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HISTORIOGRAFÍA EN COLOMBIA Y LATINOAMÉRICA

Profesora: Ana María Carreira. Estudiante: Alfonso Moreno Rodríguez.


IDENTIDAD Y MESTIZAJE EN LA DANZA

“Una posibilidad historiográfica”

Debo reconocer que tras la Fundación del Ballet Tierra Colombiana hay un gran equipo de apoyo como
los profesores, la gestión cultural, prensa, vestuario, administrativa, que hacen una empresa cultural.

Fernando Urbina Chuquín

Una manera de abordar el asunto de la identidad en la actualidad latinoamericana, es la de


empezar por preguntarnos precisamente ¿que encierran los conceptos de
identidad/identidades por una parte, y latino americanismo por otro lado? Despejar estos
interrogantes nos permitirá llegar a una serie de situaciones para analizar lo que realmente
en este sentido se ha venido realizando en los diferentes países de la región y especialmente
en Colombia.

La situación que vamos a utilizar en este trabajo, es la danza desarrollada por algunos
ballets folclóricos de la región, creados en la segunda mitad del siglo XX hacia las décadas
de los sesenta y setenta principalmente, y que aún existen en estos países. Se pretende
observar ¿de qué manera estos colectivos reflejan la identidad latinoamericana en sus
diferentes puestas en escena? Para absolver estos interrogantes los autores Ticio Escobar,
Marcela Croce, Serge Gruzinski y Clifford Geertz nos darán los lineamientos conceptuales
apropiados.

En primer lugar se realizará un análisis del concepto identidad, de lo que significa latino
americanismo, de cómo el mestizaje aparece ligado totalmente a estos conceptos, y por
último utilizaremos una investigación desarrollada con el Ballet Tierra Colombiana a
manera de ejemplo, para evidenciar las conclusiones del presente ensayo.

El término identidad en lo que respecta a latinoamérica debe ser abordado desde la cultura,
o lo cultural si así se prefiere, el asunto radica en observar que implicación tiene este
concepto dentro de la cultura y cuál es el concepto de cultura que estamos desarrollando.
Clifford Geertz afirma que “nuestras ideas, nuestros valores, nuestros actos y hasta nuestras
emociones son, lo mismo que nuestro sistema nervioso, productos culturales, productos
elaborados partiendo ciertamente de nuestras tendencias, facultades y disposiciones con que
nacimos, pero ello no obstante productos elaborados” (Geertz, 1973, pág. 56), en el caso de
los países latinoamericanos lo que se elabora colectivamente, resulta también de esas ideas,
valores y emociones a través de los tiempos, por lo que las obras que se producen desde
estas mismas son totalmente culturales, generando una identidad propia de la región.
Definir latinoamérica implica en un primer momento, la concepción geográfica del
territorio, y en un segundo momento nos obliga a pensar en el aspecto cultural, es decir en
lo que se ha venido realizando en este territorio a través de los tiempos, incluso antes de la
llegada de los europeos. Para establecer este aspecto resulta valioso lo planteado por
Marcela Croce en el sentido de lo que somos, como una necesidad de ubicarnos en lo que
ella llama o denomina una “utopía intelectual”, tratando de establecer la necesidad de ser
reconocidos con una identidad propia en el escenario mundial, cuando ella afirma que “La
condición de “utopía intelectual” se erige como resistencia a las incapacidades de la
geografía para unificar un territorio cuya descripción física varía desde la Cordillera de los
Andes hasta las playas atlánticas, pasando por diversas selvas entre las que sobresale la
amazónica, e incidiendo de manera notoria en un Caribe cuyas islas han sufrido
colonizaciones múltiples: la francesa (Haití, Guadalupe, Martinica), la británica (Jamaica,
Trinidad y Tobago) y la holandesa (Aruba, Bonaire y Curação), sumadas a las persistencias
culturales del dominio español (Cuba, Puerto Rico, República Dominicana), expulsado
violentamente de la región a partir de la guerra hispano- norteamericana de 1898. La
diversidad geográfica, el imperialismo derramado en la profusión de potencias que
avanzaron sobre el continente y la relación de tensión creciente con el predominio de
Estados Unidos, son algunos de los rasgos que habilitan a especular que esa “utopía
intelectual” puede superar en algún momento la condición futurista e idealizada que
conlleva el lugar inexistente para expandirse en territorio comunitario, libre de
nacionalismos mezquinos y mejor pertrechado, por lo mismo, para rechazar las avanzadas
invasoras.” (CROCE, 2010, pág. 128). La autora nos está definiendo en los dos aspectos
planteados lo físico y lo cultural, nos lleva entonces a establecer que nuestra identidad, es
decir que latinoamericano es un producto de muchas cosas, de varios aspectos, entre los
cuales está lo geográfico, lo étnico, lo económico, lo político y lo cultural entre otros.

Ser latinoamericano significa entonces sentir la pesadez de la historia de occidente, somos o


hacemos parte de la periferia desde el discurso del gran relato, porque nos toca reconocer
que somos una especie de hibrido que aún no ha tomado su forma definitiva, por lo tanto,
poseemos un gran cúmulo de frustraciones y complejos que nos impiden tener un
estereotipo determinado, o una identidad definida, que somos menospreciados en el
contexto global dentro de la elite económica y política, y lo que es más irónico, es que no
nos concebimos, si no es dentro del mundo de occidente, siempre ansiamos hacer parte de
lo que nos excluye y nos denigra.

Desde lo que somos como producto surge el concepto de mestizaje, el cual es inevitable e
imprescindible al momento de realizar cualquier estudio de la región pues la historia
latinoamericana ha sido una constante evolución de invasiones de diversos tipos desde los
otros continentes, prevaleciendo Europa, y Norte América con los Estados Unidos a la
cabeza en las últimas décadas, Marcela Croce afirma “América Latina también se ha
desempeñado como contracara de Occidente, en tanto habitáculo de “bárbaros” (término
que nuclea en su semántica a pueblos originarios, negros comercializados como esclavos,
formas volubles de mestizaje, inmigrantes consustanciados con un medio que los perturba,
desde la pretensión positivista que arraigó durante más de un siglo en las elites ilustradas
latinoamericanas), como espacio de una amenaza primordial que solo puede ser
contrarrestada por la posición defensiva que implica la unificación –por precaria,
pretenciosa y optimista que se presente.” (CROCE, 2010, pág. 129).

Esto que plantea Marcela Croce, nos brinda el escenario más apropiado para definir el
mestizaje, pues lo podemos entender como una especie de un gran preparado étnico, un
gran sancocho racial, una especie de mixtura antropológica en la que no sabemos con
exactitud que parte de los segmentos que constituyen nuestra identidad, pertenecen a cada
uno de los factores o elementos que aportaron a esta gran mezcla. Por esta razón el
problema no está en ser mestizo, o reconocer, el hacer parte del mestizaje latinoamericano,
el problema fundamental está en desconocer, o pretender desconocer esos segmentos, su
origen y su evolución en el proceso que implica el mestizaje para asumir o abordar una
opción en el presente y el futuro inmediato.

Tratar de concluir en un concepto de identidad del latinoamericano, resulta difícil casi que
imposible porque este concepto no se ha construido en su totalidad, es más, no es atrevido
afirmar que tenuemente se ha empezado a generar a partir de los últimos años en la región,
Ticio escobar al respecto plantea “La reemergencia del tema de la identidad en el debate
crítico contemporáneo se basa en el repliegue de grandes figuras que lo legitimaban en
clave esencialista (Nación, Pueblo, Clase, Territorio, Comunidad, etc.)” (ESCOBAR, 2008,
pág. 1), por lo que nos traslada a un concepto más divergente de lo que es ser
latinoamericano, pareciese que este concepto no será el mismo para un mexicano, un
argentino, un chileno, un colombiano, etc., es decir que se ratificaría la afirmación que he
planteado, el latino americanismo es un concepto que se está empezando a construir.

Ante esto surge un interrogante ¿es el mestizaje desarrollado en el territorio el único


elemento que nos da la identidad como región? El asunto lo explica ampliamente Escobar
al diferenciar los diferentes tipos de identidad que se pueden establecer para el caso de
América Latina, pero partiendo de lo que el desarrolla a partir de la multiculturalidad en la
región nos conduce a trabajar por esa identidad cuando afirma que “La integración social,
fundamental para nuestras sociedades frágiles y dispersas, es resultado de una tarea de
construcción política, que concierne tanto a la sociedad civil, principio de iniciativa social,
como al Estado, responsable del rumbo colectivo. En esta faena las identidades tienen una
injerencia decisiva: encapsuladas, devienen factores socialmente disolventes; enmarcadas
en una empresa solidaria, resultan proveedoras de las muchas imágenes, deseos y sombras
que dan espesor y arraigo a la institucionalidad democrática. Regresemos, pues, al ámbito
de las identidades sectoriales y al desafío fundamental que se plantea a éstas: la necesidad
de que las mismas trasciendan sus intereses particulares y sean inscriptas en la esfera
pública: que se vinculen a proyectos éticos orientados al interés colectivo.” (ESCOBAR,
2008, págs. 16 - 17).
Tenemos entonces que mirar cuales son los elementos en común que tiene los diferentes
países de la región para poder establecer esa identidad latinoamericana desde el proceso del
mestizaje, es necesario acudir a Serge Gruzinski porque en sus estudios sobre la mentalidad
del mestizaje establece como podemos comprender lo que somos hoy a partir del devenir
histórico no lineal, aunque pareciese que el afirmara que hasta la llegada de los europeos
existía en este territorio una línea inalterada del tiempo resulta importante la afirmación:
“Ahora bien, los mestizajes rompen la linealidad. Surgen en la América del siglo XVI en la
confluencia de temporalidades distintas —la del Occidente cristiano y las de los mundos
amerindios—, las ponen brutalmente en contacto y las montan unas sobre otras. Aquí, la
metáfora del encadenamiento, la sucesión o la sustitución en la que se apuntala la
interpretación evolucionista pierde toda viabilidad, pues el tiempo de los vencedores no
solamente no reemplaza automáticamente al de los vencidos, sino que también pueden
coexistir durante siglos. Al reunir bruscamente a humanidades que llevaban tiempo
separadas, la irrupción de las mezclas sacude la representación de una evolución única del
devenir histórico, y resalta bifurcaciones, travesías y atolladeros que hemos de considerar
obligadamente.” (Gruzinski, 2000, pág. 9). Pareciera que en esta explicación encontramos
una pista clave para dilucidar el aspecto no sólo del mestizaje sino también el de la
identidad latinoamericana, pues Gruzinski pone de manifiesto la forma como se desarrolla
esa mezcla y el producto que se va a obtener denominado mestizaje, cuando nos habla de
bifurcaciones, travesías y atolladeros, nos está indicando que no podemos encerrar en una
sola categoría todo el proceso histórica de la región y que mucho menos podríamos
establecer un concepto único de latino americanismo, o más bien, no podemos tener un solo
concepto de lo que es ser latinoamericano, en otro texto de Gruzinski afirma además la
necesidad de reconocer y trabajar los diferentes procesos desarrollados en la región como
productos de las invasiones, la occidentalización y la convivencia actual “El choque
imprevisto y brutal de sociedades y de culturas exacerbó las tensiones, multiplicó los
cuestionamientos, exigió hacer elecciones a cada momento. Evoca demasiado nuestro
mundo contemporáneo en su versión posmoderna para no suscitar la reflexión: sobre el
destino de las culturas vencidas, sobre los mestizajes de todas clases, sobre la colonización
de lo imaginario... Yo había empezado por analizar las reacciones de los grupos indígenas a
la dominación española, mostrando cómo, lejos de ser mundos muertos o fijados, no
dejaron de construir y de reconstruir sus culturas.” (GRUZINSKI, 1994, pág. 15).

Es precisamente con las imágenes de los diferentes ballets folclóricos de los países
latinoamericanos que vamos a ejemplificar estos conceptos, pues en las puestas en escena
de estos colectivos podremos apreciar una serie de imágenes que van a resolver el
cuestionamiento de que tanto tienen que ver los ballets folclóricos con la identidad
latinoamericana evidenciando el mestizaje o la mezcla que se dio en los diferentes países de
la región.
La manera como se puede visualizar el panorama de los ballets de danza folclórica en los
países latinoamericanos, nos permite ver que todos presentan en común, la necesidad de
poder reconocer que es lo que realmente quieren representar los diferentes colectivos,
establecer o hacer una especie de inventario de lo que se tiene en el momento de la
consolidación de estos grupos dancísticos, observar lo autóctono, lo foráneo y el mestizaje
dado por el desarrollo histórico y cultural de los diferentes pueblos de américa latina,
también se debe observar quienes son sus autores y protagonistas en cada una de estas
categorías, y por último, los procesos mediante los cuales se desarrollaron estas puestas en
escena durante el trasegar histórico de los diferentes países, realizar este proceso es lo que
desde la historiografía nos daría una posibilidad de consolidar un archivo sobre el cual se
puedan construir los conceptos de identidad y mestizaje a través de la danza.

Después de revisar los archivos concluimos que la mezcla o mestizaje de la danza en los
ballets folclóricos, está dada inicialmente por la danza indígena que como tal, es la que se
reconoce como propia del territorio americano y es desarrollada por los pueblos aborígenes
aún existentes en nuestros territorios, pueblos que tratan al máximo de representar su
ancestralidad y cosmogonía desarrollada por varios siglos. En segundo lugar encontramos
la danza foránea o extranjera, que es la proveniente de lo que se denomina antiguo o viejo
continente (Europa – Asia – África), y que se desarrolló mediante los procesos de
colonización, esclavitud y tercería es decir, que los europeos en la colonia danzaron ellos lo
que danzaban en sus países de origen tal y como si estuviesen allá, los africanos traídos
como esclavos danzaron sus bailes en este territorio como si estuviesen en sus aldeas
africanas y los asiáticos a través de los europeos aportaron algunas de sus danzas como
productos propios de sus procesos históricos de los siglos anteriores al descubrimiento y
sometimiento de américa, un ejemplo de esto es la danza conocida como la Jota Española,
que es de origen árabe y que se desarrolló en España cuando los árabes permanecieron allí
por más de quinientos años. En tercer y último lugar, encontramos lo concerniente a la
danza que llamaremos propiamente mestiza, de la cual se aprecia un gran conglomerado de
representaciones como lo son la ritual, popular, tradicional, clásica y contemporánea. Esta
danza mestiza posee elementos culturales de todas las categorías anteriores, lo que le
permite darle el carácter autónomo, cultural, occidental en primera instancia, y que en
segunda lugar, las involucra en el mundo de la globalización, un ejemplo clave puede ser la
cumbia que se desarrolla en varios países latinoamericanos como producto de la
denominada tri-etnia (negro – indígena – europeo), o también, el jarabe mexicano y el
joropo colombo venezolano que se derivan del “xarop” árabe desarrollado por los españoles
pero que son apropiados por los distintos países latinoamericanos con sus contextos
culturales propios de cada país.

En este sentido los diferentes artistas de la danza en los países de américa latina realizan
esta discusión pero desde la puesta en escena por lo que los colectivos que se generan se
podrían clasificar según su origen, su intencionalidad y algo muy importante que es el
sostenimiento económico.

Acudiendo a la propuesta de Ticio Escobar respecto a la necesidad de crear nuevos


proyectos en pro de los procesos de identidad, podemos determinar los colectivos, su
orientación y dinámica en tres tipos de categorías. La primera es la que conforman los
colectivos populares con propuestas alternativas actuales, y que hacen referencia, a las
casas culturales o grupos de autoformación barriales, citadinos, municipales, etc., los cuales
representan las vivencias del momento (una mirada global desde ese momento). La segunda
es la que conforman los colectivos comerciales con propuesta culturales contemporáneas, y
que son, entidades creadas y financiadas por empresas que persiguen un beneficio
económico, desarrollando vivencias globalizantes. En tercer lugar los colectivos
comerciales con propuestas culturales tradicionales, que son entidades creadas y
financiadas por empresas particulares en su mayoría, y empresas estatales en su minoría,
representando vivencias ancestrales en el mundo de hoy.

Este panorama de los ballets folclóricos latinoamericanos nos lleva a reflexionar


nuevamente sobre los argumentos expuestos por Marcela Croce en lo expuesto
anteriormente, en la medida en que se observa que la mayoría de estos ballets surgen de
personas que han tenido una primera experiencia con la danza clásica, y que se han
desenvuelto en el mundo de la danza en Europa, llegan a sus países y de una manera
personal deciden lanzarse a la construcción de estas empresas privadas a las que les
imprimen un carácter cultural, envuelto en conceptos de nación, cultura y valores
autóctonos. Esto hace que sea más difícil hacer la tarea que propone Croce, la de construir
una geografía estable desde una historia intelectual, pues cuando entran al campo
económico, los ballets folclóricos se convierten en la tercera categoría que enunciábamos
anteriormente, es decir en colectivos comerciales con propuestas culturales tradicionales,
autofinanciadas, que se consolidan en empresas para poder subsistir. A excepción de
México y Cuba donde el gobierno hizo y hace parte de los ballets nacionales, los de los
otros países han tenido que sostenerse con sus trabajos dancísticos y pedagógicos, haciendo
del folclor un espectáculo, antes que un trabajo cultural de identidad.

Para poder ejemplificar mejor estos conceptos de identidad y mestizaje a través de los
Ballets folclóricos se ha hecho un estudio de varios de ellos, se ha revisado su historia, su
repertorio, su trayectoria y su proyección en cada país, a nivel de la región latinoamericana,
en Norteamérica, Europa, Asia y África. En este ensayo no vamos a realizar la descripción
de estos aspectos, lo que vamos a desarrollar los aspectos que tienen en común, como lo
enunciado en el párrafo anterior, además, utilizaremos las imágenes emblemáticas de estos
colectivos y lo explicitaremos con la investigación realizada con el Ballet Tierra
Colombiana y las dos entrevistas que se tienen con maestro Fernando Urbina Chuquín, para
complementar las conclusiones de este ensayo.
Los ballets estudiados son los siguientes:

 BALLET NACIONAL DE MÉXICO – 1948

 BALLET FOLCLÓRICO DE MÉXICO DE AMALIA HERNÁNDEZ – 1952.

 COMPAÑIA NACIONAL DE DANZA FOLKLORICA DE NIEVES


PANIAGUA – MÉXICO – 1975.
 EL BALLET FOLCLÓRICO NACIONAL – BAFONA – AUCAMÁN –
CHILE – 1965.

 EL BALLET FOLCLÓRICO DE CHILE – BAFOCHI – 1987.

 BALLET BRANDSEN – ARGENTINA – 1972


 BALLET FOLCLÓRICO DEL AMAZONIA – BRASIL 1990

 EL BALLET FOLCLÓRICO NACIONAL JACCHIGUA – ECUADOR 1989

 EL BALLET FOLKLÓRICO NACIONAL – BOLIVIA 1975

¿
 BALLET NACIONAL DE CUBA – 1948 – 1959.

 BALLET DE COLOMBIA SONIA OSORIO 1960

 BALLET FOLKLORICO COLOMBIANO 1972


BALLET TIERRA COLOMBIANA 1979

Como podemos apreciar en las imágenes emblemáticas de los trece ballets enunciados, a
excepción de los Ballets Nacional de México y el Nacional de Cuba, todos hacen alusión a
lo indígena con sus tocados que tratan de mostrar el sol, las plumas y algunos símbolos
característicos de las culturas indígenas americanas y de su cosmología. En la totalidad de
los emblemas se hace referencia a lo europeo con sus vestuarios y poses que reflejan
posturas de la danza clásica. Se observa que la mayoría de estas imágenes no reflejan lo
negro, este elemento no es evidente, aunque algunos de ellos que presentan al colectivo en
acción si muestran a negras danzando, e incluso algunos hacen referencia a su tipificación
dentro de la escena. Lo que sí es evidente es que la mayoría de las imágenes de estos ballets
hacen referencia a lo complejo del mestizaje pues resulta difícil establecer que tan indígena,
que tan europeo, o que tan africano son los elementos que aquí se representan, a manera de
ejemplo podemos observar los tocados que hacen referencia al sol, pues son tan claros que
se identifican con el sol y rápidamente se hace una relación con el significado que este astro
tenia para las comunidades indígenas americanas, pero la forma como se elabora lo saca del
contexto indígena y su monumentalidad, nos traslada al lujo occidental de Europa, y de una
Europa muy contemporánea. Es por esto que podemos realizar una especie de historiografía
de estos grupos a partir de las imágenes que generan estos colectivos en sus puestas en
escena, trabajo que al ser realizado nos permitiría llegar a plantear una identidad de esos
colectivos, una identidad que nos conduciría inmediatamente a la mezcla, al mestizaje que
refleja el concepto de latinoamericano. Si esto lo estamos iniciando solamente con las
imágenes emblemáticas, podemos imaginar lo que se haría con la totalidad de las imágenes
dancísticas que ponen estos colectivos en los diferentes escenarios de la región y el mundo.
Cuando hablamos con el maestro Fernando Urbina Chuquín, creador director y coreógrafo
del Ballet Tierra Colombiana, nos manifiesta que en los escenarios de Europa y Asia se
forman la imagen de lo indígena desde sus trabajos escénicos, le indagan por la realidad
que estos trabajos reflejan, preguntan si realmente existió eso que se pone en el escenario, y
el responde, que eso es una creación desde lo artístico, creación creada a partir de las
narraciones y los mitos existentes en la región (URBINA, 2014). La gran mayoría de estos
ballets por no decir su totalidad han llevado a través de la danza la cosmogonía indígena al
escenario, pero ninguno puede afirmar que las imágenes de sus representaciones sean
totalmente indígenas, pues son creadas desde la concepción occidental del espectáculo, para
ejemplificar esta afirmación, podemos retomar las palabras del maestro Fernando Urbina
“Somos una mezcla de varias razas, y esto se puede apreciar desde la tri etnia lo negro, lo
indio y lo europeo, todos esos elementos quedan plasmados en el escenario, el trabajo que
se realiza por parte del ballet es un producto de una permanente investigación, aunque es
claro que nosotros no hacemos folclor, el folclor lo hacen los campesinos allá en su tierra,
en el campo, lo que nosotros hacemos es proyección, un espectáculo, por ejemplo siempre
nos preguntan por la leyenda del Dorado, si en verdad existió y nosotros respondemos que
en realidad no sabemos, pero al hacer la representación, nos corresponde hacer una
creación, imaginar cómo se sube a la balsa, en fin es un trabajo creativo de nosotros ante un
hecho que no existió, pero que en el imaginario de la gente siempre está presente.”
(URBINA, 2014). En otra entrevista concedida al periodista Jorge Consuegra el mismo
Fernando Urbina reconoce que su trabajo es realizar un espectáculo del folclor colombiano
y latinoamericano para que nacionales y extranjeros nos reconozcan, nos identifiquen,
“Más que los colombianos, porque conocemos la multiplicidad de nuestros aires
folclóricos, los extranjeros se sorprenden con la variedad del colorido del folclor de
Colombia… generalmente los extranjeros preguntan si somos de diferentes países, porque
se cambia de ritmos y de un baile a otro. Por ejemplo hay un abismo entre los movimientos
y las cadencias del mapalé, el bambuco y el joropo y ellos quedan realmente sorprendidos”
(Fernando, 2014).

A manera de conclusión se puede establecer en primer lugar que lo sucedido con el Ballet
Tierra Colombiana, desde su creación, su origen y su desarrollo, es un proceso muy similar
a lo sucedido con los otros ballets latinoamericanos aquí referenciados. En segundo lugar se
puede afirmar que la danza es un lenguaje muy particular que mediante sus diferentes
puestas en escena reflejan un aspecto fundamental de lo que se es, y que en este tema de
identidad y mestizaje, los ballets folclóricos de latinoamerica lo desarrollan
conscientemente y a cabalidad, así lo desarrollen desde la mirada occidental del
espectáculo. En tercer lugar se hace necesario realizar la tarea propuesta por Marcela Croce
en el sentido de aportar a una geografía intelectual desde latinoamerica, es decir, que se
debe realizar un trabajo desde estos colectivos que inviten a reescribir la historia de los
pueblos latinoamericanos, desde una nueva narrativa, o una perspectiva diferente. Por
último este ensayo no responde concretamente a las preguntas iniciales, pero si permite
señalar una serie de pistas que pueden conducir a esas respuestas, lo que en realidad
presenta este trabajo es la idea que puede ser tema de una gran investigación, una especie
de tema para desarrollar toda una tesis de grado de la maestría.

BIBLIOGRAFIA

CROCE, M. (2010). Latinoamericanismo. Historia intelectual de una geografía inestable.


Buenos Aires: Simurg.

ESCOBAR, T. (s.f.). La identidad en los tiempos globales. Recuperado el 11 de 11 de


2014, de La identidad en los tiempos globales: http://www.STADTAUS.COM_La
identidad en los tiempos globales. Ticio Escobar(1). pdf

Fernando, U. C. (3 de Agosto de 2014). La gente sigue en el espectáculo. (J. Consuegra,


Entrevistador)

Geertz, C. (1973). La interpretación de las Culturas. New York: Gedisa editorial.

GRUZINSKI, S. (1994). La Guerra de las imágenes. México: Fondo de Cultura


Económico.

TIERRA COLOMBIANA, B. F. (3 de Agosto de 2014). TIERRA COLOMBIANA, Ballet


Folclórico, Fundación cultural. TIERRA COLOMBIANA, Ballet Folclórico,
Fundación cultural. Bogotá, Bogotá, Colombia: Fundación Cultural Tierra
Colombiana.

URBINA, F. (11 de Noviembre de 2014). Identidad y Mestizaje. (A. M. Gualteros,


Entrevistador)

PÁGINAS ELECTRÓNICAS

 www.guillerminabravo.galeon.com/aficiones2286857.html
 www.prezi.com/sp8zljnumd2a/ballet-de-amalia-hernandez
 www.interescena.com/.../19322-estampas-de-mexico-homenaje-a-la-lege
 www.es.wikipedia.org/wiki/Ballet_Folclórico_Nacional
 www.es.dbpedia.org/page/Ballet_Folclórico_de_Chile
 www.balletindance.com.ar/index.php?option=com_content.
 www.festivaldeldesierto.com.mx/2014/04/amazonia-de-brasil
 www.jacchiguaesecuador.com/esp_principal.htm
 www.bolivia.com/empresas/cultura/ballet_folklorico/index.asp
 www.es.wikipedia.org/wiki/Ballet_Nacional_de_Cuba
 www.balletnacional.com.co/
 www.bogotamiciudad.com › Cultura y diversión › Danza

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