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UNIVERSIDAD NACIONAL DE EDUCACION

Enrique guzmán y valle


“alma mater del magisterio nacional”

FACULTAD: Ciencias Sociales y Humanidades

ESPECIALIDAD: Literatura –Lengua Española

CURSO: Interpretación de Textos Literarios

PROFESOR: Teodosio Olarte

SECCION/ CICLO: H2-V

TEMA: El Modelo Narratológico

INTEGRANTES: - Rumaldo Celis Cori Masquil

- Merino Isuiza Ruth Angelica

-Rojas Lopez Rut Esther


-Neciosup Huillca Karen Lucero

AÑO: 2015

Página 1
DEDICATORIA
Este trabajo de investigación
dedicamos a nuestros
estudiantes de la Une
para que forjen sus
conocimientos.

Página 2
INDICE
DEDICATORIA………………………………………………………2

INTRODUCCION……………………………………………………4

CAPITULO I
1. CONTEXTUALIZACIÓN……………………………………….5

CAPITULO II
2. CONCEPTO DE NARRATOLOGÍA…………………………..7
2.1. OTROS CONCEPTOS DE NARRATOLOGÍA………...11

CAPITULO III
3. OBRAS Y AUTORES………………………………………….17

CAPITULO IV

4. CARACTERISTICAS DE LA NARRATOLOGIA…………….21

CAPITULO V

UN MODELO DE ANÁLISIS NARRATOLÓGICO APLICADO AL CUENTO

“EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA……………………………..34

CONCLUSIONES…………………………………………………..58

BIBLIOGRAFÍA…………………………………………………….59

ANEXOS……………………………………………………………...60

Página 3
INTRODUCCIÓN
En este trabajo de investigación nos permitirá estudiar y analizar del MODELO
NARRATOLÓGICO en tanto en lo que es su Contexto, su Concepto de
Narratología, Principales Géneros Narrativos, Elementos del Texto Narrativo y
otros temas de suma importancia nos muestra de manera fácil y directa un
panorama histórico en materia narratológica; es decir de las formas narrativas.
También señala de manera puntual los principios sobre los conceptos de estilo,
la metáfora y la estructura. En el campo de la interpretación nos muestra los
rasgos narratológicos y los aspectos lingüísticos de los textos, incluyendo los
últimos desarrollos en el campo.

Los conceptos de narrativa y narración y su aplicación en la vida cotidiana; la


teoría narrativa como perspectiva histórica; texto y autoría, así como los
diferentes tipos de autor que se presentan en los casos reales de publicación del
texto; la importancia de la estructura narrativa, la narrativa y la trama, el narrador
como personaje, el tiempo de la narración, así como las estructuras narrativas
internas contenidas en el texto, trama, focalización, perspectiva y punto de vista
del autor; concepto de tiempo y espacio, los personajes ficticios y su aparición e
introducción en el texto, el modelo por episodios, el uso creativo de los
pronombres en los textos y el tema de la tensión narrativa; la postura de la
narratología frente a movimientos como el realismo, metarealismo, metaficción
y metanarración.

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CAPÍTULO I

1. Contextualización

Para entender el modelo narratológico debemos hablar un poco de lo que estaba


pasando así nos dice que en el siglo xx, el estudio de la narración tuvo un
incremento notable a partir los FORMALISTAS RUSOS (Dos escuelas sobre
estudios literarios comenzaron sus investigaciones en Rusia alrededor de 1916,
“el círculo lingüístico de Moscu” (1914-1915), ya había estallado la primera
guerra mundial y en (1917) se funda la “OPOIAZ, una institución de estudios
sobre el lenguaje poético”; Rusia estaba al borde de la revolución.

Las concepciones que el lingüista suizo, considerado el padre de la lingüística y


fundador de la gramática estructural Ginebrino Ferdinand de Saussure había
desarrollado, entre ellas la noción de la lengua como un sistema arbitrario de
signos, permitieron los planteos teóricos de estas dos escuelas que son
consideradas como las iniciadoras de la crítica y la teoría literarias
contemporáneas. En sus comienzos, investigaron en torno a los fenómenos
específicamente literarios, es decir intentaron delimitar el campo de la literatura.
Esta pretensión científica de los formalistas los llevo a cuestionar la crítica
literaria anterior, dominada por el historicismo positivista del siglo XIX, que
basaba sus análisis en cuestiones relacionadas con la estética, la psicología del
autor, la sociología o la historia, y a proponer en cambio la delimitación y
constitución de un objeto de estudio, como paso fundante para desarrollar una
ciencia de estudios sobre la literatura. Sus detractores, con la pretensión de
burlarse por la excesiva atención que presentaban a los procedimientos de
construcción del texto literario, se referían a ellos con el apodo despectivo de
formalistas, palabra que ha pasado a ser la marca del reconocimiento a la
importancia singular de esta escuela.1

1
Gloria Pampillo y Ana Sarchione,Una araña en los Zapatos, La Narración: Teoría,
Lecturas, Investigación y Propuestas de Escritura, EDITORIAL: Araucoria, Buenos
Aires, PAGINA: 44 a 71

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Desde el año 1920, los formalistas, que habían comenzado estudiando el
lenguaje de la poesía, se dedican al estudio de la prosa. Los estudios sobre la
prosa narrativa que van a tener mayor continuidad.

Análisis Formalistas sobre las estructuras:

Es quizás el campo de la narratología uno de los dominios más fructíferos del


formalismo, si no en el corto periodo de vigencia de estos movimiento, si en las
posteriores revisiones de sus planteamientos teóricos. Los formalistas separaron
nociones como fábula y estructura o trama narrativa, indicando que solo esta era
merecedora de análisis literario, puesto que la fábula o la narración se refería
solo a la materia argumental sobre la que se sostenía la construcción de la
estructura. Que sentaron las bases para el análisis de la estructura interna del
relato y del cuento folklórico. Siguieron esta línea los teóricos de la escuela
francesa, que se inspiraron en la lingüista estructural y en sus desarrollos
posteriores. En sus análisis, la atención estuvo centrada en las unidades
constitutivas del relato y en sus formas: en definitiva, el texto mismo,
considerado como un objeto autónomo.

Con el término narratología es usual designar este conjunto de trabajos en los


cuales el foco es el relato literario en su estructura interna, y su objeto, proponer
una teoría de la narración.2

2
Véase Antología del formalismo ruso, Buenos Aires,CEAL,19971

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CAPÍTULO II

2. CONCEPTO DE NARRATOLOGÍA:

NARRATOLOGIA; término propuesto por Tzvetan Todorov para designar la


nueva teoría de la narración literaria. Podemos decir que es una disciplina que
se ocupa del discurso narrativo en sus aspectos formales, técnicos y
estructurales. En otras palabras la narratología es una rama de la semiótica que
se encarga de estudiar la estructura de todo texto narrable.

- Tzvetan Todorov: En 1968, T. Todorov publica en la obra colectiva de 1968, del


estructuralismo, un trabajo titulado "La Poétique"; su metodología investigadora
entra de lleno en esta definición: "La poética es por tanto un acercamiento a la
literatura a la vez «abstracto» e «interno»". No es la obra literaria por sí misma
el objeto de la poética: lo que le preocupa son las propiedades de ese discurso
particular que es el discurso literario".

Los géneros narrativos son categorías o modelos en los que históricamente se


han dividido los textos narrativos según sus características temáticas y formales.
Estos modelos, a su vez, pueden contener otras divisiones, a las que se
denomina “subgéneros narrativos” (por ejemplo, la novela puede dividirse en
subgéneros como la novela picaresca, la novela epistolar, la novela bizantina,
entre otros).

Géneros narrativos largos:

-Epopeya: relato muy extensión escrito en verso largo y de estilo solemne que
cuenta las hazañas idealizadas de uno o más héroes de la Antigüedad. Es de
origen tradicional y oral (y, por tanto, anónimo), tiene proyección nacional y suele
incluir en mayor o menor medida elementos sobrenaturales. Que refiere las
hazañas que se dieron en una edad antigua de carácter mítico. Sus personajes
son dioses y seres mitológicos. Entre las epopeyas más importantes se
encuentran la Ilíada y la Odisea.

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Fragmento de la Ilíada

De Homero.
Iris, por otro lado, a Helena
de blancos brazos, llego mensajera,
a una de sus cuñadas parecida,
la que Helicaon, el hijo de Antenor,
tenía por esposa , Laodica ,
por su semblante la más distinguida
de las hijas que Príamo tenía.

-NOVELA: relato en prosa de extensión variable (normalmente amplia) en la que


se presentan unos hechos generalmente ficticios y un argumento elaborado con
el fin de deleitar al lector (Don Quijote de la Mancha, 1605 a 1615, Miguel de
Cervantes).3

-CUENTO: relato breve de hechos ficticios con un argumento simple y lineal. Hay
dos de cuentos:

 Cuento folclórica o popular: se caracteriza por su carácter anónimo y


su vinculación a la transmisión oral. Se divide principalmente en dos
clases, fantásticos o de hadas y de costumbres (“La cenicienta” y “Pedro
y el lobo”); suele tener un trasfondo didáctico.

 Cuento literario: se diferencia del popular en que tiene un autor y poco o


ningún componente didáctico. Puede imitar o inspirarse en los populares
(Historias de aventuras para niños, 1835, Hans Christian Andersen) o
gozar de total libertad temática. Hoy en día se le llama también relato o
relato cortó.

Los Geniecillos Holgazanes

3
http://sites.middlebury.edu/span6560/files/2010/06/conceptos-sobre-la-
narracic3B3n-Gloria-Pampillo.pdf, Monografía Narratológica, PAGINA: 2 a 13

Página 8
Erase unos duendecillos que vivían en un lindo bosque. Su casita pudo haber sido un primor, si
se hubieran ocupado de limpiarla. Pero como eran tan holgazanes la suciedad la hacía
inhabitable.

-Un día se les apareció la Reina de las hadas y les dijo:

Voy a mandaros a la bruja gruñona para que cuide de vuestra casa. Desde luego no os
resultará simpática…

Y ‘llegó la Bruja Gruñona montada en su escoba. Llevaba seis pares de gafas para ver mejor
las motas de polvo y empezó a escobazos con todos. Los geniecillos aburridos de tener que
limpiar fueron a ver a un mago amigo para que les transformase en pájaros. Y así, batiendo sus
alas, se fueron muy lejos…

En lo sucesivo pasaron hambre y frío; a merced de los elementos y sin casa donde cobijarse,
recordaban con pena su acogedora morada del bosque. Bien castigados estaban por su
holgazanería, errando siempre por el espacio…

Jamás volvieron a disfrutar de su casita del bosque que fue habitada por otros geniecillos más
obedientes y trabajadores.

Fin

-FABULA: relato muy breve con una evidente finalidad moral, usualmente escrito
en verso, con cierto tono humorístico o irónico y que suele estar protagonizado
por animales de carácter simbólico dotados de atributos humanos; se
acostumbra a terminar con una moraleja.4

” EL GATO Y EL RATONCITO”
¡Qué lindo y gracioso eres!- le dijo el
gato Micifuz a un pequeño ratoncito-.
ven conmigo, ratoncito lindo, ven…
-¡No vayas!- le dijo mamá ratona-.
Tú no sabes las mentiras que dice ese
gato para atraparte.
-Ven, pequeño, ven –insistía el gato-.
¡Mira este rico queso y este jamón
que tengo para ti!

4
http://sites.middlebury.edu/span6560/files/2010/06/conceptos-sobre-la-narracic3B3n-
Gloria-Pampillo.pdf, Monografía Narratológica, PAGINA: 2 a 13

Página 9
-No vayas, hijito. Sé prudente.
Si obedeces lo que te digo, no te
Arrepentirás.
-¡Bah! No lo creas. Mira, te daré este
Bizcocho- continuó diciendo el gato.
Déjame ir, mamita. Él solo quiere regalarme comida
es mi amigo –suplicó el ratoncito ingenuamente.
Te repito hijo, no debes creer en él – dijo angustiada la
mamá ratona.
Sin que su madre se diera cuenta, el ratoncito salió
al encuentro del gato. Al instante, gritó muy asustado:
¡Socorro, mamá socorro! ¡El gato me quiere comer!
Como pudo, el ratoncito corrió hasta su cueva y le
pidió perdón a su mamá por haberla desobedecido.
Quien escucha sabios consejos dirige sus pasos por buen camino.
Esopo (fue un famoso fabulista de la Antigua Grecia.)

Narratología, finalmente, es el conjunto de estudios y métodos creados para


comprender objetiva y científicamente las narraciones. Ahora, la narración (el
hecho de poner/percibir en palabras la experiencia) está presente en
prácticamente todos los actos de nuestra cotidianidad; esto es, escuchamos o
leemos todos los días historias o relatos de acontecimientos. Desde que nos
levantamos y alguien nos cuenta cómo pasó la noche hasta que nos acostamos
y hacemos el rápido balance de lo que nos ha sucedido en el día (mental,
oralmente o sobre las páginas de un diario).5

Otros conceptos de Narratología:

Autor: El emisor o emisores históricos y extra textuales responsables del relato


en su conjunto. Puede o no coincidir con el narrador. El autor real puede
inventarse un autor ficticio que igualmente puede o no coincidir con el narrador

5
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos95/narrativa-y-teoria/narrativa-y-
teoria.shtml#ixzz3acbSo0nl

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EL NARRADOR

El narrador es un personaje creado por el autor que tiene la misión de contar la


historia. Hay diferentes tipos de narrador según la información de que dispone
para contar la historia y del punto de vista que adopta.

Tipos de narrador:

a) Narrador protagonista:
Es la llamada técnica autobiográfica, en la que el narrador y el protagonista se
identifican y se limita la perspectiva a aquello que el propio narrador observa.
Esta técnica acerca el narrador al lector y éste se identifica más con la historia.
Da al relato la apariencia de hechos reales.
Generalmente va en primera persona y es aquel que expone su propia historia.
En otras palabras, él es el centro dela aventura que cuenta. Siempre el narrador
protagonista va a tener un contacto muy cercano con el narratorio, porque se
dirige directamente a él para contarle vivencias personales (sean reales o no) y
establece un vínculo de complicidad en que utiliza al narratorio como confidente.

El narrador testigo es el personaje que narra los sucesos en segunda o tercera


persona, el concepto de testigo es por observarlo. Segunda persona es cuando
el narrador testigo actúa en segunda persona cuando participa de los sucesos y
los describe, pero no es el protagonista principal, aparenta una descripción para
sí mismo. El narrador testigo relata en tercera persona narra sin participar en
absoluto, solo por observar los sucesos. En literatura es muy usada esta figura
literaria, el manejo de los diálogos y puede llegar a ser un testigo anónimo.
Ejemplo:

´´Alegremente el sol llego al tejado de las casitas del pueblo. Las copas altas de
los saucos y de los eucaliptos se animaron: el blanqueo de la torre y de la
fachada de la iglesia, reflejaron hacia la plaza una luz fuerte y hermosa.

El cielo azul hasta enternecer, las pocas nubes blancas que reposaban casi
pegadas al filo de los cerros; los bosques grises de k´erus y k´antus que se
tendían sobre los falderios, el silencio de todas partes, la cara triste de
Pantaleoncha, produjeron en mi ánimo una de esas penas dulces que

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frecuentemente se siente bajo el cielo de la sierra.´´ (Arguedas J. M. (2000). Agua.
Lima: Nuevo Mundo. p9)

b) Narrador testigo:
Mientras que el narrador protagonista se expresa casi siempre en primera
persona, el narrador testigo no precisa de una persona específica y puede
pronunciarse indistintamente a través…

El narrador testigo es el personaje que narra los sucesos en segunda o tercera


persona, el concepto de testigo es por observarlo. Segunda persona es cuando
el narrador testigo actúa en segunda persona cuando participa de los sucesos y
los describe, pero no es el protagonista principal, aparenta una descripción para
sí mismo. El narrador testigo relata en tercera persona narra sin participar en
absoluto, solo por observar los sucesos. En literatura es muy usada esta figura
literaria, el manejo de los diálogos y puede llegar a ser un testigo anónimo. El
principal oponente del protagonista es el personaje conocido como antagonista,
quien representa o crea obstáculos que el protagonista debe superar.

Al igual que los antagonistas, puede haber más de un protagonista en una


historia.

Por otra parte, a este personaje principal de la serie, pero del lado malvado o de
la envidia, se le llama neugonista, que pertenece al lado opuesto como los
antagonistas aunque también es del lado neutral. Ejemplo:

De la primera persona:

´´veo como lo matan y no puedo hacer nada´´


De la segunda persona:
´´ves como lo matan y no puedes hacer nada´´
De la tercera persona:
´´el ve como lo matan y no puede hacer nada

Esto permite una mayor comodidad del narrador para desplazarse y variar la
perspectiva desde donde cuenta un suceso y más bien una aproximación a este
tipo de narrador exige, aunque parezca evidente, una definición simple: es aquel
que observa un hecho y lo relata.

Lo clasificamos en dos subtipos de testigos: el frio y el involucrado.


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 Narrador testigo frio: es aquel que no se involucra emotivamente con lo
que ve y se expresa haciendo una descripción objetiva e inconmovible de
los hechos, como si fuera una filmadora. Ejemplo:

´´Después aclaro que era de lima, ingeniero, hijo del señor fulano de tal y de la
señora mengana de cual y que trataba de formar una empresa para explorar las
riquezas naturales de la zona. El viejo se rasco la coronilla ladeando su junco
sobre el ojo, frunció el hocico, torció los ojos, se vio que quiso hacer una broma
o una objeción, pero se concretó a decir únicamente: ´´

- Tienusté su casa, joven, y ojala le vaya bien… (Ciro A. (1973). La serpiente


de oro. Lima-Perú: Peisa. p26.)
 Narrador testigo involucrado: a diferencia del anterior, aquí el testigo
espelta los hechos y los comenta o retrata transmitiéndole su personal
carga emotiva. Su subjetividad va a hacer de la situación algo trágica,
cómico o solemne según sea el caso y prácticamente este enfoque
Condicionara al lector a identificarse en cierta medida con las emociones del
narrador.
´´! Ah, la tristeza infinita de su voz! ¡Cómo iba entrando en el espíritu toda la
melancolía de ese muchacho, al son de la guitarra y en las tinieblas de la
noche, bajo el cual extendiese el campo, oscuro, siniestro; donde, de vez en
cuando, parpadeaba una lucecilla amarillenta! +Que cosa extraña tienen los
que van a morirse+ ¡Parece que los acompañara algo misterioso; algo que
se ve en sus ojos, que los torna más dulces y más buenos; que los hace
sonreír, piadosamente, por todos los que se van a quedar¡ Manuel siguió
cantando y termino por fin su canción…´´(Valdelomar A. (2005).Los ojos de
judas. En Textos escogidos antología.)

c) Narrador omnisciente:
Conoce todo acerca de sus personajes (pensamientos, sentimientos,
inquietudes...). A veces incluso avisa al lector de anécdotas que ocurrirán en otro
lugar del relato. No es un personaje de la acción. En muchos casos juzga y valora
la historia, con lo que orienta al lector en la interpretación de los hechos y de los
personajes.

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Es el de mayor prestigio y uso en la larga tradición narrativa occidental, predilecto
sobre todo, de los grandes novelistas y cuentistas pertenecientes al siglo XIX.
Permite un gran despliegue de variantes para el autor. La omnisciencia (o el
punto de vista omnisciente), es la capacidad de saberlo todo. Es un atributo
propio de Dios en las religiones abrahámicas. En
literatura, cuando el narrador conoce todos los pensamientos de los personajes
y sucesos de la historia se le conoce como narrador omnisciente. En términos
figurados, el narrador omnisciente es un dios, lo sabe todo, incluso más que el
propio personaje sabe de sí mismo. Puede también anticiparse a hechos no
sucedidos aun y ejerce un fuerte gobierno de la historia contada:

Ejemplo:

´´Y de cada chacchada no había obtenido la misma respuesta. Unas veces la


coca le había parecido dulce y otras amarga, lo que le tenía desconcertado,
indeciso, sin saber qué partido tomar. Por antecedentes de notoriedad pública
sabía que Hilario Crispín, el raptor de su hija, era un indio de malas entrañas,
gran bebedor de chacta, ocioso, amigo de malas juntas y seductor de doncellas;
un monstrenco, como castizamente llaman por estas tierras al hombre
desocupado y vagabundo. Y para un indio honrado esta es la peor de las tachas
que puede tener un pretendiente.´´ (Yáñez L. (1976). El campeón de la muerte. En
cuentos peruanos (206). Lima-Perú: Universo S.A.)

EL TIEMPO EN LA NARRACION

Otro aspecto susceptible de análisis es el que alude al punto de vista temporal


empleado en el relato, en términos literarios tenemos que esclarecer algunos
conceptos acerca de este tema, en primer lugar hay que distinguir un tiempo
literario y un tiempo real. En otras palabras, aquel al construir con palabras los
contornos del universo verbal en que ocurren los hechos lo hace siempre desde
una óptica cronológica. Puede narrar en presente, en pasado o en futuro, tal
como ocurre en la comunicación cotidiana; distinguimos cuatro tipos de narración
relacionados con el tiempo.

Narración subsecuente

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En esta modalidad, de uso muy extendido en todo tipo de discurso narrativo, el
narrador está situado en el futuro y desde allí rememora acontecimientos o
situaciones pretéritos. Este procedimiento se emplea con frecuencia, también,
en la vida diaria, porque obviamente primero observamos o vivimos los hechos
y posteriormente hablamos de ellos, es decir, los recordamos, como en el
siguiente fragmento:

´´Pasaron algunos días. Yo recordaba siempre con tristeza a la pobre niña; la


veía entrar al circo, vestida de punto, sonriente, pálida; la veía después caída,
escupiendo sangre desde el pañuelo, +donde estaría+ El circo seguía
funcionando. Mi padre no quiso que fuéramos más. Pero ya no daban los vuelos
de los cóndores. Los artistas habían querido explotar la piedad del público
haciendo palpable la ausencia de Miss Orquídea.´´(Yáñez L. (1976). El vuelo de los
cóndores. En Cuentos Peruanos (206). Lima-Perú: Universo S.A.)

Narración simultanea
Es aquella en la que narrador y tiempo narrado están en un mismo eje temporal,
el del presente. Quien cuenta y tiene libertad para hacerlo en primera, segunda
o tercera persona, nos muestra los sucesos como si los estuviera observando en
ese mismo momento. El hecho en sí y su versión verbal son casi simultáneos y
esta coincidencia produce una sensación de inmediatez y de que incluso ni el
mismo narrador conoce su resolución.

Ejemplo

´´Todos los escoleros empezamos a bailar en tropa. Estábamos llenos de alegría


pura, placentera, como ese sol hermoso que brillaba desde un cielo despejado.
Los pantalones rotos de muchos escoleros se sacudían como espantapájaros.
Ramoncha. Froylán cojeaban.´´ (Arguedas J. M. (2000). Agua. Lima-Perú: Nuevo
Mundo. p10)

Narración predictiva
En esta técnica que es menos común que las anteriores, el narrador se instala
hipotéticamente en el pasado y desde esa ubicación cronológica cuenta los
sucesos, pero imaginando su realización en el futuro, es decir, como que
aquellos que cumplirán más adelante; de ahí el sentido de lo predictivo. No
importa que los hechos pertenezcan al plano del pasado, el narrador los envía

Página 15
imaginariamente al futuro. Un ejemplo ilustrara el modo de empleo de este
punto de vista temporal. Ejemplo:

´´Veras a la María abandonarte, correr hasta tomar el brazo del negro, y decirte
que solo lo quiere a él, que nunca te quiso. Entonces observaras el filo de la hoja
y trataras de asociar ideas nuevamente, repetir, repetir la palabra ´´navaja´´ y
comenzarlo otra vez; aparecer cayendo de tus 150 metros de fantasía y
encontrar el cuchillo de los rápidos serpenteando tenuemente y esperándote,
porque cualquier cosa sería mejor que morir a manos del negro Valdez + no es
cierto+ Trataras de concentrarte y evadir la realidad, pero tu fuga quedara
inconclusa, el negro te incrustara la navaja al rostro, la muerte atajara tu escape,
te lo advierto. Lo sé, eres terco´´.6(NAVAJA; Pedro Castillejo)

6
Santacruz Reynaldo, El Arte de Escribir Introducción a la Narratología
EDITORIAL: Coveñas, PÁGINA: 43 a 56

Página 16
CAPÍTULO III

3. OBRAS Y AUTORES
El estudio de las estructuras narrativas supone una TEORÍA GENERAL DE LA
NARRACIÓN o NARRATOLOGÍA. Es un término propuesto por Tzvetan Todorov
para designar la nueva teoría de la narración literaria. Su referente básico es a
Gérard Genette, quien en 1972 publica su influyente análisis de En busca del
tiempo perdido en "Discurso del relato", dentro del libro Figuras III, trabajo que
revisará en 1983. Numerosos estudiosos, como Seymour Chatman o Mieke Bal,
por citar dos autores traducidos al castellano han aportado también sus propias
metodologías, en parte coincidentes con la de Genette.

TZVETAN TODOROV

Escritor, crítico y lingüista francés de origen búlgaro. Después de cursar estudios


en la Universidad de Sofía, en 1963. En los años sucesivos, Tzvetan Todorov
dio a conocer una nueva serie de ensayos que lo confirmarían como uno de los
más reconocidos representantes de la narratología: Teorías del símbolo (1977),
Los géneros del discurso (1978), Simbolismo e interpretación (1978) y Mijaíl
Bajtin y el principio dialógico (1981), entre otros. Él habla de relato como historia
y relato como discurso.

(Theorie de la litterature, 1965, pág.210) habla de dos tipos de narración, relato


objetivo y relato subjetivo, según la información que posee el narrador. En “Les
catégories du récit littéraire”, (Communications, 8; 1966) habla de aspecto del
relato a la perspectiva desde la que se ven los acontecimientos, y distingue tres
modelos:

-narrador > personaje: el narrador sabe más que su personaje, y no hay secretos
para él dentro del mundo narrado. Es el narrador omnisciente.

-narrador = personaje: el narrador sabe lo mismo que sus personajes, es un


narrador aquiescente.

-narrador < personaje: el narrador posee menos información que cualquier p El


tiempo narrativo se refiere a la duración y al orden de los acontecimientos. El

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tiempo de la realidad contada (la historia) es un tiempo pluridimensional,
mientras que el de la narración (el discurso) es un tiempo lineal.

Todorov llama “deformación temporal” a la organización sucesiva en el discurso


que exigen las cosas que ocurren simultáneamente en la historia personaje, es
un narrador deficiente.

GÉRARD GENETTE

A través de numerosos ensayos, ha estudiado el texto, los aspectos de su


lenguaje, morfología, orígenes y mecanismos constitutivos. En los tres tomos de
Figures (1966-1972), que le consagran, explora los distintos aspectos de una
verdadera ciencia de la narrativa que él denomina «Narratología». También trata
sobre el problema de la clasificación de los géneros literarios en Introduction à
l'architexte (1979).

Habla de:

-focalización interna directa (narrador en 1ª persona),

-focalización interna relativa (punto de vista de varios personajes, saben tanto


como el narrador),

-focalización externa (el narrador sabe menos que el personaje)

-focalización cero (el narrador sabe más que el personaje)

Analiza el tiempo narrativo y habla de tiempo de la historia o de la fábula y tiempo


de la trama. Considera tres aspectos: el orden, la duración y la frecuencia:

En cuanto al orden de la narración, el discurso puede organizar los


acontecimientos de la historia de distintas maneras:

a) en el mismo orden en que ocurrieron o

b) con anacrónicas o alteraciones del orden cronológico de los hechos de la


historia. Estas anacrónicas son:

i. analepsias o retrospección, que consiste en la narración de acontecimientos


anteriores al presente de la acción, que se recuperan,

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ii. prolepsis, o anticipación, que consiste en la inclusión de sucesos que en el
desarrollo de la historia son posteriores al presente de la acción, y que luego se
omiten.

– En relación a la duración, se producen anisotropías cuando hay disparidad


entre la duración temporal de la historia y la duración del discurso. Estos
procedimientos que aceleran o retardan el “tempo” del relato, son:

-elipsis, u omisión de acontecimientos de la historia,

-sumario, en que los hechos de la historia se sintetizan y resumen en el discurso,

-escena, en que se da una isocronía, o duración idéntica de la historia y el relato,


como los diálogos en la novela.

-pausa, en que el tiempo del relato se alarga respecto del de la historia. Su forma
básica es la descripción, y

-digresión reflexiva, pausa en que se inserta un discurso abstracto y valorativo


que remansa la acción.

– La frecuencia se refiere a las veces que un acontecimiento de la historia


aparece en el relato, y puede haber tres casos:

-relato singular: cada acontecimiento de la historia aparece narrado una sola vez,

-relato iterativo: se menciona una vez acontecimientos que suceden más veces,

-relato repetitivo: se menciona varias veces algo sucedido una sola vez en la
historia.

SEYMOUR CHATMAN

(Historia y discurso, 1973) basa su teoría de la narración en esta distinción entre


historia y discurso, y la plasma en el siguiente diagrama:

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Seymor Chatman nos describe como él lo ve y nos da entender en su libro con
sucesos y existentes donde encontraremos dentro de ello acciones,
acontecimientos, personajes y escenarios.

MIEKE BAL

Él nos habla en libro (Teoría de la narrativa, 1985) dice que al presentar unos
acontecimientos, siempre se hace desde una cierta ‘concepción’ y se elige un
punto de vista.

El libro se articula en tres secciones: fábula (qué ocurre, secuencia lógica y


cronológica), historia (cómo se presenta, la trama), el texto (un agente narra).
Cada una de ellas da pie a diversas cuestiones: los actores, el tiempo y el lugar;
el ritmo, los personajes, la focalización; el narrador y los niveles narrativos. Los
ejemplos son buenos en general y no se cae en la jerga disuasoria habitual de
estos libros.

Por ejemplo, la compleja cuestión de la focalización (el punto de vista, la


modalización) no es fácil de explicar y sistematizar, y cada autor lo hace de una
forma.

Diferencia entre actor (en el plano de la historia o fábula) y personaje (en el plano
del discurso). El actor es una entidad abstracta y funcional, e incluso puede ser
un objeto. Si un actor no es funcional, no tiene un papel en la acción, aunque
puede ser un rasgo para aportar otro tipo de información. El personaje, en
cambio, suele ser un ser antropomórfico.

CAPITULO IV

4. CARACTERISTICAS DE LA NARRATOLOGIA

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La narratología es el estudio de los elementos fundamentales de la narración,
sus estudios se concentran en las características de:

ESTRUCTURAS NARRATIVAS

En primer lugar debemos saber los conceptos de Estructura y Narrativa.

Narrativa: ello conlleva la aceptación de la teoría de los géneros literarios, para


nosotros, solo con criterio instrumental y de clasificación para los efectos del
trabajo descriptivo de un determinado texto escrito en prosa y que narra una
historia ficticia.

Narra: contar, relatar ficción es el acto que conduce a la realización del producto
narrativo, llámese ese relato, cuento, fabula, novela o sus variantes.

En cuanto a la Estructura conlleva una firme intención de ordenamiento de


elementos comprendidos en un objeto.

Castagnino (El análisis literario, de Raúl H. Castagnino, nace con el propósito de


facilitar esa iniciación y de procurar a los estudiosos de habla hispana las
técnicas de acceso a la estilística. De allí que, lanzada su primera edición en
1953, no tarda en constituirse en una especie de vademécum para quienes
participan de los quehaceres literarios. Por el doble camino de la teoría y de la
práctica, surge de sus páginas la proposición de una estilística integral, de
moderno delineamiento, para la cual se ofrece como directa introducción al
brindar el aparato metodológico configurador de una posible ciencia literaria. El
plan de la obra, tras precisar el origen de la estilística, los deslindes entre sus
diversas orientaciones y de anticipar el carácter integral que ha de presentar si
pretende constituir una auténtica ciencia, pasa a la sistematización de las tareas
analíticas, pues sostiene que la base científica adquirible, la preparación
necesaria para llegar a ese instante de afinamiento perceptivo en que la intuición
amorosa halla el camino de acceso al laberinto que es todo estilo, toda creación,
la proporciona el domino de dichas técnicas.

Desde esta tercera edición, El análisis literario, aumentado con notas


informativas y actualizaciones conceptuales, queda incorporado a la serie "Arte

Página 21
y ciencia de la expresión"7 consagrada a trabajos científicos, históricos y
estéticos sobre la literatura y el hecho lingüístico, de índole semejante. )

Extrae del Diccionario Oxford el concepto de Estructura: “Las relaciones mutuas


de las partes constitutivas o de los elementos de un conjunto, por cuanto
determinan la naturaleza y el carácter particular del conjunto”. El conjunto es todo
coherente y armónico; “un texto literario no es un caos. El escritor, al escribir va
componiendo (…) todas partes de un texto que se relacionan entre sí. Ahora nos
será más fácil entender que “la estructura “, es un concepto que abarca tanto con
el contenido como la forma, en cuanto organizados para fines estéticos. La obra
de arte se considera, pues, como todo un sistema de signos o estructura de
signos que sirve a un fin estético especifico.

FORMAS CONSTRUCTIVAS EXTERNAS

El rompimiento del Orden Lógico:

O sea la alteración de la secuencialidad del tiempo y el espacio en la que se


nos narra.

La secuencia está también en relación directa con lo que se ha dado en llamar


arte de las transiciones o fundido, termino este proveniente del montaje
cinematográfico.

Y en estas alteraciones que sufre el orden lógico Barthes(1969, principios y


objetivos del análisis estructural, en corazón, Alberto (editor) Ideología y
Lenguaje Cinematográfico, Madrid.) encuentra tres operaciones:

PRIMDERA OPERACIÓN: La jerarquía; En la narración existe un poder de


mandato de unas secuencias con respecto a otras. Esto se vincula naturalmente
con el orden lógico.

Es necesario aclarar que esta Primera Operación sostiene más bien el Orden
Lógico y no su Rompimiento. La jerarquía propiamente no es una operación de

Bravo, José Antonio, Técnicas Narrativas, EDITORIAL: Universidad Garcilaso


7

de la Vega, PAGINA: 9 a 72

Página 22
rompimiento de la secuencialidad, sino más bien la que sostiene el orden lógico,
a partir del cual se explican las demás operaciones. La jerarquía ordena el antes
y el después de la historia. En narrativa existe un poder de mandato de una
secuencia con respecto a otras.8

SEGUNDA OPERACIÓN: La Distasia; llamada también Suspense, consiste en


insertar un término de una secuencia, en otra secuencia con el fin de retardar su
resolución. Todo arte narrativo tiene posibilidad de ampliar algunas secuencias,
para insertar en ellas elementos de otra.

TERCERA OPERACIÓN: La Catálisis; toda secuencia puede ser dilatada


mediante notaciones que consiste en el hecho de que los intervalos que separan
dos momentos, dos términos de una secuencia, pueden rellenarse, catalizarse
mediante notaciones que no tienen incidencia directa sobre la sucesión de la
historia, es una función de relleno a través de detalles superfluos. Directamente
funcionales, mediante indicios, por ejemplo, que como signos remiten el
Carácter de un personaje a su identidad o una atmosfera de la acción. En
otras palabras, la secuencia puede ser dilatada mediante notaciones que no
tienen incidencia directa sobre la sucesión de la historia.

E n el orden Lógico, el sentido de Jerarquía, la Distasia, la Catálisis, de todas


formas están sujetas a la secuencialidad, lo que interesa en los fenómenos del
Rompimiento.

La narrativa actual se sostiene en estos principios (u operaciones según Barthes)


que permiten la alteración de la historia que se cuenta.

CUARTA OPERACIÓN: Catálisis Mayor o Rompimiento Natural del Orden


Lógico; inserciones a través del recuerdo, la asociación de ideas, la
imaginación, el sueño, la pesadilla, el delirio, si indicen en la historia narrada.
Podríamos aventurarnos a incluir en el panorama de operaciones que propone
Barthes, una cuarta operación

8
Bravo, José Antonio, Estructura en la Narrativa, EDITORIAL: UNIFE,
PÁGINA: 7 a 32

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QUINTA OPERACIÓN: Distacia Mayor o El Rompimiento Formal del Orden
Lógico; va contra el sentido de jerarquizar y dispone en aparente desorden los
párrafos, bloque, capítulos, e inclusive partes de una obra. Recordemos que la
Distasia desplaza todo un término de una secuencia entre, termino de otra, a fin
de dilatar su conclusión (la de la secuencia que ha recibido la inclusión). La
Catálisis trata de la inclusión de un detalle sin importancia al analizar cualquier
término, un detalle como prender el interruptor de la luz; o mirar el ´piso, o cruzar
los brazos.

SEXTA OPERACIÓN: El Fundido; es un corte que enlaza imperceptiblemente


cada secuencia con las anteriores. 9

TÉCNICAS NARRATIVAS

1. EL MONTAJE (o descripción de la obra)

Es la combinación de diversas partes de un todo. Consiste en escoger, ordenar


y unir una selección de los planos a registrar, según una idea y una dinámica
determinada, a partir del guion, la idea del director y el aporte del montador.

1.2. TÉCNICA

Es un procedimiento o conjunto de reglas, normas o protocolos que tiene como


objetivo obtener un resultado determinado. En las técnicas nos interesan las
herramientas con las que cuenta el autor para resaltar dentro o fuera del texto.

La técnica requiere tanto destrezas manuales como intelectuales,


frecuentemente el uso de herramientas y de conocimientos varios. En los
animales las técnicas son características de cada especie. En el ser humano, la
técnica surge de su necesidad de modificar el medio y se caracteriza por ser
transmisible, aunque no siempre es consciente o reflexiva. Cada individuo
generalmente la aprende de otros (a veces la inventa) y eventualmente la
modifica. Es generalizada la creencia que sólo las personas son capaces de

9
Bravo, José Antonio, Estructura en la Narrativa, EDITORIAL: UNIFE,
PÁGINA: 7 a 32

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construir con la imaginación algo que luego pueden concretar en la realidad, pero
algunos primates superiores, aparte del hombre, pueden fabricar herramientas.

1.2.1. ENFRENTAMIENTO DEL AUTOR CON LA PALABRA

Desde la posición clave podríamos decir que en líneas generales el autor maneja
un con un código estándar, salvo en algunas palabras y frases en catalán que
viniendo por la boca de los mismos personajes, nos disuenan el manejo de la
lengua.

1.2.2. EL PUNTO DE VISTA

En principio el problema fundamental del punto de vista es si el autor se


encuentra fuera de la obra o dentro de ella; en ese sentido su ubicación genera
variables para la exposición del relato; esto depende también de la persona
gramatical que el autor emplea.

1.2.3. MODALIDADES O PROCEDIMIENTOS

Se le llama modalidades o procedimientos al término que empleamos para dar


título a este punto y finalmente la correspondencia que da Pérez Rioja a la
narrativa con el movimiento y la acción. Podemos concluir que la narración es
como acto de narrar, relatar o contar. También lo llaman procedimiento narrativo
al que consideran como el más individual, se narran acciones en las cuales
intervienen activamente seres que consumen tiempo.

1.2.3.1. LA NARRACION Y LOS ACONTECIMIENTOS

El narrador ve los acontecimientos que pueden ocurrir durante la historia la


agilidad y el nivel el cual ve en la obra.

El autor narra con bastante verosimilitud los hechos, seleccionándolos,


dosificándonos, sin que se sienta forzada su narración.

1.2.3.2. LA DESCRIPCION Y LOS SENTIDOS

En la partes de la novela se ve mucho la descripción que el autor sintetiza


mediante su escrito, el cual nos quiere trasmitir lo que él quiere que captemos.

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En cambio en los sentidos podría afirmar cualquier narrador. En el texto que
sigue, la sensación olfativa tiene dentro de si de una pátina que ha sido otorgada
por el tiempo además las sensaciones se relaciones entre sí con la descripción
que incluyen en abundancia.

1.2.3.3. DIALOGO

El diálogo literario es una copia del discurso real, se trata de jugar con las
convenciones lingüísticas de los actos de habla. El diálogo es parte esencial en
la narrativa y la forma de expresión caracterizadora del teatro.

En la ficción literaria se suele distinguir entre el discurso del narrador y el discurso


de los personajes. Tanto el hablar del narrador como el de los personajes se
encuadran en un proceso marcado por convenciones conocidas por el lector.

2. LAS CONSTANTES (o explicación de la obra)

Son los elementos de la novela que se repiten frecuentemente y de tan diversas


formas que hacen pensar que son las ideas centrales del autor para manejar su
historia.10

2.1. LAS OTRAS CONSTANTES

En esta parte las constantes actúan como las motivaciones internas las que
están dentro del texto, y claro también las que nos interesan.

Por motivo de acción se entiende el impulso para realizar la acción, pues dentro
de estas acciones existen impulsos que generan la constantes en el desarrollo
de la historia.

2.1.2. LA SOLEDAD

. https://sites.google.com/a/xtec.cat/la-narracion/personajes
10

Página 26
SI nos ponemos analizar la soledad de cada uno de los personajes
comprenderemos que todos los personajes tienen una gran soledad entre sí, el
cual el autor trata meter para formar el drama.

2.1.3. LA CRISIS

Vemos que en los personajes se plantea un serie de crisis verdaderamente


lamentable, ya sea por problemas económicos o algo dentro que si mismo, el
cual no permite que el personaje este tranquilo y hace dar giro a la historia.

2.1.4. LOS PRETEXTOS

Los pretextos siempre están dentro de las obras mayormente entre los
protagonistas para configurar su rol en la novela y darle esa complejidad que
busca el autor para que el lector siga degustando de la novela.

2.1.5. EL SUSPENSO

Dentro de toda obra literaria se guarda en algunos casos el desarrollo de temas


visibles gradación ascendente en cada uno de los capítulos de dicha novela, el
suspenso busca el interés del lector, que se quede con esa curiosidad de saber
qué es lo que le acontece a dicha novela.

2.2.6. EL HUMOR NEGRO

El humor negro se conecta a los epígrafes que aparecen previamente en cada


capítulo.

Existen más epígrafes, en una serie de recursos que el autor usa para introducir
la ironía y. a veces. Hasta el sarcasmo.

3. HACIA UNA INTERPRETACION

Con el término interpretación se pueden referir diversas cuestiones. En términos


generales, una interpretación es el resultado de la acción de interpretar. Cuando
alguien interpreta un hecho que sucedió o en su defecto algún tipo de contenido
material publicado y pasa a ser comprendido e incluso expresado por esa
persona a una nueva forma de expresión, siendo también de alguna manera fiel

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al objeto de esa interpretación, a ese proceso se lo denominará entonces
interpretación.

Obviamente la interpretación supone una operación bastante compleja en la cual


intervienen multiplicidad de factores, condiciones, finalidades e incluso
situaciones, lo cual a su vez multiplica las cuestiones y problemas alrededor de
aquello plausible de interpretación. Por este motivo es que por ejemplo puede
suceder que de un mismo hecho o acontecimiento existan no una sino varias
interpretaciones, las cuales, por supuesto, estarán determinadas por factores
como ser el origen del intérprete, su situación social y económica, su formación
cultural, entre otras. 11

ELEMENTOS DEL TEXTO NARRATIVO

A) LOS ACONTECIMIENTOS

Toda historia está compuesta por una acción narrativa, esto es, un conjunto de
acontecimientos (actos, hechos o sucesos) que se desarrollan consecutivamente
desde una situación inicial e inestable hasta un desenlace donde se resuelve
dicha situación y alcanza una estabilidad. Estos acontecimientos que integran la
acción son experimentados por los actores y se ordenan causal y
cronológicamente vertebrando el esqueleto narrativo de la historia.

Al pasar de la historia al relato se usan principalmente dos técnicas: la selección


(normalmente, el autor no puede o no quiere incluir todos los acontecimientos y
debe escoger los más interesantes) y la morosidad (retrasar o alargar de algún
modo los elementos más atractivos de los acontecimientos para sostener la
tensión narrativa). Además, como veremos más adelante, dentro del relato
puede alterarse el orden cronológico de los acontecimientos para captar mejor
el interés del lector o con un fin artístico.

11
Bravo, José Antonio, Técnicas Narrativas, EDITORIAL: Universidad Garcilaso
de la Vega, PAGINA: 9 a 72

Página 28
B) LOS PERSONAJES

Son cada una de las personas y seres conscientes (reales o ficticios) que
intervienen en la acción y viven los acontecimientos narrados.

Nos interesa del personaje no solamente sus rasgos físicos, sino también sus
rasgos de personalidad y poder conseguir como resultado final la mezcla de los
dos (figura o retrato).

-Existen varios tipos de personajes:

-Por su importancia en la acción:

*Principales: son aquellos que soportan la mayor parte del peso de la acción.
Pueden ser protagonistas, coprotagonistas o antagonistas.

*Secundarios: tienen una participación menor y actúan como complemento de


los principales.

*Terciarios: también llamados “comparsas” o “figurantes”, ocupan una posición


inoperante dentro de la progresión de la acción, aunque sí pueden contribuir a la
ambientación y a la creación de verosimilitud.

*Ficticios: personajes que no han existido en la vida real; es el caso de la gran


mayoría de los personajes que intervienen en los textos narrativos.

*Históricos: personajes que han existido en la vida real.

*Simbólicos: significan algo independientemente de su propia existencia como


personaje y encarnan una cualidad o valor que en ocasiones se percibe hasta
en el propio nombre del personaje.

*Autobiográficos: el protagonista es también el narrador del relato (real o


ficticio).

Página 29
c) EL TIEMPO

El tiempo en la narración expresa el orden y la duración de los acontecimientos


que se cuentan. -Tiempo externo o histórico: se refiere a la época o momento en
que se desarrolla la acción (Quo Vadis?, 1895-1896, Sienkiewicz).

-Tiempo interno o narrativo: es el tiempo que abarcan los acontecimientos que


transcurren en la acción. Según su duración, podemos encontrar distintos tipos
de ritmo (un concepto que se ve afectado notablemente por la morosidad
narrativa):

-Ritmo lento: cuando la acción dura días o incluso horas (Cinco horas con
Mario, 1966, Miguel Delibes).

-Ritmo rápido: cuando la acción dura varios años o incluso generaciones


(Guerra y paz, 1869, León Tolstói). El tiempo en la obra suele transcurrir de forma
lineal o natural, es decir, los acontecimientos se suceden uno detrás de otro. Sin
embargo, otras veces dicho orden se altera; es lo que se llama anacronía.

Dos son las formas básicas que asumen las anacronías:

-Analepsis (retrospección o flash-back): se introducen acontecimientos que,


según el orden lineal de la historia, debieran haberse mencionado antes (El
Señor de los Anillos, 1954-1955, J. R. R. Tolkien). Se dice que la narración
comienza in media res (“en medio de la cosa”) cuando empieza en la mitad del
historia y por tanto ésta debe contarse en gran medida a base de analepsis
(Odisea, s. VIII a. C., Homero).

-Prolepsis (anticipación o flash-forward): se anticipan acontecimientos que,


según el orden lineal de la historia, debieran contarse más tarde (Crónica de una
muerte anunciada, 1981, Gabriel García Márquez; Memento, 2000, Christopher
Nolan).

d) EL ESPACIO

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Es el soporte de la acción, el marco o lugar donde suceden los acontecimientos
y se sitúan los personajes. El espacio puede ser un mero escenario o también
puede contribuir al desarrollo de la acción; a veces incluso exige y justifica la
evolución de los acontecimientos en el relato y contribuye a la verosimilitud.

Los espacios pueden ser ficticios o reales. Existen espacios ficticios verosímiles,
pero también de carácter irreal o alucinante; en ambos casos pueden tener
diversos significados simbólicos. Además, se puede hablar de una “geografía
literaria”: el autor crea localidades inventadas donde se desarrolla la acción,
desde aldeas hasta países o continentes enteros.

e) LA NARRACIÓN

Una buena narración debe ser interesante, tener cierto suspense y una
gradación narrativa que conduzca al clímax, el punto culminante de la obra que
suele preceder de forma inmediata al desenlace. Para lograr todo ello, el autor
debe organizar la acción, la sucesión de los acontecimientos, dándole una
determinada composición o estructura a la trama.

-Estructura interna: la forman las diferentes partes en que se divide el relato y


establece las relaciones que conectan a los acontecimientos entre sí.

-Ordenación lógica: ya Aristóteles señaló que la estructura básica de una


narración es “Planteamiento-Nudo-Desenlace”, la cual se corresponde con la
organización lógica y lineal del relato de cualquier acontecimiento.
*Planteamiento: presentación de los elementos básicos de la historia
(personajes, tiempo, espacio) e introducción del motivo desencadenante de la
acción que aporta la inestabilidad a la situación inicial. Ejemplo: (Érase una vez
una niña de pueblo, la más bonita que se pudo ver jamás; su madre estaba loca con
ella, y su abuela más loca todavía. La buena mujer encargó una caperucita roja para
ella, que le sentaba tan bien que por todas partes la llamaban Caperucita roja. Un día
su madre, habiendo cocido y hecho tortas, le dijo: —Ve a ver cómo anda la abuela, pues
me han dicho que estaba mala; llévale una torta y este tarrito de mantequilla). (Charles
Perrault, “La Caperucita roja”, Historias o cuentos de antaño (1697).

*Nudo: complicación de la historia que se está contando a través de la


introducción sucesiva de acontecimientos relacionados entre sí. Ejemplo:

Página 31
(Caperucita roja salió en seguida para ir a casa de su abuela, que vivía en otro Pueblo.
Al pasar por un bosque, se encontró con el compadre Lobo, que tuvo muchas ganas de
comérsela, pero no se atrevió, porque andaban por el Monte algunos Leñadores. (…)
No tardó mucho en llegar el Lobo a casa de la Abuela. (…) Se arrojó sobre la buena
mujer y la devoró en un santiamén. (…) Después cerró la puerta y fue a acostarse en la
cama de la Abuela, aguardando a Caperucita roja, que llegó un poco más tarde…) “La
Caperucita roja”, op. cit.

*Desenlace: resolución de las complicaciones acumuladas por la acción


narrativa (gracias a uno o varios acontecimientos que aportan una estabilidad
final a la historia). Justo antes del desenlace tiene lugar el “clímax”, que es el
momento de máxima tensión. Además, el desenlace puede ser dos tipos:
cerrado (la historia termina de forma clara y estable); y abierto (la historia carece
de una resolución clara, por lo que es el lector quien tiene que suponerla o
imaginarla).

Ejemplo: -¡Abuelita, qué brazos más grandes tiene! -¡Son para abrazarte mejor, niña
mía! -¡Abuelita, qué piernas más grandes tiene! -¡Son para correr mejor, niña mía! -
¡Abuelita, qué orejas más grandes tiene! -¡Son para oír mejor, niña mía! -¡Abuelita, qué
ojos más grandes tiene! 7 -¡Son para ver mejor, niña mía! -¡Abuelita, qué dientes más
grandes tiene! -¡Son para comerte! Y diciendo estas palabras, el malvado del Lobo se
arrojó sobre Caperucita roja y se la comió. (“La Caperucita roja”, op. cit.)

F) La focalización

También llamada visión, punto de vista o perspectiva narrativa, es el lugar en


que se sitúa el narrador para conseguir el interés del lector. El narrador es la
entidad (normalmente ficticia) encargada de desarrollar el relato. No debe
confundirse con el autor, que es la persona real responsable del texto narrativo,
el escritor que da forma a la historia a través de dicho relato.12

También encontramos los siguientes elementos:

Duración

12
http://sites.middlebury.edu/span6560/files/2010/06/conceptos-sobre-la-narracic3B3n-
Gloria-Pampillo.pdf, Monografía Narratológica, PAGINA: 2 a 13

Página 32
La inestabilidad disparidad de la duración temporal de la historia y la duración
del relato (anisocronias) es fuente de distintos procedimientos de aceleración o
retardamiento de la velocidad o tempo del relato. En una escala de mayor a
menor velocidad, están:

> La elipsis: supresión de material de la historia, que no pasa al relato;

> El sumario: concentración de material de la historia en su paso resumido al


relato; y así se acelera la velocidad;

> La escena: isocronias de la duración de la historia y del relato; su forma suele


ser la del dialogo:

> La pausa: el tiempo del relato se alarga respecto del de la historia; es la


descripción su forma básica;

> La digresión reflexiva: discurso abstracto y valorativo que remansa la acción.

Frecuencia

La frecuencia se refiere a las veces que un acontecimiento de la historia aparece


en el relato. Tres son los casos posibles:

* En el relato singulativo cada acontecimiento de la historia aparece una sola


vez;

* En el relato iterativo se menciona una vez acontecimientos que suceden más


veces en la historia – todos los meses de este año iría a la reunión familiar;

* En el relato repetitivo se menciona varias veces algo sucedido una sola vez en
la historia.

Página 33
CAPITULO V

UN MODELO DE ANALISIS NARRATOLOGICO APLICADO AL


CUENTO “EL DESCUBRIMIENTO DE AMÉRICA”
El análisis de este cuento es el siguiente:

América era hija de un matrimonio de inmigrantes italianos. Una de las


muchachas más hermosas de Lima. ¡Qué bien le queda su uniforme de
colegiala! Su uniforme azul marino de colegiala. De colegiala que ya se cansó
de serlo. De colegiala con mentalidad pre-automovilística, pre-lujosa, y
prematrimonial. De colegiala que se aburre en las clases de literatura, que
jamás comprendió las matemáticas, y que piensa sinceramente que Larra se
suicidó por cojudo, y no por romántico. Era su último año de colegio, y no sabía
cómo ingeniárselas para que su uniforme pareciera traje de secretaria. Usaba
las faldas bastante más cortas que sus compañeras de clase, y se ponía las
blusas de cuando estaba en tercero de media. ¡América! ¡América! Si no
hubieras estado en colegio de monjas, tus profesores te hubieran comprendido.
Pero, ¿para qué?, ¿para quién?, esas piernas tan hermosas debajo de la
carpeta. Refregaba sus manos sobre sus muslos, y se llenaba de esperanzas.
Las refregaba una y otra vez hasta que sonaba el timbre de salida. Tomaba el
ómnibus en la avenida Arequipa, y se bajaba al llegar a la Plaza San Martín.
Cruzaba la Plaza San Martín y sentía un poco de vergüenza de caminar con el
uniforme azul. Pero a los hombres no les importaba: «Así vestida de azul, la
haría bailar», dijo un bongosero que salía de un night club. América sintió un
escalofrío. Pero los músicos no eran su género, ni tampoco ese flaco con cara
de estudiante de letras, que la veía pasar diariamente, rumbo a la bodega de
sus padres, en el jirón Huancavelica. Pero ese flaco no estaba esperándola hoy

Página 34
día, y a América le fastidió un poco no verlo.
Hoy no la he visto pasar sin mirarme. Amor amor amor. Volverás. Vuelve amor
vuelve. Con seguridad de amor. Vuelve amor. Porque no la he visto pasar sin
mirarme y voy a pedir un café y no me estoy muriendo. Vuelve amor sentir
amor amar sentir. Antes. Como antes. Luchar por amar y no culos. Verla pasar
amar. No culos. Sentir amor. Me ve. No me mira. Me ve. Vuelve amor.

Café café. Nervios. Nervioso. Ya debe haber pasado. No se había parado a


esperarla, y de acuerdo con su reloj ya debería haber pasado.

Las cosas mejoraban: había sufrido un poco al no verla. Estaba optimista.


Quería amarla como amaba antes; como había amado antes. «Es posible», se
decía. «Es posible», y recordaba que una vez se había desmayado al ver una
muchacha demasiado todo lo bueno para ser verdad. «Es posible.» Desde su
mesa, en un café de las Galerías Boza, Manolo veía a Marta que se acercaba
sonriente. «Marta la fea. Inteligente. Debería quererla. No.» Marta conocía a
Manolo; conocía también a América, y había aceptado presentársela. Pero
antes quería hablarle; aconsejarlo. Hablar al viento.
—Siéntate, Marta.
—Ya debe haber pasado.
—Hace cinco minutos. ¿Un café?
—Bueno, gracias. ¿Y, Manolo?
— ¿Mañana?
—Estás loco, Manolo —dijo Marta, con voz maternal—. No sabes en lo que te
metes.
—La quiero, Marta. La quiero mucho.
—No la conoces.
—Pero estoy seguro de lo que digo. No te rías, pero yo tengo una especie de
poder, una cierta intuición. No sé cómo explicarte, pero cuando veo una cara
que me gusta así, adivino todo lo que hay dentro. Ya sé cómo es América. Me
la imagino. La presiento.
—Y te arrojas a una piscina sin agua. Ya lo has hecho.
—Tú y tus fórmulas.
—Ya lo has hecho.

Página 35
—Era otra cosa.
—Terco como una mula —dijo Marta—. Te la voy a presentar. Después de
todo, ¿por qué no? Allá tú.
— ¡Gracias, Marta! ¡Gracias!
—Pero es preciso que te diga que América es todo lo contrario de una chica
inteligente.
—Uno no quiere a una persona porque es inteligente —dijo Manolo, desviando
la mirada al darse cuenta de que había metido la pata.
— ¿Y con el cuerpazo de América? ¿Tú crees que eso es amor?

— ¡Nada de eso! —Exclamó Manolo, fastidiado al comprobar que su mano no


temblaba mientras cogía la taza de café—. Nada de eso. Sus ojos. Su cara
maravillosa.
—Y esa blusita de su hermana menor...
— ¡Nada de eso! Como antes.
— ¿Cómo qué antes?
—No podría explicártelo —dijo Manolo—, pero tú comprendes.
—Me imagino que yo debo comprender todo.
Estas últimas palabras, pronunciadas con cierta tristeza y resignación, lo
dejaron pensativo. Recordaba las veces que Marta lo había invitado a tomar té
a su casa. ¡Cuántas veces le había mandado entradas para el teatro, o para el
cine? ¿Y él? ¿Qué había hecho él por Marta? Era la primera vez que la invitaba
y la invitaba para que le presentara a otra chica. «Hay dos tipos de mujeres»,
pensó: «las que uno ama, y las Martas. Las que lo comprenden todo». La miró:
bebía su café en silencio. Una sola palabra suya, y la hubiera hecho feliz; la
hubiera pasado al grupo de las que uno ama. Pero Manolo había nacido mudo
para esas palabras. «Si un día termino con América, pensó. «América.
América. Las piernas de América. No. No. Los ojos de América.»
—Toda la vida andas sin plata —dijo Marta. Y anunció—: A América le gustan
los muchachos que gastan plata.
—No importa —dijo Manolo—. Vive en Chaclacayo, y allá no hay en que gastar
la plata. Sólo hay que gastar en cine o en helados, y tan pelado no estoy.
— ¿Y qué vas a hacer con lo del automóvil? —le preguntó, mirándolo fijamente

Página 36
para observar su reacción—. ¿Te vas a comprar uno? Sin automóvil ni te
mirará.
—Gracias por llamarla puta —dijo Manolo, indignado.
—No la he llamado eso. Ni siquiera lo he pensado, pero América es una chica
alocada, y ya te dije que no es inteligente.
—Confío en mi suerte, y en mi imaginación.
— ¿En tu imaginación?
—Ya verás —dijo Manolo, sonriente—. Si supieras todo lo que se me está
ocurriendo.
—Veremos. Veremos.

—Mañana me la presentas. Será cosa de un minuto. Después, todo corre por


mi cuenta.
—Mañana no puedo, Manolo —dijo Marta—. Tengo cita con el oculista. Parece
que además de todo me van a poner anteojos.
— ¿Entonces, cuándo? —preguntó Manolo, fingiendo no haber escuchado las
últimas palabras de Marta.
—Pasado mañana. Espérame en la puerta del cine San Martín.
—Tú te encuentras con ella, y luego yo paso como quien no quiere la cosa. Me
llamas, y ya está.
—No te preocupes —dijo Marta—. Será como tú quieras. Será fácil retenerla
para que puedas conversar un rato con ella.
—Sí. Sí. Tengo que ganar tiempo. Pronto empezarán los exámenes finales, y
ya no vendrá a clases.
—Te pasarás el verano en Chaclacayo.
— ¡El verano es mío! —exclamó Manolo, sonriente—. Eres un genio, Marta.
—Bueno, Manolo. Este genio se va.
—No te vayas —dijo Manolo, satisfecho al darse cuenta de que la partida de
Marta lo apenaba—. Vamos al cine.
—No hay una sola película en Lima que yo no haya visto —dijo Marta, con voz
firme.
Manolo se puso de pie para despedirse de ella. Había comprendido el mensaje
que traían sus últimas palabras, y sabía que era inútil insistir. Como de

Página 37
costumbre, Marta había «olvidado» su paquete de cigarrillos para que Manolo
lo pudiera coger. No sabía que decirle. Le extendió la mano.
—Adiós, Manolo. Hasta pasado mañana.
—Adiós, Marta.
— ¿Vendrás mañana a verla pasar? —preguntó Marta.
—Es el último día que pasa sin conocerla —respondió Manolo—. ¿Tú crees
que me voy a negar ese placer?
—Loco.
—Sí, loco —repitió Manolo, en voz baja, mientras Marta se alejaba. No era su
partida lo que lo entristecía, sino el darse cuenta de que ya no tendría con
quién hablar de América. Llamó al mozo del café y le pagó. Luego, caminó
hasta la calle Boza, y se detuvo a contemplar la vereda por donde diariamente
pasaba América hacia la bodega de sus padres. «Sus caderas. No. No. Sus
ojos. Mañana.»
América salía del colegio a las cinco de la tarde, y él salía de la Universidad a
las cinco de la tarde. Pero ella tenía que tomar el ómnibus, y en cambio él
estaba cerca de la Plaza de San Martín. Caminaba lentamente y estudiando las
reacciones de su cuerpo: «Nada». Se acercaba a la Plaza San Martín, y no
sentía ningún temblor en las piernas. El pecho no se le oprimía, y respiraba con
gran facilidad. No estaba muñequeado. Encendió un cigarrillo, y nunca antes
estuvo su mano tan firme al llevar el fósforo hacia la boca. Llegó a la Plaza San
Martín, y se detuvo para contemplar, allá, al frente, el lugar en que la esperaba
todos los días. Vio llegar uno de los ómnibus de la avenida Arequipa, y no sintió
como si se fuera a desmayar. «Todavía es muy temprano», se dijo, arrojando el
cigarrillo, y cruzando la plaza hasta llegar a la esquina de la calle Boza. Se
detuvo. Desde allí la vería bajar del ómnibus, y caminar hacia él: como
siempre. Se examinaba. Le molestaba que América supiera que la miraba.
Hacía tanto tiempo que la miraba, que ya tenía que haberse dado cuenta. « ¿Y
si se hace la sobrada? ¿Si Marta no viene mañana? ¿Si me deja plantado? ¿Si
cambia de idea? ¿Si decide no presentármela?» Estas preguntas lo
mortificaban. «Te quiero, América.» Sintió que la quería, y sintió también un
ligero temblor en las piernas. Sin embargo, no sintió que perdía los papeles al
ver que América bajaba del ómnibus, y eso le molestó: perder los papeles era
amor para Manolo. América avanzaba. Distinguía su blusa blanca entre el

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chalequillo abierto de uniforme. Sus zapatos marrones de colegiala. Su melena
castaña rojiza de domadora de fieras. Avanzaba. Veía ahora el bulto de sus
senos bajo la blusa blanca. Los botones dorados del uniforme. Se acercaba, y
Manolo no le quitaba los ojos de encima... Linda. Linda. Linda. Te quiero tanto.
Te siento. Cerca. Más cerca. Yo te quiero tanto. Cigarrillo. ¿En qué momento
encendido? Sus ojos. Buenas piernas. Pero sus ojos. La blusa. Marta. ¡Mierda!
Mañana mañana ven ven. La falda con las caderas. Piernas. La quiero. Como
antes. Y América estaba a su lado. Pasaba a su lado, y su blusa se abultaba
cada vez más al pasar de perfil, y ya no estaba allí, y él no volteó para no verle
el culo, y porque la quería.

— ¡Manolo! —llamó una voz de mujer, desde atrás. Manolo sintió que se
derrumbaba. Le costó trabajo voltear.
— ¡Marta! —exclamó, asombrado. Marta estaba con América.
— ¡Qué ha sido de tu vida, Manolo? ¿Qué haces allí parado?
—Espero a un amigo.
—Ven, acércate —dijo Marta, sonriente—. Quiero presentarte a una amiga.
—Mucho gusto —dijo Manolo, acercándose y extendiendo la mano para
saludar a América.
Era una mano áspera y caliente, y Manolo no sabía en qué parte del cuerpo
había sentido un cosquilleo. América, ahí, delante suyo, lo miraba sin
ruborizarse, y era amplia y hermosa. El uniforme no le quedaba tan estrecho,
pero era como si le quedara muy estrecho. Esa piel morena, ahí, delante suyo,
era como la tierra húmeda, y él hubiera querido tocarla. Marta sonreía confiada,
pero a Manolo le parecía que era una mujer insignificante y la odiaba. América
también sonreía, y Manolo hubiera querido coger esa cabellera larga; esas
crines de muchacha malcriada y sucia que no se peinaba para fastidiar a los
hombres. Y su blusa se inflaba cuando sonreía, y a Manolo le parecía que sus
senos se le acercaban, y era como si los fuera a emparar.
—Vamos a tomar una Coca-Cola —dijo Marta.
—No puedo —dijo América—. Mis padres me esperan en la tienda (ella no la
llamaba bodega).
—Yo tampoco —dijo Manolo—. Tengo que esperar a mi amigo (mentía porque
quería huir).

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— ¿Cuándo empiezan tus exámenes, América? —preguntó Marta tratando de
retenerla.
—Dentro de veinte días —respondió—. No sé cómo voy a hacer. No sé nada
de nada.
—En quinto de media no se jalan a nadie —dijo Manolo.
— ¿Tú crees? Ojalá.
—No te preocupes, América —dijo Manolo—. Ya verás cómo no se jalan a
nadie.
—Y después, ¿qué piensas hacer?
—Nada. Descansar.

—¿Te quedas en Chaclacayo?


—Sí. ¿Qué voy a hacer? Es muy aburrido en verano, pero ¿qué voy a hacer?
—Todo el mundo se va a la playa —dijo Manolo.
—Yo sólo puedo ir los sábados y domingos.
—¿Y la piscina de Huampaní? —preguntó Manolo.
—Es el último recurso, aunque a veces vienen amigos con carro y me llevan a
la playa.
—Yo tengo una casa muy bonita en Chaclacayo —dijo Manolo, ante la mirada
de asombro de Marta, que sabía que estaba mintiendo—. Tiene una piscina
muy grande —continuó—. Hace años que no vamos y está desocupada. Si
quieres, te puedo invitar un día a bañarnos.
—Nunca te he visto en Chaclacayo —dijo América.—Ya me verás
América se despidió sonriente, y continuó su camino hacia la bodega de sus
padres. Manolo la miraba alejarse, y pensaba que esa falda no hubiera
aguantado otro año de colegio sin reventar. Estaba contento. Muy contento.
Con América todo sería perfecto, porque había perdido los papeles en el
momento en que Marta se la presentó y cuando el perdía los papeles, eso era
amor. La amaba, y América sería como el amor de antes. Todo volvería.
—Perdóname —dijo Marta—. Piensa que ya saliste de eso. Yo también ya salí
de eso. —No estaba preparado —dijo Manolo—. ¿Por qué lo has hecho?

—Quería verte sufrir un poco —respondió Marta—. Ya que tenía que hacerlo,
por lo menos sacar algún provecho de ello. Y te juro que nunca olvidaré la cara

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de espanto que pusiste. Era para morirse de risa.
—Te felicito —dijo Manolo, pero se arrepintió—: Gracias, Marta. Ahora ya todo
es cosa mía.
—Avísame que tal te va —dijo Marta, y se despidió.
Manolo la veía alejarse. «Si me va bien, no volverás a saber de mí», pensó, y
se dirigió a las Galerías Boza para tomar un café. Al sentarse, escribió en una
servilleta que había sobre la mesa: «El día 20 de noviembre, a las 5.30 de la
tarde, Manolo conoció a América, y América conoció a Manolo. Te amo». No
mencionó a Marta para nada.
Los fines que perseguía Manolo al tratar de conquistar a América eran dos: el
primero, muy justo y muy bello: «Amar como antes»; el segundo, menos vago,
menos bello, pero también muy humano: fregar a Marta. Sobre todo, desde
aquel día en que lo encontró por la calle, y le preguntó si América ya lo había
mandado a rodar por no tener automóvil. Los medios que utilizaba para lograr
tales fines eran también dos: su imaginación de estudiante de letras y la falta
de imaginación (léase inteligencia) de América. Cada vez que América decía
una tontería, Manolo se inflaba de piedad, confundía este sentimiento con el
amor que tenía que sentir por ella, y odiaba a Marta.
Había dejado de verla durante los veinte días que estuvo en exámenes,
durante la Navidad, y el Año Nuevo. La extrañaba. Habían quedado en verse a
comienzos de enero, en Chaclacayo.
Amaba Chaclacayo. Amaba todo lo que estuviera entre Ñaña y Chosica.
Recordaba su niñez, y los años que había vivido en Chosica. No olvidaría
aquellos domingos en que salía a pasear con su padre por el Parque Central.
Caminaban entre la gente, y su padre lo trataba como a un amigo. Le costaba
trabajo reconocerlo sin su corbata, sin su terno, sin su ropa de oficina, sin su
puntualidad, y sin sus órdenes. No era más que un niño, pero se daba muy
bien cuenta de que su padre era otro hombre. Un lunes, le hubiera dicho:
«Anda a comer. Estudia. Haz tus temas». Pero era domingo, y le preguntaba: «
¿Quieres regresar ya? Nos paseamos un rato más». Y él tenía que adivinar lo
que su padre quería, y adivinar lo que su padre quería era muy fácil, porque
siempre estaba de buen humor los domingos; porque era otro hombre, como
un amigo que lo lleva de la mano; y porque estaba vestido de sport. Llevaría a
América a Chosica, le contaría todas esas cosas, y ella sería un amor como

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antes, como quince años. Ya vería Marta como América era la que el creía y él
tampoco había cambiado a pesar de haber aprendido tantas cosas. Sólo le
molestaba saber que tendría, que usar algunas tácticas imaginativas para
lograr todo eso. Pero el sol de Chaclacayo, y el sol de Chosica lo ayudarían. Sí.
El sol lo ayudaría como ayuda a los toreros. Este mismo sol que mantenía
vivos sus recuerdos, y que brilla todo el año menos el día en que uno lleva a un
extranjero para mostrarle que a media hora de Lima el sol brilla todo el ano).

Entre el día tres de enero, en que Manolo visitó por primera vez a América, en
su casa de Chaclacayo, y el día primero de febrero en que, sorprendido,
escuchó que ella le decía: «Mi bolero favorito (Manolo sintió una pena inmensa)
es que te quiero, sabrás que te quiero», entre esas dos fechas, muchas cosas
habían sucedido.
Bajó de un colectivo cerca a la casa de América, y se introdujo sin ser visto en
el baño de un pequeño restaurante. Rápidamente se vendó una de las manos,
y se colgó el brazo en un pañuelo de seda blanco, como si estuviera fracturado.
Luego, se vendó un pie, y extrajo de un pequeño maletín un zapato, al cual le
había cortado la punta para que asomaran por ella los dedos. Traía también un
viejo bastón que había pertenecido a su abuelo. Salió del baño, bebió una
cerveza en el mostrador, y cojeó entrenándose hasta la casa de América.
Hacía mucho calor, y sentía que la corbata que le había robado a su padre le
molestaba. El cuello excesivamente almidonado de su flamante camisa, le
irritaba la piel. Sus labios estaban muy secos mientras tocaba el timbre, y le
temblaba ligeramente la boca del estómago. «Como antes», pensó y sintió que
perdía los papeles, pero era que América aparecía por una puerta lateral, y que
él pensaba que algo en su atuendo podía delatarlo.

— ¡Manolo! ¿Qué te ha pasado?—Me saqué la mugre.


— ¿Cómo así?
—En una carrera de autos con unos amigos.
— ¡Te has podido matar!
«¿Y tú, cómo sabes?», pensó Manolo, un poco sorprendido al ver que las
cosas marchaban tan bien. Hubiera querido detener todo eso, pero ya era muy
tarde.
—Pudo haber sido peor —continuó—. Era un carro sport, y no sé cómo no me
destapé el cráneo.
— ¿Y el carro?
—Ese sí que murió —respondió Manolo, pensando: «Nunca nació».
—Y ahora, ¿qué vas a hacer?
—Nada —dijo con tono indiferente—. Tengo que esperar que mis padres
vuelvan de Europa. Ellos verán si lo arreglan o me compran otro. «No me
creas, América», pensó, y dijo: No quiero arruinarles el viaje contándoles que
he tenido un accidente. De cualquier modo —«allá va el disparo», pensó—, no
podré manejar por un tiempo.
—Pero, ¿tu carro, Manolo?
—Pues nada —dijo, pensando que todo iba muy bien—. El problema está en
conseguir taxis que quieran venir hasta Chaclacayo.

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—Usa los colectivos, Manolo. («Te quiero, América.») No seas tonto.
—Ya veremos. Ya veremos —dijo Manolo, pensando que todo había salido a
pedir de boca—. ¿Y tus exámenes?
—Un ensarte —dijo América, con desgano—. Me jalaron en tres, pero no
pienso ocuparme más de eso.
—Claro. Claro. ¿Para qué te sirve eso? « ¿Para ser igual a Marta?», pensó.
— ¿Vamos a bañarnos a Huampaní?
— ¡Bestial! —exclamó Manolo. Sentía que se llenaba de algo que podía ser
amor.
— ¿Y tus lesiones?
— ¡Ah!, verdad. ¡Qué bruto soy...! Es que cuando no me duelen me olvido de
ellas. De todas maneras, te acompaño.
—No. No importa, Manolo —dijo América, en quien parecía despertarse algo
como el instinto maternal—. ¿Vamos al cine? Dan una buena película. Creo
que es una idiotez, pero vale la pena verla. Cuando mejores, iremos a nadar.

—Claro —dijo Manolo. La amaba.


Durante diez días, Manolo cojeó al lado de América por todo Chaclacayo.
Diariamente venía a visitarla, y diariamente se disfrazaba para ir a su casa. Sin
embargo, tuvo que introducir algunas variaciones en su programa. Variaciones
de orden práctico: tuvo, por ejemplo, que buscar otro vestuario, pues los
propietarios del restaurante en que se cambiaba, se dieron cuenta de que
entraba sano y corriendo, y salía maltrecho y cojeando. Se cambiaba, ahora,
detrás de una casa deshabitada. Y variaciones de orden sentimental: debido a
la credulidad de América. Le partía el alma engañarla de esa manera. Era
increíble que no se hubiera dado cuenta: cojeaba cuando se acordaba, se
quejaba de dolores cuando se acordaba, y un día hasta se puso a correr para
alcanzar a un heladero. No podía tolerar esa situación. A veces, mientras se
ponía las vendas, sentía que era un monstruo. No podía aceptar que ella
sufriera al verlo tan maltrecho, y que todo eso fuera fingido. ¿Y cuándo se
acordaba de sus dolores? ¿Y cuando la hacía caminar lentamente a su lado,
cogiéndolo del brazo sano? Era un monstruo. «Adoro su ingenuidad», se dijo
un día, pero luego « ¿y si lo hace por el automóvil?». «Y si cree que me van a
comprar otro?» Pero no podía ser verdad. Había que ver cómo prefería
quedarse con él, antes que ir a bañarse a la piscina de Huampaní. «Es mi
amor», se dijo, y desde entonces decidió que tenía que sufrir de verdad,
aunque fuera un poco, y se introducía piedrecillas en los zapatos para ser más
digno de la credulidad de América, y de paso para no olvidarse de cojear.

Durante los días en que vino cubierto de vendas, Manolo y América vieron
todas las películas que se estrenaron en Chaclacayo. Dos veces se
aventuraron hasta Chosica, a pedido de Manolo. Fueron en colectivo (él se
quejó de que no hubiera taxis en esa zona). Y se pasearon por el Parque
Central, y recordaba su niñez. Recordaba cuando su padre se paseaba con él
los domingos vestidos de sport, y qué miedo de que le cayera un pelotazo de
fútbol en la cabeza. Porque no quería ver a su padre trompearse, porque su
padre era muy flaco y muy bien educado, y porque el temía que algunos de
esos mastodontes con zapatos que parecían de madera y estaban llenos de
clavos y cocos, le fuera a pegar a su padre. Y entonces le pedía para ir a

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pasear a otro sitio, y su padre le ofrecía un helado, y le decía que no le contara
a su mamá, y le hablaba sin mirarlo. Hubiera querido contarle todas esas cosas
a América, y un día, la primera vez que fueron, trató de hacerlo, pero ella no le
prestó mucha atención. Y cuando América no le prestaba mucha atención,
sentía ganas de quitarse las piedrecillas que llevaba en los zapatos, y que tanto
le molestaban al caminar. Recordaba entonces que un tío suyo, muy bueno y
muy católico, se ponía piedrecillas en los zapatos por amor a Dios, y pensaba
que estaba prostituyendo el catolicismo de su tío, y que si hay infierno, él se iba
a ir al infierno, y que bestial sería condenarse por amor a América, pero
América, a su lado, no se enteraría jamás de esas cosas que Marta escucharía
con tanta atención.

—América —dijo Manolo. Era la segunda vez que iban a Chosica, y tenía los
pies llenos de piedrecillas.
—¿Qué?

—¿Cómo habrá venido a caer este poema en mi bolsillo?


—A ver...
Bajando el valle de Tarma,
Tu ausencia bajó conmigo.
Y cada vez más los inmensos cerros...
Se detuvo. No quiso seguir leyendo: tres versos, y ya América estaba mirando
la hora en su reloj. Guardó el poema en el bolsillo izquierdo de su saco, junto a
los otros doce que había escrito desde que la había conocido. Poemas
bastante malos. Generalmente empezaban bien, pero luego era como si se le
agotara algo, y necesitaba leer otros poemas para terminarlos. Casi plagiaba,
pero era que América... La invitó a tomar una Coca-Cola antes de regresar a
Chaclacayo. El pidió una cerveza, y durante dos horas le habló de su
automóvil: «Era un bólido. Era rojo. Tenía tapiz de cuero negro, etc.». Pero no
importaba, porque cuando su padre llegara de Europa seguro que le iba a
comprar otro, y « ¿qué marca de carro te gustaría que me comprara, América?
¿Y de qué color te gustaría? ¿Y te gustaría que fuera sport o simplemente
convertible?». Y, en fin, todas esas cosas que iba sacando del fondo de su
tercera cerveza, y como América parecía estar muy entretenida, y hasta feliz:
«¡Imbécil! Marta», pensó.
El día catorce de enero, Manolo llegó ágil y elegantemente a casa de América.
No había olvidado ningún detalle: hacía dos o tres meses que, por casualidad,
había encontrado por la calle a Miguel, un jardinero que había trabajado años
atrás en su barrio. Miguel le contó que ahora estaba muy bien, pues una familia
de millonarios lo había contratado para que cuidara una inmensa casa que
tenían deshabitada en Chaclacayo. Miguel se encargaba también de cuidar los
jardines, y le contó que había una gran piscina; que a veces, el hijo millonario
del millonario venía a bañarse con sus amigos; y que la piscina estaba siempre
llena. «Ya sabes, niño», le dijo, «si algún día vas por allá...». Y le dio la
dirección. Cuando tocó la puerta de casa de América, Manolo tenía la dirección
en el bolsillo. — ¡Manolo! —exclamó América al verlo—. ¡Como nuevo!
—Ayer me quitaron las vendas definitivamente. Los médicos dicen que ya
estoy perfectamente bien. (Había tenido cuidado de no hablar de heridas,
porque le parecía imposible pintarse cicatrices.)
Y durante más de una semana se bañaron diariamente en Huampaní. Por las

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noches, después de despedirse de América, Manolo iba a visitar a Miguel,
quien lo paseaba por toda la inmensa casa deshabitada. Se la aprendió de
memoria. Luego, salían a beber unas cervezas, y Manolo le contaba que se
había templado de una hembrita que no vivía muy lejos. Una noche en que se
emborracharon, se atrevió a contarle sus planes, y le dijo que tendría que
tratarlo como si fuera el hijo del dueño. «Pendejo», replicó Miguel, sonriente,
pero Manolo le explicó que en Huampaní había mucha gente, y que no podía
estar a solas con ella. «Pendejo, niño», repitió Miguel, y Manolo le dijo que era
un malpensado, y que no se trataba de eso. «La quiero mucho, Miguel»,
añadió, pensando: «Mucho, como antes, porque la iba a volver a engañar».

Llegaban a Huampaní.
—Mañana iremos a bañarnos a casa de mis padres —dijo Manolo—. He traído
las llaves.
—Hubiéramos podido ir hoy —replicó América, mientras se dirigía al vestuario
de mujeres.

Manolo la esperaba sentado al borde de la piscina, y con los pies en el agua.


«Traje de baño blanco», se dijo al verla aparecer. Venía con su atrayente malla
blanca, y caminaba como si estuviera delante del jurado en un concurso de
belleza. Avanzaba con su melena... Debería cortársela aunque sea un poco
porque parece, y sus piernas morenas más tostadas por el sol con esos
muslos. Esos muslos estarían bien en fotografías de periódicos
sensacionalistas. Sufriría si viera en el cuarto de un pajero la fotografía de
América en papel periódico. América se apoyó en su hombro para agacharse y
sentarse a su lado. Vio cómo sus muslos se aplastaban sobre el borde de la
piscina, y cómo el agua le llegaba a las pantorrillas. Vio cómo sus piernas
tenían vellos, pero no muchos, y esos vellos rubios sobre la piel tan morena, lo
hacían sentir algo allá abajo, tan lejos de sus buenos sentimientos... Qué pena,
parece de esas con unos hombres que dan asco en unos carros amarillos que
quieren ser último modelo los domingos de julio en el Parque Central de
Chosica. Justamente cuando no me gusta ir al Parque de Chosica. Esos
hombres vienen de Lima y se ponen camisas amarillas en unos carros
amarillos para venir a cachar a Chosica.

—No me cierra el gorro de baño.


—No te lo pongas.
—Se me va a empapar el pelo.
—El sol te lo seca en un instante.
Había algo entre el sol y sus cabellos, y él no podía explicarse bien que cosa
era... Pero los tigres en los circos son amarillos como el sol y esa cabellera de
domadora de fieras. América le pidió que le ayudara a ponerse el gorro, y
mientras la ayudaba y forcejeaba, pensaba que sus brazos podían resbalar, y
que iba a cogerle los senos que estaban ahí, junto a su hombro, tan pálido
junto al de América... Y por cojudo y andar fingiendo accidentes de hijo de
millonario no he podido ir a mi playa en los viejos Baños de Barranco, con el
funicular y esas cosas de otros tiempos, cerca de una casa en que hay poetas.
Esos Baños tan viejos con sus terrazas de madera tan tristes. Pero América no
quedaría bien en esa playa de antigüedades porque aquí está con su malla
blanca y las cosas sexys son de ahora o tal vez, eso no, acabo de descubrirlas.

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No porque la quiero. América. No voy a mirarle más los vellos, quiero tocarlos,
son medio rubios. Me gustan sobre sus piernas, sus pantorrillas, sus muslos
morenos.
«Al agua», gritó América, resbalándose por el borde de la piscina. Manolo la
siguió. Nadaba detrás de ella como un pez detrás de otro en una pecera, y a
veces, sus manos la tocaban al bracear, y entonces perdía el ritmo, y se
detenía para volver a empezar. América se cogió al borde, al llegar a uno de
los extremos de la piscina. Manolo, a su lado, respiraba fuertemente, y veía
como sus senos se formaban y se deformaban, pero era el agua que se estaba
moviendo.

—Ya no tengo frío —dijo América.


—Yo tampoco —dijo Manolo, pero continuaba temblando, y le era difícil
respirar.
—Estas muy blanco, Manolo.

—Es uno de mis primeros baños en este verano.


—Yo tampoco me he bañado muchas veces. Siempre soy morena. ¿Te gustan
las mujeres morenas?
—Sí —respondió Manolo, volteando la cara para no mirarla—. ¿Vamos a
bucear?
Buceaban. Le ardían los ojos, pero insistía en mantenerlos abiertos bajo el
agua, porque así podía mirarla muy bien y sin que ella se diera cuenta. Salían a
la superficie, tomaban aire, y volvían a sumergirse. Ella se cogió de sus pies
para que la jalara y la hiciera avanzar pero Manolo giró en ese momento y se
encontró con la cara de América frente a la suya. La tomó por la cintura. Ella se
cogió de sus brazos, y Manolo sentía el roce de sus piernas mientras volvían a
la superficie en busca de aire. «Voy a descansar», dijo América, y se alejó
nadando hasta llegar a la escalerilla. Manolo la siguió. Desde el agua, la veía
subir y observaba que hermosas eran sus piernas por atrás y como la malla
mojada se le pegaba al cuerpo, y era como si estuviera desnuda allí, encima
suyo. No salió. Desde el borde de la piscina, ella lo veía pensativo, cogido de la
escalerilla... No me explico cómo ese tipo que me esperaba todos los días en la
Plaza San Martín, y felizmente que ya acabó el colegio, ni tampoco me
importan los exámenes en que me han jalado, ni me dio vergüenza cuando me
preguntó que tal me fue en los exámenes. Allá abajo tan flaco no me explico
pero parece inteligente y sabe decir las cosas, pero tendré que darle ánimos y
todo lo que dice cuando habla del accidente me gusta, ese carro fue muy
bonito rojo no me importa porque allá abajo tan flaco tan pálido me hace sentir
segura. Pero mis amigas qué van a pensar tengo buen cuerpo y con mi cara
esperan algo mejor porque los hombres me dicen tantos piropos, tantas
cochinadas, más piropos que a otras y cuando fui a Lima con Mariana tan rubia
tan bonita me dijeron más piropos te gané Mariana, pero el enamorado de
Mariana es muy buen mozo pero Manolo se viste mejor, si paso un mal rato en
una fiesta el carro mis amigas se acostumbrarán a que mi enamorado no es tan
buen mozo. Me gusta mucho, me gusta más que otros enamorados no le he
dicho he tenido, y algo pasa en mi cuerpo algo como ahora está allá abajo y
siento raro en mi cuerpo, fue gracioso cuando me tocó la cintura mejor todavía
que cuando Raúl me apretaba tanto.
— ¿Quieres sentarte en esa banca? —preguntó Manolo, que subía la

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escalerilla.
—Sí —respondió América—. Ya no quiero bañarme más.
—Ven. Vamos antes que alguien la coja.
—Me molesta tanta gente. A partir de mañana tenemos que ir a tu casa.
—Sí. Allá todo será mejor.
— ¿Qué tal es la piscina?
—Es muy grande, y el agua está más limpia que ésta.
— ¿Nadie se baña nunca?
—Me imagino que el jardinero se debe pegar su baño, de vez en cuando.
— ¿Y para que la tienen llena?
—A veces, se me ocurría venir con mis amigos —dijo Manolo.
—Que tales jaranas las que debes haber armado ahí —dijo América, tratando
de insinuar muchas cosas.
—No creas —respondió Manolo, con tono indiferente. Estaba jugando su rol.
— ¡A mí con cuentos! —exclamó América, sonriente.

—América —dijo Manolo, con voz suplicante—. América...


— ¿Qué cosa? Dime, ¿qué cosa?
—Nada. Nada... Estaba pensando... «Te quiero mucho. A pesar de...»
— ¿Qué cosa?, Manolo.
—Nada. Nada. Creo que ya está bien de piscina por hoy. Regresemos a tu
casa.
—Vamos a cambiarnos.

Estaba listo. Cuando América salió del vestuario con sus pantalones pescador
a rayas blancas y rojas, Manolo recordó que ella le había contado que aún no
había ido a Lima a hacer sus compras por ese verano. Los pantalones le
estaban muy apretados, y ahora, al caminar por las calles de Chaclacayo, todo
el mundo voltearía a mirarle el rabo: « ¿Y por qué no?», se preguntaba Manolo.
«Lista», dijo América y caminaron juntos hasta su casa.

Nadie los molestaba. Sus padres estaban en la tienda (Manolo había aprendido
a llamarla así), y la abuela, allá arriba, demasiado vieja para bajar las
escaleras. Entraron a la sala. El sacó unos discos. Ella puso los boleros. La
miró. Ella le dijo para bailar. Él se disculpó diciendo que debido al accidente...
Ella insistió. Cedió. Bailaban. Ella empezó a respirar fuertemente. El empezó a
mirarle los vellos rubios sobre sus antebrazos morenos, y a recordar... Ella
cerró los ojos. Él le pegó la cara. Ella le apretó la mano. Terminó ese disco. Ella
le dijo que su bolero favorito era Sabrás que te quiero. Le dijo que se lo iba a
regalar, y se sentó. Ella lo notó triste, y se sentó a su lado. Tuvo un gesto de
desesperación. Ella le preguntó si hacía mucho calor, y abrió la ventana. Le
cogió la mano. Ella le puso la boca para que la besara. La iba a besar. Ella lo
besó muy bien.

«Es inmensa. El agua esta cristalina», dijo América, parada frente a la piscina,
en casa de Manolo. «No está mal», agregó Manolo, cogiéndola de la mano, y
diciéndole que la quería mucho, y que le iba a explicar muchas cosas. Estaba
dispuesto a contarle todo lo que Marta le había dicho sobre ella. Estaba
dispuesto a decirle que entre ellos todo iba a ser perfecto, y que él creía aún en
tantas cosas que según la gente pasan con la edad. Estaba decidido a

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explicarle que con ella todo iba a ser como antes, aunque le parecía difícil
encontrar las palabras para explicar cómo era ese «antes». «Vamos a
ponernos la ropa de baño», dijo América. Manolo le señaló la puerta por donde
tenía que entrar para cambiarse. Él se cambió en el dormitorio de Miguel. «El
tiempo pasa, niño», le dijo Miguel. «Está como cuete.»

Habían extendido sus toallas sobre el césped que rodeaba la piscina, América
se había echado sobre la toalla de Manolo, y Manolo sobre la de América.
Permanecían en silencio, cogidos de la mano, mientras el sol les quemaba la
cara, y Manolo se imaginaba que los ojos negros e inmensos de América
lagrimeaban también como los suyos. Volteó a mirarla: gotas de sudor
resbalaban por su cuello, y sintió ganas de beberlas. Morena, América resistía
el sol sobre la cara, sobre los ojos, y continuaba mirando hacia arriba como si
nada la molestara. Había recogido ligeramente las piernas, y Manolo las miraba
pensando que eran más voluminosas que las suyas. Hubiera gustado besarle
los pies. Le acariciaba el antebrazo, y sentía sus vellos en las yemas de los
dedos. La malla blanca subía y bajaba sobre sus senos y sobre su vientre,
obedeciendo el ritmo de su respiración. Hubiera querido poner su mano;
encima, que subiera y bajara, pero era mejor no aventurarse. En ese momento,
América se puso de lado apoyándose en uno de sus brazos. Estaba a
centímetros de su cuerpo, y le apretaba fuertemente la mano. Con la punta del
pie, le hacía cosquillas en la pierna, y Manolo sentía su respiración caliente
sobre la cara, y veía como sus senos aprisionados entre los hombros,
rebalsaban morenos por el borde de la malla blanca como si trataran de
escaparse. Le hablaría después. Era mejor bañarse; lanzarse al agua. Pero se
estaba tan bien allí... Se incorporó rápidamente, y corrió hasta caer en el agua.
América se había sentado para mirarlo. « ¡Ven!», gritó Manolo. «Esta
riquísima.»

Tampoco ella tenía la culpa. Habían escuchado a Miguel cuando dijo que iba a
salir un rato. Habían nadado, y eso había empezado por ser un baño de
piscina. No podrían decir en qué momento habían comenzado, ni se habían
dado cuenta de que era ya muy tarde cuando el agua empezó a molestarlos.
Porque iban a continuar, y todo lo que no fuera eso había desaparecido, y los
había dejado tirados ahí, al borde de la piscina, sobre el césped. Y Manolo la
besaba y jugaba con sus cabellos, igual a esos tigrillos en los circos y en los
zoológicos, que juegan, gruñen, y sacan las unas como si estuvieran peleando.
Y América se reía, y se dejaba hacer, y colocaba una de sus rodillas entre sus
piernas, y el sentía el roce de sus muslos y paseaba sus manos inquietas por
todo su cuerpo, hasta que ya había tocado todo, y sintió que esa malla blanca
que tanto le gustaba lo estaba estorbando. Era como si estuvieran de acuerdo:
no hablaban, y él no le había dicho que se iba a bajar, pero ella lo había
ayudado. Y entonces él había apoyado su cara entre esos senos como
abandonándose a ellos, pero América lo buscaba con la rodilla, y él se había
encogido y había besado ese vientre tan inquieto, donde la piel era tan y
siempre morena. Luego, se había dejado caer sobre ese cuerpo caliente, y se
había cogido de él como un náufrago a la boya, y no se había podido
incorporar porque América y sus muslos lo habían aprisionado. Y luego el
debió enceguecer porque ya no veía el césped bajo sus ojos, ni tampoco le
veía la cara, ni veía las plantas alrededor, pero sentía que todo se estaba

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moviendo con violencia y dulzura, y ya no la escuchaba quejarse y entonces
era como una suprema armonía, y el ritmo de la tierra y del mundo bajo sus
cuerpos, alrededor de sus cuerpos, continuó un rato más allá del fin.

Lloraba sentada mirándose el sexo, y cubriéndose los senos pudorosamente


con los brazos. Pensaba en las monjas de su colegio, en sus padres, en la
bodega y en sus hermanos. Pensaba en sus amigas, y se miraba el sexo, y
sentía que aquel ardor volvía. Hubiera querido amar mucho a Manolo, que
parecía un muerto, a su lado, y que sólo deseaba que las lágrimas de América
fueran gotas de agua de la piscina. Trataba de no pensar porque estaba muy
cansado... Cuántos días. Soportar sin ver a Marta. Contarle. Todo. Hasta la
sangre. Contar que estoy tan triste. Tan triste. ¿Qué después? ¿Qué ahora?
Marta va a hablar cosas bien dichas. Si fuera hombre le pego. Mejor se riera de
mí para terminar todo. Ahí. Aquí. Anda, lávate. ¡Cállate, mierda! No gimas. Te
he querido tanto y ahora estoy tan triste y tú podrás decir que fue haciendo
gimnasia y ya no volveré porque te hubiera querido. Antes antes antes. Mandar
una carta. Explicarte todo. Desaparecer. Matarme en una carrera con mi auto
nuevo. Simplemente desaparecer. Marta te cuenta todo. Cobarde. Decirte la
verdad. Sobre todo irme. Si supieras lo triste perdonarías pero nunca sabrás y
esto también pasará. Sí. No. Ándate. Ándate un rato. Vete. Cuando me ponga
la corbata todo será distinto. Te llevaré a tu casa. No te veré más. Tal vez te
des cuenta en la puerta de tu casa, y mañana irás a comprar ropa de verano y
no veré tu ropa nueva más apretada. Culpa. Cansancio. Se está vistiendo en
ese cuarto de la casa. Soy amigo del jardinero ni mis padres están en Europa.
Tal vez te escribiré, América. Con mi corbata. Mi padre no está en Europa.
Mentiras. Culpa. Mi padre. Su corbata allá en el cuarto de Miguel. Te llevaré a
tu casa, América. Tu casa de tus boleros donde también he matado he muerto.
Mi corbata tan lejos. Morirme. Ser. To be. Dormir años. Marta. La corbata allá
allá allá allá.

América se estaba cambiando.

Género Narrativo: cuento.

LA ESTRURA NARRATIVA; FORMAS CONSTRUCTIVAS EXTERNAS


aplicadas en el CUENTO:

En este cuento El Descubrimiento de América encontramos lo siguiente:

 No tiene un Rompimiento de Orden Lógico

 Primera Operación: La Jerarquía; en el cuento El Descubrimiento de


América, existe jerarquía porque hay un orden lógico en la secuencia de
la historia.

Primero: Observa diariamente a América

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Segundo: Se presentan

Tercero: Empiezan a salir, se conocen mas

Cuarto: Manolo logra su objetivo descubre a América.

 Segunda Operación: La Distacia; en el cuento El Descubrimiento de


América, la distacia seria cuando tiene una cita Manolo con América por
Chosica y en ese momento recuerda su niñez vivido en ese lugar junto a
su padre. Se da entre las paginas(25-26)

Dos veces se aventuraron hasta Chosica, a pedido de manolo. Fueron en


colectivo (el se quejo de que no hubiera taxis en esa zona). Y se pasearon por
el parque central y recordaba su niñez. Recordaba cuando su padre se paseaba
con el los domingos vestido de sport, y que miedo que le cayera un pelotazo de
futbol en la cabeza. Porque no quería ver a su padre trompearse, porque su
padre era muy flaco y bien educado, y porque el temía que alguno de esos
mastodontes con zapatos que parecían de madera y estaban llenos de clavos y
cocos, le fuera a pegar a su padre. Entonces le pedía para ir a pasear a otro sitio,
y su padre le ofrecia un helado, y le decía que no le contara a su mama, y le
hablaba sin mirarlo. Hubiera querido contarle todas esas cosas a América…

Bryce Echenique A.. (2012). El descubrimiento de America. Lima: Peisa.pp.25-


26

 Tercera Operación: La Catálisis, no encontramos en este cuento


 Cuarta Operación: Catálisis Mayor o Rompimiento Natural del Orden
Lógico; no se encuentra en este cuento
 Quinta Operación: Distacia Mayor o El rompimiento Formal del
Orden Lógico; en el cuento, El Descubrimiento de América, no se
encuentra esta operación porque existe un orden de secuencias.

 Tipo de Narrador: En el cuento, El Descubrimiento de América es un


narrador omnisciente.

América salía del colegio a las cinco de la tarde, y el salía de la universidad a las
cinco de la tarde. Pero ella tenia que tomar el ómnibus, y en cambio el estaba

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cerca de la plaza San Martín. Caminaba lentamente y estudiando las reacciones
de su cuerpo: nada. Se acercaba a la plaza San Martin, y no sentía ningún
temblor en las piernas.

Bryce Echenique A.. (2012). El descubrimiento de America. Lima: Peisa.p12.

 Duración: En este cuento, El Descubrimiento de América la duración que


podemos establecer serian de tres meses que se dan por escenas en toda
la historia.

 Frecuencia: En el cuento, El Descubrimiento de América, la frecuencia


que se da es un relato iterativo esto quiere decir que se menciona una vez
acontecimientos que suceden más veces en la historia.

ELEMENTOS DEL TEXTO NARRATIVO

EL AUTOR: Alfredo Bryce Echenique; narrador peruano que ha hecho de su


doble experiencia la de limeño criado según las costumbres tradicionales de la
vieja burguesía, y la de escritor latinoamericano insertado en el ambiente
cosmopolita europeo, la base de historias cuyo encanto es el humor, la
espontaneidad del trazo narrativo y la cualidad oral del lenguaje

 LOS ACONTECIMIENTOS:

Uno de los primeros acontecimientos es cuando Manolo observaba diariamente


a la joven América cada vez que salía del colegio, pide ayuda a su amiga
inseparable Martha para que ella de una forma le presente a su amiga al
interesado Manolo.

Manolo consigue conocer a la joven América y se da cuenta que es un poco


superficial e inventa una series de fantasías sobre su situación económica.

Manolo cree que América es como las demás jovencitas o por menos eso quiere
hacerle volver con sus historias y consta mente cuando salen las compara con

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Martha la cual se alejó al ver el interés que manolo tiene con América luego de
presentarla.

Decide invitar a la joven a su supuesta casa en Chaclacayo donde su amigo


Miguel le había prestado tras tanta insistencia las llaves de la casa de su patrón
en cual ellos habían salido de viaje.

Conversan y se miran fijamente ambos se recorren con la mirada claro más


Manolo y América piensa que le vi a Manolo si mis amigas lo vieran pensarías
que merezco alguien mejor pero me atrae su forma de ser, ambos se dejaron
llevar por el momento y fue ahí donde Manolo se dio cuenta que lo que sentía el
o lo que lo había confundido con amor no era otro que un deseo de atracción
que sentía Manolo.

 LOS PERSONAJES:

Principales:

 MANOLO: joven universitario flaco con cara de estudiante de literatura


que siente una atracción hacia América, que pensaba que es amor porque
perdía los papeles al verla.
 AMERICA: adolescente estudiante de media, se caracteriza por su
extraordinaria belleza, por la falta de interés por los estudios, inteligencia
y por preocuparse por las coas materiales que sus pretendientes le
puedan dar.
 MARTA: adolescente estudiante de media, amiga de Manolo y América
que cumple un papel importante ya que es la que los presenta.

Segundarios:

 MIGUEL: Conocido de Manolo ya que había trabajado en su barrio, y


actualmente se encontraba cuidando la casa de unos millonarios en
Chaclacayo.

Terciarios:

 PADRES DE AMERICA: Inmigrantes de Italia.


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 ABUELITA: de América.

Ficticios

 Padres millonarios de Manolo

 EL TIEMPO:

El cuento se desarrolla en un contexto del tiempo externo, por los años 1950

Tiempo narrativo: lento ya que la duración del tiempo en el cuento es de


aproximado cuatro meses

El tiempo en la narración es lineal donde los acontecimientos están narrados en


forma consecuente y correlacionada pero presenta algunas interrupciones del
orden lógico.

 EL ESPACIO:

El espacio en el cuento de descubrimiento de América es el desarrollo de las


escenas en diferentes lugares como:

AV. AREQUIPA: Donde América esperaba el bus para llegar a la plaza San
Martin.

PLAZA SAN MARTIN: Lugar donde América cruzaba para llegar al jirón
Huancavelica.

JIRON HUANCAVELICA: Lugar donde los padres de América tenían una


bodega.

CHACLACAYO: lugar donde América tenía una casa de verano.

HUAMPANI: lugar donde había espacios recreacionales con piscinas don


América y Manolo salían

CHOSICA: Lugar donde América y Manolo tuvieron dos citas.

 LA NARRACIÓN:

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Planteamiento: el interés de manolo por conocer a América

Nudo: el trabajo que hace manolo por conocer e impresionar a


América

Desenlace: cuando manolo logra su propósito y logra a América

 LA FOCALIZACIÓN

Evalúa los aspectos históricos recreados por el autor en el relato, confronta las
fuentes históricas que éste utiliza para la construcción de su cuento e intenta
indagar en la posición desde la que se interpretan literariamente los hechos, en
la cual el erotismo es fundamental. Para, finalmente, señalar que el cuento
presenta el descubrimiento de América como el hallazgo de una utopía.

TÉCNICAS NARRATIVAS Aplicadas en el cuento El Descubrimiento de


América

En el cuento podemos mostrar algunas técnicas:

 ENFRENTMIENTO DEL AUTOR CON LA PLABRA


El autor en el cuento, el descubrimiento de América utiliza un lenguaje vulgar y
coloquial porque se desarrolla con personajes juveniles.

Luchar por amar y no culos. Verla pasar amar. No culos. Sentir amor. Me ve. No
me mira. Me ve. Vuelve amor.

Bryce Echenique A.. (2012). El descubrimiento de America. Lima: Peisa.p.5

 EL PUNTO DE VISTA
En el cuento, el descubrimiento de América el autor se encuentra fuera de la
obra y la persona gramatical que se emplea es la tercera persona.

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 El autor omnisciente: en este cuento nos narra el suceso de la historia
conociendo los pensamientos de los personajes

 MODALIDADES O PROCEDIMIENTOS
En este cuento, el descubrimiento de América los personajes que intervienen
activamente son: Manolo, América, Marta ya que consumen tiempo en la historia.

 DESCRIPCIÓN
En el cuento, el descubrimiento de América el autor quiere que captemos, que el
autor protagonista siente un deseo sexual hacia América y la verdad es que no
lo ama.

 SENTIDO
En el cuento, el descubrimiento de América se desarrolla en el sentido del tacto
ya que el protagonista describe sus intenciones hacia américa.

 DIÁLOGO
En el cuento, el descubrimiento de América se encuentra diálogos entre los
personajes. Por ejemplo podemos ver en la página 6, cuando Marta le presenta
a América a Manolo. Ahí podemos ver un diálogo frecuente.

- Siéntate, Marta.

- Ya debe haber pasado.

- Hace cinco minutos. ¿Un café?

- Bueno, gracias. ¿Y, Manolo?

- ¿Mañana?

- Estás loco, Manolo – dijo Marta, con voz maternal-. No sabes en lo que te
metes.

- (…)
Bryce Echenique A.. (2012). El descubrimiento de America. Lima:
Peisa.p6.

Página 55
 LAS OTRAS ACTANTES
En el cuento, el descubrimiento de América las otras constantes pueden ser el
deseo sexual que tiene Manolo hacia América, es un motivo que impulsa al
personaje al desarrollo de la historia.

Linda. Linda. Linda. Te quiero tanto te siento. Cerca. Mas cerca. Yo te quiero tanto.
Cigarrillo. ¿En que momento encendido? Sus ojos. Buenas piernas pero sus ojos. La
blusa. Marta. ¡Mierda! Mañana mañana ven ven. Las faldas con las caderas. Piernas.
La quiero. Como antes. (…)

Bryce Echenique A.. (2012). El descubrimiento de America. Lima: Peisa.p14.

 PERSONAJES Y SUS FRUSTRACIONES


En el cuento, el descubrimiento de América podemos ver que el personaje
protagonista (Manolo) su frustración es no poder tener a América.

 CRISIS
E n el cuento, el descubrimiento de América el personaje protagonista no tiene
dinero suficiente y se hace pasar por un millonario para así poder conquistar a
América.

- Toda la vida andas sin plata – dijo Marta. Y añadió - : A América le gustan
los muchachos que gastan plata.

- No importa – dijo manolo -. Vive en Chaclacayo, y allá no hay en que


gastar la plata. Solo hay que gastar en cine o en helados, y tan pelado no
estoy.

Bryce Echenique A.. (2012). El descubrimiento de América. Lima: Peisa.p8.

 PRETEXTO
El en cuento, el descubrimiento de América el personaje protagonista inventa un
pretexto de haberse lesionado las piernas, en una carrera de autos. Para que
así América no se dé cuenta de que él no tiene carro.

- ¡Manolo! ¿Qué te ha pasado?

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- Me saque la mugre.

- ¿Cómo así?

- En una carrera de autos con unos amigos.

- ¡te has podido matar!

- ¿Y tu como lo sabes?, pensó manolo, un poco srprendido al ver que las


cosas marchaban tan bien. Hubiera querido detener todo eso, pero ya era
muy tarde.

- Pudo haber sido peor – continuo -. Era un carro sport, y no se como no


me destape el cráneo.

- ¿Y el carro?

- Ese si que murió – respondió Manolo, pensando: Nunca nació.


Bryce Echenique A.. (2012). El descubrimiento de América. Lima:
Peisa.p22.

 SUSPENSO
En el cuento, el descubrimiento de América, en las primeras páginas se ve
cuando a Manolo le presenta a América, también cuando Manolo lleva a América
a su supuesta casa de Chaclacayo para lograr su objetivo.

 INTERPRETACIÓN DEL CUENTO


En el cuento, el descubrimiento de América no narra hechos reales que capta la
atención del lector tanto con su lenguaje vulgar coloquial y jergas. Nos hace ver
de cerca los hechos y a conocer las experiencias.

También lo podemos entender de una forma que el autor trata de hacernos


partícipes del mundo en el que esta Manolo y escribir con él sus motivaciones
íntimas, los temores y las ilusiones que lo impulsan hacer eso, también se ve
como confunde el amor con el deseo u obsesión y como darse cuenta que
América no cambiara por más que el trate de crear una realidad ficticia.

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CONCLUSION

En conclusión este trabajo de investigación nos aporta mucha información así es


lo que podemos decir que un modelo narratológico en una interpretación de
textos es esencial, que es de suma importancia en todos los aspectos ya que es
el punto de partida para cualquier texto también hay que tener en cuenta que la
narración tiene determinados elementos, pero sus ritmos y secuencias pueden
variar , así mismo la relación entre los elementos que la conforman, ya que se
pueden generar diversas formas de narrar.
Finalmente, hay que considerar que la narrativa motiva la curiosidad, cuántos
libros espléndidamente escritos han existido y deleitado nuestros oídos,
sentimientos, conocimientos, experiencias que han abierto horizontes, nuevas
formas de pensar, lugares y personajes desconocidos y tan lejanos que podemos
compartir e interactuar a través de este género literario, miles de títulos, temas y
contenidos.

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BIBLIOGRAFIAS:

 http://sites.middlebury.edu/span6560/files/2010/06/conceptos-sobre-la-
narracic3B3n-Gloria-Pampillo.pdf, Monografía Narratológica,
PAGINA: 2 a 13

 Véase Antología del formalismo ruso, Buenos Aires,CEAL,19971

 Gloria Pampillo y Ana Sarchione,Una araña en los Zapatos, La Narración:


Teoría, Lecturas, Investigación y Propuestas de Escritura, EDITORIAL:
Araucoria, Buenos Aires, PAGINA: 44 a 71

 Santacruz Reynaldo, El Arte de Escribir Introducción a la Narratología


EDITORIAL: Coveñas, PÁGINA: 43 a 56

 http://puertolibros.com/detalle_libro.php?libro=504264

 Bravo, José Antonio, Estructura en la Narrativa, EDITORIAL: UNIFE,


PÁGINA: 7 a 32

 Bravo, José Antonio, Técnicas Narrativas, EDITORIAL: Universidad


Garcilaso de la Vega, PAGINA: 9 a 72

 https://sites.google.com/a/xtec.cat/la-narracion/personajes

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 Leer más: http://www.monografias.com/trabajos95/narrativa-y-teoria/narrativa-
y-teoria.shtml#ixzz3acbSo0nl

 https://peripoietikes.hypotheses.org/tag/seymour-chatman

ANEXOS

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