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Para hablar de perspectiva de género hay que hacer relación primero a lo que
debe ser entendido como género, ONU Mujeres plantea, “Las características
biológicas de hombres y mujeres en las que está enmarcado el sexo, son punto
de partida para comprender las características sociales en las cuales está
enmarcado el género”. De acuerdo a la Conferencia Mundial de Mujeres del año
1995, en Beijing, se definió Género:” la forma en que todas las sociedades del
mundo determinan las funciones, actitudes, valores y relaciones que conciernen
al hombre y a la mujer. Mientras el sexo hace referencia a los aspectos biológicos
que se derivan de las diferencias sexuales, el género es una definición de las
mujeres y de los hombres construida socialmente, y con claras repercusiones
políticas. El sexo de una persona es determinado por la naturaleza, pero su
género lo elabora la sociedad.”
La diversidad humana a razón del sexo unido a las características del entorno
social, son elemento de análisis, de re significación y valoración en el contexto
laboral poniendo de manifiesto las brechas que frente a la temática de género aún
existen, reconocido es en el orden mundial, la condición de vulnerabilidad de la
mujer ante la ausencia de una mirada de igualdad en todos los entornos y
contextos en los cuales se desenvuelve. A la variable de género, se le suman,
otros elementos en los que está enmarcada la diversidad laboral, como es la edad,
la cultura, la etnia, la religión, la orientación social, la raza, entre otros, que en el
histórico social han sido determinantes al momento de evaluar el grado de
inclusión equitativa de la mujer en el mundo del trabajo.
La igualdad de género ha sido proclamada en los últimos años como uno de los
elementos básicos para impulsar el desarrollo económico y social mundial, la
conferencia mundial de Beijín de 1995, la CEDAW, los ODM, y muy recientemente
los ODS, han generado movilizaciones hacía un abordaje que responda a la
equidad e igualdad por género, aun así hay muchas prácticas que alejan este
propósito laboral como parte de la diversidad en la cual se mueve el mundo
empresarial. Hoy se requiere, según la UNPD, “la corrección de la desventaja
socio económica de las mujeres, la lucha contra los estereotipos, el estigma y la
violencia y el fortalecimiento del poder acción, participación”.Todos estos
elementos guardan relación con trabajo decente: empleo con remuneración justa,
protección social, seguridad y salud en el trabajo, y prácticas no discriminatorias,
participación con voz y posibilidad de decisión.
Cómo la empresa puede ahondar en el reconocimiento de este contexto
macroeconómico a la par que prepararse para actuar de forma responsable ante
las nuevas tendencias y riesgos?, El trabajo conjunto entre las áreas de la
organización que gestionan el bienestar , la salud y la seguridad y el talento
humano organizacional están convocadas a reconocer la orientación
macroeconómica frente al avance en perspectiva de género organizacional y
disminución de brechas de inequidad de las mujeres, la revisión de la condición
socio – económica del hogar, composición del grupo familiar, cobertura familiar en
protección social, raza, nivel educativo, vivienda, accesibilidad, papel del
cuidador, personas con discapacidad, numero de adultos mayores, costos
derivados de la crianza de los hijos y de las hijas, cuidado de personas
dependientes, entre otras , son condiciones que serán la base de programas de
promoción y prevención en ambiente laboral, unidos a la identificación de cultura
que desde la declaratoria de misión y visión se quiere lograr con el ánimo de
aportar en los cambios sociales que hoy se requieren
Al igual que la política en salud y seguridad orientada al bienestar de los
trabajadores es factor fundamental para lograr objetivos para la protección de los
riesgos del trabajo de los trabajadores, el compromiso gerencial frente al tema de
desarrollo social, derechos humanos y entre ellos la equidad de género, son base
para lograr resultados de transformación social. Con ello la declaratoria de valor
en un vector de la planeación estratégica que lleve al fortalecimiento de los
derechos humanos, contemplando un desarrollo organizacional bajo la perspectiva
de género, genera cambios en el desarrollo rutinario del abordaje de los riesgos
relacionados con la mujer, cambiar el histórico de vulnerabilidad y
desconocimiento de todo lo que se requiere ante su participación laboral digna, se
tangibiliza claramente desde una nueva práctica de la medicina del trabajo.
La identificación de cuáles son los factores de desigualdad análisis de variables
individuales, laborales y sociales, hacen parte del acto del médico de empresa,
que evidenciaran posibles brechas para la equidad, o equiparación de
oportunidades desde el aspecto salarial, o de participación, o de reproducción
social, violencia familiar, o condiciones de acoso laboral y sexual. Cruce de
variables de riesgos laborales y el sexo; análisis del comportamiento de
ausentismo general y laboral con nuevas perspectiva relacionadas con las
condiciones fisiológicas y de caracterización social de hombres y mujeres. La
educación en salud bajo enfoque de perspectiva de género, la sensibilización, la
formación a todos los niveles permite que no solo al interior de la organización se
logren avances frente a la equidad de género, llegando a contextos extra laborales
en los cuales la problemática de género y violencia hoy requiere ser reconocida
como problemática de salud publica . “Las divisiones entre la política económica y
la política social son artificiales, es fundamental conectar ambas esferas para
hacer realidad los derechos” ONU Mujeres 2015
Hoy la medicina del trabajo ampliamente soportada por norma, tiene que
desarrollar nuevas estrategias para identificar la mejor forma de interactuar con lo
social y lo laboral, volviendo al ejemplo de género, las características impuestas
por la sociedad al desempeño de hombres y mujeres en los diferentes contextos
incluyendo el laboral, genera el conocimiento de roles, interrelaciones, prácticas,
que de forma rutinaria se han considerado normales en el actuar de una cultura,
bajo la generación de riesgos ante la igualdad de derechos o ante la equiparación
de oportunidades principalmente de las mujeres. Cambios en la perspectiva de la
promoción en salud en el trabajo, como para la prevención bajo la caracterización
de cada una de las personas que hacen parte de la organización es fundamental
para establecer de forma indicada programas que apliquen desde lo individual
hasta lo colectivo.
La orientación hacía una ética organizacional, llevan a que programas como la
medicina del trabajo replantee su mirada frente al hombre y la mujer y su vida en
el contexto laboral, se dimensione con alcance mayor los determinantes de la
salud, se tenga en cuenta los elementos que caracterizan la individualidad
humana, de la mano de las características sociales en las cuales se desarrollan
los colectivos que hacen parte de una organización y se identifiquen las practicas
necesarias para aportar a la disminución de brechas que alejan el desarrollo
humano y social. Al igual que la equiparación y la perspectiva de género, está el
abordaje de la diversidad funcional o persona en condición de discapacidad, la
raza, las etnias, las culturas, la orientación sexual, la religión, temas que hablan
de la diversidad humana y que requieren sean reconocidos como parte de la
identidad actual organizacional para que se realicen las adaptaciones necesarias
en los ambientes laborales para continuar siendo competitivos y generar
sostenibilidad económica y social en los contextos en los que se desenvuelven.
Bibliografía