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Creciendo

Como ser un discípulo que hace discípulos

Transcrito y adaptado por: Danny Carmona


CRECIENDO (IV PARTE)
Sirviendo a Cristo

19 La Iglesia VERSÍCULO
PARA MEMORIZAR: 1ª Corintios 12:12-13

22
ESTUDIO BÍBLICO: 1ª Corintios 12:12-27
LECTURA: Un organismo vivo

22
Enseñanza principal
¿De qué forma sigue Jesús dándose a conocer?

Jesús sigue viviendo su vida en la Tierra a través de su cuerpo, la Iglesia. El Cuerpo de Cristo
no es solo una expresión retórica, sino que expresa la realidad de que Cristo vive a través de
2
su pueblo. Los que le siguen extienden por el mundo la vida de Jesús.

Estudio del versículo para memorizar:


1. Veamos el contexto: Lee 1ª Corintios 12:1-11. ¿Cuál es el tema que sirve de telón de fondo
para presentar la Iglesia como Cuerpo de Cristo, y por qué es una introducción adecuada?

2. Los versículos para memorizar son 1ª Corintios 12:12-13. Cópialos en este espacio.

3. Pablo de forma sorprendente concluye el versículo 12 con la expresión “así también es


Cristo”. ¿Qué nos dice eso sobre la relación entre Cristo y su Cuerpo, la Iglesia?

4. En el versículo 12 donde Pablo define lo que es un cuerpo, ¿qué dos características destaca?

5. ¿Cuál es el medio para entrar en el Cuerpo de Cristo?

6. ¿Qué sugiere la frase “ya judíos o griegos, ya esclavos o libres”?


7. ¿Qué te ha enseñado este versículo esta semana?
Estudio Bíblico Inductivo
En este pasaje Pablo juega con la imagen de la Iglesia, presentándola como el Cuerpo de
Cristo. Así, de forma ilustrativa, describe una conversación entre diferentes partes del cuerpo.

1. Lee 1ª Corintios 12:12-27. ¿Por qué el cuerpo humano es una comparación apropiada para
hablar de la Iglesia?

2. ¿Cómo se describe la diversidad del cuerpo?

3. ¿Qué dos actitudes dañinas dificultan el buen funcionamiento del cuerpo (ver 1ª Corintios
12:15, 16, 21)? ¿Crees que a veces tú tienes alguna de esas actitudes? ¿Crees que la Iglesia
tiene alguna de esas actitudes?

4. Pablo parece estar diciendo que la celebración de nuestra diversidad en Cristo lleva a la
unidad. ¿Por qué crees que es así?

5. ¿A quién crees que se refería Pablo al hablar de “los más débiles” y de “las partes menos
honrosas” en los versículos 22-26? Según Pablo, ¿qué tipo de relación hemos de tener?

6. ¿Qué equilibrio hemos de alcanzar, según el versículo 27?

7. ¿La lectura te ha mostrado algún pecado? ¿Te reta? ¿Te consuela? Explica por qué.

8. ¿Qué versículo o versículos te han impactado de forma especial? Escribe los versículos
clave con tus propias palabras.

Lectura: Un organismo vivo


El Cuerpo de Cristo es la imagen bíblica más usada para describir a la Iglesia. Y gracias a
esa imagen entendemos que la Iglesia es un organismo vivo.

¿Qué relación tiene Cristo con la Iglesia?


El apóstol Pablo con mucho ingenio escogió la imagen del cuerpo humano para transmitir la
armonía con la que la Iglesia debe funcionar. Podemos ver el cuerpo humano desde dos
perspectivas diferentes. Primero vemos que el cuerpo es un conjunto funcional cuyas partes
están bajo la coordinación de la cabeza. Pero si lo miramos más de cerca veremos que ese
conjunto está compuesto de diversas partes, todas con una función distinta, única. Las manos
están hechas para agarrar, los ojos para ver, los pies para caminar, y así sucesivamente. El
cuerpo es el prototipo de la unidad y la diversidad.
Pablo usa la analogía del cuerpo humano para explicar la relación de Cristo con la Iglesia de
una forma verdaderamente sorprendente. Fíjate en la conclusión del versículo 12:12: “Porque
así como el cuerpo es uno, y tiene muchos miembros, pero todos los miembros del cuerpo,
aunque son muchos, constituyen un solo cuerpo, así también es Cristo”. ¿Es así como
pensabas que acabaría el versículo?

“La vida de Cristo aún está en medio de nosotros, pero ya no a través de su cuerpo físico,
limitado por el espacio, sino a través de un cuerpo colectivo y complejo llamado la Iglesia”

¿Qué relación tiene la Iglesia con Cristo?


La Iglesia depende de forma absoluta de su Cabeza, Jesucristo. Jesús no hace nada sin contar
con la Iglesia, y la Iglesia no puede hacer nada separada de Cristo”.3 La naturaleza de la
relación de la Iglesia con Cristo queda implícita en Efesios 1:22, que dice que Jesús es “para
la Iglesia lo que la Cabeza sobre todas las cosas”.

En la Biblia, la palabra “cabeza” tiene dos significados: “fuente de vida” y “autoridad


última”. En nuestra sociedad, la palabra “cabeza” se asocia con la autoridad, con la persona
que está al mando, pero la palabra original en griego también tenía la acepción de “fuente” u
“origen”.

Por ejemplo, Pablo ha exhortado a los efesios a que “sean maduros”, a que alcancen “la
estatura de la plenitud de Cristo”, a que “ya no sean niños”. Pablo les recuerda a los efesios
que la única forma de llegar a ser maduros espiritualmente es reconocer que dependen de la
vida que Jesús les da, y que su objetivo es llegar a ser como Él. Eso es lo que significa crecer
en la Cabeza, crecer en Cristo, y por Cristo.

¿Estas siendo como Cristo en tu familia, iglesia?

Si decimos que Jesús es la Cabeza eso también significa que la Iglesia está bajo su autoridad.
La relación de la Iglesia con Cristo significa aceptar en obediencia y cumplir con fidelidad
la función concreta que Dios nos ha asignado a cada uno de nosotros a través del Espíritu
Santo. La confesión básica de la Iglesia es “Jesús es Señor” (1ª Corintios 12:3). Si Jesús es
la Cabeza, Él es quien organiza la vida del Cuerpo. Cada miembro está directamente
conectado con la cabeza y, por tanto, recibe señales de la cabeza.

La Iglesia funciona como un organismo cuando aquellos que forman el Cuerpo de Cristo
buscan en obediencia desarrollar la función que Dios les ha asignado. Volvamos a la analogía
del cuerpo humano para entender la manera en que la Iglesia puede funcionar como
organismo vivo. El cuerpo humano funciona perfectamente cuando cada parte lleva cabo la
función para la que fue diseñada originalmente. El centro de operaciones, la cabeza, envía
las señales a través del sistema nervioso, que activa las diferentes partes del cuerpo.

“Cuando las personas del Cuerpo se comprometen delante de la Cabeza a descubrir y a


ejercer la función que les ha sido dada, la Iglesia se convierte en un organismo vivo”
¿Cómo es la relación entre nosotros?
Nos necesitamos los unos a los otros. Según la imagen del cuerpo, todas las partes son
interdependientes y necesarias para la buena salud del todo. En 1ª Corintios 12 vemos que
todos los miembros tienen valor. Dios, en su sabiduría, no nos hizo completos ni
independientes, ni nos dio todos los talentos. Nos hizo de tal modo que nos necesitamos los
unos a los otros, porque cada uno de nosotros aporta algo de valor. No somos autosuficientes.

Cuando olvidamos esta verdad, el cuerpo deja de funcionar según el diseño original. Pablo
identifica dos actitudes que obstaculizan el buen funcionamiento del cuerpo:
- La primera es la actitud de inferioridad o falta de amor propio. Para plasmar esa idea
Pablo da personalidad a algunas partes del cuerpo, y recoge una conversación entre ellas (Ver
1ª Corintios 12:15-16). Los corintios sufrían de la misma enfermedad que nosotros. Daban
más importancia a unos dones que a otros. Cuando envidiamos, aunque sea en secreto, los
dones de los demás, nos denigramos a nosotros mismos y la forma en la que Dios nos ha
diseñado. Copiamos a aquellos que admiramos. En lugar de ser nosotros mismos, imitamos
a otros y no somos esa creación única que Dios ha hecho.
Imitar a los demás es un pecado contra nosotros mismos y contra Dios. Fue el Señor quien
nos diseñó tal como somos para que aportáramos algo especial y necesario al Cuerpo de
Cristo. “Todas estas cosas las hace uno y el mismo Espíritu, distribuyendo individualmente
a cada uno según la voluntad de Él” (1ª Corintios 12:11). Copiar lo que hacen los demás es
ser tan solo una pálida imagen de ti mismo y perder de vista la forma única en la que Dios te
ha creado. Eres necesario tal como eres.
- La segunda actitud negativa es infravalorar a otros miembros del Cuerpo porque nos
sentimos superiores. En el versículo 21 Pablo ve cómo algunas partes del cuerpo miran a
otras por encima del hombro. “El ojo no puede decir a la mano: ‘No te necesito”; ni tampoco
la cabeza a los pies, ‘no os necesito’” (1ª Corintios 12:21). La independencia y la
autosuficiencia son enemigos de la comunidad. Si no nos mostramos vulnerables ni somos
conscientes de que necesitamos a los demás, no podremos estar en armonía en una
comunidad.
La realidad hoy: Nuestras iglesias están llenas de personas que parecen contentas, completas
y llenas de paz, pero que en lo más profundo de su ser anhelan que alguien las ame… tal
como son: confundidas, frustradas, a veces asustadas, cargadas de sentimientos de culpa, y
muchas veces incapaces de comunicar todo esto ni siquiera dentro de sus familias. Pero el
resto de gente de la Iglesia también parece tan contenta, todo le va tan bien, que nadie tiene
el valor de admitir ante un grupo tan autosuficiente sus necesidades profundas”
La vulnerabilidad es un regalo para la comunidad. La vulnerabilidad nos hace decir: “Te
necesito. Te dejo entrar en mi vida. Quiero que seas una parte de mí”.

Haz este ejercicio: visualiza a aquellos miembros del Cuerpo que te incomodan, a aquellos
a quienes dirías: “No te necesito”. Como un acto de arrepentimiento pon a estas personas
delante de Dios y di: “Te necesito. Dios quiere que tú aportes algo a mi vida. Tienes dones
que yo no tengo”.
En lugar de las actitudes de inferioridad o superioridad, necesitamos una actitud de
interdependencia y confianza. Eso significa que reconocemos que tú eres incompleto sin mí,
y yo soy incompleto sin ti. Tú me necesitas y yo te necesito. Tú no eres más ni menos que
yo. Yo no soy más ni menos que tú. Como dijo Pablo: “Ahora bien, vosotros sois el
Cuerpo de Cristo, y cada uno individualmente un miembro de él” (1ªCorintios 12:27).
Estudio de la Lectura

1. Según 1ª Corintios 12:12, ¿qué sorprendente realidad recoge la expresión “así también es
Cristo? ¿Qué relación tiene Cristo con la Iglesia?

2. La relación que la Iglesia tiene con Cristo queda reflejada en la imagen de “la fuente de
vida” y “la autoridad”. Explica con tus propias palabras cómo entiendes esta relación.
- fuente de vida:

- autoridad:

3. ¿De qué forma la confesión “Jesús es Señor” se puede convertir en una realidad operativa
en la Iglesia?

4. Haz una evaluación personal. ¿De qué forma te has infravalorado comparándote con los
demás o imitando a los demás?

5. La actitud de superioridad lleva a no valorar las contribuciones de los demás. Haz una lista
de los miembros del Cuerpo de Cristo a los que normalmente no aprecias, y da gracias a Dios
por ellos y confiesa que los necesitas para poder ser completo.

6. ¿Qué preguntas tienes sobre la lectura?

7. ¿La lectura te ha mostrado algún pecado? ¿Te reta? ¿Te consuela?


Explica por qué.

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