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EXPEDIENTE : Nº 45166-2005

CUADERNO : Principal
ESCRITO : Nº
SUMILLA : Solicita Ejecución de Sentencia.

SEÑOR JUEZ DEL QUINTO JUZGADO CIVIL DE LA CORTE


SUPERIOR DE JUSTICIA DE LIMA.

AUTOMOTORES CONDOR S.A., con


RUC Nº 20102263848 debidamente
representada por su Gerente General
Señor: Condor Taype Martín, identificado
con DNI Nº 09180270, con dirección
domiciliaria en: Av. Nicolas Arriola Nº 1804
San Luís - Lima, en los seguidos con el
Ministerio de Transportes y
Comunicaciones y Superintendencia
Nacional de Administración Tributaria
sobre Acción de Amparo; ante Ud., con el
debido respeto me presento y digo:

I.- PETITORIO
Que, solicitamos a su Despacho disponga la ejecución de la Sentencia Nº 01576-
2007-PA/TC de fecha 14 de ABRIL del 2007 y en consecuencia ordene tanto a la
SUNAT como al MTC se abstengan de impedir el ingreso de nuestra mercancía y
conforme a los Contratos suscritos con nuestros proveedores.

II.- FUNDAMENTOS DE NUESTRO PEDIDO

2.1 SENTENCIA ESTIMATORIA DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL

La sentencia Nº 01576-2007-PA/TC de fecha 14 de ABRIL del 2007, dictada por el


Tribunal Constitucional ha quedado firme, en los términos siguientes:
“HA RESUELTO:
1. Declarar FUNDADA, la demanda interpuesta y, en consecuencia,
INAPLICABLE, al caso concreto de la demandante los efectos del
artículo 2° del Decreto Supremo N° 017-2005-MTC.
2. Declarar PROCEDENTE la incorporación de las empresas que en
calidad de litisconsortes facultativos que se apersonaron al proceso e
impugnaron la sentencia de segunda instancia; extendiéndoseles los
efectos de esta sentencia.
3. EXORTAR al Ministerio de Transportes y comunicaciones y al Poder
Ejecutivo a que cumpla y acate las sentencias de este Tribunal
Constitucional en reiterada jurisprudencia relacionada con la materia de
conformidad con el artículo 102 inciso 9 de la Constitución.”

2.2 EJECUCION DE LAS SENTENCIAS ESTIMATORIAS

Que, por otro lado es pertinente traer a colación lo señalado por la jurisprudencia
para una mayor ilustración de cómo debe de actuar la judicatura al estado de
autos. EXP. Nº 015-2001-AI/TC, EXP. Nº 016-2001-AI/TC EXP. Nº 004-2002-
AI/TC. EL DERECHO A LA EJECUCIÓN DE LAS RESOLUCIONES
JUDICIALES, EXP. N° 4119-2005-PA/TC, que han pasado en autoridad de cosa
juzgada, es una manifestación del derecho a la tutela jurisdiccional, reconocido en
el inciso 3) del artículo 139º de la Constitución. También se encuentra aludido en el
segundo párrafo del inciso 2) del mismo artículo 139º, cuando se menciona que
“ninguna autoridad puede (...) dejar sin efecto resoluciones que han pasado en
autoridad de cosa juzgada (...) ni retardar su ejecución”. El derecho a la ejecución
de las resoluciones judiciales no es sino una concreción específica de la exigencia
de efectividad que garantiza el derecho a la tutela jurisdiccional, y que no se agota
allí, ya que, por su propio carácter, tiene una fuerza expansiva que se refleja en
otros derechos constitucionales de orden procesal.

Que asimismo, resulta pertinente lo que ha sostenido el TRIBUNAL EUROPEO DE


DERECHOS HUMANOS en el caso “Hornsby c/ Grecia”, sentencia del 13 de
marzo de 1997, donde señala el derecho a la efectividad de las resoluciones
judiciales y que esta forma parte de las garantías judiciales, pues “sería ilusorio”

que “el ordenamiento jurídico interno de un Estado contratante permitiese que una
decisión judicial, definitiva y vinculante, quedase inoperante, causando daño a una
de sus partes (...)”. Siendo ello una Interpretación jurídica nutrida de justicia.
La sentencia de Amparo, no solamente se resume en la mención concreta de la
autoridad de ente privado de la persona en contra de la cual procede el Amparo, y
no solamente se concreta en la orden precisa a cumplir, sino también con las
especificaciones necesarias para su ejecución.
La cosa juzgada constitucional, por virtud del cual, “los fallos que Tribunal
Constitucional dicte en ejercicio del control jurisdiccional hacen tránsito a cosa
juzgada constitucional”. La cosa juzgada es una categoría general del derecho y
por consiguiente tiene una regulación unitaria y uniforme en todos sus campos, sin
perjuicio de una serie de especialidades que se predican de acuerdo a la
naturaleza del asunto debatido.

La cosa juzgada constitucional es una institución jurídico procesal que tiene


fundamento en la Constitución Política y mediante la cual se otorga a las
decisiones plasmadas en una sentencia de constitucionalidad, el carácter de
inmutables, vinculantes y definitivas.

No obstante que la cosa juzgada constitucional tiene su fuente en la teoría


general, la particular naturaleza del juicio de constitucionalidad impone unas
diferencias significativas, como, por ejemplo, la relacionada con el efecto ínter
partes, que tiene la cosa juzgada en el proceso ordinario frente al efecto erga
omnes, que reviste en el proceso constitucional.

En este sentido la Jurisprudencia del Tribunal Constitucional, ha ido perfilando una


serie de categorías conceptuales que delimitan el alcance de la cosa juzgada
constitucional de manera tal que se garanticen tanto el objetivo de seguridad
jurídica que tiene la cosa juzgada, como las garantías ciudadanas propias del
proceso de constitucionalidad, y en particular el derecho que tiene quien inicia un
proceso constitucional a obtener decisiones de fondo sobre las concretas
pretensiones de inconstitucionalidad que presente.
2.3 PRONUNCIAMIENTO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN LA
SENTENCIA N.° 05811-2015-PHC/TC
Fundamento de Voto del Magistrado Espinoza Saldaña Barrera

“ En esa misma línea, tal como se señala en la sentencia del presente


caso, existen pronunciamientos del Tribunal Constitucional donde
incluso se ha dicho que una interpretación literal y aislada de una
disposición constitucional puede más bien ser una alternativa
inconstitucional.”
“ Al respecto, el artículo 201 de la Constitución peruana vigente señala
que el Tribunal Constitucional es el intérprete vinculante final de
nuestra Constitución (“órgano de control de la Constitución”),
disposición que fundamenta de mejor forma las Competencias del
Tribunal Constitucional desarrolladas por la (Ley orgánica del Tribunal
Constitucional y Código Procesal Constitucional).
“ Mi preocupación, destinada a que el Tribunal Constitucional peruano
con su actual composición fije una posición con respecto a los
llamados recurso de agravio atípicos ha sido reiterada; pero sobre
todo en el informe que sobre el particular presenté al Pleno del
Tribunal, en abril de 2015, el cual, lamentablemente, aún no se ha
debatido. Allí, por cierto, se propone una justificación para consolidar
la constitucionalidad y la legalidad de alguno de esos recursos de
agravio atípicos, en base a consideraciones constitucionales y
convenciones. Sobre esta base, conviene tener presente que, en
nuestra opinión, por lo menos varios de los supuestos de recurso de
agravio constitucional excepcionales contra sentencias fundadas de
segundo grado que fueron reconocidos por el Tribunal Constitucional
han tenido respaldo en mandatos constitucionales específicos o en
convenciones sobre derechos humanos.”

Ello debido a que las resoluciones judiciales firmes que inaplican los decretos
mencionados no pueden ser declaradas nulas mediante la sentencia del presente
proceso, por cuanto las partes de aquellos procesos no han formado parte de este
(no han podido ejercer su derecho de defensa), lo cual no impide que dichas
resoluciones puedan ser declaradas ineficaces, es decir, que no sean ejecutadas
en sus propios términos por contravenir la jurisprudencia uniforme y reiterada de
este Tribunal.

2.4 PRONUNCIAMIENTO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN LA


SENTENCIA N.° 05961-2009-PA/TC

“18. En este orden de ideas, debe precisarse que a partir del día siguiente
de la publicación de la sentencia recaída en el Exp. N.º 03610-2008-
PA/TC en la página web, esto es, el 6 de noviembre de 2008, ninguna
resolución judicial podía inaplicar el artículo 1º del Decreto Legislativo
N.º 843, los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 017-2005-MTC y
042-2006-MTC y los Decretos de Urgencia N. os 079-2000 y 086-2000,
y ello pese a que, con anterioridad se habían emitido las sentencias
recaídas en los Exps. N.os 01196-2003-AA/TC y 08881-2006-PA/TC.

De otra parte, también debe precisarse que, en caso de que con


anterioridad a la fecha de emisión de la sentencia recaída en el
Exp. N.º 03610-2008-PA/TC se hubieren emitido sentencias y/o
medidas cautelares inaplicando el Decreto Legislativo N.º 843,
o los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-
2006-MTC o los Decretos de Urgencia N. os 079-2000, 086-2000, 050-
2008 y 052-2008, tales resoluciones deben mantenerse vigentes
(eficaces y ejecutables) hasta el 5 de noviembre de 2008.”

“20. Teniendo presente lo dicho, este Tribunal advierte que las resoluciones
judiciales firmes que hayan inaplicado el Decreto Legislativo N.º 843,
o los Decretos Supremos N.os045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-
2005-MTC y 042-2006-MTC o los Decretos de Urgencia N. os 079-
2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, generan un conflicto entre el
principio de seguridad jurídica y la garantía de la cosa juzgada
constitucional.

Ello debido a que las resoluciones judiciales firmes que inaplican los
decretos mencionados no pueden ser declaradas nulas mediante la
sentencia del presente proceso, por cuanto las partes de aquellos
procesos no han formado parte de este (no han podido ejercer su
derecho de defensa), lo cual no impide que dichas resoluciones
puedan ser declaradas ineficaces, es decir, que no sean ejecutadas en
sus propios términos por contravenir la jurisprudencia uniforme y
reiterada de este Tribunal.

Ante tal conflicto suscitado, este Tribunal estima que la solución más
adecuada, proporcional y racional no es la declaración de nulidad
de todas las resoluciones judiciales firmes que inapliquen los
decretos mencionados, pues ello conllevaría la afectación del
derecho de defensa de todas aquellas partes que no han actuado
ni participado en el presente proceso, sino la de habilitar
excepcionalmente el plazo de prescripción previsto en el
segundo párrafo del artículo 44º del CPConst., para que el
Ministerio de Transportes y Comunicaciones, a través de su
Procurador Público, pueda demandar la nulidad de las
resoluciones a través del proceso de amparo contra resolución
judicial firme.

Esta solución es la más adecuada, proporcional y racional para resolver el


conflicto entre el principio de seguridad jurídica y la garantía de la cosa
juzgada constitucional, pues en estos nuevos procesos de amparo se
podrá evaluar si las resoluciones judiciales firmes contravienen, o no,
la jurisprudencia uniforme y reiterada de este Tribunal sobre los
requisitos para la importación de vehículos automotores y partes
usadas.”

“21. En tal temperamento, en virtud del artículo 201º de la Constitución y


del artículo VII del Título Preliminar del CPConst, este Tribunal
establece como precedente vinculante las siguientes reglas:

b. Las resoluciones judiciales que hayan inaplicado el Decreto Legislativo


N.º 843, o los Decretos Supremos N.os 045-2000-MTC, 053-2000-
MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o los Decretos de Urgencia
N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008, son eficaces y
ejecutables hasta el 5 de noviembre de 2008.

A partir del 6 de noviembre de 2008, todas las resoluciones judiciales que


hayan inaplicado el Decreto Legislativo N.º 843, o los Decretos Supremos
N.os 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o
los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008,
son consideradas contrarias a la jurisprudencia del Tribunal
Constitucional, al tercer párrafo del artículo VI del Título Preliminar del
CPConst. y a la Primera Disposición General de la Ley Orgánica del
Tribunal Constitucional, por lo que carecen de eficacia.

Para que se declare la nulidad de las resoluciones judiciales firmes


emitidas a partir del 6 de noviembre de 2008, que hayan
inaplicado el Decreto Legislativo N.º 843, o los Decretos Supremos

Nos 045-2000-MTC, 053-2000-MTC, 017-2005-MTC y 042-2006-MTC o


los Decretos de Urgencia N.os 079-2000, 086-2000, 050-2008 y 052-2008,
excepcionalmente, el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, a
través de su Procurador Público, tiene habilitado el plazo de
prescripción previsto en el segundo párrafo del artículo 44º del
CPConst. para interponer la respectiva demanda de amparo contra
resolución judicial firme.

Dicho plazo de prescripción, habilitado en forma excepcional, se


inicia a partir del día en que la presente sentencia le sea notificada al
Ministerio de Transportes y Comunicaciones.”

2.5 PRONUNCIAMIENTO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN LA


RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Nº 04197-2010-PA/TC.

En el fundamento 3° de dicha sentencia el Tribunal Constitucional reconoce la


calidad estimatoria y la plena vigencia de la Sentencia N° 04656-2007-PA/TC.

2.6 PRONUNCIAMIENTO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN LA


RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL Nº 07230-2013-AA/TC.

En el fundamento 5° dice: “Sin embargo, el auto que se pretende cuestionar en


autos, no contiene pronunciamiento en alguno de los sentidos expuestos. Se limita
a declarar la nulidad de parte de lo actuado en la etapa de ejecución de sentencia,
por las razones contenidas en el auto impugnado, de modo que no procede que
éste Tribunal se pronuncie sobre el particular. Por tal razón, corresponde rechazar
el recurso presentado; declarar la nulidad de todo lo actuado desde el concesorio
del recurso de apelación por salto y ordenar la devolución del proceso a la etapa
correspondiente, a efectos que, de ser el caso, continúe con el trámite de
ejecución, si es que fuere el caso.”

Y ratifica esta posición del auto emitido por el Tribunal Constitucional, el


Magistrado: Eloy Espinoza –Saldaña Barrera; quien en el fundamento de su voto
dice:

“5.- Adelantando algo de esa discusión, convendría señalar que si bien es cierto
que el ejercicio de las competencias explícitas e implícitas de un Tribunal
Constitucional puede reivindicar ciertas funciones y potestades para sí, aunque no
se encuentran expresamente reconocidas para él, siempre y cuando se
encuentren dentro de lo "constitucionalmente necesario", y no, como alegan
algunos, de lo "constitucionalmente posible". Señalo esto en mérito a que
considero que, en estricto respeto a una separación de funciones y un criterio de
corrección funcional, el Tribunal Constitucional peruano debe entender que en
rigor a quien corresponde diseñar o mejorar los diferentes procesos
constitucionales existentes es el legislador, máxime si se toma en cuenta la
referencia a una reserva de Ley orgánica establecida en el artículo 200 de nuestra
Constitución.

6.- Lo recientemente señalado, por cierto, me debe llevar al inmovilismo de un


Tribunal Constitucional cuya labor es precisamente la de defender y promover la
fuerza normativa de la Constitución y la vigencia efectiva de los derechos, labor
que por cierto, implica resolver conforme a Derecho, inclusive muy a despecho de
los vacíos o insuficiencias que pueda presentar el ordenamiento jurídico vigente
del país donde le toca actuar.

7.-Estamos pues ante materias sobre las cuales se hace necesario conversar, y
evaluar lo decidido en su momento por anteriores composiciones de este Tribunal,
máxime cuando se aprecia cuál es la actual formulación de medios como el
recurso de la apelación por salto a favor de la ejecución de una sentencia del
Tribunal Constitucional o el recurso de agravio a favor de la ejecución de una
sentencia del Tribunal Constitucional.

8.-En síntesis; en tanto y en cuanto éstas son las actuales pautas establecidas, y
su constitucionalidad no ha sido formalmente cuestionada, todavía seguirán

existiendo pronunciamientos en función a mecanismos como la apelación por


salto tal como hoy se encuentran concebidas. Sin embargo, resulta indispensable
analizar si lo ahora previsto permite una participación del Tribunal Constitucional
peruano que, sin romper los parámetros constitucional o legalmente necesarios. y
su real capacidad operativa, asegura el cabal cumplimiento de sus propias
sentencias de manera debidamente coordinada con otras entidades estatales y
contando con los apremios necesarios para garantizar su efectiva materialización.”

2.7 PRONUNCIAMIENTO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EN LA


RESOLUCIÓN DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EXP. N.° 01569-2006-PA/TC.

“&3. Derecho a la tutela jurisdiccional y cosa juzgada

4. El derecho a la tutela jurisdiccional (art. 139, inc. 3, Const.) garantiza, entre


otros aspectos, que una sentencia con calidad de cosa juzgada sea cumplida
en sus términos. Como consecuencia de ello, se desprende, por un lado, un
mandato de que las autoridades cumplan lo ordenado o declarado en ella en
sus propios términos y, por otro, una prohibición de que cualquier autoridad,
incluida la jurisdiccional, deje sin efecto las sentencias y, en general,
resoluciones que detentan la calidad de cosa juzgada (art. 139º, inc. 2, Const.).
Esto último resulta relevante en el caso ya que ello implica que si un juez deja
sin efecto una sentencia con calidad de cosa juzgada se habrá afectado el
derecho a la tutela jurisdiccional de la persona, cuya pretensión dicha
sentencia ha estimado.

5. Sin embargo, excepcionalmente, en ciertos supuestos, el ordenamiento


procesal habilita determinados cauces procesales para que una sentencia con
calidad de cosa juzgada y el proceso del que ella deriva puedan ser
declarados nulos. De ello se infiere que en el caso de que una sentencia con
calidad de cosa juzgada haya sido declarada nula dentro de los supuestos y,
en especial, a través de los cauces procesales previstos por nuestro
ordenamiento, no se habrá producido una infracción de la prohibición de dejar
sin efecto resoluciones con calidad de cosa juzgada y, por tanto, tampoco se
estará ante una afectación del derecho a la tutela jurisdiccional.

6. En el caso, la cuestión central se circunscribe, entonces, a determinar si las


resoluciones judiciales cuestionadas han dejado sin efecto una sentencia con
calidad de cosa juzgada dentro de los cauces procesales previstos por el
ordenamiento o al margen de ellos. Si se ha observado los cauces procesales,

entonces, no se ha lesionado el derecho a la tutela jurisdiccional; por el


contrario, si aquellas han dejado sin efecto la sentencia al margen o fuera de
los cauces procesales, se habrá producido una afectación del derecho a la
tutela jurisdiccional del recurrente.

&4. Principio de legalidad y cosa juzgada

7. La premisa sobre la que debe absolverse la cuestión planteada es el


principio constitucional de legalidad. Este principio se deriva del principio de
Estado de derecho que nuestra Constitución reconoce en su artículo 3º. En el
ámbito del poder judicial el principio de legalidad se infiere de lo establecido
por el artículo 138º de la Constitución, conforme al cual se atribuye a dicho
poder la potestad de administrar justicia “con arreglo a la Constitución y a las
leyes”. La Ley Orgánica del Poder Judicial (art. 6º) enuncia el “principio
procesal de legalidad” como elemento que debe regir todo proceso. En tal
sentido, conforme a este principio, toda actuación procesal de los jueces se
halla vinculada por las normas del ordenamiento jurídico; en particular,
tratándose de la legalidad procesal tal vinculación impone al juez que sus
actuaciones deban estar sujetas estrictamente a los supuestos previstos por
las normas procesales y dentro de las formas y términos por ellas
establecidas. De este modo, toda actuación procesal del juez que se
desvincule o no observe tales supuestos, formas y términos, resulta una
actuación que infringe el principio de legalidad, por tratarse, sencillamente, de
una actuación extra legem, esto es, desprovista de sustento jurídico.

8. Como consecuencia de lo anterior, se tiene que a la cuestión de si puede


declararse la nulidad de una sentencia con calidad de cosa juzgada en un
proceso durante la etapa de ejecución, la respuesta ha de depender de si tal
actuación está o no prevista por las normas procesales de nuestro
ordenamiento jurídico. Ahora bien, sobre este aspecto, la respuesta es
negativa. De conformidad con lo establecido en nuestro ordenamiento
procesal, en particular el Código Procesal Civil, no se tiene previsto un
mecanismo de esta naturaleza. En tal sentido, el que en la resolución de 28 de
junio de 2001, expedida por la Sala de Procesos Abreviados y de
Conocimiento de la Corte Superior de Justicia de Lima, y en la resolución de
24 de mayo de 2002, expedida por la Sala Civil Permanente de la Corte
Suprema de Justicia de la República, que confirma aquélla, se haya declarado
ya en la etapa de ejecución la nulidad de una sentencia que data de 21 de
junio de 1991, resultando dicha actuación procesal extra legem, esto es, una
actuación no prevista por norma procesal alguna y, en tal sentido, una
actuación que ha infringido el principio de legalidad.

9. Debe tenerse presenta además que en el proceso ordinario sobre obligación


de dar suma de dinero se consideró como emplazada a la
Beneficencia Pública, puesto que por resolución de fecha 09 de abril de 1990
ésta entidad fue la destinataria del 60% de los bienes del causante, no
pudiendo pretender esta entidad que se emplace a la señora Esterlinda
Hidalgo Muñoz, ya que si bien es la heredera declarada judicialmente no ha
adquirido los bienes del causante. En tal sentido el Juez de la ejecución debió
haber acatado lo dispuesto por sentencia emitida en un proceso regular contra
la entidad a la que le transfirieron los bienes del causante y no realizar un
nuevo análisis, en el que finalmente se anuló la sentencia emitida en el
proceso ordinario por considerar que se debía integrar a una persona a quien
si bien judicialmente se le había declarado como heredera única no tenía bien
alguno del causante ya que estos se encontraban en poder de la
Beneficencia Pública.

10. En tal sentido de sentirse afectada la señora Esterlinda Hidalgo Muñoz con la
resolución que declaró fundada la demanda de obligación de dar suma de
dinero, le corresponde a ella recurrir al proceso a que hubiere lugar para
reclamar el presunto error cometido por el juzgador y que afectaría sus
derechos, y no al juez ejecutor realizar un nuevo análisis de lo resuelto en
proceso ordinario por órgano competente.

11. Por lo expuesto es que las resoluciones judiciales cuestionadas por el


recurrente han constituido una actuación extra legem, al haberse dejado sin
efecto una sentencia emitida por órgano competente. Ahora bien, en atención
a lo expuesto en los fundamentos N. os 6 y 7, el hecho de dejarse sin efecto una
sentencia firme emitida por órgano competente ha ocasionado una afectación
del derecho a la tutela jurisdiccional jurisdiccional (art. 139º, inc. 3,
Constitución) del recurrente, por lo que se debe declarar la nulidad de las
resoluciones cuestionadas y ejecutar lo ordenado por sentencia firme,
pudiendo la parte que se considere afectada con ello recurrir al proceso a que
hubiere lugar.”
2.8 PRONUNCIAMIENTO DEL TRIBUNAL CONSTITUCIONAL: AUTO DEL
TRIBUNAL CONSTITUCIONAL EXP. N.° 03309-2014-PA/TC.

“RESUELVE:
1. Declarar INFUNDADO el recurso de apelación por salto interpuesto.
2. Ordenar al juez encargado de la ejecución de la STC Nº1576-2007-PA/TC,
enmendar todas aquellas actuaciones que desconozcan sus verdaderos
alcances, conforme a lo detallado en la presente resolución y la STC
Nº4656-2007-PA/TC.”

III.- FUNDAMENTOS JURIDICOS

Que, conforme a lo dispuesto en el precedente vinculante establecido en la


Sentencia del Tribunal Constitucional N° 05961-2009-PA/TC, hasta la fecha no
hemos sido notificados de la acción de amparo contra nuestra sentencia firme
N°01576-2007-PA/TC, dictada por el Tribunal Constitucional, por tanto tiene plena
vigencia y en consecuencia es obligatoria y pertinente su ejecución conforme a lo
dispuesto en los artículos 713 inc. 1 y 715 del Código Procesal Civil y los Artículos
22° y 59° del Código Procesal Constitucional.
El derecho a la tutela jurisdiccional (Art. 139, inc. 3, Constitución Política) que
garantiza, entre otros aspectos, que una sentencia con calidad de cosa juzgada
sea cumplida en sus términos.
Con lo que se estaría configurando la institución jurídica procesal res iudicata ,
en nuestro caso Cosa Juzgada Material Constitucional.
De conformidad con lo dispuesto por el Artº 59 del Código Procesal
Constitucional, para que se apliquen los apercibimientos que señalan en dicha
disposición legal.

IV.- CONCLUSIONES

1. La sentencia estimatoria N°01576-2007-PA/TC, expedida por el Tribunal


Constitucional ostenta plena vigencia.
2. El Tribunal Constitucional no se ha pronunciado dejando sin efecto los
alcances de la Sentencia estimatoria expedida a nuestro favor.
3. Tanto el MTC como la SUNAT tuvieron habilitado un plazo para interponer
demanda de amparo contra nuestra sentencia estimatoria, sin embargo no
interpusieron demanda alguna.

POR TANTO:

A Usted señor Juez, sírvase disponer la


inmediata ejecución de la Sentencia N°01576-2007-PA/TC, De conformidad con lo
dispuesto en el Artº 59 del Código Procesal Constitucional, y se apliquen los
apercibimientos que señala dicha norma.

Lima, diciembre 26 de 2018

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