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“El placer de conocer investigando. Gestión del conocimiento.

Capítulo 1”

Integrantes:
Valentina Gutiérrez González

Paula Guacaneme

Angie Maritza Ortega Cuadrado

Daniela Medina Velandia

Epistemología (AE)

Universidad Santo Tomás de Aquino

Bogotá, D.C

2018- II
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Autor: Omar Parra Rozo

Editorial: Universidad Santo Tomás de Aquino

Año de edición: 2011

N° Páginas: 300

ISBN: 9789586317009

Profesor: Carlos Augusto Corredor Ramírez

Facultad de Humanidades (Epistemología AE)

Universidad Santo Tomás de Aquino

Bogotá, D.C

2018- II
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Tabla de contenido
Introducción .................................................................................................................. 4
Capítulo 1 ....................................................................................................................... 4
Primera sensación .............................................................................................................................. 4
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Introducción
Para empezar, se vuelve necesario contextualizar sobre la cuestión del libro aquí
expuesto, el autor Omar Parra Rozo, considera la investigación como el medio de
evolución más grande que posee la humanidad, debido a que por medio de esta
podemos crear conocimiento y por ende nuevas percepciones de ver y el mundo de vivir,
pues la investigación es el método más verídico y útil a la hora de responder preguntas
que todos tenemos todos los días a lo largo de nuestras vidas en la cabeza y que en
ocasiones no les damos mayor importancia, sin embargo, no sabemos si una de nuestras
tantas dudas sea el inicio de algo más grande y valeroso.

Capítulo 1
Primera sensación
Educar para la fantasía

La primera parte de la lectura expone que el ser humano en su diario vivir está en
constante movimiento e interacción con el mundo, sin embargo, esto no significa que
entienda lo que percibe pues desarrolla una capacidad para adquirir información más no
para procesar la misma, lo que crea un desacierto en su evolución en la investigación y
un deficiente aprendizaje de la memoria, como lo menciona el autor, se abandona
entonces el placer que ofrece investigar, conocer, dudar y en sí saber.
Con respecto a lo anterior, el autor plantea un mecanismo que pude servir para recuperar
ese impulso del conocimiento, el recordar las condiciones o recrearlas en las que se
adquirió el conocimiento, para así obtener una retención más factible y verdadera, pues
es mucho lo que vemos, oímos, sabemos y reconocemos, pero muy poco lo que
retenemos; cabe anotar que este impulso que el autor plantea, tiene su origen científico
y es llamado “Memoria dependiente del estado”, esto quiere decir que nuestro cerebro
está condicionado por el mundo exterior y por las percepciones que por medio de los
sentidos captamos, un ejemplo claro es cuando nos dicen que debemos mascar chicle
cuando estemos estudiando para un examen y que el día del examen cuando tengamos
la hoja en frente nuestro debemos mascar el mismo sabor de chicle, pues estamos
recreando un espacio específico para nuestro cerebro, que lo ayudara a procesar
aquellos datos guardados en la memoria.
Teniendo en cuenta lo anterior, el autor plantea entonces la cuestión de ¿Para qué
aprender?, si tenemos la capacidad de olvidar, ¿por qué no crear una sucesión de datos
que faciliten llegar a la respuesta antes de dar la respuesta en sí?, no obstante, esta
salida mediocre resulta totalmente inútil pues no habría ningún progreso, ningún tipo de
retroalimentación y menos aún algún tipo de aprendizaje nuevo para el futuro.

El autor menciona entonces que esta capacidad de investigar e informarnos es bastante


útil pero que no por ello debamos retener todo, un ejemplo claro es que hay información
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que no se usa en la vida cotidiana de un profesional que pasó por 5 años de carrera,
información que no es explícita, pero, aun así, implícitamente se debe tener ese
conocimiento para realizar otras actividades que se van a relacionar, es decir puede que
en estos momentos de nuestras vidas veamos temas que nos resultan banales pero que
pueden llegar a significar algo en un futuro. De igual manera, el autor menciona el
concepto de “atención flotante” en el que no se usan los mismos conocimientos para los
diferentes espacios en los que nos enfrentamos diariamente, ejemplo de ello es el colegio
y un parque de diversiones, lo que se aprende en uno puede no ser aplicado en el otro,
mientras que, en una carrera profesional, el conocimiento que se adquiere en una clase
se aplica o complementa al conocimiento de otra.

Ahora bien, es necesario resaltar que el conocimiento y la investigación no deben verse


solo bajo el tinte de lo formal, lo sombrío, lo engorroso; también se abre una posibilidad
de verlo desde la fantasía, y no como mera ensoñación de lo imposible y lo irreal sino
desde el punto de partida de la imaginación, para el autor no existe fantasía sin sensación
ni juicio sin fantasía. Pero esto no quiere decir que nunca vaya a ser posible, claro
ejemplo es el escritor novelista Herbert Wells1 quien tiene obras como “La guerra de los
mundos”, “El hombre invisible”, “La máquina del Tiempo”, “Los primeros hombres en la
luna”, entre otros. Aquí se muestra que son obras partiendo de la imaginación y no lo
real, debido a que ninguno hombre había sido capaz de pisar la luna en ese tiempo y
que gracias a la evolución se puede hacer lo que algún día se imaginó.
Se evidencia entonces que el juego, la fantasía y la imaginación, abren nuevos espacios
a nivel intelectual pues nos permiten crear y por ende transformar lo que nos rodea,
aunque cabe aclarar que para esta “creación” se vuelve necesario poner en práctica los
hábitos de atención porque sin estos no podemos saber qué es lo que el mundo necesita
y qué le podemos ofrecer.

Avanzando en nuestro racionamiento, se nos plantea que debemos ser guiados en un


principio en esta búsqueda de conocimiento, y esto surge de la cooperación entre
maestros y alumnos, quienes en primera instancia están representados por la familia, y
después por los maestros académicos y finalmente por nuestros colegas de trabajo. En
consecuencia, tenemos en nuestras manos la capacidad de interactuar para conocer y
la herramienta más importante de todo este proceso es: la pregunta. Todo lo que
conocemos se deriva de esta, pues preguntar es igual a avanzar, a surgir, a crear, y esta
a su vez surge de la duda, la cual viene de un pensamiento y de una necesidad de
conocer.

1
Escritor y filósofo británico, H. G. Wells (1866 - 1946) fue unos de los primeros escritores de
ciencia ficción, género con el que consiguió convertirse en un clásico de la literatura de
anticipación. (Lecturalia, s.f.)
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Sin embargo, a medida que pasan los años el hombre olvida esta necesidad de
cuestionar al mundo y cuestionarse a sí mismo, a diferencia de cuando se estaba más
joven y pequeño pues pierde esa forma de percibir las experiencias y de ver de otra
manera el mundo que nos rodea, un universo que nos abre las puertas a un mundo lleno
de preguntas y posibilidades del cual se tienen diferentes perspectivas.
Dicho lo anterior, el autor realiza el siguiente juicio “No hay preguntas estúpidas” (Rozo,
2011) y en verdad no las hay, ni siquiera las preguntas simples de los niños de ¿por qué
el cielo es azul?, ¿de dónde vienen los bebés?, ¿por qué el agua moja?, etc. Pues son
cuestionamientos producto de la curiosidad y el asombro que les genera el mundo, sin
embargo, el adulto promedio no realiza casi ningún tipo de cuestionamiento porque
siente temor de ser excluido, porque tiene pena o simplemente porque no encuentra
aprobación en los otros, perdiendo entonces una oportunidad que le otorga su fantasía
y que podrá ser aplicable a la realidad.

Es obvio en este punto que la curiosidad es la piedra angular de ese placer de conocer
investigando, como lo menciona Isaac Asimov en su libro “Introducción a la ciencia,
volumen I, ciencias físicas” “Y al principio todo fue curiosidad” (Asimov, 1984), el autor
se remonta entonces al principio de los tiempos, en los que el ser humano en su
curiosidad empezó a experimentar con el mundo exterior, a palpar, a sentir, a conocer y
finalmente a investigar e indagar sobre lo que iba conociendo, y de poner en duda lo que
conocía, hay que aceptar que de curiosidad se vive, de esa necesidad de no solo
observar y aceptar sino de entrar más a fondo en las cosas de como dice la gente mayor
“De no comer completo”.

Claro que existen muchas maneras de conocer, la que el autor abarca en este capítulo
es desde la fantasía y aunque ya hemos mencionado ejemplos como el del H. G. Wells,
es necesario mirar hacia nosotros, hacia nuestro país y nuestras tierras sin irnos más
lejos, una analogía que encaja perfectamente en esta temática es el realismo mágico de
Gabriel García Márquez quien retrato el antes, el ahora y el futuro de todo un país en su
libro “Cien años de soledad” en aquel pueblo encantado de nombre Macondo, que
aunque para muchos fue irreverente en su época es innegable que la historia del país al
igual que la suerte de la familia Buendía, será arrasada por el viento y desterrada de la
memoria de los hombres. 2 Y he aquí el ejemplo de que la fantasía no es ajena a la
realidad y viceversa. Otro ejemplo que podemos nombrar en relación a la fantasía es
cuando entramos a la universidad y nos imaginamos y soñamos con un tipo de “paraíso
académico” en el que por el simple hecho de estudiar lo que nos gusta no estamos
entonces condicionados a factores de riesgo o de deserción, pero la realidad se aleja de
esto, aunque no del todo porque nos ayuda entonces a conocer investigando, qué es eso
que en verdad nos gusta y nos llama la atención.

2
Fragmento ultimo verso del libro cien años de soledad de Gabriel García Márquez.
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A modo de conclusión nos damos cuenta que estos valores de la fantasía, de la duda,
de la pregunta, son herramientas prácticas en todos los espacios de la vida, y en esta
materia de epistemología cumplen entonces un papel fundamental como bases del
conocimiento pues no debemos olvidar que la epistemología es una rama de la filosofía
que busca entender, los fundamentos y las características del método del conocimiento
del ser humano, es decir la epistemología se interesa en buscar aquel placer de conocer
investigando y no solo de conocer sino también de indagar más fondo lo que se esté
analizando y validar ese conocimiento para comprender el mundo, ejemplo de conocer
más a fondo es cuando el autor del libro menciona los estudios realizado por Sigmund
Freud3 sobre los sueños o el espacio onírico, normalmente entendido como algo por
fuera de la razón y relacionado con manifestaciones esotéricas, sin embargo Freud
planteo que “los sueños son una propia función de la psíquica del durmiente (…) la
opinión popular parece mantenerse en la creencia de que los sueños tienen desde luego
un sentido (anuncio del porvenir) (…) Tales conclusiones sobre los sueños fueron el
resultado de aplicar a ellos un nuevo método de investigación psicológica” (Freud, 1966)
Aquí podemos observar como Sigmund Freud decidió investigar más a fondo una
cuestión que solo se veía desde la fantasía y le aplico la razón, y esto es lo que debemos
procurar a lo largo de nuestras vidas, en ingeniera debemos planear para crear y esa
planeación sale desde un concepto y este a su vez de una pregunta o duda. Y en
comunicación social el mundo está constante cambio por ende se puede escribir sobre
él, imaginar nuevos componentes de la comunicación, dudar de los ya existentes4 y crear
desarrollo pertinente a mi realidad.

Bibliografía
Asimov, I. (1984). Introducción a la ciencia. En I. Asimov, Introducción a la ciencia (Vol. I). ORBIS.

Freud, S. (1966). La interpretación de los sueños (1). En S. Freud, La interpretación de los sueños (1) (pág.
241). Madrid: Alianza editorial.

Lecturalia. (s.f.). Lecturalia . Obtenido de Red social de literatura, comunidad de lectores y comentarios
de libros: http://www.lecturalia.com/autor/5279/herbert-george-wells

Rozo, O. P. (2011). El placer de conocer investigando. En O. P. Rozo, El placer de conocer investigando


(pág. 300). Colombia: Universidad Santo Tomás de Aquino. Recuperado el Septiembre de 2018

Wkipedia . (s.f.). Wikipedia . Obtenido de Wkipedia : https://es.wikipedia.org/wiki/Sigmund_Freud

3
Sigmund Freud (1856- 1939) fue un médico neurólogo austriaco de origen judío, padre del
psicoanálisis y una de las mayores figuras intelectuales del siglo XX. (Wkipedia , s.f.)
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Al igual que la Teoría Crítica con la Teoría Funcionalista.

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