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El 15 de agosto de 1805, Bolívar emprende uno de sus más largos y nostálgicos paseos en
compañía de Simón Rodríguez. El lento paseo lo condujo hasta la cumbre del Aventino, el Monte
Sacro de Roma. Querían contemplar el escenario donde se desarrolló aquel episodio de la historia
romana, cuando se retiraron los plebeyos en sus desavenencias con los patricios en la época de
La República. Era un lugar que invitaba al cambio y es muy probable que al dirigirse allí, tanto él
como sus compañeros, tuvieran la intensión de llevar a cabo un gesto simbólico. Todos deseaban
ver libre e independiente a su patria y a la América toda del yugo español.
Rodríguez y Bolívar se sentaron a descansar. Sus miradas recorrían el amplio paisaje que se
ofrecía ante sus ojos. Admirando aquel panorama, a Bolívar le vino el recuerdo del campo y el
paisaje venezolano. Caía la tarde y habían descansado un poco, allí en lo alto, podía admirarse el
cielo romano teñido con las luces rojas…, una tarde donde el sol se asomaba con timidez sobre la
colina… o acaso fue una tarde de aquellas donde el viento fresco rozaba el aire como un
presentimiento o un designio… de eso la historia no ha dejado registro. Sin embargo, nos dice que
ese día cambió el curso de la historia, cambió el destino de un continente, Sudamérica nació en la
esperanza de un juramento hecho con el alma y todo el corazón.
Bolívar entonces contaba 22 años. Y no sólo fue por el fragor de la juventud, lo que hizo hacer este
juramento, sino porque así lo sentía. Estaba inspirado en medio de las alturas de la Roma y ya
miles de preguntas cobijaba su espíritu, sin embargo, el joven no imaginaba que aquel viaje por
Europa, le marcaría el sendero que habría de tomar su vida. Tampoco imaginó que libertaría a los
pueblos de América. Hoy, varios gobiernos latinoamericanos siguen su ejemplo y han cambiado la
historia y el rumbo de nuestro continente.
El Juramento del Monte Sacro fue una promesa anunciada por el Libertador Simón Bolívar, cuyo
objetivo fue enfatizar su profundo compromiso personal con la causa independentista
hispanoamericana y que tuvo lugar durante su visita a la ciudad de Roma, Italia.
DECRETO DE GUERRA A MUERTE
Célebre documento dictado por Simón Bolívar y dado a conocer en la ciudad de Trujillo, el 15
de junio de 1813. La Proclama de guerra a muerte, fue la respuesta de Bolívar ante los
numerosos crímenes perpetrados por Domingo de Monteverde, Francisco Cervériz, Antonio
Zuazola, Pascual Martínez, Lorenzo Fernández de la Hoz, José Yánez, Francisco Rosete y otros
jefes realistas luego de la caída de la Primera República. La matanza de los republicanos por
parte de los jefes españoles llegó a extremos tales de provocar el rechazo de personajes adictos
a la causa monárquica.
Al pronunciamiento de Bolívar del 8 de junio siguió la proclama el 15 de junio en Trujillo
del Decreto a muerte el cual termina de la manera siguiente: «...Españoles y canarios, contad
con la muerte, aun siendo indiferentes, si no obráis activamente en obsequio de la libertad de
Venezuela. Americanos, contad con la vida, aun cuando seáis culpables». En una primera
instancia esta manifestación fue considerada por Bolívar como ley fundamental de la
República, que luego ampliaría y ratificaría en el cuartel general de Puerto Cabello, mediante
una proclama del 6 de septiembre del mismo año 1813, acto que según algunos historiadores
puede ser considerado como un «Segundo Decreto de Guerra a Muerte». Posteriormente,
cuando en el segundo semestre de 1813 aparecen en escena José Tomás Boves y Francisco
Tomás Morales, la matanza se hace más intensa por parte de los realistas y la respuesta de los
republicanos es radicalizar la aplicación de la «guerra a muerte». Derivado de esto se produjo la
ejecución de los presos españoles y canarios de Caracas y La Guaira ordenada por Bolívar en
febrero de 1814. En este último año la «guerra a muerte» se recrudece, perdiéndose numerosas
vidas de ambos bandos. Asimismo, es en este contexto de destrucción en el que cae la Segunda
República.
Entre los años 1815, 1816 y 1817 la «guerra a muerte» se extiende a la Nueva Granada, en
donde el general Pablo Morillo la ejecuta con la mayor crueldad. En tal sentido, en su proclama
de Ocumare del 6 de julio de 1816, expresó que: «...La guerra a muerte que nos han hecho
nuestros enemigos cesará por nuestra parte: perdonamos a los que se rindan, aunque sean
españoles. Ningún español sufrirá la muerte fuera del campo de batalla»; lo cual obviamente
buscaba humanizar la contienda militar. Finalmente, el 26 de noviembre de 1820 se celebró en
Trujillo, en el mismo lugar donde se proclamó la «guerra a muerte», el Tratado de
Regularización de la Guerra, el cual derogaba el decreto de 1813.
MANIFIESTO DE CARTAGENA
En el manifiesto de Cartagena, dirigida a los ciudadanos de Nueva Granada
el 15 de Diciembre de 1812 Simón Bolívar buscaba poder convencer a los
neogranadinos de lo que no puede faltar que era, para la seguridad de
Nueva Granada que colaboraran para poder lograr la liberación de
Venezuela, donde se evitaba que la Nueva Granada fuera a caer bajo el
poder de los realistas.
También en este manifiesto Bolívar analizo las causas de la perdida de la
Primera Republica y revelo las medidas que se tienen que tomar en cuenta
para asegurar la seguridad de Nueva Granada.
MANIFIESTO DE CARUPANO
las causas del fracaso de la Segunda República, la cual tuvo su inicio cuando se da la
liberación de Cumaná el 3 de agosto de 1813, por las fuerzas del general Santiago Mariño,
Campaña Admirable.
poder, en los territorios liberados, uno en Caracas, bajo el mando de Simón Bolívar y otro en
El Libertador hace una fuerte crítica al pueblo venezolano, porque no seguía sus
ideales y por lo contario celebraba la fuerza del pueblo colombiano ante la
posición que asume por la libertad. Este documento contiene un pensamiento
claro sobre el colapso de la Revolución, la cual se mantiene en la esfera
simplemente política, atropellada por los enemigos de la patria.
Al siguiente día de la publicación del Manifiesto de Carúpano, el Libertador Simón Bolívar partió
CARTA DE JAMAICA
En Kingston vivirá desde mayo hasta diciembre de 1815, tiempo que dedicó a la meditación y
cavilación acerca del porvenir del continente Americano ante la situación sobre el destino de
México, Centroamérica, la Nueva Granada, Venezuela, Argentina, Chile y Perú.
Aunque la Carta estaba originalmente dirigida a Henry Cullen, está claro que su objetivo
fundamental era llamar la atención de la nación liberal más poderosa del siglo XIX, Gran
Bretaña, a fin de que se decidiera a involucrarse en la independencia americana. No
obstante, cuando los británicos finalmente accedieron al llamado de Bolívar, este prefirió la
ayuda de Haití.
DISCURSO DE ANGOSTURA