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1 Don Juan Manuel fue un importante noble de la Edad Media. ¿A qué familia per-
teneció? ¿Quiénes fueron sus parientes más famosos?
Don Juan Manuel fue hijo del infante don Manuel y, por tanto, nieto del rey
Fernando III el Santo y sobrino del rey Alfonso X el Sabio.
Su familia fue poderosísima en la época; tanto es así que don Juan Manuel re-
presenta el prototipo de señor medieval castellano, frecuentemente enfrentado
a su propio rey y consciente de su poder, basado en su sangre real y en sus in-
mensas posesiones territoriales. Recordemos que Fernando III fue el conquista-
dor del reino de Sevilla, y Alfonso X, uno de los creadores de la prosa castellana,
empeño en el que su sobrino fue su más importante seguidor.
2 ¿En qué época escribió su obra don Juan Manuel? ¿Qué otros escritores de esa
época conoces?
Respuesta orientativa:
Don Juan Manuel escribió El conde Lucanor en el siglo XIV, momento fundamen-
tal en el desarrollo de la burguesía como clase social.
En ese mismo siglo vivió Juan Ruiz, arcipreste de Hita y autor de un tipo de mes-
ter de clerecía muy transformado. Su única obra conocida es el Libro de buen
amor, compuesta por elementos muy heterogéneos entre los que no faltan la sáti-
ra, las fábulas y los apólogos, a los que llama también, como don Juan Manuel,
ejemplos. La obra tiene un claro componente didáctico, aunque algo más ambi-
guo que el que aparece en El conde Lucanor.
En un metro distinto a la cuaderna vía escribió el rabino don Sem Tob, autor de
los Proverbios morales, un ejemplo de poesía sentenciosa característica de la litera-
tura hebrea.
De autores anónimos del siglo XIV son dos obras consideradas como precursoras
de las novelas de caballerías; se trata de La gran conquista de Ultramar y el Libro del
caballero Zifar. Es posible que en ese siglo se elaborara también una primera ver-
sión de una novela que posteriormente tendría gran trascendencia en la historia
de la literatura española, Amadís de Gaula.
Para terminar, señalemos la obra de don Pedro López de Ayala (o Canciller Aya-
la), el Libro Rimado de Palacio, que trata de asuntos morales, religiosos y sociales y
está escrito, en su mayor parte, en cuaderna vía. Como todas las obras mencio-
nadas, tiene un carácter eminentemente didáctico.
3 Además de El conde Lucanor, ¿qué otras obras escribió don Juan Manuel? ¿De
qué temas tratan? Si no lo sabes, investígalo en internet o en enciclopedias.
Don Juan Manuel escribió varias pequeñas obras (Crónica abreviada, Libro de las
armas, Libro de la caza, De las maneras de amor, Tractado de la Asunción de la Virgen
María y el Libro enfenido o Libro de los castigos y consejos que hizo don Juan Manuel pa-
ra su hijo don Fernando) y otras más extensas (Libro del caballero y del escudero, Libro
de los estados y, por supuesto, El conde Lucanor).
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Observando los títulos y el contenido de los libros, parece como si don Juan Ma-
nuel hubiera querido proseguir el quehacer literario imitando los modelos de
su tío Alfonso X el Sabio: libros de historia, libros sobre la caballería y tratados
de caza.
4 ¿Por qué crees que a don Juan Manuel le interesaron esos temas? ¿Consideras
que son temas que en aquella época tenían interés para todo el mundo? Y en la
actualidad, ¿interesan? ¿Por qué?
Respuesta orientativa:
En la obra de don Juan Manuel predomina el elemento didáctico y moral y los
conceptos medievales tradicionales, básicamente el respeto a la jerarquía y la
defensa del orden establecido. De ahí la frecuente presencia de temas relati-
vos a la defensa y al mantenimiento de la honra, del poder y de los privilegios
de clase.
Los estudiosos de don Juan Manuel han subrayado la importancia de su linaje
en la constitución de su obra. Su conciencia de pertenecer a la nobleza lo lleva a
enfrentarse con los sucesivos reyes de Castilla, que, con un nuevo concepto de
monarquía, se propusieron ir minando poco a poco el excesivo poder que ha-
bían ido acumulando los grandes señores feudales. En gran parte, la obra de
don Juan Manuel no es sino un intento de defender sus posturas y justificar sus
acciones. Tuvo, pues, como decimos, una aguda conciencia de su honra (pala-
bra que aparecerá una y otra vez, casi obsesivamente, en sus obras), de su posi-
ción social (o estado, como lo llama el propio don Juan Manuel), de sus obligacio-
nes y de sus derechos.
Obviamente, el interés actual de la obra de don Juan Manuel no radica en la de-
fensa de unos valores de clase que ya han caducado, sino en su capacidad como
narrador. Con todo, algunas de las lecciones que nos ofrece El conde Lucanor re-
flejan los más frecuentes y permanentes fallos del ser humano. Por ello, nos
identificamos todavía con la defensa del sentido común, de la lealtad, de la au-
tenticidad, con el consejo de agradecer los favores a nuestros semejantes y con la
exaltación de la perseverancia y el valor del esfuerzo.
7 ¿Conoces algún libro de la literatura actual que pueda considerarse una obra di-
dáctica? En caso afirmativo, indica el título.
Respuesta libre.
DURANTE LA LECTURA
2 En este primer ejemplo se definen ya los papeles que van a representar los dos per-
sonajes principales a lo largo de la obra. Explica cuál va a ser el de cada uno de ellos.
No es casualidad que este cuento aparezca en primer lugar. En él está represen-
tado perfectamente el reparto de los papeles de los personajes. En efecto, el
ejemplo reproduce triplemente la estructura consejero-aconsejado que consti-
tuye el eje estructural de El conde Lucanor. Así pues, tenemos en primer lugar el
marco general de la obra, en el que hay un señor que necesita consejo y un sir-
viente, un ayo, un consejero en fin, que se lo da. Además, el cuento primero re-
pite otras dos veces esta relación; primero la del rey con su consejero, y después
la del consejero con su sirviente, que le sirve también de consejero.
La relación del consejero con el aconsejado se basa en la confianza. Cuando esta
se rompe (lo que ocurre en el caso del rey), se produce un conflicto y el conseje-
ro necesita demostrar que sigue siendo leal a su señor. Con frecuencia esto se
consigue mediante una prueba en forma de treta o engaño cuyo resultado resta-
blece a su posición inicial al consejero. La lealtad sale siempre triunfadora.
Además, esta relación, tan repetida en la obra de don Juan Manuel, y en general en
la Edad Media, se fundamenta en la convicción absoluta de la sabiduría del con-
sejero, que normalmente es de mayor edad que el aconsejado. Repitiendo esque-
mas de la Antigüedad clásica, con frecuencia los consejeros son esclavos o cauti-
vos. En cualquier caso, su posición social es siempre inferior a la de su señor.
3 Los personajes del cuento están movidos por pasiones y sentimientos muy varia-
dos: ansias de poder, envidia, miedo, lealtad. Indica qué sentimientos corres-
ponden a cada personaje.
Aunque don Juan Manuel no dibuja nunca con profundidad a los personajes, sí lo-
gra que representen a la perfección las pasiones y sentimientos que mueven a los se-
res humanos. El rey del ejemplo es un hombre confiado, pero aparece como un ser
débil cuando no se percata de la mala fe de sus otros consejeros y se muestra temero-
so cuando lo que podría estar en juego es la vida de su heredero.
El consejero es un hombre totalmente leal, pero, cuando le tienden la trampa, está a
punto de caer en ella porque por un momento le ciega el brillo del poder que pare-
ce prometerle el rey. Su habilidad para la simulación y para la reparación de los erro-
res queda demostrada cuando se viste de peregrino y finge que ha decidido
acompañar al rey. No deja de haber, como vemos, cierta ambigüedad en este
personaje cuyo error fundamental es creer que el rey le vaya a ceder el poder gratui-
tamente o, en términos más generales, que alguien dé algo a cambio de nada. Así lo
declaran los versos finales. La ambición y la ingenuidad le juegan una mala pasada,
solo superada por la oportuna intervención de su propio consejero.
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4 Explica el sentido de los cuatro versos finales del ejemplo.
Recordemos los versos finales:
«No debéis engañaros ni creer que sin fruto
alguien hace por otro un sacrificio a gusto.
Y los otros dicen así:
Por la piedad de Dios y con buen consejo
uno sale de penas y cumple sus deseos».
Los dos primeros versos ponen de relieve la ingenuidad de considerar que al-
guien pueda hacer un sacrificio como el que simula el rey sin esperar nada a
cambio. Como hemos visto, en el ejemplo también parece latir el convencimien-
to de que tal ingenuidad esconde una ambición de poder desmedida.
Los dos últimos versos finales insisten en el valor de los consejos para dirigir la
conducta y, naturalmente, la necesidad de encomendarse a Dios a la hora de
emprender cualquier acción. Dios ayuda si el hombre se ayuda es uno de los lemas
de El conde Lucanor.
2 El padre y el hijo del ejemplo están en permanente conflicto; por ello, el padre
trata de darle una lección. ¿Cuál es el conflicto y cuál es la lección?
Se puede decir que don Juan Manuel plantea aquí un conflicto de carácter ge-
neracional. El hijo, un joven inteligente, está continuamente discutiendo con su
padre e impidiéndole hacer algunas cosas.
La lección consiste en mostrarle la relatividad de las opiniones humanas y la ne-
cesidad de conducirse siempre siguiendo los propios intereses y pareceres, en
lugar de prestar oídos a las opiniones caprichosas de los demás.
3 Según tu opinión, ¿cuál es la crítica más acertada de las que les hacen al padre y al
hijo la gente que pasa por el camino? ¿Por qué?
Respuesta libre.
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Sugerencia:
De cualquier manera, la lección del cuento parte de la conciencia clara de la
existencia de una gran variedad de opiniones y que estas no siempre vienen dic-
tadas por la ecuanimidad, sino por el capricho. Toda opción adicional correría
la misma suerte.
4 El joven se adhiere a todas las opiniones que va dando la gente que pasa. ¿Qué
defecto está criticando con esto don Juan Manuel?
El joven, que es descrito como un muchacho inteligente, incurre sin embargo
en el error de no tener criterio propio y, por tanto, de aceptar las opiniones que
van emitiendo (a sus espaldas) los que se cruzan con ellos por el camino. El pa-
dre le hace notar su contradicción, de la que deberá nacer una nueva manera de
hacer frente a la realidad.
2 En esta ocasión, el ejemplo de don Juan Manuel toma forma de fábula. Anota
las características de este subgénero narrativo.
La fábula es una narración breve en verso o, como en este caso, en prosa, en la
que, usando como personajes a animales, seres inanimados o abstracciones, se
pretende transmitir una enseñanza moral, frecuentemente por medio de una
moraleja, situada al principio o al final de la composición, que constituye una crítica
a los comportamientos no sociales y antinaturales.
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La fábula fue un género muy empleado en la Edad Media por su función didác-
tica, muy en consonancia con la naturaleza de la literatura de dicho periodo, pe-
ro ha sido usada en todos los tiempos y, desde luego, se remonta a los albores de
la literatura occidental.
5 Como la mayoría de los cuentos de El conde Lucanor, don Juan Manuel toma sus
argumentos de la tradición literaria. Pero ha habido otros autores a lo largo de la
historia que han realizado otras versiones de esta fábula del cuervo y el zorro.
Investiga quiénes son los más importantes e indica dónde y en qué época vivió
cada uno de ellos.
– El primero de los autores de los que se tiene constancia como fabulista de esta
historia del cuervo y el zorro fue el griego Esopo, de quien no se sabe gran cosa,
aunque todos los estudiosos coinciden en que vivió en torno al año 600 a. C.
– Más tarde, el fabulista latino Fedro, que nació en Macedonia alrededor del año
20 a. C. y murió en el año 50 d. C.
– El poeta castellano Juan Ruiz, Arcipreste de Hita, vivió en la primera mitad del
siglo XIV e introdujo una versión de esta fábula en su obra Libro de buen amor,
una de las obras literarias más importantes de la Edad Media.
– El autor francés Jean de La Fontaine, que vivió durante el siglo XVII.
– Félix María Samaniego, gran fabulista español del siglo XVIII.
2 Nuevamente estamos ante una fábula. ¿Tiene las mismas características que la
anterior?
Es una modalidad de fábula en la que, además de animales, aparecen hombres.
2 Este cuento, que es uno de los más famosos de don Juan Manuel, ha tenido nu-
merosas versiones a lo largo de la historia. Sin duda, tú conoces alguna. ¿Cuál?
La versión más conocida de este ejemplo es el Cuento de la lechera. Podemos
encontrar versiones de esta narración escritas en latín, en el Pantchatantra
hindú (colección de cuentos breves con finalidad didáctica), en el Libro de
Calila e Dimna castellano (siglo XIII), y en las fábulas de Esopo, de La Fontai-
ne y de Samaniego.
2 Interpreta el sentido de esta frase del cuento: «Y cuando esto vio el que comía los
altramuces, se consoló, pues comprendió que había otro más pobre que él».
En este cuento, los personajes carecen de nombres que los individualicen. Los
dos hombres representan la situación del ser humano que, desde una posición
social privilegiada, puede descender a la extrema pobreza como consecuencia
de los vaivenes de la fortuna o de la intervención de la providencia divina.
Don Juan Manuel reflexiona sobre la imposibilidad de poder retener las ri-
quezas y de tener la felicidad completa. Con frases como «… nadie tiene por
entero todas las cosas», don Juan Manuel, por boca de Patronio, invita a relati-
vizar esa situación, a no caer en la desesperanza extrema y a servirse de la
ayuda de Dios para conseguir salir de estos trances: Dios ayuda —dice en oca-
siones don Juan Manuel— si el hombre se ayuda («Y con este consuelo, se esforzó,
y lo ayudó Dios, y buscó una manera de salir de aquella pobreza y salió de ella y fue
muy afortunado»).
3 El relato tiene un final sorprendente no solo para uno de los protagonistas, sino
también para el lector. ¿Cómo consigue este efecto don Juan Manuel?
El relato de don Illán pertenece de lleno a la historia de la literatura fantástica.
Lo sorprendente en el relato es la extraordinaria sutileza con que don Juan Ma-
nuel logra pasar del mundo de la realidad al mundo de la fantasía sin que ni el
otro protagonista del cuento ni los propios lectores (que son engañados tam-
bién por don Juan Manuel y por el brillo de la realidad virtual) se percaten.
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Entre las dos realidades no hay, aparentemente, ninguna diferencia, no existe
entre una y otra ningún salto; una es la continuación natural de la otra. Un deán
quiere aprender el arte de la nigromancia para adquirir poder, y ese poder le
llega como resultado de ese aprendizaje. Vemos cómo se despliega ante nosotros
su nueva vida, cómo va ascendiendo de modo natural en la jerarquía eclesiásti-
ca. Solo hay algo que no acabamos de comprender: antes de retirarse con su
alumno, el mago ha ordenado a su criada que prepare las perdices para cenar,
pero (y entra en ese detalle que queda como colgando en nuestra mente) que
no las pongas a asar todavía. Después ya no vuelve a haber ninguna referencia
a ellas y empieza el ascenso social del deán. Cuando la situación entre el deán
y el mago es ya imposible, son las perdices las que vuelven a unir los dos pla-
nos, que se convierten de repente en uno solo, el plano de la realidad primera.
4 Don Juan Manuel va haciendo, a lo largo del cuento, un retrato moral de los dos
personajes protagonistas. ¿Cuáles son sus rasgos más característicos?
Respuesta orientativa:
El deán de Santiago y don Illán son los mejores ejemplos del arte de la construc-
ción de personajes que poseyó don Juan Manuel. Impresiona la eficacia en la ca-
racterización de ambos. El deán representa la ambición y el cálculo. Es capaz de
demorar sine die la recompensa que le exige don Illán sin darse cuenta de que es
este el que maneja la trama virtual. Es interesante cómo va evolucionando su
personalidad, que va ganando progresivamente en seguridad y, finalmente, se con-
vierte en la personificación de la soberbia del poderoso que llega, como se de-
muestra inmediatamente, hasta la ceguera de no darse cuenta de la inestabili-
dad del poder humano.
En su primera aparición, encontramos a don Illán leyendo en una habitación
muy apartada. Su primera reacción es atender al visitante de acuerdo con los re-
quisitos de la hospitalidad. Hasta que no lo ha agasajado y no le ha dado de co-
mer, no pregunta a qué viene. Es, pues, desde el principio, un personaje irrepro-
chable. Solo al final descubrimos su desconfianza hacia el otro personaje y, por
tanto, su sabiduría para captar la condición humana. Su gran «montaje» (así le
podríamos llamar) está destinado a demostrar lo que desde el principio había
sospechado. En ese mundo virtual que él mismo ha fabricado, su comporta-
miento es el típico del pretendiente en la corte, cuyas ambiciones jamás satisfe-
chas constituyen la esencia de su vida. En esa realidad que ha construido apare-
ce completo el itinerario por el que transcurre su vida cansada y nunca feliz.
Cuando se descubre la verdad, don Illán despide a su huésped con cajas destem-
pladas, actitud que contrasta con la que definíamos antes como irreprochable.
3 Explica el sentido de los versos que aparecen como moraleja al final del ejemplo.
Recordemos los versos finales:
Gana el tesoro verdadero
y evita el perecedero.
La moraleja, que en la mayoría de las ocasiones tiene un sentido práctico muy
evidente, es en esta ocasión un mensaje lleno de espiritualidad. El cuento no in-
vita a una actuación de carácter práctico, sino que difunde (eso sí, de forma
práctica) un mensaje evangélico: el verdadero tesoro está en la vida eterna y no
en los bienes terrenales, que se pierden.
4 José Martínez Ruiz, «Azorín», escribió una interesante versión de este cuento en
su obra Los valores literarios. Búscala en una biblioteca, lee el cuento correspon-
diente y haz un comentario sobre él.
Una de las características de la generación del 98 es la recuperación del gusto
por los grandes autores de nuestra literatura medieval. Es el caso de «Azorín»,
que con frecuencia recrea personajes y escenarios medievales y del Siglo de Oro.
En Los valores literarios encontramos precisamente una versión de este cuento de
don Juan Manuel llamada «Don Rodrigo». Lo más interesante de ella es que, si-
guiendo la caracterización que hace don Juan Manuel, convierte la frase que habi-
tualmente emplea el protagonista («¡Bendito sea Dios, puesto que Él lo hace, esto es lo
mejor!») en una actitud espiritual, no en una mera respuesta mecánica.
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5 Explica de qué manera caracteriza don Juan Manuel a este curioso personaje.
Como en algunas otras ocasiones, don Juan Manuel caracteriza a su personaje
desde el principio, de una manera rápida y con un solo rasgo que lo define com-
pletamente. En este caso, con la frase «¡Bendito sea Dios, puesto que Él lo hace, esto es
lo mejor!», que expresa toda una actitud espiritual. Don Juan Manuel tiene una
tendencia a recrear personajes nobles y aparentemente históricos. Aunque la
historicidad del cuento no está muy clara, el escritor consigue el aire de verosi-
militud que persigue con esta técnica.
2 ¿A cuántas pruebas somete el rey a sus hijos? ¿En qué consiste cada una de ellas?
El rey somete a sus hijos a cuatro pruebas (madrugar, preparación de la vesti-
menta, preparación del caballo, y visita a la ciudad y valoración de ella).
3 ¿Justifica don Juan Manuel el crimen del emperador Fadrique? ¿De qué manera
lo hace?
Ha llamado la atención de la crítica la justificación del asesinato de la esposa del
emperador Fadrique basada en las razones de Estado. Gómez Redondo advierte
que «el Emperador adopta esta decisión cuando no tiene otro remedio y su “fazienda” se
halla en grave peligro: es deber de su estado librarse de esa mujer, y él lo hace por medio de
su entendimiento y sutileza, tal como le había recomendado el Papa, asegurándole su per-
dón». Así podemos verlo en las siguientes partes del texto: «… vio que, aparte del
pesar y la vida enojosa que tenía que sufrir, resultaba tan perjudicial para sus intereses y
para sus gentes que no podía encontrar remedio» y, ya al final del cuento, «Y murió por
la porfiosa manera de ser que tenía y por su culpa».
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4 Explica la caracterización del personaje de Álvar Fáñez.
En primer lugar, hay que tener en cuenta que el personaje protagonista, Álvar Fá-
ñez, tiene en esa época una dimensión mítica y épica: «Don Álvar Fáñez era hombre no-
ble y con mucha honra, y fundó Íscar», «… que él no era muy joven y que, a causa de las mu-
chas heridas que había tenido en los combates en los que acertó a estar, se le había debilitado
tanto la cabeza que, por muy poco vino que bebiese, le hacía perder en seguida el entendimiento».
Recordemos que se trata del principal acompañante del Cid Campeador en sus
aventuras tal como las narra el Poema de Mio Cid. Ahora don Juan Manuel presenta a
este personaje buscando matrimonio en su edad avanzada, ya con debilidades que
contrastan con su pasado épico, tal como señala Ayerbe-Chaux: «Son los resultados de
heridas y batallas, son los traumas de las luchas, son irónicamente lo único que parece quedar
de su grandeza. Sin embargo, la mujer lo debe amar en su mito, no en su realidad».
5 Explica el sentido de los versos finales del ejemplo.
Al principio debe el hombre mostrar
a su mujer cómo se ha de portar.
Como en otras ocasiones, la moraleja no recoge toda la profundidad de los te-
mas que se van desarrollando a lo largo de los cuentos. La que remata este ejem-
plo es similar a la que culmina el cuento de la mujer brava:
Si al comienzo no muestras quién eres,
nunca podrás después cuando quisieres.
2 ¿Cómo consigue don Juan Manuel que el engaño de los burladores alcance tales
proporciones? Justifica la respuesta haciendo referencia al texto.
Don Juan Manuel logra trazar en este cuento un fino cuadro de reacciones psi-
cológicas en el que la vergüenza, la desconfianza y el miedo son los resortes que
mueven las conciencias de los personajes.
En efecto, el escritor ha sabido desarrollar como pocos la tensión dramática a
través de escenas sucesivas que van dando lugar a un engaño de extraordinarias
proporciones. Así, el rey no advierte al camarero al que envía en primer lugar
que diga la verdad. A partir de ese momento, todos los que envía vuelven repi-
tiendo la única verdad que pueden decir para no ofender al rey, quien, a pesar
de tener graves sospechas, envía, por último, al alguacil alabándole previamente
las maravillas de la tela. El alguacil, por tanto, no puede sino corroborar lo que
dice un rey que lo ha predispuesto al engaño.
5 Como el anterior, la estructura de este cuento también tiene tres partes. In-
tenta delimitarlas y explica qué contenido corresponde a cada una de ellas.
1. Arreglo del matrimonio.
a) Presentación de los personajes principales: un mancebo que «tenía buen
propósito pero no tenía el poder de llevarlo a cabo» y una hija única («todo lo que
aquel mozo tenía de buen carácter, lo tenía de malo y rebelde la hija del noble. Y por
eso nadie quería casarse con aquel diablo»).
b) Planteamiento del mancebo a su padre:
– «y puesto que iba a verse obligado a llevar una vida pobre y miserable o a irse de
aquella tierra…»;
– «le parecía más juicioso pensar en algún casamiento con el que pudiese conseguir
algún medio de vida»;
– «le pedía por favor que le arreglase aquel casamiento».
c) Negociación de los padres (peligro de muerte):
«Por Dios, amigo, si yo tal cosa hiciese, me comportaría con vos como un falso ami-
go, pues vos tenéis un hijo muy bueno, y pensaría que cometía una muy gran mal-
dad si yo consintiese su mal o su muerte. Y estoy seguro de que, si se casase con mi hi-
ja, acabaría muerto o le valdría más estar muerto que vivo».
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2. La noche de bodas.
a) Costumbre de los moros en los casamientos.
b) La matanza:
– del perro («le cortó la cabeza y las patas, y lo hizo todo pedazos»);
– del gato («lo cogió por las patas y lo golpeó contra la pared e hizo de él más de cien
pedazos»);
– del caballo («le cortó la cabeza con la mayor furia que podía mostrar y lo despeda-
zó todo»).
c) Temor de la mujer («consideró que esto ya no era un juego y le entró tanto miedo
que no sabía si estaba muerta o viva»).
d) Se dirige a la mujer:
– «Levantaos y dadme agua para las manos»;
– «¡Ah, cómo agradezco a Dios que hayáis hecho lo que os mandé…»;
– «Con la furia que he tenido esta noche, no he podido dormir bien. Procurad que no
me despierte mañana nadie y tenedme bien preparada la comida».
3. Desenlace:
a) La esposa domada.
b) El suegro quiere hacer lo mismo y mata un gallo, pero la esposa se burla de él.
2 De todos los cuentos de este libro, elige el que más te haya gustado y explica con
detalle por qué.
Respuesta libre.