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El asunto no puede ser resuelto por opiniones. No puede ser resuelto por
observaciones. No puede ser resuelto por lógica. Hay un solo lugar para resolver
este asunto acerca de si Dios quiere que una mujer predique o no. ¡Es por la
misma Palabra de Dios! La Biblia es el lugar donde encontrar lo que Dios quiere
que la gente haga. La Biblia nos dice como la obra de Dios debe ser conducida.
No hay otra autoridad de ningún valor en este asunto, excepto como deriva de la
Biblia, y coincide con la enseñanza de la Biblia.
Las mujeres a veces dicen que se sienten llamadas a predicar. Dicen a veces que
el Espíritu Santo ha dicho a ellas plenamente que deben predicar. Pero debemos
tomar en cuenta que cada doctrina falsa en el mundo es apoyada por ese
argumento. Una cierta madre que mató a su niño dijo que Dios la mandó a
hacerlo. Alguna gente se siente guiada a predicar la salvación por gracia. ¡Otros
se sienten guiados a predicar la salvación por obras! Algunos se sienten guiados
por Dios, dicen, a bautizar por rociar agua, y otros se sienten guiados por el mismo
Espíritu a bautizar por inmersión. Algunos se sienten guiados por Dios a perseguir
a los judíos. Algunas personas se sienten guiados por Dios a fundar una secta con
doctrinas falsas; eso es, honestamente se sienten guiados a hacerlo. Pero la
respuesta a todo esto es muy simple. El Espíritu Santo de Dios dictó la Biblia.
Santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo. El
Espíritu Santo nunca contradecirá su propia Palabra. Cualquier impulso que se
cree ser del Espíritu Santo debe ser examinado por la Biblia. Cualquier impulso
que no coincide con la plena enseñanza de la Palabra de Dios es falso, y no
proviene del Espíritu de Dios. Por esta razón la Escritura nos manda “Amados, no
creáis a todo espíritu, sino probad los espíritus si son de Dios; porque muchos
falsos profetas han salido por el mundo” 1 Juan 4:1.
Tomemos en cuenta cuidadosamente las Escrituras que tratan con este tema. La
Biblia es la Palabra de Dios; ningún pasaje de la Escritura contradecirá otro
pasaje. Y como el hombre y la mujer y Dios no han cambiado, encontraremos que
lo que Dios quiso para la mujer en tiempos bíblicos él quiere para ellas ahora
también. Espero que cada lector le pida sabiduría al Espíritu Santo con un corazón
de oración, y que investigue en las Escrituras lo que Dios tiene para decir en
cuanto a mujeres predicando el evangelio.
“La mujer aprenda en silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer
enseñar, ni ejercer dominio sobre el hombre, sino estar en silencio. Porque Adán
fue formado primero, después Eva; y Adán no fue engañado, sino que la mujer,
siendo engañada, incurrió en transgresión. Pero se salvará engendrando hijos, si
permaneciere en fe, amor y santificación, con modestia”.
Quiero que note el carácter universal de esta Escritura. Es en una carta escrita por
Pablo, el apóstol a los gentiles, dirigido a Timoteo. Pablo había dejado a Timoteo
en Efeso para encargarse de la gran obra en esa ciudad, con muchos ancianos,
como verás en el primer capítulo de este libro. El versículo 3 le indica a Timoteo
que debía guardarse de falsas doctrinas. El versículo 4 le advierte que debe evitar
confusión, y los versículos 6 y 7 nos dice que debía corregir algunos que
deseaban ser “doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman”.
Es importante notar que en esta epístola tenemos instrucciones detalladas en
cuanto a las calificaciones para obispo (pastor en nuestros días) y diácono (vea
capítulo 3). Nadie puede leer 1 Timoteo sin notar que provee instrucciones y
reglas para todas las iglesias Nuevo Testamentarias, como comunicado a Pablo,
el apóstol a los gentiles, por el Espíritu Santo. Entonces el pasaje que leímos es
para todas las iglesias Nuevo Testamentarias y cristianos Nuevo Testamentarios.
A los cristianos Nuevo Testamentarios Pablo les dice “La mujer aprenda en
silencio, con toda sujeción. Porque no permito a la mujer enseñar, ni ejercer
dominio sobre el hombre, sino estar en silencio”. Pablo no permitía ninguna mujer
predicadora ni ninguna maestra de hombres, ni ninguna mujer que ejercite
autoridad sobre el hombre, en ninguna de las iglesias Nuevo Testamentarias. La
palabra de Pablo fue aceptada como ley a través del imperio romano entre la
gente fundamentalista firme. En Roma, en Corinto, en Efeso, los grandes centros,
y entre todos estos lugares la autoridad de Pablo como un apóstol de Dios es
reconocido. Y en ningún lugar, dice Pablo, permitía una mujer enseñar ni ejercer
dominio sobre el hombre.
Esta regla de Pablo no es arbitraria, pero cabe dentro del plan de Dios desde el
tiempo de la creación. Pablo explica que “Adán fue formado primero, después Eva;
y Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en
transgresión”. Dios hizo a Adán primero. Eva fue creada segundo y como su
ayuda idónea, sujeto a él. Por esa razón, dice Pablo, las mujeres no deben
enseñar a los hombres en la iglesia, y no deben ser oficiales en la iglesia ni
ejercitar autoridad sobre el hombre. Una mujer tomando tal autoridad consistiría de
usurpación, imponerse indebidamente en una posición de autoridad que no es
propio ni naturalmente perteneciente a ellas. Desde la creación, la Biblia dice, la
mujer debe tomar el lugar de sujeción, porque no fueron creadas para tener
autoridad sobre los hombres ni enseñarles.
Otra vez Pablo escribe de la debilidad de una mujer y su aptitud de ser mal guiada
porque “Adán no fue engañado, sino que la mujer, siendo engañada, incurrió en
transgresión”. Satanás encontró que pudo engañar a Eva con más facilidad que
Adán. Dios creó a la mujer de tal manera que pueda sentirse cómoda siendo una
ayuda idónea, una esposa que se acomoda en su voluntad y plan. Entonces, en la
naturaleza del caso, las mujeres no fueron tan bien equipadas para autoridad
ejecutiva. Si las mujeres pueden ser guiadas fácilmente, no son tan buenas como
líderes. Cualquier pastor sabe que es más fácil encontrar a una mujer que está
dispuesta a hacer un buen trabajo. Pero buenos observadores admitirán que ellas
son
más fácilmente guiadas a falsas doctrinas y errores de todas clases. Pero el
argumento aquí en 1 Timoteo 2:14 es que Satanás pudo engañar a Eva cuando no
pudo engañar a Adán, y eso es evidencia que las mujeres no deben ser puestas
en autoridad en las iglesias y en obras cristianas. Si pudo engañar a Eva más
fácilmente en el huerto de Edén, él puede engañar a las mujeres fácilmente hoy.
Esto significa que las mujeres son más propensas a entrar en herejías doctrinales
y prácticas inescriturales que los hombres. Las mujeres no están equipadas para
enseñar a los hombres ni ejercer autoridad sobre el hombre, nos dice esta
Escritura. Pero Dios también tiene un deber especial y privilegio para las mujeres
en dar a luz y criar hijos. Si se someten al plan de Dios en humildad y
mansedumbre, entonces serán rescatadas y preservadas, cuando los dolores de
parto vienen sobre ellas. Muchas mujeres piadosas han encontrado dulce
consuelo y ayuda en el valle de la sombra al dar a luz a un niño para el Señor,
recibiendo ayuda de Dios porque estaban dispuestas a tomar el lugar de la mujer
en sumisión.
Consideremos cuidadosamente los versículos 11 y 12:
Y otra vez se enfatiza que una mujer debe mantenerse “en silencio” en tales
reuniones públicas.
Sabemos bien que Dios no quiere que las mujeres cristianas se mantengan
silenciosas fuera de reuniones públicas mixtas. Tito 2:3-4 manda plenamente “Las
ancianas asimismo…que enseñen a las mujeres jóvenes”. Aquí vemos claramente
que las mujeres de edad más avanzada que pueden enseñar a las mujeres más
jóvenes, y que lo deben hacer. Deben enseñarlas, entre otras cosas, a ser “sujetas
a sus maridos” (v. 5). Las mujeres deben mantener silencio entonces, en cuanto a
la enseñanza a toda la iglesia, o enseñar a hombres, o grupos incluyendo
hombres, pero las mujeres de edad más avanzada pueden enseñar a otras
mujeres. Es muy claro que una madre puede enseñar a sus propios hijos, tal como
la madre y abuela de Timoteo aparentemente le enseñaron (2 Tim. 1:5).
Proverbios 1:8 nos manda: “no desprecies la dirección de tu madre”. Proverbios
6:20 dice “no dejes la enseñanza de tu madre”. Proverbios 30:17 dice: “El ojo que
escarnece a su padre Y menosprecia la enseñanza de la madre, Los cuervos de la
cañada lo saquen, Y lo devoren los hijos del águila”. Una mujer puede enseñar a
otras mujeres y puede enseñar a niños. Pero en ninguno de estos casos
mencionados se refiere a la enseñanza pública como una oficial de la iglesia, o la
enseñanza de grupos grandes mixtos. Priscila ayudó a su esposo, y Aquila le
enseñó a Apolos el camino del Señor más perfectamente. Pero en esto podemos
estar asegurados que lo hizo en el espíritu manso como una ayuda idónea para su
marido. Ella habló en conversación personal, y no como una maestra oficial o
como uno teniendo autoridad.
También es claro que ninguna mujer debe ocupar un lugar como una oficial de la
iglesia, teniendo autoridad sobre hombres. Ninguna mujer podría ser una pastora
de una iglesia, de acuerdo con este versículo claro. Tal cosa sería una usurpación
de autoridad que es prohibida a ella.
Un evangelista debe pregonar con autoridad. Pablo le mandó a Timoteo, “haz obra
de evangelista” (2 Timoteo 4:5). Pero Timoteo, el evangelista, fue dado las
siguientes instrucciones:
Otra vez las Escrituras instruye claramente a las mujeres que guarden silencio en
las iglesias, que no se les permite hablar, sino que deben mantenerse en
obediencia, tal como era en el Antiguo Testamento.
Algunos pueden llegar a decir que este reglamente era tan solo para la iglesia en
Corinto. Pero eso no es cierto. La epístola no solamente fue escrita a los cristianos
en Corinto, pero también a “todos los que en cualquier lugar invocan el nombre de
nuestro Señor Jesucristo, Señor de ellos y nuestro”, como se puede notar en el
segundo versículo del primer capítulo. Las instrucciones de 1 Corintios fueron
dadas por el Espíritu Santo a todos los cristianos en todo lugar. Por tanto, a todos
los cristianos en todo lugar, el Señor manda diciendo: “Vuestras mujeres callen en
las congregaciones; porque no les es permitido hablar, sino que estén sujetas,
como también la ley lo dice”, y “es indecoroso que una mujer hable en la
congregación”.
Algunos posiblemente lleguen a decir que de acuerdo a esta Escritura una mujer
no debe cantar en un coro, ni dar testimonio en una reunión de oración. Vamos a
tratar con esto más adelante. Yo creo que el Señor quiere la mujer guarde silencio
en cuanto a lo que concierne la enseñanza o predicación oficial, cualquier discurso
público acerca de las Escrituras, o un liderato público en la iglesia, o de hombres,
o de grupos que incluyen a hombres. Si esa interpretación no alcanza lo suficiente,
vamos a extendernos hasta el punto de la intención de las Escrituras. Pero por lo
menos es claro y obviamente cierto que esta Escritura prohíbe a cualquier mujer
predicar, y prohíbe a cualquier mujer asumir la función de pastora o evangelista.
Eso simplemente no era permitido en ninguna iglesia Nuevo Testamentaria, y nos
es permitido hoy en ningún lugar si la gente ha de obedecer este pleno
mandamiento de Dios.
Ahora note que en este asunto de las relaciones del hombre y la mujer, la voluntad
de Dios nunca cambió. Las mujeres deben estar en obediencia en las iglesias en
estos días tal como debían estar en obediencia manteniendo silencio en la
adoración de la época del Antiguo Testamento. En la familia Antiguo
Testamentaria, la mujer era sujeta a su marido. En el tabernáculo del Antiguo
Testamento y la alabanza del templo, no había mujeres sacerdotisas, ni mujeres
escribas, ni mujeres en capacidades oficiales. Y este pasaje nos dice que lo
mismo debe ser cierto en cuanto a la mujer Nuevo Testamentaria.
Repasando otra vez los dos pasajes de la Escritura que particularmente prohíben
mujeres predicadoras, note que en 1 Corintios 14:34-35, la mujer debe mantener
silencio “en las congregaciones”. Pero en 1 Timoteo 2:11-12 se prohíbe que una
mujer enseñe o usurpe autoridad sobre los hombres en cualquier lugar. La iglesia
no es mencionada. Sí, se prohíbe que una mujer tome una parte oficial de la
reunión de una iglesia. Pero de igual modo se le prohíbe a las mujeres enseñar a
los hombres o usurpar la autoridad de los hombres fuera de las reuniones de la
iglesia. Es tan erróneo que una mujer tome el lugar de un maestro de la Biblia o
pastor o evangelista en un hogar privado o en una clase de Escuela Dominical
como si fuese una reunión oficial de una iglesia. Simplemente no fue la intención
de Dios que la mujer asuma un puesto de autoridad o liderazgo sobre los hombres
o que enseñe a hombres.
Hemos considerado los plenos mandatos de la Biblia que prohíben que la mujer
predique. Ahora quiero llamarle la atención a la certeza de que estos
mandamientos fueron obedecidos en todo lugar en las iglesias del Nuevo
Testamento. En ninguna iglesia Nuevo Testamentaria se permitía que una mujer
sea pastora o evangelista o maestra de la Biblia. No había ni siquiera una mujer
predicadora en las iglesias del Nuevo Testamento. Hubo 12 apóstoles originales,
sus nombres fueron dados, pero no hubo ni una mujer entre ellas. Hay relatos de
sermones predicados, pero nunca se menciona un sermón predicado por ninguna
mujer.
Considere a otra María, la hermana de Lázaro y Marta. Ella se sentó a los pies de
Jesús y oyó su enseñanza. Ella se deleitó tanto en eso que no lo rendía por
prepara comida (Lucas 10:38-42). Esto le agradó a Jesús. Él la felicitó y la enseñó.
Luego María vino para ungir los pies de Jesús con un perfume muy costoso (Juan
12:1-7) y él dijo “Déjala; para el día de mi sepultura ha guardado esto”. María
había guardado su dinero, y había reservado cuidadosamente este regalo
precioso y costoso para ungir a Jesús justo antes de su muerte en la cruz. Ella
parecía comprender mejor que los apóstoles que Jesús iba a la cruz. Judas se
quejaba porque el dinero no fue usado para los pobres, y los otros discípulos
aparentaban estar de acuerdo con él (Mateo 26:8-9). Jesús sintió gran gozo al
notar el discernimiento espiritual de esta mujer piadosa y sabia, y prometió que lo
que ella había hecho sería proclamado a través del mundo en memoria de ella.
Pero a pesar de cuan sabia e instruida era ella, ¡nunca fue una predicadora, ni
pastora, nunca fue una maestra de la Biblia!
Profetizar significa hablar por revelación divina. Una profecía es una revelación
especial por el Espíritu de Dios. Un profeta es un hombre que recibe revelación
divina. Una profetisa es una mujer que recibe revelación divina en cuanto al futuro.
El único libro en el Nuevo Testamento que Dios llama una profecía es el libro de
Apocalipsis. “El libro de esta profecía” (Apocalipsis 22:19) es revelación, el libro
Nuevo Testamentario que es dado en gran manera a la revelación de eventos del
porvenir. Profecía no indica predicación; significa una revelación divina bajo el
ungimiento del Espíritu. Una profetisa no predica.
Agabo brevemente compartió una revelación que Dios le había dado acerca de un
hambre que vendría sobre la tierra.
Otra vez, Hechos 21:10-11 nos relata otra profecía de este hombre Agabo en las
siguientes palabras:
Note que esto es un simple mensaje de Dios acerca de lo que le iba a acontecer a
Pablo en Jerusalén. La profecía ocupó menos de un versículo. No contenía un
sermón. El mensaje probablemente fue dado a Pablo y Lucas y posiblemente a
Timoteo u otros amigos. No fue un sermón en ningún sentido, sino simplemente
una revelación de Dios acerca de lo que iba a ocurrir. Eso es lo que compone una
profecía. Poco antes de que se menciona este profeta Agabo en versículo 10, el
versículo anterior dice lo siguiente de Filipo: “Este tenía cuatro hijas doncellas que
profetizaban”, o sea, estas hijas vírgenes recibieron revelaciones especiales de
Dios. No predicaron.
1 Corintios 14:1 y 5 indica que sería una bendición si todos los cristianos
profetizaran. Eso no significa que todo cristiano debe ser un predicador, un pastor
o un evangelista. Sino, cada cristiano debe andar tan cerca a Dios que él le
revelará a veces cosas que acontecerán en el futuro. De igual modo, 1 Corintios
14:24 no significa que si cada persona en la congregación se levantara y predicara
un sermón, que todos los incrédulos presentes se convertirían. Significa que si
cada cristiano estaba en comunión íntima con Dios como para recibir una
revelación de él acerca de lo que acontecería y que hacer, eso convencería los
que contradecían la certeza del Evangelio. 1 Corintios 14:39 indica que cada
cristiano debe anhelar este contacto cercano con Dios y que él revelaría su
voluntad a nosotros y las cosas que especialmente necesitamos saber para
enfrentar al futuro. Acuérdese que esto fue mucho más necesario antes que el
Nuevo Testamento fue escrito, comparado a cuanto es necesitado hoy, cuando
tenemos la revelación divina completa dada en la Biblia.
Hay dos notas confusas en la Biblia de notas Scofield sobre esta cuestión de la
profecía. En cuanto a 1 Corintios 12:10, el Dr. Scofield comenta: “El profeta Nuevo
Testamentario no era uno que ordinariamente predecía, sino que proclamaba, uno
cuyo don le permitía hablar ‘para edificación, exhortación y consolación’ (1
Corintios 14:3). Pero 1 Corintios 14:3 no dice y no significa que un profeta Nuevo
Testamentario es diferente a un profeta del Antiguo Testamento. Una revelación
divina o profecía de Dios sí trae edificación, exhortación y consuelo, como nos
dice 1 Corintios 14:3. Pero no hay ningún versículo de Escritura que indica que la
profecía es predicación o que hay una diferencia en los oficios de un profeta del
Antiguo Testamento comparado a un profeta Nuevo Testamentario.
Otra vez, comentando sobre 1 Corintios 14:1, el Dr. Scofield dice “El profeta
Nuevo Testamentario no era meramente un predicador, sino un predicador
inspirado, a través del cual, hasta que fue escrito el Nuevo Testamento, nuevas
revelaciones fueron dadas de acuerdo a las nuevas dispensaciones (1 Corintios
14:29-30). Esta aseveración es confusa. Por predicador, queremos decir uno que
expone la Biblia. Pero una profecía no era una exposición de la Biblia, sino
solamente una revelación nueva de Dios. Algunas personas ignorantes se han
aprovechado de estas notas como una excusa para permitir mujeres predicadoras.
Pero profetizar no es predicar; es solamente una revelación nueva de Dios,
refiriéndose al futuro, y ciertamente siendo una revelación directa e inmediata, no
una exposición de la Escritura, no una enseñanza bíblica, ni evangelización o
predicación. Profetizar no es predicar. Las profetisas en la Biblia nunca predicaron.
Hechos 2:17 y 18 nos da una profecía bendita del futuro. Proviene del profeta Joel
y dice:
“Y en los postreros días, dice Dios, Derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, Y
vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; Vuestros jóvenes verán visiones, Y
vuestros ancianos soñarán sueños; Y de cierto sobre mis siervos y sobre mis
siervas en aquellos días Derramaré de mi Espíritu, y profetizarán”.
Vendrá un tiempo cuando el Espíritu Santo será derramado sobre toda carne para
que ambos hijos e hijas profetizarán, y también los siervos y siervas. Pero ese
acto de profetizar no implica que todos serán predicadores o evangelistas o
maestros de la Biblia. Significa que cada cristiano estará en contacto con Dios por
esa llenura del Espíritu Santo; y Dios se revelará a sí mismo, y las cosas que
debemos saber, a cada cristiano, para que ellos adviertan unos a otros.
Note que la profecía de Débora dada en Jueces 4:6-7 es una revelación divina.
Note que ocupa menos de dos versículos, y note que fue dirigido a un hombre,
Barac. En el versículo 9 Dios dio a Débora otra revelación en esta frase “porque
en mano de mujer venderá Jehová a Sísara”, y muestra que la insistencia de
Barac en llevar a Débora con él desagradó al Señor. Débora no era una
predicadora, ni una líder. Dios no quería que ella guíe el ejército. Ella no ejercitó
autoridad sobre hombres y no enseñó a hombres. Ella simplemente anunció un
mensaje breve de Dios a Barac.
Pero María la profetisa fue usada por Dios como una lección a las mujeres que
buscan autoridad en asuntos religiosos, y Dios la maldijo con lepra por su pecado.
La historia se relata en Números 12:1-15.
“María y Aarón hablaron contra Moisés a causa de la mujer cusita que había
tomado; porque él había tomado mujer cusita. Y dijeron: ¿Solamente por Moisés
ha hablado Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros? Y lo oyó Jehová. Y
aquel varón Moisés era muy manso, más que todos los hombres que había sobre
la tierra. Luego dijo Jehová a Moisés, a Aarón y a María: Salid vosotros tres al
tabernáculo de reunión. Y salieron ellos tres. Entonces Jehová descendió en la
columna de la nube, y se puso a la puerta del tabernáculo, y llamó a Aarón y a
María; y salieron ambos. Y él les dijo: Oíd ahora mis palabras. Cuando haya entre
vosotros profeta de Jehová, le apareceré en visión, en sueños hablaré con él. No
así a mi siervo Moisés, que es fiel en toda mi casa. Cara a cara hablaré con él, y
claramente, y no por figuras; y verá la apariencia de Jehová. ¿Por qué, pues, no
tuvisteis temor de hablar contra mi siervo Moisés? Entonces la ira de Jehová se
encendió contra ellos; y se fue. Y la nube se apartó del tabernáculo, y he aquí que
María estaba leprosa como la nieve; y miró Aarón a María, y he aquí que estaba
leprosa. Y dijo Aarón a Moisés: ¡Ah! señor mío, no pongas ahora sobre nosotros
este pecado; porque locamente hemos actuado, y hemos pecado. No quede ella
ahora como el que nace muerto, que al salir del vientre de su madre, tiene ya
medio consumida su carne. Entonces Moisés clamó a Jehová, diciendo: Te ruego,
oh Dios, que la sanes ahora. Respondió Jehová a Moisés: Pues si su padre
hubiera escupido en su rostro, ¿no se avergonzaría por siete días? Sea echada
fuera del campamento por siete días, y después volverá a la congregación. Así
María fue echada del campamento siete días; y el pueblo no pasó adelante hasta
que se reunió María con ellos”.
Note arriba que María y Aarón dijeron “¿Solamente por Moisés ha hablado
Jehová? ¿No ha hablado también por nosotros?” María y Aarón estaban en el
mismo pecado. El versículo 9 de la Escritura dice “Entonces la ira de Jehová se
encendió contra ellos” Dios estaba enojado con María y Aarón porque cada uno
quiso usurpar la autoridad. ¡PERO TAN SOLAMENTE MARÍA FUE AFLIGIDA
CON LEPRA POR SU PECADO! La diferencia es que Aarón había sido asignado
por Dios como sumo sacerdote. Aarón fue un hombre y se le asignó el puesto de
un hombre. Entonces el pecado de María fue más malvado que el de Aarón, y
Dios estaba enseñando a ella y a todas las mujeres una lección por si acaso
buscaran asumir autoridad o liderazgo sobre o junto con el hombre. María era una
profetisa, pero aún una mujer profetisa peca terriblemente contra Dios cuando
busca una posición de liderazgo como predicadora, maestra, evangelista o líder
sobre los hombres.
En Mateo 28:10 Jesús impartió una revelación divina, un mensaje a dos mujeres.
Él dijo “No temáis; id, dad las nuevas a mis hermanos, para que vayan a Galilea, y
allí me verán”. Nunca es fuera de lugar cuando una mujer sigue las instrucciones
del Señor. Pero eso no consiste en predicar. No consiste de hacer la obra de un
pastor o el de evangelista. No autoriza a ninguna mujer hacer discursos públicos
en congregaciones mixtas.
Se debe notar que poca gente intenta comprobar desde la Biblia que mujeres
deben predicar. No hay mandato en la Biblia para que las mujeres prediquen.
Entonces cuando una mujer quiere predicar, normalmente salen con sus razones
extra bíblicas y acuden a argumentos de observación o razón humana. Notemos
algunos de los argumentos.
(1) “Las mujeres predicadoras han hecho tanto bien, por tanto debe ser que Dios
las ha llamado”. El otro día un hombre querido me dijo “pero tantas almas han sido
salvas bajo el ministerio de mujeres predicadoras. ‘Por sus obras los conoceréis’.
¿No comprueba eso que Dios quiere mujeres predicadoras?” Otros han sido
convertidos bajo el ministerio de mujeres, y serían sinceramente entristecidos y
sorprendidos al oír la creencia que mujeres no debiesen predicar. Quizás ellos
mismos se sienten como que se hubieran perdido para siempre si no fuese por la
predicación de alguna mujer. Entiendo su punto de vista, pero eso no es una
buena razón para que mujeres desobedezcan la Biblia, como te mostraré. Sí,
mujeres predicadoras han hecho mucho bien, y supongo que han ganado muchas
almas. Pero más bien se hubiera hecho y más almas se hubiesen salvado si
hubiésemos seguido el plan de Dios en vez de la voluntad del hombre en este
asunto. Las predicadoras, al desobedecer a Dios, han hecho más mal que bien.
Hay varias cosas que hace falta compartir acerca de este asunto.
En primer lugar, la misericordia de Dios es tan grande que él usa a nosotros, unos
instrumentos
pobres e imperfectos. Él usa los esfuerzos erróneos de muchos que no hacen las
cosas de acuerdo a sus métodos, porque son ignorantes del plan de Dios. Mujeres
que no han sido enseñadas lo que Dios tiene para decir acerca de este asunto
tratan de predicar. Por frecuencia de veras son salvas; aman al Señor de todo
corazón; anhelan ser usadas; y Dios bendice su devoción aunque no aprueba de
su desobediencia.
Por ejemplo, las monjas católicas han hecho mucho bien. Ellas han atendido a los
enfermos, han cuidado a los huérfanos, han entrenado a niños y han visitado a los
pobres. Muchas monjas católicas son personas sin egoísmo que tratan de agradar
a Dios. Pero eso no significa que Dios quiere que las niñas lleguen a ser monjas.
No es así. La Escritura dice en forma plena “Honroso sea en todos el matrimonio”
(Hebreos 13:4). Dios claramente dice que es “doctrinas de demonios” prohibir
casarse, tal como los católicos prohíben a sus sacerdotes y monjas (1 Timoteo
4:1-3). Dios bendice las intenciones honestas de monjas católicas y sacerdotes,
aunque su sistema de catolicismo ha hecho más daño infinito que bien, sin duda
condenando millones de almas por enseñarles que miren a sus buenas obras o la
iglesia católica, en vez de una fe personal en Cristo Jesús como Salvador.
Es así también con predicadoras. Hacen bien, ¡pero cuanto mal hacen! En primer
lugar, el surgimiento de mujeres predicadoras ha significado un incremento de
multitudes de sectas de personas con doctrinas falsas de todas clases. Las
hermanas Fox y el espiritismo, la señora White y los adventistas del séptimo día,
la señora Mary Baker Eddy y la ciencia cristiana, la señora Filmore y la unidad, la
señora Aimee Semple McPherson y su “evangelio cuadrado”, el Pentecostalismo y
la gran cantidad de predicadoras enseñando una doctrina de perfección sin
pecado, un emocionalismo radical, “hablando en lenguas”, y trances, y su énfasis
exagerado en cuanto a la sanidad que ha llevado a miles a la desesperación
después de falsas pretensiones de sanidad–estas cosas seguramente nos
advierten que hay un daño infinito con permitir la predicación de mujeres. Me he
quedad sorprendido al descubrir en muchísimos casos que los maridos de
predicadoras no eran salvos, ni tampoco sus hijos. Los hombres inconversos en
tales casos con frecuencia son despreciativos, se amargan y se endurecen. Sin
duda, miles de hombres se han mantenido fuera del ministerio porque el
ministerio, como lo conoce la gente, no atrae a lo mejor en hombres fuertes. Y las
iglesias se han convertido tan afeminados, tan involucrados en asuntos sociales
de poca importancia, dado al despliego de modas de ropa y tan clavado en un
formalismo ligado a los sentidos que ya no atrae en general a hombres de
negocios vitales, ni hombres robustos fuertes y sinceros.
Puedes estar seguro que la clase de cristianismo que produce predicadoras como
Aimee Semple McPherson no produce a la misma vez predicadores como
Spurgeon, Finney, Moody, Torrey y Chapman. El feminismo en las iglesias es una
maldición que contristece a Dios y ha hecho inefectivo su poder y ha desilusionado
a la gente que ha perdido la confianza. No dudo que millones irán al infierno por
causa de la práctica no Escritural de mujeres predicadoras.
El plan del hombre puede parecer tan bueno como el de Dios, pero nunca
funciona de esa manera. Cuando la Biblia prohíbe que la mujer predique o que
usurpe autoridad sobre el hombre, y las manda que se mantengan en silencio y en
obediencia en las iglesias, entonces esa es la mejor forma de ganar almas, y de
esa forma traerá más gloria a Dios y la bendición más grande a la humanidad. Si
prefieres tu razonamiento en vez de la Biblia, puedes creer en mujeres
predicadoras. Pero algún día llegarás a darte cuenta que tu razonamiento humano
pobre y falible no es tan sabio como la sabiduría de Dios revelada en su Palabra.
Algunas personas dicen “las mujeres deben ser llamadas de Dios a predicar,
porque algunas de ellas han hecho tanto bien”. Pero los cristianos nunca deben
juzgar por apariencias cuando contradicen la Palabra de Dios. La Palabra de Dios
enseña claramente que a veces Dios prueba su pueblo, para ver si le obedecen
cuando las cosas malvadas tienen éxito. Por ejemplo, Deuteronomio 13:1-4 nos da
una clara advertencia sobre esta cuestión. Nos dice:
Aquí Dios nos dice que permite que falsos profetas y soñadores den señales o
prodigios y que los lleven a cabo. Pero manda expresamente que si las señales se
cumplen, “no darás oído a las palabras de tal profeta, ni al tal soñador de sueños;
porque Jehová vuestro Dios os está probando, para saber si amáis a Jehová
vuestro Dios con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma”. Entonces, sin
duda, Dios ha permitido que la desobediencia prospere temporariamente y en
forma externa para que su pueblo pueda comprobar realmente si ama al Señor
“con todo vuestro corazón, y con toda vuestra alma”. La gente que se deja llevar
por las apariencias y lo que aparenta ser bendecido por Dios, ignorando su plena
Palabra, no aman a Dios con todo su corazón y con toda su alma.
Esta es una antigua teoría promulgada por Satanás que está bien hacer lo malo si
al fin resulta en algo bueno. El Señor nos da reglas claras para el cristiano a seguir
en tales casos. Cuando el Señor aparenta bendecir un profeta que no es fiel a
Dios, uno todavía no debe oír las enseñanzas falsas del profeta por causa de su
éxito aparente, sino “En pos de Jehová vuestro Dios andaréis; a él temeréis,
GUARDARÉIS SUS MANDAMIENTOS Y ESCUCHARÉIS SU VOZ”. Dios quiere
que el cristiano obedezca su voz, guardando los mandamientos de su Palabra, la
Biblia.
(2) Otro argumento para mujeres predicadoras es “pero algunas mujeres dicen
que tienen una llamada divina a predicar”. Sí, en veces ellas dicen ser llamadas a
predicar. Y es cierto que en veces Dios ha estado obrando en sus corazones y
sinceramente dirigiéndolas a una entrega total y a la obra de ganar almas. Con
frecuencia las damas, por causa de su amor real para Dios y las almas perdidas,
se ofrecen al ministerio. Pero malentienden el llamado de Dios. Dios sí quiere que
las mujeres ganen almas. Él quiere que las damas enseñen a mujeres, que
enseñen a los niños y que hagan trabajo personal con hombres y mujeres y niños.
Yo conozco una señora cristiana sincera que nunca hace un discurso en público
(con la excepción de un testimonio breve en una reunión de oración) y que nunca
se ha parado detrás de un púlpito, nunca ha intentado exponer la Escritura a una
congregación y nunca enseñó una clase mixta. Pero de todos modos esta señora
ganó 360 almas en un año, y creo que ella tendrá miles de almas a su crédito en
la gloria, mucho más que el predicador de promedio. Dios la llamó–pero no la
llamó a predicar, contrario a la Biblia. La llamó a ganar almas, persona con
persona, casa por casa, a toda hora y en todo lugar donde podía. Yo digo que las
damas, mujeres buenas y sinceras, en veces malentienden el llamado de Dios.
Hay veces que las mujeres dicen ser llamadas a predicar, cuando en realidad
quieren la publicidad, la fama y el aplauso de la gente. Hay algunos hombres en el
ministerio por razones egoístas. Hay también mujeres en el ministerio por las
mismas razones egoístas. En algunos casos de ambos, sin duda, hay un surtido
de motivos. O sea, quieren ganar almas, pero también quieren fama y honor.
Entonces algunas mujeres honestamente quieren ganar almas, pero quieren ser
vistas por el público también. Y en vez de ganar almas y conformarse al plan de
Dios, estando sujetas a sus maridos y a otros hombres en autoridad en las
iglesias, quieren predicar. Pero el Espíritu Santo quien escribió la Biblia no
contradice la Biblia cuando habla al corazón de la mujer. Dios no llama a mujeres
a ser pastoras o evangelistas, o a enseñar a hombres, o a tener puestos de
autoridad sobre hombres en las iglesias.
(3) A veces las mujeres dicen con irritación “¡pero eso es injusto! Que las mujeres
no puedan predicar es una discriminación injusta”.
La Biblia no prohíbe que las damas oren, que canten o que testifiquen. Pero sí las
prohíbe claramente a enseñar o predicar o tener autoridad sobre el hombre. Se ha
dicho sabiamente que las damas pueden enseñar a otras mujeres y niños, y ellos
consisten de tres cuartas partes de los habitantes de la tierra. ¿Qué más podría
pedir una mujer?
(4) Otra objeción es “pero mujeres misioneras con frecuencia predican y enseñan
a hombres. ¿Deben regresar las misioneras?”
Si tú dices que un gran porcentaje del trabajo misionero hoy es hecho por mujeres,
y que las misioneras han ganado muchas almas mientras violaban la regla de Dios
en cuanto a la predicación de mujeres y enseñar a hombres, entonces sugiero que
te acuerdes de la obra misionera en el Nuevo Testamento. En tiempos bíblicos,
usando métodos bíblicos, los misioneros ganaban más almas que en tiempos
modernos usando métodos modernos e inescriturales. Algunos creen que la obra
de Dios sufriría grandemente si no se imaginaban de formas nuevas e
inescriturales de hacer la obra de Dios. En realidad, es al contrario. La obra de
Dios sufre grandemente porque no creemos su Palabra y no usamos sus métodos
y su mensaje. Si no necesitaban mujeres predicadoras en las iglesias del Nuevo
Testamento, no las necesitamos ahora. Si los campos misioneros en el Nuevo
Testamento no necesitaban mujeres predicadoras, entonces los campos
misioneros modernos no necesitan predicadoras hoy. Y es la misma clase de
pecado llevar métodos modernos e inescriturales a China como sería llevar un
mensaje moderno e inescritural aquí.
Los “modernistas” sienten como que saben tantas formas de hacer la obra del
Señor que son mejores que las de Dios. Pero cuando Nadab y Abiú entraron en el
tabernáculo llevando fuego extraño, no el fuego señalado, Dios causó que cayera
fuego y los quemó (Levítico 10:1-2). Cuando David trajo el arca en una carreta con
bueyes, y no como Dios le había indicado, le alcanzó la muerte al que tocó el arca
(2 Sam. 6:6-7). Aun cuando el buen rey Uzías entró en el templo para hacer un
sacrificio, donde era prohibido excepto para el sacerdote, Dios le afligió con lepra
(2 Crónicas 26:16-21). Y cuando María la profetisa quería usurpar la autoridad en
la obra del Señor, queriendo tomar el lugar de autoridad como algunos hombres,
Dios la afligió con lepra por causa de su pecado (Números 12:10). Hoy todavía
hay una maldición, una plaga de un Dios airado sobre las iglesias porque hacemos
las cosas de nuestra forma en vez de la forma de Dios.
Que Dios nos ayude a traer al Señor de regreso a nuestras iglesias y que le
pongamos en primer lugar. Que retiremos a las mujeres de los púlpitos. Que
extraigamos la mundanalidad de las bancas. Que Dios nos dé gracia para remover
la cobardía de los predicadores. Y que Dios nos dé un corazón para poner a él en
primer lugar.
Hay mujeres doctoras, y cualquier mujer que acaba los cursos médicos es
permitido ser doctora; ¡pero cuan pocos son los hombres que las llaman doctoras!
Cuan pocos hombres de negocios en una junta directiva elegirían a una mujer
como administradora de una compañía grande. Pocos son los hombres que
contratarían a una mujer para ser la “jefa” sobre hombres. No es natural y es
ineficiente. ¿Entonces no se pregunta por qué hay verdaderos hombres que no
tendrán parte en una iglesia moderna afeminada? Nunca había falta de hombres
para oír el Evangelio bajo el ministerio de la predicación fuerte y con denuedo de
Spurgeon, Wesley, Finney, Moody, Torrey y Billy Sunday. Predicadores
masculinos plenos, sólidos con un denuedo santo y una clase de ministerio como
Juan el Bautista no tienen problema en conseguir hombres para oírles.
¡Oh, que tengamos una pasión en las iglesias para hacer las cosas exactamente
del modo de Dios! Entonces, sin duda, el cielo estará sonriendo sobre nosotros y
brotará un gran avivamiento en la tierra donde la gente hacen a Cristo su Señor y
se esfuerzan a agradarle.
Saludos de la isla del encanto (Puerto Rico). Espero que esta carta la encuentre
bien, gozando de las bendiciones del Señor. Gracias por escribir y compartir tus
inquietudes conmigo.
Como usted reconoció, no soy el autor (solo traductor) del artículo “Mujeres
predicadoras prohibido en la Biblia”. Aunque en lo general estoy de acuerdo con el
autor, hay algunas cosas que no hubiera dicho, u otras cosas que yo hubiera dicho
con más cuidado. Hay que tomar en cuenta que fue escrito hace 60 años, cuando
es probable que las mujeres no se ofendían tan fácilmente al leer tal literatura.
Antes de continuar, hace falta establecer si toda la Biblia es inspirada por Dios.
Veamos el libro de Timoteo (uno de los libros que prohíbe predicación de mujeres)
y leamos 2 Tim. 3:16 “TODA la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar,
para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”. Vemos que aun lo que no
nos cae bien es inspirado por Dios y debe ser obedecido y enseñado.
Usted escribió:
En nuestra iglesia hay una mujer que enseña a los niños. Hay una hermana que
toca el piano. Hay hermanas que salen a visitar y a evangelizar. Hay hermanas
que cantan especiales. Hay hermanas que limpian. Las hermanas se juntan una
vez por mes en diversos hogares y una hermana trae un estudio. Pronto vamos a
elegir un nuevo tesorero, un puesto que puede aceptar una mujer. La lista podría
continuar…
Si la Biblia claramente prohíbe algo, podemos decir con autoridad que tal cosa no
es de Dios.
“…Dios uso hasta un burro! y si Dios uso a un burro, crees que no puede usar a
una mujer?…”
¡Amen! Qué bueno que Dios puede usar burros, especialmente un burro como yo.
Dios ha usado a la mujer, la seguirá usando grandemente, y aún más cuando se
mantienen en los confines de su Palabra.
“…esa idolatría…”
“…legalismo…”
Legalismo
1. Adherencia estricta a la ley, con frecuencia demasiado estricta y literal. 2. En
teología, la doctrina de salvación por buenas obras. – Webster’s New Universal
Unabridged Dictionary. 1979 (Es traducción)
Legalismo
1. Teología. Adherencia a la ley como opuesto al evangelio; la doctrina de
justificación por obras. –The Oxford Universal Dictionary. 1955 (Es traducción)
Legalismo
…Está en oposición con el utilitarismo y la salvación por gracia. …Se apoya en el
derecho a la redención por las buenas obras. – Diccionario Hispanoamericano de
la Misión. Editorial Unilit
Unas 24 horas antes que Ud. escribió esas palabras me llamó una anciana viuda
de la iglesia. Me informó que se dañó su automóvil y no podía venir a la iglesia. Yo
la dije que no se preocupara, porque la iba a buscar. Traerla a la iglesia y llevarla
de vuelta a su casa ocupó una hora de mi tiempo, pero lo hice con gusto. Cuando
un huracán amenazó nuestra isla el año pasado, sin que ella me lo pida me dirigí a
su casa para tapar las ventanas.
Yo tengo una madre que quiero mucho. No he conocido a una mujer que se
asemeja más a la mujer virtuosa de Proverbios 31 que mi propia madre. Yo tengo
dos hermanas misioneras en Argentina (que no predican) que quiero mucho.
Tengo una abuela que quiero mucho. La lista podría continuar…
Cuando me case algún día (estoy un poquito atrasado en eso) será con una dama
bella y encantadora.
Como he vivido solo como soltero por tantos años, creo que podría apreciar una
esposa más que algunos. A veces me siento como que la soledad me está
matando. Como he quemado tanta comida, será especial comer algo bueno que
fue preparado con amor. Será un gusto vestirme con ropa que fue lavado y
planchado por ella con amor.
¿No es la Palabra de Dios la que dice que la mujer debe callar en la iglesia? Dios
no es nuestro enemigo. “Me he hecho, pues, vuestro enemigo, por deciros la
verdad?” Gal. 4:16
Las mujeres pueden hacer trabajos repetitivos sin aburrirse fácilmente; No es así
con muchos hombres.
Siento que hay un alto nivel de frustración de su parte. Me imagino que eso en
parte es culpa de los hombres. Hoy en día el hombre no aprecia a la mujer como
debe. No las tratan con honor. Hablan palabras sucias en presencia de ellas. Hay
hombres que golpean a sus mujeres. La tratan como un objeto sexual. No las
valoran y no las ponen en alta estima. Hay hombres que se refieren a su esposa o
madre como “la vieja”. No se detienen para ayudar a una mujer tratando de
cambiar una goma al costado de la carretera. No abren una puerta por ella (no es
que la mujer es incapaz de abrir una puerta, sino que es un gesto de honor). No
tratan a la mujer como una reina. No tienen la filosofía “damas primero”. No las
tratan con la dulzura y la ternura que se merecen. No tratan a la mujer como una
persona especial. Bajo estas circunstancias, es común que una mujer desee
competir con el hombre, para intentar alcanzar el respeto y la apreciación que
anhela. Esa reacción de las mujeres no es 100% culpa de ellas. Nosotros hombres
hemos fallado.
Doy gracias a Dios por su deseo ferviente de servirle. Espero que usted sea una
gran inspiración a otras personas que llegarán a servir a Dios (siempre y cuando
sea en una forma bíblica) por causa de su influencia.
Aunque rechazo su punto de vista, por favor no tome esto como un rechazo de
usted como persona.
Calvin George