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UNIVERSIDAD DE LA CUENCA DEL PLATA

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Posadas – Misiones – 16/04/2018

TRABAJO PRÁCTICO N.º 1


PULSIÓN

Facultad de Psicología, Educación y Relaciones Humanas

Licenciatura en Psicología – 2do Año – Comisión “C”

Profesor: Rivas, Juan Manuel

Materia: Psicoanálisis, Teoría Freudiana

Alumna: Colman, María de los Angeles


A lo largo de sus obras el autor fue desarrollando y ajustando el término pulsión, trataré de

dar un recorrido histórico del término evidenciando si antes de que Freud lo tomara para el

psicoanálisis, hubo un uso de dicho término, por otra parte, la inquietud me lleva a pensar como

fue concebido dicho desarrollo teórico, y si el autor pudo mantener en el tiempo dicha postura

o fue cambiando a lo largo del acontecer de sus obras.

A modo de contextualizar dicho término y en búsqueda de una respuesta, el térmimo aparecía

en Francia en 1625, derivado del latín pulsio para designar la acción de empujar, impeler

(pousser), rechazar (repousser), derivado de pellere, (lat.) “poner en movimiento” (mettre en

mouvement, pousser). Algunas escritos hacen referencia a un antiguo diccionario francés del

s. XIX pues es el único que refiere directamente “pulsión” a “pulso”. Si bien sus definiciones

se aplican a una lengua francesa que varió mucho en los últimos ciento cincuenta años, sirve

para ilustrar esta breve historia del término “pulsión”.

La etimología de la palabra pulsión se trata de una forma tardía, de la época del bajo latín,

absorbida por la forma pulsus o pulsatio a lo largo de muchos siglos, de tal modo que,

considerando a la filosofía como antecedente, excepto la cita de Arnobio (apologista cristiano)

en el siglo IV y de Jerónimo, con el sentido de "rechazar, expulsar" desapareció de las lenguas

en formación. El francés, idioma tradicional por naturaleza, la retomó en el siglo XVI siempre

con su semántica de “empujar” que le es propia.

En psicoanálisis fue tomada por su creador en el año 1905, en alemán TRIEB, dicho término

se tomó para evitar confusiones con la palabra INSTINKT o DRIVE, referente a instinto,

tendencia. Treib remite a la idea de empuje, se define como pulsión, impulso es de raíz

germánica. La noción de pulsión antes de que el autor la tomara en su teoría, se encontraba

presente en concepciones de enfermedades mentales en el siglo XIX, luego con Friedrich

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Nietzsche dicho filósofo concebía el sistema humano como un sistema de pulsiones que podían

entrar en colisiones o fundirse unas con otras.

Ahora bien tratando de dar inicio al recorrido que hace el autor del término pulsión,

comenzaré considerando su obra Volumen XIV Trabajos sobre metapsicología, y otras obras

(1914-1916), Contribución a la historia del movimiento psicoanalítico, en el apartado Pulsiones

y destinos de pulsión, es allí donde define dicho término, Freud (1915) “pulsión como un

concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante psíquico de los

estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma”(p.117).

El término sin embargo atraviesa diferentes momentos, en una primera aproximación de

elaborar el término Trieb, en 1893 explica el concepto partiendo de la premisa “es mas fuerte

que yo” que era lo expresado por sus pacientes en análisis.

Luego en tres ensayos de teoría sexual en 1905 explica ya claramente la diferencia entre

instinto y pulsión, donde instinto designa al impulso provocado ante una excitación y una

tensión corporal, tensión que tiende a objetos específicos y que si accede a ellos se descarga

momentáneamente; la pulsión a diferencia del instinto nunca queda satisfecha completamente,

y considera el término de constancia, su satisfacción es solo temporal. Aquí Freud define

(1905), como “la agencia representante psíquica de una fuente de estímulos intra somática en

continuo fluir, uno de los conceptos del deslinde de lo anímico respecto de lo corporal” (p.

153). Pareciera que Freud no trazaba distinción alguna entre una pulsión y su agencia

representante psíquica, aparentemente consideraba a la pulsión misma como el representante

psíquico de fuerzas somáticas. Cuando el autor pone de manifiesto el inconsciente es allí donde

deja en claro que lo que conocemos de la pulsión son solo sus mociones pulsionales que estan

ligadas al representante, por la que define Freud (1915) “Una pulsión anímica puede pasar a

ser objeto de la conciencia; sólo puede serlo la representación que es su representante” (p.173).

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Freud durante el avance de sus obras no tomó de la misma manera al término, lo que lo llevo

a revisarlo en diferentes aportados e ir profundizando en otras cuestiones a modo de no

contradecir su discurso, si se toma el Introducción del narcisismo 1914, en ese momento se

había él mismo quejado de la total inexistencia de una doctrina de las pulsiones que de algún

modo nos oriente. Más tarde, en Más allá del principio de placer (1920), aludió a las pulsiones

como el elemento más importante y oscuro de la investigación psicológica, confesó que la

doctrina de las pulsiones es para el psicoanálisis, sin duda, un ámbito oscuro.

En el texto donde aborda la pulsiones y destino de pulsión intenta dar cuenta de la amplitud

del término, por lo cual, intentare tomar como eje de análisis dicho texto.

En un inicio Freud va a distinguir la diferencia entre estímulo y pulsión, considera al

estímulo, como la fuerza que opera de un solo golpe, y a la pulsión, aquello que actúa como

una fuerza constante. Esta precisa distinción había sido trazada por él veinte años antes, sólo

que en lugar de estímulo y pulsión hablaba entonces de excitación exógena y endógena.

En sus inicios Freud aborda el término desde diversos puntos de vista, por una parte,

considera la fisiología ésta le ha proporcionado el concepto del estímulo y el esquema del

reflejo, de acuerdo con el cual un estímulo aportado al tejido vivo (a la sustancia nerviosa)

desde afuera es descargado hacia afuera mediante una acción. El autor manifiesta una notoría

diferencia entre ambos conceptos, considerando que el estímulo pulsional no proviene del

mundo exterior, sino del interior del propio organismo, por eso también opera diversamente

sobre el alma y se requieren diferentes acciones para eliminarlo; con respecto al estímulo éste

opera de un solo golpe, por tanto, se lo puede satisfacer con una única acción adecuada, cuyo

tipo ha de discernirse en la huida motriz ante la fuente de estímulo. La pulsión, en cambio, no

actúa como una fuerza de choque momentánea, sino siempre como una fuerza constante por lo

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que no ataca desde afuera, sino desde el interior del cuerpo, una huida de nada puede valer

contra ella.

Ahora considerando la naturaleza biológica, trabaja con el concepto de tendencia donde el

sistema nervioso es un aparato al que le está deparada la función de librarse de los estímulos

que le llegan, de rebajarlos al nivel mínimo posible; dicho de otro modo: es un aparato que, de

ser posible, querría conservarse exento de todo estímulo.

Y considerando ahora, desde el aspecto biológico, considera la vida anímica, la pulsión

tomo como un concepto fronterizo entre lo anímico y lo somático, como un representante

psíquico, de los estímulos que provienen del interior del cuerpo y alcanzan el alma, como una

medida de la exigencia de trabajo que es impuesta a lo anímico a consecuencia de su trabazón

con lo corporal.

Así partiendo de dicha diferenciación el autor va a considerar que la pulsión está asociada

a términos sumamente necesarios para poder comprenderla en su totalidad, como son el

esfuerzo, la meta, el objeto y la fuente de pulsión.

Por esfuerzo de una pulsión se entiende su factor motor, la suma de fuerza o la medida de

la exigencia de trabajo que ella representa. Ese carácter esforzante es una propiedad universal

de las pulsiones, y aun su esencia misma.

La meta de una pulsión es en todos los casos la satisfacción que sólo puede alcanzarse

cancelando el estado de estimulación en la fuente de la pulsión. Pero si bien es cierto que esta

meta última permanece invariable para toda pulsión, los caminos que llevan a ella pueden ser

diversos, de suerte que para una pulsión se presenten múltiples metas más próximas o

intermediarias, que se combinan entre sí o se permutan unas por otras.

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En cuanto al objeto de la pulsión es aquello en o por lo cual puede alcanzar su meta. Es lo

más variable en la pulsión; no está enlazado originariamente con ella, sino que se le coordina

sólo a consecuencia de su aptitud para posibilitar la satisfacción.

Y por fuente de la pulsión se entiende aquel proceso somático, interior a un órgano o a una

parte del cuerpo, cuyo estímulo es representado en la vida anímica por la pulsión.

El autor clasifica la pulsión en un inicio en dos tipos, las pulsiones yoicas o de

autoconservación y las pulsiones sexuales; en cuanto a las pulsiones yoicas o de

autoconservación son aquellas que apuntan a la conservación de la vida del individuo, a

conservar su integridad. Su mayor aparte lo hace a las pulsiones sexuales ya que en sus

observaciones a neuróticas pudo dar cuenta de ello, por lo que podría decirse que estas son

numerosas, brotan de múltiples fuentes orgánicas, al comienzo actúan con independencia unas

de otras y sólo después se reúnen en una síntesis más o menos acabada, las mismas descansan

en fuerzas pulsionales de carácter sexual. La meta a que aspira cada una de ellas es el logro del

placer de órgano; sólo tras haber alcanzado una síntesis cumplida entran al servicio de la

función de reproducción, en cuyo carácter se las conoce comúnmente como pulsiones sexuales.

A modo de dar un cierre a dicho tema abordado podría concluir que el autor en su recorrido

y en particular el apartado de pulsión, tomó relevancia el hecho de separar la pulsión del

estímulo, ya que ambos son sentimientos del aparato anímico del primero no podemos huir

como el lo menciona ya que se debe satisfacer, es por ello que toma en cuenta los elementos a

los que la pulsión esta relacionada, esta tiene una meta que debe ser satisfecha a través de un

objeto y que tiene una fuente somática en el cuerpo, esto es lo que me llamó la atención, que

es algo que no podemos controlar, es algo que necesita tomar su rumbo de una u otra manera

en nuestro aparato anímico, escapa al estado de conciencia que tenemos como humanos.

Considero que lo recorrido en dicho apartado es solo una parte de las obras del autor lo que

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hace que el término sea amplio y divergente en diversas aristas que lo complejizan de tal

manera que es atrapante poder seguir un hilo conductor, ya que se produce un entramado, una

matriz que deja en evidencia la psiquis humana, tan compleja como lo es el mismo sujeto.

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Bibliografía

 Real Academia Española. (2001). Diccionario de la lengua española (22.ªed.).

Consultado en htpp// www.rae.es/rae.html

 https://www.alcmeon.com.ar/19/08_pulsion_obligado.pdf

 Amarrortu editores (2007), Sigmund Freud obras completas, Volumen XIV Trabajos

sobre metapsicología, y otras obras (1914-1916), Contribución a la historia del

movimiento psicoanalítico.

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