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Hatuey (¿-1511).

Cacique dominicano nacido en Guahaba en fecha desconocida y muerto


en Maisí (en la zona oriental de Cuba) en 1511. Se opuso a la conquista europea en Santo
Domingo y Cuba. Fue capturado y quemado vivo, y se negó a ser bautizado para no
encontrarse con los españoles en el cielo. Su trágica muerte le convirtió en un símbolo de la
resistencia indígena ante la conquista.

Era cacique de Guahaba, en la isla Española. Se opuso a la conquista española y, tras


comprender finalmente la imposibilidad de resistir, decidió huir con sus hombres en canoas
hasta la cercana isla de Cuba. Se estableció en la región montañosa de Maisí, pero allí tuvo
que hacer frente nuevamente a los españoles el año 1511, cuando Diego Velásquez
emprendió la conquista de la Isla. Hatuey reunió a sus hombres y les informó de que los
españoles venían buscando oro para su rey, y que se lo sacarían a los indios hasta de las
entrañas, por lo que les aconsejó reunir todo el que tenían y tirarlo a un río. Preparó luego a
sus hombres y se enfrento a Velásquez en un conflicto muy desigual, ya que los taínos no
eran grandes guerreros, ni poseían armas eficaces (usaban todavía la tiradera). Los
españoles les causaron numerosas derrotas y bajas, dominándoles en unos tres meses. Los
indios se escondieron en los montes, pero fueron perseguidos tenazmente y apresados.

El mismo Hatuey fue hecho prisionero. Velásquez quiso hacer un escarmiento con él, dada
su enorme fama. Mandó procesarle como hereje y rebelde y le condenó a ser quemado
vivo. Colocado ya sobre la hoguera y a punto de encenderla, se le aproximó un fraile
franciscano para pedirle que se bautizara, con objeto de ir al cielo, pero el cacique se negó a
hacerlo, ante el temor de volver a encontrar españoles en el Paraíso. El párrafo lascasiano
que nos refiere esto es el siguiente: “un religioso de San Francisco le dijo como mejor pudo
que muriese cristiano y se bautizase. Respondió que 'para que había de ser como los
cristianos, que eran malos'. Replicó el Padre 'Porque los que mueren cristianos van al
cielo y allí están siempre viendo a Dios y holgándose.' Tornó a preguntar si iban al cielo
cristianos; dijo el Padre que si iban los que eran buenos; concluyó diciendo que no quería
ir allá, pues ellos allá iban y estaban. Esto aconteció al tiempo que lo querían quemar, y
así luego pusieron a la leña fuego y lo quemaron”.

Tras la muerte de Hatuey, los indios corrieron aterrados a esconderse nuevamente en


cuevas y montes, pero fueron dominados fácilmente. El gesto de Hatuey ha sido
reivindicado por muchos grupos y asociaciones indigenistas como ejemplo de la dignidad
de los aborígenes americanos ante la invasión europea.

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