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ar
Organización: Hospital Garraham
Lugar: Buenos Aires
Expone: Cristina Corea
Fecha: 07-05-03 Cristina Corea:– Ante todo quiero agradecerles la invitación. Me
Dispositivo: Encuentros de la Red de Psicopedagogía resultó atractiva la invitación para hablar de un libro que surge de
Perfil: Charla
una experiencia muy grata para mí. Me resultó interesante que ésta
no fuera una invitación a dar una conferencia sino a contar una ex-
Chicos en banda: una experiencia periencia, respecto de la cual, al parecer, están bastante al tanto.
Esa experiencia fue registrada en un libro llamado Chicos en banda
Cristina Corea en la Red de Psicopedagogía que escribimos con Silvia Duschatzky, publicado a fines del año pa-
sado. La idea hoy es hablar de esa experiencia. Si esto ha sido real-
mente una experiencia, entonces se ha producido un pensamiento. Y
ese pensamiento producido es lo que nos hace pensar ahora.
Por otra parte, quería contarles que junto con Ignacio Lewkowicz
estamos dirigiendo un sitio web llamado Estrategias de pensamiento.
Estamos dirigiendo y a su vez fundando ese espacio que tiene forma-
to de página web cuyo link es www.estudiolewkowicz.com.ar o
www.lwz.com.ar. Les digo esto porque quiero proponerles que este
encuentro no termine aquí sino que se continúe de manera virtual.
Esta es también una experiencia para nosotros: el fundar, armar,
habitar un sitio de pensamiento que en principio existe virtualmente.
Hace ya muchos años que estamos trabajando y pensando con gru-
pos con psicoanalistas, psicopedagogos, arquitectos, y gente de
otras disciplinas. Pero en los últimos años experimentamos que en
nuestras condiciones el pensamiento se fragmenta y que los encuen-
tros se dispersan. Diría que no sólo venimos experimentando sino
que venimos padeciendo la dispersión del pensamiento. Comenza-
mos entonces a pensar cuáles podían ser las operaciones o los me-
canismos para evitar esa dispersión.
Ignacio Lewkowicz, que es historiador denomina la era de la fluidez,
a la era neoliberal, a la era del capital financiero, a la era informacio-
na. Lo decisivo de nuestras circunstancias -señala él- es que la nues-
tra es la era de la destitución general de las instituciones: asistimos
al resquebrajamiento del suelo estatal en el cual se apoyaban las
instituciones que nos formaron.
Vivimos la era de la fluidez. En estas condiciones de desfondamiento
general, percibimos que el pensamiento es lo único capaz de ligar-
nos, pero por otro vemos -y padecemos- el hecho de que el pensa-
miento está permanentemente amenazado de dispersión. Por lo cual

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estamos pensando muchísimo sobre cuáles son los mecanismos o las plemente escuchó unas palabras como si viera un programa de tele-
operaciones capaces de cohesionar el pensamiento. visión para después pasar a otra cosa.
Por ejemplo, tenemos muy pensado, muy visto, que en general las Ahora, si efectivamente algo de lo que dijimos continúa trabajando
conferencias, las charlas, los paneles, son situaciones muy dispersi- en nosotros, eso significa que pensamos. Y lo terrible es que no ten-
vas. Uno va, habla, da su número y luego, si se quedó pensando en gamos un interlocutor para poder continuar hablando de eso. Noso-
algo, ya no tiene con quién conversarlo porque todo el auditorio se tros hemos tomado como uno de los procedimientos de pensamiento
fue. Y si a alguien del auditorio le quedó resonando algo, vaya a sa- que todos los encuentros presenciales tengan alguna continuidad
ber con qué interlocutor lo puede hablar. virtual. Este es uno de los sentidos de haber pensado el sitio de es-
trategias de pensamiento como un sitio virtual. Pensamos que la me-
Precisamente Chicos en banda es un libro sobre el diálogo. Es decir,
ra presencia no garantiza el pensamiento, la pura virtualidad tampo-
sobre lo sutil y lo difícil que es construir situaciones de diálogo, si
co, pero la interfase entre ambas sí. Por eso los invito a que conti-
entendemos que dialogar no es decirle palabras a otro, sino consti-
nuemos esta charla por vía electrónica.
tuirse pensando con otro. Nosotros estamos pensando que las opera-
ciones de pensamiento son aquellos mecanismos mediante los cuales Lo que nos interesa de la destitución no es tanto la facticidad del
estas cosas que pensamos y hablamos con otros se sostienen, se desfondamiento, sino el hecho de en la destitución lo que se desfon-
mantienen, perduran o siguen tocándonos. En otras palabras, el pen- da es la subjetividad. En principio, no hay subjetividad en el desfon-
samiento es lo que continúa constituyéndonos, aún cuando nos sepa- damiento: estamos en banda. Y la subjetividad sólo se constituye en
ramos. las operaciones de pensamiento. Sólo cuando nos ligamos pensando
–y nos ligamos si hay operaciones, procedimientos, convocatorias– y
Lo propio de la fluidez es que las prácticas en las que estamos in-
pensamos cómo evitar esa dispersión, sólo bajo esas operaciones
mersos tienden continuamente a separarnos, a desligarnos. En ese
existe la subjetividad.
sentido, toda apuesta debería estar orientada a producir ligaduras,
conexiones. Es precisamente por esta idea que tenemos de cómo se Podríamos tomar la imagen de los chicos en banda y asumir que el
edifica el pensamiento que esta invitación de ustedes es grata para estar en banda es una condición de la subjetividad contemporánea.
mí, porque se plantea como un espacio de cohesión posible en el que Sin instituciones estamos en banda. Incluso podríamos asumir que
vamos a hablar en torno a una experiencia y no a opiniones o sabe- cualquier experiencia actual tiene como punto de partida el estar en
res establecidos. banda. El libro juega con esa ambigüedad del “estar en banda”.
Para ser fieles a esta idea de seguir pensando cómo nos ligamos con – Se puede decir que estamos a la deriva…
el pensamiento, para que este encuentro no sea esto y después nos
– O que armamos la banda
dispersemos, yo les quería proponer que qudemos conectados a tra-
vés de una lista virtual para que podamos tener algún tipo de inter- Justamente: armamos la banda para hacer algo. El estar en banda,
cambio posterior a este encuentro. Y de ese modo darle una chance si se lo mira desde un ideal o una subjetividad instituida, tiene el
más a las cosas que aquí puedan aparecer. A veces uno funciona sentido de aquellos que no pertenecen a las instituciones, los que no
como un “motor de dos tiempos” que contesta algo y después piensa van a la escuela, los que no tienen un trabajo estable, esos que van
que lo que le habían preguntado tal vez era otra cosa. El pensamien- a lo que pinta en la calle, están en banda. Sería un modo de verlo.
to es un proceso y tiene su tiempo. Creo que sólo se puede decir que
se pensó algo si ese proceso realmente ocurre. Si a uno después del – Yo me sorprendí muchísimo porque pensé al ver el título que signi-
encuentro no le quedó trabajando nada, es porque no pensó; sim- ficaba estar a la deriva.

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Son las dos cosas. Me parece que lo más interesante es asumir que creer que sé antes del diálogo, qué está pasando en una situa-
todos habitamos ese doble modo del “estar en banda”. Uno podría ción. Y el des suponer sería un primer procedimiento para la in-
decir que en el desfondamiento general de las instituciones estamos tervención.
en banda. Y que a su vez, si habitamos ese desfondamiento arma-
Volviendo al libro. Decía que el título no importa tanto como título
mos banda para pensar, sobrevivir, intervenir, asistirnos, ligarnos,
sino como figura de la contemporaneidad. Ayer releyendo me di
encontrarnos. El libro está atravesado por estas dos ideas.
cuenta de que hay dos libros, uno anunciado en el título y otro en el
Hay una mirada de alguien que analiza cómo se desfonda la escuela, subtítulo. Por un lado está Chicos en banda y por otro, de modo mu-
la familia, el estado, pero también el libro está habitado por otra mi- cho más académico, los caminos de la subjetividad en el declive de
rada y otra voz que realmente se nos impuso. Es esa mirada, es esa las instituciones. Me parece que está muy claro que hay dos libros,
voz la que puede pensar, la que puede encontrarse con alguien que dos procedimientos. Les diría con total honestidad, el subtítulo cae al
está habitando el desfondamiento. Y así ya no sería el desfondamien- finl del libro; pero fue necesario mantener para marcar el recorrido.
to sino sólo una condición. Ya no importa si la familia o el trabajo
Si algo marca para nosotras la experiencia de esta investigación es
deberían ser de tal o cual modo sino que aquello que importa es
cómo pasamos del análisis de cómo se desfonda la escuela a dejar-
cómo se constituye alguien en la experiencia en la que habla con
nos tomar sólo por la experiencia de cómo habitan los pibes este
otro, piensa con otro. Y fundamentalmente cómo se constituye el
desamparo general. Esto bajo la idea de que el desamparo es abso-
que investiga en esa situación.
luto y es para todos. Es decir que no es que ellos están desampara-
Me gustaría que trabaje en nosotros esta ambigüedad de la figura dos, sino que en el desfondamiento estamos todos desamparados.
del estar en banda, ya que es lo propio de nuestra condición subjeti- Estamos todos a la deriva sin saber. Siempre hay que volver a em-
va estar desbandado por el desfondamiento, pero a la vez con chan- pezar. Cualquier situación nos obliga a constituirnos y por eso nos
ces de constituirnos como bandas para pensar. Ésta es un invitación cansamos, por eso nos crispamos. Cada vez que doy una clase tengo
a armar una banda, así también la creación del sitio. Al parecer, que volver a empezar, no puedo suponer que si ya expliqué el signo
cualquier intervención en condiciones de desfondamiento tiene un antes, ahora que explico el discurso los chicos van a tener aprendido
primer requesito: armar la banda, puesto que estamos desligados. el signo. Este volver a empezar cada vez es el indicio de que no hay
subjetividad instituida y que si hay subjetividad, la subjetividad se
Es decir que nos equivocamos si partimos de suponer que estamos
produce cada vez en situación. Esto es lo que en el libro llamamos
instituidos, que tenemos un código compartido y sabemos de qué
producción situacional de subjetividad. Es costoso, es durísimo, pero
estamos hablando. Nos equivocamos si pensamos que sabemos qué
como dice un amigo: es lo que hay.
es la salud o qué es el aprendizaje antes de que se arme la situación
de la banda que intenta pensarlo. En otras palabras, en nuestras Me parece que esta vacilación del libro es también interesante, por-
condiciones es necesario no suponer. Habrá que partir de que no hay que el libro oscila entre una mirada analítica o académica del des-
nada. Y con eso habrá que construir, habrá que ligar. Esas operacio- fondamiento de las instituciones, y una mirada perpleja que sólo en-
nes constituyen para nosotros los famosos procesos de subjetiva- cuentra un lugar –que por cierto es muy potente– cuando nada más
ción. pone condiciones para que se fijen los testimonios de quienes habi-
tan las situaciones registradas.
W¿Sería una condición previa? Te empecé a escuchar y supuse que
seguía lo que decías, pero después no fue tan así... Cuando ayer releía el libro sentía bastante aburrimiento en la prime-
ra parte; y esa era muy distinto a la sensación con los testimonios,
Está bien no suponer, se trata justamente de eso. La suposición
sería suponer que el otro está insituido, que existe. Suponer sería

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que son conmovedores. En esos testimonios hay una subjetivad; los Vuelvo sobre esta doble inscripción del libro. Yo diría que respecto de
testimonios hacen pensar, los testimonios afectan. una voz hay dos posiciones subjetivas. La primera es una operatoria
de observador, de aquel que está instituido por un saber y dice esto
– Me parece que es muy importante esa afectación.
corresponde al desfondamiento del estado, esto corresponde a la
Sí. Eso es una voz. Una voz es una enunciación con capacidad de pérdida de valores. Es decir que dada una idea, subordina esa voz a
afectarlo al otro, de hacerlo pensar. unas ideas previas. Eso correspondería a una representación de la
voz. Pero hay también otra mirada que es la de aquel que se desvis-
– Si uno al leerlo es afectado, imagino lo que debe haber sido parti- te de absolutamente todo y se constituye nada más que escuchando
cipar en esas situaciones. eso que el otro dice. Es una operación donde el interlocutor es mu-
Sí, fue realmente muy fuerte. cho más invisible. Pone condiciones: no interpreta, no hace pregun-
tas, o sólo hace las que surgen en la situación.
– Al mismo tiempo estos testimonios resuenan. El testimonio de la
mamá de Maxi es la voz de muchas mujeres que escuchamos. Es Es interesante ver cómo respecto de las mismas palabras puede
una voz conocida, no es un ruido, sino alguien cercano. haber dos producciones de subjetividad distintas. Una subjetividad
que está instituida –y entonces lo único que hace es incluir esas vo-
Me parece que es alguien cercano porque es la voz de alguien que ces en un sistema de referencias–, y otra subjetividad que se va
habla de una experiencia. Una voz aquí son las operaciones que por- constituyendo a la par de esos otros que hablan. Para nosotros esta
tan una subjetividad. Es mucho más que ese personaje: es esa experiencia de ver cómo nos íbamos metiendo en el diálogo con
enunciación que nos conecta a nosotros con eso que están pasando, otros fue realmente muy fuerte.
nos interroga, nos hace pensar, nos deja afectados. Nos predispone
a pensar. Les cuento más o menos cómo fue la cocina de la investigación. Esta
investigación surge como un pedido del gremio de docentes de Cór-
– Algo que me resultó interesante es que en su dialecto, ella se pro- doba UEPC (Unión de los Trabajadores de la Educación de la Provin-
ducía sola, no había que interpretar nada. En el primer testimonio, cia de Cordoba). Ese gremio tiene un trabajo cultural y de investiga-
que es muy largo, no hay ninguna acotación, no se dice que tal o ción muy fuerte, así como posiciones gremiales muy activas respecto
cual cosa indica esto o lo otro, que es un índice de algo. del trabajo de los maestros. El gremio hace un convenio con FLACSO
Fue difícil decidir qué sacar y qué cotar. Le teníamos mucho respeto para investigar cuál es la situación de las escuelas llamadas socioló-
a esas palabras; no porque fueran las palabras de las víctimas de la gicamente urbano-marginales. Se forma un equipo de diez maestros
marginalidad sino por lo que nos habían hecho pensar. Nos parecía que son relevados de su cargo de maestros y comienzan a trabajar
que tenían tanta potencia que citarlos no era suficiente para transmi- en la investigación.
tir la voz. Creo que sin los testimonios este libro perdería muchísima – ¿Cómo se eligieron los maestros?
potencia.
No lo sé. Sé que eran maestros cercanos al gremio y que ya habían
Es muy interesante ver este doble procedimiento. Cuando una pala- tenido participación en las actividades de extensión cultural del gre-
bra es citada por un discurso académico, funciona reforzando la idea mio. No fue algo azaroso. Es un gremio que realiza muchas tareas de
de un autor; la idea de otro. Cuando una palabra es una voz testi- capacitación. Cuando conocí a los maestros, ellos ya estaban consti-
monial toma otro rumbo, tiene la eficacia de hacernos pensar a no- tuidos como equipo. Es muy interesante porque esta duplicidad del
sotros, y no de legitimar lo que piensa otro. libro del estar en banda de los chicos, también se fue reproduciendo
en el nivel del trabajo mismo de la investigación.

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Hubo dos trabajos de campo. En el primer trabajo ellos salieron con En el segundo trabajo de campo comienzan a aparecer registros to-
sus pautas, sus guías. Hay que destacar que el trabajo de los maes- talmente diferentes a los que se habían obtenido en la primera eta-
tros sobre sí fue impresionante. Son maestros de escuela muy ca- pa. Aparecen registros que son relatos, que no necesariamente son
renciadas. Fue realmente interesante encontrar el discurso en común entrevistas con turnos marcados y todo eso.
que enlazara. En el primer trabajo de campo los registros eran muy
Por ejemplo, César se contacta con un pibe que le dice que le quiere
fragmentados; no sé si leyeron la entrevista a Brenda:
mostrar donde esconden la droga en la escuela. Se encuentran una
– ¿Donde vivís?- noche y hacen una especio de expedición; el pibe le muestra el es-
– Acá a dos cuadras. condite y terminan la noche en un barcito de una estación de servicio
y le cuenta a Cesar que él era un chico de la calle. César le pregunta
– ¿Qué haces? qué sentía cuando pedía y él contesta que la gente se molesta. Y
– Afano. cuando terminan la charla le dice: ¿me das una moneda?

– ¿Tenés fierros? En esta situación César es mucho menos importante lo se entera


César del pibe o de las drogas que el haberse entregado a esa excus-
– Sí. Mi casa está llena de fierros.
rión con el chico, a correr el riesgo, a acompañarlo. La situación de
Era algo muy rígido. entrevista se desdibuja absolutamente y son dos amigos de aventu-
ras. Cuando empiezan la expedición el chico le pregunta: “¿está
– ¿Quiénes hacían las preguntas? asustado, maestro?” Se le pone por encima y Cesar ahí siente que
Los maestros. Lo interesante es que en el segundo campo no fue no está a la altura de las circunstancias. Es decir, suceden cosas.
necesario hacer preguntas; era necesario hablar nomás. Es un registro mucho más literario que etnográfico. Si lo leen verán
– ¿Qué zona de Córdoba era? que es notable con qué calidad literaria está escrito por un maestro
que escribía abuela con h. Con esto quiero decir que tomado por esa
La escuela está en la periferia de Córdoba. experiencia escribe una pieza literaria. Pero es literaria no por pre-
Este primer trabajo de campo nos llevó a algunas conclusiones sobre tensiones personales sino porque él tuvo que forzar lo que podía es-
la violencia y otras cuestiones. Pero lo que comenzamos a ver era cribir al máximo para registrar este momento.
que en ese modo de entrevistar había una posición excesivamente Otro punto muy interesante de esta segunda etapa es que muchos
externa del entrevistador. Las imagen era la de Telenoche investiga: de los registros toman otra dirección. Ya no importaba la formalidad
un tipo con un micrófono que mostraba la miseria, las cosas terri- inicial. Los maestros comienzan a registrar lo que sienten. Se encari-
bles. Pero no había nada de subjetividad, no aparecía ninguna textu- ñaban con los pibes, sentían que tenían que hacer más cosas que
ra ni por parte de los entrevistadores, ni por parte de los chicos. las que hacían, que no se trataba tan sólo de ir a una casa a entre-
Entonces la estrategia fue hablar mucho con los maestros para en- vistarlos sino que tenían que volver.
contrar el modo en que pudieran salir de esa exterioridad.
En toda esta etapa hubo serios problemas éticos. César, que era de
Es decir que eso podía ser o un retrato de la miseria, o una expe- los que más se lanzaba a la experiencia, se fue repetidas veces del
riencia si se pensaba efectivamente cómo el otro vive esa situación, equipo. Planteó uno de los problemas éticos que se discutió bastante
qué operaciones hace; cómo piensa. Pero para eso fue necesario acerca de si lo que registraban debía publicarse o no. ¿Cómo decidir
despojarse de esa posición de periodista que denuncia, de la idea de esto cuando existe entre los pibes el pacto de que las cosas de la
que la escuela debería educar a estos chicos. banda no salen de la banda?

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– Ellos tienen sus reglas.


Claro. Por ejemplo, César registra el bautismo de los niños de la calle A mi entender, ésta fue la experiencia más fuerte: el habernos cons-
y eso es algo secreto. Se trata de un rito de iniciación por medio del tituido dialogando con estos chicos. Lo más fuerte de esta investiga-
cual alguien que es un “perejil” pasa a un rango más pesado dentro ción fue el proceso de transformación del equipo que investigaba.
de la banda. En ese rito hay patadas y violación, pero en realidad no Pasamos de la mirada analítica, institucional, crítica, académica, a
son tales porque uno lo nombra desde el lenguaje moral, pero para dejarnos arrastrar por estas potencias, estas voces que estaban pen-
ellos eso es hacerse fuerte bancándose una serie de cosas. Lo que sando, interrogándonos, operando.
les va a pasar cuando caigan en cana es mucho peor. Con lo cual es
– ¿Tienen proyectos en relación a un posible desarrollo en una se-
mejor que le hagan eso los amigos, para ver quién se la banca, y
gunda etapa?.
entonces si se la banca está apto para esa vida.
Los maestros están haciendo talleres con esta investigación y el
Aparecían entonces esas cosas secretas de la banda. Ahí surgió el
gremio sigue haciendo actividades de extensión de esta tarea. El tra-
dilema ético y tuvimos que discutir mucho sobre cuál era la posición
bajo que ahora tienen que hacer los maestros que participaron en la
ética respecto de esto. Si nos censurábamos o nos constituíamos
investigación es multiplicar esto como experiencia en cada escuela.
registrando estos testimonios y pensando con ellos. Y pasó algo ra-
El problema es que no se trata de contar lo que ocurrió sino que ver
ro: una vez que se hicieron las operaciones necesarias para registrar
qué operaciones se realizaron, porque lo subjetivante ahí son las
las voces, cuando hicimos la serie de balances del trabajo en equipo,
operaciones.
la disyuntiva de publicar o no publicar era una disyuntiva moral y no
ética. Después de las operaciones, después del registro, de que se – Me preguntaba cómo se podría trasladar esto a los hospitales,
pensó, de que esto nos constituyó, la cuestión de si correspondía o donde hay una demanda de este tipo de casos. Se me ocurría que
no publicar el material perdió peso. Y esto porque nosotros nos cons- ante todo habría que pensar en grupo.
tituimos y nos transformamos pensando y operando con estas voces.
Entonces estas voces son nuestras también, porque estas voces – De la población que en este momento estamos atendiendo en psi-
también somos nosotros. Por lo cual no es que nosotros con autori- copedagogía en Morón, son muy pocos los pacientes que pertenecen
dad externa nos planteamos si publicamos o no lo que ellos nos con- a este tipo. No sé qué pensarán ustedes. Es decir, no llegan al hospi-
taron, sino que nosotros dialogamos con ellos y somos parte de ese tal. Aquel que llega tiene algún tipo de legalidad o de institución, sea
diálogo. Entonces nos estamos exhibiendo a nosotros mismos. Por- el juzgado, la escuela o el médico pediatra, que lo sostiene para que
que ya estábamos armados desde esa experiencia y erámos parte llegue al consultorio.
del nosotros de esa experiencia. No había más un ellos a respetar o – Creo que el problema es que los profesionales estamos sentados
a traicionar sino un nosotros que necesitaba del registro del libro esperando a que llegue el paciente. A mi entender tenemos que
como una operación más de pensamiento de la investigación. cambiar esta posición, esta mirada. Estaba escuchando que ayer en
– ¿Los nombres no son reales? 20 horas mataron a cuatro policías en diferentes lugares. ¿En qué
participamos nosotros? Participamos en ir a comprar un repuesto de
Los de los maestros sí, pero no los de los chicos. Lo gracioso es que algo que robaron.
los chicos tampoco tienen nombres reales porque no tienen existen-
cia civil para el estad; ni a ellos les interesa ese tipo de identidad, Respecto del planteo sobre el aprendizaje, habría que decir que el
sino el que cobran siendo parte de la banda: y la banda da un nom- aprendizaje también es una institución desfondada. El sujeto que
bre propio. supone el aprendizaje es un alumno, una subjetividad instituida. Si
suponemos que alguien aprende o no, suponemos que está institui-

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do. Pero el problema aquí es mucho más radical en tanto admitimos está atendiendo una psicóloga, a la madre un psiquiatra, al hermani-
que no hay sujeto del aprendizaje; si admitimos que para que haya to lo ve un neurólogo, ¿cómo se trabaja ahí interdisciplinariamente?
subjetividad en esta situación yo me tengo que constituir con él.
Ahí se ve cómo el equipo trabaja fragmentando. Un equipo así de
¿Qué pasa si en vez de pensar si aprende o no, se piensa que ese
fragmentado no puede ligar a la familia si antes no se ligan entre
sujeto no existe a menos que nos inventemos juntos?
ellos. Es un galponazo.
Por otro lado, parece que hoy ya no es posible pensar en procesos de
– ¿Qué entendés por galponazo?
subjetivación individual: nadie se subjetiva solo, porque sin institu-
ciones, que son los aparatos que instituían la subjetividad, la subjeti- Muy buena pregunta. Es un concepto teórico de Ignacio que denomi-
vidad no se puede seguir suponiendo como un dato. O se produce en na el estatuto que tienen las instituciones desfondadas. Es una ima-
los encuentros o no se produce, no es. Así es que o nos encontramos gen muy interesante para nombrar cuando desaparece el discurso y
y en ese enlazamiento se produce subjetividad, o sobreviene la dis- la operatoria que hace que los términos de una institución perma-
persión, un galponazo. Esto es decisivo porque la situación de nezcan ligados o instituidos. Por ejemplo, un director de un hospital
aprendizaje supone que el que aprende y el que enseña están insti- y un enfermero supuestamente se comportan de acuerdo al lugar
tuidos; sin embaro, el desfondamiento también destituye la subjeti- que tienen dentro de la institución. Pero cuando desaparece la insti-
vidad pedagógica. Si yo supongo que hay problemas de aprendizaje, tución, quedan como términos dispersos hablando cada uno su jerga.
supongo que hay un sujeto instituido. Ése me parece que es el punto Hay una fragmentación absoluta, y a menos que nosotros hagamos
complicadp. una operación para ligarnos olvidándonos de quienes éramos, segui-
remos fragmentados. ¿Qué importa acá que yo sea semióloga y us-
El problema es si se parte de que hay un sujeto deteriorado o se par-
tedes psicopedagogas si no podemos armar un discurso que nos con-
te del desamparo total y desde ahí poder ver qué tipo de ligadura se
tenga y que nos permita pensar? En realidad lo que somos previo al
hace con otros.
encuentro es más un obstáculo que una condición que permita algo.
– Pero cuando llegan los sujetos destituidos a los hospitales es por- El galponazo es el estar en banda inicial de cualquier situación.
que no tienen las condiciones mínimas para poder realizar algo.
– Un bolsa de gatos.
Pero me parece que ahí el punto es que nosotros quedamos afuera.
Por ejemplo, en esa familia de la que hablaban antes, entre los cinco
Si nosotros no podemos operar con eso, entonces somos superfluos
del equipo no hacen uno. Pero ¿por qué? Por el galponazo, por la
también: no existimos para ese otro. Cuando el otro está destituido,
fragmentación general, porque cada uno trabaja en su especialidad y
nosotros también perdemos existencia a menos que la ganemos en
no se constittuyen como un equipo para esa familia. ¿Qué problema
una operación con ese otro, pensando, ligando, acompañando, con-
tiene esa familia? Incluso llamarlo familia probablemente sea dema-
versando.
siado pretencioso porque supone la existencia de una institución.Pero
– Hace 2 años un nene me contó que iba a cazar pajaritos para co- si el equipo interviene sobre cada uno, desde su especialidad, lo que
mer y yo dudaba entre si era fantasía o verdad. Con esto quiero de- hace es sumar fragmentación a la fragmentación en lugar de cohe-
cir que tal vez hay códigos en los que no nos metemos demasiado, sionar a esos desamparados. Y no se arma ni la subjetividad del
porque también nosotros sentimos el doble movimiento. equipo ni la de la familia.
– En el área de psicopedagogía en la que trabajo me llega un gran En el galpón todos tenemos nuestras propias teorías pero nada liga
porcentaje de casos en los que uno se entera que a la hermana la con nada porque no existe más aquel gran operador de cohesión y
ligadura que era el estado, o la institución. El estado no sólo ligaba

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los términos dentro de cada institución sino que a su vez estado li- discurso universitario era inoperante, y no que los chicos ingresantes
gaba una institución con otra. eran brutos. El discurso que los tenía que producir como lecto-
escritores, como alumnos o como estudiantes se estaba volviendo
– Tenía valor instituyente.
inoperante. Si sólo se piensa que los alumnos son deficitarios, que
Claro. Por ejemplo, al chico se lo trataba en al escuela como se lo no aprenden, ¿qué pasa con el discurso que los tiene que instituir
trataba en la familia. De ahí vienen la famosa frase que la escuela es como tales? Si los pibes no entienden qué es una bibliografía: ¿es un
el segundo hogar. Pero hoy esto ya no es así. Nos comentaron en problema de ignorancia de los pibes o es un problema de ineficacia
una intervención en instituciones que en una clase le robaron la bille- de las prácticas universitarias? ¿en qué lugar sino en la universidad
tera a un profesor que hablaba sobre derechos humanos. Ése es el un pibe se va a enterar de qué es una bibliografía? ¿Y cómo se ente-
galpón: el profesor hablando del discurso que supuestamente nuclea raría de qué es una bibliografía si no tienen contacto con otra cosa
a todos no liga con nada. ¿Qué dice ese acto de robarle la billetera? que apuntes o cuadernillos?
Que no hay institución: hay sólo un tipo muy entusiasmado hablando
En ese momento decíamos, que cuando interpelábamos a un estu-
solo. Si habla solo, eso no es una clase. Más bien es un bondi. En-
diante respondía un modelo publicitario: “¿no te gustó el parcial?
tonces, si estamos en el bondi afanamos, porque la situación es lo
¡qué mala onda!”. Esa respuesta era una respuesta impertinente en
que pinta en el bondi y no la escuela.
la situación, era la resepuesta de alguien que estaba instituido por
– Me contaron que un profesor daba clase apoyado sobre la puerta operaciones mediáticas y de mercado, pero no por las operaciones
para que los alumnos no se vayan. del discurso universitario. Esto hablaba de la pobreza instituyente del
discurso universitario.
– A partir de esta idea de estar en banda, se me ocurría que hay
como bandos. Este profesor que da la clase para él, que no es escu- Cuando avanzamos sobre esa idea, nos dimos cuenta de que el des-
chado, ni escucha lo que está pasando. Habría como dos bandos di- fondamiento del dispositivo pedagógico universitario no era sólo la
ferentes que no se pueden ligar. desaparición del tipo subjetivo del estudiante: era también la des-
aparición del tipo subjetivo del docente. Y que ellos docentes está-
Sí. Ahí él está en banda por más maravillosa que crea que es la cla- bamos tan destituidos como el estudiante, porque si el dispositivo
se, porque es tan superfluo como los pibes que piensan que pinta instituye al maestro y al alumno, entonces si se destituye el alumno,
robarle la billetera. El punto aquí es que ése que habla solo no tiene se destituye también el maestro. Los profesores son tan superfluos
más dignidad subjetiva por el hecho de no robar, porque es tan im- como los alumnos porque no pueden operar en la situación.
pertinente, tan inoperante para la situación como el pibe que está
esperando que le pasen un porro para ver si pasa algo. – El maestro trata de sostener cierta ilusión para no quedarse en
banda.
Uno de los primeros trabajos que comenzamos a hacer sobre el perfil
de los estudiantes, hace 10 años, era un trabajo sobre cómo se dete- Exactamente. Se pierde existencia. Esto es algo muy complicado y
rioraban las capacidades de escritura de los ingresantes a la univer- duro de asumir: la inexistencia subjetiva del otro declara mi propia
sidad por efecto del discurso mediático en el contexto de la crisis de inexistencia.
las institución universitaria. La idea de la que partíamos era que el

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