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I. Introducción
luz de los hechos y realidades sociales, políticas, económicas y hasta étnicas de los/as
estudiará su impacto inmediato en su mundo de finales del segundo d.C., donde ya desde
bien temprano de su inicio comenzó a tener choques y diferencias con una Iglesia que se
iba tornando cada vez más estructurada, hasta su desaparición a mediados del sexto siglo
del montanismo.
II. Contexto histórico, social y político del cristianismo del segundo siglo
Esta sección hará referencia al Asia Menor (AM) donde nace el movimiento
cristianismo temprano. Wm. Ramsay le llama a esta región “el centro espiritual del
cristianismo” después de la década 70 del primer siglo d.C. y que fue desde allí que el
gentil, desarrollando unas costumbres más flexibles con los gentiles y donde las
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(Ibid). Un ejemplo de la tradición oral palestina se evidencia en la Didaché que enfatiza
el valor del liderato profético y que ayuda a explicar el gran aprecio que sentían las
aceptado por Montano Priscila y Maximila, donde Dios derrama de su Espíritu, da dones
carismáticos y el sacerdocio es universal; (2) Presbiteriano, que fue aprovechado por los
gnósticos como Valentino que dividía a la iglesia en los gnósticos o espirituales y los no
representado por Clemente de Roma (Wagner 1994, 122-6). Los testimonios cristianos
del segundo siglo como El Discurso de Diogneto, Atenágoras, Justino Mártir, la Apología
de Arístides y otros presentan una comunidad de fieles pobres, que carecen de todo, pero
basadas en la familia, optaban por los marginados, eran gentes sencillas, esclavos,
desplazados de sus tierras y mujeres (Driver 1997, 44-6). También se caracterizaban por
milagros, sanidades y las lenguas (glosolalia), testimonio de lo cual daban Justino Mártir,
Ireneo en el siglo 2 y aun hasta Orígenes en el tercer siglo (Ibid, 48). Aun cuando se
diferentes áreas del imperio, pero donde más arreció fue en el AM, donde hubo cuatro
grandes persecuciones durante el segundo siglo: bajo Trajano en el 112 d.C., Antonino
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Paralelamente con este espíritu comunitario, el siglo segundo vio emerger
movimientos como el marcionismo que enfatizaba en Pablo y que formó un canon con el
evangelio de Lucas y diez epístolas de Pablo (dejó fuera las pastorales), grupos gnósticos
como los ebionitas por un lado y los valentinianos por otro. Estos movimientos fueron
catalogados más tarde como heréticos. Dentro de toda esa dinámica espiritual, a través
de un lento proceso que duró varios siglos, pero que tiene su germen durante la segunda
mitad del segundo siglo d.C., se va formando una visión de la autoridad espiritual de la
Iglesia como una institución jerárquica, tomando la forma del canon, del credo y del
episcopado romano (Ibid, 63). La relación de ortodoxia fue vista en relación a la opinión
de los obispos, el credo y el canon y no en la ortopraxis (Ibid, 64). Para mediados del
segundo siglo Roma ya había venido a ser el centro intelectual de la cristiandad (De
Soyres 1965, 37). Surge un conflicto entre la sucesión apóstolica que Roma enfatiza
las hijas de Felipe, el paracleto de Juan, el Apocalipsis, el libro 4 Esdras y otros (Trevett
1996, 54-5). Los católicos aceptaban la profecía e inspiración como válidas, pero no de
la manera extática de los montanistas (Trevett, 253, n. 58). Aquí comienza a verse como
Escrituras sobre quién tenía el derecho de hablar, donde eventualmente Roma se impuso
sistema y no quería ser vista como altisonante al imperio, por ello, cuando el avivamiento
fueron vistos como desordenados y esto trajo temor al liderato católico (Trevett, 91, 141-
2; Rankin 1995, 183). El montanismo fue condenado por ajustarse a la autoridad del
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Espíritu y no a la de los obispos de la jerarquía eclesiástica (Trevett, 146). El
movimiento profético era ampliamente aceptado cincuenta años antes de la aparición del
en protesta contra de esa estructuración por parte de los montanistas (Pelikan 1971, 107).
gustaban de llamarse como la Nueva Profecía (NP), o como Tertuliano les llamaba los
espirituales, pero sus dtractores les daban otros nombres y epítetos tales como frigios y
las profetizas fundadoras del movimiento; quintilianistas, por Quintilia otra de las
costumbre de comer queso y pan en la eucaristía; otros subgrupos posteriores fuern los
movimiento oscila entre el 156 d.C. al 160 d.C., o un año después de la primera
persecución bajo Marco Aurelio en la que murió Policarpo de Esmirna (Hoornaert 1986,
113). Las ciudades más importantes para la NP lo eran Pepusa y Timión que ubicaban en
la región de Frigia. Se desconce las localizaciones exactas de estas ciudades, pero se cree
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que estuvieron ubicadas en lo que es hoy Bekilli en Turquía en las cercanías de lo que fue
la ciudad de Filadelfia (Trevett, 22). La región de Frigia fue añadida al territorio del AM
en el 116 a.C. Los efectos de esta anexión pueden resumirse así: La explotación del AM
por la Roma republicana trajo un profundo daño a los y las habitantes del país. El
sistema de impuestos a los campesinos llevado a cabo por agentes que deseaban obtener
las mayores ganancias para sus compañías, drenaron la provincia. Además, la presencia
presente (Huber, 22). Los gastos que Roma aprovaba en favor de la provincia iban
dirigidos para la gloria del imperio que para el bien de los ciudadanos. Durante el
segundo y tercer siglos d.C., se reconstruyó un templo para la adoración del emperador
Caracalla y otros proyectos extravagantes, pero se hacía muy poco para aumentar el nivel
civilización de ciudades de una cultura de clase alta que dependían del campo que
mantenía a esta clase alta, la cual a su vez, daba muy poco a cambio (Ibid). Esta
separación entre el gobierno y los frigios se acrecentó aún más por el hecho de que éstos
estaban situados en una alta colina, separados de las provincias occidentales por
montañas y ríos. En adición a eso, los frigios eran tenidos en baja estima por los romanos
(Ibid, 23).
Sobre la explotación de los campesinos por los romanos, Huber dice (p. 170, n.
15) que los habitantes de las ciudades de acuerdo a su hábito de almacenar suficiente
comida en el verano para que les durara todo el año, tomaban todo el trigo de los campos,
junto con la cebada, habichuelas y lentejas y dejaban a los campesinos con las cosechas
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de legumbres, de las cuales también habían tomado una buena porción para sus
Otra característica del AM es el papel tan importante que jugaba la mujer en las
“Homanadeis” y de una reina guerrera llamada Aba eran altamente estimadas. Las tribus
que habitaban las montañas de la región de Anatolia admitían a las mujeres como líderes
La década del 160 d.C. trajo una serie de catástrofes al AM, entre ellas plagas de
viruelas, peste bubónica y tifo. También las invasiones por el norte de los partos y los
eslavos. El reino de Marco Aurelio comenzó con terremotos que habían creado
sublevación y trastornos sociales. Debido a los problemas financieros creados por estas
plagas, invasiones y terremotos hubo que levantar más impuestos y el AM fue el blanco
esto vinieron las grandes persecuciones bajo Marco Aurelio y los blancos favoritos fueron
los cristianos (por eso la frase de Tertuliano “los cristianos a los leones”). La Nueva
Profecía era mal vista tanto por los sectores católicos como por los paganos y autoridades
civiles por sus manerismos y prácticas particulares. Cuando arreció la persecución, los
sectores católicos que querían armonizar con el imperio en estas circunstancias tan
adversas veían en la NP un grave problema (Trevett, 42-5). Los pobres y las clases bajas
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en Frigia eran los más afectados, por lo cual se creó un ambiente ideal para tornarse a
buscar las profecías del Apocalipsis (Ibid; Hoornaert, 114; Lane Fox 1987, 405).
reaccionó a las continuas injusticias de las autoridades romanas (Driver, 62) que han sido
arriba descritas, y que se refugió en la vida del Espíritu y en las promesas quiliásticas del
ebionismo, sino una reacción hacia la simplicidad primitiva del cristianismo, con un
107). Como aun reconocen sus críticos, los montanistas no fueron herejes intelectulaes o
de falsas doctrinas, sino que aceptaban la guianza del Espíritu en materia de disciplina y
orden en la iglesia, alegando que el Paracleto prometido en Juan14-16 los guiaría a toda
retorno de Jesucristo, y al hecho de que vivían en las cercanías de Filadelfia, una de las
iglesias a la que Juan le escribe diciendo que Jesucristo retornaría pronto y que la nueva
esperanza de la parousía.
en la Trinidad, como reconoció mas tarde Tertuliano; la expectativa del inminente retorno
de Cristo, siguiéndole un reino milenial y físico en la tierra con todos los santos;
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practicaban los sacramentos del bautismo y la cena del Señor como el resto de las
conforme a Gálatas 3:28; debido a la inminencia del retorno del Señor y a las grandes
creyentes que habían pecado luego del bautismo; el martirio era el privilegio más alto y la
gloria más eminente que un cristiano podía aspirar y que escapar del mismo era un acto
dispensación del Paracleto, según Joel 2:28-32 (De Soyres, 107-9). La NP fue condnada
grupo fue finalmente destruido por Juan de Éfeso quien por orden del emperador
Justiniano en el 558 d.C. quemó el templo en Pepusa y profanó los huesos de Montano,
Lydia, Italia y Cartago (Tabernee 1997, 555). Con excepción de un par de inscripciones,
parece que no eran ciudadanos/as romanos ni que pertenecían a las clases aristocráticas
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mujeres (Ammión, Aphiae), arzodiáconos, protodiáconos, diácono, lector, profetas,
profetizas viudas y vírgenes (Ibid, 587). Sobre las profecías escritas auténticas que han
sido encontradas se distribuyen así: diez (10) de Montano, cuatro (4) de Maximila y tres
(3) de Priscila, para un total de 17 (Huber, 218-222). Christine Trevett hace un análisis
bien amplio sobre las profecías de la NP y demuestra que “el espíritu profético de la NP
la persecución oficial y de cuidar la figura de Jesucristo ante grupos como los docetistas
(Trevett, 166).
(según Tertuliano), Orígenes, Jerónimo y Agustín de Hipona, entre otros (Driver, 60).
Entre las críticas que le hacen al movimiento están: (1) la manera extática de profetizar es
demoniaca (Lane Fox, 408); (2) Un grupo llamado los Alogi al cual pudo haber
pertenecido Praxeas se oponía a la doctrina del Logos de Juan y el Apocalipsis que eran
las bases de la NP (De Soyres, 50); (3) Epifanio detestaba la doctrina del Milenio (Ibid,
77); (4) Algunos decían que Montano alegaba ser el Paracleto, pero el análisis de las
profecías indica que era un instrumento del Espíritu; (5) los excesos ascéticos como los
ayunos y el celibato fueron más tarde aceptados por la iglesia en general; (6) Orígenes
aceptaba la profecía, pero no a través de los labios de una mujer (Robeck 1985, 116,
Trevett, 175); (7) Apolinar rechazaba a Pepusa y Timión como lugares pequeños y
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Epifanio decía que los frigios eran gentes salvajes y bárbaras (Trevett, 49, 147); (8)
movimiento están los siguientes: (1) Tertuliano, apologista de Cartago que aceptó las
enseñanzas de la NP para el año 207 d.C., dice: “la presencia del Espíritu en la NP
mayor precepción de las Escrituras, a la reforma del intelecto y a un mayor avance hacia
mejores cosas” (Hunter 1993, 229); (2) La pasión de Perpetua y Felicitas para el 203 d.C.
es para muchos críticos un testimonio de la NP en Cartago.; (3) Ireneo de Lión llevo dos
(Quasten 1995, 280); (4) Aun el propio Juan Wesley decía que Montano era un verdadero
creyente, escritural y uno de los mejores hombres sobre la tierra (Cox 1995, 91).
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