectos de la intoxicación por CO no se limi-
queo de la respiración celular. Las manifestaciones tan a la exposición aguda, ya que, tras la aparente

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M.J. Vázquez-Lima, et al

recuperación de la intoxicación aguda, pueden apa- ción de actividades sencillas, y en casos extremos
recer alteraciones neurológicas o del comportamien- se ha descrito demencia [13].
to con un período de latencia que va desde varios – Las alteraciones motoras están bien descritas e
días (2-40) [14] hasta tres meses [8]. El síndrome incluyen cuadros parkinsonianos [23], distonías,
neurológico tardío (SNT) se presenta según algu- corea y mioclonías [24].
nos estudios en un 2-3% de las intoxicaciones agu- – Con respecto a la esfera afectiva/psiquiátrica, en
das por CO y el pico de edad de mayor presentación ocasiones es difícil determinar si estas alteracio-
es en la década de los 60-70 años [15]. En niños, la nes se deben a la intoxicación por CO o ya esta-
incidencia del SNT también se ha estimado en un ban presentes con anterioridad (sobre todo en
2-3% [16]. Sin embargo, otros autores cifran hasta los casos de intoxicaciones secundarias a intento
en un 45% la aparición de alteraciones neurológi- de suicidio). Aun así, se han descrito casos de an-
cas/psiquiátricas tardías [17]. Esta variación tan lla- siedad, depresión e irritabilidad tras intoxicación
mativa en las cifras se debe, en parte, a la falta de por CO [25]. Hay que considerar también que
unos criterios únicos de definición de este síndro- los trastornos cognitivos en la memoria, concen-
me –criterios clínicos, subclínicos (tests neuropsi- tración y atención pueden contribuir a los cua-
cológicos) u otros criterios, o bien una combinación dros de depresión y ansiedad [21].
de ellos– [14]. En España, Dueñas-Laita et al esti-
man que aproximadamente un 15% de los intoxica- Respecto a la fisiopatología del SNT, se han postula-
dos desarrolla el SNT [6]. do varias teorías y aun así sigue siendo controverti-
La edad mayor de 36 años, así como la exposi- da. La hipoxia por sí misma no puede explicar com-
ción prolongada al CO, parecen ser factores de ries- pletamente el cuadro, y se han propuesto teorías ce-
go [18]. En un estudio retrospectivo de 347 pacien- lulares, como el daño inmunopatológico tardío so-
tes, se observaron los siguientes factores como pre- bre las vainas de mielina y la alteración de las fun-
dictores de riesgo de SNT un mes después de la in- ciones dopaminérgicas y serotoninérgicas [26,27].
toxicación: exposición a CO > 6 h, Glasgow < 9, La teoría inmunopatológica postula que los efectos
convulsiones, hipotensión (sistólica < 90 mmHg), tardíos del síndrome neurológico se relacionan con
creatinfosfocinasa elevada y leucocitosis. En el aná- la activación de leucocitos polimorfonucleares, que
lisis multivariante se confirmaron como factores posteriormente producen daño inmunológico con
pronóstico independientes la escala de Glasgow < 9 desmielinización del sistema nervioso central [26].
y la leucocitosis [16]. En niños, Cho et al conside- Ello se ve respaldado por los hallazgos de zonas de
ran factores de riesgo de SNT la presencia de con- hiperdensidad en la sustancia blanca en resonancia
vulsiones, acidosis metabólica, hipotensión y una magnética, que se corresponden con focos de desmie-
pérdida de conocimiento prolongada [19]. linización tardía tras la intoxicación por CO [17].
El SNT cursa con una presentación variable de El objetivo de este estudio fue conocer la tasa del
síntomas neurológicos y psiquiátricos, entre los que SNT en el área sanitaria de referencia (Salnés-Pon-
se encuentran: pérdida de memoria, confusión, tevedra) y su incidencia en los pacientes intoxica-
ataxia, convulsiones, incontinencia urinaria o fecal, dos por CO, así como las posibles variables que con-
labilidad emocional, desorientación, alucinaciones, dicionan su aparición.
parkinsonismo, mutismo, ceguera cortical, psicosis,
trastornos de la marcha y otras alteraciones moto-
ras [15]. Aunque este cuadro ha cobrado importan- Pacientes y métodos
cia en los últimos años, ya se había descrito en la
bibliografía hace más de 50 años [20]. Otros auto- Se evaluaron todos los pacientes intoxicados por
res subdividen este síndrome en distintas entida- CO atendidos en el servicio de urgencias del Hospi-
des, según la esfera afectada, afectiva, cognitiva o tal do Salnés entre el 1 de enero de 2002 y el 31 de
motora, aunque la mayor parte de los pacientes diciembre de 2011. Los criterios de inclusión que
muestra alteraciones en más de una esfera [21]: debían cumplir eran: diagnóstico de sospecha de
– Entre las alteraciones cognitivas puede observar- intoxicación por CO en el informe médico de alta
se todo un espectro de manifestaciones, que in- de atención en urgencias y criterios analíticos de
cluyen desorientación, déficit de atención y con- intoxicación por CO (presencia de cifras de COHb
centración, disminución de habilidades visuales/ ≥ 10% en adultos y ≥ 2% en niños). Era criterio de
espaciales, menor fluidez verbal y trastornos en exclusión la ausencia de determinación de COHb
el procesamiento de la información y la memo- en el episodio de urgencias. De cada una de las his-
ria [22]. Puede haber dificultad para la realiza- torias clínicas evaluadas se registraron las siguien-

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Síndrome neurológico tardío tras intoxicación por monóxido de carbono

tes variables: edad, sexo, fecha y hora de atención,


fecha y hora de alta, antecedentes personales, lugar Tabla I. Resultados de la entrevista.
de la intoxicación (trabajo, domicilio, otros), meca-
nismo (accidental, suicidio, otros), clínica respira- Sí No IC 95%
toria, clínica digestiva, clínica cardiológica, clínica Recuerda la intoxicación 55 (100%) 0 ± 6%
neurológica, constantes (tensión arterial, frecuen-
cia cardíaca, frecuencia respiratoria, saturación de Recuerda cuándo fue 55 (100%) 0 ± 6%
oxígeno, temperatura corporal, Glasgow), electro-
Recuerda la fuente de intoxicación 55 (100%) 0 ± 6%
cardiograma, radiografía de tórax, tomografía axial
computarizada craneal, otras pruebas de imagen, Tomó medidas de control sobre la fuente 43 (78,2%) 12 (21,8%) ± 6%
analítica –hemograma, bioquímica, coagulación,
gasometría (pO2, pCO2, HCO3), pH, saturación de Intoxicación en el entorno laboral 0 55 (100%) ± 6%
oxígeno, exceso de bases, COHb–, tratamiento mé-
Conoce campañas de prevención de intoxicación por CO 1 (1,8%) 54 (98,2%) ± 6%
dico administrado y terapia con oxígeno (porcenta-
je, tiempo, decisión hiperbárica). Síntomas compatibles con síndrome neurológico tardío 5 (9,1%) 50 (90,9%) ± 4,3% a
A estos pacientes incluidos con intoxicación por
CO se les realizó una entrevista y anamnesis telefó- CO: monóxido de carbono; IC 95%: intervalo de confianza al 95%. a IC 95%, con frecuencia anticipada en la po­
blación general del 15%.
nicas al menos tres meses después del episodio de
intoxicación aguda por CO, realizadas por un único
entrevistador clínico. Se excluyó a los pacientes con
los que no se pudo contactar, a los que rechazaron taron el síndrome, con la excepción de las cifras de
ser entrevistados y a los que el entrevistador detec- COHb, que en los cinco pacientes fueron superio-
tó falta suficiente de recuerdo o dificultad en la co- res al 20%, lo que indica intoxicaciones graves. O,
municación. Las preguntas planteadas iban dirigi- dicho de otra manera, ninguno de los 16 pacientes
das a descubrir si recordaba el evento, la fuente de con intoxicación leve desarrolló el SNT.
intoxicación, el medio laboral o doméstico, y si ha- No obstante, no se apreciaron diferencias esta-
bía desarrollado síntomas compatibles con el SNT. dísticamente significativas (p = 0,07) entre las cifras
Ninguno de los pacientes entrevistados conocía la de COHb de los que padecieron (30 ± 8,6) y no pa-
hipótesis u objetivos concretos del estudio, para evi- decieron el síndrome (21,3 ± 10,2). En cualquier
tar inferencias psicógenas. caso, tan sólo el 12,8% de los pacientes intoxicados
graves desarrolló el síndrome.
Tampoco se relacionó la aparición del SNT con
Resultados la duración de la oxigenoterapia normobárica, la frac-
ción inspiratoria de oxígeno administrada, ni la ad-
Respondieron a la llamada telefónica 55 de los 69 ministración o no de oxigenoterapia hiperbárica.
pacientes con intoxicación por CO (79,7%). Ningu-
no rehusó participar en el estudio. En la tabla I se
especifican los resultados de la entrevista. Discusión
Cinco de los intoxicados (9,1%) manifestaron sín-
tomas compatibles con el SNT. Cuatro de ellos eran Para obtener las respuestas era necesario entrevistar
mujeres y uno varón. Su edad media fue de 42,6 ± a los 69 pacientes y evaluarlos clínicamente median-
21,03 años, sin diferencias estadísticamente signifi- te anamnesis. La entrevista telefónica, además de
cativas con respecto a los que no presentaron el ser rápida y económica [28], tiene otra serie de ven-
síndrome. En los cinco casos, la fuente de intoxica- tajas [29]. Así, permite acceder a personas con las
ción fue por calentadores. que podría ser difícil contactar personalmente, co­
Por consiguiente, asumiendo el porcentaje me- mo podría suceder con alguno de nuestros pacien-
dio del 9,1% casos en la población de estudio, la tasa tes, contactados hasta 10 años después de la intoxi-
del SNT en el área sanitaria de Salnés, en el período cación. Además, las respuestas suelen ser más sin-
de estudio de 10 años (2002-2011), fue de 0,84 ca­ ceras y normalmente se obtiene un mayor número
sos/100.000 habitantes y año. En la tabla II se indi- de colaboradores [29], algo importante en nuestro es-
can los casos de SNT esperados en relación con los tudio, al tratarse de una población reducida (n = 69).
observados para la población de estudio. El 79,7% de nuestros pacientes aceptó participar en
Estos pacientes no expresaron manifestaciones la entrevista, cifra similar a la observada por otros
clínicas ni analíticas diferentes a los que no presen- investigadores en el campo de la salud [30,31].

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M.J. Vázquez-Lima, et al

res de esta patología. Así, para Choi [15], esta cifra


Tabla II. Casos de síndrome neurológico tardío esperados/observados para la población de estudio. es del 2%, mientras que para Parkinson et al [17],
hasta el 45% de los pacientes padecería, al menos
Casos n Porcentaje en algún grado, el trastorno neurológico. Estas dife-
Observados (población muestral) 5 55 9,1%
rencias tan llamativas se explican, en parte, por la
inexistencia de unos criterios homogéneos en la de-
Esperados (población de estudio) 6,3 (IC 95%: 3,3- 9,2) 69 9,1% (IC 95%: ± 4,3%) finición del SNT, lo que lleva a los investigadores a
emplear criterios de inclusión muy dispares, entre
IC 95%: intervalo de confianza al 95%.
los que se encuentran criterios clínicos o subclí­
nicos, diferentes tests neuropsicológicos o distintas
combinaciones de los anteriores [14]. Kuroda et al
Para determinar que un paciente había padecido [35] recientemente observaron una incidencia de
manifestaciones clínicas compatibles con el síndro- un 20%. En España, Dueñas-Laita et al cifraron la
me, necesitábamos el concurso de un médico eva- incidencia aproximada en el 15% [6], resultado más
luador experto y conocedor de sus manifestaciones próximo al nuestro.
clínicas, que mediante anamnesis abierta intentara Diferentes autores han apuntado a diversos fac-
determinar si esas manifestaciones que relataban tores de riesgo en el desarrollo del SNT. Así, Weaver
los pacientes eran compatibles o no con ese diag- et al hallaron que tanto la edad mayor de 36 años
nóstico. Aunque ésta no era la mejor manera de como la exposición prolongada al tóxico influían
realizar el diagnóstico de sospecha, era una forma significativamente en la probabilidad de su apari-
razonable de aproximarse a su prevalencia, asumien- ción [18]. Pepe et al, tras valorar retrospectivamen-
do los sesgos cometidos. te a 347 pacientes, establecieron que la exposición
En el diseño de las preguntas se tuvieron en cuen- al CO por un período superior a seis horas suponía
ta las normas básicas de elaboración de cuestiona- un factor de riesgo para la aparición de secuelas
rios para su validación [32]. Así, debían ser pregun- neuropsicológicas. Señalaron también co­mo facto-
tas breves y fáciles de comprender, que no emplea- res de riesgo otras manifestaciones, como la presen-
ran palabras que indujeran una reacción estereoti- cia de una puntuación en la escala de coma de Glas-
pada, o palabras con carga emocional, o que situaran gow < 9, la aparición de convulsiones, la presencia
al encuestado a la defensiva; tampoco se redactaron de hipotensión con tensiones sistólicas < 91 mmHg,
preguntas en forma negativa y se evitó el uso de fra- o de cifras elevadas de creatinfosfocinasa o de leu-
ses ambiguas. La validez de contenido de un cues- cocitos en sangre periférica [36]. Finalmente, en el
tionario de este tipo está basada en el perfecto co- análisis multivariante, confirmaron como factores
nocimiento del tema que se trata, y pretende garan- pronósticos independientes tanto un Glasgow < 9
tizar la representatividad y relevancia de las pre- como la leucocitosis. Weaver et al [18] también se-
guntas formuladas [33]. Nuestro grupo había reali- ñalaron la presencia de convulsiones como un fac-
zado una extensa revisión bibliográfica previa a la tor de riesgo de SNT, mientras que para Choi et al
entrevista telefónica, además de disponer de los re- lo es la pérdida de consciencia durante el episodio
sultados preliminares de las características de las agudo. Cinco de nuestros pacientes acabaron desa-
intoxicaciones agudas por CO. Además, antes de rrollando manifestaciones clínicas compatibles con
redactar el cuestionario definitivo, se realizó uno el SNT, pero ninguna de las variables mencionadas
preliminar, que fue sometido a evaluación entre pa- se vio asociada a la aparición de SNT en nuestro es-
cientes del servicio de urgencias del Hospital do tudio, quizá por tratarse de un número muy redu­
Salnés, para comprobar si las preguntas eran ade- cido de pacientes. Así, aunque observamos que la
cuadas al nivel cultural de los pacientes. edad media de los cinco pacientes que padecieron el
Puesto que en la literatura científica la definición síndrome era mayor que la de los que no lo padecie-
del SNT no es uniforme, no fue posible utilizar cri- ron (42,6 frente a 30,1 años, respectivamente), la di-
terios homogéneos de diagnóstico [14,34], y en nues- ferencia no fue estadísticamente significativa. Kuro-
tro caso se optó por adherirnos a los criterios clíni- da también observó que era más frecuente en pa-
cos de Oliu et al [8]. cientes de mayor edad [35]. Cabe destacar que nin-
En el período 2002-2011, en el área sanitaria de guno de los intoxicados leves de nuestro estudio, si-
Salnés, se detectaron cinco posibles casos de SNT, guiendo el criterio analítico, desarrolló el síndrome,
lo que representa el 9,1% de los 55 pacientes eva- que cuatro de los cinco casos sucedieron en mujeres
luados tras el episodio de intoxicación por CO. Di- y que la fuente de intoxicación siempre fue un ca-
ferentes autores observaron incidencias muy dispa- lentador, esto último debido, posiblemente, a haber

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Síndrome neurológico tardío tras intoxicación por monóxido de carbono

sido la principal fuente de intoxicación en números das de COHb, que superaban el 35%, y pese a em-
absolutos. Tampoco Pepe et al [36] encontraron plear este tipo de tratamiento, uno de ellos desarro-
asociación entre la edad, el género o la presencia de lló manifestaciones clínicas compatibles con el SNT.
manifestaciones clínicas comunes, como la cefalea, Es evidente que el reducido número de pacientes
y la aparición de secuelas neurológicas. Esta falta de tratados de esta manera impidió extraer conclusio-
asociación entre la presencia de esos síntomas ini- nes estadísticas. En cualquier caso, la controversia
ciales y el desarrollo tardío del síndrome neurológi- sobre la eficacia del oxígeno hiperbárico como pre-
co refuerza la teoría de que el CO podría ser el de­ ventivo del SNT continúa.
sencadenante de una secuencia de acciones fisiopa- En relación con el tratamiento normobárico ha-
tológicas en el cerebro que conducirían a las secue- bitual, contrariamente a lo esperado [45], Weaver
las cognitivas, y que estos procesos no tendrían que et al [18] no observaron diferencias en la aparición
estar necesariamente vinculados a la expresión clí- de SNT en función del tiempo durante el que se ad-
nica en el momento de la intoxicación [37]. ministró el oxígeno ni del mecanismo empleado pa­
Aunque Pepe et al [36] no observaron relación ra su administración, si bien recomendaron utilizar-
entre los niveles de COHb y el desarrollo de SNT, lo en una concentración del 100%. Nosotros tam-
Weaver et al [18] sí que describieron un mayor ries- poco apreciamos esa relación en nuestro estudio.
go de secuelas neurológicas en pacientes con cifras
de COHb > 24%. En la misma línea que Weaver, no-
sotros encontramos que los cinco pacientes que pa- Bibliografía
decieron SNT tenían cifras medias de COHb del 1. Nogué-Xarau S. Toxicovigilancia y Servicios de Urgencias.
Emergencias 2014; 25: 421-2.
30%, frente al 21,4% de aquellos en los que no se 2. Muñoz R, Borobia A, Quintana M, Martínez-Virto A, Frías J,
detectó el síndrome, si bien es cierto que la diferen- Carcas AJ. Desarrollo y validación de un programa de
cia no fue estadísticamente significativa (p = 0,07). toxicovigilancia con detección automatizada de casos en un
hospital terciario (SAT-HULP). Emergencias 2013; 25: 423-9.
Una vez más, el número tan reducido de pacientes 3. Álvarez-Rodríguez C, Vázquez-Lima MJ. La pulsicooximetría
con SNT de nuestro estudio podría ser el motivo de en el ámbito prehospitalario. Emergencias 2015; 27: 1.
no haber alcanzado la significación estadística. 4. Nogué-Xarau S, Dueñas-Laita A. Monóxido de carbono: un
homicida invisible y silencioso. Med Clin (Barc) 2005; 124: 300-1.
Cabe preguntarse si el tratamiento mediante 5. Laita AD, Putze GB, Alonso JR, Bajo A, Díaz BC, Torres EC,
oxigenoterapia hiperbárica protege de alguna ma- et al. Bases para el manejo clínico de la intoxicación por humo
nera contra la aparición del SNT. Se trata de una de incendios. Emergencias 2010; 22: 384-94.
6. Dueñas-Laita A, Ruiz-Mambrilla M, Gandía F, Cerdá R,
cuestión sometida a controversia y ampliamente de- Martín-Escudero JC, Pérez-Castrillón JL, et al. Epidemiology
batida en la bibliografía. Seis estudios aleatorizados of acute carbon monoxide poisoning in a Spanish region.
[38-43] han llegado a conclusiones diferentes sobre Clin Toxicol 2001; 39: 53-7.
7. Gorman D, Drewry A, Huang YL, Sames C. The clinical
el papel de la oxigenoterapia hiperbárica en las in- toxicology of carbon monoxide. Toxicology 2003; 187: 25-38.
toxicaciones por CO y en la prevención de sus se- 8. Oliu G, Nogué S, Miró O. Intoxicación por monóxido de
cuelas. Si bien en cuatro de ellos los autores acaba- carbono: claves fisiopatológicas para un buen tratamiento.
Emergencias 2010; 22: 451-9.
ban recomendando su utilización, en los otros dos 9. Alonso J, Cardellach F, López S, Casademont J, Miró O.
no se encontraron ventajas en comparación con la Carbon monoxide specifically inhibits cytochrome c oxidase
of human mitochondrial respiratory chain. Pharmacol Toxicol
oxigenoterapia normobárica convencional. En 2005, 2003; 93: 142-6.
una revisión Cochrane [44] que mostraba los resul- 10. Van Meter KW. Carbon monoxide poisoning. In Tintinalli J,
tados de un metaanálisis en el que se incluyeron Stapczynski J, eds. Emergency medicine: a comprehensive
study guide. 6 ed. New York: McGraw-Hill; 2006. p. 1484-5.
tres de los estudios citados anteriormente, conclu- 11. Sequera VG. Experiencia del uso del pulsicooxímetro en la
yó que los pacientes tratados con oxígeno hiperbá- evaluación prehospitalaria de las víctimas expuestas al humo
rico tendían a presentar menor déficit neurológico, de incendios en ambientes cerrados en Cataluña. Emergencias
2015; 27: 23-6.
si bien las diferencias no resultaron estadísticamen- 12. García-Monje MJ, López-González A, Rodríguez-López V,
te significativas cuando se comparaba el tratamien- Gulias-López JM. Síndrome coronario agudo como manifestación
to hiperbárico con el normobárico. Sin embargo, en cardiovascular de la intoxicación por monóxido de carbono.
A propósito de dos casos. Emergencias 2014; 26: 240.
el estudio de Weaver et al [18], considerado de rigu- 13. Prockop LD, Chichkova RI. Carbon monoxide intoxication:
rosa metodología y publicado después de la citada an updated review. J Neurol Sci 2007; 262: 122-30.
revisión, los autores describieron una reducción del 14. Kao LW, Nanagas KA. Toxicity associated with carbon monoxide.
Clin Lab Med 2006; 26: 99-125.
riesgo de aparición de secuelas neurológicas en los 15. Choi S. Delayed neurologic sequelae in carbon monoxide
pacientes tratados con oxigenoterapia hiperbárica. intoxication. Arch Neurol 1983; 40: 433.
En nuestro estudio, tan sólo tres de los pacientes 16. Meert KL, Heidemann SM, Sarnaik AP. Outcome of children
with carbon monoxide poisoning treated with normobaric
fueron remitidos para tratamiento con oxigenote- oxygen. T J Trauma Acute Care Surg 1998; 44: 149-54.
rapia hiperbárica. Los tres tenían cifras muy eleva- 17. Parkinson RB, Hopkins R, Cleavinger H, Weaver L, Victoroff J,

www.neurologia.com  Rev Neurol 2015; 61 (4): 153-158 157


M.J. Vázquez-Lima, et al

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Delayed neurological syndrome following carbon monoxide poisoning

Introduction. Poisoning by carbon monoxide is the most frequent form of intoxication in our milieu as a result of exposure
to poisonous gases. The effects of carbon monoxide poisoning are not limited to acute exposure, since, following apparent
recovery from the acute intoxication, neurological or behavioural disorders may appear.
Patients and methods. A study was conducted to examine the cases of carbon monoxide poisoning that had occurred
in a healthcare area of 80,000 inhabitants over a 10-year period. These patients were then submitted to a follow-up to
appraise the appearance of delayed neurological syndrome (DNS) and its relationship with different variables in the initial
exposure to the carbon monoxide, in the treatment that was administered or in the severity of the intoxication.
Results and conclusions. It was observed that around 9.1% of those intoxicated by carbon dioxide detected within the
healthcare district of Salnés went on to develop DNS, which is more frequent in patients with severe analytical criteria and
very unlikely in those who do not have them. Patients with DNS did not express any clinical or analytical manifestations
that differed from those who did not have the syndrome; no differences were observed in relation to the oxygen therapy
that was administered. The rate of DNS within the healthcare district of Salnés between 2002 and 2012 is 0.84 cases per
100,000 inhabitants per year.
Key words. Carbon monoxide. Delayed neurological syndrome. Intoxication.

158 www.neurologia.com  Rev Neurol 2015; 61 (4): 153-158

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